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Mascotas 2017<br />
Hace un par de meses, al llegar del<br />
trabajo mi esposa se acercó un poco<br />
tímida, con mirada tierna y convincente,<br />
empezó a hablarme sobre la posibilidad<br />
de tener un perro en nuestra casa, días<br />
atrás habíamos contemplado la idea de<br />
tener uno, para ser exactos de raza Akita,<br />
pero jamás pensé que ella estuviera<br />
dispuesta a adoptar uno; dicha<br />
conversación surgió a través de un suceso<br />
inesperado en la empresa en donde ella<br />
labora, pues la dueña y gerente tenía 10<br />
perros y quería dar en adopción a un perro<br />
por cada trabajador que estuviese<br />
dispuesto a cuidar de él, acogerlo con<br />
amor como ella lo había hecho desde el<br />
nacimiento y adopción de cada una de<br />
estas fieles mascotas que algunas durante<br />
años la habían acompañado.<br />
Durante el tiempo laborado allí ella se<br />
había ido encariñando cada vez más de<br />
una perrita llamada Federica, de raza<br />
criolla, con 3 años de edad, muy noble,<br />
fiel, juiciosa y disciplinada y pesar de que<br />
nunca había sido amaestrada era la más<br />
juiciosa de toda aquella jauría de<br />
mascotas; entonces, me fue envolviendo<br />
en cada una de sus aventuras y<br />
situaciones que le habían sucedido con<br />
Federica, relatándome día a día con<br />
emoción cada cosa que compartía.<br />
Cuando tenía 10 años de edad, tuve una<br />
parrita a la que llame Yensy, era de raza<br />
Akita, una raza imponente, leal y noble,<br />
siempre me encantaba jugar con ella y<br />
pasearla, meses después, no recuerdo cuál<br />
era su edad, lo cierto es que era aún un<br />
cachorra, fue envenenada y murió, fue<br />
una gran pérdida para mí y desde ese<br />
entonces prometí que cuando fuese adulto<br />
tener otro perro de raza Akita, cuidarlo y<br />
siempre brindarle todo mi cariño como<br />
Yensi lo hizo conmigo.<br />
Desde ese entonces jamás se me paso por<br />
la cabeza la adopción de un perro de raza<br />
criolla y más aun adulto, siempre creí que<br />
era un tema complejo adoptar un perro y<br />
no me gustaban las razas sin pedigrí, pero<br />
poco a poco y con el poder de<br />
convencimiento que las mujeres ejercen<br />
en nosotros, mi esposa me fue<br />
encariñando con Federica aun sin<br />
conocerla y fue así que poco a poco<br />
creció en mi esa curiosidad de saber más<br />
sobre Federica.<br />
Un día saliendo de mi trabajo recibí la<br />
llamada de mi esposa, emocionada y sin<br />
rodeos quizá convencida de que aceptaría,<br />
me dijo que fuese por ella a su trabajo y si<br />
podíamos llevar a casa a Federica, quede<br />
en silencio y tome por sorpresa lo que me