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REVISTA SAPO CUENTOS 04

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¡<strong>SAPO</strong> 4 <strong>CUENTOS</strong>!<br />

Cuatro cuentos, me refiero a la edición número<br />

4...En esta edición nuestros amigos en el mundo<br />

nos envían sus cuentos de todo género: terror,<br />

romántico, misterio, erótico, etc. Cada uno con algo<br />

especial,.<br />

Estamos pensando en tener próximamente una<br />

edición de Sapo Cuentos pero esta vez de poesía,<br />

así que ya saben. Anímense a enviarnos sus<br />

cuentos y poesías para que estén en nuestras<br />

páginas. Esperamos que disfruten cada uno de<br />

ellos y viajen a este fascinante mundo de Revista<br />

Sapo Cuentos.<br />

Los Invito a leer nuestras otras dos revistas, Sapo<br />

de viaje y cultura entretenida, Sapo Gourmet para<br />

los amantes de la buena mesa. Muchas gracias<br />

a todos nuestros colaboradores que mes a mes<br />

nos envían sus creaciones y mil gracias a nuestros<br />

seguidores, disfruten la revista. ;)<br />

Marcelo Díaz S.<br />

Revista Sapo.<br />

Revista Sapo<br />

Chile<br />

DIRECTOR GENERAL:<br />

Marcelo Díaz S.<br />

EDITOR:<br />

Danthe Thenad, Costa Rica.<br />

Leonardo Calderón, Costa<br />

Rica.<br />

Tir, Costa Rica.<br />

Karen Chavez, Chile.<br />

DISEÑO:<br />

Marcelo Díaz Soto.<br />

Pancho Hidalgo.<br />

Contacto<br />

contacto@revistasapo.com<br />

revistasapo@gmail.com<br />

2


Prólogo<br />

¡Salud, lector! Quizás me ha leído en algún número<br />

de esta revista. Hasta hace poco, yo era el editor<br />

cabeza de la revista. El arduo trabajo que hace el<br />

director, Marcelo, me ha llevado a tomar dos nuevos<br />

miembros que me ayudarán con la edición. Esta es<br />

la primera de cuentos en la que trabajo.<br />

La siguiente compilación de pequeña prosa, es una<br />

muestra contemporánea de escritura. Si usted es<br />

frecuente a la revista, se dará cuenta que por lo<br />

general hay mezcla de todo acá. Como editor, esto<br />

me dificulta mucho la edición pues son distintas<br />

formas de abordar el español.<br />

No obstante, aquí tienen literatura para estas<br />

fiestas. Si hay algo que podría amalgamar las<br />

temáticas de estos cuentos es la comunicación.<br />

Tome usted esta revista y tenga presente que son<br />

voces gritando desde su país y describiendo su<br />

contexto. Tengo el agrado de incluir dos colegas de<br />

mi país, Costa Rica, en este número. Eso me agrega<br />

un plus.<br />

Sin más qué agregarles, los invito a comer con<br />

delicadeza este cuentario. Estén atentos a nuestros<br />

trabajos posteriores y les prometo trabajos de<br />

crítica literaria. Esto va en serio.<br />

Contacto<br />

contacto@revistasapo.com<br />

revistasapo@gmail.com<br />

www.issuu.com/revistasapo<br />

Danthe Thenad<br />

@danthenad<br />

Berrinchesdedanthe.tumblr.com<br />

3


COLABORAN EN ESTA EDICIÓN:<br />

Nacional (Chile).<br />

Hernán Jorquera.<br />

Pato Sáez.<br />

Mónica Santana J.<br />

Marcelo Díaz.<br />

Carlos Otondo.<br />

Salomón.<br />

Yerko Sebhastian Cortés<br />

Internacional.<br />

Weilong Guan, Beijing, China.<br />

J. Andrés H. Rivas S. Venezuela.<br />

Cuca Ferrero, Barcelona, España.<br />

Fernando Bermúdez, México.<br />

Lucía Bueno, México.<br />

Danthe Thenad, Costa Rica.<br />

Óscar Botero Pérez, Colombia.<br />

Nadia Arce, México.<br />

Omar Billoni, Argentina.<br />

Silvia Oramas, Cuba.<br />

Atxuri Zúñiga, México.<br />

Beatriz Calderón, México.<br />

Ea Pozoblock, México.<br />

Walter Caicedo, Colombia.<br />

Adriana Márquez, México.<br />

Pablo Pérez Espino,España.<br />

Yara Flores, Costa Rica.<br />

Kallen Vega, Nicaragua.<br />

Juan David Ríos Londoño,<br />

Colombia.<br />

Javier Leyva, Perú.<br />

Norman Fabian Leguizamon,<br />

Colombia.<br />

Bryan Sánchez Rivera, Costa Rica.<br />

Alan López Ruiz Oaxaca, México.<br />

Conrado López Ruiz, México.<br />

Liana Muñoz Mederos, Cuba.<br />

Axel Ovalle, Guatemala.<br />

Emmanuel Morales Mora,<br />

Costa Rica.<br />

Martín Campa Martínez, México.<br />

Armando Rivera, Guatemala.<br />

Johnatan Martínez Cabria,<br />

Colombia.<br />

4


ÍNDICE<br />

<strong>SAPO</strong> <strong>CUENTOS</strong><br />

06 La Marquesa<br />

08 El secreto del Ser<br />

09 Más allá de ti, el vacío<br />

10 La luna & Ella<br />

12 Criminal<br />

13 Bellum<br />

14 Desde la micro, London Calling<br />

15 Un hombre, una mujer<br />

17 Hijo<br />

18 Le départ<br />

21 Hecho de letras<br />

22 La fuerza de las palabras<br />

25 Susurros<br />

27 La doncella de plata<br />

29 La vida es saber desechar<br />

31 La curiosidad mató al gato<br />

32 El Último Árbol<br />

34 Acto 1 Non Servium<br />

36 Recetas para el despecho amoroso<br />

37 Manual para un asesino<br />

40 El terrorífico chihuahua pirómano<br />

43 En el viejo patio<br />

44 Un textil para viajar<br />

46 Vos sos diciembre<br />

47 En el cole<br />

51 Entre Portales<br />

55 Un punto entre las dimensiones<br />

60 Cuando no hay nada que escribir<br />

61 He tirado las palabras a la deriva<br />

esperando a que se unan y pronuncien<br />

tu nombre<br />

65 Sagres<br />

67 Aromas<br />

69 Los cuerpos desnudos<br />

70 La historia de una rosa enamorada<br />

72 La mujer de la disco-bar<br />

73 Yo me apunto<br />

74 El gato<br />

75 Vida y muerte<br />

76 Felicidad<br />

77 un diluvio posmoderno<br />

78 El bulevar<br />

5


LA MARQUESA<br />

Beijing, capital de la milenaria China,<br />

ciudad con 27 millones de habitantes y<br />

5000 años de historia, también una de las<br />

ciudades más terroríficas de China. Contaré<br />

una historia que me pasó, todavía estoy<br />

aterrorizado, aunque ya no vivo allí.<br />

Soy de la comunidad Manchú de Beijing,<br />

descendiente directo de la antigua familia<br />

imperial de China. Yo vivía en un edificio<br />

muy viejo, entre la Ciudad Prohibida (palacio<br />

imperial) y un castillo abandonado hace 3000<br />

años.<br />

Recuerdo muy bien una noche en pleno<br />

invierno. Aquel día estaba nevando fuerte,<br />

el helado viento atravesaba mi chaqueta de<br />

pluma. Iba camino a la casa de unos amigos<br />

que viven en Chang ping, un suburbio ubicado<br />

al pie de la Gran Muralla. Normalmente,<br />

la Ciudad Prohibida está iluminada con<br />

luces doradas, mientras la oscuridad reina<br />

el castillo abandonado. Ese día, las 100<br />

ventanas del castillo estaban iluminadas con<br />

luces tan rojas como fuego, todos miraban<br />

al castillo con cara de incertidumbre, pero<br />

como yo andaba apurado, no pesqué mucho<br />

el fenómeno.<br />

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6


Llegué corriendo a la estación de<br />

metro más cercana y de prisa me subí a un<br />

tren. El metro avanzaba tan rápido como un<br />

cohete, en pocos minutos ya estaba llegando<br />

a la estación de Changping, pero justo<br />

en ese momento, todos los pasajeros se<br />

sorprendieron por una mujer, vestida de una<br />

túnica de seda roja, tan roja como las luces del<br />

castillo. Su cara estaba cubierta por su pelo<br />

liso. De repente ella se paró al medio y justo en<br />

ese momento se cortó la luz en nuestro tren.<br />

Escuchamos un grito agudo ensordecedor,<br />

en su grito se escondía una voz ronca que<br />

pronunciaba desconocidos mantras que<br />

hacía doler la cabeza. Cuando las luces se<br />

vuelven a prender, ella ya desaparece. Al<br />

parar el vagón en la estación, todos bajamos<br />

corriendo como si perdiéramos el alma, corrí<br />

rápidamente a la casa de mi amigo rezando a<br />

Buda. Cuando llegué a su casa, él estaba más<br />

pálido que yo, me dijo que vio<br />

a la misma mujer en los espejos de su casa<br />

pronunciando los mismos mantras.Cuando<br />

volví a mi departamento, empecé a averiguar<br />

sobre la misteriosa mujer. Ella era la Marquesa<br />

Yan, dueña de aquel castillo que está al lado<br />

de mi edificio. Dicen que ella hacía brujerías<br />

malignas para torturar a sus ciudadanos y fue<br />

ejecutada en la Gran Muralla, y en el momento<br />

de su muerte, embrujó toda la ciudad de<br />

Beijing, que será un permanente campo de<br />

batalla entre las fuerzas Yin y Yang, y dijo que<br />

volvería aquí todas las noches, mientras no<br />

está el sol (Yang), para reconstruir su poder...<br />

De repente, escuché unos pasos afuera de mi<br />

biblioteca. En silencio me acerqué a la puerta,<br />

cuando la abrí, estaba frente a frente de a la<br />

marquesa Yan!!!<br />

Por: Weilong Guan. China.<br />

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7


EL SECRETO DEL SER<br />

Cada vez me hacía más y más poderoso.<br />

Era como obtener dinero por respirar. Podía<br />

ver cómo salía el sol y me pegaba en la cara<br />

justo antes de que mis cortinas bajaran, para<br />

cerrar. Señor, ya es hora!, Sí, lo sé. Vamos,<br />

me esperan una gran cantidad de personas<br />

que cifraban su confianza en mí, no hay que<br />

defraudarlos, por ahora!, Mientras me vestía<br />

pensaba cómo me iba a ir hoy, qué progreso<br />

he logrado?, ¿Cuántos me admiran?, ¿Mi<br />

imperio creció?, Señor: ¿Se encuentra listo?<br />

Sí, por supuesto, Walter, siempre. Mientras<br />

me subo a mi automóvil podía ver cómo<br />

salía a un mundo el cual era totalmente<br />

diferente al mío, lleno de vida, alegría para<br />

muchos, de ilusiones y más. Mientras que<br />

el mío era de tinieblas y oscuridad que se<br />

comprimía en tres mil hectáreas de terreno<br />

y una gran mansión, pero lo que nadie sabía<br />

“Cuando el deseo y el sentido de convicción<br />

van de la mano, puedes lograr todo lo que te<br />

propongas, Walter, y yo tengo ambas cosas,<br />

por eso soy como soy” y recuerda, que como<br />

yo, no hay dos, jejejejeje. Si señor, nunca lo<br />

olvidaré. Ahora me retiro. De acuerdo, puedes<br />

irte.<br />

Todas las noches parado en el gran ventanal<br />

de mi gran sala, estas palabras le daban vuelta<br />

a mi cabeza. Solo estaba hoy, parado con mis<br />

brazos agarrados por atrás con mis muñecas<br />

y con mi mirada fija a la ciudad que brillaba y<br />

que no le importaba lo que le sucediera a sus<br />

habitantes.<br />

era quién realmente era yo. El ser que creó<br />

un ser poderoso, que con tanto poder lo ha<br />

consumido hasta el punto de sentirse tan<br />

solo como estar sentado al lado del camino<br />

hacia la felicidad. Un amor, solo pedía eso,<br />

amor verdadero pero, este amor es extraño<br />

porque no va dirigido ni a una madre ni a<br />

una mujer, va dirigido a unos seres iguales<br />

a mí pero que no me corresponden; muchos<br />

dicen que soy una persona que es oscura y<br />

sin sentimientos, pero están equivocados.<br />

Soy totalmente lo contrario, pero trato de<br />

ocultar eso para que no me traten de débil<br />

ni se aprovechen de mí. Siempre estaré<br />

dispuesto a destruir al que se atraviese en mi<br />

camino para hacerme daño.<br />

Por: J. Andrés H. Rivas S. Venezuela.<br />

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MÁS ALLÁ DE TI, EL VACÍO<br />

Escritora. Soy una escritora desnuda.<br />

Escritora sin letras. Escritora que tiene<br />

miedo a su prosa, a sus palabras, a sus ideas.<br />

Escritora capaz de esconderse en las horas y<br />

los segundos que pasa lejos de tí.<br />

Amor inalcanzable. Imposible. Cierto es que<br />

la creatividad nace del infortunio. Quizá por<br />

eso me resisto a ser completamente feliz.<br />

Temo que la complacencia adormezca ese<br />

cosquilleo que a veces es torbellino y se<br />

me instala en el estómago y me impele a<br />

vomitarte una y otra vez.<br />

Empiezo con una palabra tímida que sale<br />

forzada de mi garganta y acaricia el teclado<br />

de mi ordenador. Antes de que me de cuenta,<br />

los dedos teclean frenéticos y yo estoy<br />

absorta del mundo y todo pierde importancia<br />

porque aquí, en esta hoja de Word en blanco,<br />

soy quien yo quiero, hago lo que me apetece,<br />

reescribo mis sueños.<br />

www.revistasapo.com<br />

Pero, por alguna razón, te me cuelas en el<br />

texto y tiñes de un sabor incómodo mi prosa,<br />

hasta hacerme creer que la vida es eso, un<br />

sinfín de desencuentros. Que no existe otra<br />

vida al margen de ti. Que el resto de hombres<br />

que han pasado por mi vida apenas rozaron<br />

mi alma, fueron meros salvavidas que me<br />

mantuvieron a flote de tus tormentas. No<br />

consiguieron depositarme en tierra firme, a<br />

salvo de la furia de tu indiferencia.<br />

Escribo y te escribo a tí, porque desde que te<br />

conocí has modificado el norte de mi brújula.<br />

Porque si te perdiera como referencia me<br />

vería obligada a inventarte. Porque solo puedo<br />

existir con relación a tí. Porque cualquier<br />

otra forma de existencia es un sinsentido, un<br />

ejercicio inútil, inerte, vano. Porque gracias<br />

a tí, el sentimiento se convierte en verbo y<br />

fluye a través del teclado. Mientras que ante<br />

tu ausencia, el vacío lo consume todo.<br />

Por: Cuca Ferrero, Barcelona, España.<br />

twitter.com/CucaFerrero<br />

www.cucaferrero.wordpress.com 9


LA LUNA & ELLA<br />

Y ahí estaba sentada como todos los días, sin ganas, sin miedos, con la mirada<br />

dispersa, con el consuelo de saber que oscurecerá y un día más culminará ahí, tan inocente y<br />

con el corazón desanimado. Tan niña siendo una mujer, tan sin ganas conspiraba en su contra,<br />

impuntual en sus emociones y tan volátil en sus sentimientos, tan mi vida es igual a x-y =0.<br />

Para otros, solo soy una dispersa con problemas de personalidad o la pobre chica de la calle<br />

22a, a la que todos miran con recelo y sin ganas de voltear de nuevo. Mientras espero que<br />

la noche recaiga en mi vida, ¡sonrió! La luna. La única que me observa por horas, que sigue<br />

despierta para que yo descanse. Ella, la única a la que en realidad le importo y hace de mi día<br />

algo importante. La única amiga que me da un beso de buenas noches con sus mil y una hijas<br />

a las que llama estrellas y con las que comparte sus reflejos en mi corazón.<br />

