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Cuentos BECAS

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Así fueron pasando los días, los meses y los años. Juanita fue creciendo en un mundo en donde se sentía pobre y<br />

discriminada. Una mañana mientras caminaba de su casa a la escuela con la cabeza baja contando las piedrecitas que<br />

había en el camino, unos niños se acercaron y le pasaron gritando “tonta”. Ella, ya acostumbrada, siguió caminando y<br />

pensando que pronto terminaría el ciclo escolar, quizás no volvería a la escuela. De pronto, frente a ella, una sombra<br />

le impidió seguir su camino. Era un extranjero, alto, blanco de ojos azules como el cielo, le sonreía y trataba de<br />

pronunciar algunas palabras en español, que seguramente estaba aprendiendo.<br />

— Tan pequeñita, muy linda tú ¿poder yo tomarme una foto contigo?—<br />

Al escuchar “tan pequeñita” Juanita sintió un fuego por dentro, algo que la destrozaba y le hacía perder la poca<br />

confianza que aún tenía en sí misma y en su condición. ¿Acaso el ser maya tzutujil, pobre y sin recursos tenía la fuerza<br />

para definir su destino? ¿Acaso ella misma se creía una víctima?<br />

Juanita llegó a su casa gritando que no quería volver a estudiar, que no quería nada, que la dejaran hacer otra cosa<br />

o quedarse en su casa. Ese día su padre levantó su mano y le pegó. Por primera vez, la veía con sus ojos llenos de<br />

lágrimas y le dijo palabras que nunca olvidaría:<br />

—Yo soy un agricultor pobre, quisiera darte más cosas a ti y a tus hermanos. ¿Sabes lo que significa no tener<br />

estudio? ¿Sabes lo que significa trabajar de sol a sol, sudar, cosechar y recibir de pago tan poco que ni siquiera<br />

alcanza para que tus hijos puedan comer? ¿Sabes lo que es querer estudiar y superarte y no poder?<br />

Esas palabras abrieron un nuevo camino para Juanita. Las oportunidades fueron llegando poco a poco sin que ella<br />

lo esperara. El cambio empezó dentro de ella, por primera vez se aceptaba a sí misma. Mientras caminaba en el<br />

mismo sendero contando piedrecitas encontró una luz en el camino: una beca…<br />

Juanita a partir de ese momento no fue la misma. La organización la ayudó a encontrar oportunidades donde antes<br />

solo veía obstáculos. Escribió su proyecto de vida y lo que quería lograr. Por primera vez, vio que el mundo era<br />

grande, mucho más grande de lo que soñaba. El mundo y su Santiago Atitlán ahora le parecían mucho más bellos,<br />

con más color, con más vida. Esa beca le enseñó a no ser una víctima de sus circunstancias sino ser una mujer con<br />

voz empoderada, una mujer perseverante y sociable.<br />

Una luz en el camino ✤ Juana Simaj Calí 17

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