FINALFINAL CONFconcordia -2
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La más reciente edición de la revista Atlantic trae una<br />
reflexión sobre los peligros en Estados Unidos de una<br />
autocracia y las deformaciones institucionales y abusos del<br />
poder que pueden estimularla. El autor no se refiere a Colombia<br />
cuando analiza el fenómeno de orden global, pero sus<br />
reflexiones indudablemente traen un eco de la realidad<br />
colombiana. Particularmente cuando se muestra el paso de la<br />
autocracia a la cleptocracia -el gobierno de los ladrones- en las<br />
naciones que concentran todos los poderes en el Ejecutivo a<br />
costa de la mutilación o anulación efectiva del Congreso y la<br />
Justicia.<br />
Es así, por razón de sus desmanes y los de su entorno, que el<br />
gobierno de Santos no sería comparable con Estados Unidos o<br />
Francia sino más bien con los regímenes cleptocráticos de<br />
Jacob Zuma en Suráfrica o Hugo Chávez en Venezuela. El país<br />
así lo entiende y las encuestas confirman el descontento<br />
general, semana tras semana.<br />
Únicamente con los poderes concentrados del Ejecutivo y el<br />
desmonte de la justicia y el parlamento pactados con las Farc<br />
puede mantenerse impune la predominante cleptocracia que<br />
saquea el presupuesto nacional al ritmo de 20 billones de pesos<br />
anuales. Solamente con la implementación de los pactos que el<br />
gobierno rechazó se garantiza el florecimiento impune de la<br />
industria del narcotráfico. La razón es muy sencilla: los pactos<br />
fueron hechos a la medida de un cartel mafioso y de sus<br />
intereses. Esos pactos de impunidad que se ajustan<br />
perfectamente a los intereses de los carteles de la contratación<br />
y el saqueo de las entidades públicas.<br />
Lo que hemos de discutir aquí, entonces, es si la paz es posible<br />
en un país sin instituciones efectivas, sin equilibrio de poderes,<br />
autocrático y profundamente corrupto. Si la democracia es<br />
posible tras el desconocimiento de un proceso electoral y en<br />
medio del robo continuado de $20 billones de pesos anuales de<br />
las arcas del estado. nos debemos preguntar si la eventual<br />
victoria por la Presidencia en las urnas de quienes vencimos en<br />
el plebiscito será garantizada en 2018 o será birlada de nuevo.<br />
Pero más allá, la preocupación de los colombianos en las<br />
próximas elecciones no debe centrarse en la disyuntiva de Paz<br />
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