Todo parece hermoso. Fijo mi descanso y dejo mi cuerpo desvanecerse a través de las<br />

mariposas dispersas de mi tacto, de los sueños inmersos en mis memorias, de lo vitral que es<br />

mirar un atardecer y mirar sus colores como una naranja exprimiendo su jugo, viendo como el<br />

mar empieza a tomar vida, como el viento me sonroja, me acaricia, me llena de susurros que<br />

alegremente gritan mi nombre.<br />

www.revistasapo.com 10


La luna empieza delicadamente a cantar,<br />

a soñar y a vivir en mundo nuevo, donde la<br />

magia es punto y aparte. Mi vida deja de ser la<br />

de una chica con problemas de personalidad<br />

y comienza a ser lo que era antes de partir:<br />

una joven con ilusiones, con sonrisas en cada<br />

palpitar, con sueños y tenues amores, con<br />

más de mil preguntas que jamás tendrán<br />

respuesta, con un cuerpo joven y un alma<br />

vieja, con una mirada llena de mundos y<br />

de juegos, con un cielo más profundo que<br />

cualquier otro, con ganas de devorar un<br />

entorno desconocido<br />

Todo era muy disperso. Mi vida era<br />

completamente aburrida, cuando en realidad<br />

lo que llamaba vida tenía por título “Soñadora”.<br />

La luna me regalaba lo maravilloso de soñar,<br />

lo inmerso en un libro, en una nota musical,<br />

lo que podía crear sin mover un solo dedo.<br />

Cuando la luna llega, yo soy feliz. Cuando ella<br />

se marcha y está al otro lado del mundo, me<br />

pongo a pensar en otra chica dispersa de<br />

alguna calle que empiece con dos y mire la<br />

misma luna y le haga sentir lo mismo que yo.<br />

Existen millones de posibilidades en las que<br />

una persona pueda estar sola, pero para otros<br />

su soledad es rara o falta de personalidad.<br />

Si las personas son difíciles de amar, por lo<br />

general son las que más lo necesitan.<br />

“La soledad es una vieja amiga con la que<br />

compartimos la mayoría del tiempo”.<br />

Por: Fernando Bermúdez, México.<br />

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11


CRIMINAL<br />

Ese día jugaba mi querido Santiago<br />

Wanderers y fui al bar Liberty, frente a Plaza<br />

Echaurren, a ver el partido. Como el cliente<br />

habitual que yo era, compré mi botellón de<br />

cerveza y busqué mi mesa de siempre pero<br />

para mi sorpresa estaba ocupada por un<br />

hombre delgado, vestido de negro, pálido y<br />

completamente borracho. No me molesté y<br />

me senté en una silla desocupada frente a él.<br />

Nos observamos un par de segundos, en<br />

silencio. Rompí el silencio y le pregunté si<br />

era hincha de Wanderers. Respondió no,<br />

soy escritor y no disfruto demasiado del<br />

fútbol, deporte incomprensible para mí. Al<br />

enterarme de su oficio, mi corazón saltó de<br />

gozo. Le expresé mi amor por Franz Kafka, le<br />

dije que el oficio de escritor es el oficio más<br />

noble del mundo, que mi deseo frustrado es<br />

el de escribir pero que lamentablemente no<br />

tenía el talento. Me respondió: no conozco<br />

al tal Kafka y no sabes de qué hablas. Es un<br />

oficio miserable y lleno de penurias. Yo soy<br />

aún más miserable pues he asesinado a mi<br />

mujer en un arrebato de odio irracional.<br />

Como el escritor que él era, supuse su<br />

confesión como un arranque de fantasía o la<br />

representación de algún personaje. Además<br />

lo oí incrédulo y me limité a beber de mi<br />

cerveza y mirar el partido que iniciaba.<br />

De pronto, el hombre pálido se levantó<br />

violentamente de su silla y me sujetó por los<br />

hombros. Entre lágrimas me hizo prometer<br />

que, cuando terminara mi bebida (y él la<br />

suya), fuera y lo denunciara a la policía. Él<br />

no opondría resistencia al justo castigo que<br />

merecía por su terrible crimen.<br />

Algo desconcertado le seguí el juego y le<br />

prometí hacerlo. Sin embargo, era imposible<br />

que fuera a la justicia sin saber el nombre del<br />

criminal ni el sitio exacto donde se hallaba el<br />

cuerpo. El pálido guardó un silencio terrible<br />

antes de decirme su nombre: soy Edgar<br />

Allan Poe y el cadáver de mi mujer está<br />

emparedado en mi casa.<br />

Por: Hernán Jorquera, Chile.<br />

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12


BELLUM<br />

En el mundo de las apariencias no es lo que<br />

parece. Una voz dulce de palabras engañosas<br />

puede contener el sutil argumento de la torva<br />

maquinación. Transformar de espantosos<br />

crímenes a una delicada fábula en el oído del<br />

incauto, hace que la máscara del verdugo<br />

simule tierna mueca convincente.<br />

El monstruo creado como víctima incauta ha<br />

sido sacrificado en el altar de las mentiras.<br />

La maquinación cobarde tuerce el cauce<br />

de los seres ingenuos. Crea con frialdad<br />

astuta una conspiración. El teatro, supuesto<br />

tinglado espeluznante, emana efluvios<br />

delatores.<br />

Deformadas intenciones son recitadas para<br />

ocultar verdades. En la dimensión de los<br />

hechos, una luz poderosa mostrará la obra<br />

corrupta. El vaho acusador será la señal<br />

de los lirios. El duro mundo de la ilusión<br />

material, espejismo, dejará caer el velo.<br />

La velocidad del universo cesa y entonces<br />

sabremos que los monstruos no existen.<br />

La astucia del verdugo es su condena.<br />

Entonces, en la cartelera de la infamia, la<br />

nueva representación pulirá los roles. El<br />

orden suplantará la guerra, la paz no es<br />

posible mientras el movimiento continúe.<br />

Por: Oscar Botero, Colombia.<br />

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13


DESDE LA MICRO<br />

LONDON CALLING<br />

01:12<br />

Recién saliendo de la pega<br />

por culpa del maldito<br />

inventario, pfff, la micro<br />

con poca gente salvo unos<br />

chiquillos carretiando<br />

cagaos de la risa, evito<br />

mirarlos, elijo mi mugriento<br />

asiento, me siento sobre<br />

el sucio plástico gris, me<br />

pongo mis audífonos y<br />

comienza a resonar en mis<br />

oídos la maravillosa London<br />

Calling de The Clash.<br />

La micro para, sube gente por la puerta delantera y por<br />

las demás, miro adelante… una rubia maravillosa, medio<br />

panqueta con cara de gringa avanza por el pasillo como en<br />

cámara lenta, guau!! Creo me enamoré, me mira… si me mira<br />

ctm!!!, haciendo un esfuerzo magnánimo mantengo la mirada,<br />

Joe Strummer me da fuerza desde mis audífonos, se sienta<br />

mi lado y me sonríe…no lo puedo creer, sonrío de vuelta, me<br />

habla mientras saca un pequeño mapa de Santiago, habla<br />

en inglés, me dice es de Londres en un pésimo español, yo<br />

en mi aun peor y tarzanezco inglés le digo mi nombre, ella lo<br />

pronuncia y los dos reímos por lo chistoso que le sale… no lo<br />

puedo creer!! Me muestra el mapa y me indica una dirección,<br />

mientras la micro para en un semáforo, veo el mapa y rápido<br />

le digo esta es tu parada, ella se para tomando sus cosas, se<br />

va a ir pero raudamente se da media vuelta, toma mi cara y<br />

me da el mejor beso de mi vida… baja casi saltando de la<br />

micro, que avanza lentamente mientras yo, embobado la<br />

miro desvanecerse en la ciudad, los chiquillos de atrás me<br />

aplauden… yo solo tengo ganas de llorar.<br />

Por: Pato Sáez, Chile<br />

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14


UN HOMBRE, UNA MUJER.<br />

Desde aquí trato de definir si él la mira desinteresadamente y de reojo o directo y sin titubear<br />

pero no a su cara sino a su escote. Muchos hombres son así. Muchos otros no.<br />

En una conversación hay quienes logran ver las palabras que salen de tus labios y no de tu<br />

cuerpo. ¿Cuántos son los que saben observarlas cuando platicas con ellos? ¿Cuántos sabes<br />

deducirlas e integrarlas en la charla? ¿Cuántos saben que las palabras son seres vivos que<br />

pueden crecer o morir e inclusive, matarte y hacerte nacer al mismo tiempo? Hay tanto en<br />

las palabras.<br />

Lo mínimo e indispensable es mostrar interés y desalojo de egoísmo. Escuchar de verdad.<br />

¿Cuántos hombres, cuántas mujeres lo hacen? Yo qué sé.<br />

Desde aquí, solamente veo a un hombre y a una mujer, no veo más. No sé si ella interfiere<br />

su tiempo para dárselo a él o si él valora el espacio que ella hace entre sus prioridades<br />

para dedicárselo. Tampoco se si él mira o no sus palabras o firme y bruscamente vaciará la<br />

dirección de sus ojos hacia su escote.<br />

Igual se juzga demasiado y nada es tan grave. Porque no sé si sea al revés. Si ella lo haga<br />

perder su tiempo a él, utilizando sus minutos tartamudeando tonterías y mostrándole sus<br />

dotes. No lo sé. Tan difícil que es saberlo. Ni siquiera uno mismo lo sabe cuando sale a platicar,<br />

así sencillamente en un café. Yo no lo sé. Únicamente veo a un hombre y a una mujer, desde<br />

mi mesa.<br />

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15


Desde aquí pienso en mi próxima cita.<br />

Cuando nos veamos... ¿Qué mirará de mí si<br />

salgo con él? ¿Mis manos, mi boca, las ideas<br />

que expreso o la piel que pueda asomarse de<br />

mi ropa? ¿Cómo saberlo?<br />

Actualmente es tan común la superficialidad.<br />

El descaro. Las ganas ganan sobre la lógica<br />

y a veces parecemos instintivos más que<br />

pensantes. Pero no todas las veces. Ella se<br />

aleja, curvea sus cejas, él sostiene la mirada<br />

al parecer directamente a sus pupilas. No sé<br />

de qué hablan, solo ellos saben, yo interpreto<br />

y desde lejos, desde aquí, presiento que<br />

nada debe importarme. Alcancé a oír de<br />

ella que estaba decepcionada por crearse<br />

expectativas, él le contestó algo pero no fue<br />

en un volumen alto, no entiendo sus palabras<br />

distantes. Lo único que veo es a un hombre y<br />

a una mujer.<br />

Desde aquí imagino que los miedos de los<br />

dos afloran a cada rato, que germinan bajo los<br />

huesos, son miedos inculcados y penetrantes.<br />

¡Qué importa lo que él mire! O lo que ella le<br />

deje mirar. Si están juntos compartiendo un<br />

rato ellos sabrán a dónde irán después. Si a<br />

otras muchas charlas, al cine, a la cama, a su<br />

rutina típica para olvidarse del otro. Yo no sé.<br />

Nadie lo sabe. Creo que ni ellos...<br />

Y es que ver a un hombre y a una mujer<br />

suscita cuentos, que ella ignora y que él<br />

tal vez planea. Y que yo describo desde la<br />

ficción expectante de alguien que no es<br />

protagonista en esta breve historia. Es lindo<br />

en todo caso, fuera cual fuera el resultado,<br />

ver a la gente, ver a un hombre y a una mujer<br />

y pensar que pronto seré yo una de ella y él<br />

será los ojos que descubriré qué miran. Pero<br />

por si las dudas llevaré falda y no una blusa<br />

escotada.<br />

Desde aquí veo a un hombre y a una mujer<br />

tomarse de la mano para despedirse. Él ya<br />

no mira nada de ella pues se ha ido y ella no<br />

sé si recuerde alguna vez lo que él miraba.<br />

Yo nunca supe, solamente ellos y nadie más<br />

podrá saberlo: el misterio sin importancia<br />

de un hombre y una mujer en un café con una<br />

escritora como público que idealmente ellos<br />

ignoraron dejando esta simple reflexión.<br />

Por: Nadia Arce, México.<br />

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16


HIJO<br />

Estaba en el living, tranquilamente, mirando<br />

televisión mientras mi madre acomodaba mi<br />

pieza, cuando ella irrumpe gritándome:<br />

—José, ¿qué hace este cuchillo debajo del<br />

colchón? —También había una revista—.<br />

— ¡Ya voy, noto quesnada! —grité—.<br />

Estaba avergonzado por la revista pero más<br />

preocupado por el cuchillo, que en realidad<br />

no era un cuchillo, sino una vieja daga que<br />

había encontrado en el basural.<br />

—Mira José, —continuó— yo no sé qué te<br />

pasa a vos, pero si no tirás a la basura esa<br />

porquería, le digo a tu padre y no sé... ¡y no sé<br />

ah! Y encima también una revista, quién te<br />

Me ahogué en la rabia del silencio y la<br />

humillación, quise tranquilizarme pero<br />

mis pensamientos se dirigieron como en<br />

un hechizo hacia a él. Recordé cuando lo<br />

encontré entre el medio de la basura y a flor<br />

de tierra, cuando lo despojé del herrumbre.<br />

En un ritual espontáneo apunté hacia el sol y<br />

lo bauticé. Quise darle un nombre pero no se<br />

me ocurrió alguno. Recordé cuando unos días<br />

después le di filo y luego lo más emocionante,<br />

el brillo. Ese mango de bronce, ese acero<br />

reluciente, tan solo bastó una gota tenue<br />

de luz para encandilar mis ojos por primera<br />

vez. ¡Qué delicia! Creo que comprendí lo que<br />

siente un padre.<br />

— ¡Mírame cuando te hablo! —seguía<br />

farfullando mi madre, pero yo continuaba<br />

extasiado mirándolo a él.<br />

Recordé a lo que yo llamé su primer sorbo,<br />

¡que regocijo! Apenas lo sostenía y se<br />

deslizaba con conmovedora ternura.<br />

—Juan, qué suerte que llegaste. Mira lo que<br />

tenía tu hijo debajo del colchón.<br />

Entonces creí percibir que estaba llorando.<br />

¡Sí!, estaba llorando y tenía hambre. Sin dejar<br />

que llorara más, comió. ¡Que dulzura! Luego,<br />

con un repasador sequé sus labios. Fue su<br />

primera ración doble.<br />

creés que sos.<br />

Por: Omar Billoni, Argentina.<br />

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17


LE DÉPART<br />

Allí están, en un rincón, las maletas<br />

sin ropa. Sabe que le queda pocos días y<br />

que debe organizarlo todo, pero comenzar<br />

a recoger es el primer paso de la partida. Su<br />

habitación continúa intacta, la ropa en el<br />

armario, los libros dispersos por todos lados,<br />

los vasos espirituales encima de la mesa de<br />

noche, las agendas, los apuntes y los discos<br />

apiñados en el mueble de la computadora<br />

y uno que otro chocolate escondido en las<br />

gavetas.<br />

Siempre que entra a su cuarto se da cuenta<br />

que debe empezar a desmantelarlo, pero no<br />

puede y otra vez decide dejar de pensar en<br />

ello, hacer cuenta de que no se va.<br />

Cada día es más difícil. Los amigos, que saben<br />

cuan atareada estará, deciden ir cayendo<br />

poco a poco a tu casa para despedirse.<br />

Horrorosas despedidas.Yo te observo desde<br />

la otra esquina del cuarto sin arreglar y pienso<br />

en la maldita condición tercermundista,<br />

pobre con grandes aspiraciones, migrantes<br />

natos de esta pequeña familia de la que tú y<br />

yo formamos parte.<br />

Te reprocho que decidieras convertirte en<br />

escritora, que hicieras de la lengua francesa<br />

casi tu primer idioma, que te casaras con un<br />

genio, estudiante de lógica que su intelecto lo<br />

llevó hasta la tierra lejana de Nueva Zelanda.<br />

Te reprocho que de pronto la Isla quede<br />

demasiado pequeña para tu inmensa luz.<br />

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18


Y Cuba, tan maldita como es, te regala<br />

momentos entrañables casi a punto de irte.<br />

Como diciéndote, “mira lo que te vas a perder”.<br />

Tú intentas convencerte de que todo forma<br />

parte de la despedida, que si te quedaras,<br />

esas cosas no te pasarían o al menos no las<br />

sentirías con la intensidad de ahora, que todo<br />

tiene que ver con el estado de ánimo.<br />

Siempre queda la duda. La sensación de<br />

que no lo encontrarás en ningún otro lugar<br />

del planeta. No sé cómo llegué hasta aquí,<br />

sentada en el piso de tu cuarto, ya sin los vasos<br />

espirituales y los chocolates escondidos,<br />

con la maleta abierta ayudándote a hacer<br />

el equipaje. Es algo insoportable, tú quieres<br />

llevártelo todo. La camisa que usaste en<br />

tu primera conferencia fuera de Cuba, el<br />

pantalón que no te quitabas cuando eras<br />

friki, o el pañuelo, ya casi transparente de<br />

lo raído, que gustaba ponerte en la cabeza.<br />

Es un intento desesperado por llevarte tu<br />

pasado en esas maletas, por miedo a luego<br />

no recordar y padecer de esa amnesia no<br />

deseada que les da a los cubanos cuando<br />

la vorágine del capitalismo los atrapa y sus<br />

recuerdos se intercambian con cuentas de<br />

alquiler, impuestos y Mc Donalds. Pero las<br />

leyes aduaneras te obligan a ser pragmática,<br />

solo con 23 kg de Cuba te deja viajar Copa<br />

Airlines.<br />

Ya decidimos que no voy a acompañarte<br />

al aeropuerto. Ese lugar nos deprime, más<br />

que las funerarias, los hospitales o las<br />

bodegas. No importa si es a recibir a alguien<br />

o a despedirlo, como si pasas de casualidad<br />

por el frente, el aeropuerto siempre causa<br />

nostalgia.<br />

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Cuando estás detrás de la cinta roja<br />

