Cuento con Jesús 1

© Santillana S.A. Prohibida su fotocopia. Ley 11.723
Unidad 7. Hablamos con Dios
Propósito Objetivos Contenidos Criterios de evaluación
Valorar el carácter
social del ser humano
y analizar los medios
que utilizamos para
comunicarnos con
otras personas.
Descubrir que
la oración es la
forma que tenemos
los cristianos de
comunicarnos con
Dios.
• Reflexionar sobre la
importancia de la comunicación
para las personas.
• Conocer que nos
comunicamos con Dios a través
de la oración.
• Descubrir en los evangelios
que Jesús oraba habitualmente
a Dios e invitaba a sus amigos
a hacerlo.
• Valorar las diferentes formas
de oración.
• Conocer algunas oraciones,
como el padrenuestro.
• Las personas
necesitamos
comunicarnos con
Dios.
• La oración: la
respuesta del ser
humano a Dios.
• Jesús nos
enseña a rezar:
la oración del
padrenuestro.
• Valora las relaciones
interpersonales y la comunicación
con los demás.
• Muestra una actitud de escucha en
las conversaciones con las personas
que lo rodean.
• Reconoce la importancia de la
oración como forma de relación con
Dios.
• Identifica situaciones en las que
Jesús se dirige al Padre.
• Conoce diferentes oraciones y reza
de forma habitual.
Una noche en la casa de Camila
Juan está triste: su abuelo Miguel está enfermo. El
abuelo Miguel es el padre de su papá y Juan lo
quiere muchísimo.
Como vive muy cerca, Juan suele pasar mucho
tiempo con su abuelo. Juntos hacen montones de
cosas, como arreglar las jaulas de los canarios,
hablar, pasear, ir al mercado o al cine... El abuelo
Miguel hizo a Juan socio de la biblioteca del barrio y,
cada semana, lo acompaña a sacar libros de cuentos
que luego leen los dos acurrucados en el sofá. A
veces, incluso lo acompaña al colegio, y todos sus
amigos se acercan a saludarlo.
–¿Qué tal, caballero? ¿Cómo está, señorita?
–saluda el abuelo a los niños, al tiempo que les
estrecha la mano o les saca una moneda de la oreja.
A todos sus amigos les encantan las bromas del
abuelo… ¡sobre todo los trucos de magia!
Pero esta tarde, mientras estaban leyendo el
último libro que habían retirado de la biblioteca, el
abuelo se sintió mal, muy mal. Los padres de Juan lo
acompañaron al hospital y, desde allí, llamaron por
teléfono para que Juan recogiese sus cosas, porque
iba a tener que pasar la noche en la casa de Camila.
Ahora, ya acostado, está tan preocupado que no
puede dormir. “¿Por qué papá y mamá no me dijeron
nada? ¿Y si le pasa algo al abuelo?... ¿Cómo podría
ayudarlo?”.
De repente, tiene una idea:
–Escuchá, Camila, ¿creés que si le pido a Dios una
cosa, me escuchará? –pregunta con voz
entrecortada.
–Claro, Juan. Dios nos escucha a todos. Aunque…
no sé cómo puede atender a tanta gente a la vez…
–Yo tampoco, pero... ¿querés que le pidamos que
mi abuelito se cure? Si lo hacemos juntos, nos oirá
mejor.
–¡Claro que sí, Juan! Ahora mismo.
Trabajando con
tu familia
Rezando en familia:
“Jesús, te quiero pedir hoy por toda mi familia.
Mi papá, mi mamá, mis hermanos…
Dales buena salud a todos y que siempre puedan ser
felices.
Que mis papás tengan trabajo y se quieran mucho.
Que mis hermanos y yo aprendamos todo lo que
estudiamos en la escuela, que ayudemos en casa
sin protestar, y que aprendamos a jugar juntos y a
llevarnos bien.
Quiero que siempre nos acompañes y que vivamos
muy unidos haciendo crecer tu inmenso amor en
medio de nosotros todos los días, en todo momento.
Que así sea, buen Señor Jesús”.
Marcelo A. Murúa
La oración del padrenuestro (Lc 11, 1-13)
Un día, Jesús estaba rezando en un lugar apartado.
Cuando terminó, se reunió con sus discípulos. Entonces,
uno de ellos le dijo: “Señor, enséñanos a rezar”.
Jesús sonrió y comenzó a hablar: “Cuando oréis, decid
así:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy.
Perdónanos nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Y no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén”.
Todos se quedaron muy pensativos, reflexionando
sobre el significado de aquella oración.
Y Jesús les dijo: “Rezad y pedid así, pues vuestro Padre
celestial, que es tan bondadoso, siempre dará cosas
buenas a quien se las pide”.
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