02.05.2018 Views

Ahora y Siempre Ed. 52

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Buenos Aires Sin Ti*<br />

E<br />

stá lloviendo torrencialmente<br />

sobre Buenos Aires y estoy aquí, en el<br />

boliche que ya era un poco nuestro, ¿te<br />

acuerdas? Aquí veníamos cada noche a<br />

cenar, a tomar un café. También veníamos<br />

a charlar, y alguna vez a reconciliarnos<br />

después de una pelea. Y aquí estuvimos la<br />

última vez que nos vimos...<br />

Han pasado dos largos años. Volví<br />

ayer y esta noche estoy nuevamente en<br />

este lugar. Pensando en ti, en nosotros, en<br />

todo lo que tuvimos y no supimos cuidar.<br />

Los recuerdos se agolpan en mi mente...<br />

Esa noche también llovía. A cántaros. Y<br />

aún así, yo anduve las calles, sin rumbo,<br />

medio perdida, mientras sentía cada gota<br />

de lluvia en mi cara, confundiéndose con<br />

mis lágrimas...<br />

Todavía me cuesta creer que tus<br />

miedos pudieron más que tus sentimientos.<br />

Fuiste innecesariamente cruel para<br />

despedirte. Hubiera bastado con decir que<br />

te ibas porque estabas harto, o porque no<br />

me querías más, o porque te gustaba otra<br />

mujer... pero tú quisiste ser honesto hasta<br />

el final, y sin parar a pensar, hablaste.<br />

Carmen “Tatta” Torres Tello<br />

Hoy hace<br />

un año<br />

Daniel Coello Torres<br />

Tatta con su Mamy Mary y su sobrino Daniel Coello.<br />

Te habías ido, y ese instante... Cuando a la que le gustaba bailar le<br />

apagan la música... Cuando a la que le encantaba tenderse al sol, en la<br />

playa, le llega la tormenta... Cuando a la dueña del mundo, le quitan el<br />

control... Ese instante, que fue como un disparo, me dejó vacío. Y luego<br />

de cerrar los ojos, parpadeé varias veces para ver la realidad. Y nos<br />

quedamos entre todos mirándonos los ojos, y el dolor que por pedazos se<br />

desprendía de ellos. Así nos quedamos. Muriéndonos también un poco,<br />

echándote de menos.<br />

Yo no pensé que te irías con Dios así de pronto. De la pesadilla le<br />

pedí que me despierte, y no me despertó. A ti tampoco... Era una noche no<br />

como otras. Parece que el cielo se empeñó por estar triste, y fueron las<br />

luces fugaces de los rayos las que me dejaron medio ido. Lo peor del caso<br />

es que decidí cerrar los ojos nuevamente, y no quise ver, cómo con el<br />

tiempo, las nubes grises se volvían almibaradas...<br />

Hoy hace un año que hiciste llover, puede que no tenga razón si digo<br />

que he llorado suficiente. Pero busqué luz en lo oscuro, y la encontré<br />

bebiendo de tus libros. Aquel día, cuando solo existía en mí la necesidad<br />

de verte, descubrí que aunque te vayas, te quedas. Tu esencia se queda, el<br />

amor se queda, a pesar de la materia. ¿En qué momento olvida uno, que<br />

el amor no se destruye?<br />

Dios manda mensajes pero suele tomar tiempo descifrarlos. Es<br />

entonces que uno entiende, y empieza a reconfortarse en Él, poco a poco.<br />

Uno empieza a abrir los ojos… Uno empieza a ver innecesario el lamento.<br />

Yo sé que cuesta arrancar de nuevo. Pero en el espejo retrovisor, vale<br />

la pena aferrarse a los recuerdos. Y aunque cada vez estemos más lejos de<br />

la vista, siempre te tengo cerca al corazón… Porque el amor —y esto se<br />

lo digo también a todos los que por casualidad estén leyendo—, el amor<br />

es un motor que no se apaga nunca.<br />

Durante este tiempo sin ti, he deslizado en mi mente tus interminables<br />

historias de amor, tus besos tiernos, y tus abrazos dulces; y lo sorpresivo<br />

es que de mí, nada de eso se ha ido. Inevitablemente nuestra historia<br />

aquí se acaba. Pero bajo el sol que es Dios, te imaginé bailando sobre tibia<br />

