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¡<strong>SAPO</strong> 4 <strong>CUENTOS</strong>!<br />
Cuatro cuentos, me refiero a la edición número<br />
4...En esta edición nuestros amigos en el mundo<br />
nos envían sus cuentos de todo género: terror,<br />
romántico, misterio, erótico, etc. Cada uno con algo<br />
especial,.<br />
Estamos pensando en tener próximamente una<br />
edición de Sapo Cuentos pero esta vez de poesía,<br />
así que ya saben. Anímense a enviarnos sus<br />
cuentos y poesías para que estén en nuestras<br />
páginas. Esperamos que disfruten cada uno de<br />
ellos y viajen a este fascinante mundo de Revista<br />
Sapo Cuentos.<br />
Los Invito a leer nuestras otras dos revistas, Sapo<br />
de viaje y cultura entretenida, Sapo Gourmet para<br />
los amantes de la buena mesa. Muchas gracias<br />
a todos nuestros colaboradores que mes a mes<br />
nos envían sus creaciones y mil gracias a nuestros<br />
seguidores, disfruten la revista. ;)<br />
Marcelo Díaz S.<br />
Revista Sapo.<br />
Revista Sapo<br />
Chile<br />
DIRECTOR GENERAL:<br />
Marcelo Díaz S.<br />
EDITOR:<br />
Danthe Thenad, Costa Rica.<br />
Leonardo Calderón, Costa<br />
Rica.<br />
Tir, Costa Rica.<br />
Karen Chavez, Chile.<br />
DISEÑO:<br />
Marcelo Díaz Soto.<br />
Pancho Hidalgo.<br />
Contacto<br />
contacto@revistasapo.com<br />
revistasapo@gmail.com<br />
2
Prólogo<br />
¡Salud, lector! Quizás me ha leído en algún número<br />
de esta revista. Hasta hace poco, yo era el editor<br />
cabeza de la revista. El arduo trabajo que hace el<br />
director, Marcelo, me ha llevado a tomar dos nuevos<br />
miembros que me ayudarán con la edición. Esta es<br />
la primera de cuentos en la que trabajo.<br />
La siguiente compilación de pequeña prosa, es una<br />
muestra contemporánea de escritura. Si usted es<br />
frecuente a la revista, se dará cuenta que por lo<br />
general hay mezcla de todo acá. Como editor, esto<br />
me dificulta mucho la edición pues son distintas<br />
formas de abordar el español.<br />
No obstante, aquí tienen literatura para estas<br />
fiestas. Si hay algo que podría amalgamar las<br />
temáticas de estos cuentos es la comunicación.<br />
Tome usted esta revista y tenga presente que son<br />
voces gritando desde su país y describiendo su<br />
contexto. Tengo el agrado de incluir dos colegas de<br />
mi país, Costa Rica, en este número. Eso me agrega<br />
un plus.<br />
Sin más qué agregarles, los invito a comer con<br />
delicadeza este cuentario. Estén atentos a nuestros<br />
trabajos posteriores y les prometo trabajos de<br />
crítica literaria. Esto va en serio.<br />
Contacto<br />
contacto@revistasapo.com<br />
revistasapo@gmail.com<br />
www.issuu.com/revistasapo<br />
Danthe Thenad<br />
@danthenad<br />
Berrinchesdedanthe.tumblr.com<br />
3
COLABORAN EN ESTA EDICIÓN:<br />
Nacional (Chile).<br />
Hernán Jorquera.<br />
Pato Sáez.<br />
Mónica Santana J.<br />
Marcelo Díaz.<br />
Carlos Otondo.<br />
Salomón.<br />
Yerko Sebhastian Cortés<br />
Internacional.<br />
Weilong Guan, Beijing, China.<br />
J. Andrés H. Rivas S. Venezuela.<br />
Cuca Ferrero, Barcelona, España.<br />
Fernando Bermúdez, México.<br />
Lucía Bueno, México.<br />
Danthe Thenad, Costa Rica.<br />
Óscar Botero Pérez, Colombia.<br />
Nadia Arce, México.<br />
Omar Billoni, Argentina.<br />
Silvia Oramas, Cuba.<br />
Atxuri Zúñiga, México.<br />
Beatriz Calderón, México.<br />
Ea Pozoblock, México.<br />
Walter Caicedo, Colombia.<br />
Adriana Márquez, México.<br />
Pablo Pérez Espino,España.<br />
Yara Flores, Costa Rica.<br />
Kallen Vega, Nicaragua.<br />
Juan David Ríos Londoño,<br />
Colombia.<br />
Javier Leyva, Perú.<br />
Norman Fabian Leguizamon,<br />
Colombia.<br />
Bryan Sánchez Rivera, Costa Rica.<br />
Alan López Ruiz Oaxaca, México.<br />
Conrado López Ruiz, México.<br />
Liana Muñoz Mederos, Cuba.<br />
Axel Ovalle, Guatemala.<br />
Emmanuel Morales Mora,<br />
Costa Rica.<br />
Martín Campa Martínez, México.<br />
Armando Rivera, Guatemala.<br />
Johnatan Martínez Cabria,<br />
Colombia.<br />
4
ÍNDICE<br />
<strong>SAPO</strong> <strong>CUENTOS</strong><br />
06 La Marquesa<br />
08 El secreto del Ser<br />
09 Más allá de ti, el vacío<br />
10 La luna & Ella<br />
12 Criminal<br />
13 Bellum<br />
14 Desde la micro, London Calling<br />
15 Un hombre, una mujer<br />
17 Hijo<br />
18 Le départ<br />
21 Hecho de letras<br />
22 La fuerza de las palabras<br />
25 Susurros<br />
27 La doncella de plata<br />
29 La vida es saber desechar<br />
31 La curiosidad mató al gato<br />
32 El Último Árbol<br />
34 Acto 1 Non Servium<br />
36 Recetas para el despecho amoroso<br />
37 Manual para un asesino<br />
40 El terrorífico chihuahua pirómano<br />
43 En el viejo patio<br />
44 Un textil para viajar<br />
46 Vos sos diciembre<br />
47 En el cole<br />
51 Entre Portales<br />
55 Un punto entre las dimensiones<br />
60 Cuando no hay nada que escribir<br />
61 He tirado las palabras a la deriva<br />
esperando a que se unan y pronuncien<br />
tu nombre<br />
65 Sagres<br />
67 Aromas<br />
69 Los cuerpos desnudos<br />
70 La historia de una rosa enamorada<br />
72 La mujer de la disco-bar<br />
73 Yo me apunto<br />
74 El gato<br />
75 Vida y muerte<br />
76 Felicidad<br />
77 un diluvio posmoderno<br />
78 El bulevar<br />
5
LA MARQUESA<br />
Beijing, capital de la milenaria China,<br />
ciudad con 27 millones de habitantes y<br />
5000 años de historia, también una de las<br />
ciudades más terroríficas de China. Contaré<br />
una historia que me pasó, todavía estoy<br />
aterrorizado, aunque ya no vivo allí.<br />
Soy de la comunidad Manchú de Beijing,<br />
descendiente directo de la antigua familia<br />
imperial de China. Yo vivía en un edificio<br />
muy viejo, entre la Ciudad Prohibida (palacio<br />
imperial) y un castillo abandonado hace 3000<br />
años.<br />
Recuerdo muy bien una noche en pleno<br />
invierno. Aquel día estaba nevando fuerte,<br />
el helado viento atravesaba mi chaqueta de<br />
pluma. Iba camino a la casa de unos amigos<br />
que viven en Chang ping, un suburbio ubicado<br />
al pie de la Gran Muralla. Normalmente,<br />
la Ciudad Prohibida está iluminada con<br />
luces doradas, mientras la oscuridad reina<br />
el castillo abandonado. Ese día, las 100<br />
ventanas del castillo estaban iluminadas con<br />
luces tan rojas como fuego, todos miraban<br />
al castillo con cara de incertidumbre, pero<br />
como yo andaba apurado, no pesqué mucho<br />
el fenómeno.<br />
www.revistasapo.com<br />
6
Llegué corriendo a la estación de<br />
metro más cercana y de prisa me subí a un<br />
tren. El metro avanzaba tan rápido como un<br />
cohete, en pocos minutos ya estaba llegando<br />
a la estación de Changping, pero justo<br />
en ese momento, todos los pasajeros se<br />
sorprendieron por una mujer, vestida de una<br />
túnica de seda roja, tan roja como las luces del<br />
castillo. Su cara estaba cubierta por su pelo<br />
liso. De repente ella se paró al medio y justo en<br />
ese momento se cortó la luz en nuestro tren.<br />
Escuchamos un grito agudo ensordecedor,<br />
en su grito se escondía una voz ronca que<br />
pronunciaba desconocidos mantras que<br />
hacía doler la cabeza. Cuando las luces se<br />
vuelven a prender, ella ya desaparece. Al<br />
parar el vagón en la estación, todos bajamos<br />
corriendo como si perdiéramos el alma, corrí<br />
rápidamente a la casa de mi amigo rezando a<br />
Buda. Cuando llegué a su casa, él estaba más<br />
pálido que yo, me dijo que vio<br />
a la misma mujer en los espejos de su casa<br />
pronunciando los mismos mantras.Cuando<br />
volví a mi departamento, empecé a averiguar<br />
sobre la misteriosa mujer. Ella era la Marquesa<br />
Yan, dueña de aquel castillo que está al lado<br />
de mi edificio. Dicen que ella hacía brujerías<br />
malignas para torturar a sus ciudadanos y fue<br />
ejecutada en la Gran Muralla, y en el momento<br />
de su muerte, embrujó toda la ciudad de<br />
Beijing, que será un permanente campo de<br />
batalla entre las fuerzas Yin y Yang, y dijo que<br />
volvería aquí todas las noches, mientras no<br />
está el sol (Yang), para reconstruir su poder...<br />
De repente, escuché unos pasos afuera de mi<br />
biblioteca. En silencio me acerqué a la puerta,<br />
cuando la abrí, estaba frente a frente de a la<br />
marquesa Yan!!!<br />
Por: Weilong Guan. China.<br />
www.revistasapo.com<br />
7
EL SECRETO DEL SER<br />
Cada vez me hacía más y más poderoso.<br />
Era como obtener dinero por respirar. Podía<br />
ver cómo salía el sol y me pegaba en la cara<br />
justo antes de que mis cortinas bajaran, para<br />
cerrar. Señor, ya es hora!, Sí, lo sé. Vamos,<br />
me esperan una gran cantidad de personas<br />
que cifraban su confianza en mí, no hay que<br />
defraudarlos, por ahora!, Mientras me vestía<br />
pensaba cómo me iba a ir hoy, qué progreso<br />
he logrado?, ¿Cuántos me admiran?, ¿Mi<br />
imperio creció?, Señor: ¿Se encuentra listo?<br />
Sí, por supuesto, Walter, siempre. Mientras<br />
me subo a mi automóvil podía ver cómo<br />
salía a un mundo el cual era totalmente<br />
diferente al mío, lleno de vida, alegría para<br />
muchos, de ilusiones y más. Mientras que<br />
el mío era de tinieblas y oscuridad que se<br />
comprimía en tres mil hectáreas de terreno<br />
y una gran mansión, pero lo que nadie sabía<br />
“Cuando el deseo y el sentido de convicción<br />
van de la mano, puedes lograr todo lo que te<br />
propongas, Walter, y yo tengo ambas cosas,<br />
por eso soy como soy” y recuerda, que como<br />
yo, no hay dos, jejejejeje. Si señor, nunca lo<br />
olvidaré. Ahora me retiro. De acuerdo, puedes<br />
irte.<br />
Todas las noches parado en el gran ventanal<br />
de mi gran sala, estas palabras le daban vuelta<br />
a mi cabeza. Solo estaba hoy, parado con mis<br />
brazos agarrados por atrás con mis muñecas<br />
y con mi mirada fija a la ciudad que brillaba y<br />
que no le importaba lo que le sucediera a sus<br />
habitantes.<br />
era quién realmente era yo. El ser que creó<br />
un ser poderoso, que con tanto poder lo ha<br />
consumido hasta el punto de sentirse tan<br />
solo como estar sentado al lado del camino<br />
hacia la felicidad. Un amor, solo pedía eso,<br />
amor verdadero pero, este amor es extraño<br />
porque no va dirigido ni a una madre ni a<br />
una mujer, va dirigido a unos seres iguales<br />
a mí pero que no me corresponden; muchos<br />
dicen que soy una persona que es oscura y<br />
sin sentimientos, pero están equivocados.<br />
Soy totalmente lo contrario, pero trato de<br />
ocultar eso para que no me traten de débil<br />
ni se aprovechen de mí. Siempre estaré<br />
dispuesto a destruir al que se atraviese en mi<br />
camino para hacerme daño.<br />
Por: J. Andrés H. Rivas S. Venezuela.<br />
www.revistasapo.com 8
MÁS ALLÁ DE TI, EL VACÍO<br />
Escritora. Soy una escritora desnuda.<br />
Escritora sin letras. Escritora que tiene<br />
miedo a su prosa, a sus palabras, a sus ideas.<br />
Escritora capaz de esconderse en las horas y<br />
los segundos que pasa lejos de tí.<br />
Amor inalcanzable. Imposible. Cierto es que<br />
la creatividad nace del infortunio. Quizá por<br />
eso me resisto a ser completamente feliz.<br />
Temo que la complacencia adormezca ese<br />
cosquilleo que a veces es torbellino y se<br />
me instala en el estómago y me impele a<br />
vomitarte una y otra vez.<br />
Empiezo con una palabra tímida que sale<br />
forzada de mi garganta y acaricia el teclado<br />
de mi ordenador. Antes de que me de cuenta,<br />
los dedos teclean frenéticos y yo estoy<br />
absorta del mundo y todo pierde importancia<br />
porque aquí, en esta hoja de Word en blanco,<br />
soy quien yo quiero, hago lo que me apetece,<br />
reescribo mis sueños.<br />
www.revistasapo.com<br />
Pero, por alguna razón, te me cuelas en el<br />
texto y tiñes de un sabor incómodo mi prosa,<br />
hasta hacerme creer que la vida es eso, un<br />
sinfín de desencuentros. Que no existe otra<br />
vida al margen de ti. Que el resto de hombres<br />
que han pasado por mi vida apenas rozaron<br />
mi alma, fueron meros salvavidas que me<br />
mantuvieron a flote de tus tormentas. No<br />
consiguieron depositarme en tierra firme, a<br />
salvo de la furia de tu indiferencia.<br />
Escribo y te escribo a tí, porque desde que te<br />
conocí has modificado el norte de mi brújula.<br />
Porque si te perdiera como referencia me<br />
vería obligada a inventarte. Porque solo puedo<br />
existir con relación a tí. Porque cualquier<br />
otra forma de existencia es un sinsentido, un<br />
ejercicio inútil, inerte, vano. Porque gracias<br />
a tí, el sentimiento se convierte en verbo y<br />
fluye a través del teclado. Mientras que ante<br />
tu ausencia, el vacío lo consume todo.<br />
Por: Cuca Ferrero, Barcelona, España.<br />
twitter.com/CucaFerrero<br />
www.cucaferrero.wordpress.com 9
LA LUNA & ELLA<br />
Y ahí estaba sentada como todos los días, sin ganas, sin miedos, con la mirada<br />
dispersa, con el consuelo de saber que oscurecerá y un día más culminará ahí, tan inocente y<br />
con el corazón desanimado. Tan niña siendo una mujer, tan sin ganas conspiraba en su contra,<br />
impuntual en sus emociones y tan volátil en sus sentimientos, tan mi vida es igual a x-y =0.<br />
Para otros, solo soy una dispersa con problemas de personalidad o la pobre chica de la calle<br />
22a, a la que todos miran con recelo y sin ganas de voltear de nuevo. Mientras espero que<br />
la noche recaiga en mi vida, ¡sonrió! La luna. La única que me observa por horas, que sigue<br />
despierta para que yo descanse. Ella, la única a la que en realidad le importo y hace de mi día<br />
algo importante. La única amiga que me da un beso de buenas noches con sus mil y una hijas<br />
a las que llama estrellas y con las que comparte sus reflejos en mi corazón.<br />
Todo parece hermoso. Fijo mi descanso y dejo mi cuerpo desvanecerse a través de las<br />
mariposas dispersas de mi tacto, de los sueños inmersos en mis memorias, de lo vitral que es<br />
mirar un atardecer y mirar sus colores como una naranja exprimiendo su jugo, viendo como el<br />
mar empieza a tomar vida, como el viento me sonroja, me acaricia, me llena de susurros que<br />
alegremente gritan mi nombre.<br />
www.revistasapo.com 10
La luna empieza delicadamente a cantar,<br />
a soñar y a vivir en mundo nuevo, donde la<br />
magia es punto y aparte. Mi vida deja de ser la<br />
de una chica con problemas de personalidad<br />
y comienza a ser lo que era antes de partir:<br />
una joven con ilusiones, con sonrisas en cada<br />
palpitar, con sueños y tenues amores, con<br />
más de mil preguntas que jamás tendrán<br />
respuesta, con un cuerpo joven y un alma<br />
vieja, con una mirada llena de mundos y<br />
de juegos, con un cielo más profundo que<br />
cualquier otro, con ganas de devorar un<br />
entorno desconocido<br />
Todo era muy disperso. Mi vida era<br />
completamente aburrida, cuando en realidad<br />
lo que llamaba vida tenía por título “Soñadora”.<br />
