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30 DMMD Vol. X - N° 3. Septiembre 2015 DMMD Vol. X - N° 3. Septiembre 2015 31
Foto 7: La torre negra.
Foto 8: Entre la vida y la muerte.
Foto 9: Ave en la ciudad.
volcarse a la medicina y cómo las relacionó
con su vocación de artista?
FS: Dentro de la medicina, mi vocación
estuvo siempre relacionada con la
morfología, lo cual me llevó a seguir cirugía,
una especialidad esencialmente morfológica.
Lo que más me gusta de esta especialidad es
la disección de los tejidos, la visualización de
los órganos, su forma, su color. También fui
disector de anatomía mucho tiempo e hice
las ilustraciones para el capítulo de cirugía
cardíaca del Michans (ser refiere al “Tratado
de Cirugía de Michans”, reconocido libro de
cirugía general). Algunos años después me
designaron profesor de anatomía artística
en la Sociedad de Artistas Plásticos. Pero
el vínculo directo entre mis dos vocaciones
nunca fue mucho mas allá de esto.
MV: Entonces el arte vendría a equilibrar
su labor médica , ¿no?. ¿Es evidente esto en
sus pinturas? ¿Existe algún elemento en ellas
que compense sus tendencias en medicina?
FS: Sí. Por ejemplo, para pintar al óleo yo
sólo uso espátulas, no uso pinceles porque
huyo de la precisión. La cirugía me ha
obligado a la precisión; por ejemplo, si
diseco una axila en un cáncer de mama,
necesito suma precisión. Entonces, si yo
pintara sólo con pinceles estaría haciendo lo
mismo, pero la espátula no me lo permite,
es más imprecisa, y también me permite
trabajar mejor con la estructura del óleo,
un material muy expresivo, muy apto para
lograr confusión, algo que me atrae mucho
en las artes plásticas.
“…lo que busco en mi obra son
imprecisiones, colores impuros, soy
un pintor barroco, mis cuadros son
recargados, confusos, todo está muy
revuelto, soy muy poco clásico.”
De todas maneras siempre suele haber una
composición geométrica. Acudo mucho a
la geometría inconscientemente, creo que
es porque establece un ordenamiento en
este mundo desordenado donde todo es
relativo. Entonces la geometría se mantiene
como una constante que ordena, regulariza.
Pero al final, el elemento morfológico se
mantiene confuso, me gusta agregar un poco
de confusión y desorden a la obra. De hecho,
en la historia del arte, me atraen más los
períodos románticos que el clasicismo, antes
que una obra de Rafael prefiero otra de un
pintor expresionista del siglo XX, que utiliza
ciertas imprecisiones o desorden en su obra.
MV: Sería la expresión de lo apolíneo y lo
dionisíaco.
FS: Exacto. Es eso lo que busco en mi obra:
imprecisiones, colores impuros, soy un
pintor barroco -como me dijo una vez el
director del Palais de Glace-, mis cuadros
son recargados, confusos, todo está muy
revuelto, soy muy poco clásico. A mí me
interesan esos períodos en la historia del
arte como el barroco, el romanticismo,
el expresionismo, no me interesa tanto
el neoclasicismo o el clasicismo del
renacimiento. De ahí viene también mi
atracción por gran parte del arte alemán
del siglo XX, que sigue un poco esa línea
derivada principalmente del romanticismo.
Yo estudié algún tiempo en la Academia
de Bellas Artes de Munich donde había
estudiado Kandinsky, era conmovedor
para mi estar ahí, pude aprender mucho y
descubrir a grandes artistas, principalmente
a Paul Klee, cuya obra me impactó mucho.
El estrecho y permanente vínculo entre
Sanguinetti y la cultura alemana se inicia
ya en el año 1953. Con tan sólo 21 años, es
becado por el Servicio Alemán de Intercambio
Académico, se instala por un año en Munich e
ingresa en la Academia de Bellas Artes de esa
ciudad. Allí se deslumbra con el expresionismo
alemán –que tendría una influencia decisiva
en su obra- y realiza sus primeros viajes y
exposiciones por Europa. Diez años después
volvería becado por la Fundación Alexander
von Humboldt de Alemania y permanecería
allí durante casi 3 años más. Los hechos que
relata a continuación corresponden a este
período.
MV: ¿Que vio en los cuadros de Klee que lo
influenciaron tanto?
FS: Y…es inexplicable. Para mí es un pintor
encantador, de pequeñas dimensiones, toda
Foto 10: Ave en el paisaje.
Foto 11: Paisaje imaginario.
su obra es muy pequeña pero encantadora,
es un milagro de refinamiento, de belleza y
de composición en pocos centímetros. Fue
tal el impacto que me produjo su obra que,
estando en Alemania, un día me largué en
mi autito para visitar a su hijo, Félix Klee. Era
invierno y crucé los Alpes tapados de nieve,
al final nos hicimos muy amigos, tan amigos
que no me dejaba volver.
MV: Cuénteme un poco más de eso…
FS: Primero lo llamé para ver si podía
visitarlo. Yo sabía que él tenía la gran
colección de obras de su padre, era hijo
único y se había dedicado toda su vida a
administrarla. Entablamos una muy buena
relación, y a través de esa amistad conocí
muchos detalles interesantes de su padre y el
círculo de artistas que frecuentaba. Me contó
Revista DM MD - Ciencia y Cultura Médica
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