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Edición 07-01-2018

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Opinión [21]<br />

Arturo Moreno Baños<br />

EL TLACUILO<br />

El origen de la celebración de Año Nuevo<br />

En la antigua Roma se acostumbraba<br />

celebrar el Año Nuevo el primero<br />

de marzo, ya que el primero<br />

de enero no se apreciaba ningún cambio<br />

en la naturaleza y nada de ella presagiaba<br />

que estuviera por comenzar un nuevo<br />

ciclo. La fecha tradicional del primero de<br />

enero se celebró hasta que el gran Julio<br />

César, auxiliado por el matemático Sosígenes,<br />

reformó el calendario en el año 46<br />

AC, extendiéndolo a 445 días e iniciando<br />

el año 45 el día que celebramos hoy.<br />

El hecho de que la celebración cayera<br />

inmediatamente después de las fiestas saturnales,<br />

disgustó a muchos y Tertuliano<br />

lo condenó. La censura a la celebración<br />

se hizo oficial durante el concilio de Auxerre<br />

y el segundo de Tours, en el 567, a<br />

pesar de que Europa occidental festejara<br />

el primero de enero a partir de la reforma<br />

gregoriana, salvo Inglaterra, que no<br />

lo implementó hasta 1752 y de esa manera<br />

podría decirse que se trata más bien de<br />

una innovación moderna.<br />

Cada primero de enero los romanos<br />

acostumbraban, desde el año 153 AC,<br />

realizar festejos, pues ese día iniciaban<br />

labores los nuevos magistrados anuales<br />

en la época del emperador Augusto; también<br />

ese día se presentaban ante él para<br />

darle sus parabienes, puesto que cumplía<br />

años el 3 de enero y había hecho tradicional,<br />

desde los primeros años que gobernó,<br />

que los políticos del momento le<br />

organizaran entonces un besamanos y le<br />

llevaran presentes que, si bien al principio<br />

fueron modestos y simbólicos, pues<br />

consistían en una jarra de miel y una moneda<br />

para que el año le resultase dulce y<br />

próspero, pronto se convirtieron en grandes<br />

sumas y suntuosos objetos, al grado<br />

de que los strenae, que así se llamaban<br />

los latinos, llegaron a prohibirse en<br />

las épocas de los emperadores Arcadio y<br />

Honorio.<br />

Esa modificación duró hasta 1582,<br />

cuando el papa Gregorio XIII volvió a<br />

poner al día el calendario, aunque Rusia<br />

y parte de Europa oriental se negaron<br />

a adoptar la innovación hasta tiempos<br />

recientes. Julio César intentó que<br />

el tiempo se ajustase al curso del Sol,<br />

así como el periodo de cosechas con el<br />

calendario Juliano. César recuperó la<br />

tradición egipcia y dividió el año en 12<br />

meses, fechó las estaciones y las festividades<br />

haciéndolas coincidir con el<br />

momento astronómico en que sucedían.<br />

Todo eso cambió cuando el papa Gregorio<br />

XIII sepultó la medida de tiempo<br />

que el Imperio Romano impuso en<br />

el año 46 AC.<br />

De acuerdo al calendario Juliano,<br />

un año tenía 365 días y seis horas, el<br />

tiempo que la Tierra tardaba en dar una<br />

vuelta completa al Sol. Un fallo en el<br />

cálculo de los decimales, aunado a un<br />

desajuste de 11 minutos, provocó que<br />

con las cuentas de Julio César cada<br />

cuatro años hubiera uno bisiesto. Ese<br />

día se añadiría entre el 24 y el 25 de febrero,<br />

en aquellos años que fueran divisibles<br />

por cuatro.<br />

Sin embargo, esa medición estaba<br />

desfasada con las estaciones y, en consecuencia,<br />

había festividades, como la Semana<br />

Santa, que cada vez se celebraban<br />

más tarde. Fue el papa Gregorio quien<br />

decidió modificar el tiempo para evitar<br />

que terminara coincidiendo con el verano<br />

en el hemisferio norte.<br />

La Iglesia católica propuso solucionar<br />

el desfase. El primer intento ocurrió<br />

durante el primer concilio de Nicea, que<br />

fijó el momento astral en que debía celebrarse<br />

la Pascua. Años después, el proyecto<br />

se hizo realidad con la decisión del<br />

papa Gregorio XIII de cumplir con los<br />

acuerdos del concilio de Trento. El objetivo<br />

era que el equinoccio de primavera<br />

en el hemisferio norte fuera el 21 de<br />

marzo en vez del día 11, como ocurría en<br />

el siglo XVI.<br />

El Papa encomendó la misión de crear<br />

el calendario Gregoriano a una comisión<br />

científica de la que formaba parte el cronologista<br />

italiano Luis Lilio, el jesuita<br />

Christophorus Clavius, el cosmógrafo Ignazio<br />

Danti, en la que también participó<br />

el matemático hispano Pedro Chacón. El<br />

equipo modificó la medición del tiempo y<br />

Gregorio XIII mantuvo los años bisiestos,<br />

cuyas dos últimas cifras fueran divisibles<br />

por cuatro, pero eliminó los coincidentes<br />

con cada centenario –los años múltiplos<br />

de 100– y aquellos que se pudieran dividir<br />

por 400. En total, el nuevo calendario fijaba<br />