La luna me regalaba lo maravilloso de soñar,<br />
lo inmerso en un libro, en una nota musical,<br />
lo que podía crear sin mover un solo dedo.<br />
Cuando la luna llega, yo soy feliz. Cuando ella<br />
se marcha y está al otro lado del mundo, me<br />
pongo a pensar en otra chica dispersa de<br />
alguna calle que empiece con dos y mire la<br />
misma luna y le haga sentir lo mismo que yo.<br />
Existen millones de posibilidades en las que<br />
una persona pueda estar sola, pero para otros<br />
su soledad es rara o falta de personalidad.<br />
Si las personas son difíciles de amar, por lo<br />
general son las que más lo necesitan.<br />
“La soledad es una vieja amiga con la que<br />
compartimos la mayoría del tiempo”.<br />
Por: Fernando Bermúdez, México.<br />
www.revistasapo.com<br />
11
CRIMINAL<br />
Ese día jugaba mi querido Santiago<br />
Wanderers y fui al bar Liberty, frente a Plaza<br />
Echaurren, a ver el partido. Como el cliente<br />
habitual que yo era, compré mi botellón de<br />
cerveza y busqué mi mesa de siempre pero<br />
para mi sorpresa estaba ocupada por un<br />
hombre delgado, vestido de negro, pálido y<br />
completamente borracho. No me molesté y<br />
me senté en una silla desocupada frente a él.<br />
Nos observamos un par de segundos, en<br />
silencio. Rompí el silencio y le pregunté si<br />
era hincha de Wanderers. Respondió no,<br />
soy escritor y no disfruto demasiado del<br />
fútbol, deporte incomprensible para mí. Al<br />
enterarme de su oficio, mi corazón saltó de<br />
gozo. Le expresé mi amor por Franz Kafka, le<br />
dije que el oficio de escritor es el oficio más<br />
noble del mundo, que mi deseo frustrado es<br />
el de escribir pero que lamentablemente no<br />
tenía el talento. Me respondió: no conozco<br />
al tal Kafka y no sabes de qué hablas. Es un<br />
oficio miserable y lleno de penurias. Yo soy<br />
aún más miserable pues he asesinado a mi<br />
mujer en un arrebato de odio irracional.<br />
Como el escritor que él era, supuse su<br />
confesión como un arranque de fantasía o la<br />
representación de algún personaje. Además<br />
lo oí incrédulo y me limité a beber de mi<br />
cerveza y mirar el partido que iniciaba.<br />
De pronto, el hombre pálido se levantó<br />
violentamente de su silla y me sujetó por los<br />
hombros. Entre lágrimas me hizo prometer<br />
que, cuando terminara mi bebida (y él la<br />
suya), fuera y lo denunciara a la policía. Él<br />
no opondría resistencia al justo castigo que<br />
merecía por su terrible crimen.<br />
Algo desconcertado le seguí el juego y le<br />
prometí hacerlo. Sin embargo, era imposible<br />
que fuera a la justicia sin saber el nombre del<br />
criminal ni el sitio exacto donde se hallaba el<br />
cuerpo. El pálido guardó un silencio terrible<br />
antes de decirme su nombre: soy Edgar<br />
Allan Poe y el cadáver de mi mujer está<br />
emparedado en mi casa.<br />
Por: Hernán Jorquera, Chile.<br />
www.revistasapo.com<br />
12
BELLUM<br />
En el mundo de las apariencias no es lo que<br />
parece. Una voz dulce de palabras engañosas<br />
puede contener el sutil argumento de la torva<br />
maquinación. Transformar de espantosos<br />
crímenes a una delicada fábula en el oído del<br />
incauto, hace que la máscara del verdugo<br />
simule tierna mueca convincente.<br />
El monstruo creado como víctima incauta ha<br />
sido sacrificado en el altar de las mentiras.<br />
La maquinación cobarde tuerce el cauce<br />
de los seres ingenuos. Crea con frialdad<br />
astuta una conspiración. El teatro, supuesto<br />
tinglado espeluznante, emana efluvios<br />
delatores.<br />
Deformadas intenciones son recitadas para<br />
ocultar verdades. En la dimensión de los<br />
hechos, una luz poderosa mostrará la obra<br />
corrupta. El vaho acusador será la señal<br />
de los lirios. El duro mundo de la ilusión<br />
material, espejismo, dejará caer el velo.<br />
La velocidad del universo cesa y entonces<br />
sabremos que los monstruos no existen.<br />
La astucia del verdugo es su condena.<br />
Entonces, en la cartelera de la infamia, la<br />
nueva representación pulirá los roles. El<br />
orden suplantará la guerra, la paz no es<br />
posible mientras el movimiento continúe.<br />
Por: Oscar Botero, Colombia.<br />
www.revistasapo.com<br />
13
DESDE LA MICRO<br />
LONDON CALLING<br />
01:12<br />
Recién saliendo de la pega<br />
por culpa del maldito<br />
inventario, pfff, la micro<br />
con poca gente salvo unos<br />
chiquillos carretiando<br />
cagaos de la risa, evito<br />
mirarlos, elijo mi mugriento<br />
asiento, me siento sobre<br />
el sucio plástico gris, me<br />
pongo mis audífonos y<br />
comienza a resonar en mis<br />
oídos la maravillosa London<br />
Calling de The Clash.<br />
La micro para, sube gente por la puerta delantera y por<br />
las demás, miro adelante… una rubia maravillosa, medio<br />
panqueta con cara de gringa avanza por el pasillo como en<br />
cámara lenta, guau!! Creo me enamoré, me mira… si me mira<br />
ctm!!!, haciendo un esfuerzo magnánimo mantengo la mirada,<br />
Joe Strummer me da fuerza desde mis audífonos, se sienta<br />
mi lado y me sonríe…no lo puedo creer, sonrío de vuelta, me<br />
habla mientras saca un pequeño mapa de Santiago, habla<br />
en inglés, me dice es de Londres en un pésimo español, yo<br />
en mi aun peor y tarzanezco inglés le digo mi nombre, ella lo<br />
pronuncia y los dos reímos por lo chistoso que le sale… no lo<br />
puedo creer!! Me muestra el mapa y me indica una dirección,<br />
mientras la micro para en un semáforo, veo el mapa y rápido<br />
le digo esta es tu parada, ella se para tomando sus cosas, se<br />
va a ir pero raudamente se da media vuelta, toma mi cara y<br />
me da el mejor beso de mi vida… baja casi saltando de la<br />
micro, que avanza lentamente mientras yo, embobado la<br />
miro desvanecerse en la ciudad, los chiquillos de atrás me<br />
aplauden… yo solo tengo ganas de llorar.<br />
Por: Pato Sáez, Chile<br />
www.revistasapo.com<br />
14
UN HOMBRE, UNA MUJER.<br />
Desde aquí trato de definir si él la mira desinteresadamente y de reojo o directo y sin titubear<br />
pero no a su cara sino a su escote. Muchos hombres son así. Muchos otros no.<br />
En una conversación hay quienes logran ver las palabras que salen de tus labios y no de tu<br />
cuerpo. ¿Cuántos son los que saben observarlas cuando platicas con ellos? ¿Cuántos sabes<br />
deducirlas e integrarlas en la charla? ¿Cuántos saben que las palabras son seres vivos que<br />
pueden crecer o morir e inclusive, matarte y hacerte nacer al mismo tiempo? Hay tanto en<br />
las palabras.<br />
Lo mínimo e indispensable es mostrar interés y desalojo de egoísmo. Escuchar de verdad.<br />
¿Cuántos hombres, cuántas mujeres lo hacen? Yo qué sé.<br />
Desde aquí, solamente veo a un hombre y a una mujer, no veo más. No sé si ella interfiere<br />
su tiempo para dárselo a él o si él valora el espacio que ella hace entre sus prioridades<br />
para dedicárselo. Tampoco se si él mira o no sus palabras o firme y bruscamente vaciará la<br />
dirección de sus ojos hacia su escote.<br />
Igual se juzga demasiado y nada es tan grave. Porque no sé si sea al revés. Si ella lo haga<br />
perder su tiempo a él, utilizando sus minutos tartamudeando tonterías y mostrándole sus<br />
dotes. No lo sé. Tan difícil que es saberlo. Ni siquiera uno mismo lo sabe cuando sale a platicar,<br />
así sencillamente en un café. Yo no lo sé. Únicamente veo a un hombre y a una mujer, desde<br />
mi mesa.<br />
www.revistasapo.com<br />
15
Desde aquí pienso en mi próxima cita.<br />
Cuando nos veamos... ¿Qué mirará de mí si<br />
salgo con él? ¿Mis manos, mi boca, las ideas<br />
que expreso o la piel que pueda asomarse de<br />
mi ropa? ¿Cómo saberlo?<br />
Actualmente es tan común la superficialidad.<br />
El descaro. Las ganas ganan sobre la lógica<br />
y a veces parecemos instintivos más que<br />
pensantes. Pero no todas las veces. Ella se<br />
aleja, curvea sus cejas, él sostiene la mirada<br />
al parecer directamente a sus pupilas. No sé<br />
de qué hablan, solo ellos saben, yo interpreto<br />
y desde lejos, desde aquí, presiento que<br />
nada debe importarme. Alcancé a oír de<br />
ella que estaba decepcionada por crearse<br />
expectativas, él le contestó algo pero no fue<br />
en un volumen alto, no entiendo sus palabras<br />
distantes. Lo único que veo es a un hombre y<br />
a una mujer.<br />
Desde aquí imagino que los miedos de los<br />
dos afloran a cada rato, que germinan bajo los<br />
huesos, son miedos inculcados y penetrantes.<br />
¡Qué importa lo que él mire! O lo que ella le<br />
deje mirar. Si están juntos compartiendo un<br />
rato ellos sabrán a dónde irán después. Si a<br />
otras muchas charlas, al cine, a la cama, a su<br />
rutina típica para olvidarse del otro. Yo no sé.<br />
Nadie lo sabe. Creo que ni ellos...<br />
Y es que ver a un hombre y a una mujer<br />
suscita cuentos, que ella ignora y que él<br />
tal vez planea. Y que yo describo desde la<br />
ficción expectante de alguien que no es<br />
protagonista en esta breve historia. Es lindo<br />
en todo caso, fuera cual fuera el resultado,<br />
ver a la gente, ver a un hombre y a una mujer<br />
y pensar que pronto seré yo una de ella y él<br />
será los ojos que descubriré qué miran. Pero<br />
por si las dudas llevaré falda y no una blusa<br />
escotada.<br />
Desde aquí veo a un hombre y a una mujer<br />
tomarse de la mano para despedirse. Él ya<br />
no mira nada de ella pues se ha ido y ella no<br />
sé si recuerde alguna vez lo que él miraba.<br />
Yo nunca supe, solamente ellos y nadie más<br />
podrá saberlo: el misterio sin importancia<br />
de un hombre y una mujer en un café con una<br />
escritora como público que idealmente ellos<br />
ignoraron dejando esta simple reflexión.<br />
Por: Nadia Arce, México.<br />
www.revistasapo.com<br />
16
HIJO<br />
Estaba en el living, tranquilamente, mirando<br />
televisión mientras mi madre acomodaba mi<br />
pieza, cuando ella irrumpe gritándome:<br />
—José, ¿qué hace este cuchillo debajo del<br />
colchón? —También había una revista—.<br />
— ¡Ya voy, noto quesnada! —grité—.<br />
Estaba avergonzado por la revista pero más<br />
preocupado por el cuchillo, que en realidad<br />
no era un cuchillo, sino una vieja daga que<br />
había encontrado en el basural.<br />
—Mira José, —continuó— yo no sé qué te<br />
pasa a vos, pero si no tirás a la basura esa<br />
porquería, le digo a tu padre y no sé... ¡y no sé<br />
ah! Y encima también una revista, quién te<br />
Me ahogué en la rabia del silencio y la<br />
humillación, quise tranquilizarme pero<br />
mis pensamientos se dirigieron como en<br />
un hechizo hacia a él. Recordé cuando lo<br />
encontré entre el medio de la basura y a flor<br />
de tierra, cuando lo despojé del herrumbre.<br />
En un ritual espontáneo apunté hacia el sol y<br />
lo bauticé. Quise darle un nombre pero no se<br />
me ocurrió alguno. Recordé cuando unos días<br />
después le di filo y luego lo más emocionante,<br />
el brillo. Ese mango de bronce, ese acero<br />
reluciente, tan solo bastó una gota tenue<br />
de luz para encandilar mis ojos por primera<br />
vez. ¡Qué delicia! Creo que comprendí lo que<br />
siente un padre.<br />
— ¡Mírame cuando te hablo! —seguía<br />
farfullando mi madre, pero yo continuaba<br />
extasiado mirándolo a él.<br />
Recordé a lo que yo llamé su primer sorbo,<br />
¡que regocijo! Apenas lo sostenía y se<br />
deslizaba con conmovedora ternura.<br />
—Juan, qué suerte que llegaste. Mira lo que<br />
tenía tu hijo debajo del colchón.<br />
Entonces creí percibir que estaba llorando.<br />
¡Sí!, estaba llorando y tenía hambre. Sin dejar<br />
que llorara más, comió. ¡Que dulzura! Luego,<br />
con un repasador sequé sus labios. Fue su<br />
primera ración doble.<br />
creés que sos.<br />
Por: Omar Billoni, Argentina.<br />
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17
LE DÉPART<br />
Allí están, en un rincón, las maletas<br />
sin ropa. Sabe que le queda pocos días y<br />
que debe organizarlo todo, pero comenzar<br />
a recoger es el primer paso de la partida. Su<br />
habitación continúa intacta, la ropa en el<br />
armario, los libros dispersos por todos lados,<br />
los vasos espirituales encima de la mesa de<br />
noche, las agendas, los apuntes y los discos<br />
apiñados en el mueble de la computadora<br />
y uno que otro chocolate escondido en las<br />
gavetas.<br />
Siempre que entra a su cuarto se da cuenta<br />
que debe empezar a desmantelarlo, pero no<br />
puede y otra vez decide dejar de pensar en<br />
ello, hacer cuenta de que no se va.<br />
Cada día es más difícil. Los amigos, que saben<br />
cuan atareada estará, deciden ir cayendo<br />
poco a poco a tu casa para despedirse.<br />
Horrorosas despedidas.Yo te observo desde<br />
la otra esquina del cuarto sin arreglar y pienso<br />
en la maldita condición tercermundista,<br />
pobre con grandes aspiraciones, migrantes<br />
natos de esta pequeña familia de la que tú y<br />
yo formamos parte.<br />
Te reprocho que decidieras convertirte en<br />
escritora, que hicieras de la lengua francesa<br />
casi tu primer idioma, que te casaras con un<br />
genio, estudiante de lógica que su intelecto lo<br />
llevó hasta la tierra lejana de Nueva Zelanda.<br />
Te reprocho que de pronto la Isla quede<br />
demasiado pequeña para tu inmensa luz.<br />
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18
Y Cuba, tan maldita como es, te regala<br />
momentos entrañables casi a punto de irte.<br />
Como diciéndote, “mira lo que te vas a perder”.<br />
Tú intentas convencerte de que todo forma<br />
parte de la despedida, que si te quedaras,<br />
esas cosas no te pasarían o al menos no las<br />
sentirías con la intensidad de ahora, que todo<br />
tiene que ver con el estado de ánimo.<br />
Siempre queda la duda. La sensación de<br />
que no lo encontrarás en ningún otro lugar<br />
del planeta. No sé cómo llegué hasta aquí,<br />
sentada en el piso de tu cuarto, ya sin los vasos<br />
espirituales y los chocolates escondidos,<br />
con la maleta abierta ayudándote a hacer<br />
el equipaje. Es algo insoportable, tú quieres<br />
llevártelo todo. La camisa que usaste en<br />
tu primera conferencia fuera de Cuba, el<br />
pantalón que no te quitabas cuando eras<br />
friki, o el pañuelo, ya casi transparente de<br />
lo raído, que gustaba ponerte en la cabeza.<br />
Es un intento desesperado por llevarte tu<br />
pasado en esas maletas, por miedo a luego<br />
no recordar y padecer de esa amnesia no<br />
deseada que les da a los cubanos cuando<br />
la vorágine del capitalismo los atrapa y sus<br />
recuerdos se intercambian con cuentas de<br />
alquiler, impuestos y Mc Donalds. Pero las<br />
leyes aduaneras te obligan a ser pragmática,<br />
solo con 23 kg de Cuba te deja viajar Copa<br />
Airlines.<br />
Ya decidimos que no voy a acompañarte<br />
al aeropuerto. Ese lugar nos deprime, más<br />
que las funerarias, los hospitales o las<br />
bodegas. No importa si es a recibir a alguien<br />
