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Recordando a Azorín

1 er semestre 2017 Nº 29 Boletín Edición Alicante / Recordando a Azorín, en el cincuentenario de su muerte / Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Alicante

1 er semestre 2017 Nº 29 Boletín Edición Alicante / Recordando a Azorín, en el cincuentenario de su muerte / Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Alicante

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Tema<br />

de estudio<br />

7<br />

Colegio Profesional<br />

de Docentes y<br />

Profesionales<br />

de la Cultura<br />

de Alicante<br />

la bandera de España. Teniendo en cuenta<br />

la línea de actuación señalada, tampoco<br />

sorprende que, por otro lado, se controle el<br />

poder de la Iglesia, expulsando incluso en<br />

1767 a los jesuitas, los cuales eran sospechosos<br />

de obedecer a un poder extranjero;<br />

el del Papa. O que se creara el Real Cuerpo<br />

de la Nobleza de Madrid, al tiempo que se<br />

restringían los señoríos, se eliminaba a los<br />

improductivos hidalgos y se permitía trabajar<br />

a los nobles de modo que no vivieran<br />

solo de sus riquezas.<br />

En este contexto el simbolismo generado<br />

a través del espacio es fundamental. En<br />

1788, por medio de un artículo para la Enciclopedie,<br />

Antoine Quatremère de Quincy<br />

escribía que la arquitectura ayuda a soportar<br />

las fatigas de la vida y a transmitir la<br />

memoria del presente a las generaciones<br />

futuras. Como arte abarcadora, domina sobre<br />

todas las artes. Así pareció entenderlo<br />

Carlos III. Aún en Nápoles se implicó decisiva<br />

e ilustradamente en las excavaciones,<br />

catalogación y registro de las ruinas de<br />

Pompeya y Herculano. En 1787 se empeñó<br />

en la repoblación de zonas amenazadas<br />

por el bandolerismo de Sierra Morena y<br />

Andalucía. Y, desde luego, lo hizo en los espacios<br />

protagonistas de la exposición que<br />

presentamos: el Palacio Real de Madrid y<br />

los Reales Sitios.<br />

ARTE Y VIDA CORTESANA<br />

tos de vista idealistas que compartía con<br />

su amigo Johann J. Winckelmann, que<br />

pretendía conseguir una belleza ideal<br />

casi descorporalizada; una tarea imposible<br />

en las artes plásticas, pero que podía<br />

verse favorecida por la primacía de composiciones<br />

rigurosamente ordenadas y<br />

dotadas de cierta frialdad. Sin embargo,<br />

Mengs en sus pinturas para la bóveda de<br />

la Saleta del Palacio Real no pudo conse-<br />

Maella. Inmaculada de Aranjuez.<br />

El periodo artístico en el<br />

que es razonable encuadrar<br />

el reinado y los puntos<br />

de vista de Carlos III es el<br />

neoclasicismo<br />

El periodo artístico en el que es razonable<br />

encuadrar el reinado y los puntos de vista<br />

de Carlos III es el neoclasicismo; plenamente<br />

acorde con el espíritu ilustrado.<br />

Antecedido por el barroco y el rococó, y<br />

continuado por el romanticismo. Sin embargo,<br />

conviene ser consciente de que<br />

el predominio de un clima o de un movimiento<br />

no significa que el pensamiento<br />

teórico, filosófico vía estética en este<br />

caso, se imponga como un rodillo. Conviene<br />

no olvidar que las directrices teóricas<br />

o políticas tienen que enfrentarse con<br />

la puesta en práctica. A modo de ejemplo,<br />

y como complemento a lo señalado,<br />

Carlos III se vio obligado a desterrar al<br />

Marqués de Esquilache, incluso sabiendo<br />

que el célebre motín había sido alentado<br />

por sectores de la nobleza y de la Iglesia.<br />

De modo similar, Anton Raphael Mengs<br />

(1728-1779), Primer pintor del Rey entre<br />

1761-1769 no consiguió imponer los punguirlo<br />

y tuvo que hacer concesiones barroquizantes.<br />

Lo comprendemos aún mejor si tenemos<br />

en cuenta que la vida cortesana está<br />

recorrida por intrigas, luchas de poder o<br />

de búsqueda de ascenso social a través<br />

de la consecución de cargos públicos.<br />

El éxito parcial de Mengs halla su contrapunto<br />

en la posición secundaria de<br />

Lorenzo Tiepolo (1696-1770); consiguió<br />

estar a sueldo de la Corte española sin<br />

obtener el cargo de Pintor de Cámara.<br />

En la exposición resulta sumamente interesante<br />

contrastar un buen número de<br />

obras de cada uno de estos dos pintores.<br />

En los dos casos, de gran factura, pese<br />

a que hoy en día carezcan del prestigio<br />

que probablemente merecen, pues la<br />

denominada fortuna crítica es oscilante:<br />

Mengs fue reconocido como el pintor<br />

más importante en España de su época,<br />

pero acabó abandonando nuestro país al<br />

sentir que no podía colmar sus aspiraciones<br />

artísticas. Las alegorías de Mengs en<br />

las que la emoción es a menudo puesta<br />

en segundo lugar, o en que los cuerpos<br />

responden a veces a un modelo próximo<br />

a la estatuaria clásica, están vitalizados<br />

por alientos casi rococó. Sensuales: en<br />

La mañana o Aurora; El Mediodía o Febo;<br />

La Tarde o Héspero y La Noche o Diana.<br />

Dos figuras masculina y dos femeninas;<br />

dos girándose hacia la derecha y dos hacia<br />

la izquierda que cumplen el programa<br />

iconográfico de Césare Ripa aunque<br />

permitiéndose modificaciones como es<br />

el caso de la supresión de un murciélago<br />

en la tarde destinada al tocador de una<br />

princesa.<br />

La presentación de Carlos III con manto<br />

de terciopelo rojo y armiños que Mengs<br />

hizo en 1765 respondiendo a un encargo<br />

del rey Federico V de Dinamarca para una<br />

galería de doce retratos de los monarcas<br />

gobernantes en Europa responde al simbolismo<br />

del poder. Por el contrario, Tiepolo<br />

–cuya temprana muerte no es quizá<br />

ajena a los disgustos sufridos en su carrera-<br />

realizó una pintura muy lejana de<br />

la idealización ocupado como estaba en<br />

la plasmación de tipos y escenas populares<br />

en los que persigue la profundización<br />

psicológica: la vendedora de miel; dos<br />

majos y una moza; el vendedor de limón,<br />

el guitarrista y una mujer. Este interés por<br />

los tipos populares sería continuado por<br />

dos pintores protegidos por Mengs como<br />

fueron Francisco Bayeu y su cuñado<br />

Goya. En uno de los cuadros de Tiepolo,<br />

Mujer con abanico y majos, podemos advertir<br />

un claro ejemplo de la coexistencia<br />

de estilos en un determinado momento.<br />

Los rostros de los personajes se hallan<br />

en paralelo a las varillas del abanico y –en<br />

rasgo incompatible con la racionalización<br />

idealista- en éstas encontramos pintada<br />

una chinosería, es decir, una escena

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