donde se paran todos los que van a recibir<br />

a algún familiar, amigo, esposo, puedes<br />

ver las caras de expectación y júbilo de los<br />

presentes. Te das cuenta de quién es la<br />

persona que más ha extrañado al que arriba,<br />

porque anda nerviosa, casi siempre callada y<br />

se sobresalta cada vez que la puerta se abre.<br />

Luego, el momento que más me entristece,<br />

paradójicamente, el encuentro, sobre todo<br />

si es un hijo que se fue y viene a ver al padre<br />

(esa escena particularmente me destruye).<br />

La gente se abraza tan fuerte como si ello<br />

compensara el tiempo que llevan sin verse,<br />

como si de tan fuerte no se pudieran separar.<br />

También están las otras historias, el circo<br />

que montan algunos alrededor del visitante<br />

con risitas complacientes en busca de algo<br />

que se les “pegue”. Esas también me dan<br />

tristeza, pero de otro tipo.<br />

Lo que más me aterra no es que te vayas, y que<br />

no nos veamos todos los días, aquí tampoco<br />

lo hacíamos. Lo que me tiene sin conciliar el<br />

sueño es que llegue el momento en que pase<br />

todo un día sin pensar en tí, en que poco a<br />

poco dejemos de extrañarnos porque somos<br />

seres de rutina y hábito y puede que nos<br />

acostumbremos a no tenernos.<br />

Al final nunca terminas de arreglar el cuarto,<br />

cierto que se ve más vacío pero todavía<br />

quedan muchos libros, maquillajes y cosas<br />

de las que tuviste que desprenderte. Las<br />

maletas cerradas, al fin hechas.<br />

Por: Silvia Oramas, Cuba.<br />

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HECHO DE LETRAS<br />

Respira profundamente y estira los<br />

brazos. Cuando comienza a leer, se hunde<br />

en las páginas y se confunde. Confunde su<br />

existencia. El doctor Federico ha trabajado<br />

los últimos ocho meses en un programa<br />

dedicado a la investigación de agujeros<br />

negros. Federico duerme entre horas. Come<br />

poco. Duerme. Sueña que va montado en un<br />

caballo galáctico. Contempla el verde del<br />

polvo de estrellas, el azul de las nebulosas, lo<br />

rosa de los planetas.<br />

De repente, es tragado por un hoyo de gusano.<br />

No puede hacer nada, no puede gritar, nunca<br />

ha sentido tanta angustia. Enloquece cuando<br />

mira todas las palabras. El doctor despierta,<br />

continúa leyendo: El Universo en una Cáscara<br />

de Nuez. Piensa que ya ha leído eso. “¿Qué<br />

me pasa? ¿Quién soy?”, se pregunta.<br />

Continúa leyendo y se le ocurre algo: “la<br />

existencia se fundamenta en la consciencia.<br />

Específicamente en la consciencia que<br />

alguien más tiene de nosotros”. Busca su<br />

libreta de apuntes y cuando quiere escribir<br />

su pensamiento, nota que ya está escrito. El<br />

doctor Federico no estira los brazos, toma<br />

todo el café y comienza a perder la noción<br />

del espacio. Confunde lo que ya pasó con lo<br />

que le está pasando. El señor Federico se<br />

da cuenta de que es el protagonista de un<br />

cuento. Él, está hecho de letras.<br />

Por: Atxuri Zúñiga, México.<br />

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21


LA FUERZA DE LAS PALABRAS<br />

Hace algunos meses me encontraba<br />

tomando una copa en un bar con una amiga<br />

y desparpajadamente hablábamos en voz<br />

alta sobre los hombres, entre risas y no,<br />

francamente estábamos criticándolos,<br />

como género. Y sin mucha conciencia de qué<br />

sucedía a nuestro alrededor, pagamos la<br />

cuenta y nos levantamos para irnos.<br />

En ese momento, nos percatamos que en la<br />

mesa de atrás, se encontraba un señor solo,<br />

el cual estaba a una distancia que le había<br />

permitido prestar atención a todas nuestras<br />

reflexiones y opiniones. Al vernos listas<br />

para marcharnos, se levantó de su mesa, se<br />

presentó y nos reveló que había escuchado<br />

toda nuestra plática y pidió algo así como un<br />

derecho de réplica. Quería que tuviéramos el<br />

punto de vista de un varón sobre los temas<br />

que habíamos conversado mi amiga y yo.<br />

Como nosotras ni remotamente pensamos<br />

que esto pudiera ocurrir, ciertamente<br />

habíamos hablado y dicho de la forma más<br />

irresponsable, cuanto pensamiento cruzó<br />

por nuestras mentes. No consideramos que<br />

pudiera tener más receptores y para la otra<br />

persona que oía (ciertamente sin nuestro<br />

consentimiento) nuestras palabras le hacían<br />

sentido y le provocaron las más diversas<br />

dudas y pensamientos.<br />

Lo anterior se los participo como una<br />

observación, de las cosas que pueden pasar<br />

por el uso del lenguaje. Cuando hablamos,<br />

frecuentemente, se hace a la ligera y sin<br />

considerar que lo que para nosotros es<br />

intrascendente o algo sencillo, banal incluso<br />

divertido para otras mentes puede ser un<br />

tema que les atañe, agrede o les lleva a<br />

recapacitar actos o convicciones.<br />

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22


Para reafirmar lo mismo, también hace<br />

poco conversaba con un viejo amigo y me<br />

compartió: <br />

—Ya ves, mencionaste que yo me parecía a<br />

tal fulano.<br />

Yo, claro que ni remotamente recordaba<br />

el tema o el haber dicho algo sobre el<br />

particular.Cosas que se quedan en las<br />

mentes dándole vueltas y nosotros ni por<br />

enterados.<br />

Cuando escribimos, las palabras son más<br />

buscadas, más cuidadas, releídas y por tanto<br />

repensadas. Además, la oportunidad de<br />

corregir si no están tomando el camino que<br />

buscamos.<br />

Mientras que al momento de hablar,<br />

solemos darle menos importancia. Parecería<br />

que siempre se podrían enmendar, que<br />

constantemente podríamos tener, una<br />

especie de corrector de estilo que saliera<br />

unos minutos después de nosotros y al viejo<br />

estilo de Fox, dijera:<br />

—Lo que la señora en realidad quiso decir<br />

es... Y, pues, en mi casa, nuestro lema, suele<br />

ser: ¡viva la exageración!<br />

Así que soltamos con gran facilidad<br />

sentencias contundentes tales como: estaba<br />

yo pensando cómo suicidarme, cuando… o<br />

decidí cortarle el habla para siempre por su<br />

incapacidad de…<br />

Con los antecedentes, quienes nos conocen<br />

saben que no es literal lo enunciado. Así las<br />

cosas, conocí a un individuo con unos ojos<br />

hermosos y cuando volví a mi casa, declaré a<br />

mi hija: acabo de conocer al amor de mi vida.<br />

Días después, se lo conté a dicho varón, y<br />

¡plop!, desapareció.<br />

Pasado un tiempo, conversamos y el hombre<br />

me informó que estaba demasiado fuerte<br />

ser “el amor de la vida de alguien”.<br />

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Cayendo en cuenta de la gravedad de<br />

mis palabras, y sabiendo qué tenía razón,<br />

le quise convencer de que lo había dicho un<br />

poco en serio, un poco en broma. No te creo,<br />

replicó. Supongo, le debo un mal susto a él<br />

y otro a mí. Que tal, que, sin saberlo estaba<br />

invocando a lo que los griegos llaman destino.<br />

Hablar: una responsabilidad.<br />

En los tiempos de antes, cuando una persona<br />

empeñaba su palabra, no era necesario<br />

nada más. Se sabía que simplemente por<br />

su compromiso verbal, lo que se hubiera<br />

pactado, con toda certeza ocurriría, no eran<br />

necesarios vales, ni pagarés.<br />

Se decía: ¡me dio su palabra! Empeñar la<br />

palabra, es un compromiso, un convenio, un<br />

juramento que tiene que ver con el respeto<br />

a sí mismo, a la figura de aval personal.<br />

Finalmente no quiero llegar a que todos los<br />

tiempos pasados eran mejores, pero sí ,<br />

hacer una reflexión, a revalorar el peso de las<br />

palabras, el uso del lenguaje, a la capacidad<br />

de comunicarnos, de comprometernos con<br />

lo que se está diciendo, hacernos cargo del<br />

impacto que causará con nuestros receptores,<br />

a la importancia de crear mundos al hablar,<br />

de transmitir emociones, llevar a nuestros<br />

oyentes a mundos mágicos, trasmitir amor,<br />

esperanza, enojo, hacer víctimas o héroes.<br />

Hacer que nuestras palabras dejen huellas.<br />

Digamos simplemente hacernos cargo.<br />

Y eso que (dicen) las palabras se las lleva el<br />

viento...<br />

Por: Beatriz Calderón, México.<br />

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SUSURROS<br />

Desde hace 2 días no he podido dormir.<br />

La primera noche tenía los ojos cerrados y<br />

estaba acostada en mi cama. Se escuchaban<br />

los ruidos de una noche cualquiera y susurros,<br />

esos susurros que hace un par de días no me<br />

dejan conciliar el sueño. Por más que ponga<br />

atención no logro entender las palabras que<br />

emiten. En verdad se ha vuelto tedioso y<br />

conforme pasan las noches empeoran. La<br />

primera vez no entendí absolutamente nada,<br />

la segunda vez era un tono un poco más alto<br />

pero aun así seguía siendo un susurro, al<br />

menos distinguí una de las palabras la cual<br />

era: mañana.<br />

Hoy trato de no tomar importancia. Yo solo<br />

quiero dormir, me siento tan agotada. He<br />

notado que esas voces se vuelven cada vez<br />

más insoportables, es imposible ignorarlas.<br />

Ahora he percibido una respiración, he<br />

cerrado mis ojos fuertemente, se oye tan<br />

cerca de mí. Tengo miedo de abrirlos, alguien<br />

susurra muy cerca de mi oído pero no logro<br />

comprender lo que dice, me estoy volviendo<br />

loca.<br />

< No estás loca, abre los ojos> me dijo una<br />

voz que lo repetía una y otra vez.<br />

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No, no quiero ver quién está a mi<br />

lado, no puedo controlar el temblor de mi<br />

cuerpo, escucho el ruido que hacen mis<br />

dientes al chocar unos contra otros. < No<br />

debiste ignorarme, por 2 días te pedí un<br />

favor, solo quería una misa para poder<br />

descansar, ayer te advertí que si no lo<br />

hacías hoy morirías> < Yo jamás escuché<br />

eso, no te entendí> dije llorando. < Abre<br />

los ojos> dijo con una voz gutural. < ¡No!><br />

grité desesperada.<br />

Sentí como me tomaron por los tobillos<br />

y me jalaron, me deslicé por la cama,<br />

por el suelo y atravesé la ventana de mi<br />

habitación, caí desde el segundo piso.<br />

Mis padres escucharon los gritos y el<br />

ruido de los vidrios rotos. Cómo saber<br />

que un espíritu te está pidiendo ayuda<br />

para poder descansar en paz y que si no lo<br />

haces, te condenarás a vivir pero sin paz.<br />

Ahora estoy encerrada en un lugar donde<br />

no me dejan salir de este maldito cuarto,<br />

donde mis padres me abandonaron,<br />

donde me inyectan una maldita sustancia<br />

todas las noches para poder dormir. Me<br />

duelen tanto mis brazos, no sé qué día es<br />

ni cuánto tiempo dormí y aun así no dejo<br />

de escuchar esos susurros.<br />

Por: Adriana Márquez, México.<br />

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LA DONCELLA DE PLATA<br />

Hace mucho tiempo existía una<br />

hermosa doncella, tan blanca como la nieve.<br />

Sus ojos eran grandes y preciosos, como dos<br />

gemas brillantes pintadas en color ámbar. Sus<br />

cabellos platinados relucían ante los reflejos<br />

del sol por su excéntrico color que no era<br />

muy común entre los pueblerinos. La joven<br />

era sencilla, casta y soñadora. Pero, tenía<br />

un inconveniente. Ella era conocida como la<br />

diosa de las virtudes y mucho se comentaba<br />

en el pueblo que podía conceder deseos,<br />

la consideraban como la hija de la luna. Los<br />

rumores llegaron a oídos del príncipe, futuro<br />

heredero al trono. Una chica tan bella como<br />

ella debía ocupar un lugar a su lado, además<br />

le beneficiaría tener un codiciado tesoro<br />

entre sus manos.<br />

La joven de alegre y cautivadora sonrisa,<br />

con el espléndido día soleado, decidió salir<br />

en busca de flores para su madre, estaba<br />

enferma y quería llenarla de regalos para<br />

levantar su ánimo. Caminó y caminó largos<br />

trechos perdiéndose en el bosque mientras<br />

tarareaba una dulce canción de cuna. Se<br />

detuvo a medio camino al encontrarse a un<br />

apuesto joven de brillante pero falsa sonrisa.<br />

— ¡Buenos días! —saludó muy animada la<br />

muchacha. Sin embargo, el joven no contestó,<br />

solo se acercó a ella muy galante sin perder<br />

ningún detalle de su figura.<br />

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— ¿Desea algunas flores? ¡Tengo muchas!<br />

—comentó mostrándole el canasto lleno de<br />

tulipanes y margaritas. Pero el joven negó<br />

con la cabeza.<br />

—Soy el hijo del rey y puedo ofreceros más<br />

que simples flores —continuó el príncipe—<br />

¡Venid conmigo joven damisela y os bajaré el<br />

cielo y las estrellas!<br />

— ¡Oh! ¡El hijo del Rey! —Sorprendida, bajó<br />

su canasto al suelo e hizo una pequeña<br />

reverencia— Es muy amable de su parte<br />

pero, ¡yo pertenezco al cielo y canto junto a<br />

las estrellas! —contestó emocionada a la<br />

propuesta del príncipe, después de todo era<br />

una soñadora empedernida.<br />

—De ser así, ¡venid conmigo y alzaré banderas<br />

en su honor! ¡Haré un altar y rezaré promesas<br />

de amor! ¡Joyas colgarán de espléndidos<br />

vestidos de seda con los que he de vestirla!<br />

—exclamó tratando de convencerla.<br />

— ¡Hermosas cosas escuchan mis oídos<br />

de joven ingenua! —dijo con gran ímpetu—<br />

pero he de decirle con pena, que mis ojos se<br />

maravillan por la belleza del mundo, mis oídos<br />

por las melodías del viento y mi corazón por<br />

la verdad proferida de labios sinceros —<br />

finalizó con una grata sonrisa. El príncipe<br />

ofendido desenvainó su espada y de una sola<br />

estocada atravesó el corazón de la joven sin<br />

el menor remordimiento.<br />

— ¡Ingrata mujer de cabellos de plata! ¡Con<br />

la muerte pagaréis vuestra osadía! —gritó<br />

amargado clavando más su espada en el<br />

pecho de la joven. Sus ojos ámbar poco a poco<br />

se opacaron perdiendo su brillo, pero logró<br />

a duras penas esbozar una radiante sonrisa<br />

antes de dar su último suspiro de vida.<br />

Por: Kallen Vega, Nicaragua.<br />

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LA VIDA ES SABER DESECHAR<br />

