Feria y Fiestas

Homenaje a
D. Fabián Martínez Redondo
RECUERDO A MI PUEBLO
Campos de Villarrubia... os dejé un día,
buscando el progreso de mi cultura,
para servir siempre a la agricultura,
en la ciudad donde el estrés hastía.
Gracias, pueblo, que fuiste cuna mía,
donde entre cultivos de tu llanura,
engullí sano ambiente, con mesura,
y aromas de tu esbelta serranía.
Nostálgicos recuerdos de la infancia,
de la pubertad y de adolescente;
primavera efímera de mi estancia;
entre la diversidad de tu gente,
cual fugaz prolongada resonancia,
el pueblo mío va y viene en mi mente.
FIESTAS RECORDADAS
CON AÑORANZA
Fiestas recordadas con añoranza
por Tu hijo de Villarrubia ausente,
de corazón está siempre presente,
invocándote un ruego de esperanza,
por ver si el próximo año le alcanza
venir a Tus fiestas, y con su gente,
y en fechas festivas estar presente,
y agradecértelo con alabanza.
Y junto a Ti, Celestial Virgencita,
unos días de sosiego y reposo,
deseando que siempre me permita
visitarte, con amor candoroso,
cuando ya te han traído de Tu ermita,
ávido con ánimo fervoroso.
ARTE DE AMAR
A LA VIRGEN DE LA SIERRA
AL VIÑADOR
Hidalgo viñador villarrubiero,
que cultivas tus viñas con buen tino,
bregando con ellas, en su camino,
hasta que la uva ha pasado el envero.
Esperando dé su mosto, un año entero,
pisada en el lagar de su destino,
hirviendo en la tinaja se hace vino,
bajo el ojo avizor del bodeguero.
El vino es jugo noble y solariego,
embajador bíblico fermentado,
que deleita gargantas con su riego.
A la tierra, buen fruto le has sacado,
como premio aspirado de labriego,
después de largo proceso acabado.
Reina de Villarrubia, flor del cielo,
por Dios hasta la Sierra trasplantada;
estrella maternal, iluminada
por fulgores de amor y de consuelo.
En Villarrubia el canto hoy cobra vuelo,
y el alma hasta Ti sube confiada,
prendida en el imán de tu mirada,
adquiriendo así queda su desvelo.
Este pueblo quisiera para amarte
un corazón como el de Dios en dote,
y sus miradas para contemplarte.
Y al no ser Dios, que el mundo sepa y note
que la Mancha nos ha enseñado el arte
de amarte como ama don Quijote.
D. Fabián Martínez Redondo