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La rara política que caracteriza al
Senador ROBERTO ALBORES
GLEASON con su poca aparición
en actos partidista siendo el dirigente
del PRI en Chiapas, contrasta
con la movilización de más de 25
mil gentes para su “Informe Legislativo”
del sábado 22 de abril en un
enorme escenario como el estadio
“Víctor Manuel Reyna” que induce
a pensar que está en la orilla de la
tumba. Pero, que las “agraviadas”
no se den por engañadas porque
también les ofrecieron 400 pesos
por asistir al evento, más su torta
y despensa.
Lo digo por el caso de los dos reporteros
que fueron agredidos e
inclusive subidos a una patrulla de
la Policía Municipal de Tuxtla Gutiérrez
que en minutos se hizo viral
y ensombreció el evento en que “El
Diablito” ALBORES GLEASON
debía brillar como un fuerte aspirante
a la gubernatura del Estado
de Chiapas. Los astros no le favorecieron
aunque el estadio se convirtió
en un infierno con unas 25
PROSPERA, UNA TUMBA
POLÍTICA…
mil gentes y el calor a casi 40 grados
a pleno sol.
Luego entonces, en el caso de los
reporteros, que hacían su trabajo
y bien, entrevistando a las mujeres
asistente al “Informe Legislativo”
preguntando si conocían a ROBER-
TO ALBORES GLEASON y si las
había obligado a ir al evento, de cuyas
respuestas se dio la ofensa y por
eso fueron retenidos, sacados del
estadio y subidos a una patrulla que
se constituyó en todo un escándalo
que puso en el cadalso al propio
Senador que pretendió un destape
ante 50 mil chiapanecos, cuando
solo pudieron acarrear uno 25 mil,
según mis cálculos.
Esta detención de los reporteros
que se volvió un escándalo viral en
las redes sociales, ya tiene muchas
lecturas: “que fue un atentado a la libertad
de prensa y libre expresión”;
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“un montaje para desacreditar el
acto y al mismo ALBORES GLEA-
SON; pero como en la viña del señor
todo puede suceder, la autoridad
correspondiente debe investigar el
fondo del asunto como lo exigen los
agraviados al presentar una demanda
ante la Procuraduría General de
la República.
Hay la versión de que “el teatro estaba
preparado” y, si así fue, “les salió
a toda madre”. ROBERTO ALBO-
RES GLEASON está muy raspado
y el evento masivo sirvió más en su
contra que a favor. En las versiones
y cometarios, está en duda la veracidad
de los reporteros, su profesionalismo
y hasta su honorabilidad que
la ponen en tela de juicio cuando se
especula que se prestaron al juego
sucio para reventar el evento y perjudicar
al “Diablito”.
En el proceso de la especulación se
deja entrever que el personal de seguridad
fue parte del montaje por la
secuencia que tienen la grabación de
la detención de los reporteros hasta
que los sacan del estadio. La pregunta
es: ¿Quién grabó todas las escenas?.
Queda pendiente la respuesta.
Lo que sí es cierto es que el personal
de seguridad actuó con prepotencia
y abuso de fuerza, por lo que se
obliga a investigar para deslindar
responsabilidades y no permitir por
ningún motivo, atentados a la libertad
de prensa y de expresión.
Ahora, hay que ver de quien es la
empresa de seguridad a la que pertenecen
estos guaruras porque también
está implicada en el escándalo.
Se especula que la corporación privada
de seguridad contratada para
el evento es del Subsecretario de
Seguridad Publica, un tal CALVO
junto con un Policía Federal, que
presuntamente son prestanombres
del Secretario de Seguridad Pública,
JORGE LUIS LLÁVEN ABARCA.
El asunto no es menor porque dejó
en el banquillo de los acusados al
Senador ROBERTO ALBORES
GLEASON, con un nivel de aceptación
a su persona de muy bajo
nivel. En resumen, el acto del “Informe
Legislativo”, le sirvió poco o
nada al “Diablito” para sus objetivos
planteados de destape. El balance es
desastroso…