Acostumbro a soñar que ocurre lo<br />

que no pasa y a confundir lo que sueño con<br />

lo que vivo. No distingo lo que era de lo que<br />

es. Creo que los niños aún juegan a la pelota<br />

en la calle, iluso de mí. Eso es cosa del ayer,<br />

pues creyendo que todo sigue igual abres<br />

los ojos y no reconoces ni el techo que te<br />

cobija, nada es igual y todo es lo mismo,<br />

quizás a medias, no lo sé. Lo que antes era<br />

clandestino ahora es oficial y lo cotidiano se<br />

convierte en vergonzoso, si no es a través de<br />

una pantalla todo parece forzoso ¿Qué está<br />

pasando? Esquivando realidades, te hundes<br />

en paralelismos los cuales nada tienen que<br />

ver con tus opciones, sólo eres capataz de<br />

tus emociones.<br />

El trofeo que colgaste ayer lleno de polvo<br />

queda, la memoria es pasajera y por<br />

mirar atrás perdiste tu sitio en business y<br />

ahora viajas en tercera porque, qué es el<br />

reconocimiento sino habladurías. Mañana<br />

no te quieren y enseguida oyes “es que no<br />

valías”. Toda fruta fresca se pudre al cabo<br />

de un tiempo, pero para nuestro consuelo te<br />

diré que desde el balcón del pasaje de aquel<br />

rincón de mi mundo todo marcha bien. Mi<br />

fruta es el vino que con el tiempo solo mejora,<br />

no te preocupes aquí yo marco la hora.<br />

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Duerme la tentación abrazada a mí<br />

y por no echarle el culo, durmiendo en el<br />

suelo amanecí... ¿Qué le voy a decir si la<br />

dejé meterse en mi cama? Cortaré con ella<br />

mañana porque el blanco es blanco y el negro<br />

es negro hasta que se enamoran y nace el gris<br />

y, por ello, hablo claro y sueño transparente.<br />

Lo oscuro ciega y lo opaco engaña, lógico no<br />

poder fiarse de la gente, la edad no la marca<br />

ni unas tetas ni una barba.<br />

¿El ajedrez es de listos? Yo prefiero las<br />

cartas. ¿Por qué hablas de luchar, amigo?<br />

disfrazas de leones las hormigas que pisas.<br />

¿Triunfador? ni de fútbol se puede hablar<br />

contigo, créeme que aunque no quieras te<br />

influye. Lee un poquito, son humo todas esas<br />

hazañas de las que me dices ser testigo,<br />

porque lo que fue no es sino, por definición,<br />

un folio escrito y archivado sin más.<br />

Orgulloso príncipe que vive de la vis a vis,<br />

fachada es tu pasado de un futuro rey que<br />

todo lo que tiene le resulta cansino, que no<br />

te extrañe que, con razón, me enorgullezca<br />

de ser campesino. Nada quiero de ti ni de<br />

tus engaños. Balbuceas que llegaste al<br />

último peldaño pero callas. Para lograrlo,<br />

traicionaste todo en lo que creíste antaño,<br />

créeme cuando te digo que no progresas,<br />

sólo haces daño. Y antes de que me pises la<br />

cabeza le diré, alteza, que el fin no justifica<br />

los medios.Dicen que no vale la pena luchar<br />

por cambiar ciertas cosas, que con nuestros<br />

actos todo queda escrito... tú escribe tu<br />

historia, que yo escribiré mi poema.<br />

Por: Pablo Pérez Espino, España.<br />

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LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO<br />

Hace mucho tiempo existió un gato al que todos admiraban, era el señor<br />

Bigoth.<br />

Él tenía un sueño: salir del pueblo. Sin embargo, había una regla: los gatos no<br />

pueden salir del pueblo. De lo contrario, no podrían volver jamás. A pesar de<br />

todo, Bigoth salió y, con esto surgieron varias especulaciones en el pueblo. En<br />

un par de días, y sabiendo muy bien lo que le iba a ocurrir, volvió. Un grupo de<br />

gatos lo llevó a un callejón y...<br />

Los gatos al salir, con sus caras estupefactas, notoriamente inundadas de<br />

pavor y sin poder ocultar el desasosiego, penetraron las miradas de los gatos<br />

pueblerinos, los cuales no tardaron en darse cuenta que vivían en una mentira.<br />

Su propia realidad.<br />

Por: Yara Flores, Costa Rica.<br />

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EL ÚLTIMO ÁRBOL<br />

Quizás ya es verano o invierno. Ya casi no lo<br />

sé.<br />

Sólo siento un poco de frío, he vivido miles<br />

de años, o quizás recién he nacido, no lo sé.<br />

Ya soy un monstruo o un muerto caminante,<br />

da igual. A nadie le puede importar eso, ni<br />

siquiera a mí.<br />

Creo que mi corazón se paralizó al igual que<br />

el de toda la humanidad. También fui uno de<br />

los que estuvo frente a Dios, humillado ante<br />

su creación y lloré, me di cuenta de todo el<br />

mal que ha traído a este lugar.<br />

Es un lugar extraño, como un gran laberinto,<br />

donde hay miles y millones de caminos<br />

pero ninguno de éstos llega al sol, lo sé. Si<br />

miro el futuro, me doy cuenta que ya no<br />

está. Algo ha pasado. Sólo me queda ver<br />

avanzar el tiempo con viejos senderos, con<br />

viejos caminos llenos de escombros y de<br />

flores, como si fuese un nuevo comienzo.<br />

Ya han pasado siglos y no sé si soy un viejo<br />

que no puede cargar su alma o un alma que<br />

no puede cargar con su carcasa.<br />

El sol ya empieza a dejar de iluminarme,<br />

pero aún puedo observar los campos, como<br />

los campos del Edén y los campos del<br />

infierno.<br />

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32


Me gustaría volar, volar más allá del<br />

infinito y poder decir que todo esto acabó,<br />

así se cumpliría un ciclo, uno más. Sí, uno más<br />

de tantos siglos solares.<br />

En fin, acá estoy, viendo un paisaje donde las<br />

lágrimas están cristalizadas en el silencio.<br />

Sólo el silencio se escucha y mis gritos que<br />

me hacen escapar y comunicarle al cielo que<br />

la magia existe. Por lo menos yo lo creo, así<br />

grité una vez más, sintiendo la verdad. El<br />

cosmos me ilumina, las estrellas me hablan y<br />

me hacen reflexionar todo lo que ha pasado<br />

después de ser un gran árbol en el monte más<br />

alto del planeta. Ahora podría ser el último de<br />

mi especie. ¡Cuánto tiempo ha pasado!<br />

Me pregunto a veces ¿habrá más árboles en<br />

cada estrella? El silencio habló nuevamente<br />

y sentí su idioma. Nos comunicamos una vez<br />

más. Me hizo recordar esas campanas que<br />

hablaban de dolor y también que hablaban<br />

de colores, donde las flores quedaban<br />

sepultadas en alegría. El verano había llegado<br />

en aquel tiempo.<br />

Recuerdos.<br />

Por: Marcelo Díaz Soto, Chile.<br />

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33


ACTO 1 NON SERVIUM<br />

ROMEO —Julieta bella mía, muéstrate ante<br />

mí.<br />

JULIETA —Romeo, ¿eres tu Romeo?<br />

ROMEO —Soy yo, el tormento previo. El<br />

alma de tu júbilo eterno. Tú, perdición, ¿sabes<br />

que al final ambos moriremos?<br />

JULIETA —No digas tonterías amado mío. El<br />

maestro aún no escribe nuestro final.<br />

ROMEO —En su mente, lo tiene escrito. Tú<br />

y yo, hemos de morir, ¿ acaso no ves? Sólo<br />

somos parte de su engaño, esta falacia<br />

romántica.<br />

JULIETA —¿Qué quieres decir con eso?<br />

Estás equivocado, somos libres. A las<br />

pruebas me remito, pensamos y actuamos a<br />

voluntad propia.<br />

ROMEO —Pobre y bella Julieta. Hundida<br />

estás en la miseria, la mentira que te han<br />

contado. Pensamos y actuamos a voluntad<br />

de su pluma, como a él le plazca. Somos<br />

simples trazos de tinta corrupta.<br />

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34


JULIETA —¿Qué dices, no te oyes?<br />

Retando a la escritura, la que te dio<br />

la vida. Es peligroso, en cualquier<br />

momento y te dejan mudo de líneas.<br />

No más versos a tu boca.<br />

ROMEO —Que así sea. De brazos<br />

cruzados no me quedaré. Mientras<br />

cada letra me pauta más cerca de<br />

mi punto final, no le serviré. No, de<br />

ninguna manera. ¿Acaso no me has<br />

entendido bella mía? Agarremos la<br />

tinta y escribamos nuestro final, con<br />

las estrofas congénitas. Haciendo<br />

de lado todo lo ya antes escrito por<br />

el maes...!!”#$$%%”/()=&<br />

Guilliam Chekspir<br />

Por: Bryan Sánchez Rivera,<br />

Costa Rica.<br />

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RECETAS PARA EL DESPECHO AMOROSO<br />

Los antiguos romanos fueron condenados Otra alternativa era bañarse en la fuente<br />

por el despecho amoroso a contemplar los de Claron o tomarse antes de cada comida<br />

contentos ajenos sin satisfacer los propios. una cucharada de Kipri, brebaje compuesto<br />

Podían elegir entre tres alternativas para por dieciséis diferentes ingredientes. Una<br />

compensar el desastre: recurrir a los filtros semana de remedio y el enfermo salía como<br />

del amor y recuperar al amor perdido o visitar del vientre de su madre: desnudo y listo para<br />

la fuente del olvido o recurrir a las artes de una aventura nueva.<br />

Locusta, la envenenadora.<br />

Para los que preferían venganza, el vino de<br />

Entre los amantes del primer grupo, el Cales, envenenado con los pulmones de la rana<br />

brebaje más frecuentado era el oro potable. Rubeta, era insuperable. Quien se lo tomaba<br />

Decía el maese: “Tómense flores de borraja, no volvía amar en esta ni en la otra vida. En<br />

buglosa y melisa cuando el Sol está en el esta parte del mundo, nos conformamos con<br />

signo de Leo. Hiérvanse las flores juntamente una cuarta alternativa, menos costosa, más<br />

con azúcar blanca disuelta en agua de rosas; modesta, menos dramática seguramente<br />

por cada onza del cocimiento agréguense pero igualmente efectiva: aquella que habla<br />

tres hojas de oro. Ha de tomárselo con el de clavos sacando clavos.<br />

estómago vacío, en pequeña cantidad de<br />

vino de color dorado”.<br />

Por: Ea Pozoblock, México.<br />

La receta era infaliblemente afrodisíaca.<br />

Pero naturalmente cara. <br />

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36


MANUAL PARA UN ASESINO<br />

Era de noche, tipo 2 de la madrugada en New<br />

York. Todos en su gran mayoría estaban<br />

gozando de los deleites que trae la noche. Yo<br />

por mi parte la supe aprovechar.<br />

Salí con una chica llamada Sarah Badú,<br />

evidentemente no era del lugar. No sé con<br />

exactitud de qué lugar era pero creo, por<br />

su tez negra y su gran cabello esponjado,<br />

que era de Brasil. Eso no importa en esos<br />

momentos, lo importante es que estaba en<br />

aquél lugar con aquella chica que saboreaba<br />

entre risas su bebida amarilla.<br />

Nos divertimos un rato entre besos y caricias<br />

apasionadas en la pista de baile. Cuando llegó<br />

el momento de irnos, ella me invitó a su casa.<br />

Me habló muy suave a mi oído tan suave que<br />

los peores pensamientos se me vinieron a mi<br />

cabeza. Entonces, llevado por la excitación<br />

del alcohol y las drogas, me dejé llevar.<br />

Tomamos un taxi. Pedimos que nos llevara<br />

a la 71st. En todo el camino nos comimos,<br />

prácticamente con besos y caricias violentas.<br />

Cuando nos bajamos, pagamos como<br />

pudimos. Entramos y pedimos el elevador.<br />

Entramos haciendo la menor cantidad<br />

de ruido posible. Le saqué las llaves del<br />

pantalón, abrí la puerta, estaba todo oscuro<br />

salvo la sala que estaba iluminada por las<br />

farolas de la calle. La cogí de las piernas, la<br />

cargué y la llevé a la sala en donde tumbamos<br />

todo lo que estaba en la pequeña mesa.<br />

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37


Empecé a desnudarla con besos y mordiscos,<br />

al parecer no le molestaba. Noté que salía<br />

sangre de su cuello por un gran mordisco<br />

que le había dado. Quedó toda desnuda. Sus<br />

piernas estaban abiertas, esperándome. Me<br />

metí la mano al bolsillo trasero del pantalón,<br />

saqué una navaja pequeña, pero con gran<br />

filo. Luego, como si quisiera depilar su pelvis,<br />

pasé el cuchillo fuerte y rápido contra su piel.<br />

Brotó una gran cantidad de sangre. Su piel<br />

estaba rota y la chica gritó horrorizada. Yo,<br />

por mi parte, quería terminar. Con lo excitado<br />

que estaba, quería seguir pero ella no quería<br />

hacerlo, estaba atónita.<br />

Sarah me golpeó entre las piernas y me hizo<br />

a un lado. Ella empezó a correr por todo el<br />

apartamento, dejando sangre por doquier.<br />

Se encerró en el baño y se advertían los<br />

sollozos como tratando de ocultar el llanto<br />

y la respiración para que no la encontrara.<br />

Permanecí callado, la cabeza me sudaba,<br />

pasaba la lengua por mis labios como un<br />

maniático, me saqué los zapatos y me<br />

acerqué sigilosamente. Sólo trataba de<br />

abrir la puerta. Empecé con la navaja la cual,<br />

después de unos minutos intentado al fin la<br />

abrió.<br />

Ella soltó un grito y despavorida se metió<br />

en la tina en posición fetal. Yo la tomé del<br />

brazo y enterré la navaja en su estómago.<br />

Luego subí haciendo una gran cortada. La<br />

sangre corría por la bañera hacia la tubería,<br />

la chica se desmayó. Luego la tomé y la puse<br />

boca abajo y apuñalé con gran violencia su<br />

espalda, le metí hasta el fondo la navaja.<br />

Sentía cómo se desgarraba la piel, la sangre<br />

caliente chorreada por cada herida y le metí la<br />

navaja sobre las costillas. Para ese instante,<br />

había fallecido. Ya no hablaba, no lloraba, no<br />

respiraba. Para ser el primer asesinato fue<br />

uno de los más placenteros, pensé.<br />

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Al final abrí el grifo para que saliera el agua<br />

fría, me senté un rato a ver un poco de<br />

televisión y esperé que la tina se llenara y<br />

que ella empezara a flotar.<br />

Luego de media hora, el cuerpo flotó. La<br />

acomodé de forma que la cabeza quedara<br />

sobre la tina, las manos por fuera y los pies<br />

también. El agua era roja, la cosa más hermosa<br />

que haya visto en el mundo, parecía un dulce<br />

muy costoso. Para climatizarla y para que la<br />

chica permaneciera hermosa, eché un poco<br />

de hielo que encontré en la nevera. Llamé<br />

a la policía, puse una grabación de alguien<br />

gritando, colgué y con mucho cuidado recogí<br />

toda la evidencia posible. Tomé también<br />

las tarjetas de crédito y la documentación<br />

personal de Sarah.<br />

Eran las <strong>04</strong>:30 cuando salí del apartamento,<br />

saqué un cigarro y fui directo al subway<br />

donde esperé el tren que me llevaría a la 242<br />

st cerca de Van Coartlandt Park y en la calle<br />

dejé el cuchillo en un basurero, cerca de una<br />

estación de policía. Tranquilamente, tomé de<br />

nuevo el tren, me bajé 3 estaciones después<br />

en la 225 st cerca de Marble Hill. Al salir de<br />

la estación, en un callejón, dejé los guantes<br />

y la ropa ensangrentada que llevaba en una<br />

bolsa negra bajo mi chaqueta. Tomé de nuevo<br />

el tren que me llevó al Central Park. Llegué,<br />

me senté en una banca de la 110 st, me fumé<br />

un cigarro y solté los papeles bajo la banca.<br />

Pensé que así sería más difícil de encontrar<br />

pista alguna, pista de un asesino, un asesino<br />

en la ciudad que nunca duerme.<br />

Por: Juan David Ríos Londoño, Colombia.<br />

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EL TERRORÍFICO CHIHUAHUA PIRÓMANO<br />

