La Vida en México Etapa 1

Etapa 1. Las Ciencias Sociales en México 19
forma que vivieron en la época en que Atenas empezó a ser una democracia.
Tucídides fue incluso general ateniense, y escribió Historia de la Guerra
del Peloponeso, en la que intentó ser lo más cercano posible a lo que él había
visto o lo que sabía a ciencia cierta. Herodoto es autor de las Historias y suele
ser menos reconocido por los historiadores por ser menos cuidadoso.
Sin embargo, su perspectiva sociológica es sumamente interesante, aunque
de vez en cuando acabe narrando leyendas como si fueran verdaderas.
Es posible que entre los romanos el más importante historiador sea Polibio
(200-118 a.C.), autor de un libro también llamado Historias. Además
conviene mencionar a Tito Livio (59 a.C. a 17 d.C.) a Tácito (55-120) y a
los Césares que dejaron escritos que, si bien no son propiamente historias,
ayudan a entender el periodo: Julio César (100-44 a.C.), Adriano (117-
138), Marco Aurelio (121-180).
En el mundo musulmán existen diversas historias relevantes, pero la
más conocida en Occidente es la de Ibn-Jaldún (1332-1406), quien también
sigue las ideas de Tucídides (alrededor de 460-396 a.C.).
Sin embargo, este énfasis occidental de contar con fuentes confiables
no es lo más frecuente. Tal vez podamos considerar que el primer esfuerzo
moderno exitoso en este sentido es el de Edward Gibbon (1737-1794)
que escribió una historia de Roma llamada Historia de la decadencia y caída
del Imperio Romano que ha sido muy influyente desde su publicación. En el
siglo xix, esta forma de hacer historia se convirtió en la norma. Destacan
Thomas Carlyle (1795-1881), TD&IS Training Jules Michelet Distribution (1798-1874) and Integrated y, sobre todo, Services la
escuela alemana, encabezada por Leopold von Ranke (1795-1886). En lo
general, se trata de una historia concentrada en lo político, las guerras y la
dominación, con muy poca atención en lo social e incluso lo económico.
También en el siglo xix, Marx propuso su versión de la historiografía
(es decir, de cómo debe hacerse la Historia) con el materialismo histórico,
que tiene un énfasis excesivo en lo económico, y aunque fue sumamente
popular en el siglo xx, no resulta tan útil como creen sus impulsores. De
hecho, desde inicios de ese siglo surgen muchos esfuerzos por convertir a
la Historia no solo en la narración de hechos de grandes hombres y grandes
batallas, sino en un proceso más amplio, que incluyera lo social y lo
económico. Desafortunadamente, el énfasis excesivo que comentábamos
terminó haciendo muchos de estos esfuerzos menos útiles de lo que uno
hubiera querido. Sin embargo, eso fue claro hacia fines del siglo xx, cuando
el imperio soviético se vino abajo, y con él las creencias en el marxismo.
En el materialismo histórico se sostiene que la sociedad funciona mediante
dos diferentes dinámicas. La estructura económica, conformada
por los medios de producción y las relaciones sociales, determina la superestructura
política y jurídica. Esto significa que la manera en que se produce
en una sociedad define también cómo se construye su marco jurídico
y su forma de gobierno. No solo eso, sino también su interpretación del
mundo (filosofía, teología, etcétera).
Siguiendo con la explicación de Marx, había tres grandes etapas en la
historia: esclavismo, feudalismo y capitalismo. Cada una de ellas consistía
en un determinado conjunto de fuerzas productivas, es decir, medios de