97 años bisiestos de 400, mientras que<br />

el de Julio César contaba 100.<br />

Al cambiar la medición del tiempo,<br />

el 4 de octubre de 1592 se convirtió en el<br />

5 de octubre de 1592 y 10 días desaparecieron<br />

para los países que adoptaron<br />

el calendario Gregoriano. España y Portugal<br />

aplicaron la reforma el mismo día<br />

que Roma, el 4 de octubre de 1582. Un<br />

año después, Felipe II firmó la pragmática<br />

de Aranjuez para implementarla en<br />

todos los territorios. Alemania mantuvo<br />

el Juliano hasta 1700, Inglaterra hasta<br />

1782, mientras que Rusia no lo cambió<br />

hasta 1918 y Grecia hasta 1923. En la actualidad,<br />

algunos países ortodoxos mantienen<br />

el calendario de Julio César.<br />

Martín Melgoza<br />

Chávez<br />

El juramento constitucional en México<br />

¿Sabías qué?<br />

Al momento de darse el cambio<br />

de poderes en el interior de los estados<br />

se realiza generalmente el cambio<br />

de los funcionarios públicos, por lo que<br />

es indispensable que al tomar posesión<br />

del cargo realicen protesta o juramento.<br />

En los primeros textos constitucionales<br />

de México se trataba de un juramento<br />

religioso y la obligación de cumplir y<br />

la Constitución se elevaba ante la divinidad.<br />

La reforma impulsada por el grupo<br />

liberal triunfó en la Guerra de Reforma y<br />

logró la separación de la iglesia y el Estado<br />

que los moderados habían impedido<br />

en la discusión de la Constitución de<br />

1857. El juramento, con la connotación<br />

religiosa, fue modificado por la protesta.<br />

La Ley sobre la Libertad de Cultos<br />

expedida por Benito Juárez consignaba<br />

el cese de la obligación legal de jurar<br />

la observancia de la Constitución y el<br />

buen desempeño de los cargos públicos.<br />

La iniciativa estableció que el juramento<br />

sería remplazado por la promesa explícita<br />

de decir verdad en lo que se declara y<br />

de “cumplir bien y fielmente las obligaciones<br />

que se contraen”. En los términos<br />

aprobados únicamente se podía protestar,<br />

guardar y hacer guardar la Constitución<br />

ante el Congreso y, por otra parte,<br />

el término de juramento cambió, con las<br />

implicaciones religiosas que conllevaba<br />

y se incorporó el de protesta. Se amplió<br />

además el catálogo de disposiciones<br />

objeto de la protesta, incluyendo las reformas<br />

y adiciones a la Constitución, las<br />

leyes de Reforma y las demás que emanaran<br />

del código máximo de la nación.<br />

La realización de ese acto era llevada<br />

a cabo ante diferentes órganos de gobierno,<br />

ya que la forma de organización de<br />

cada uno era distinta, además dependía<br />

de cada funcionario. La protesta de los<br />

funcionarios públicos resultó en un acto<br />

solemne, en el que se comprometieron<br />

dentro del cargo a cumplir con la Constitución<br />

Política y las leyes del país, actuando<br />

en todo momento por el bienestar<br />

de la nación. De esa forma, la protesta o<br />

juramento de los funcionarios públicos<br />

lleva consigo cierto grado de solemnidad,<br />

se realiza en los distintos órganos<br />

del Estado, encargados de velar por el<br />

buen comportamiento de los servidores<br />

públicos. Pronto la figura adquirió mayor<br />

relevancia, si nos enfocamos a que en la<br />

mayoría de las entidades está establecida<br />

la Ley Suprema.<br />

Resulta interesante conocer cómo se<br />

realiza la protesta de los funcionarios públicos<br />

para poder analizar la diferencia<br />

que existe con la protesta del Poder Ejecutivo<br />

y por lo tanto, reconocer las implicaciones<br />

jurídicas y políticas de cada<br />

una.<br />

La Constitución establece en el artículo<br />

128 que todos los funcionarios públicos<br />

sin excepción alguna, antes de tomar<br />

posesión de cargo deberán prestar la protesta<br />

de guardar la Constitución y las leyes<br />

que de ella emanen.<br />

La protesta sin duda significa un<br />

acto relevante, formal y protocolario<br />

que debe rendir todo funcionario público<br />

y ha adquirido un valor cívico<br />

importante. Tiene connotaciones metajurídicas<br />

en tanto contiene una carga<br />

emocional, como el acto de jurar,<br />

de comprometerse pública y solemnemente<br />

a ajustar el actuar ante el orden<br />

jurídico.<br />

No obstante, la obligación de los<br />

gobernantes de cumplir con la Constitución<br />

y las leyes como algo inherente<br />

al cargo, independientemente del<br />

acto protocolario de protestar el cumplimiento<br />

de las normas, el acto mismo<br />

de jurar o protestar la Constitución, o<br />

dejar de hacerlo, tiene efectos constitucionales,<br />

legales y políticos relevantes.<br />

“En política no hay casualidades, solo<br />

causalidades”<br />

¡Usted qué opina!<br />

Juan García Lastiri (investigación)

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