Pequeños escritores. Nuestros primeros cuentos.

LA CASA MISTERIOSA DE LA NOCHE DE
HALLOWEEN
Érase una vez, una niña que se llamaba Renata y tenía muchos amigos. Vivía en un pueblo
muy antiguo que se llamaba Los Infiernos.
El día de Halloween quedó con sus amigos: Benicio, Ernesto, Hugo, Adaline y Zinerva; para ir
por las calles a pedir chuches, disfrazados de calabazas. Se recorrieron todo el pueblo menos
una casa, que era de la vieja llamada Pía.
Se rumoreaba que la vieja Pía secuestraba a los niños en Halloween y que los mataba para
vender sus órganos y comerse sus sesos. Hugo, que era el más valiente, dijo que eso eran
tonterías, que eso solo lo decían para no ir a molestar a las personas mayores en esas épocas
del año.
Zinerva, que era su hermana, decidió hacerle caso. Pero el resto de amigos no querían entrara
por que se tomaban muy en serio eso de las leyendas, rumores y cosas por ese estilo. Aún
así, estuvieron más de media hora para convencerles, les intentaron convencer de todas las
formas posibles, pero nada. Hugo tuvo una gran idea y les dijo que si se quedaban allí dentro
más de cinco minutos les daría dos euros a cada uno. Al final los amigos cedieron y se metieron
todos dentro.
Al entrar se les cerró la puerta en todas las narices y Ernesto y Renata se abrazaron muertos
de miedo. Todos se empezaron a reír. Se pusieron muy rojos pero el momento incómodo se a
cabo en pocos segundos, cuando Benicio dijo que había visto una sombra moverse hacia el
pasillo. Todos se quedaron patidifusos en ese momento. Adaline ya empezó a tener miedo y
Pequeños escritores de Sexto A.
Nuestros primeros cuentos
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