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19| ECONOMÍA | FEBRERO 2018<br />
para satisfacer una demanda o crear una<br />
oportunidad donde la intuyó un emprendedor y,<br />
luego ello genera puestos laborales.<br />
Es por ello que, si el gobierno establece el salario<br />
mínimo apenas por encima del salario actual de<br />
mercado, lo que va a producir es que los<br />
desempleados menos calificados, los que más<br />
necesitan el empleo, los que “están al margen”<br />
directamente, no ingresarán al mercado del trabajo;<br />
a menos que lo hagan en la economía informal, que<br />
no por casualidad son muy grandes en los países<br />
donde el salario mínimo es obligatorio. El fenómeno<br />
que los gobiernos quieren evitar es el primero que<br />
se les produce en contra: mercados negros e<br />
inmigración que suple las demandas laborales a<br />
salario de mercado (o no regulado).<br />
Dado lo anterior, llegarán las inspecciones de trabajo<br />
a tratar de revertir este fenómeno. Y se producirá<br />
entonces otra variante, que es la que restringe las<br />
posibilidades de trabajo, ya que habrá muchas<br />
empresas e individuos que no quieran operar “en<br />
negro”.<br />
Como consecuencia de este punto podemos llegar<br />
a la conclusión que, si es inevitable asumir el salario<br />
mínimo para el mercado productivo, pueden<br />
suceder dos cosas:<br />
a) Se traslada este costo a los bienes y servicios,<br />
encareciéndolos al grado que alguien los pueda<br />
comprar. En este caso se produce una disminución<br />
de la demanda global, y es posible que “la ganancia”<br />
obtenida sea tan baja que provoque la desaparición<br />
de algunos productores marginales (pequeños<br />
emprendedores, comercios pequeños, etc). Esto al<br />
final, nos conduce a los monopolios que a nadie les<br />
gustan porque se elimina la competencia y la<br />
posibilidad de elegir, favoreciendo normalmente a<br />
las grandes empresas, lo que repercute en la<br />
reducción de puestos de trabajo ya que la nueva<br />
empresa con mayores tasas de capitalización,<br />
desplaza a ese otro empleado que antes podía<br />
trabajar en la pequeña empresa.<br />
También es posible que suceda que el impacto a<br />
nivel nacional encareciendo los bienes y servicios,<br />
haga la producción local menos competitiva en<br />
precios, que la extranjera. Cuando luego se<br />
producen las importaciones para favorecer con<br />
precios bajos a los consumidores, se dice que esto<br />
afecta la producción local y a los empleados menos<br />
calificados, lo que produce desempleo y, lo que en<br />
realidad ha sucedido es que, previamente, el Estado<br />
afectó la estructura productiva interviniendo y<br />
regulándola, provocando lo que tarde o temprano<br />
estaba llamado a producirse, el desempleo.<br />
b) La otra situación es que la empresa o el<br />
emprendedor decidan absorber los costos de los<br />
salarios mínimos para seguir siendo competitivos<br />
con los precios, en especial, en un mercado global<br />
con fronteras cada vez más desdibujadas. En este<br />
caso, lentamente se producirá una descapitalización<br />
de las empresas, que en lugar de asignar recursos a<br />
proyectos productivos y diversos, deberá<br />
concentrarse en pagar salarios mayores que su<br />
estructura de precios permite.<br />
Con el tiempo, las más afectadas serán las pequeñas,<br />
éstas se volverán menos competitivas perdiendo<br />
mercado y trasladando, consecuentemente, una<br />
parte de su demanda a las grandes firmas. Llegado<br />
ese punto, estas empresas se verán en la horrible<br />
decisión de cerrar o pasarse al mercado negro.<br />
Todas estas consecuencias no deseadas, finalmente<br />
lo que logran es la llamada “desocupación<br />
institucional”, es decir, el resultado de una<br />
imposición legal y no de mercado que produce<br />
desempleo totalmente artificial en el país donde se<br />
imponen.<br />
Como resultado de ello, y para tratar de enmendar<br />
estos efectos que causa el salario mínimo, el Estado<br />
vuelve a crear más leyes para solucionar el<br />
problema que él mismo ha creado. El efecto es una<br />
degeneración institucional, donde se crean nuevas<br />
funciones y roles para el gobierno, se invierten las<br />
culpabilidades de la situación y de a poco se<br />
pavimenta el camino hacia la servidumbre.<br />
Los datos reflejan que los países con mayor<br />
flexibilidad laboral en general, disfrutan de tasas de<br />
desocupación mucho más bajas y salarios más altos<br />
que los que se caracterizan por la rigidez regulatoria<br />
laboral. Incluso, hay otro factor del que no me ocupo<br />
en este artículo, que es la otra cara del salario<br />
mínimo y referido siempre a la intervención<br />
estatal, que es la flexibilidad o rigidez de los costos<br />
laborales de cierre o despido.