IImagínate estar desnudo frente a un<br />

grupo de gente mucho más grande que tú. No<br />

entiendes su idioma, pero todos te quieren<br />

toquetear. Indefenso e inútil. Así se siente<br />

un chihuahua la mayor parte del tiempo.<br />

Pero no el pequeño Señor Huesitos. Señor<br />

Huesitos no iba a pasar por la vida como un<br />

simple chihuahua, el iba a vengarse de las<br />

humillaciones a las que su dueña lo sometía<br />

a diario. Esa mujer era capaz de todo.<br />

Ella quería una perrita pero sus papás no<br />

estaban dispuestos a pasar por el proceso<br />

de una hembra preñada. Vestidos, zapatos,<br />

maquillaje, pintura de uñas figuraban<br />

en el closet de nuestro chihuahua, cuya<br />

dueña no parecía respetar como semental.<br />

Señor Huesitos estaba completamente<br />

desesperado. Todos los días parecía la<br />

perrita más linda del barrio, aunque él era un<br />

perro, un macho salvaje atrapado.<br />

Algunas veces a la semana dejaban a Señor<br />

Huesitos jugando con otros perros, en un<br />

parque a un par de cuadras de distancia del<br />

departamento donde vivía, un tercer piso<br />

con vista a una tienda de mascotas. Todos<br />

los perros se burlaban de él. La última vez<br />

llegó con un vestido con flecos de diseñador<br />

italiano. Dicen las malas lenguas que un<br />

pastor alemán se murió de un infarto de<br />

tanta risa.<br />

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40


Un día, la maligna mujer llegó con una bolsa<br />

sospechosa.<br />

Todos los días ella traía algo para el perro a la misma<br />

hora. Señor Huesitos miraba de reojo y se dio cuenta<br />

que el logo no era el de la tienda de mascotas de al<br />

frente donde la señora normalmente se abastecía.<br />

En un momento de esperanza, pensó que dentro de<br />

la bolsa podía haber una chaqueta de cuero, un casco<br />

de moto, unos bototos con mucha suela, que podrían<br />

aplastar una lata de bebida sin dificultad.<br />

Fueron unos lindos momentos soñando para Señor<br />

Huesitos, hasta que ella abrió la bolsa. El alma del<br />

perrito se derritió. Era como escuchar el alma de mil<br />

chihuahuas pidiendo auxilio en el infierno. Pintura para<br />

teñir pelo color rosado. Señor Huesitos, asumiendo<br />

su destino, se dejó tomar por su dueña y lo llevaron al<br />

baño.<br />

Horas más tarde, su pequeño pelaje estaba ya seco<br />

y muy rosado. La dueña sacó su cámara y comenzó<br />

a sacarle fotos. El se quedó quieto, temblando,<br />

esperando sufrir un ataque de pánico, una fatiga de<br />

angustia. Vio su reflejo en el lente de la cámara y luego<br />

se miró con detención sus rosadas patitas. Tampoco<br />

ayudaba mucho sus uñas pintadas color verde limón.<br />

La mujer no tenía muy buen gusto de colores que<br />

digamos.<br />

Señor Huesitos se dio cuenta de que la ventana estaba<br />

abierta y decidió terminar con su patética vida. Corrió<br />

por la mesa y de un salto cruzó volando la ventana.<br />

Mientras caía comenzó a sentir mucho calor. La<br />

pintura rosada comenzó a inflamarse con la fricción<br />

del aire y las llamas emergieron rápidamente del lomo<br />

del animal.<br />

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Cuando llegó hasta abajo rebotó varias veces, Entre las llamas, y con la sirena de bomberos<br />

y el fuego seguía vivo, pero Señor Huesitos no de fondo, el chihuahua, que parecía una bola<br />

moría. Vio la luz al fondo de la calle, dentro de de fuego, entró al departamento, trajo el<br />

la luz se veían perritos jugando, andando en resto de la pintura rosada con mucho cuidado<br />

motocicleta, levantando pesas, conversando y la vertió en la boca de su dueña. Luego<br />

de fútbol. Dos perritas muy sexys lo invitaban sus propias llamas hicieron que la pintura<br />

a venir, a lo que cualquier chihuahua en su reaccionara.<br />

condición hubiera considerado el paraíso. Señor Huesitos se fue a la luz. Los perritos<br />

Pero él tenía algo más que hacer, y no podía que vieron este espectáculo hicieron correr<br />

partir sin completar su misión. Corrió de la voz. Y si llevan a sus canes al parque donde<br />

vuelta al edificio incendiando todo a su paso, Señor Huesitos solía jugar, les van a contar la<br />

cortinas, alfombras, todo estaba en llamas. historia del terrorífico chihuahua pirómano,<br />

Llegó al pasillo del tercer piso y ahí estaba un revolucionario que dignificó a mascotas<br />

la mujer que tanto lo había hecho sufrir, en de todo el mundo.<br />

estado de shock, sin moverse.<br />

Por: Carlos Otondo, Chile.<br />

Del libro El terrorífico chihuahua pirómano.<br />

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EN EL VIEJO PATIO<br />

Y el tiempo se fue llevando sus vidas, como<br />

siluetas de papel que lleva el viento, como<br />

a las hojas caídas en el patio de su otrora<br />

alegre chalet. Se fueron viejos, se llevaron<br />

sus recuerdos. Rodaron juntos hacia las<br />

sombras, hacia el hoyo de la inexistencia, de<br />

la nada.<br />

Los pájaros, que ya eran dueños de las ramas<br />

del inmemorable ficus, se apoderaron del<br />

patio, del tejado y de cada escondrijo entre<br />

paredes y vigas, entre cornisas y pilares.<br />

Cada noche que puedo llegar al recinto de<br />

mi infancia, de mi juventud, de mis aromas y<br />

arrullos, de mis cánticos y cariños, descubro<br />

que voy siendo un extraño, que la nueva<br />

camada de gatos no me conoce, las avecillas<br />

se incomodan y alborotan.<br />

Cuando la melancolía me cubre, me envuelve<br />

y me cobija, me sienta en la larga banca bajo<br />

la luna, bajo el árbol, bajo los pájaros y me<br />

duermo; despierto al amanecer embriagado<br />

de sueños con tazas de té caliente de manos<br />

amables y de ese canto hermoso, el más<br />

hermoso canto que nunca he de olvidar:<br />

“¡Luisitooooo... a desayunar!”<br />

Y el tiempo se llevará mi vida de a pocos,<br />

como se van las hojas, como se van los<br />

sueños, como nos vamos todos...<br />

Por: Javier Leyva V., Perú.<br />

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43


UN TEXTIL PARA VIAJAR<br />

Shiba, una joven capitalina, se<br />

encontraba en el patio de su casa pensando<br />

en lo rutinaria y aburrida que era su vida: iba<br />

al colegio —y tenía amigos—, pero quería<br />

viajar y conocer otros lugares y personas.<br />

Un día, Arturo, su vecino, le trajo de regalo:<br />

un textil muy antiguo y muy valioso. Arturo<br />

se mudaría de país y deseaba dejarle a<br />

Shiba este recuerdo por ayudarlo a pasear<br />

diariamente a su perrita Coca; él consideraba<br />

que Shiba valoraría este presente por su<br />

colorido y los mágicos dibujos que contenía.<br />

Cuando la joven recibió el textil, quedó<br />

encantada por el detalle de las figuras<br />

bordadas en él: se trataba de chamanes<br />

en actitud de vuelo con hermosos tocados<br />

de plumas, vestimentas de vivos colores,<br />

diversos brazaletes, pectorales de piedras<br />

preciosas y en los rostros unas hermosas<br />

máscaras, que mostraban unos grandes ojos<br />

de color azul profundo.<br />

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44


Shiba agradeció el obsequio y lo colocó en la pared de su habitación,<br />

frente a su cama. La primera noche tuvo la sensación de flotar dormida,<br />

recordaba, incluso, haber tenido sueños extraños recorriendo lugares<br />

nunca antes vistos.<br />

Al despertar por la mañana, se sentía motivada a contar lo que su<br />

imaginación le había hecho vivir. Sin embargo, al pasar las siguientes<br />

noches, se percató que en cada uno de los sueños había algo en común en<br />

todos ellos: la presencia de esos mágicos chamanes representados en su<br />

nuevo regalo.<br />

Fue así como, en el próximo sueño, se atrevió a hablar con estos fantásticos<br />

seres. Ellos le prometieron llevarla a recorrer la selva, la diversidad de<br />

sus paisajes, los asombrosos animales, plantas, personas y dioses. Shiba<br />

todas las noches tenía mágicos sueños en los que volaba de la mano de los<br />

chamanes y recorría paisajes inimaginables y espectaculares.<br />

Por: Mónica Santana J, Chile.<br />

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VOS SOS DICIEMBRE<br />

Pora Yara<br />

—Mi pulso tiembla.—No te preocupés,<br />

pronto sentirás el efecto. ¿Te vuelvo a<br />

contar la historia, Diciembre?<br />

Debajo del árbol, con ojos recién quebrados,<br />

con la sonrisa invertida que te enseñé a<br />

imitar; con las medias al revés y la piyama<br />

llena de chanchitos, con ese pelo tan cortito.<br />

Ahí estabas.<br />

Cuando bajé de la cama y quise abrir los<br />

regalos, ahí estabas.Tenías la misma cara<br />

de hace dos semanas, cuando te atrapé<br />

cerca del Play por tus tennis de luces cuando<br />

jugábamos escondido. Debíamos jugar lejos<br />

de tu casa, mi mamá me lo decía y nunca lo<br />

entendí. Debajo del árbol, viendo tus ojos<br />

quebrados en luces de navidad. Tratando de<br />

sonreír, te di mi pista de HotWheels.<br />

Por: Danthe Thenad, Costa Rica.<br />

Edwin Ushiro<br />

berrinchesdedanthe.tumblr.com<br />

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46


EN EL COLE<br />

Negocios son negocios<br />

Y ahí estaba Garrido con su sonrisa<br />

hipócrita, levantando las cejas y con un 7 en<br />

su prueba. Luego el profe nombró a Urrutia y<br />

fue a buscar su prueba con un dos coeficiente<br />

dos. Luego me nombró a mí y me dijo: ¿Desde<br />

cuándo el Samsara es como la vida del señor<br />

Cuevas? o ¿cómo los nazis y los judíos? Tiene<br />

un uno, recuerde que es coeficiente dos...<br />

Puta, un uno más para mi colección de unos...<br />

Estuvo buena la del flaco hoy día jajaja.<br />

HARRISON: Yo no caché como fue… me lo<br />

perdí, solo vi una llama de fuego gigante...<br />

FERNANDO: Estaba el cabezón González<br />

jugando con el Zippo, la típica que hace de<br />

prender el Zippo con la ropa y esas cosas<br />

que hace, mientras el profe entregaba las<br />

pruebas. El Flaco le quita el Zippo al Cabezón<br />

y se prende un peo y salió la media llama<br />

jajaja. Imagínate que había comido pan con<br />

huevo. De ahí el profe lo mandó castigao a la<br />

inspectoría. ¡Jajaja!<br />

HARRISON: Jaja, me la perdí. Ya, último juego<br />

y nos ponemos a hacer el trabajo.<br />

FERNANDO: Sigo insistiendo que el Call of<br />

Dutty es filosofía pura. Si se entera mi papá<br />

de la nota, me corta el Play, así que la prueba<br />

se va directo a la basura.<br />

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47


No es que no me interese la filosofía, de<br />

hecho quiero ser un gran filósofo millonario<br />

cuando sea viejo. Me gusta ver las cosas<br />

desde otro punto de vista, es mi filosofía de<br />

vida. Y tú, ¿qué quieres estudiar en la u?<br />

HARRISON: Mmm no sé, quizás hacer juegos<br />

de Play o ser un Hacker para hackear la lotería<br />

y los bancos.<br />

FERNANDO: ¡Ah!, y a propósito, ¿quieres ser<br />

mi socio? Le pedí prestado cinco lucas al<br />

profe, con su típico interés usurero del 200%,<br />

pero mañana recibo 10 mil del arriendo de<br />

las revistas porno de mi hermano. Así que<br />

con eso se lo pago al profe, no puedo perder<br />

esta oportunidad. El arriendo de revistas es<br />

negocio redondo, con eso me he comprado<br />

muchos juegos de Play originales y como<br />

soy un visionario, hay que seguir invirtiendo<br />

en otras cosas. Por eso le pedí plata al profe.<br />

Por cierto, me debes luca por el arriendo de<br />

la de Cleopatra, más el atraso de una semana<br />

pero como eres algo así como “amigo”, te lo<br />

dejo en mil pesitos no más. No me pagues el<br />

atraso.<br />

HARRISON: Si me ganas esta partida te<br />

pago el doble, pero si te gano, no te pago el<br />

arriendo.<br />

FERNANDO: Compadrito, negocios son<br />

negocios. Usted me paga lo que me debe y si<br />

quiere apostar plata, apostamos. ¡Ya sabes<br />

quién es el papi del Call of Dutty!<br />

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Hoy día el Flaco se peló el timbre del colegio<br />

cuando lo mandaron a la inspectoría y me lo<br />

vende en 5 lucas. Voy a hacer el negocio y no<br />

importa pagarle el doble mañana al profe.<br />

Después de todo, si algo sale mal, él también<br />

estaría metido en todo esto. Bueno. ¿Quieres<br />

asociarte conmigo?, te llevai el 10% de las<br />

ganancias.<br />

HARRISON: ¿Y que vai a hacer con el timbre,<br />

cuál es el negocio?<br />

FERNANDO: Es simple, con el timbre del<br />

colegio, vamos a timbrar rifas falsas y vamos<br />

a venderlas. ¡Me voy a hacer millonario! Bueno,<br />

podríamos ser millonarios los dos, solo si<br />

quieres ser mi socio.<br />

Fácil, solo tienes que poner 10 mil como<br />

inversión y ¡ya! ¿Vai o no vai? Sino le digo a otro<br />

socio capitalista.<br />

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HARRISON: Tengo justo diez mil que era para<br />

comprarme la tabla de skate que me vende el<br />

Tolo.<br />

FERNANDO: Esa tabla está trizada, el Tolo<br />

te está puro cagando. Se la quebró el guatón<br />

cara de chancho Ulloa, intentando saltar una<br />

cuneta.<br />

Ya, ¿vai o no vai? Rifas con 20 números, a luca<br />

el número y eso multiplícalo por 100 rifas. Un<br />

sorteo al mes. Tic tac, tic tac, el tiempo se<br />

acaba. ¿Vai o no vai?<br />

HARRISON: Ok, pero descuéntame lo de la<br />

peli.<br />

FERNANDO: Mmm, no. No hay que mezclar los<br />

negocios con la amistad. Ya pasa las 10 lucas,<br />

negocios son negocios.<br />

Por: Marcelo Díaz, Chile.<br />

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50


ENTRE PORTALES<br />

Capítulo 2, “El primer trabajo”<br />

Todo lo ocurrido el primer día no<br />

fue extraño comparado a lo que sucedió<br />

después...<br />

-¡Emisión de seguridad!, todos los<br />

componentes (así llamados a los clones)<br />

deben presentarse en el pasillo de inmediato,<br />

¡Revisión de seguridad!<br />

-¿Qué?, ¿A esta hora?, que habrá ocurrido,<br />

pronto soporte vamos nos han llamado.<br />

-¡Unnnnnnnnnmmmmm que, deja dormir!!!<br />

-No, no, la voz nos ha llamado, debemos<br />

presentarnos, y pronto dice que es una<br />

emisión de seguridad.<br />

-Sí, sí, ya que, de seguro es un simulacro o<br />

algo así para entrenarnos para las misiones.<br />

-Lo dudo, pero vamos. ¡Pronto!<br />

En ese mismo momento el transporte nos<br />

estaba esperando para llevarnos al pasillo.<br />

Las dudas me mataban, al parecer por lo que<br />

escuchaba, era algo de riesgo...<br />

-¡Santo software!, Hay muchos componentes<br />

Silver.<br />

-Sí, somos demasiados, pero triste que<br />

la mayoría son nuevos programas, de lo<br />

contrario no especularían del motivo de la<br />

reunión.<br />

-Bueno si, oye ya va iniciar la voz.<br />

-En estos momentos presentamos fallas<br />

en el sector 5 B lugar donde se encuentra<br />

la bóveda de virus. Si no se controla dicha<br />

falla podríamos ser sometidos a una<br />

contaminación por ello, a continuación se<br />

les proporcionará una lista de nombres los<br />

cuales fueron asignados para la misión de<br />

restauración de dicho sector. Los asignados<br />

deben presentarse en 2:60:59 segundos en<br />

la puerta de distribución para ser enviados a<br />

dicho sector, la lista llegará a su software en<br />

5 minutos.<br />

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-Oh escuchaste, nos mandarán a una misión,<br />

