05.01.2019 Views

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Opinión<br />

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN<br />

Ruth Ortiz Zarco<br />

Profesora investigadora del área<br />

de comercio exterior de la UAEH<br />

La economía de Estados Unidos para 2<strong>01</strong>9<br />

Para este nuevo año que comienza<br />

para la aún economía más grande<br />

del mundo existen grandes retos,<br />

tales como el debilitamiento de su<br />

industria que ha motivado al presidente<br />

Trump buscar repatriar empresas y combatir<br />

por esa vía el déficit existente con<br />

otras economías como la mexicana, desde<br />

donde se exportan bienes de origen<br />

estadunidense, además de tener una desventaja<br />

con respecto a la economía China<br />

en precios, lo que ha ganado poder en<br />

el mercado norteamericano produciendo<br />

déficit en el balance de los que se exporta<br />

contra lo que se importa con ese país<br />

(balanza comercial).<br />

El presidente Trump, bajo la promesa<br />

de reducir dicho déficit comercial, ha generado<br />

tensión al aplicar aranceles sobre<br />

la importación de acero, aluminio y otros<br />

productos chinos que además han provocado<br />

represalias de varios socios comerciales.<br />

Sin embargo, las aplicaciones de<br />

esas medidas restrictivas aún no han disminuido<br />

el déficit, si no por el contrario,<br />

aumentaron 8.6 por ciento el año pasado,<br />

ello hasta llegar a cifras cercanas a<br />

los 400 millones de dólares, solo el déficit<br />

con China aumentó 4.8 por ciento al<br />

cierre de 2<strong>01</strong>8 colocándose en cifras de<br />

39 mil millones de dólares, por su parte,<br />

la brecha con México se amplió para<br />

este mismo año 57 por ciento a más de 8<br />

mil 700 millones de dólares.<br />

La realidad es que el déficit comercial<br />

de los Estados Unidos es consecuencia<br />

de una realidad estructural<br />

económica que difícilmente se revertirá<br />

con cambios en su política comercial<br />

bajo una forma de vivir por parte<br />

de los estadunidenses con una filosofía<br />

del american way of life, gastan más<br />

de lo que producen y lo que perciben,<br />

la brecha entre el ingreso y la cartera<br />

vencida ha aumentado de forma peligrosa,<br />

el salario de ese país en términos<br />

reales no ha crecido en los últimos 25<br />

años, de forma que logre cubrir las deudas<br />

de sus habitantes que se ven seducidos<br />

por atractivos planes de financiamiento<br />

casi para todo tipo de consumo<br />

a tasas de interés que estuvieron cerca<br />

de 10 años en cifras menores a 0.5 por<br />

ciento. Mientras que los indicadores del<br />

mercado bursátil en ese país el año pasado<br />

alcanzaron nuevos niveles record,<br />

lo que mantiene latente el riesgo de la<br />

creación y eventual estallamiento de<br />

una nueva crisis financiera. Los bonos<br />

del tesoro han visto disminuir su precio,<br />

al deteriorase el ciclo del dólar que le<br />

funcionó durante muchos años a los Estados<br />

Unidos, al importar bienes del exterior<br />

lo que consecuentemente enviaría<br />

dólares a otras naciones y recuperar<br />

esos con la venta de bonos del tesoro,<br />

bajo el escenario de una guerra de divisas<br />

que se ha empezado a gestar, en la<br />

que algunos de los principales adversarios<br />

económicos de EUA han emprendido<br />

planes a mediano y largo plazo para<br />

desdolarizarse, han tenido efectos en el<br />

precio de dichos bonos al disminuir su<br />

demanda y los efectos que sobre ellos<br />

ejerce la subida de las tasas de interés<br />

y efectuar transacciones internacionales<br />

en otras monedas diferentes al dólar<br />

como lo es el caso de Rusia y China,<br />

que han demandado adicionalmente oro<br />

para fortalecer sus monedas locales.<br />

Estados Unidos se encuentra en una<br />

situación complicada, con déficit comercial<br />

creciente, una relación ingreso-gasto<br />

deteriorada, estancamiento del crecimiento<br />

de su productividad y de su<br />

industria, es evidente que la FED, aunque<br />

continuará elevando su tasa de interés,<br />

no podrán aumentarla en un alto<br />

margen, porque significaría aumentar el<br />

costo de su deuda con los tenedores de<br />

sus bonos en todo el mundo.<br />

Para México, la deuda que dejó la administración<br />

pasada de la deuda pública<br />

federal asciende a 10.7 billones de pesos,<br />

con los aumentos que habrá para este<br />

año en las tasas de interés por parte de la<br />

reserva federal, significará un aumento en<br />

el costo financiero de la deuda existente<br />

en dólares y tras elevar por lo tanto las tasas<br />

de interés de referencia por el Banco<br />

de México, traería un aumento también<br />

en el costo de la deuda interna en pesos.<br />

Se tendrán que tomar nuevos recursos de<br />

otras aéreas para cubrir el nuevo costo de<br />

la deuda, sin dejar de lado el costo creciente<br />

en pensiones para México, entre<br />

otros rubros.<br />

Se estima que el PIB mundial para<br />

2<strong>01</strong>9 crecerá 3.7 por ciento, aunque los<br />

efectos de la guerra comercial pueden<br />

