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Concurso Literario “Santo Tomás”- <strong>2019</strong><br />
PRIMER CICLO DE ESO<br />
Relato: Premio para “A callar Bocas” de Ariadna<br />
Terroba Ruíz (E1A).<br />
Era el primer día de clases, hacía frío y apenas había amanecido,<br />
pero aun así decenas de alumnos impacientes se dirigían a las<br />
puertas de entrada del colegio un año más. Protagonizan esta<br />
historia un pequeño grupo de veinticinco o veintiséis alumnos<br />
que charlaban distraídamente cerca de allí, ajenos a los lloros de<br />
los de infantil que acudían a clase por primera vez. Iban a cursar<br />
sexto por lo que la mayoría ya se conocían y se contaban todas las<br />
novedades ocurridas durante el verano sin vergüenza de ningún<br />
tipo.<br />
Hablaban entre ellos tan atropelladamente que parecía imposible<br />
que se estuvieran escuchando. Cuando sonó la sirena, sin parar<br />
de contarse sus aventuras y desventuras veraniegas, el grupillo<br />
de alumnos comenzó a formar una larga fila de a uno sin reparar<br />
en que la encabezaba una profesora a la que nunca antes habían<br />
visto.<br />
Subieron a clase y comenzaron las presentaciones: la profesora<br />
se llamaba Ana María, aunque ella misma les pidió que la llamaran<br />
Anuska. Todos los alumnos a continuación se iban levantando en<br />
orden para decir su nombre, algo que les gustaba de ellos mismos<br />
y su afición favorita. Hechas las presentaciones, comenzaron a<br />
hacer las típicas cosas del primer día: comprobar que todos los<br />
libros eran los correctos, revisar el material escolar, recordar las<br />
normas del centro, hasta que el recreo vino por fin, a poner un<br />
poco de alegría entre tanta formalidad. En lo que les pareció un<br />
instante ya estaban otra vez de vuelta al papeleo. Una hora más<br />
tarde sonaba de nuevo la sirena que anunciaba ahora sí el fin de<br />
la jornada escolar.<br />
Cuando los niños se fueron, Anuska recogió el aula y la cerró.<br />
Vivía bastante lejos del colegio por lo que decidió coger el autobús.<br />
Llegó a su casa, situada en un modesto barrio de Madrid, subió<br />
en el ascensor hasta el tercer piso y cambió sus recién estrenados<br />
tacones por sus cómodas zapatillas de casa y respiró por fin,<br />
tranquilamente. Tuvo la sensación de no haberlo hecho antes<br />
en toda la mañana. Dejó sus cosas y comenzó a preparar dos<br />
deliciosos platos de macarrones con tomate.<br />
Momentos después entró una chica joven con la que compartía<br />
el piso y los gastos. Ninguna de las dos tenía más de veinticuatro<br />
años. La chica se sentó al lado de Anuska y se dejó servir un<br />
buen plato de macarrones. Anuska se puso para ella otro plato<br />
de idéntico tamaño. Como cada día las dos amigas charlaban<br />
mientras comían, y María luego fregaba los cacharros. Se repartían<br />
las tareas y se llevaban bien.<br />
Al día siguiente Anuska salió de casa rápidamente, llegó al<br />
colegio y se colocó en la fila con sus alumnos. Ese día les daba<br />
clase de Lengua y Matemáticas pero después del recreo ya no les<br />
vería. Volvió a casa, y cuando llegó María, ambas disfrutaron de un<br />
nutritivo plato de alubias. Llegó la tarde y como habían acordado<br />
el día anterior, las dos chicas se dirigieron a la academia donde<br />
Alba, la hermana menor de Anuska practicaba Hip Hop. Alba<br />
apenas tenía un par de años menos, pero no aparentaba más de<br />
quince, y además bailaba y se movía mejor que su profesor, o al<br />
menos eso decía Anuska.<br />
Las primeras semanas de colegio transcurrieron sin muchos<br />
líos, todo iba normal, algunos suspensos pero no muchos, algún<br />
moratón pero nada grave. La clase de 6ºA prometía ser una buena<br />
clase. La vida de Anuska también discurría en calma y los días<br />
pasaban sin demasiadas emociones.<br />
Y pasó el primer mes de clases, el segundo y el tercero, y<br />
prácticamente estábamos en Navidad cuando apareció el primer<br />
conflicto, o al menos el primero relevante. Yolanda y Andrea se<br />
estaban peleando a grito pelado con Lucas e Iker, todos alumnos<br />
de Anuska por lo que no tuvo más remedio que intervenir.<br />
Atravesó el corro de niños que se había formado alrededor de los<br />
batallantes y preguntó:<br />
– ¿Qué está pasando aquí? ¿A qué viene tanto griterío? -<br />
elevando la voz lo necesario para que todos la oyeran.<br />
– Pues verás - dijo Yolanda, que se encontraba la primera-<br />
Hemos venido a preguntar si podíamos jugar al fútbol porque<br />
ya nos empezábamos a aburrir de jugar a la comba y estos dos<br />
idiotas nos han dicho que no.<br />
– ¿Y por eso estáis formando todo este lío? -dijo Anuska<br />
angustiada. - Punto número uno - Anuska era muy de ponerle<br />
puntos a todo- Yolanda no hace falta insultar a nadie, las cosas<br />
se pueden solucionar hablando y punto número dos, chicos, ¿me<br />
podéis explicar porque Yolanda y Andrea no pueden jugar al<br />
fútbol?<br />
– Es que… - dijo Lucas impaciente por explicar su versión - el<br />
otro día ellas no nos dejaron jugar a la comba. Es la venganza y<br />
además - añadió bajando el tono de voz hasta ahora muy elevado<br />
- el fútbol es un deporte de chicos. Si les dejáramos jugar seguro<br />
que empezarían a llorar como crías en cuanto les tocara el balón.<br />
Antes de que Anuska pudiera retomar la palabra sonó la sirena<br />
de la finalización del recreo, y el corrillo desapareció al instante. –<br />
“Qué rápidos son cuando quieren”. Pensó.<br />
Por suerte ahora les tocaba tutoría, una clase que Anuska<br />
dedicaba a resolver conflictos, a hablar de lo que a los alumnos<br />
les preocupaba y si sobraba tiempo, a comentar algo interesante<br />
y productivo, por ejemplo la semana pasada una chica llamada<br />
Alicia propuso ver un discurso de Steve Jobs y después, estuvieron<br />
comentando lo que opinaban sobre él. Ese día obviamente lo iban<br />
a dedicar a la resolución de aquel conflicto.<br />
Anuska esperó en pie a que todos se sentaran.<br />
– ¡Bien! - dijo tratando de dar a su voz un tono tranquilo y sereno<br />
Hace unos minutos algunos alumnos de esta clase han tenido<br />
una discusión y se han dicho cosas no muy apropiadas.<br />
Como ella esperaba los cuatro participantes comenzaron a<br />
hablar todos a la vez haciendo que el resto de la clase no se<br />
enterase de nada.<br />
IES Práxedes Mateo Sagasta <strong>2018</strong>-19<br />
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