Econimía al día

LA VOZ DEL ALUMNO
EL UNIVERSITARIO Y EL
CAMBIO SOCIAL
Por: Héctor Rodolfo López Ceballos
Bachiller de la Facultad de Derecho
“Pero el que es estudiante tiene una obligación porque tiene más posibilidades de
comprender los fenómenos económicos y sociales y las realidades del mundo; tiene
la obligación de ser un factor dinámico del proceso de cambio, pero sin perder los
perfiles, también, de la realidad”
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Así se dirigía, el dos de diciembre de 1972, ante
una multitud compuesta principalmente de
estudiantes, Salvador Allende al auditorio de
la Universidad de Guadalajara. Con enorme
sentido común, el otro presidente socialista de
la República de Chile señalaba el contenido
social de las universidades -principalmente
las públicas- y hacía responsables a aquella
generación y a las venideras de corresponder
del sacrificio y trabajo colectivo de millares
de personas, obreros y campesinos principalmente,
que sostienen nuestro hasta el día de
hoy nuestras instituciones educativas. En aquel
famoso discurso del que salió la popular frase:
“ser joven y no ser Revolucionario es
una contradicción hasta biológica”
Allende hace extensa apología de la labor
social que debe tener por obligación el estudiante
universitario. Casi cuarenta y cinco años
después cabría preguntarnos si hemos entendido
el mensaje y asumido nuestras obligaciones.
Resulta incómodo aceptar que, en la mayoría
de los casos, quienes estudiamos la Universidad
lo hacemos con el propósito de obtener
un título profesional que nos de mayores
oportunidades laborales, nos permita alcanzar
y mantener una vida cómoda e incluso que nos
proporcione cierto estatus dentro de la estructura
social. Y aunque nada deshonroso hay en
pretender ganarse la vida honesta y dignamente,
estos propósitos un tanto egoístas que
reducen lo que debiera ser colectivo al mero
individualismo, no sólo están lejos de cambiar
e influir en la mecánica social, sino que contribuyen
a mantener el orden desigual e injusto
del que también somos parte.
El estudiante universitario tiene la obligación
moral, ética y cívica de ser verdadero factor de
cambio, de impactar radical y positivamente en
su entorno y no sólo señalar las problemáticas
sociales, sino también intentar resolverlas. El
estudiante universitario debe pues tener conciencia
de clase, tener conciencia de la realidad
en la que está inmerso y lo que le debe a
la sociedad. La Universidad debe ser semillero
de agentes de cambio, de profesionistas