PRIMER NÚMERO

FOTO: Javier Biosca
y entonces toda la clase se caga
en mí. No, eso no vale. Si tu
tenías chuletas, por lo menos,
calladito. Que esos vengan a
darme lecciones de moral me
toca las pelotas”. Lo que sí que
tiene claro el hijo de Bárcenas
es que la vida del músico es la
vida perfecta.
Con un público de lo más
variopinto, en sus conciertos
podemos encontrar desde el
típico españolito con sus náuticos
por bandera hasta el más
indie que parece haber salido
de lo más hondo de Malasaña.
Público, como decíamos, de lo
más variado, pero con algo en
común: unas ganas descomunales
de bailar, saltar, gritar y
disfrutar como si no hubiese
mañana entonando frases de
canciones que poco a poco se
han ido convirtiendo en un
himno para sus seguidores
más fieles y si no, pregúntales
a qué huele la luna, que ellos
probablemente ya lo habrán
descubierto.
En cuanto a su estilo musical,
el grupo se define de
una forma un tanto peculiar:
“electrochotis con toques
New Age, pero tranquilito”,
tal y como Willy explicaba en
El Mundo, “nuestra música
tiene muchas influencias de
la música española de toda
la vida: rancheras, boleros...
Meter el tema chotis es por
eso, el electro porque lo hemos
modernizado, el new
age porque sí, y tranquilito,
pues también. ¿Para qué
nos vamos a complicar y
vamos a llamar rock a una
cosa que es electrochotis
con toques new age pero
tranquilito?”
Sus letras evidencian
lo que sucede en nuestro
día a día, lo cotidiano. Un
poco de todo: amor, fiesta,
chicas, amigos… Eso sí,
sin caer en composiciones
excesivamente ñoñas ni
romanticonas. Tal y como
afirman en el mismo periódico
(El Mundo): “Tú
dices ‘llueven mariposas
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