05.09.2016 Views

Feria y Fiestas

LIBRO_FERIA_2016

LIBRO_FERIA_2016

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

1920: VILLARRUBIA DE LOS OJOS<br />

HOMENAJE AL MANCO DE LEPANTO<br />

Sucediéndose de este a oeste, esas vías se llamarían en<br />

adelante del cardenal Monescillo, del Pozo, de Macabil<br />

y de don Serafín Romeu. Por último, la principal,<br />

de la cual partían las anteriores, estaría dedicada a<br />

Cervantes.<br />

En el acta de aquella sesión no se recogen<br />

las razones de tales nombres; porque, sin duda, tales<br />

razones les constaban a todos los concejales asistentes;<br />

a saber: don Lucio Alises, don Prudencio Bórnez, don<br />

Agustín Fernández-Bravo, don José Joaquín Lozano,<br />

don Antonio Moreno, don Ciriaco Rodríguez, don<br />

Manuel Sánchez de Milla, don José Simancas, don<br />

Pio Valdelomar, don Antonio Vallejo, don Gregorio<br />

Villalobos y don José Viveros.<br />

Con sus dedicatorias a don Antolín Monescillo<br />

Viso (1811-1897), a don Serafín Romeu Fagés (1877-<br />

1937) y a don Miguel de Cervantes Saavedra (1547-<br />

1616) nuestro Ayuntamiento honraba la memoria del<br />

más alto purpurado que había dado nuestra tierra en<br />

toda su historia; al diputado cunero en Cortes por la<br />

provincia de Ciudad Real en la legislatura de 1916-<br />

1918 que había gestionado con éxito la construcción<br />

en Villarrubia de un lavadero público, obra que venía<br />

demandando esta villa desde hacía muchos años;<br />

y, finalmente, al considerado príncipe de las letras<br />

españolas, quien había inmortalizado La Mancha en<br />

su novela más famosa.<br />

En cuanto a las calles del Pozo y de Macabil<br />

la comisión no se atuvo en su designación a criterios<br />

culturales de honor o gratitud. La primera recibió al<br />

parecer su nombre de un pozo de noria que cerraba<br />

su trazado lineal a una distancia todavía considerable<br />

de sus edificaciones iniciales. La segunda lo tomó<br />

de la que era su continuación: calle, por tanto, del<br />

Macabil, arteria principal del antiquísimo barrio de<br />

la Morería villarrubiera; calle que, comenzando en<br />

las proximidades del templo parroquial, finalizaba en<br />

el macabir o cementerio, en el cual, en remotísimas<br />

fechas, enterraban a sus muertos los mudéjares de<br />

esta villa. Aquí hay que señalar que ninguno de los<br />

miembros de aquella Corporación, ni tampoco<br />

ninguno de las siguientes hasta hoy, supo el sentido<br />

de la expresión, apenas alterada, de macabir, por lo<br />

que su conservación entre nosotros la explicaría, muy<br />

probablemente, la vaga creencia de que su referente<br />

debió de corresponder a una persona motejada de esa<br />

forma. La ignorancia salvó, pues, del olvido este raro<br />

nombre.<br />

Por último, en aquella sesión municipal de 2<br />

de junio de 1920 también se autorizó la instalación de<br />

alumbrado eléctrico en todas las vías citadas, como no<br />

cabía por menos.<br />

El homenaje que el Ayuntamiento rendía<br />

a don Miguel de Cervantes, el Manco de Lepanto,<br />

haciéndolo titular de una calle no podía ser más justo.<br />

El hecho de que ya entonces don Miguel y su novela<br />

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha,<br />

traducida a todas las lenguas cultas del mundo,<br />

fueran el autor y la obra más editados de la Literatura<br />

española era un motivo suficiente para merecer dicho<br />

homenaje. No se precisaba apelar a otros argumentos.<br />

Y algunos más había, aunque los desconociesen<br />

nuestros representantes municipales.<br />

Así, por ejemplo, la relación que Cervantes<br />

tuvo con el magnífico poeta don Diego de Silva<br />

Mendoza (1564-1630), conde consorte de Salinas y<br />

señor jurisdiccional de Villarrubia de los Ojos desde<br />

1591. Ambos coincidieron en distintas ocasiones,<br />

pero lo hicieron con frecuencia en Valladolid, donde<br />

residió la Corte de Felipe III entre los años de 1601 y<br />

1606. Don Miguel admiraba al inteligente y simpático<br />

político cortesano que fue don Diego, a quien elogió<br />

en su poema Viaje del Parnaso (1614). Y, casi sin duda,<br />

por boca de este prócer conoció aquel el nombre de su<br />

villa de Villarrubia, situada en el rincón de La Mancha<br />

y campo de Calatrava, y poblada de laboriosos<br />

moriscos, comunidad por la que don Miguel sentía<br />

gran estima.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!