Cuentos BECAS

Una Luz en el Camino
Era una mañana nublada, el lago estaba azul, lleno de esplendor. El sol iba apareciendo lentamente bajo una brisa
fresca, la neblina poco a poco se disipaba en el bello Santiago Atitlán. Ahí, sentada en una roca observando el
amanecer estaba Juanita. Ella era una niña tímida y soñadora. Estaba por cumplir 8 años.
Ese día, regresó a su casa temprano porque iba a ser su cumpleaños y quería ver si su madre le estaba preparando
algo especial. Al llegar, Juanita encontró la misma escena que la hacía llorar en el pequeño rincón de su casa, cerca
del fogón. Su padre había vuelto a beber y gastado el dinero para su almuerzo de cumpleaños. Después de llorar y
de rodear con sus manos sus piernas para calentarse, su madre se acercó y le dijo al oído:
—Todo estará bien mija, tú y tus 7 hermanos saldrán adelante— dijo tiernamente la madre de Juanita en idioma
Tzutujil, predominante en Santiago Atitlán— te daré un regalo que nadie te podrá quitar, mañana irás a la escuela
a aprender a leer y escribir—
—Yo no quiero ir a la escuela— dijo Juanita viendo a su mamá
fijamente con sus grandes ojos negros que brillaban después de
haber llorado—
—Tú serás como una Ija´tz (semilla), y vas crecer y darás fruto.
No es lo mismo crecer sin poder leer y escribir— dijo la madre
con semblante triste.
Al siguiente día, la madre de Juanita cumplió su palabra y la llevó a
la escuela. Esa mañana, su madre le había puesto su mejor güipil y
le había hecho dos trenzas que le colgaban ondeándose con el viento
del lago. Entró a la que sería su aula. Juanita no entendía lo que la
maestra hablaba porque solo se dirigía a ellos en español y en su
casa solo hablaban Tzutujil. Ese primer día, que era su cumpleaños,
la pasó sola en el recreo, sentada cerca de un arbusto. Juanita quería
llorar y no quería ese regalo de cumpleaños.
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Una luz en el camino ✤ Juana Simaj Calí