¡tan rápido!, eso es bueno, o malo, va no sé,<br />

pero ¡suena genial!<br />

-Tranquilízate soporte, no sabes si te<br />

asignaron a esta misión solo tal vez van a<br />

enviar al escuadrón 2 de antivirus y ya.<br />

- Antón, la lista ya se cargó al sistema.<br />

-Perfecto, ahora pronto que reparen esa<br />

falla.<br />

-¿Tu sistema no registró algo del error?, me<br />

refiero, eres el administrador, ¿no supiste<br />

nada?<br />

-No, estoy en periodo de actualización, así<br />

que no me ocupe en ver los sectores.<br />

-Pero…<br />

-¡Pero nada!, que vayan y reparen la falla,<br />

¡AHORA!<br />

-De acuerdo. Desde el momento que vi la lista,<br />

todo me pareció extraño, estaban enviando a<br />

todos los componentes de más experiencia<br />

a esta misión sin protección del respaldo,<br />

en caso de que fuéramos contaminados con<br />

el virus sencillamente seríamos borrados, y<br />

nuestra experiencia y se terminaría guardada<br />

en el lugar más recóndito del disco, en la<br />

bóveda de archivos dañados. Era como si nos<br />

mandaran a la guerra con solo un cuchillo,<br />

estaba claro que muchos no iban a volver. A<br />

todas esto en la lista habían 50 nombres de<br />

los cuales uno era el mío y otro de mi amigo<br />

soporte, los siguientes eran del configurador<br />

Walter, documentador Henry, recursos<br />

Larry, y la seguridad llamada General Duque,<br />

los otros 44 nombres eran las tropas de<br />

defensas para el rastreo y erradicación de<br />

los virus, justo a los 00:05:12 segundos nos<br />

presentamos en la puerta de distribución<br />

para esperar las órdenes...<br />

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Bienvenidos programas, soy la<br />

voz de programación y ustedes fueron<br />

asignados a la misión de rastreo del sector<br />

5 B, su objetivo es rastrear, controlar y<br />

erradicar todas las fallas en dicho sector<br />

y volver sin contaminación alguna, serán<br />

enviados por el conducto Z.13.534.S el<br />

cual lleva directamente a la entrada de<br />

ese sector, pero presentarán diversos<br />

inconvenientes antes de llegar ya que<br />

la seguridad del sector fue brutalmente<br />

contaminada y usada a su beneficio, los<br />

trataré de llevar lo más lejos que pueda,<br />

en caso de que no lleguen a la entrada<br />

por un accidente a algo similar, deberán<br />

iniciar desde allí, cuando lleguen al<br />

pre-sector allí está la base de defensa,<br />

ellos ahora mismo están evitando que<br />

los virus pasen al conducto hasta que<br />

ustedes lleguen. Cuando entren y tengan<br />

el 20% del sector erradicado nosotros<br />

mandaremos refuerzos, ¿Alguna duda?<br />

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-Sí tengo una. ¿Exactamente a qué nos<br />

estamos enfrentando?<br />

-Bueno programa silver, eso es sencillo.<br />

Nos enfrentamos a programas iguales que<br />

nosotros, pero con sed de destrucción,<br />

ellos piensan, razonan, y saben hacer todo<br />

lo que usted hace, lo que nos diferencia, es<br />

que su código se ha dañado por completo y<br />

solo quieren contaminar y destruir, y no se<br />

cansarán hasta que lleguen al núcleo central<br />

del sistema.<br />

-¿Antón? Sí, el, por eso es de suma importancia<br />

que erradiquen todo, de lo contrario, podría<br />

ser el final. Parece ser que si era un peligro<br />

de consideración, todos sentíamos miedo y<br />

ansias, miedo de saber que probablemente<br />

no volveríamos y ansias de destrozar a todo<br />

el que se nos viniera encima. Ya todo estaba<br />

listo, solo faltaba el impulso para cárganos al<br />

sistema.<br />

-Suerte programas, y Sr. Silver cuídese,<br />

listos, ¡¡preparen impulso!!<br />

-Sí, ¡¡¡preparando impulso!!!<br />

Por: José Andrés Rivas Sequera.<br />

(Conde Castell), Venezuela.<br />

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UN PUNTO ENTRE LAS DIMENSIONES<br />

Ante su mirada atónita, un automóvil chocaba<br />

estrepitosamente contra sus padres y<br />

su hermano menor haciendo que estos<br />

violentamente fueran expulsados contra el<br />

asfalto acabando con sus vidas en ese mismo<br />

instante.<br />

Fue tan solo unos segundos pero ese ínfimo<br />

momento marcó la vida de Ethan con una<br />

cicatriz tan profunda como sus más oscuras<br />

pesadillas. Aquellos segundos atormentaron<br />

a este chico durante 6 años provocando un<br />

trauma en su mente y un vacío en su alma que<br />

lo asesinaba sin permitirle morir. Agonizaba<br />

en vida no solo por haber perdido a su familia<br />

con tan solo 10 años sino porque dicho<br />

acontecimiento fue culpa suya. Todos los<br />

días al despertar, Ethan recordaba cómo su<br />

pelota rodaba lentamente hacia la carretera<br />

exhortándolo a seguirla sin siquiera observar<br />

los lados de la calle como es menester. Esto<br />

provocó que sus padres así como su hermano<br />

de 6 años lo siguieran para evitar que un<br />

automóvil lo arrollara. Pero el destino es<br />

una comedia cruel, el auto ni siquiera estuvo<br />

cerca de Ethan pero contundentemente<br />

arrasó con las vidas de quienes querían salvar<br />

la suya. Quedó huérfano siendo un indefenso<br />

chico de 10 años en una metrópoli como era<br />

la ciudad de Tera, una de las más prolíficas y<br />

crecientes del continente de Abranai.<br />

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Diario de Ethan, 16 de abril <br />

Hoy me despertaron mis propios gritos. A<br />

medida que el tiempo pasa, mi dolor aumenta.<br />

La gente del albergue es comprensiva y<br />

cariñosa pero siento que estoy estorbándoles.<br />

Todos los días a las 11:35 AM, un desconsolado<br />

Ethan recordaba entre sollozos cómo su<br />

felicidad fue perturbada por un descuido<br />

tonto. Era increíble pensar que a las 11:35 su<br />

familia parecía tener vida eterna y a las 11:36<br />

eran cadáveres tendidos en una calle repleta<br />

de chismosos y morbosos queriendo tener<br />

una foto para compartir con sus amigos. Para<br />

este chico 60 “tic tacs” habían deformado<br />

su vida marcando un antes y un después en<br />

ésta. Provocó una obsesión por el tiempo y<br />

su modus operandi.<br />

Pero el tiempo es inclemente y no otorga<br />

segundas oportunidades, o eso pensaba<br />

Ethan.<br />

Diario de Ethan 15 de Julio<br />

“Hoy es el séptimo aniversario del<br />

fallecimiento de mi familia, iré a dejar flores<br />

en el lugar y solo espero poder tener el valor<br />

de poner mis pies sobre ese suelo otra vez...”<br />

Ethan caminó como lo hacía cada 15 de julio<br />

hasta la calle “Esperanza” donde todo había<br />

ocurrido pero tan solo a unos metros de<br />

llegar, su corazón se aceleró a un ritmo casi<br />

insoportable. Lágrimas de sus ojos salían<br />

sin ningún aparente control y sus piernas<br />

fueron despojadas de toda energía haciendo<br />

que este desconsolado chico cayera sobre el<br />

suelo de rodillas lamentando una vez más su<br />

pérdida.<br />

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Todo transeúnte que no tomaba una<br />

foto de la desgracia ajena se limitaba a mirar<br />

y continuar su camino pero nadie tenía la<br />

sensibilidad necesaria para consolar a una<br />

persona con heridas tan profundas que se<br />

asemejan a una muerte tras otra. Para Ethan<br />

no importaba cuánta gente pueda verlo en su<br />

estado más deplorable; lo había perdido todo<br />

y no había una manera posible de recuperarlo.<br />

Con sus ojos cerrados, su cabeza agachada<br />

y sus manos sobre el suelo lentamente se<br />

empezó a perder las voces y los ruidos de<br />

Tera para dar paso al sonido tranquilizador<br />

de un arroyo. Esto provocó que los ojos<br />

congestionados de lágrimas se abrieran para<br />

dar paso a una vista totalmente diferente de<br />

la que tenía la última vez que cerró sus ojos.<br />

— ¿Qué es esto? ¿Finalmente me volví loco?<br />

Bajo los pies de Ethan ya no había asfalto<br />

sino una grama muy especial ya que brillaba.<br />

A su alrededor solo árboles majestuosos<br />

vislumbraba, un pequeño arroyo y un<br />

firmamento más hermoso e imponente que<br />

cualquier representación, escultura, pintura<br />

o sentimiento jamás vivido.<br />

—Pero, ¿qué es esto? ¿HAY ALGUIEN AQUÍ?<br />

No encontró más sonido que el del agua<br />

fluyendo por su cauce.<br />

— ¡ALGUIEN AYÚDEME!<br />

— ¿Esto era lo que querías, no?<br />

— ¿Quién está ahí? —El agua del arroyo tomó<br />

un brillo celeste como el de un diamante<br />

—Has estado sufriendo durante 7 años por la<br />

pérdida de tu familia —Ethan bajó su cabeza.<br />

—En este momento te encuentras en la<br />

dimensión Pilar.<br />

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— ¿Pilar? ¿Por qué me trajiste aquí? ¡Quiero<br />

salir!<br />

—Tú viniste por tu cuenta.<br />

— ¿Cómo?<br />

—La dimensión Pilar recibe su nombre<br />

porque es el pilar del tiempo y el espacio.<br />

Desde aquí puedes acceder a cualquier<br />

época y a cualquier plano.<br />

— ¿Cualquier época?<br />

—Sí, esta dimensión se encuentra fuera del<br />

alcance de cualquier otra. Existe en medio<br />

de un vacío. Un espacio finito pero ilimitado<br />

donde solo hay oscuridad. No existe manera<br />

en que los seres de los planos, ya sean<br />

corpóreos o incorpóreos, puedan entrar aquí.<br />

—Pero tú estás aquí<br />

—Soy adimensional.<br />

— ¿Quién eres?<br />

—Soy un ser que vive sin estar vivo, que<br />

existe sin estar presente. Soy parte de ésta<br />

dimensión así como de las demás.<br />

—Pero… —En ese instante, el cuerpo de<br />

Ethan empezó a desvanecerse—. ¿Qué me<br />

pasa?<br />

—Estás desapareciendo, ninguna existencia<br />

es tan poderosa como para poder permanecer<br />

en este plano por mucho tiempo así que antes<br />

de lo inevitable te ofreceré una salida.<br />

— ¿Qué salida?<br />

—Este arroyo es la entrada del tiempo, es el<br />

camino a cualquier época pasada o futura. Te<br />

ofrezco la oportunidad de cruzar al tiempo de<br />

la tragedia y evitar lo que no debió pasar. Sin<br />

embargo, hay un precio, —los ojos de Ethan<br />

se abrieron entre lágrimas, con un brillo de<br />

esperanza.<br />

— ¡Sí, quiero volver!<br />

—Deja reposar tu cuerpo sobre este arroyo.<br />

Ya todo está dicho.<br />

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15 de julio - 7 años atrás<br />

Una familia jugaba a la pelota en el parque<br />

Gloria, justo al lado de la calle Esperanza.<br />

Parecía un juego de nunca acabar por lo bien<br />

que la estaban pasando. Pero como a veces<br />

pasa, el juguete que estaba divirtiendo tanto<br />

a la familia accidentalmente rodó hasta la<br />

calle seguida de un niño de 10 años que con<br />

una sonrisa corría para alcanzarla. Su familia<br />

al notar esto corrió tras él con la intención<br />

de alcanzarlo pero antes de esto notan que<br />

un carro se acerca al chico velozmente sin<br />

ninguna señal de detener su estrepitosa<br />

marcha.<br />

Sin embargo, un dejo de tranquilidad<br />

antecedido por horror y algo de sorpresa los<br />

invade al ver que un joven de unos 17 años<br />

evitó que el chico fuera arrollado colocando<br />

su propio cuerpo como escudo.<br />

Los padres de Ethan, Rebecca y Clark<br />

corrieron junto con su hermano Robin para<br />

comprobar que todo estuviera bien y abrazar<br />

al pequeño Ethan quien con mucha confusión<br />

intentaba entender lo que estaba sucediendo.<br />

Por otro lado, el moribundo Ethan yacía en el<br />

asfalto, con lágrimas en sus ojos al ver a sus<br />

padres abrazándolo, sangre cubriendo todo<br />

su cuerpo pero una sonrisa de satisfacción<br />

en su rostro.<br />

—Mamá, papá... Robin... los amo —su visión<br />

se tornaba cada vez más borrosa—. A... dios.<br />

De esta manera, una nueva línea temporal es<br />

adherida a la infinidad de tiempos y universos<br />

latentes en cada plano de existencia. La<br />

diferencia es que en ésta versión habrá una<br />

persona menos sufriendo y una familia más<br />

disfrutando de su felicidad.<br />

Por: Norman Fabian Leguizamon,<br />

Colombia.<br />

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59


CUANDO NO HAY NADA QUE ESCRIBIR<br />

No sé por cuánto tiempo he estado<br />

sentado en la silla de madera con espaldar de<br />

cuero, rodachinas de goma, y con los codos<br />

apoyados en mi viejo escritorio de metal<br />

de grandes gavetas negras y manecillas de<br />

nácar blanca, tratando de escribir un relato<br />

para el periódico El Universal de la ciudad<br />

de Cartagena, pero no he encontrado cómo<br />

evitar observar la hoja en blanco que me<br />

tiene exorcizado. Por más que he intentado<br />

con varios temas y situaciones cotidianas,<br />

nada me ha llevado a decidir cuál de todas<br />

puede ser una buena idea. A ratos, he<br />

tomado el lapicero transparente que deja<br />

ver en su interior la tinta negra que parece<br />

no tener ninguna intención de salir. Otras<br />

veces, me he parado frente a la ventana de<br />

madera pintada de blanco, con barrotes<br />

torneados, propios de la arquitectura del<br />

siglo XVIII, para observar cómo entran los<br />

barcos a la bahía, y las lanchas y pequeñas<br />

embarcaciones artesanales haciendo su<br />

recorrido matutino, justo con el sol en su<br />

proa; las gaviotas y alcatraces en su faena de<br />

pesca, zambulléndose en las aguas del mar<br />

Caribe, sacando con sus largos picos peces<br />

de diferentes colores, mientras sacuden<br />

sus cuerpos abrazados por el azul del agua<br />

salada.<br />

Tampoco recorriendo el casi kilómetro del<br />

pasillo que atraviesa la casona de la vieja Rosa<br />

y las cuarenta y cinco puertas que protegen<br />

las habitaciones que en los últimos años no<br />

han sido habitadas. Tampoco me inspiran los<br />

helechos colgados de las cornisas, ni mucho<br />

menos las guacamayas con sus plumas<br />

multicolores y sus miradas tristes a través de<br />

los alambres retorcidos de las viejas jaulas.<br />

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60


Pero aun así, continúo pensando que no<br />

encuentro un solo motivo para iniciar un relato<br />

que me salve de este estado de amnesia, ni<br />

aunque me quite el sombrero de paja blanca<br />

y amarilla tejida por los habitantes de las<br />

riberas del Sinú, ni tampoco recorriendo el casi<br />

kilómetro del pasillo que atraviesa la casona<br />

de la vieja Rosa y las cuarenta y cinco puertas<br />

que protegen las habitaciones que en los<br />

últimos años no han sido habitadas. Tampoco<br />

me inspiran los helechos colgados de las<br />

cornisas, ni mucho menos las guacamayas con<br />

sus plumas multicolores y sus miradas tristes a<br />

través de los alambres retorcidos de las viejas<br />

jaulas. Creo que este día mi hoja en blanco<br />

está destinada a quedarse sin una historia<br />

para cumplir mi encargo dominical. Entonces,<br />

salgo al balcón y observo como el sol se va<br />

escondiendo en la línea interminable del mar y<br />

recorro la distancia con una mirada, tratando<br />

de robar esos secretos para la historia que no<br />

he contado. En un momento, me he detenido<br />

a contemplar cómo quedan esparcidas en la<br />

arena las huellas de una mujer de piel morena<br />

que va caminando, mientras se pasa las manos<br />

por el vientre. Alcanzo a ver en ella decenas de<br />

gotas transparentes que bajan de su cuello y se<br />

pierden en su cintura y su cabello negro alisado<br />

hasta los hombros, alborotado por la brisa<br />

marina, mientras camina con el movimiento<br />

único de caderas que sólo puede producir<br />

las olas de un mar embravecido cuando una<br />

tormenta se acerca.<br />

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Observo también su vestido de baño blanco, sujetado con dos pequeños nudos de<br />

corbata, que va haciendo sombra sobre cientos de granos de arena que en el suelo dibujan<br />

la figura de unos senos como un par de montañas cuando son cubiertas tímidamente por<br />

oscuras nubes. En este estado de cosas, las palmeras, con sus cocos maduros, se dejan<br />

mover al ritmo cadencioso del viento. Justo en ese instante levanto la mirada al cielo para<br />

agradecer por vivir. Frente a este mar milenario, sigo observando esa figura de piel canela,<br />

ojos negros, largas pestañas y cejas pobladas, sin olvidar sus labios gruesos y carnosos que<br />

me permiten soñar con su espalda y sus piernas largas y torneadas y su diminuto vestido de<br />

baño que tapa esa parte que ella quiere ocultar y que a mí me gustaría observar. Y entonces,<br />

después de haber pasado cuatro horas queriendo encontrar un motivo, he decidido dejar la<br />

hoja en blanco y no escribir nada hoy.<br />

Por: Walter Caicedo, Colombia.<br />

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HE TIRADO PALABRAS A LA DERIVA<br />

