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Edicion 20180615

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14 Página SIETE Vi e r n e s 15 de junio de 2018<br />

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o p i n i o n @ p a g i n a s i e te . b o Opinión<br />

w w w. f a c e b o o k . c o m / p a g i n a s i e te @ p a g i n a _ s i e te<br />

Frase célebre<br />

“Estoy arrepentido del 99% de lo que hice en mi vida, pero el 1% que es el fútbol,<br />

salva al resto”, Diego Armando Maradona, futbolista argentino<br />

Vamos a andar /Rafael Puente Guardia<br />

Y nuestros niños ¿qué?<br />

Gracias a la preocupación<br />

de Aldeas SOS<br />

—cuya autoridad moral<br />

ha ido creciendo a lo<br />

largo de los años— en este momento<br />

tenemos datos sumamente<br />

preocupantes respecto de casi<br />

un millón de niños que están en<br />

peligro de crecer sin sus familias,<br />

de pasar la infancia y adolescencia<br />

dedicados a trabajar —en lugar<br />

de ir a la escuela—y de sufrir<br />

graves daños en su integridad y<br />

desarrollo personal.<br />

Semejante dato nos hace pensar<br />

que nuestra sociedad boliviana<br />

ha entrado a un peligroso<br />

proceso de buscar el crecimiento<br />

económico a costa de perder el<br />

sentido de humanidad, de familia,<br />

y muy concretamente de<br />

preocupación por nuestra infancia.<br />

Son muchas las familias en<br />

las que padre y madre trabajan, y<br />

los niños y niñas quedan en manos<br />

de sus maestros (que con frecuencia<br />

no saben qué hacer con<br />

ellos) y son víctimas de la televisión,<br />

el celular y los videojuegos.<br />

Y los que se salvan de tales desgracias<br />

es porque ellos mismos<br />

tienen que trabajar, renunciando<br />

a la escuela que, pese a sus limitaciones,<br />

no deja de ser una<br />

etapa de socialización y maduración<br />

de niños y niñas.<br />

Por lo visto el departamento<br />

más afectado es Cochabamba, con<br />

224 mil menores en riesgo de perder<br />

a sus familias, pero el problema<br />

es nacional. Por supuesto uno<br />

de los factores de tan triste situación<br />

es la pobreza que sigue afectando<br />

a cientos de miles de familias,<br />

y el dato de que ha disminuido<br />

la “pobreza extrema”, y por lo<br />

mismo ha aumentado la “pobreza<br />

moderada ”es el típico dato estadístico<br />

que no significa nada, ya<br />

que la diferencia entre una y otra es<br />

ridícula. Pero no es sólo la pobreza<br />

económica objetiva la que genera<br />

esta preocupante situación de<br />

nuestra infancia, sino también un<br />

cambio de mentalidad, una pérdida<br />

de valores, el crecimiento de la<br />

llamada “sociedad de consumo”<br />

—con la creciente obsesión por<br />

poder consumir más—y la permanente<br />

pérdida de valores humanos.<br />

Se está volviendo más importante<br />

el “tener”que el “ser”,y en<br />

esa creciente competencia por “te -<br />

ner más”inevitablemente los que<br />

más salen perdiendo son los niños<br />

y las niñas.<br />

Por todo eso tenemos que darle<br />

la bienvenida a la campaña “Me<br />

importan”, puesta en marcha por<br />

Aldeas SOS, que apunta a defender<br />

el derecho a la familia para toda la<br />

infancia del país. Pero esa campaña<br />

tiene que servir para que todos y<br />

todas reflexionemos sobre los derechos<br />

y necesidades de nuestra<br />

infancia, y a partir de ahí reforcemos<br />

dicha campaña.<br />

El otro factor que sin duda influye<br />

en esta preocupante situación<br />

de nuestra infancia es la migración.<br />

El campo tiende a despoblarse, y<br />

las familias que se van de su comunidad<br />

campesina para asentarse en<br />

una ciudad lo hacen a costa principalmente<br />

de sus hijos e hijas, que<br />

se encuentran de repente sin comunidad,<br />

apretados/as en casuchas<br />

improvisadas y aglomerados/as<br />

en barrios periféricos carentes<br />

de servicios.<br />

Y aquí juegan un papel las políticas<br />

gubernamentales, ya que el<br />

despoblamiento permanente del<br />

campo tiene que ver con el carácter<br />

poco rentable de la producción<br />

agrícola, con la indiferencia estatal<br />

ante la proliferación de intermediarios<br />

que se benefician con la<br />

venta de productos agrícolas (sin<br />

haber producido nada), y, por tanto,<br />

con el hecho de que hoy en día<br />

ningún hijo de campesinos quiere<br />

ser campesino, y nuestras ciudades<br />

se llenan de candidatos a comerciantes<br />

y candidatos a transportistas<br />

(con los consiguientes<br />

problemas sociales que causan<br />

ambos gremios).<br />

En contra de las promesas de<br />

nuestro actual gobierno, el país es<br />

cada vez menos productivo, la soberanía<br />

alimentaria disminuye cada<br />

año, y cada año nos encontramos<br />

importando de otros países<br />

más y más verduras, tubérculos y<br />

frutas. Y si bien los datos económicos<br />

y estadísticos nos hacen pensar<br />

que Bolivia está económicamente<br />

mucho mejor que antes, en realidad<br />

es porque el Estado recibe más<br />

ingresos que nunca en su historia<br />

gracias a la exportación de hidrocarburos<br />

y a la creciente recaudación<br />