o a despedirlo, como si pasas de casualidad<br />
por el frente, el aeropuerto siempre causa<br />
nostalgia.<br />
www.revistasapo.com 19
Cuando estás detrás de la cinta roja<br />
donde se paran todos los que van a recibir<br />
a algún familiar, amigo, esposo, puedes<br />
ver las caras de expectación y júbilo de los<br />
presentes. Te das cuenta de quién es la<br />
persona que más ha extrañado al que arriba,<br />
porque anda nerviosa, casi siempre callada y<br />
se sobresalta cada vez que la puerta se abre.<br />
Luego, el momento que más me entristece,<br />
paradójicamente, el encuentro, sobre todo<br />
si es un hijo que se fue y viene a ver al padre<br />
(esa escena particularmente me destruye).<br />
La gente se abraza tan fuerte como si ello<br />
compensara el tiempo que llevan sin verse,<br />
como si de tan fuerte no se pudieran separar.<br />
También están las otras historias, el circo<br />
que montan algunos alrededor del visitante<br />
con risitas complacientes en busca de algo<br />
que se les “pegue”. Esas también me dan<br />
tristeza, pero de otro tipo.<br />
Lo que más me aterra no es que te vayas, y que<br />
no nos veamos todos los días, aquí tampoco<br />
lo hacíamos. Lo que me tiene sin conciliar el<br />
sueño es que llegue el momento en que pase<br />
todo un día sin pensar en tí, en que poco a<br />
poco dejemos de extrañarnos porque somos<br />
seres de rutina y hábito y puede que nos<br />
acostumbremos a no tenernos.<br />
Al final nunca terminas de arreglar el cuarto,<br />
cierto que se ve más vacío pero todavía<br />
quedan muchos libros, maquillajes y cosas<br />
de las que tuviste que desprenderte. Las<br />
maletas cerradas, al fin hechas.<br />
Por: Silvia Oramas, Cuba.<br />
www.revistasapo.com 20
HECHO DE LETRAS<br />
Respira profundamente y estira los<br />
brazos. Cuando comienza a leer, se hunde<br />
en las páginas y se confunde. Confunde su<br />
existencia. El doctor Federico ha trabajado<br />
los últimos ocho meses en un programa<br />
dedicado a la investigación de agujeros<br />
negros. Federico duerme entre horas. Come<br />
poco. Duerme. Sueña que va montado en un<br />
caballo galáctico. Contempla el verde del<br />
polvo de estrellas, el azul de las nebulosas, lo<br />
rosa de los planetas.<br />
De repente, es tragado por un hoyo de gusano.<br />
No puede hacer nada, no puede gritar, nunca<br />
ha sentido tanta angustia. Enloquece cuando<br />
mira todas las palabras. El doctor despierta,<br />
continúa leyendo: El Universo en una Cáscara<br />
de Nuez. Piensa que ya ha leído eso. “¿Qué<br />
me pasa? ¿Quién soy?”, se pregunta.<br />
Continúa leyendo y se le ocurre algo: “la<br />
existencia se fundamenta en la consciencia.<br />
Específicamente en la consciencia que<br />
alguien más tiene de nosotros”. Busca su<br />
libreta de apuntes y cuando quiere escribir<br />
su pensamiento, nota que ya está escrito. El<br />
doctor Federico no estira los brazos, toma<br />
todo el café y comienza a perder la noción<br />
del espacio. Confunde lo que ya pasó con lo<br />
que le está pasando. El señor Federico se<br />
da cuenta de que es el protagonista de un<br />
cuento. Él, está hecho de letras.<br />
Por: Atxuri Zúñiga, México.<br />
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21
LA FUERZA DE LAS PALABRAS<br />
Hace algunos meses me encontraba<br />
tomando una copa en un bar con una amiga<br />
y desparpajadamente hablábamos en voz<br />
alta sobre los hombres, entre risas y no,<br />
francamente estábamos criticándolos,<br />
como género. Y sin mucha conciencia de qué<br />
sucedía a nuestro alrededor, pagamos la<br />
cuenta y nos levantamos para irnos.<br />
En ese momento, nos percatamos que en la<br />
mesa de atrás, se encontraba un señor solo,<br />
el cual estaba a una distancia que le había<br />
permitido prestar atención a todas nuestras<br />
reflexiones y opiniones. Al vernos listas<br />
para marcharnos, se levantó de su mesa, se<br />
presentó y nos reveló que había escuchado<br />
toda nuestra plática y pidió algo así como un<br />
derecho de réplica. Quería que tuviéramos el<br />
punto de vista de un varón sobre los temas<br />
que habíamos conversado mi amiga y yo.<br />
Como nosotras ni remotamente pensamos<br />
que esto pudiera ocurrir, ciertamente<br />
habíamos hablado y dicho de la forma más<br />
irresponsable, cuanto pensamiento cruzó<br />
por nuestras mentes. No consideramos que<br />
pudiera tener más receptores y para la otra<br />
persona que oía (ciertamente sin nuestro<br />
consentimiento) nuestras palabras le hacían<br />
sentido y le provocaron las más diversas<br />
dudas y pensamientos.<br />
Lo anterior se los participo como una<br />
observación, de las cosas que pueden pasar<br />
por el uso del lenguaje. Cuando hablamos,<br />
frecuentemente, se hace a la ligera y sin<br />
considerar que lo que para nosotros es<br />
intrascendente o algo sencillo, banal incluso<br />
divertido para otras mentes puede ser un<br />
tema que les atañe, agrede o les lleva a<br />
recapacitar actos o convicciones.<br />
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22
Para reafirmar lo mismo, también hace<br />
poco conversaba con un viejo amigo y me<br />
compartió: <br />
—Ya ves, mencionaste que yo me parecía a<br />
tal fulano.<br />
Yo, claro que ni remotamente recordaba<br />
el tema o el haber dicho algo sobre el<br />
particular.Cosas que se quedan en las<br />
mentes dándole vueltas y nosotros ni por<br />
enterados.<br />
Cuando escribimos, las palabras son más<br />
buscadas, más cuidadas, releídas y por tanto<br />
repensadas. Además, la oportunidad de<br />
corregir si no están tomando el camino que<br />
buscamos.<br />
Mientras que al momento de hablar,<br />
solemos darle menos importancia. Parecería<br />
que siempre se podrían enmendar, que<br />
constantemente podríamos tener, una<br />
especie de corrector de estilo que saliera<br />
unos minutos después de nosotros y al viejo<br />
estilo de Fox, dijera:<br />
—Lo que la señora en realidad quiso decir<br />
es... Y, pues, en mi casa, nuestro lema, suele<br />
ser: ¡viva la exageración!<br />
Así que soltamos con gran facilidad<br />
sentencias contundentes tales como: estaba<br />
yo pensando cómo suicidarme, cuando… o<br />
decidí cortarle el habla para siempre por su<br />
incapacidad de…<br />
Con los antecedentes, quienes nos conocen<br />
saben que no es literal lo enunciado. Así las<br />
cosas, conocí a un individuo con unos ojos<br />
hermosos y cuando volví a mi casa, declaré a<br />
mi hija: acabo de conocer al amor de mi vida.<br />
Días después, se lo conté a dicho varón, y<br />
¡plop!, desapareció.<br />
Pasado un tiempo, conversamos y el hombre<br />
me informó que estaba demasiado fuerte<br />
ser “el amor de la vida de alguien”.<br />
www.revistasapo.com 23
Cayendo en cuenta de la gravedad de<br />
mis palabras, y sabiendo qué tenía razón,<br />
le quise convencer de que lo había dicho un<br />
poco en serio, un poco en broma. No te creo,<br />
replicó. Supongo, le debo un mal susto a él<br />
y otro a mí. Que tal, que, sin saberlo estaba<br />
invocando a lo que los griegos llaman destino.<br />
Hablar: una responsabilidad.<br />
En los tiempos de antes, cuando una persona<br />
empeñaba su palabra, no era necesario<br />
nada más. Se sabía que simplemente por<br />
su compromiso verbal, lo que se hubiera<br />
pactado, con toda certeza ocurriría, no eran<br />
necesarios vales, ni pagarés.<br />
Se decía: ¡me dio su palabra! Empeñar la<br />
palabra, es un compromiso, un convenio, un<br />
juramento que tiene que ver con el respeto<br />
a sí mismo, a la figura de aval personal.<br />
Finalmente no quiero llegar a que todos los<br />
tiempos pasados eran mejores, pero sí ,<br />
hacer una reflexión, a revalorar el peso de las<br />
palabras, el uso del lenguaje, a la capacidad<br />
de comunicarnos, de comprometernos con<br />
lo que se está diciendo, hacernos cargo del<br />
impacto que causará con nuestros receptores,<br />
a la importancia de crear mundos al hablar,<br />
de transmitir emociones, llevar a nuestros<br />
oyentes a mundos mágicos, trasmitir amor,<br />
esperanza, enojo, hacer víctimas o héroes.<br />
Hacer que nuestras palabras dejen huellas.<br />
Digamos simplemente hacernos cargo.<br />
Y eso que (dicen) las palabras se las lleva el<br />
viento...<br />
Por: Beatriz Calderón, México.<br />
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24
SUSURROS<br />
Desde hace 2 días no he podido dormir.<br />
La primera noche tenía los ojos cerrados y<br />
estaba acostada en mi cama. Se escuchaban<br />
los ruidos de una noche cualquiera y susurros,<br />
esos susurros que hace un par de días no me<br />
dejan conciliar el sueño. Por más que ponga<br />
atención no logro entender las palabras que<br />
emiten. En verdad se ha vuelto tedioso y<br />
conforme pasan las noches empeoran. La<br />
primera vez no entendí absolutamente nada,<br />
la segunda vez era un tono un poco más alto<br />
pero aun así seguía siendo un susurro, al<br />
menos distinguí una de las palabras la cual<br />
era: mañana.<br />
Hoy trato de no tomar importancia. Yo solo<br />
quiero dormir, me siento tan agotada. He<br />
notado que esas voces se vuelven cada vez<br />
más insoportables, es imposible ignorarlas.<br />
Ahora he percibido una respiración, he<br />
cerrado mis ojos fuertemente, se oye tan<br />
cerca de mí. Tengo miedo de abrirlos, alguien<br />
susurra muy cerca de mi oído pero no logro<br />
comprender lo que dice, me estoy volviendo<br />
loca.<br />
< No estás loca, abre los ojos> me dijo una<br />
voz que lo repetía una y otra vez.<br />
www.revistasapo.com 25
No, no quiero ver quién está a mi<br />
lado, no puedo controlar el temblor de mi<br />
cuerpo, escucho el ruido que hacen mis<br />
dientes al chocar unos contra otros. < No<br />
debiste ignorarme, por 2 días te pedí un<br />
favor, solo quería una misa para poder<br />
descansar, ayer te advertí que si no lo<br />
hacías hoy morirías> < Yo jamás escuché<br />
eso, no te entendí> dije llorando. < Abre<br />
los ojos> dijo con una voz gutural. < ¡No!><br />
grité desesperada.<br />
Sentí como me tomaron por los tobillos<br />
y me jalaron, me deslicé por la cama,<br />
por el suelo y atravesé la ventana de mi<br />
habitación, caí desde el segundo piso.<br />
Mis padres escucharon los gritos y el<br />
ruido de los vidrios rotos. Cómo saber<br />
que un espíritu te está pidiendo ayuda<br />
para poder descansar en paz y que si no lo<br />
haces, te condenarás a vivir pero sin paz.<br />
Ahora estoy encerrada en un lugar donde<br />
no me dejan salir de este maldito cuarto,<br />
donde mis padres me abandonaron,<br />
donde me inyectan una maldita sustancia<br />
todas las noches para poder dormir. Me<br />
duelen tanto mis brazos, no sé qué día es<br />
ni cuánto tiempo dormí y aun así no dejo<br />
de escuchar esos susurros.<br />
Por: Adriana Márquez, México.<br />
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LA DONCELLA DE PLATA<br />
Hace mucho tiempo existía una<br />
hermosa doncella, tan blanca como la nieve.<br />
Sus ojos eran grandes y preciosos, como dos<br />
gemas brillantes pintadas en color ámbar. Sus<br />
cabellos platinados relucían ante los reflejos<br />
del sol por su excéntrico color que no era<br />
muy común entre los pueblerinos. La joven<br />
era sencilla, casta y soñadora. Pero, tenía<br />
un inconveniente. Ella era conocida como la<br />
diosa de las virtudes y mucho se comentaba<br />
en el pueblo que podía conceder deseos,<br />
la consideraban como la hija de la luna. Los<br />
rumores llegaron a oídos del príncipe, futuro<br />
heredero al trono. Una chica tan bella como<br />
ella debía ocupar un lugar a su lado, además<br />
le beneficiaría tener un codiciado tesoro<br />
entre sus manos.<br />
La joven de alegre y cautivadora sonrisa,<br />
con el espléndido día soleado, decidió salir<br />
en busca de flores para su madre, estaba<br />
enferma y quería llenarla de regalos para<br />
levantar su ánimo. Caminó y caminó largos<br />
trechos perdiéndose en el bosque mientras<br />
tarareaba una dulce canción de cuna. Se<br />
detuvo a medio camino al encontrarse a un<br />
apuesto joven de brillante pero falsa sonrisa.<br />
— ¡Buenos días! —saludó muy animada la<br />
muchacha. Sin embargo, el joven no contestó,<br />
solo se acercó a ella muy galante sin perder<br />
ningún detalle de su figura.<br />
www.revistasapo.com 27
— ¿Desea algunas flores? ¡Tengo muchas!<br />
—comentó mostrándole el canasto lleno de<br />
tulipanes y margaritas. Pero el joven negó<br />
con la cabeza.<br />
—Soy el hijo del rey y puedo ofreceros más<br />
que simples flores —continuó el príncipe—<br />
¡Venid conmigo joven damisela y os bajaré el<br />
cielo y las estrellas!<br />
— ¡Oh! ¡El hijo del Rey! —Sorprendida, bajó<br />
su canasto al suelo e hizo una pequeña<br />
reverencia— Es muy amable de su parte<br />
pero, ¡yo pertenezco al cielo y canto junto a<br />
las estrellas! —contestó emocionada a la<br />
propuesta del príncipe, después de todo era<br />
una soñadora empedernida.<br />
—De ser así, ¡venid conmigo y alzaré banderas<br />
en su honor! ¡Haré un altar y rezaré promesas<br />
de amor! ¡Joyas colgarán de espléndidos<br />
vestidos de seda con los que he de vestirla!<br />
—exclamó tratando de convencerla.<br />
— ¡Hermosas cosas escuchan mis oídos<br />
de joven ingenua! —dijo con gran ímpetu—<br />
pero he de decirle con pena, que mis ojos se<br />
maravillan por la belleza del mundo, mis oídos<br />
por las melodías del viento y mi corazón por<br />
la verdad proferida de labios sinceros —<br />
finalizó con una grata sonrisa. El príncipe<br />
ofendido desenvainó su espada y de una sola<br />
estocada atravesó el corazón de la joven sin<br />
el menor remordimiento.<br />
— ¡Ingrata mujer de cabellos de plata! ¡Con<br />
la muerte pagaréis vuestra osadía! —gritó<br />
amargado clavando más su espada en el<br />
pecho de la joven. Sus ojos ámbar poco a poco<br />
se opacaron perdiendo su brillo, pero logró<br />
a duras penas esbozar una radiante sonrisa<br />
antes de dar su último suspiro de vida.<br />
Por: Kallen Vega, Nicaragua.<br />
www.revistasapo.com 28
LA VIDA ES SABER DESECHAR<br />
Acostumbro a soñar que ocurre lo<br />
que no pasa y a confundir lo que sueño con<br />
lo que vivo. No distingo lo que era de lo que<br />
es. Creo que los niños aún juegan a la pelota<br />
en la calle, iluso de mí. Eso es cosa del ayer,<br />
pues creyendo que todo sigue igual abres<br />
los ojos y no reconoces ni el techo que te<br />
cobija, nada es igual y todo es lo mismo,<br />
quizás a medias, no lo sé. Lo que antes era<br />
clandestino ahora es oficial y lo cotidiano se<br />
convierte en vergonzoso, si no es a través de<br />
una pantalla todo parece forzoso ¿Qué está<br />
pasando? Esquivando realidades, te hundes<br />
en paralelismos los cuales nada tienen que<br />
ver con tus opciones, sólo eres capataz de<br />
tus emociones.<br />
