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Edición No. 19 Marzo del 2017

Edición No. 19 del mes de Marzo del 2017. Visión Universal Magazine trae en su portada a Marco Joel con la voz y sentimiento ranchero que comparte con nosotros sus triunfos, sueños y metas además como siempre nuestras secciones que tanto te gustan como Mi Libro Favorito, Películas con Visión, SexologiK, más poesía y un refugio para el otoño comparte sus mejores poemas, todo eso y más contenido en visión universal magazine.

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Llena su boca de mentiras para<br />

parecer que defiende lo que no<br />

defiende. Ha inventado y sustituido<br />

la palabra Naturaleza por<br />

la de sostenibilidad. La primera<br />

engloba todo. La segunda es el<br />

final de lo primero. Apenas un<br />

resto de lo que fue. Sólo sostener<br />

una diminuta parte de un todo.<br />

Es capaz de orquestar una política<br />

medioambiental que practica la<br />

guerra feroz contra las criaturas<br />

<strong>del</strong> reino vegetal. Está vaciando el<br />

planeta de árboles, de vida, en un<br />

ataque indiscriminado y asesino<br />

como si se tratara de enemigos<br />

a exterminar. Los asedia en las<br />

ciudades donde son sustituidos<br />

por cemento y piedra. Donde las<br />

ramas de grandes árboles que<br />

han visto pasar siglos de historia<br />

entretejían redes imposibles de ser<br />

atravesadas por la cegadora luz<br />

<strong>del</strong> Sol y en donde el aire era más<br />

puro se desdibuja ahora un paisaje<br />

desolado, desolado de verde<br />

natural y más caluroso que nunca<br />

ganando terreno la desforestación<br />

de nuestro entorno más cercano.<br />

Mientras repite la palabra sostenibilidad<br />

aumentan los alcorques<br />

vacíos con árboles recién ejecutados<br />

en la actual ecología de<br />

salón. En las aceras de las calles<br />

y avenidas ahoga a los pocos que<br />

aún sobreviven, inundándolos<br />

de adoquines y cemento. Destruye<br />

especies autóctonas para ser<br />

sustituidas por otras procedentes<br />

de continentes que, además, han<br />

importado plagas que aniquilaron<br />

especies propias. Habla de<br />

sostenibilidad medioambiental<br />

mientras se convence de que la<br />

Naturaleza debe estar excluida de<br />

las ciudades, que no existe en el<br />

espacio cercano y habitado, sólo<br />

reducida a un pequeño núcleo en<br />

el medio rural. Camina junto a<br />

los árboles como si fueran seres<br />

fantasmales, sin importarles sus<br />

vidas, sin importarle su muerte<br />

con el peligroso desconocimiento<br />

de estar aniquilando la fuente de<br />

su propia existencia natural. Poco<br />

le importa, en su terrible ignorancia,<br />

el desastre que se avecina con<br />

la desforestación de las ciudades.<br />

La ciudad también es una parte de<br />

este paraíso que destruye cada día.<br />

A fuerza de repetir palabras recién<br />

inventadas de una supuesta y<br />

moderna ecología, asume un<br />

concepto que principia en realidad<br />

la antesala de una destrucción<br />

anunciada. El planeta debiera conservarse<br />

verde en cualquier lugar,<br />

sea grande o pequeño, urbano o<br />

rural, pero el hombre reduce la<br />

vida vegetal a una reserva denominada<br />

parque o a una mini reserva<br />

denominada jardín en el que<br />

también sustituye los árboles por<br />

construcciones de cemento, hierro<br />

y plástico que dan sombra. Una<br />

sombra reseca y artificial. Está<br />

convirtiendo los árboles en elementos<br />

de museo con un silencio<br />

cómplice<br />

La Tierra llora mientras el<br />

hombre cierra sus oídos, sus ojos<br />

y su boca y atenta cada día contra<br />

ella sin vuelta atrás. El hombre<br />

canta, como si de un mantra se<br />

tratara, la sagrada palabra de la<br />

sostenibilidad mientras tala por<br />

motivos lucrativos a los hijos de<br />

Gaia que hacen de nuestro hogar<br />

un lugar respirable, un espacio salubre<br />

y regenerador, un lugar fresco<br />

y protector contra los rayos de<br />

un Sol que cada vez atraviesa con<br />

más facilidad la capa de ozono.<br />

Los asesina, talándolos, la mayor<br />

parte de los casos sin que estuvieran<br />

enfermos, no los sustituye por<br />

otro ejemplar igual para volver a<br />

dar vida, oxígeno y sombra en el<br />

lugar donde estaban plantados.<br />

Los somete, asfixiando sus alcorques<br />

con cemento o con adoquines<br />

como si fueran seres indeseables<br />

a los que hay que controlar,<br />

es un dios que decide sobre sus<br />

vidas, encerrándolos en macetones<br />

como si fueran juguetes dispuestos<br />

a su antojo, así acalla su adormecida<br />

conciencia. <strong>No</strong> los salva, los<br />

destruye, para hacer carriles o carreteras<br />

sin respetar que eran más<br />

antiguos que la razón por la que<br />

perdieron la vida. En una sociedad<br />

de luchadores de causas perdidas,<br />

extrañamente pocos, muy pocos,<br />

se erigen de Quijotes para

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