de impuestos. Pero a la larga<br />

dichos datos son engañosos, porque<br />

los hidrocarburos un día se<br />

acaban, y el pago de impuestos tiene<br />

límites. Lo que necesitamos es<br />

un crecimiento productivo, tanto<br />

en el campo agropecuario como en<br />

el industrial, y eso es precisamente<br />

lo que no hay.<br />

Ojalá la campaña de Aldeas SOS<br />

nos haga repensar las cosas.<br />

Rafael Puente es miembro del Colectivo<br />

Urbano por el Cambio (CUECA) de<br />

Cochabamba.<br />

Serpentina textual /Elizabeth Salguero Carrillo<br />

Institucionalidad para alcanzar la igualdad de género<br />

Bolivia avanzó<br />

en un marco normativo<br />

a favor de los derechos<br />

de las mujeres con la<br />

aprobación de la<br />

Constitución de 2009.<br />

Los mecanismos institucionales<br />

para el adelanto de<br />

las mujeres son una de las<br />

principales esferas de<br />

preocupación de la Plataforma de<br />

Acción de la IV Conferencia de la<br />

Mujer- Beijing (1995), de la cual el<br />

Estado boliviano es signatario. La<br />

misma destaca que se han creado<br />

en casi todos los Estados instancias<br />

nacionales orientadas a diseñar,<br />

fomentar, aplicar, evaluar y<br />

movilizar el apoyo de políticas que<br />

promuevan el progreso de las mujeres.<br />

Estos mecanismos han adoptado<br />

formas diversas, tales como<br />

ministerios, viceministerios, secretarías,<br />

etc., y tienen una eficacia<br />

desigual en todo el mundo. En algunos<br />

casos incluso se han reducido.<br />

Marginados a menudo en las<br />

estructuras nacionales de gobierno,<br />

estas instancias se ven, con frecuencia,<br />

perjudicadas debido a<br />

mandatos poco claros, falta de personal,<br />

formación, datos estadísticos,<br />

recursos insuficientes para su<br />

funcionamiento y poco apoyo de<br />

los dirigentes políticos.<br />

Los organismos estatales para el<br />

adelanto de las mujeres son instancias<br />

centrales para la coordinación<br />

y promoción de políticas de<br />

los gobiernos. Su tarea principal es<br />

impulsar la incorporación de la<br />

perspectiva de la igualdad de género<br />

en todas las esferas de la gestión<br />

pública y en todos los niveles<br />

de gobierno.<br />

En Bolivia se ha avanzado en un<br />

marco normativo progresista a favor<br />

de los derechos de las mujeres,<br />

en particular con la aprobación de<br />

la Constitución de 2009, que establece<br />

la igualdad entre hombres y<br />

mujeres y contiene garantías específicas<br />

de los derechos de las mujeres.<br />

La Ley Integral para garantizar<br />

a las mujeres una vida libre de violencia,<br />

la Ley 243 contra el acoso y<br />

la violencia política hacia las mujeres<br />

y la Ley 070 de Educación Avelino<br />

Siñani-Elizardo Pérez, que dispone<br />

que la educación debería ser<br />

antipatriarcal. Asimismo, la Ley<br />

026 del Régimen Electoral aplica<br />

los principios de paridad y alternancia<br />

para la participación política<br />

de las mujeres. Sin embargo, para<br />

que lleguen a la vida cotidiana de<br />

las mujeres se requiere garantizar<br />

su implementación. Es decir, se<br />

necesitan instituciones sólidas<br />

que lleven adelante políticas públicas<br />

traducidas en programas,<br />

proyectos y planes nacionales. Éstas<br />

deben contar con recursos humanos<br />

y financieros suficientes a<br />

nivel nacional, departamental y local,<br />

a fin de garantizar que las mujeres<br />

sean las beneficiarias directas<br />

del desarrollo.<br />

Por otro lado, una de las recomendaciones<br />

repetitivas al Estado<br />

boliviano expresadas en el 2015 por<br />

el Comité para la Eliminación de la<br />

Discriminación contra la Mujer<br />

(CEDAW) reitera la preocupación<br />

por la limitada jerarquía y los escasos<br />

recursos humanos, técnicos y<br />

financieros para coordinar la aplicación<br />

de políticas públicas para la<br />

igualdad de género del Viceministro<br />

de Igualdad de Oportunidades<br />

del Ministerio de Justicia y la Unidad<br />

de Despatriarcalización y Descolonización<br />

del Ministerio de<br />

Culturas y Turismo.<br />

Tomando en cuenta los desafíos<br />

planteados rumbo a la Agenda<br />

2030 para cumplir con los Objetivos<br />

de Desarrollo Sostenible,<br />

especialmente el referido a “lo -<br />

grar la igualdad entre los géneros<br />

y empoderar a las mujeres y las niñas”,<br />

el Plan de Desarrollo Económico<br />

y Social 2016-2020 y la<br />

Agenda Patriótica con igualdad<br />

de género, es necesario avanzar<br />

hacia dicha institucionalidad. La<br />

misma no necesariamente implica<br />

la creación de un Ministerio de<br />

la Mujer. Se puede hablar de un<br />

Instituto de la Mujer que ya existe<br />

en El Salvador, México y España<br />

y de diferentes mecanismos en<br />

las autonomías regionales, departamentales,<br />

municipales e indígenas<br />

originarias y campesinas<br />

para conquistar la igualdad sustantiva,<br />

el empoderamiento de<br />

las mujeres y caminar hacia la<br />

despatriarcalización .<br />

Elizabeth Salguero Carrillo es comunicadora<br />

social.

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