Inversion 20191110
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2 Página SIETE Domingo 10 de noviembre de 2019<br />
i nve rs i ó n @ p a g i n a s i e te . b o<br />
I nve r s i ó n<br />
Opinión<br />
Javier Medrano<br />
Soplan vientos malignos<br />
En medio de la refriega,<br />
pedaleando para comprar<br />
una bolsa de pan y<br />
leche, pasé por un punto<br />
de bloqueo en esta maravillosa<br />
ciudad de los anillos: Santa Cruz.<br />
Y cuando me dispuse a sortear la<br />
soga, una señora se acercó a mi<br />
persona y me preguntó ¿A dónde<br />
va? Le dije que enviado por mi señora<br />
esposa (por no decir obligado)<br />
salí a comprar pan y leche para<br />
el desayuno. Muy cortés me dijo<br />
con una sonrisa, pase, joven –qui -<br />
se abrazarla por su gentileza de<br />
auparme como mozuelo, siendo<br />
que voy de paso por el medio siglo,<br />
pero habría sido descortés de mi<br />
parte por desmentirla en su presunción<br />
de mi lozanía, así que dejé<br />
que el desliz pase como una cortesía<br />
mutua–, vaya y compre pan y<br />
leche, sentenció. Y así lo hice.<br />
Pero, al llegar al otro punto de<br />
control, me fue imposible pasar.<br />
Apelé a mi pseudojuventud, pero<br />
fue inútil. Las canas de mi barba<br />
fueron evidentes y el imberbe de<br />
la soga no me dio otra alternativa<br />
que bordear la manzana y alejarme<br />
por lo menos tres cuadras del<br />
puesto de venta.<br />
Fue en ese desvío que, al mirar el<br />
cemento en el pedaleo hercúleo,<br />
saltó la frase en mi mente de Manuel<br />
Castells: Soplan vientos malignos<br />
en el planeta azul. Y de verdad<br />
lo hacen. Nuestras vidas, dice<br />
el comunicólogo, titubean en un<br />
torbellino de crisis, incesantes,<br />
cotidianas. Estamos frente a una<br />
precariedad salarial severa. Nuestros<br />
sueldos no llegan a fin de mes.<br />
Hay un radicalismo de partes –so -<br />
cialistas y derechistas– que dan<br />
pábulo a la certidumbre y a la convivencia<br />
en paz.<br />
Estamos envueltos en un increíble<br />
e incomprensible maremágnum<br />
de noticias falsas e imposturas.<br />
Vivimos en tiempos de renegados.<br />
De rufianes. De burdos<br />
Democracia es<br />
vigilar que aquel funcionario<br />
público haga<br />
su trabajo sin que<br />
medie un peso para<br />
su prontitud. Democracia<br />
es escuchar.<br />
asaltantes de nuestra cotidianeidad<br />
social compartida. Ni qué decir<br />
de la cultura y los medios de comunicación<br />
que están ahogados<br />
en una comercialización desenfrenada<br />
de exacerbación de nuestros<br />
demonios, propios y ajenos.<br />
Ya no se trata de derechas o de izquierdas.<br />
Y quien parta desde ese<br />
motante es un simplón.<br />
Acá hubo un quiebre profundo.<br />
Algo se rompió y la resquebrajadura<br />
es honda. Trump, Le Penn,<br />
Cataluña, Brexit, Chile, Nicaragua<br />
y sus esposos Ortega, simples<br />
ladrones, ni qué decir del imbécil<br />
de Maduro o el regreso del kirchnerismo<br />
o la salida del macrismo.<br />
Cuba y Rusia en su permanente,<br />
incansable y hasta insaciable<br />
sed de desestabilizar países,<br />
regiones, para luego instaurar regímenes<br />
totalitarios, como si nosotros<br />
fuésemos unos cobayos.<br />
No. No es un simple quiebre o crisis.<br />
Es una falla de San Andrés entre<br />
gobernantes y gobernados. Es<br />
profundo. Espantoso. Grosero.<br />
España ingresó por cuarta vez a<br />
elecciones por culpa de los políticos<br />
que no se ponen de acuerdo.<br />
Millones de euros en elecciones.<br />
Mientras los españoles no llegan a<br />
pagar el alquiler del piso cada<br />
mes. La auditoría de la OEA en Bolivia,<br />
dicen, estaría rondando los<br />
150 mil dólares. Sin contar el costo<br />
del referéndum del 21 de febrero<br />
de 2016 que no se acató y de la millonaria<br />
elección nacional del 20<br />
de octubre, a todas luces, oscuras<br />
y tenebrosas.<br />
Democracia no es sólo sufragar.<br />
Democracia no es sólo acudir a las<br />
urnas una vez cada tantos años.<br />
Democracia es luchar y defender<br />
por los derechos individuales de<br />
todos, todo el tiempo. Democracia<br />
es vigilar que aquel funcionario<br />
público haga su trabajo sin que<br />
medie un peso para su prontitud.<br />
Democracia es escuchar. Es atender.<br />
Es armar una virulenta pelea<br />
contra la corrupción, la demagogia,<br />
el populismo. Democracia es,<br />
como decía un sociólogo francés,<br />
cuando te tocan la puerta a las cinco<br />
de la mañana y es el cartero y no<br />
un militar o un radical en pronta<br />