arena blanca, liberada de los grises del dolor… Un lugar, una playa,<br />

donde alguna vez, todos, indudablemente bailaremos…<br />

Mientras tanto, en el mundo quedan tantas cosas buenas que se<br />

parecen a ti. Y siempre existirán guardianes de lo que aquí hiciste,<br />

orgullosos de los mares navegados, de las cúspides que tocaron tus<br />

banderas… Y déjame decirte que no te hemos dejado atrás, porque por<br />

obvias razones a todos nos inspiras, y seguiremos arando las tierras que<br />

conquistaste con esfuerzo.<br />

Gracias Tatty, por impulsar las ruedas de tu silla incluso cuesta<br />

arriba. Porque en tu marcha hacia la playa ineludible, fuiste generosa, a<br />

pesar de las carencias. Por hacer la vida dulce, cuando llovía vinagre.<br />

Y hoy, que aquí no llueve más, porque tus ojos son el cielo, y tus<br />

átomos, estrellas; contemplo tu mirada inolvidable. Y tú, siempre<br />

sublime, con tu sombrero puesto, desde la orilla de la playa infinita, nos<br />

haces hasta luego con la mano.<br />

20 1 Hicimos tantas cosas juntas, decías que<br />

21 1<br />

Que te ibas porque tenías derecho a<br />

vivir tu propia vida, que si te quedabas<br />

ibas a vivir mi vida y no la tuya, que no<br />

tenías nada que reprocharme: Yo había<br />

sido un ángel al no haberme quejado<br />

nunca y al no haberte pedido nada... pero<br />

que asumías que eras un maldito cobarde,<br />

tenías mucho miedo y no te atrevías a<br />

esperar el momento final junto a mí.<br />

Yo no te retuve. Tragué el llanto que<br />

me ahogaba y tragué el miedo que sentía<br />

al quedar sola cuando hacía sólo 24 horas<br />

que había salido del hospital. Tragué<br />

también el último diagnóstico y te dejé ir.<br />

Pude hablar, pude decir tantas cosas...<br />

pude preguntarte, ¿Quién te había asegurado<br />

a ti que vivirías más que yo?<br />

Pude recordarte una a una tus<br />

promesas, porque tú me habías prometido<br />

que nunca más iba a estar sola, que tú<br />

estarías junto a mí hasta el último día de<br />

mi vida. Ya ves por qué yo odiaba tanto las<br />

promesas: Jamás se cumplen. El último<br />

día de mi vida no había llegado y tú ya te<br />

ibas de mi lado...<br />

Pero no te dije nada. Te había<br />

escuchado en silencio, mientras sentía un<br />

nudo horrible en la garganta. Y te dejé ir.<br />

Es más, te recordé que yo siempre te había<br />

pedido que si un día lo mío te superaba, te<br />

vayas. Y te ibas. Me mordía los labios y<br />

apretaba los ojos para no llorar, para que<br />

nada te retenga. Ni una palabra. Ni un<br />

gesto.<br />

No podía decirte que estaba aterrada,<br />

que precisaba de ti más que nunca,<br />

que jamás había estado tan asustada...<br />

porque hablar hubiera sido tocar todo lo<br />

sensible que yo sabía había dentro de ti, y<br />

no podía atarte a mí. Yo estaba enferma y<br />

tú no podías más.<br />

Habías estado a mi lado mucho<br />

tiempo, cuidándome, mimándome,<br />

protegiéndome, atendiéndome permanentemente.<br />

Y te habías desgastado. No podía<br />

pedirte más. Tal vez es cierto que a veces,<br />

el amor no alcanza... Debo tratar de<br />

entender que no todos los seres humanos<br />

tenemos la misma capacidad, la misma<br />

fuerza para luchar contra algo tan adverso<br />

como es una enfermedad irreversible.<br />

Los médicos habían sido muy severos en<br />

su diagnóstico final. No había muchas<br />

posibilidades... Aún recuerdo la expresión<br />

de tus ojos cuando el doctor te lo dijo. Fue<br />

como si hubieran apagado todas las luces.<br />

Esa noche, cuando me dijiste que te<br />

ibas, que no podías más, yo no quise<br />

retenerte. Cuando se ama a alguien, no se<br />

puede ejercer presión. Y yo te amaba. No<br />

terminé el café y salí a la calle, a la lluvia,<br />

al resto del tiempo sin ti. No podía contener<br />

más el llanto, tenía que irme, quería<br />

gritar hasta quedar sin voz. No sabía qué<br />

iba a hacer después, no podía pensar, sólo<br />

