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Graduado en<br />
ingeniería química,<br />
durante una década<br />
comandó los<br />
destinos de una<br />
multinacional<br />
hasta que la<br />
vida le pidió<br />
un cambio: se<br />
independizó<br />
y es muy<br />
feliz.<br />
De ella, le quedaron imborrables recuerdos<br />
y, sobre todo, grandes lecciones de vida, de<br />
esa sabiduría tan propia de las madres. Y,<br />
entonces, no hubo más remedio que echar<br />
raíces en Colombia y labrarse un futuro profesional.<br />
“Hice lo que la mayoría de los papás les piden<br />
a sus hijos: estudiar, entrar a una buena<br />
empresa y buscar la jubilación. De hecho, lo<br />
hice bien hasta eso de entrar a una buena<br />
empresa, pero pronto me di cuenta de que el<br />
plan de jubilarme trabajando como empleado<br />
no era mi destino”, relata. Entonces, renunció,<br />
se volvió emprendedor, se quebró,<br />
se divorció y se quedó sin nada, literalmente.<br />
¿Y? A comenzar otra vez.<br />
Y comenzó, de cero. Sus padres siempre le<br />
habían inculcado la idea de ser emprendedor,<br />
pero a eso llegó forzado por las circunstancias.<br />
“<strong>La</strong> decisión la tomé cuando sufrí<br />
una crisis existencial por la fatiga profesional<br />
y porque sentía que no tenía un propósito”.<br />
Además, lo perseguía ese sueño que forjó<br />
en la niñez: “Quería ser inventor, quería patentar<br />
y ser el creador de cosas increíbles”.<br />
Su ídolo era Thomas Alva Edison.<br />
El paso de la imaginación a la realidad, sin<br />
embargo, no fue fácil. De hecho, fue bastante<br />
difícil. ¿Por qué? “Lo más complicado para<br />
arrancar fue creer en mí mismo, ser consciente<br />
de que podía crear cosas que a la<br />
gente le encantaría tener y usar”. Por eso, el<br />
comienzo fue lento. Afortunadamente, contó<br />
con el vital apoyo de su familia, que siempre<br />
lo respaldó en sus intentos, que no permitió<br />
que se desanimara, que lo motivó a seguir.<br />
Un poco de paciencia, tres años de trabajo<br />
silencioso y… ¡eureka! Sonó la flauta. “<strong>La</strong><br />
primera señal que me indicó que iba por el<br />
camino correcto fue cuando registré tantas<br />
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