disminuir ese crecimiento y bajo un ambiente<br />

de deterioro de los mercados financieros<br />

mundiales, será un año complicado<br />

al que se suman el Brexit y el<br />

aumento de las crisis humanitarias y un<br />

mayor flujo de migrantes provenientes<br />

de países como Siria, Venezuela, Honduras,<br />

entre otros.<br />

La relación económica entre México y<br />

Estados Unidos va más allá de compartir<br />

más de 3 mil kilómetros de frontera y nos<br />

debe de mantener alertas sobre los indicadores<br />

de desempeño de la economía del<br />

vecino país del norte.<br />

Alejandro Galindo<br />

Sandoval<br />

QUINETOSCOPIO<br />

Una serie de terror<br />

El cine de terror enfrenta hoy el<br />

gran reto de alcanzar su cometido.<br />

Hay fórmulas muy reconocidas<br />

a las que infinidad de creadores<br />

de ese género apelaron a lo largo de la<br />

historia, las explotaron tanto que comenzaron<br />

a lucir agotadas para un público<br />

cada vez más incrédulo y resistente.<br />

En la actualidad no basta con<br />

presentar caras horrorosas para infartar<br />

al espectador o dejarle una gran conmoción<br />

que lo aceche en sus sueños.<br />

Las imágenes que nos asustaron ayer<br />

perdieron toda la fuerza para asustarnos<br />

hoy, en ese contexto, quien redacte<br />

guiones de horror, quien los adapte<br />

para la pantalla grande o la pantalla<br />

chica, quien los produzca y dirija y<br />

quien los actúe, deberá echar mano<br />

de una visión más innovadora, que se<br />

atreva a explorar más allá del bosque<br />

hollywoodense y probar con la construcción<br />

de imágenes que estiren el<br />

miedo a experiencias insospechadas.<br />

Sobre esa propositiva exploración<br />

habla “La maldición de Hill House”<br />

(2<strong>01</strong>8), una serie de 10 capítulos producida<br />

por Netflix, bajo la dirección<br />

de Mike Flanagan. Basada en la novela<br />

homónima (1959) de Shirley Jackson,<br />

la historia recicla el clásico cuento<br />

de la casa embrujada para ensayar<br />

las posibilidades del miedo. Ya instalados<br />

en una majestuosa construcción,<br />

quizá del siglo XIX, los protagonistas<br />

y el propio espectador se adentran,<br />

como escribió la revista Variety, en<br />

un “festival de terror” que se opone a<br />

ser resuelto, con un desfile diverso de<br />

fantasmas cuyo mérito raya en renunciar<br />

al pretensioso objetivo de asustar.<br />

En ellos hay más una carga de tristeza<br />

que contribuye a la misteriosa atmósfera,<br />

de principio a fin.<br />

“La maldición de Hill House” resulta<br />

exitosa, entre otras cuestiones<br />

clave, porque justamente no se deshace<br />

en la desesperación de atemorizar<br />

con efectos superficiales que no te llevarán<br />

a más que dar un brinco sobre<br />

el asiento, es ambiciosa y profundiza<br />

en los orígenes de las historias de sus<br />

personajes, allá en la oscuridad, donde<br />

se encuentran los traumas y donde se<br />

tejen las razones de las conductas, los<br />

motivos para temer a algo más poderoso<br />

que un melancólico espectro atrapado<br />

en el tiempo.<br />

Y es el tiempo un factor al que recurre<br />

el director Flanagan para desafiar al<br />

género dentro del mismo género del terror:<br />

nos recuerda, a partir de una trama<br />

que en lugar de explicarse se vuelve<br />

más compleja, que la linealidad no<br />

es más que una creación nuestra para<br />

entender el mundo. El tiempo no tiene<br />

un inicio ni un fin, uno bien podría estar<br />

frente a su propio futuro y ser atormentado<br />

por él sin saberlo. Lo mismo<br />

con el espacio: las personas podrían estar<br />

superpuestas en el mismo sitio y<br />

mirarlo como si fuera propio, sin entender<br />

que lo comparten con otros que<br />

también lo consideran propio.<br />

Entonces veremos a niños que llegan<br />

a ser adultos y a adultos que vuelven<br />

a ser niños para intentar resolver<br />

sus propios misterios. El dilema del<br />

bien y del mal no tiene aquí cabida,<br />

quienes típicamente son trazados como<br />

villanos también pueden ser benefactores,<br />

víctimas o simples testigos de una<br />

historia que, sin pedirlo, los tiene presos<br />

bajo firmes columnas e interminables<br />

pasillos que te conducen a la eterna<br />

persistencia del recuerdo.<br />

Todo lo anterior, finamente esculpido<br />

con un guion cuya poesía te susurra<br />

al oído para matarte de una sobredosis<br />

de sentimientos que se quedan<br />

bloqueados en el nudo de tu garganta:<br />

“Ningún organismo vivo puede<br />

mantenerse cuerdo bajo condiciones<br />

de realidad absoluta. Incluso las alondras<br />

y los saltamontes, según algunos,<br />

sueñan. Hill House, nada cuerda en<br />

soledad frente a las colinas, acumuló<br />

oscuridad en su interior. Lleva así<br />

100 años y podría seguir así 100 más.<br />

Dentro de ella, las paredes se mantenían<br />

erguidas, los ladrillos seguían<br />

rectos, los suelos eran firmes. El silencio<br />

oprimía incesante la madera y<br />

la piedra, y lo que caminara dentro, lo<br />

hacía en soledad”.<br />

@lejandroGALINDO<br />

avueltadetuercas@gmail.com

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