necesitaba estar totalmente sola.<br />

Yo sabía que un día ibas a irte. Lo<br />

había hablado con mi médica que desde el<br />

principio se opuso totalmente a lo nuestro,<br />

dijo que si nos enamorábamos nos íbamos<br />

a hacer mucho daño al final, porque tú no<br />

ibas a soportar el progreso de la enfermedad...<br />

para el caso que le hicimos...<br />

Tú decías que tu amor iba a poder<br />

más, que ibas a luchar conmigo… y eras<br />

tan convincente, que me dejé ganar por<br />

ti... Y así fue que nos metimos con todo a<br />

vivirlo, ¿te acuerdas? "Vamos a vivirlo a<br />

mil'' Era hermoso lo que teníamos.<br />

mi vitalidad era contagiante, que yo era<br />

muy fuerte, que estabas aprendiendo<br />

mucho de mí... Y las noches, nuestras<br />

interminables charlas piel a piel. Y tantos<br />

besos, tantas maneras de hacernos el<br />

amor y de ser felices...<br />

Aún me quema la piel de tanto<br />

extrañar tus caricias... No necesitábamos<br />

tocarnos, bastaba mirarnos para estallar.<br />

Tantas locuras hicimos. Cuando había<br />

tormenta y nos sentábamos cerca de la<br />

chimenea a tornar mate y terminábamos<br />

amándonos como dos desquiciados, como<br />

si fuera la última vez, ¿te acuerdas?<br />

Hasta esa noche, cuando saliste de<br />

mi vida, o me sacaste de la tuya, qué más<br />

da. Fue tan difícil superar esos días. Y las<br />

noches... Lloré tanto por ti y por mí. Por ti, porque<br />

no supiste enfrentar tus miedos, porque no te<br />

jugaste por lo que teníamos, porque no cuidaste<br />

de nuestro regalo del ciclo: Encontrarnos. Conocernos<br />

día a día, descubriéndonos poco a poco.<br />

Por mí, porque me quedaba sola con un montón<br />

de recuerdos, y con toda la bronca del mundo,<br />

porque tú estabas decidiendo por los dos.<br />

Fue tan duro volver a vivir sin ti. Hacer<br />

todas las cosas sola. Pero no podía parar a sufrir.<br />

Tenía que seguir con mi chequeo médico, tenía<br />

que ir a buscar mis medicamentos, tenía que<br />

seguir en mi lucha. Y aprendí a vivir con el dolor<br />

dentro de mí. A reír hacia afuera, aunque me<br />

costara tanto. Hasta que regresé a mi país. Meses<br />

después llegó tu carta. La vida que habías elegido<br />

vivir sin mí, no era vida... sin mí.<br />

Estabas tan arrepentido. Esa noche habías<br />

estado loco. Me necesitabas. Yo aún estaba muy<br />

lastimada, aún tenía mucha rabia. Y aún estaba<br />

viva. Contra todos los pronósticos de los médicos,<br />

seguía viviendo. Luchando, con esfuerzo; pero<br />

gracias a Dios, viva, y con todas las ganas del<br />

mundo de volver a amar, de volver a darme, de<br />

volver a creer, a ser feliz. Pero ya no estaba para ti.<br />

Volví ayer y esta noche vamos a tomar un<br />

café en este boliche que ya era un poco nuestro,<br />

¿te acuerdas? Sigo creyendo que lo que tuvimos<br />

fue hermoso, que el tiempo que tú y yo estuvimos<br />

juntos, es irrepetible, y sigo pensando que fuiste<br />

mi regalo del cielo. Porque contigo aprendí mucho<br />

de la vida. Supe de la felicidad intensa y del dolor<br />

que rompe todo por dentro. Y también contigo<br />

conocí el amor, la pasión, la locura. Pero ya pasó.<br />

Han sido dos años sin ti, luchando cada minuto<br />

contra algo muy fuerte y preciso de toda mi<br />

energía para seguir.<br />

Gracias por todo lo que me diste. Gracias<br />

por todo lo que aprendí a tu lado. Contigo<br />

compartí la alegría, las lágrimas, el dolor físico...<br />

Lástima que no me compartieras la esperanza…<br />

*Mención Honrosa en el Concurso Internacional Manuel<br />

Belgrano, en Argentina (2004)<br />

Parque Centenario de<br />

Buenos Aires.<br />

Con Rossy, en el zoológico de<br />

Palermo, Buenos Aires.<br />

Con su hermana Charo, en la casa<br />

de Carlos Gardel.<br />

“Mateando” en Buenos Aires.<br />

Tatta bajo la lluvia en la<br />

Av. Santa Fe, Bs. As.<br />

Con Aída, su “mami<br />

argentina”.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!