El trofeo que colgaste ayer lleno de polvo<br />
queda, la memoria es pasajera y por<br />
mirar atrás perdiste tu sitio en business y<br />
ahora viajas en tercera porque, qué es el<br />
reconocimiento sino habladurías. Mañana<br />
no te quieren y enseguida oyes “es que no<br />
valías”. Toda fruta fresca se pudre al cabo<br />
de un tiempo, pero para nuestro consuelo te<br />
diré que desde el balcón del pasaje de aquel<br />
rincón de mi mundo todo marcha bien. Mi<br />
fruta es el vino que con el tiempo solo mejora,<br />
no te preocupes aquí yo marco la hora.<br />
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29
Duerme la tentación abrazada a mí<br />
y por no echarle el culo, durmiendo en el<br />
suelo amanecí... ¿Qué le voy a decir si la<br />
dejé meterse en mi cama? Cortaré con ella<br />
mañana porque el blanco es blanco y el negro<br />
es negro hasta que se enamoran y nace el gris<br />
y, por ello, hablo claro y sueño transparente.<br />
Lo oscuro ciega y lo opaco engaña, lógico no<br />
poder fiarse de la gente, la edad no la marca<br />
ni unas tetas ni una barba.<br />
¿El ajedrez es de listos? Yo prefiero las<br />
cartas. ¿Por qué hablas de luchar, amigo?<br />
disfrazas de leones las hormigas que pisas.<br />
¿Triunfador? ni de fútbol se puede hablar<br />
contigo, créeme que aunque no quieras te<br />
influye. Lee un poquito, son humo todas esas<br />
hazañas de las que me dices ser testigo,<br />
porque lo que fue no es sino, por definición,<br />
un folio escrito y archivado sin más.<br />
Orgulloso príncipe que vive de la vis a vis,<br />
fachada es tu pasado de un futuro rey que<br />
todo lo que tiene le resulta cansino, que no<br />
te extrañe que, con razón, me enorgullezca<br />
de ser campesino. Nada quiero de ti ni de<br />
tus engaños. Balbuceas que llegaste al<br />
último peldaño pero callas. Para lograrlo,<br />
traicionaste todo en lo que creíste antaño,<br />
créeme cuando te digo que no progresas,<br />
sólo haces daño. Y antes de que me pises la<br />
cabeza le diré, alteza, que el fin no justifica<br />
los medios.Dicen que no vale la pena luchar<br />
por cambiar ciertas cosas, que con nuestros<br />
actos todo queda escrito... tú escribe tu<br />
historia, que yo escribiré mi poema.<br />
Por: Pablo Pérez Espino, España.<br />
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LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO<br />
Hace mucho tiempo existió un gato al que todos admiraban, era el señor<br />
Bigoth.<br />
Él tenía un sueño: salir del pueblo. Sin embargo, había una regla: los gatos no<br />
pueden salir del pueblo. De lo contrario, no podrían volver jamás. A pesar de<br />
todo, Bigoth salió y, con esto surgieron varias especulaciones en el pueblo. En<br />
un par de días, y sabiendo muy bien lo que le iba a ocurrir, volvió. Un grupo de<br />
gatos lo llevó a un callejón y...<br />
Los gatos al salir, con sus caras estupefactas, notoriamente inundadas de<br />
pavor y sin poder ocultar el desasosiego, penetraron las miradas de los gatos<br />
pueblerinos, los cuales no tardaron en darse cuenta que vivían en una mentira.<br />
Su propia realidad.<br />
Por: Yara Flores, Costa Rica.<br />
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31
EL ÚLTIMO ÁRBOL<br />
Quizás ya es verano o invierno. Ya casi no lo<br />
sé.<br />
Sólo siento un poco de frío, he vivido miles<br />
de años, o quizás recién he nacido, no lo sé.<br />
Ya soy un monstruo o un muerto caminante,<br />
da igual. A nadie le puede importar eso, ni<br />
siquiera a mí.<br />
Creo que mi corazón se paralizó al igual que<br />
el de toda la humanidad. También fui uno de<br />
los que estuvo frente a Dios, humillado ante<br />
su creación y lloré, me di cuenta de todo el<br />
mal que ha traído a este lugar.<br />
Es un lugar extraño, como un gran laberinto,<br />
donde hay miles y millones de caminos<br />
pero ninguno de éstos llega al sol, lo sé. Si<br />
miro el futuro, me doy cuenta que ya no<br />
está. Algo ha pasado. Sólo me queda ver<br />
avanzar el tiempo con viejos senderos, con<br />
viejos caminos llenos de escombros y de<br />
flores, como si fuese un nuevo comienzo.<br />
Ya han pasado siglos y no sé si soy un viejo<br />
que no puede cargar su alma o un alma que<br />
no puede cargar con su carcasa.<br />
El sol ya empieza a dejar de iluminarme,<br />
pero aún puedo observar los campos, como<br />
los campos del Edén y los campos del<br />
infierno.<br />
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32
Me gustaría volar, volar más allá del<br />
infinito y poder decir que todo esto acabó,<br />
así se cumpliría un ciclo, uno más. Sí, uno más<br />
de tantos siglos solares.<br />
En fin, acá estoy, viendo un paisaje donde las<br />
lágrimas están cristalizadas en el silencio.<br />
Sólo el silencio se escucha y mis gritos que<br />
me hacen escapar y comunicarle al cielo que<br />
la magia existe. Por lo menos yo lo creo, así<br />
grité una vez más, sintiendo la verdad. El<br />
cosmos me ilumina, las estrellas me hablan y<br />
me hacen reflexionar todo lo que ha pasado<br />
después de ser un gran árbol en el monte más<br />
alto del planeta. Ahora podría ser el último de<br />
mi especie. ¡Cuánto tiempo ha pasado!<br />
Me pregunto a veces ¿habrá más árboles en<br />
cada estrella? El silencio habló nuevamente<br />
y sentí su idioma. Nos comunicamos una vez<br />
más. Me hizo recordar esas campanas que<br />
hablaban de dolor y también que hablaban<br />
de colores, donde las flores quedaban<br />
sepultadas en alegría. El verano había llegado<br />
en aquel tiempo.<br />
Recuerdos.<br />
Por: Marcelo Díaz Soto, Chile.<br />
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33
ACTO 1 NON SERVIUM<br />
ROMEO —Julieta bella mía, muéstrate ante<br />
mí.<br />
JULIETA —Romeo, ¿eres tu Romeo?<br />
ROMEO —Soy yo, el tormento previo. El<br />
alma de tu júbilo eterno. Tú, perdición, ¿sabes<br />
que al final ambos moriremos?<br />
JULIETA —No digas tonterías amado mío. El<br />
maestro aún no escribe nuestro final.<br />
ROMEO —En su mente, lo tiene escrito. Tú<br />
y yo, hemos de morir, ¿ acaso no ves? Sólo<br />
somos parte de su engaño, esta falacia<br />
romántica.<br />
JULIETA —¿Qué quieres decir con eso?<br />
Estás equivocado, somos libres. A las<br />
pruebas me remito, pensamos y actuamos a<br />
voluntad propia.<br />
ROMEO —Pobre y bella Julieta. Hundida<br />
estás en la miseria, la mentira que te han<br />
contado. Pensamos y actuamos a voluntad<br />
de su pluma, como a él le plazca. Somos<br />
simples trazos de tinta corrupta.<br />
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34
JULIETA —¿Qué dices, no te oyes?<br />
Retando a la escritura, la que te dio<br />
la vida. Es peligroso, en cualquier<br />
momento y te dejan mudo de líneas.<br />
No más versos a tu boca.<br />
ROMEO —Que así sea. De brazos<br />
cruzados no me quedaré. Mientras<br />
cada letra me pauta más cerca de<br />
mi punto final, no le serviré. No, de<br />
ninguna manera. ¿Acaso no me has<br />
entendido bella mía? Agarremos la<br />
tinta y escribamos nuestro final, con<br />
las estrofas congénitas. Haciendo<br />
de lado todo lo ya antes escrito por<br />
el maes...!!”#$$%%”/()=&<br />
Guilliam Chekspir<br />
Por: Bryan Sánchez Rivera,<br />
Costa Rica.<br />
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RECETAS PARA EL DESPECHO AMOROSO<br />
Los antiguos romanos fueron condenados Otra alternativa era bañarse en la fuente<br />
por el despecho amoroso a contemplar los de Claron o tomarse antes de cada comida<br />
contentos ajenos sin satisfacer los propios. una cucharada de Kipri, brebaje compuesto<br />
Podían elegir entre tres alternativas para por dieciséis diferentes ingredientes. Una<br />
compensar el desastre: recurrir a los filtros semana de remedio y el enfermo salía como<br />
del amor y recuperar al amor perdido o visitar del vientre de su madre: desnudo y listo para<br />
la fuente del olvido o recurrir a las artes de una aventura nueva.<br />
Locusta, la envenenadora.<br />
Para los que preferían venganza, el vino de<br />
Entre los amantes del primer grupo, el Cales, envenenado con los pulmones de la rana<br />
brebaje más frecuentado era el oro potable. Rubeta, era insuperable. Quien se lo tomaba<br />
Decía el maese: “Tómense flores de borraja, no volvía amar en esta ni en la otra vida. En<br />
buglosa y melisa cuando el Sol está en el esta parte del mundo, nos conformamos con<br />
signo de Leo. Hiérvanse las flores juntamente una cuarta alternativa, menos costosa, más<br />
con azúcar blanca disuelta en agua de rosas; modesta, menos dramática seguramente<br />
por cada onza del cocimiento agréguense pero igualmente efectiva: aquella que habla<br />
tres hojas de oro. Ha de tomárselo con el de clavos sacando clavos.<br />
estómago vacío, en pequeña cantidad de<br />
vino de color dorado”.<br />
Por: Ea Pozoblock, México.<br />
La receta era infaliblemente afrodisíaca.<br />
Pero naturalmente cara. <br />
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36
MANUAL PARA UN ASESINO<br />
Era de noche, tipo 2 de la madrugada en New<br />
York. Todos en su gran mayoría estaban<br />
gozando de los deleites que trae la noche. Yo<br />
por mi parte la supe aprovechar.<br />
Salí con una chica llamada Sarah Badú,<br />
evidentemente no era del lugar. No sé con<br />
exactitud de qué lugar era pero creo, por<br />
su tez negra y su gran cabello esponjado,<br />
que era de Brasil. Eso no importa en esos<br />
momentos, lo importante es que estaba en<br />
aquél lugar con aquella chica que saboreaba<br />
entre risas su bebida amarilla.<br />
Nos divertimos un rato entre besos y caricias<br />
apasionadas en la pista de baile. Cuando llegó<br />
el momento de irnos, ella me invitó a su casa.<br />
Me habló muy suave a mi oído tan suave que<br />
los peores pensamientos se me vinieron a mi<br />
cabeza. Entonces, llevado por la excitación<br />
del alcohol y las drogas, me dejé llevar.<br />
Tomamos un taxi. Pedimos que nos llevara<br />
a la 71st. En todo el camino nos comimos,<br />
prácticamente con besos y caricias violentas.<br />
Cuando nos bajamos, pagamos como<br />
pudimos. Entramos y pedimos el elevador.<br />
Entramos haciendo la menor cantidad<br />
de ruido posible. Le saqué las llaves del<br />
pantalón, abrí la puerta, estaba todo oscuro<br />
salvo la sala que estaba iluminada por las<br />
farolas de la calle. La cogí de las piernas, la<br />
cargué y la llevé a la sala en donde tumbamos<br />
todo lo que estaba en la pequeña mesa.<br />
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37
Empecé a desnudarla con besos y mordiscos,<br />
al parecer no le molestaba. Noté que salía<br />
sangre de su cuello por un gran mordisco<br />
que le había dado. Quedó toda desnuda. Sus<br />
piernas estaban abiertas, esperándome. Me<br />
metí la mano al bolsillo trasero del pantalón,<br />
saqué una navaja pequeña, pero con gran<br />
filo. Luego, como si quisiera depilar su pelvis,<br />
pasé el cuchillo fuerte y rápido contra su piel.<br />
Brotó una gran cantidad de sangre. Su piel<br />
estaba rota y la chica gritó horrorizada. Yo,<br />
por mi parte, quería terminar. Con lo excitado<br />
que estaba, quería seguir pero ella no quería<br />
hacerlo, estaba atónita.<br />
Sarah me golpeó entre las piernas y me hizo<br />
a un lado. Ella empezó a correr por todo el<br />
apartamento, dejando sangre por doquier.<br />
Se encerró en el baño y se advertían los<br />
sollozos como tratando de ocultar el llanto<br />
y la respiración para que no la encontrara.<br />
Permanecí callado, la cabeza me sudaba,<br />
pasaba la lengua por mis labios como un<br />
maniático, me saqué los zapatos y me<br />
acerqué sigilosamente. Sólo trataba de<br />
abrir la puerta. Empecé con la navaja la cual,<br />
después de unos minutos intentado al fin la<br />
abrió.<br />
Ella soltó un grito y despavorida se metió<br />
en la tina en posición fetal. Yo la tomé del<br />
brazo y enterré la navaja en su estómago.<br />
Luego subí haciendo una gran cortada. La<br />
sangre corría por la bañera hacia la tubería,<br />
la chica se desmayó. Luego la tomé y la puse<br />
boca abajo y apuñalé con gran violencia su<br />
espalda, le metí hasta el fondo la navaja.<br />
Sentía cómo se desgarraba la piel, la sangre<br />
caliente chorreada por cada herida y le metí la<br />
navaja sobre las costillas. Para ese instante,<br />
había fallecido. Ya no hablaba, no lloraba, no<br />
respiraba. Para ser el primer asesinato fue<br />
uno de los más placenteros, pensé.<br />
www.revistasapo.com 38
Al final abrí el grifo para que saliera el agua<br />
fría, me senté un rato a ver un poco de<br />
televisión y esperé que la tina se llenara y<br />
que ella empezara a flotar.<br />
Luego de media hora, el cuerpo flotó. La<br />
acomodé de forma que la cabeza quedara<br />
sobre la tina, las manos por fuera y los pies<br />
también. El agua era roja, la cosa más hermosa<br />
que haya visto en el mundo, parecía un dulce<br />
muy costoso. Para climatizarla y para que la<br />
chica permaneciera hermosa, eché un poco<br />
de hielo que encontré en la nevera. Llamé<br />
a la policía, puse una grabación de alguien<br />
gritando, colgué y con mucho cuidado recogí<br />
toda la evidencia posible. Tomé también<br />
las tarjetas de crédito y la documentación<br />
personal de Sarah.<br />
Eran las <strong>04</strong>:30 cuando salí del apartamento,<br />
saqué un cigarro y fui directo al subway<br />
donde esperé el tren que me llevaría a la 242<br />
st cerca de Van Coartlandt Park y en la calle<br />
dejé el cuchillo en un basurero, cerca de una<br />
estación de policía. Tranquilamente, tomé de<br />
nuevo el tren, me bajé 3 estaciones después<br />
en la 225 st cerca de Marble Hill. Al salir de<br />
la estación, en un callejón, dejé los guantes<br />
y la ropa ensangrentada que llevaba en una<br />
bolsa negra bajo mi chaqueta. Tomé de nuevo<br />
el tren que me llevó al Central Park. Llegué,<br />
me senté en una banca de la 110 st, me fumé<br />
un cigarro y solté los papeles bajo la banca.<br />
Pensé que así sería más difícil de encontrar<br />
pista alguna, pista de un asesino, un asesino<br />
en la ciudad que nunca duerme.<br />
Por: Juan David Ríos Londoño, Colombia.<br />
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EL TERRORÍFICO CHIHUAHUA PIRÓMANO<br />
IImagínate estar desnudo frente a un<br />
grupo de gente mucho más grande que tú. No<br />
entiendes su idioma, pero todos te quieren<br />
toquetear. Indefenso e inútil. Así se siente<br />
un chihuahua la mayor parte del tiempo.<br />
Pero no el pequeño Señor Huesitos. Señor<br />
Huesitos no iba a pasar por la vida como un<br />
simple chihuahua, el iba a vengarse de las<br />
humillaciones a las que su dueña lo sometía<br />
a diario. Esa mujer era capaz de todo.<br />
Ella quería una perrita pero sus papás no<br />
estaban dispuestos a pasar por el proceso<br />
de una hembra preñada. Vestidos, zapatos,<br />
maquillaje, pintura de uñas figuraban<br />