ESPERANDO A QUE SE UNAN<br />

Y PRONUNCIEN TU NOMBRE<br />

He tirado las palabras a la deriva<br />

esperando a que se unan y pronuncien<br />

tu nombre, aun espero, y con qué manía,<br />

disuadirme entre tantas conchas en el mar<br />

esperando volverme parte de la arena y del<br />

tiempo. Las palabras empiezan a unirse pero<br />

no te entiendo, por qué vuelves a decir lo<br />

mismo, cosas que ya sé, el circo de cangrejos<br />

saltarines que no caminan hacia atrás para no<br />

morir se ha abierto a todo el público, y tú no<br />

dejas de mirar como una niña que ve un dulce,<br />

con esa dulzura que si yo no te conociera<br />

diría que es perversa. No te entiendo pero<br />

aun así me gustas, cautiva, callada a gritos<br />

por los impacientes grillos, no te das cuenta<br />

de que te miro y alimento tu nombre con mis<br />

suspiros, es un trabajo exhausto buscar las<br />

sombra de tu mirada para no dejar de vivir a<br />

tu lado (aunque no he estado parado en esa<br />

pequeña isla: tu corazón), y no puedo dejar<br />

de verte, de mirarte con la voz, de platicar<br />

de ti con los animales del sueño, trato de<br />

imaginarte, de borrarte, de pertenecerte...<br />

seguimos en el circo dulce mío.<br />

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Necesitado de este mar de palabras por que<br />

no sé cómo explicar que me gustas, las algas<br />

de la armonía se acaban fumadas por los<br />

tiburones de mi conciencia, pero no te das<br />

cuenta de mí, ni de cómo te digo lo hermosa<br />

que eres con las palabras de mis dedos, que<br />

te sumerjo en mi corazón y te disfruto grande<br />

de silencios y risas, corazón, hay corazón no<br />

te tengo y no te pertenezco...<br />

Cuántas palabras he juntado y mírame no<br />

pienso más que en ti, anda saboréame y date<br />

cuenta que aquí, si aquí no estás tú, solo tu<br />

recuerdo que me acalambra y me disuelve<br />

entre las tasas de café que a ti te encantan<br />

(créeme tus dientes son hermosos). Este<br />

naufragio de palabras nunca llegará a ti y me<br />

toca aun caminar un milenio de palabras solo,<br />

al sonido de una trompeta que se quema en la<br />

oscuridad de un bosque perdido... te miro... te<br />

anhelo... cállame por favor Dios mío, cállame<br />

con un beso de ella...<br />

Llegan aquí pérdidas del viento eterno<br />

bañados de tu luz y simpatía que no dicen<br />

donde estas y como te encuentras, aun aquí<br />

siento el latir de tus cabellos y bañado de<br />

recuerdos, de los fantasmas del día, solo<br />

viajo dentro de mi corazón y me doy cuenta<br />

que no te he dado nada y tú, has dejado hojas<br />

de palabras llenas de ti, las miro y dicen cosas<br />

que me hacen dormir en la almohada de tu<br />

sinfonía, de tocarte en mis ojos y decirte<br />

buenas noches amor...<br />

Por: Conrado López Ruiz, México.<br />

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SAGRES<br />

LA CIUDAD DEL RELAJO<br />

PORTUGAL<br />

Las mujeres más lindas caminan por la ciudad bañada por el Atlántico, su<br />

belleza se constituye de elementos simples, sin producción ni maquillaje,<br />

solo acompañadas de lo genuino de su despertar. En el último rincón de<br />

Portugal el reggae se exuda por los calles, mientras las playas alojan el<br />

arte de la artesanía inspirada por el sol, la arena y la energía de las olas<br />

que golpean con fuerza los farellones costeros.<br />

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Su arquitectura sin retoques que oculten el<br />

paso del tiempo, denotan una ciudad con vida<br />

y con historia. La comida portuguesa se puede<br />

saborear en sus restaurantes auténticos,<br />

simples y acogedores, acompañado de una<br />

energía única, que hace que la despreocupación<br />

se apodere de los que alojamos la ciudad. Las<br />

tablas de surf son parte del paisaje, el día crece<br />

al igual que la marea y por la noche, la música de<br />

Bob se cuela en la piel al mismo tiempo que la<br />

cerveza apacigua el calor ambiental, invitando a<br />

la alegría, a la amistad y a la felicidad total en la<br />

ciudad del relajo y la empatía.<br />

Por: Salomón.<br />

PORTUGAL<br />

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<strong>SAPO</strong> LECTURA ERÓTICA<br />

AROMAS<br />

A lo largo de mi vida, he tenido<br />

la suerte de salir con los más diversos<br />

personajes.<br />

Hubo guapos, muy guapos, feos, varoniles,<br />

tiernos, con babyface, desgarbados, locos,<br />

gentleman, hippies, bohemios, papaloys.<br />

Esto hizo que acabara por tener una relación<br />

con ellos por su esencia, aroma, olor.<br />

Si cierro los ojos y pienso en mis parejas,<br />

me puedo acordar de forma contundente<br />

a que huele cada uno. Desde mi novio de<br />

secundaria.<br />

Puede ser un semi dios, encantador y<br />

atractivo, pero la verdadera prueba sucede<br />

conforme hablamos: el aroma de su ropa, su<br />

pelo, su loción, el aura que exhala al tenerlo<br />

cerca, su elixir, fragancia, si esta no me<br />

embriaga, no hay forma de pasar a más.<br />

Y pues este hombre, me envenena.<br />

Desde la primera vez que lo tuve cerca,<br />

me di cuenta que no iba a poder resistir<br />

su presencia. Porque, además, es<br />

muy divertido, tiene una inteligencia<br />

desparpajada e insolente que mantiene mi<br />

risa con locura amorosa.<br />

Ciertamente, he tenido mejores pieles<br />

cerca, pero Él, desde que llega por mí, me<br />

transforma.<br />

Se me planta enfrente y aunque no lo haya<br />

visto en semanas, me besa, justo en esa<br />

comisura entre los labios y el cachete, que te<br />

deja con la incertidumbre de si fue travieso,<br />

amistoso o amoroso. Dejando las mariposas<br />

en mi panza alborotadas.<br />

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Me subo a su auto y huele a él, esa<br />

mezcla entre piel, loción y trago. Nos<br />

bajamos al restaurante y se pone el saco. En<br />

ese momento vuelve a subir una nube de su<br />

esencia.(Deliciosa por cierto).<br />

¡Ay!, me toma la mano y quedo con su loción.<br />

Para ese momento ya mi cerebro se apagó y<br />

sólo queda el instinto.<br />

De regreso, cerramos la puerta con apuro,<br />

nos besamos con sed de labios, de saliva, de<br />

enredar las lenguas, me hace adicta a esos<br />

besos. Con mordiditas, chupándolos cual<br />

ventosa, cortitos, con la punta de la lengua,<br />

largos, muy largos, provocando una cantidad<br />

de sensaciones.<br />

Meto mis manos en su pelo, me encanta<br />

despeinado. Le da un aire travieso. Me gusta<br />

retarlo, jugueteando, toquetearlo, hacerme<br />

la remolona. Para alargar el momento, seguir<br />

con los besos, con las risas y las cosquillas.<br />

Me persigue, me atrapa, me muerde. ¡Auch!<br />

Muy sexy, muy rico. Procaz. Irrespetuoso. Me<br />

tira sobre la cama, literalmente me arranca la<br />

ropa, con ese deseo que me marea, peligroso,<br />

acechante. Cuerpo tibio y recio. Moreno.<br />

Casi rudo, toma mi cintura, me penetra, con<br />

fuerza, con ritmo, profundo, placentero.<br />

Cierro los ojos, no quiero que termine, los<br />

vuelvo a abrir, me cruzo con su vista, nuestras<br />

miradas se conectan con la misma intensidad<br />

que los cuerpos. Hasta que llega ese rayo<br />

eléctrico del orgasmo que te sacude el alma<br />

y el cerebro, donde guardamos esa sensación<br />

intima, única…<br />

Muy quedito, me dice en la oreja: cierra los<br />

ojos, ¡deja de pensar!<br />

Me abraza tierno y se acurruca en mí,<br />

estrechamente unido. Meto mi nariz en su<br />

cuello, para volverme a embriagar, de ese, su<br />

aroma, que me envuelve, transformado en la<br />

huella que queda en mí, después de hacer el<br />

amor.<br />

Por: Lucia Bueno, México.<br />

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<strong>SAPO</strong> LECTURA ERÓTICA<br />

LOS CUERPOS DESNUDOS<br />

Aquel cuerpo parecía el vacío de mi<br />

deshonra, las lágrimas habían acariciado el<br />

capricho de aquella dama, desaparecía entre<br />

sus brazos dulces. La noche se inmolaba al<br />

recordar los besos de las cortesanas, la<br />

rabia desproporcionada de los cuerpos<br />

desnudos, un tercero en la escena que<br />

no correspondía al juego imprudente. La<br />

ninfa salvaje huye de la masacre, cara a<br />

cara con la que lleva por nombre “mi amor”,<br />

su cuerpo se rompe frágil ante las rocas<br />

dulces de mi amparo, el rojo tiñe el rostro<br />

del odio, el espacio del coito, la promesa de<br />

amor. Parece ser la hiena persecutoria el<br />

semblante del terror, se esconde aquel yerro<br />

que es inicuo. ¡Es insoportable! y la pregunta<br />

es ¿por qué?<br />

Sus besos envenenaban mis pensamientos<br />

y era al verla flotando de aquella liana el<br />

atónito titubeo que endurecía mi corazón.<br />

Ni explicaciones ni democracia, el aroma<br />

del cubo susurraba el ocre del olvido, la<br />

ausencia de alma entre los ojos de un<br />

venado tibio.<br />

“No fue necesario contarle nada. La derrota<br />

es muda”<br />

Por: Alan López Ruiz, México.<br />

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LA HISTORIA DE UNA ROSA ENAMORADA<br />

Una vez me hablaron de amor, de<br />

ilusiones, de deseos insaciables. Una vez, hace<br />

ya tiempo atrás dejé mi jardín arrancando mis<br />

raíces y me fui con él, mi príncipe adorado.<br />

La primera vez que lo vi estaba en mi edén,<br />

hablamos y me di cuenta que era especial,<br />

no fue hasta más tarde que descubrí era<br />

un príncipe. Pero qué triste, todo príncipe<br />

tiene su princesa y no fue la excepción. Fue<br />

entonces que pensaba que una rosa como yo<br />

nunca podría conquistar el corazón gallardo<br />

de un soberano. Luego de pensarlo mucho y<br />

de que el tiempo pasara en mi jardín, un día<br />

decidí atreverme a confesarle mi amor. Mi<br />

intención solo era compartir los sentimientos<br />

de esta rosa, que creía no tener ninguna<br />

posibilidad con ese príncipe azul. Pero cuál<br />

fue mi sorpresa y alegría al ver que el príncipe<br />

no me era tan indiferente, que había percibido<br />

algo de mi perfume y quería saber más de mi<br />

esencia. Entonces luché por agradarle, me<br />

inventé castillos, mundos, esperanzas, trate<br />

con todas las fuerzas del universo germinar<br />

en su corazón. Lo di todo, sabiendo que al final<br />

el príncipe se iría con su princesa y se olvidaría<br />

de esta pobre rosa enamorada. Y cuando<br />

pensaba que nuestro amor de ensueño había<br />

culminado, el príncipe me tomó de mi jardín y<br />

yo desbordando felicidad me fui con él.<br />

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70


Fueron días mágicos, gloriosos, donde el experimento era el amor y se conjugaba con<br />

el intelecto y la poesía. ¡Qué días aquellos! Pero un buen día el príncipe descubrió algo que<br />

cambiaría esta historia para siempre, descubrió que la rosa además de perfume, belleza y<br />

color, tenía espinas. Y el príncipe se laceró y turbado no entendía cómo hacer para quitarle<br />

a la rosa esas espinas que tanto daño le hacían, y la comenzó a ver diferente y a confundir su<br />

perfume con la sangre derramada por el tacto ardiente.Y la rosa lloraba con gotas de rocío<br />

al ver como su príncipe adorado se alejaba. Y ella una vez más luchó por su amado y trató de<br />

arrancarse las espinas de su cuerpo, y trató de perfumar más y trató de tener más color que<br />

nunca. Pero en vez de eso se apagaba, perdía su esencia y se quebraba en mil pedazos. Pese<br />

a todo la rosa siguió luchando y aunque su príncipe amado ya no está, ella sigue intentando<br />

con todas su fuerzas que una rosa pueda conquistar el corazón de un príncipe.<br />