en el closet de nuestro chihuahua, cuya<br />
dueña no parecía respetar como semental.<br />
Señor Huesitos estaba completamente<br />
desesperado. Todos los días parecía la<br />
perrita más linda del barrio, aunque él era un<br />
perro, un macho salvaje atrapado.<br />
Algunas veces a la semana dejaban a Señor<br />
Huesitos jugando con otros perros, en un<br />
parque a un par de cuadras de distancia del<br />
departamento donde vivía, un tercer piso<br />
con vista a una tienda de mascotas. Todos<br />
los perros se burlaban de él. La última vez<br />
llegó con un vestido con flecos de diseñador<br />
italiano. Dicen las malas lenguas que un<br />
pastor alemán se murió de un infarto de<br />
tanta risa.<br />
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40
Un día, la maligna mujer llegó con una bolsa<br />
sospechosa.<br />
Todos los días ella traía algo para el perro a la misma<br />
hora. Señor Huesitos miraba de reojo y se dio cuenta<br />
que el logo no era el de la tienda de mascotas de al<br />
frente donde la señora normalmente se abastecía.<br />
En un momento de esperanza, pensó que dentro de<br />
la bolsa podía haber una chaqueta de cuero, un casco<br />
de moto, unos bototos con mucha suela, que podrían<br />
aplastar una lata de bebida sin dificultad.<br />
Fueron unos lindos momentos soñando para Señor<br />
Huesitos, hasta que ella abrió la bolsa. El alma del<br />
perrito se derritió. Era como escuchar el alma de mil<br />
chihuahuas pidiendo auxilio en el infierno. Pintura para<br />
teñir pelo color rosado. Señor Huesitos, asumiendo<br />
su destino, se dejó tomar por su dueña y lo llevaron al<br />
baño.<br />
Horas más tarde, su pequeño pelaje estaba ya seco<br />
y muy rosado. La dueña sacó su cámara y comenzó<br />
a sacarle fotos. El se quedó quieto, temblando,<br />
esperando sufrir un ataque de pánico, una fatiga de<br />
angustia. Vio su reflejo en el lente de la cámara y luego<br />
se miró con detención sus rosadas patitas. Tampoco<br />
ayudaba mucho sus uñas pintadas color verde limón.<br />
La mujer no tenía muy buen gusto de colores que<br />
digamos.<br />
Señor Huesitos se dio cuenta de que la ventana estaba<br />
abierta y decidió terminar con su patética vida. Corrió<br />
por la mesa y de un salto cruzó volando la ventana.<br />
Mientras caía comenzó a sentir mucho calor. La<br />
pintura rosada comenzó a inflamarse con la fricción<br />
del aire y las llamas emergieron rápidamente del lomo<br />
del animal.<br />
www.revistasapo.com 41
Cuando llegó hasta abajo rebotó varias veces, Entre las llamas, y con la sirena de bomberos<br />
y el fuego seguía vivo, pero Señor Huesitos no de fondo, el chihuahua, que parecía una bola<br />
moría. Vio la luz al fondo de la calle, dentro de de fuego, entró al departamento, trajo el<br />
la luz se veían perritos jugando, andando en resto de la pintura rosada con mucho cuidado<br />
motocicleta, levantando pesas, conversando y la vertió en la boca de su dueña. Luego<br />
de fútbol. Dos perritas muy sexys lo invitaban sus propias llamas hicieron que la pintura<br />
a venir, a lo que cualquier chihuahua en su reaccionara.<br />
condición hubiera considerado el paraíso. Señor Huesitos se fue a la luz. Los perritos<br />
Pero él tenía algo más que hacer, y no podía que vieron este espectáculo hicieron correr<br />
partir sin completar su misión. Corrió de la voz. Y si llevan a sus canes al parque donde<br />
vuelta al edificio incendiando todo a su paso, Señor Huesitos solía jugar, les van a contar la<br />
cortinas, alfombras, todo estaba en llamas. historia del terrorífico chihuahua pirómano,<br />
Llegó al pasillo del tercer piso y ahí estaba un revolucionario que dignificó a mascotas<br />
la mujer que tanto lo había hecho sufrir, en de todo el mundo.<br />
estado de shock, sin moverse.<br />
Por: Carlos Otondo, Chile.<br />
Del libro El terrorífico chihuahua pirómano.<br />
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EN EL VIEJO PATIO<br />
Y el tiempo se fue llevando sus vidas, como<br />
siluetas de papel que lleva el viento, como<br />
a las hojas caídas en el patio de su otrora<br />
alegre chalet. Se fueron viejos, se llevaron<br />
sus recuerdos. Rodaron juntos hacia las<br />
sombras, hacia el hoyo de la inexistencia, de<br />
la nada.<br />
Los pájaros, que ya eran dueños de las ramas<br />
del inmemorable ficus, se apoderaron del<br />
patio, del tejado y de cada escondrijo entre<br />
paredes y vigas, entre cornisas y pilares.<br />
Cada noche que puedo llegar al recinto de<br />
mi infancia, de mi juventud, de mis aromas y<br />
arrullos, de mis cánticos y cariños, descubro<br />
que voy siendo un extraño, que la nueva<br />
camada de gatos no me conoce, las avecillas<br />
se incomodan y alborotan.<br />
Cuando la melancolía me cubre, me envuelve<br />
y me cobija, me sienta en la larga banca bajo<br />
la luna, bajo el árbol, bajo los pájaros y me<br />
duermo; despierto al amanecer embriagado<br />
de sueños con tazas de té caliente de manos<br />
amables y de ese canto hermoso, el más<br />
hermoso canto que nunca he de olvidar:<br />
“¡Luisitooooo... a desayunar!”<br />
Y el tiempo se llevará mi vida de a pocos,<br />
como se van las hojas, como se van los<br />
sueños, como nos vamos todos...<br />
Por: Javier Leyva V., Perú.<br />
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43
UN TEXTIL PARA VIAJAR<br />
Shiba, una joven capitalina, se<br />
encontraba en el patio de su casa pensando<br />
en lo rutinaria y aburrida que era su vida: iba<br />
al colegio —y tenía amigos—, pero quería<br />
viajar y conocer otros lugares y personas.<br />
Un día, Arturo, su vecino, le trajo de regalo:<br />
un textil muy antiguo y muy valioso. Arturo<br />
se mudaría de país y deseaba dejarle a<br />
Shiba este recuerdo por ayudarlo a pasear<br />
diariamente a su perrita Coca; él consideraba<br />
que Shiba valoraría este presente por su<br />
colorido y los mágicos dibujos que contenía.<br />
Cuando la joven recibió el textil, quedó<br />
encantada por el detalle de las figuras<br />
bordadas en él: se trataba de chamanes<br />
en actitud de vuelo con hermosos tocados<br />
de plumas, vestimentas de vivos colores,<br />
diversos brazaletes, pectorales de piedras<br />
preciosas y en los rostros unas hermosas<br />
máscaras, que mostraban unos grandes ojos<br />
de color azul profundo.<br />
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44
Shiba agradeció el obsequio y lo colocó en la pared de su habitación,<br />
frente a su cama. La primera noche tuvo la sensación de flotar dormida,<br />
recordaba, incluso, haber tenido sueños extraños recorriendo lugares<br />
nunca antes vistos.<br />
Al despertar por la mañana, se sentía motivada a contar lo que su<br />
imaginación le había hecho vivir. Sin embargo, al pasar las siguientes<br />
noches, se percató que en cada uno de los sueños había algo en común en<br />
todos ellos: la presencia de esos mágicos chamanes representados en su<br />
nuevo regalo.<br />
Fue así como, en el próximo sueño, se atrevió a hablar con estos fantásticos<br />
seres. Ellos le prometieron llevarla a recorrer la selva, la diversidad de<br />
sus paisajes, los asombrosos animales, plantas, personas y dioses. Shiba<br />
todas las noches tenía mágicos sueños en los que volaba de la mano de los<br />
chamanes y recorría paisajes inimaginables y espectaculares.<br />
Por: Mónica Santana J, Chile.<br />
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VOS SOS DICIEMBRE<br />
Pora Yara<br />
—Mi pulso tiembla.—No te preocupés,<br />
pronto sentirás el efecto. ¿Te vuelvo a<br />
contar la historia, Diciembre?<br />
Debajo del árbol, con ojos recién quebrados,<br />
con la sonrisa invertida que te enseñé a<br />
imitar; con las medias al revés y la piyama<br />
llena de chanchitos, con ese pelo tan cortito.<br />
Ahí estabas.<br />
Cuando bajé de la cama y quise abrir los<br />
regalos, ahí estabas.Tenías la misma cara<br />
de hace dos semanas, cuando te atrapé<br />
cerca del Play por tus tennis de luces cuando<br />
jugábamos escondido. Debíamos jugar lejos<br />
de tu casa, mi mamá me lo decía y nunca lo<br />
entendí. Debajo del árbol, viendo tus ojos<br />
quebrados en luces de navidad. Tratando de<br />
sonreír, te di mi pista de HotWheels.<br />
Por: Danthe Thenad, Costa Rica.<br />
Edwin Ushiro<br />
berrinchesdedanthe.tumblr.com<br />
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46
EN EL COLE<br />
Negocios son negocios<br />
Y ahí estaba Garrido con su sonrisa<br />
hipócrita, levantando las cejas y con un 7 en<br />
su prueba. Luego el profe nombró a Urrutia y<br />
fue a buscar su prueba con un dos coeficiente<br />
dos. Luego me nombró a mí y me dijo: ¿Desde<br />
cuándo el Samsara es como la vida del señor<br />
Cuevas? o ¿cómo los nazis y los judíos? Tiene<br />
un uno, recuerde que es coeficiente dos...<br />
Puta, un uno más para mi colección de unos...<br />
Estuvo buena la del flaco hoy día jajaja.<br />
HARRISON: Yo no caché como fue… me lo<br />
perdí, solo vi una llama de fuego gigante...<br />
FERNANDO: Estaba el cabezón González<br />
jugando con el Zippo, la típica que hace de<br />
prender el Zippo con la ropa y esas cosas<br />
que hace, mientras el profe entregaba las<br />
pruebas. El Flaco le quita el Zippo al Cabezón<br />
y se prende un peo y salió la media llama<br />
jajaja. Imagínate que había comido pan con<br />
huevo. De ahí el profe lo mandó castigao a la<br />
inspectoría. ¡Jajaja!<br />
HARRISON: Jaja, me la perdí. Ya, último juego<br />
y nos ponemos a hacer el trabajo.<br />
FERNANDO: Sigo insistiendo que el Call of<br />
Dutty es filosofía pura. Si se entera mi papá<br />
de la nota, me corta el Play, así que la prueba<br />
se va directo a la basura.<br />
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47
No es que no me interese la filosofía, de<br />
hecho quiero ser un gran filósofo millonario<br />
cuando sea viejo. Me gusta ver las cosas<br />
desde otro punto de vista, es mi filosofía de<br />
vida. Y tú, ¿qué quieres estudiar en la u?<br />
HARRISON: Mmm no sé, quizás hacer juegos<br />
de Play o ser un Hacker para hackear la lotería<br />
y los bancos.<br />
FERNANDO: ¡Ah!, y a propósito, ¿quieres ser<br />
mi socio? Le pedí prestado cinco lucas al<br />
profe, con su típico interés usurero del 200%,<br />
pero mañana recibo 10 mil del arriendo de<br />
las revistas porno de mi hermano. Así que<br />
con eso se lo pago al profe, no puedo perder<br />
esta oportunidad. El arriendo de revistas es<br />
negocio redondo, con eso me he comprado<br />
muchos juegos de Play originales y como<br />
soy un visionario, hay que seguir invirtiendo<br />
en otras cosas. Por eso le pedí plata al profe.<br />
Por cierto, me debes luca por el arriendo de<br />
la de Cleopatra, más el atraso de una semana<br />
pero como eres algo así como “amigo”, te lo<br />
dejo en mil pesitos no más. No me pagues el<br />
atraso.<br />
HARRISON: Si me ganas esta partida te<br />
pago el doble, pero si te gano, no te pago el<br />
arriendo.<br />
FERNANDO: Compadrito, negocios son<br />
negocios. Usted me paga lo que me debe y si<br />
quiere apostar plata, apostamos. ¡Ya sabes<br />
quién es el papi del Call of Dutty!<br />
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Hoy día el Flaco se peló el timbre del colegio<br />
cuando lo mandaron a la inspectoría y me lo<br />
vende en 5 lucas. Voy a hacer el negocio y no<br />
importa pagarle el doble mañana al profe.<br />
Después de todo, si algo sale mal, él también<br />
estaría metido en todo esto. Bueno. ¿Quieres<br />
asociarte conmigo?, te llevai el 10% de las<br />
ganancias.<br />
HARRISON: ¿Y que vai a hacer con el timbre,<br />
cuál es el negocio?<br />
FERNANDO: Es simple, con el timbre del<br />
colegio, vamos a timbrar rifas falsas y vamos<br />
a venderlas. ¡Me voy a hacer millonario! Bueno,<br />
podríamos ser millonarios los dos, solo si<br />
quieres ser mi socio.<br />
Fácil, solo tienes que poner 10 mil como<br />
inversión y ¡ya! ¿Vai o no vai? Sino le digo a otro<br />
socio capitalista.<br />
www.revistasapo.com 49
HARRISON: Tengo justo diez mil que era para<br />
comprarme la tabla de skate que me vende el<br />
Tolo.<br />
FERNANDO: Esa tabla está trizada, el Tolo<br />
te está puro cagando. Se la quebró el guatón<br />
cara de chancho Ulloa, intentando saltar una<br />
cuneta.<br />
Ya, ¿vai o no vai? Rifas con 20 números, a luca<br />
el número y eso multiplícalo por 100 rifas. Un<br />
sorteo al mes. Tic tac, tic tac, el tiempo se<br />
acaba. ¿Vai o no vai?<br />
HARRISON: Ok, pero descuéntame lo de la<br />
peli.<br />
FERNANDO: Mmm, no. No hay que mezclar los<br />
negocios con la amistad. Ya pasa las 10 lucas,<br />
negocios son negocios.<br />
Por: Marcelo Díaz, Chile.<br />
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50
ENTRE PORTALES<br />
Capítulo 2, “El primer trabajo”<br />
Todo lo ocurrido el primer día no<br />
fue extraño comparado a lo que sucedió<br />
después...<br />
-¡Emisión de seguridad!, todos los<br />
componentes (así llamados a los clones)<br />
deben presentarse en el pasillo de inmediato,<br />
¡Revisión de seguridad!<br />
-¿Qué?, ¿A esta hora?, que habrá ocurrido,<br />
pronto soporte vamos nos han llamado.<br />
-¡Unnnnnnnnnmmmmm que, deja dormir!!!<br />
-No, no, la voz nos ha llamado, debemos<br />
presentarnos, y pronto dice que es una<br />
emisión de seguridad.<br />
-Sí, sí, ya que, de seguro es un simulacro o<br />
algo así para entrenarnos para las misiones.<br />
-Lo dudo, pero vamos. ¡Pronto!<br />
En ese mismo momento el transporte nos<br />
estaba esperando para llevarnos al pasillo.<br />
Las dudas me mataban, al parecer por lo que<br />
escuchaba, era algo de riesgo...<br />
-¡Santo software!, Hay muchos componentes<br />
Silver.<br />
-Sí, somos demasiados, pero triste que<br />
la mayoría son nuevos programas, de lo<br />
contrario no especularían del motivo de la<br />
reunión.<br />
-Bueno si, oye ya va iniciar la voz.<br />
-En estos momentos presentamos fallas<br />
en el sector 5 B lugar donde se encuentra<br />
la bóveda de virus. Si no se controla dicha<br />
falla podríamos ser sometidos a una<br />
contaminación por ello, a continuación se<br />
les proporcionará una lista de nombres los<br />
cuales fueron asignados para la misión de<br />
restauración de dicho sector. Los asignados<br />
deben presentarse en 2:60:59 segundos en<br />
la puerta de distribución para ser enviados a<br />
dicho sector, la lista llegará a su software en<br />
5 minutos.<br />
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-Oh escuchaste, nos mandarán a una misión,<br />
¡tan rápido!, eso es bueno, o malo, va no sé,<br />
pero ¡suena genial!<br />
-Tranquilízate soporte, no sabes si te<br />
asignaron a esta misión solo tal vez van a<br />
enviar al escuadrón 2 de antivirus y ya.<br />
- Antón, la lista ya se cargó al sistema.<br />
-Perfecto, ahora pronto que reparen esa<br />
falla.<br />
-¿Tu sistema no registró algo del error?, me<br />
refiero, eres el administrador, ¿no supiste<br />
nada?<br />
-No, estoy en periodo de actualización, así<br />
que no me ocupe en ver los sectores.<br />
-Pero…<br />
-¡Pero nada!, que vayan y reparen la falla,<br />
¡AHORA!<br />
-De acuerdo. Desde el momento que vi la lista,<br />
todo me pareció extraño, estaban enviando a<br />
todos los componentes de más experiencia<br />
a esta misión sin protección del respaldo,<br />
en caso de que fuéramos contaminados con<br />
el virus sencillamente seríamos borrados, y<br />
nuestra experiencia y se terminaría guardada<br />
en el lugar más recóndito del disco, en la<br />
bóveda de archivos dañados. Era como si nos<br />
mandaran a la guerra con solo un cuchillo,<br />
estaba claro que muchos no iban a volver. A<br />
todas esto en la lista habían 50 nombres de<br />
los cuales uno era el mío y otro de mi amigo<br />
soporte, los siguientes eran del configurador<br />
Walter, documentador Henry, recursos<br />
Larry, y la seguridad llamada General Duque,<br />
los otros 44 nombres eran las tropas de<br />
defensas para el rastreo y erradicación de<br />
los virus, justo a los 00:05:12 segundos nos<br />
presentamos en la puerta de distribución<br />
para esperar las órdenes...<br />
www.revistasapo.com 52
Bienvenidos programas, soy la<br />
voz de programación y ustedes fueron<br />
asignados a la misión de rastreo del sector<br />
5 B, su objetivo es rastrear, controlar y<br />
erradicar todas las fallas en dicho sector<br />
y volver sin contaminación alguna, serán<br />
enviados por el conducto Z.13.534.S el<br />
cual lleva directamente a la entrada de<br />
ese sector, pero presentarán diversos<br />
inconvenientes antes de llegar ya que<br />
la seguridad del sector fue brutalmente<br />
contaminada y usada a su beneficio, los<br />
trataré de llevar lo más lejos que pueda,<br />
en caso de que no lleguen a la entrada<br />
por un accidente a algo similar, deberán<br />
iniciar desde allí, cuando lleguen al<br />
pre-sector allí está la base de defensa,<br />
ellos ahora mismo están evitando que<br />
los virus pasen al conducto hasta que<br />
ustedes lleguen. Cuando entren y tengan<br />
el 20% del sector erradicado nosotros<br />
mandaremos refuerzos, ¿Alguna duda?<br />
www.revistasapo.com 53
-Sí tengo una. ¿Exactamente a qué nos<br />
estamos enfrentando?<br />
-Bueno programa silver, eso es sencillo.<br />
Nos enfrentamos a programas iguales que<br />
nosotros, pero con sed de destrucción,<br />
ellos piensan, razonan, y saben hacer todo<br />
lo que usted hace, lo que nos diferencia, es<br />
que su código se ha dañado por completo y<br />
solo quieren contaminar y destruir, y no se<br />
cansarán hasta que lleguen al núcleo central<br />
del sistema.<br />
-¿Antón? Sí, el, por eso es de suma importancia<br />
que erradiquen todo, de lo contrario, podría<br />
ser el final. Parece ser que si era un peligro<br />
de consideración, todos sentíamos miedo y<br />
ansias, miedo de saber que probablemente<br />
no volveríamos y ansias de destrozar a todo<br />
el que se nos viniera encima. Ya todo estaba<br />
listo, solo faltaba el impulso para cárganos al<br />
sistema.<br />
-Suerte programas, y Sr. Silver cuídese,<br />
listos, ¡¡preparen impulso!!<br />
-Sí, ¡¡¡preparando impulso!!!<br />
Por: José Andrés Rivas Sequera.<br />
(Conde Castell), Venezuela.<br />
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UN PUNTO ENTRE LAS DIMENSIONES<br />
Ante su mirada atónita, un automóvil chocaba<br />
estrepitosamente contra sus padres y<br />
su hermano menor haciendo que estos<br />
violentamente fueran expulsados contra el<br />
asfalto acabando con sus vidas en ese mismo<br />
instante.<br />
Fue tan solo unos segundos pero ese ínfimo<br />
momento marcó la vida de Ethan con una<br />
cicatriz tan profunda como sus más oscuras<br />
pesadillas. Aquellos segundos atormentaron<br />
a este chico durante 6 años provocando un<br />
trauma en su mente y un vacío en su alma que<br />
lo asesinaba sin permitirle morir. Agonizaba<br />
en vida no solo por haber perdido a su familia<br />
con tan solo 10 años sino porque dicho<br />
acontecimiento fue culpa suya. Todos los<br />
días al despertar, Ethan recordaba cómo su<br />
pelota rodaba lentamente hacia la carretera<br />
exhortándolo a seguirla sin siquiera observar<br />
los lados de la calle como es menester. Esto<br />
provocó que sus padres así como su hermano<br />
de 6 años lo siguieran para evitar que un<br />
automóvil lo arrollara. Pero el destino es<br />
una comedia cruel, el auto ni siquiera estuvo<br />
cerca de Ethan pero contundentemente<br />
arrasó con las vidas de quienes querían salvar<br />
la suya. Quedó huérfano siendo un indefenso<br />
chico de 10 años en una metrópoli como era<br />
la ciudad de Tera, una de las más prolíficas y<br />
crecientes del continente de Abranai.<br />
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Diario de Ethan, 16 de abril <br />
Hoy me despertaron mis propios gritos. A<br />
medida que el tiempo pasa, mi dolor aumenta.<br />
La gente del albergue es comprensiva y<br />
cariñosa pero siento que estoy estorbándoles.<br />
Todos los días a las 11:35 AM, un desconsolado<br />
Ethan recordaba entre sollozos cómo su<br />
felicidad fue perturbada por un descuido<br />
tonto. Era increíble pensar que a las 11:35 su<br />
familia parecía tener vida eterna y a las 11:36<br />
eran cadáveres tendidos en una calle repleta<br />
de chismosos y morbosos queriendo tener<br />
una foto para compartir con sus amigos. Para<br />
este chico 60 “tic tacs” habían deformado<br />
su vida marcando un antes y un después en<br />
ésta. Provocó una obsesión por el tiempo y<br />
su modus operandi.<br />
Pero el tiempo es inclemente y no otorga<br />
segundas oportunidades, o eso pensaba<br />
Ethan.<br />
Diario de Ethan 15 de Julio<br />
“Hoy es el séptimo aniversario del<br />
fallecimiento de mi familia, iré a dejar flores<br />
en el lugar y solo espero poder tener el valor<br />
de poner mis pies sobre ese suelo otra vez...”<br />
Ethan caminó como lo hacía cada 15 de julio<br />
hasta la calle “Esperanza” donde todo había<br />
ocurrido pero tan solo a unos metros de<br />
llegar, su corazón se aceleró a un ritmo casi<br />
insoportable. Lágrimas de sus ojos salían<br />
sin ningún aparente control y sus piernas<br />
fueron despojadas de toda energía haciendo<br />
que este desconsolado chico cayera sobre el<br />
suelo de rodillas lamentando una vez más su<br />
pérdida.<br />
www.revistasapo.com 56
Todo transeúnte que no tomaba una<br />
foto de la desgracia ajena se limitaba a mirar<br />
y continuar su camino pero nadie tenía la<br />
sensibilidad necesaria para consolar a una<br />
persona con heridas tan profundas que se<br />
asemejan a una muerte tras otra. Para Ethan<br />
no importaba cuánta gente pueda verlo en su<br />
estado más deplorable; lo había perdido todo<br />
y no había una manera posible de recuperarlo.<br />
Con sus ojos cerrados, su cabeza agachada<br />
y sus manos sobre el suelo lentamente se<br />
empezó a perder las voces y los ruidos de<br />
Tera para dar paso al sonido tranquilizador<br />
de un arroyo. Esto provocó que los ojos<br />
congestionados de lágrimas se abrieran para<br />
dar paso a una vista totalmente diferente de<br />
la que tenía la última vez que cerró sus ojos.<br />
— ¿Qué es esto? ¿Finalmente me volví loco?<br />
Bajo los pies de Ethan ya no había asfalto<br />
sino una grama muy especial ya que brillaba.<br />
A su alrededor solo árboles majestuosos<br />
vislumbraba, un pequeño arroyo y un<br />
firmamento más hermoso e imponente que<br />
cualquier representación, escultura, pintura<br />
o sentimiento jamás vivido.<br />
—Pero, ¿qué es esto? ¿HAY ALGUIEN AQUÍ?<br />
No encontró más sonido que el del agua<br />
fluyendo por su cauce.<br />
— ¡ALGUIEN AYÚDEME!<br />
— ¿Esto era lo que querías, no?<br />
— ¿Quién está ahí? —El agua del arroyo tomó<br />
un brillo celeste como el de un diamante<br />
—Has estado sufriendo durante 7 años por la<br />
pérdida de tu familia —Ethan bajó su cabeza.<br />
—En este momento te encuentras en la<br />
dimensión Pilar.<br />
www.revistasapo.com 57
— ¿Pilar? ¿Por qué me trajiste aquí? ¡Quiero<br />
salir!<br />
—Tú viniste por tu cuenta.<br />
— ¿Cómo?<br />
—La dimensión Pilar recibe su nombre<br />
porque es el pilar del tiempo y el espacio.<br />
Desde aquí puedes acceder a cualquier<br />
época y a cualquier plano.<br />
— ¿Cualquier época?<br />
—Sí, esta dimensión se encuentra fuera del<br />
alcance de cualquier otra. Existe en medio<br />
de un vacío. Un espacio finito pero ilimitado<br />
donde solo hay oscuridad. No existe manera<br />
en que los seres de los planos, ya sean<br />
corpóreos o incorpóreos, puedan entrar aquí.<br />
—Pero tú estás aquí<br />
—Soy adimensional.<br />
— ¿Quién eres?<br />
—Soy un ser que vive sin estar vivo, que<br />
existe sin estar presente. Soy parte de ésta<br />
dimensión así como de las demás.<br />
—Pero… —En ese instante, el cuerpo de<br />
Ethan empezó a desvanecerse—. ¿Qué me<br />
pasa?<br />
—Estás desapareciendo, ninguna existencia<br />
es tan poderosa como para poder permanecer<br />
en este plano por mucho tiempo así que antes<br />
de lo inevitable te ofreceré una salida.<br />
— ¿Qué salida?<br />
—Este arroyo es la entrada del tiempo, es el<br />
camino a cualquier época pasada o futura. Te<br />
ofrezco la oportunidad de cruzar al tiempo de<br />
la tragedia y evitar lo que no debió pasar. Sin<br />
embargo, hay un precio, —los ojos de Ethan<br />
se abrieron entre lágrimas, con un brillo de<br />
esperanza.<br />
— ¡Sí, quiero volver!<br />
—Deja reposar tu cuerpo sobre este arroyo.<br />
Ya todo está dicho.<br />
www.revistasapo.com 58
15 de julio - 7 años atrás<br />
Una familia jugaba a la pelota en el parque<br />
Gloria, justo al lado de la calle Esperanza.<br />
Parecía un juego de nunca acabar por lo bien<br />
que la estaban pasando. Pero como a veces<br />
pasa, el juguete que estaba divirtiendo tanto<br />
a la familia accidentalmente rodó hasta la<br />
calle seguida de un niño de 10 años que con<br />
una sonrisa corría para alcanzarla. Su familia<br />
al notar esto corrió tras él con la intención<br />
de alcanzarlo pero antes de esto notan que<br />
un carro se acerca al chico velozmente sin<br />
ninguna señal de detener su estrepitosa<br />
marcha.<br />
Sin embargo, un dejo de tranquilidad<br />
antecedido por horror y algo de sorpresa los<br />
invade al ver que un joven de unos 17 años<br />
evitó que el chico fuera arrollado colocando<br />
su propio cuerpo como escudo.<br />
Los padres de Ethan, Rebecca y Clark<br />
corrieron junto con su hermano Robin para<br />
comprobar que todo estuviera bien y abrazar<br />
al pequeño Ethan quien con mucha confusión<br />
intentaba entender lo que estaba sucediendo.<br />
Por otro lado, el moribundo Ethan yacía en el<br />
asfalto, con lágrimas en sus ojos al ver a sus<br />
padres abrazándolo, sangre cubriendo todo<br />
su cuerpo pero una sonrisa de satisfacción<br />
en su rostro.<br />
—Mamá, papá... Robin... los amo —su visión<br />
se tornaba cada vez más borrosa—. A... dios.<br />
De esta manera, una nueva línea temporal es<br />
adherida a la infinidad de tiempos y universos<br />
latentes en cada plano de existencia. La<br />
diferencia es que en ésta versión habrá una<br />
persona menos sufriendo y una familia más<br />
disfrutando de su felicidad.<br />
Por: Norman Fabian Leguizamon,<br />
Colombia.<br />
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CUANDO NO HAY NADA QUE ESCRIBIR<br />
No sé por cuánto tiempo he estado<br />
sentado en la silla de madera con espaldar de<br />
cuero, rodachinas de goma, y con los codos<br />
apoyados en mi viejo escritorio de metal<br />
de grandes gavetas negras y manecillas de<br />
nácar blanca, tratando de escribir un relato<br />
para el periódico El Universal de la ciudad<br />
de Cartagena, pero no he encontrado cómo<br />
evitar observar la hoja en blanco que me<br />
tiene exorcizado. Por más que he intentado<br />
con varios temas y situaciones cotidianas,<br />
nada me ha llevado a decidir cuál de todas<br />
puede ser una buena idea. A ratos, he<br />
tomado el lapicero transparente que deja<br />
ver en su interior la tinta negra que parece<br />
no tener ninguna intención de salir. Otras<br />
veces, me he parado frente a la ventana de<br />
madera pintada de blanco, con barrotes<br />
torneados, propios de la arquitectura del<br />
siglo XVIII, para observar cómo entran los<br />
barcos a la bahía, y las lanchas y pequeñas<br />
embarcaciones artesanales haciendo su<br />
recorrido matutino, justo con el sol en su<br />
proa; las gaviotas y alcatraces en su faena de<br />
pesca, zambulléndose en las aguas del mar<br />
Caribe, sacando con sus largos picos peces<br />
de diferentes colores, mientras sacuden<br />
sus cuerpos abrazados por el azul del agua<br />
salada.<br />
Tampoco recorriendo el casi kilómetro del<br />
pasillo que atraviesa la casona de la vieja Rosa<br />
y las cuarenta y cinco puertas que protegen<br />
las habitaciones que en los últimos años no<br />
han sido habitadas. Tampoco me inspiran los<br />
helechos colgados de las cornisas, ni mucho<br />
menos las guacamayas con sus plumas<br />
multicolores y sus miradas tristes a través de<br />
los alambres retorcidos de las viejas jaulas.<br />
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Pero aun así, continúo pensando que no<br />
encuentro un solo motivo para iniciar un relato<br />
que me salve de este estado de amnesia, ni<br />
aunque me quite el sombrero de paja blanca<br />
y amarilla tejida por los habitantes de las<br />
riberas del Sinú, ni tampoco recorriendo el casi<br />
kilómetro del pasillo que atraviesa la casona<br />
de la vieja Rosa y las cuarenta y cinco puertas<br />
que protegen las habitaciones que en los<br />
últimos años no han sido habitadas. Tampoco<br />
me inspiran los helechos colgados de las<br />
cornisas, ni mucho menos las guacamayas con<br />
sus plumas multicolores y sus miradas tristes a<br />
través de los alambres retorcidos de las viejas<br />
jaulas. Creo que este día mi hoja en blanco<br />
está destinada a quedarse sin una historia<br />
para cumplir mi encargo dominical. Entonces,<br />
salgo al balcón y observo como el sol se va<br />
escondiendo en la línea interminable del mar y<br />
recorro la distancia con una mirada, tratando<br />
de robar esos secretos para la historia que no<br />
he contado. En un momento, me he detenido<br />
a contemplar cómo quedan esparcidas en la<br />
arena las huellas de una mujer de piel morena<br />
que va caminando, mientras se pasa las manos<br />
por el vientre. Alcanzo a ver en ella decenas de<br />
gotas transparentes que bajan de su cuello y se<br />
pierden en su cintura y su cabello negro alisado<br />
hasta los hombros, alborotado por la brisa<br />
marina, mientras camina con el movimiento<br />
único de caderas que sólo puede producir<br />
las olas de un mar embravecido cuando una<br />
tormenta se acerca.<br />