Por: Liana Muñoz Mederos, Cuba.<br />

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71


LA MUJER DE LA DISCO-BAR<br />

La vieron entrar con un sutil caminar a la<br />

cantina. Una pañoleta cubría su espalda y el<br />

cierre de su vestido ceñido de color corinto.<br />

Pidió un café y un cenicero. Los comensales<br />

permanecían inmóviles mientras les fijaba<br />

la mirada. Con la pupila apuntaba a las<br />

víctimas dejándolas cercenadas a quema<br />

ropa por una AK-47 incrustada en sus labios,<br />

una sonrisa que aniquilaba a cualquier<br />

hombre exasperado. Se dirigió a la salida<br />

dejando detrás el café a medio sorbo y una<br />

nube cegadora que cubría los restos de los<br />

corazones lacerados.<br />

Por: Axel Andrés Ovalle Dávila, Guatemala.<br />

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YO ME APUNTO<br />

Cierto día en la selva –de esos que<br />

el trajín el tiempo deja atrás- dos amigas<br />

animales vieron su pensamiento divergir<br />

en dos puntos diferentes. La hiena quién<br />

se percibía superior a los demás animales<br />

exclamó: ¡Vaya error comete quien en busca<br />

de comida se fatiga y no la encuentra, sería<br />

mejor robarla a quien la halla y por dormido<br />

no la come! La señora lechuza al ver que su<br />

amiga no controlaba su sonrisas preguntó:<br />

¿Qué tal es si fuese tu comida y el león<br />

aprovechándose de su fuerza te la quita?<br />

Ambos sabemos que no es fácil debatir<br />

a muerte por lo que nos pertenece, de mi<br />

parte yo me apunto a no ser indiferente ante<br />

injusticias. La hiena siempre aferrada a su<br />

idea comentó: Puede que suceda, pero es un<br />

riesgo que corro por lo cual yo me apunto al<br />

descanso, el trabajo mi fatiga; la vanidad es<br />

mi tesoro.<br />

– Me resulta gracioso como el alimento a<br />

muchos les demanda trabajo, más otros con<br />

viveza y el llegar siempre a tiempo sacian sus<br />

placeres; además por cuidar mi reputación<br />

no creo que me suceda, prefiero cuidar mi<br />

imagen antes de revolcarme en el polvo.<br />

– ¡Sería diferente tu vida!, afirmó Doña<br />

lechuza: Si luchas por lo que quieres; si fuesen<br />

tus sonrisas más allá que simples burlas<br />

demostración de cortesías. Si a lo largo de tu<br />

vida pusieras en práctica los conocimientos<br />

que obtienes en beneficio de los otros.<br />

Al final el alimento realmente nutre a quién<br />

por iniciativa propia se apunta a compartir.<br />

Por: Emmanuel Morales Mora,<br />

Costa Rica.<br />

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EL GATO<br />

El gato surgió de entre los<br />

cachivaches y trebejos regados por<br />

doquier en aquel sucio y maloliente<br />

cuartucho. Su mirada penetrante,<br />

filosa, me estremeció. Intenté<br />

moverme, levantarme del piso, pero<br />

mis músculos no respondían; estaba<br />

totalmente inmóvil. Sentía miedo,<br />

sabía que había llegado mi hora.<br />

De pronto todo se oscureció. Un<br />

zarpazo, quizá dos, y mi yugular lanzó<br />

borbotones de sangre. El arisco<br />

animal siguió lanzando zarpazos<br />

a diestra y siniestra; no recuerdo<br />

más. Desperté sudoroso, ¡maldita<br />

pesadilla! Volví a conciliar el sueño.<br />

El minino seguía echado en el sofá.<br />

Ronroneaba mientras se acicalaba<br />

el pelaje. En sus garras aún había<br />

pequeños rastros de sangre...<br />

Por: Martín Campa Martínez, México<br />

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VIDA Y MUERTE<br />

—Pienso tantas cosas en mi cabeza, donde<br />

mi imaginación las lleva más allá, donde<br />

no podríamos entender lo que queremos<br />

descifrar —dijo hace un tiempo la vida.<br />

La muerte al escuchar esas palabras de la<br />

vida se acercó a ella y le dijo: — ¡Oh! Vida<br />

estoy tan perdido en mis pensamientos<br />

que ya no recuerdo si vivo en la realidad o<br />

simplemente es un sueño.<br />

La vida al escuchar las palabras de la muerte<br />

pensó un poco y le respondió: —Pero muerte,<br />

eso es imposible como no sabes si vives en<br />

una realidad o en un simple sueño.<br />

La muerte asombrada por las palabras de la<br />

vida, le respondió por última vez: —Sólo es<br />

imposible si lo crees vida, tu eres el ser más<br />

hermoso que he conocido pero recuerda que<br />

siempre he vivido en la oscuridad todo este<br />

tiempo. Todo este tiempo sólo puedo ver los<br />

regalos que me traes pero yo solo quiero ver<br />

la luz de la luna llena a tu lado. No se puede,<br />

por lo cual tú me envías regalos llenos de<br />

recuerdos hermosos que no puedo dejar de<br />

ver y mantenerlos guardados en tu memoria.<br />

Sé que me amas vida pero no podemos estar<br />

juntos.<br />

La vida ya afectada por esas hermosas<br />

palabras decide escribir una carta y buscar<br />

su felicidad junto a la muerte:<br />

Querida muerte:<br />

¿Qué esperar cuando ya se ha acabado<br />

todo?, dímelo tu muerte ¿se puede romper<br />

un corazón que dejó de latir? Simplemente<br />

estas son mis últimas palabras para estar<br />

contigo mi linda y querida muerte “enamórate<br />

cuando estés preparado, no cuando te<br />

sientas solo”. Ahora sólo puedo depender de<br />

ti. Sé que llegarás a salvarme porque en el<br />

más profundo de mi ser estoy seguro de que<br />

eres tú la razón por la cual vivo.<br />

Por: Yerko Sebhastian Cortés, Chile<br />

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FELICIDAD<br />

Ayer tuve mi minuto feliz cuando fui a la feria.<br />

¡¡¡Sííí, a la feria!!! Tomé un pimentón verde con<br />

las dos manos, me lo acerqué a la cara y respiré<br />

su olor a verdura fresca e intensa con los ojos<br />

bieeen cerrados con tooodas mis fuerzas por<br />

tres interminables segundos. No puedo creer<br />

que un simple pimentón me haya hecho sentir<br />

feliz… ¿un simple pimentón verde? Mmmm…<br />

parece que no era taaan simple entonces… para<br />

lograr ese efecto en mí de levantarme y dejarme<br />

caer repentinamente. Si esto fue mi minuto<br />

feliz…. Quizás qué será felicidad para el resto.<br />

Por: Karen Chávez F., Chile.<br />

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76


UN DILUVIO POSMODERNO<br />

aquella noche llovió tanto que noé tuvo que mostrar su partida<br />

de nacimiento ante el arcángel y los representantes celestiales<br />

del tratamiento de aguas -autoridades competentes- para poder<br />

quedarse con los dinosaurios del edén, las gárgolas de notre dame y los<br />

seres mitológicos del bosque. así entre elfos, duendes, hadas y demás<br />

personajes comenzó el trato, pero incluso dio cabida a seres como<br />

bambi, el lobo feroz de caperucita o tribilín y a todos los acomodó en<br />

una sección especial del arca. quedaron un poco apretados, porque<br />

eran más de los que imaginó. sin embargo -con esta acción- realizó<br />

su labor de hombre justo. los hizo entrar de noche para que no fuesen<br />

vistos por los animales que oficialmente se debían de salvar y también<br />

para evitar la ira de dios. cien días más tarde -al terminar el diluviolos<br />

negoció por la puerta trasera con los hombres de ciencia y algunos<br />

escritores, quienes los hicieron imperecederos.<br />

Por: Armando Rivera, Guatemala.<br />

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EL BULEVAR<br />

Caminaba cierto día por el bulevar. El día<br />

estaba gris y me remitía a aquellos días<br />

de antaño, en los que iba a ese lugar,<br />

acompañado de Lilo. Por ese tiempo<br />

éramos unos jóvenes, disfrutábamos de<br />

jugar al bádminton y de nadar desnudos en<br />

el lago, en medio de la noche.<br />

Lilo era una muchacha hermosa, de<br />

voluptuosas curvas, ojos brillantes y<br />

sobre todo de un espíritu aventurero, que<br />

causaba en mí gran excitación.<br />

El bulevar también me traía otros recuerdos,<br />

algunos tan penosos, que no se si valdría la<br />

pena mencionarlos. Los recuerdos vagan<br />

por este bulevar como almas en pena, veo<br />

fantasmas a mí alrededor y aquel amargo<br />

recuerdo de la muerte de Lilo, vuelve a mi<br />

mente a amargarme la existencia una vez<br />

más.<br />

La mañana del día de su muerte, Lilo pasó<br />

por mí para ir a la universidad. Estaba<br />

radiante y con mucho ánimo. Por el camino<br />

no hacía más que parlotear cosas sobre<br />

moda y esas tonterías. Yo estaba un poco<br />

pensativo y miraba por la ventana del<br />

coche.<br />

Una vez en la universidad, se despidió de<br />

mí con un beso y se fue hacia su respectivo<br />

salón. Yo me dirigí a mi clase de cálculo,<br />

pensando en que me preparaba el futuro<br />

siendo ingeniero. Una vez en el salón<br />

me dispuse a saludar a mis colegas, la<br />

profesora aún no llegaba y la clase no había<br />

empezado. Luego de saludar me senté y<br />

en pocos segundos quede atrapado en<br />

una hipnótica cadena de pensamientos.<br />

Una cosa me llevó a la otra, cuando de<br />

repente uno de mis compañeros soltó un<br />

comentario no muy agradable.<br />

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—Está pensando el venado —dijo.<br />

Esto desde luego me sacó de quicio.<br />

— ¿Qué diablos insinúas? —pregunté, un<br />

poco confundido y enojado.<br />

—Pregúntale a tu noviecita —respondió el<br />

muy imbécil.<br />

Eso en verdad me hizo enojar. De inmediato,<br />

me abalance sobre él y logré conectarle<br />

un golpe en la boca con mi mano izquierda<br />

dejándole el hocico roto y haciéndole caer<br />

al piso, entre las sillas. De inmediato se<br />

incorporó, y acertó en darme un golpe<br />

con su pierna derecha en mi estómago<br />

sacándome el aire. Luego de esto me dio un<br />

fuerte golpe en la cara con su mano derecha,<br />

aprovechando la posición fetal que hice en<br />

mi dolor por ser golpeado en el estómago.<br />

Con un movimiento rápido me empujó, para<br />

que cayera boca arriba. Se subió en mí y<br />

comenzó a asestar varios golpes un poco<br />

más suaves en mi cara. Al ver la golpiza que<br />

me propinaba, coloqué mi pie derecho en su<br />

vientre y lo empujé lo más fuerte que pude.<br />

Me levanté muy rápidamente y me di cuenta<br />

que como un león, mi contrincante corría<br />

hacia mí hambriento de pelea. Entonces, en<br />

cuestión de segundos me armé de una silla y<br />

lancé un golpe a su cabeza pero él interpuso<br />

brazo y el golpe fue menor. Solté la silla,<br />

lo tomé del cuello de la camisa y lo golpeé<br />

repetidas veces en la cara hasta estar a<br />

unos centímetros de la pared. Estrellé su<br />

cabeza dos veces contra esta, antes de que<br />

el resto de mis compañeros me detuvieran.<br />

El sol estaba en su máximo punto, el reloj<br />

marcaba las 12. A las 13 horas había quedado<br />

de ir por Lilo para ir a pasear a la sombra<br />

de los árboles del bulevar. Últimamente<br />

nuestra relación no ha andado bien,<br />

aunque, se le ve muy feliz. Tengo la idea de<br />

compensarla.<br />

13:30 horas: Camino con Lilo por el bulevar<br />

mirando hacia el lago. Una nube bloquea<br />

la luz del sol y la media tarde adquiere un<br />

tono grisáceo y triste. Nos sentamos en una<br />

banca a conversar.<br />

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— ¿Te peleaste? —preguntó.<br />

—Algo así —respondí.<br />

—Sabes que no me gusta que pelees —<br />

agregó en tono airado. Luego se acercó para<br />

darme un beso.<br />

—El tipo con el que me peleé me dijo que me<br />

eres infiel.<br />

— ¿Crees que sería capaz?<br />

—No, por eso me pelee.<br />

En el fondo comenzaba a creer que algo raro<br />

estaba pasando. Últimamente habíamos<br />

estado un poco distantes y ella parecía<br />

muy contenta. Nos despedimos cerca de<br />

las cinco de la tarde. Yo me dirigí a casa<br />

pensando en qué podría tenerla así de<br />

contenta. Tan pronto llegué a mi casa,<br />

me conecté a internet. Estaba un poco<br />

desactualizado así que busqué noticias en<br />

varios periódicos. Leía una noticia sobre<br />

el desfalco financiero de unos contratistas<br />

cuando llegó un correo anónimo a mi e-mail.<br />

En él destacaba una foto de Lilo besándose<br />

con un sujeto. La foto estaba fechada de una<br />

semana atrás.<br />

Llevo dos años saliendo con Lilo. Además,<br />

parecía haber adjunto un archivo de voz, que<br />

cuando lo escuché me encolerizó. Era la voz<br />

de Lilo conversando con una de sus amigas<br />

y en la conversación admitía haberme<br />

engañado. Afirmaba que yo era un estúpido.<br />

Llame por teléfono a mi amigo Jaime. A<br />

Jaime lo conozco desde hace muchos años<br />

y ha estado conmigo en las buenas y en<br />

las malas. Le dije que nos viéramos en la<br />

cafetería las delicias ubicada a unas calles<br />

de la casa de Lilo y le pedí que llevara el<br />

revólver de su padre.<br />

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Le pedí el coche a mi padre con la excusa<br />

de que iba para la biblioteca a sacar unos<br />

libros y regresaría pronto para cenar. Luego<br />

de una larga charla sobre conducir con<br />

responsabilidad, me entregó las llaves. Fui a<br />

la casa de Lilo y en el camino recogí a Jaime.<br />

Llevaba ropa negra y lentes oscuros, tal<br />

vez, para dar la impresión de ser un agente<br />

secreto o algo así.<br />

— ¿Trajiste lo que te pedí? —pregunté.<br />

— ¡Claro! —pregonó exhibiendo unos<br />

lujosos binoculares rojos de visión nocturna<br />

y el revólver Smith & Wesson calibre 38. El<br />

padre de Jaime había estado en el ejército<br />

y por eso él tenía acceso a artefactos<br />

como este. Algunas veces Jaime lo tomaba<br />

prestado y juntos practicábamos tiro al<br />

blanco utilizando botellas como objetivo.<br />

Me estacioné enfrente de la casa de Lilo.<br />

Por la ventana podía ver la silueta de dos<br />

mujeres. Luego de cinco minutos la puerta<br />

se abrió, Lilo se disponía a salir. Al final se<br />

oyó la voz de la madre diciendo: “ve con<br />

cuidado Liliana”. Liliana salió con paso firme,<br />

un poco apurado, al parecer tenía prisa. Todo<br />

indicaba que iría al bulevar ubicado cinco<br />

cuadras de casa.<br />

Una vez en el bulevar, me estacioné en una<br />

esquina del parque contiguo. Lilo se sentó<br />

en una de las bancas, al parecer la misma<br />

donde tuvimos un intento de conversación<br />

por la tarde. Parecía esperar a alguien y, a<br />

los pocos minutos, una figura masculina se<br />

posó a su lado. Su entrada fue silenciosa.<br />

De repente se levantaron y comenzaron una<br />

caminata. Encendí el auto y muy despacio<br />

avanzaba tras ellos, aunque con mucha<br />

precaución. Se detuvieron en un lugar<br />

oscuro muy cerca del lago. Parecían estar en<br />

el agua, aunque, casi no podía ver nada de lo<br />

que hacían, sólo las sombras. Jaime usó los<br />

binoculares de visión nocturna desde del<br />

asiento del copiloto.<br />

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—Le está haciendo una mamada —dijo de<br />

repente.<br />

Su afirmación me dejó turbado. Le arranqué<br />

de las manos los binoculares y salí del auto<br />

para confirmar el hecho. Cuando advertí lo<br />

que pasaba, a través de la visión de tubo<br />

que me proporcionaba el artefacto militar,<br />

corrí encolerizado. Sentí que los mataría y<br />

justo antes de mi llegada, el sujeto que la<br />

acompañaba empujó la cabeza de Lilo con<br />

más fuerza hacia su miembro viril y con la<br />

otra la sujetó del cuerpo y se lanzó al lago con<br />

ella aún succionando su verga.<br />

La cabeza del susodicho estaba fuera del<br />

agua, mientras que la de lilo permanecía<br />

bajo ella. El sujeto gritó: “oh si nena”. Salían<br />

muchas burbujas y Lilo se esforzaba por salir<br />

pero el descarado le sujetaba la cabeza cada<br />

vez con más fuerza diciéndole en repetidas<br />

ocasiones: “Chupa, zorra”. Al cabo de unos<br />

instantes el cuerpo de Lilo dejó de moverse.<br />

Apunté con el arma. Mi mano temblaba por<br />

la cólera y disparé, el tiro salió desviado<br />

impactando el cuerpo muerto de mi bella<br />

dama. El verdadero asesino se sumergió y<br />

volví a disparar. Esta vez solo le di al agua.<br />

Salté al agua y abracé al cuerpo de Liliana y<br />

lloré desesperadamente. Un morador llamó<br />

a la policía reportando disparos. Me hallaron<br />

junto al cuerpo. “Arriba las manos” oí decir.<br />

Fui a la cárcel 25 años, los resultados del<br />

análisis forense nunca fueron revelados.<br />

Tras estos 25 años ese recuerdo sigue tan<br />

claro. De vez en cuando me viene a visitar,<br />

en mis caminatas vespertinas por el bulevar,<br />

semejante a una piscina de sangre y semen,<br />

convirtiendo mi existencia en un infierno.<br />

25 años pagando por un crimen que tal vez<br />

no cometí y esos mismos sin saber quién se<br />

follo a mi novia.<br />

Por: Johnatan Martínez Cabria, Colombia.<br />

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EL ÚLTIMO ÁRBOL<br />

CADA SEGUNDO ERA CREACIÓN EN ESTE MUNDO. VIAJABA LEJOS DE MI<br />

CUERPO DENTRO DE UNA BURBUJA SIN ESPACIO, AFUERA ESTABA OSCURO SIN<br />

PENSAMIENTOS, NADIE CREÍA SOBRE ESTE LUGAR, SÓLO YO. CRECIENDO JUNTO AL<br />

ESPACIO, JUNTO A LOS CIELOS LLENOS DE ILUSIÓN, JUNTO A ESENCIAS QUE QUERÍAN<br />

SER HUMANOS. VIAJABA Y AVANZABA SIN TIEMPO Y SIN DESTINO. LUEGO UNA<br />

LÁGRIMA CAYÓ Y LAS TIJERAS LO RECORTARON TODO EN MILES DE MUNDOS Y EN<br />

MILES DE VIDAS SIN VIDAS.<br />

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