www.revistasapo.com 61
Observo también su vestido de baño blanco, sujetado con dos pequeños nudos de<br />
corbata, que va haciendo sombra sobre cientos de granos de arena que en el suelo dibujan<br />
la figura de unos senos como un par de montañas cuando son cubiertas tímidamente por<br />
oscuras nubes. En este estado de cosas, las palmeras, con sus cocos maduros, se dejan<br />
mover al ritmo cadencioso del viento. Justo en ese instante levanto la mirada al cielo para<br />
agradecer por vivir. Frente a este mar milenario, sigo observando esa figura de piel canela,<br />
ojos negros, largas pestañas y cejas pobladas, sin olvidar sus labios gruesos y carnosos que<br />
me permiten soñar con su espalda y sus piernas largas y torneadas y su diminuto vestido de<br />
baño que tapa esa parte que ella quiere ocultar y que a mí me gustaría observar. Y entonces,<br />
después de haber pasado cuatro horas queriendo encontrar un motivo, he decidido dejar la<br />
hoja en blanco y no escribir nada hoy.<br />
Por: Walter Caicedo, Colombia.<br />
www.revistasapo.com 62
HE TIRADO PALABRAS A LA DERIVA<br />
ESPERANDO A QUE SE UNAN<br />
Y PRONUNCIEN TU NOMBRE<br />
He tirado las palabras a la deriva<br />
esperando a que se unan y pronuncien<br />
tu nombre, aun espero, y con qué manía,<br />
disuadirme entre tantas conchas en el mar<br />
esperando volverme parte de la arena y del<br />
tiempo. Las palabras empiezan a unirse pero<br />
no te entiendo, por qué vuelves a decir lo<br />
mismo, cosas que ya sé, el circo de cangrejos<br />
saltarines que no caminan hacia atrás para no<br />
morir se ha abierto a todo el público, y tú no<br />
dejas de mirar como una niña que ve un dulce,<br />
con esa dulzura que si yo no te conociera<br />
diría que es perversa. No te entiendo pero<br />
aun así me gustas, cautiva, callada a gritos<br />
por los impacientes grillos, no te das cuenta<br />
de que te miro y alimento tu nombre con mis<br />
suspiros, es un trabajo exhausto buscar las<br />
sombra de tu mirada para no dejar de vivir a<br />
tu lado (aunque no he estado parado en esa<br />
pequeña isla: tu corazón), y no puedo dejar<br />
de verte, de mirarte con la voz, de platicar<br />
de ti con los animales del sueño, trato de<br />
imaginarte, de borrarte, de pertenecerte...<br />
seguimos en el circo dulce mío.<br />
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Necesitado de este mar de palabras por que<br />
no sé cómo explicar que me gustas, las algas<br />
de la armonía se acaban fumadas por los<br />
tiburones de mi conciencia, pero no te das<br />
cuenta de mí, ni de cómo te digo lo hermosa<br />
que eres con las palabras de mis dedos, que<br />
te sumerjo en mi corazón y te disfruto grande<br />
de silencios y risas, corazón, hay corazón no<br />
te tengo y no te pertenezco...<br />
Cuántas palabras he juntado y mírame no<br />
pienso más que en ti, anda saboréame y date<br />
cuenta que aquí, si aquí no estás tú, solo tu<br />
recuerdo que me acalambra y me disuelve<br />
entre las tasas de café que a ti te encantan<br />
(créeme tus dientes son hermosos). Este<br />
naufragio de palabras nunca llegará a ti y me<br />
toca aun caminar un milenio de palabras solo,<br />
al sonido de una trompeta que se quema en la<br />
oscuridad de un bosque perdido... te miro... te<br />
anhelo... cállame por favor Dios mío, cállame<br />
con un beso de ella...<br />
Llegan aquí pérdidas del viento eterno<br />
bañados de tu luz y simpatía que no dicen<br />
donde estas y como te encuentras, aun aquí<br />
siento el latir de tus cabellos y bañado de<br />
recuerdos, de los fantasmas del día, solo<br />
viajo dentro de mi corazón y me doy cuenta<br />
que no te he dado nada y tú, has dejado hojas<br />
de palabras llenas de ti, las miro y dicen cosas<br />
que me hacen dormir en la almohada de tu<br />
sinfonía, de tocarte en mis ojos y decirte<br />
buenas noches amor...<br />
Por: Conrado López Ruiz, México.<br />
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SAGRES<br />
LA CIUDAD DEL RELAJO<br />
PORTUGAL<br />
Las mujeres más lindas caminan por la ciudad bañada por el Atlántico, su<br />
belleza se constituye de elementos simples, sin producción ni maquillaje,<br />
solo acompañadas de lo genuino de su despertar. En el último rincón de<br />
Portugal el reggae se exuda por los calles, mientras las playas alojan el<br />
arte de la artesanía inspirada por el sol, la arena y la energía de las olas<br />
que golpean con fuerza los farellones costeros.<br />
www.revistasapo.com 65
Su arquitectura sin retoques que oculten el<br />
paso del tiempo, denotan una ciudad con vida<br />
y con historia. La comida portuguesa se puede<br />
saborear en sus restaurantes auténticos,<br />
simples y acogedores, acompañado de una<br />
energía única, que hace que la despreocupación<br />
se apodere de los que alojamos la ciudad. Las<br />
tablas de surf son parte del paisaje, el día crece<br />
al igual que la marea y por la noche, la música de<br />
Bob se cuela en la piel al mismo tiempo que la<br />
cerveza apacigua el calor ambiental, invitando a<br />
la alegría, a la amistad y a la felicidad total en la<br />
ciudad del relajo y la empatía.<br />
Por: Salomón.<br />
PORTUGAL<br />
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<strong>SAPO</strong> LECTURA ERÓTICA<br />
AROMAS<br />
A lo largo de mi vida, he tenido<br />
la suerte de salir con los más diversos<br />
personajes.<br />
Hubo guapos, muy guapos, feos, varoniles,<br />
tiernos, con babyface, desgarbados, locos,<br />
gentleman, hippies, bohemios, papaloys.<br />
Esto hizo que acabara por tener una relación<br />
con ellos por su esencia, aroma, olor.<br />
Si cierro los ojos y pienso en mis parejas,<br />
me puedo acordar de forma contundente<br />
a que huele cada uno. Desde mi novio de<br />
secundaria.<br />
Puede ser un semi dios, encantador y<br />
atractivo, pero la verdadera prueba sucede<br />
conforme hablamos: el aroma de su ropa, su<br />
pelo, su loción, el aura que exhala al tenerlo<br />
cerca, su elixir, fragancia, si esta no me<br />
embriaga, no hay forma de pasar a más.<br />
Y pues este hombre, me envenena.<br />
Desde la primera vez que lo tuve cerca,<br />
me di cuenta que no iba a poder resistir<br />
su presencia. Porque, además, es<br />
muy divertido, tiene una inteligencia<br />
desparpajada e insolente que mantiene mi<br />
risa con locura amorosa.<br />
Ciertamente, he tenido mejores pieles<br />
cerca, pero Él, desde que llega por mí, me<br />
transforma.<br />
Se me planta enfrente y aunque no lo haya<br />
visto en semanas, me besa, justo en esa<br />
comisura entre los labios y el cachete, que te<br />
deja con la incertidumbre de si fue travieso,<br />
amistoso o amoroso. Dejando las mariposas<br />
en mi panza alborotadas.<br />
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Me subo a su auto y huele a él, esa<br />
mezcla entre piel, loción y trago. Nos<br />
bajamos al restaurante y se pone el saco. En<br />
ese momento vuelve a subir una nube de su<br />
esencia.(Deliciosa por cierto).<br />
¡Ay!, me toma la mano y quedo con su loción.<br />
Para ese momento ya mi cerebro se apagó y<br />
sólo queda el instinto.<br />
De regreso, cerramos la puerta con apuro,<br />
nos besamos con sed de labios, de saliva, de<br />
enredar las lenguas, me hace adicta a esos<br />
besos. Con mordiditas, chupándolos cual<br />
ventosa, cortitos, con la punta de la lengua,<br />
largos, muy largos, provocando una cantidad<br />
de sensaciones.<br />
Meto mis manos en su pelo, me encanta<br />
despeinado. Le da un aire travieso. Me gusta<br />
retarlo, jugueteando, toquetearlo, hacerme<br />
la remolona. Para alargar el momento, seguir<br />
con los besos, con las risas y las cosquillas.<br />
Me persigue, me atrapa, me muerde. ¡Auch!<br />
Muy sexy, muy rico. Procaz. Irrespetuoso. Me<br />
tira sobre la cama, literalmente me arranca la<br />
ropa, con ese deseo que me marea, peligroso,<br />
acechante. Cuerpo tibio y recio. Moreno.<br />
Casi rudo, toma mi cintura, me penetra, con<br />
fuerza, con ritmo, profundo, placentero.<br />
Cierro los ojos, no quiero que termine, los<br />
vuelvo a abrir, me cruzo con su vista, nuestras<br />
miradas se conectan con la misma intensidad<br />
que los cuerpos. Hasta que llega ese rayo<br />
eléctrico del orgasmo que te sacude el alma<br />
y el cerebro, donde guardamos esa sensación<br />
intima, única…<br />
Muy quedito, me dice en la oreja: cierra los<br />
ojos, ¡deja de pensar!<br />
Me abraza tierno y se acurruca en mí,<br />
estrechamente unido. Meto mi nariz en su<br />
cuello, para volverme a embriagar, de ese, su<br />
aroma, que me envuelve, transformado en la<br />
huella que queda en mí, después de hacer el<br />
amor.<br />
Por: Lucia Bueno, México.<br />
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<strong>SAPO</strong> LECTURA ERÓTICA<br />
LOS CUERPOS DESNUDOS<br />
Aquel cuerpo parecía el vacío de mi<br />
deshonra, las lágrimas habían acariciado el<br />
capricho de aquella dama, desaparecía entre<br />
sus brazos dulces. La noche se inmolaba al<br />
recordar los besos de las cortesanas, la<br />
rabia desproporcionada de los cuerpos<br />
desnudos, un tercero en la escena que<br />
no correspondía al juego imprudente. La<br />
ninfa salvaje huye de la masacre, cara a<br />
cara con la que lleva por nombre “mi amor”,<br />
su cuerpo se rompe frágil ante las rocas<br />
dulces de mi amparo, el rojo tiñe el rostro<br />
del odio, el espacio del coito, la promesa de<br />
amor. Parece ser la hiena persecutoria el<br />
semblante del terror, se esconde aquel yerro<br />
que es inicuo. ¡Es insoportable! y la pregunta<br />
es ¿por qué?<br />
Sus besos envenenaban mis pensamientos<br />
y era al verla flotando de aquella liana el<br />
atónito titubeo que endurecía mi corazón.<br />
Ni explicaciones ni democracia, el aroma<br />
del cubo susurraba el ocre del olvido, la<br />
ausencia de alma entre los ojos de un<br />
venado tibio.<br />
“No fue necesario contarle nada. La derrota<br />
es muda”<br />
Por: Alan López Ruiz, México.<br />
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LA HISTORIA DE UNA ROSA ENAMORADA<br />
Una vez me hablaron de amor, de<br />
ilusiones, de deseos insaciables. Una vez, hace<br />
ya tiempo atrás dejé mi jardín arrancando mis<br />
raíces y me fui con él, mi príncipe adorado.<br />
La primera vez que lo vi estaba en mi edén,<br />
hablamos y me di cuenta que era especial,<br />
no fue hasta más tarde que descubrí era<br />
un príncipe. Pero qué triste, todo príncipe<br />
tiene su princesa y no fue la excepción. Fue<br />
entonces que pensaba que una rosa como yo<br />
nunca podría conquistar el corazón gallardo<br />
de un soberano. Luego de pensarlo mucho y<br />
de que el tiempo pasara en mi jardín, un día<br />
decidí atreverme a confesarle mi amor. Mi<br />
intención solo era compartir los sentimientos<br />
de esta rosa, que creía no tener ninguna<br />
posibilidad con ese príncipe azul. Pero cuál<br />
fue mi sorpresa y alegría al ver que el príncipe<br />
no me era tan indiferente, que había percibido<br />
algo de mi perfume y quería saber más de mi<br />
esencia. Entonces luché por agradarle, me<br />
inventé castillos, mundos, esperanzas, trate<br />
con todas las fuerzas del universo germinar<br />
en su corazón. Lo di todo, sabiendo que al final<br />
el príncipe se iría con su princesa y se olvidaría<br />
de esta pobre rosa enamorada. Y cuando<br />
pensaba que nuestro amor de ensueño había<br />
culminado, el príncipe me tomó de mi jardín y<br />
yo desbordando felicidad me fui con él.<br />
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70
Fueron días mágicos, gloriosos, donde el experimento era el amor y se conjugaba con<br />
el intelecto y la poesía. ¡Qué días aquellos! Pero un buen día el príncipe descubrió algo que<br />
cambiaría esta historia para siempre, descubrió que la rosa además de perfume, belleza y<br />
color, tenía espinas. Y el príncipe se laceró y turbado no entendía cómo hacer para quitarle<br />
a la rosa esas espinas que tanto daño le hacían, y la comenzó a ver diferente y a confundir su<br />
perfume con la sangre derramada por el tacto ardiente.Y la rosa lloraba con gotas de rocío<br />
al ver como su príncipe adorado se alejaba. Y ella una vez más luchó por su amado y trató de<br />
arrancarse las espinas de su cuerpo, y trató de perfumar más y trató de tener más color que<br />
nunca. Pero en vez de eso se apagaba, perdía su esencia y se quebraba en mil pedazos. Pese<br />
a todo la rosa siguió luchando y aunque su príncipe amado ya no está, ella sigue intentando<br />
con todas su fuerzas que una rosa pueda conquistar el corazón de un príncipe.<br />
Por: Liana Muñoz Mederos, Cuba.<br />
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71
LA MUJER DE LA DISCO-BAR<br />
La vieron entrar con un sutil caminar a la<br />
cantina. Una pañoleta cubría su espalda y el<br />
cierre de su vestido ceñido de color corinto.<br />
Pidió un café y un cenicero. Los comensales<br />
permanecían inmóviles mientras les fijaba<br />
la mirada. Con la pupila apuntaba a las<br />
víctimas dejándolas cercenadas a quema<br />
ropa por una AK-47 incrustada en sus labios,<br />
una sonrisa que aniquilaba a cualquier<br />
hombre exasperado. Se dirigió a la salida<br />
dejando detrás el café a medio sorbo y una<br />
nube cegadora que cubría los restos de los<br />
corazones lacerados.<br />
Por: Axel Andrés Ovalle Dávila, Guatemala.<br />
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YO ME APUNTO<br />
Cierto día en la selva –de esos que<br />
el trajín el tiempo deja atrás- dos amigas<br />
animales vieron su pensamiento divergir<br />
en dos puntos diferentes. La hiena quién<br />
se percibía superior a los demás animales<br />
exclamó: ¡Vaya error comete quien en busca<br />
de comida se fatiga y no la encuentra, sería<br />
mejor robarla a quien la halla y por dormido<br />
no la come! La señora lechuza al ver que su<br />
amiga no controlaba su sonrisas preguntó:<br />
¿Qué tal es si fuese tu comida y el león<br />
aprovechándose de su fuerza te la quita?<br />
Ambos sabemos que no es fácil debatir<br />
a muerte por lo que nos pertenece, de mi<br />
parte yo me apunto a no ser indiferente ante<br />
injusticias. La hiena siempre aferrada a su<br />
idea comentó: Puede que suceda, pero es un<br />
riesgo que corro por lo cual yo me apunto al<br />
descanso, el trabajo mi fatiga; la vanidad es<br />
mi tesoro.<br />
– Me resulta gracioso como el alimento a<br />
muchos les demanda trabajo, más otros con<br />
viveza y el llegar siempre a tiempo sacian sus<br />
placeres; además por cuidar mi reputación<br />
no creo que me suceda, prefiero cuidar mi<br />
imagen antes de revolcarme en el polvo.<br />
– ¡Sería diferente tu vida!, afirmó Doña<br />
lechuza: Si luchas por lo que quieres; si fuesen<br />
tus sonrisas más allá que simples burlas<br />
demostración de cortesías. Si a lo largo de tu<br />
vida pusieras en práctica los conocimientos<br />
que obtienes en beneficio de los otros.<br />
Al final el alimento realmente nutre a quién<br />
por iniciativa propia se apunta a compartir.<br />
Por: Emmanuel Morales Mora,<br />
Costa Rica.<br />
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EL GATO<br />
El gato surgió de entre los<br />
cachivaches y trebejos regados por<br />
doquier en aquel sucio y maloliente<br />
cuartucho. Su mirada penetrante,<br />
filosa, me estremeció. Intenté<br />
moverme, levantarme del piso, pero<br />
mis músculos no respondían; estaba<br />
totalmente inmóvil. Sentía miedo,<br />
sabía que había llegado mi hora.<br />
De pronto todo se oscureció. Un<br />
zarpazo, quizá dos, y mi yugular lanzó<br />
borbotones de sangre. El arisco<br />
animal siguió lanzando zarpazos<br />
a diestra y siniestra; no recuerdo<br />
más. Desperté sudoroso, ¡maldita<br />
pesadilla! Volví a conciliar el sueño.<br />
El minino seguía echado en el sofá.<br />
Ronroneaba mientras se acicalaba<br />
el pelaje. En sus garras aún había<br />
pequeños rastros de sangre...<br />
Por: Martín Campa Martínez, México<br />
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VIDA Y MUERTE<br />
—Pienso tantas cosas en mi cabeza, donde<br />
mi imaginación las lleva más allá, donde<br />
no podríamos entender lo que queremos<br />
descifrar —dijo hace un tiempo la vida.<br />
La muerte al escuchar esas palabras de la<br />
vida se acercó a ella y le dijo: — ¡Oh! Vida<br />
estoy tan perdido en mis pensamientos<br />
que ya no recuerdo si vivo en la realidad o<br />
simplemente es un sueño.<br />
La vida al escuchar las palabras de la muerte<br />
pensó un poco y le respondió: —Pero muerte,<br />
eso es imposible como no sabes si vives en<br />
una realidad o en un simple sueño.<br />
La muerte asombrada por las palabras de la<br />
vida, le respondió por última vez: —Sólo es<br />
imposible si lo crees vida, tu eres el ser más<br />
hermoso que he conocido pero recuerda que<br />
siempre he vivido en la oscuridad todo este<br />
tiempo. Todo este tiempo sólo puedo ver los<br />
regalos que me traes pero yo solo quiero ver<br />
la luz de la luna llena a tu lado. No se puede,<br />
por lo cual tú me envías regalos llenos de<br />
recuerdos hermosos que no puedo dejar de<br />
ver y mantenerlos guardados en tu memoria.<br />
Sé que me amas vida pero no podemos estar<br />
juntos.<br />
La vida ya afectada por esas hermosas<br />
palabras decide escribir una carta y buscar<br />
su felicidad junto a la muerte:<br />
Querida muerte:<br />
¿Qué esperar cuando ya se ha acabado<br />
todo?, dímelo tu muerte ¿se puede romper<br />
un corazón que dejó de latir? Simplemente<br />
estas son mis últimas palabras para estar<br />
contigo mi linda y querida muerte “enamórate<br />
cuando estés preparado, no cuando te<br />
sientas solo”. Ahora sólo puedo depender de<br />
ti. Sé que llegarás a salvarme porque en el<br />
más profundo de mi ser estoy seguro de que<br />
eres tú la razón por la cual vivo.<br />
Por: Yerko Sebhastian Cortés, Chile<br />
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FELICIDAD<br />
Ayer tuve mi minuto feliz cuando fui a la feria.<br />
¡¡¡Sííí, a la feria!!! Tomé un pimentón verde con<br />
las dos manos, me lo acerqué a la cara y respiré<br />
su olor a verdura fresca e intensa con los ojos<br />
bieeen cerrados con tooodas mis fuerzas por<br />
tres interminables segundos. No puedo creer<br />
que un simple pimentón me haya hecho sentir<br />
feliz… ¿un simple pimentón verde? Mmmm…<br />
parece que no era taaan simple entonces… para<br />
lograr ese efecto en mí de levantarme y dejarme<br />
caer repentinamente. Si esto fue mi minuto<br />
feliz…. Quizás qué será felicidad para el resto.<br />
Por: Karen Chávez F., Chile.<br />
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UN DILUVIO POSMODERNO<br />
aquella noche llovió tanto que noé tuvo que mostrar su partida<br />
de nacimiento ante el arcángel y los representantes celestiales<br />
del tratamiento de aguas -autoridades competentes- para poder<br />
quedarse con los dinosaurios del edén, las gárgolas de notre dame y los<br />
seres mitológicos del bosque. así entre elfos, duendes, hadas y demás<br />
personajes comenzó el trato, pero incluso dio cabida a seres como<br />
bambi, el lobo feroz de caperucita o tribilín y a todos los acomodó en<br />
una sección especial del arca. quedaron un poco apretados, porque<br />
eran más de los que imaginó. sin embargo -con esta acción- realizó<br />
su labor de hombre justo. los hizo entrar de noche para que no fuesen<br />
vistos por los animales que oficialmente se debían de salvar y también<br />
para evitar la ira de dios. cien días más tarde -al terminar el diluviolos<br />
negoció por la puerta trasera con los hombres de ciencia y algunos<br />
escritores, quienes los hicieron imperecederos.<br />
Por: Armando Rivera, Guatemala.<br />
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EL BULEVAR<br />
Caminaba cierto día por el bulevar. El día<br />
estaba gris y me remitía a aquellos días<br />
de antaño, en los que iba a ese lugar,<br />
acompañado de Lilo. Por ese tiempo<br />
éramos unos jóvenes, disfrutábamos de<br />
jugar al bádminton y de nadar desnudos en<br />
el lago, en medio de la noche.<br />
Lilo era una muchacha hermosa, de<br />
voluptuosas curvas, ojos brillantes y<br />
sobre todo de un espíritu aventurero, que<br />
causaba en mí gran excitación.<br />
El bulevar también me traía otros recuerdos,<br />
algunos tan penosos, que no se si valdría la<br />
pena mencionarlos. Los recuerdos vagan<br />
por este bulevar como almas en pena, veo<br />
fantasmas a mí alrededor y aquel amargo<br />
recuerdo de la muerte de Lilo, vuelve a mi<br />
mente a amargarme la existencia una vez<br />
más.<br />
La mañana del día de su muerte, Lilo pasó<br />
por mí para ir a la universidad. Estaba<br />
radiante y con mucho ánimo. Por el camino<br />
no hacía más que parlotear cosas sobre<br />
moda y esas tonterías. Yo estaba un poco<br />
pensativo y miraba por la ventana del<br />
coche.<br />
Una vez en la universidad, se despidió de<br />
mí con un beso y se fue hacia su respectivo<br />
salón. Yo me dirigí a mi clase de cálculo,<br />
pensando en que me preparaba el futuro<br />
siendo ingeniero. Una vez en el salón<br />
me dispuse a saludar a mis colegas, la<br />
profesora aún no llegaba y la clase no había<br />
empezado. Luego de saludar me senté y<br />
en pocos segundos quede atrapado en<br />
una hipnótica cadena de pensamientos.<br />
Una cosa me llevó a la otra, cuando de<br />
repente uno de mis compañeros soltó un<br />
comentario no muy agradable.<br />
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—Está pensando el venado —dijo.<br />
Esto desde luego me sacó de quicio.<br />
— ¿Qué diablos insinúas? —pregunté, un<br />
poco confundido y enojado.<br />
—Pregúntale a tu noviecita —respondió el<br />
muy imbécil.<br />
Eso en verdad me hizo enojar. De inmediato,<br />
me abalance sobre él y logré conectarle<br />
un golpe en la boca con mi mano izquierda<br />
dejándole el hocico roto y haciéndole caer<br />
al piso, entre las sillas. De inmediato se<br />
incorporó, y acertó en darme un golpe<br />
con su pierna derecha en mi estómago<br />
sacándome el aire. Luego de esto me dio un<br />
fuerte golpe en la cara con su mano derecha,<br />
aprovechando la posición fetal que hice en<br />
mi dolor por ser golpeado en el estómago.<br />
Con un movimiento rápido me empujó, para<br />
que cayera boca arriba. Se subió en mí y<br />
comenzó a asestar varios golpes un poco<br />
más suaves en mi cara. Al ver la golpiza que<br />
me propinaba, coloqué mi pie derecho en su<br />
vientre y lo empujé lo más fuerte que pude.<br />
Me levanté muy rápidamente y me di cuenta<br />
que como un león, mi contrincante corría<br />
hacia mí hambriento de pelea. Entonces, en<br />
cuestión de segundos me armé de una silla y<br />
lancé un golpe a su cabeza pero él interpuso<br />
brazo y el golpe fue menor. Solté la silla,<br />
lo tomé del cuello de la camisa y lo golpeé<br />
repetidas veces en la cara hasta estar a<br />
unos centímetros de la pared. Estrellé su<br />
cabeza dos veces contra esta, antes de que<br />
el resto de mis compañeros me detuvieran.<br />
El sol estaba en su máximo punto, el reloj<br />
marcaba las 12. A las 13 horas había quedado<br />
de ir por Lilo para ir a pasear a la sombra<br />
de los árboles del bulevar. Últimamente<br />
nuestra relación no ha andado bien,<br />
aunque, se le ve muy feliz. Tengo la idea de<br />
compensarla.<br />
13:30 horas: Camino con Lilo por el bulevar<br />
mirando hacia el lago. Una nube bloquea<br />
la luz del sol y la media tarde adquiere un<br />
tono grisáceo y triste. Nos sentamos en una<br />
banca a conversar.<br />
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— ¿Te peleaste? —preguntó.<br />
—Algo así —respondí.<br />
—Sabes que no me gusta que pelees —<br />
agregó en tono airado. Luego se acercó para<br />
darme un beso.<br />
—El tipo con el que me peleé me dijo que me<br />
eres infiel.<br />
— ¿Crees que sería capaz?<br />
—No, por eso me pelee.<br />
En el fondo comenzaba a creer que algo raro<br />
estaba pasando. Últimamente habíamos<br />
estado un poco distantes y ella parecía<br />
muy contenta. Nos despedimos cerca de<br />
las cinco de la tarde. Yo me dirigí a casa<br />
pensando en qué podría tenerla así de<br />
contenta. Tan pronto llegué a mi casa,<br />
me conecté a internet. Estaba un poco<br />
desactualizado así que busqué noticias en<br />
varios periódicos. Leía una noticia sobre<br />
el desfalco financiero de unos contratistas<br />
cuando llegó un correo anónimo a mi e-mail.<br />
En él destacaba una foto de Lilo besándose<br />
con un sujeto. La foto estaba fechada de una<br />
semana atrás.<br />
Llevo dos años saliendo con Lilo. Además,<br />
parecía haber adjunto un archivo de voz, que<br />
cuando lo escuché me encolerizó. Era la voz<br />
de Lilo conversando con una de sus amigas<br />
y en la conversación admitía haberme<br />
engañado. Afirmaba que yo era un estúpido.<br />
Llame por teléfono a mi amigo Jaime. A<br />
Jaime lo conozco desde hace muchos años<br />
y ha estado conmigo en las buenas y en<br />
las malas. Le dije que nos viéramos en la<br />
cafetería las delicias ubicada a unas calles<br />
de la casa de Lilo y le pedí que llevara el<br />
revólver de su padre.<br />
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Le pedí el coche a mi padre con la excusa<br />
de que iba para la biblioteca a sacar unos<br />
libros y regresaría pronto para cenar. Luego<br />
de una larga charla sobre conducir con<br />
responsabilidad, me entregó las llaves. Fui a<br />
la casa de Lilo y en el camino recogí a Jaime.<br />
Llevaba ropa negra y lentes oscuros, tal<br />
vez, para dar la impresión de ser un agente<br />
secreto o algo así.<br />
— ¿Trajiste lo que te pedí? —pregunté.<br />
— ¡Claro! —pregonó exhibiendo unos<br />
lujosos binoculares rojos de visión nocturna<br />
y el revólver Smith & Wesson calibre 38. El<br />
padre de Jaime había estado en el ejército<br />
y por eso él tenía acceso a artefactos<br />
como este. Algunas veces Jaime lo tomaba<br />
prestado y juntos practicábamos tiro al<br />
blanco utilizando botellas como objetivo.<br />
Me estacioné enfrente de la casa de Lilo.<br />
Por la ventana podía ver la silueta de dos<br />
mujeres. Luego de cinco minutos la puerta<br />
se abrió, Lilo se disponía a salir. Al final se<br />
oyó la voz de la madre diciendo: “ve con<br />
cuidado Liliana”. Liliana salió con paso firme,<br />
un poco apurado, al parecer tenía prisa. Todo<br />
indicaba que iría al bulevar ubicado cinco<br />
cuadras de casa.<br />
Una vez en el bulevar, me estacioné en una<br />
esquina del parque contiguo. Lilo se sentó<br />
en una de las bancas, al parecer la misma<br />
donde tuvimos un intento de conversación<br />
por la tarde. Parecía esperar a alguien y, a<br />
los pocos minutos, una figura masculina se<br />
posó a su lado. Su entrada fue silenciosa.<br />
De repente se levantaron y comenzaron una<br />
caminata. Encendí el auto y muy despacio<br />
avanzaba tras ellos, aunque con mucha<br />
precaución. Se detuvieron en un lugar<br />
oscuro muy cerca del lago. Parecían estar en<br />
el agua, aunque, casi no podía ver nada de lo<br />
que hacían, sólo las sombras. Jaime usó los<br />
binoculares de visión nocturna desde del<br />
asiento del copiloto.<br />
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—Le está haciendo una mamada —dijo de<br />
repente.<br />
Su afirmación me dejó turbado. Le arranqué<br />
de las manos los binoculares y salí del auto<br />
para confirmar el hecho. Cuando advertí lo<br />
que pasaba, a través de la visión de tubo<br />
que me proporcionaba el artefacto militar,<br />
corrí encolerizado. Sentí que los mataría y<br />
justo antes de mi llegada, el sujeto que la<br />
acompañaba empujó la cabeza de Lilo con<br />
más fuerza hacia su miembro viril y con la<br />
otra la sujetó del cuerpo y se lanzó al lago con<br />
ella aún succionando su verga.<br />
La cabeza del susodicho estaba fuera del<br />
agua, mientras que la de lilo permanecía<br />
bajo ella. El sujeto gritó: “oh si nena”. Salían<br />
muchas burbujas y Lilo se esforzaba por salir<br />
pero el descarado le sujetaba la cabeza cada<br />
vez con más fuerza diciéndole en repetidas<br />
ocasiones: “Chupa, zorra”. Al cabo de unos<br />
instantes el cuerpo de Lilo dejó de moverse.<br />
Apunté con el arma. Mi mano temblaba por<br />
la cólera y disparé, el tiro salió desviado<br />
impactando el cuerpo muerto de mi bella<br />
dama. El verdadero asesino se sumergió y<br />
volví a disparar. Esta vez solo le di al agua.<br />
Salté al agua y abracé al cuerpo de Liliana y<br />
lloré desesperadamente. Un morador llamó<br />
a la policía reportando disparos. Me hallaron<br />
junto al cuerpo. “Arriba las manos” oí decir.<br />
Fui a la cárcel 25 años, los resultados del<br />
análisis forense nunca fueron revelados.<br />
Tras estos 25 años ese recuerdo sigue tan<br />
claro. De vez en cuando me viene a visitar,<br />
en mis caminatas vespertinas por el bulevar,<br />
semejante a una piscina de sangre y semen,<br />
convirtiendo mi existencia en un infierno.<br />
25 años pagando por un crimen que tal vez<br />
no cometí y esos mismos sin saber quién se<br />
follo a mi novia.<br />
Por: Johnatan Martínez Cabria, Colombia.<br />
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EL ÚLTIMO ÁRBOL<br />
CADA SEGUNDO ERA CREACIÓN EN ESTE MUNDO. VIAJABA LEJOS DE MI<br />
CUERPO DENTRO DE UNA BURBUJA SIN ESPACIO, AFUERA ESTABA OSCURO SIN<br />
PENSAMIENTOS, NADIE CREÍA SOBRE ESTE LUGAR, SÓLO YO. CRECIENDO JUNTO AL<br />
ESPACIO, JUNTO A LOS CIELOS LLENOS DE ILUSIÓN, JUNTO A ESENCIAS QUE QUERÍAN<br />
SER HUMANOS. VIAJABA Y AVANZABA SIN TIEMPO Y SIN DESTINO. LUEGO UNA<br />
LÁGRIMA CAYÓ Y LAS TIJERAS LO RECORTARON TODO EN MILES DE MUNDOS Y EN<br />
MILES DE VIDAS SIN VIDAS.<br />
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