para incendiar tu casa. Democracia<br />
es eso. El resto es pura propaganda,<br />
al igual que mi edad.<br />
Enrique Velazco Reckling<br />
Frenar el contrabando, ¿con militares o con sentido común?<br />
El Gobierno ha fortalecido<br />
el rol de las FFAA en la lucha<br />
contra el contrabando<br />
al autorizar el uso de<br />
armas de guerra. Si la falta de control<br />
fronterizo fuera la causa del<br />
contrabando, la decisión gubernamental<br />
podría ser una acción en<br />
la dirección correcta. El problema<br />
es que no es así.<br />
¿Por qué hay contrabando? Las<br />
fronteras desguarnecidas son un<br />
factor que facilita esta actividad,<br />
pero está muy lejos de ser una de<br />
sus causas determinantes. Hay<br />
contrabando hacia una economía<br />
cuando existe alta demanda por<br />
determinados bienes que no se<br />
producen, son muy caros o están<br />
prohibidos internamente, pero<br />
que están disponibles fuera de<br />
ella. En este sentido, el contrabando<br />
es consecuencia de políticas<br />
públicas que generan incentivos<br />
para hacerlo e, incluso, premian<br />
en la práctica a quienes lo hacen.<br />
Erradicar totalmente<br />
el contrabando<br />
es probablemente<br />
imposible en la mayoría<br />
de las sociedades<br />
del mundo.<br />
En las sociedades opulentas, el<br />
contrabando mayormente comprende<br />
bienes exóticos y de muy<br />
alto valor comercial, mientras que<br />
en economías pobres incluye bienes<br />
de consumo como papel higiénico<br />
o alimentos. En Bolivia es especialmente<br />
significativo el contrabando<br />
de los “lujos para pobres<br />
”: vehículos usados y ropa “a<br />
medio uso”.<br />
Erradicar totalmente el contrabando<br />
es probablemente imposible<br />
en la mayoría de las sociedades;<br />
perola evidencia empírica sugiere<br />
que las políticas de defensa<br />
del mercado interno y las de articulación<br />
con los mercados externos<br />
son básicas para desalentarlo.<br />
Y lo son aún más las que garantizan<br />
a los consumidores (los hogares)<br />
un ingreso laboral que les<br />
otorgue la capacidad de consumo<br />
que necesita el aparato productivo<br />
interno para ofrecer los bienes y<br />
servicios que la sociedad demanda.<br />
La pregunta del millón entonces<br />
es: ¿qué políticas explican la<br />
magnitud y la estructura del creciente<br />
contrabando “institucio -<br />
n a l i z a d o”que ingresa a Bolivia?<br />
Varias investigaciones identifican<br />
entre los posibles factores influyentes,<br />
al tipo de cambio, a la<br />
escasa diversificación y a la muy<br />
baja productividad del aparato<br />
productivo; pero estos factores no<br />
son las causas-raíz, sino rasgos de<br />
una realidad moldeada por malas<br />
políticas entre las que destaca la<br />
política fiscal-tributaria focalizada<br />
en metas de recaudación como<br />
único objetivo, pero además concentradas<br />
en un debilitado aparato<br />
productivo y en un decreciente<br />
poder adquisitivo del salario para<br />
el consumo de los hogares.<br />
Sin incluir el IDH, en Bolivia casi<br />
el 80% de las recaudaciones son<br />
de impuestos indirectos pagados<br />
por el consumidor final. Desde el<br />
punto de vista de los productores<br />
y de los consumidores, esta realidad<br />
tiene consecuencias que<br />
alientan el contrabando.<br />
Primero, todos los impuestos<br />
son finalmente trasladados a los<br />
precios de los productos, lo que<br />
los encarece en la proporción<br />
que los impuestos inciden en<br />
costos, y hace económicamente<br />
atractivo ofrecer productos externos<br />
de menor precio. Segundo,<br />
como el consumidor final es<br />
quien eventualmente paga todos<br />
los impuestos, se reduce su ingreso<br />
disponible y su capacidad<br />
de consumo, orientando su preferencia<br />
hacia el consumo de<br />
productos más baratos. El resultado<br />
combinado a mediano plazo<br />
es que la producción interna<br />
tiende a desaparecer y se desalientan<br />
las inversiones productivas<br />
nuevas, con lo que se reducen<br />
el empleo productivo y los ingresos<br />
laborales; en reacción a estas<br />
tendencias, aumenta el empleo<br />
en actividades informales (e ilegales,<br />
como el propio contrabando),<br />
acelerando el deterioro del<br />
aparato productivo.<br />
Recuperando una de las demandas<br />
de la Pequeña Industria<br />
boliviana en 1990, frenar el contrabando<br />
y la desindustrialización<br />
del aparato productivo depende<br />
del sentido común en el Ministe -<br />
rio de Economía y Finanzas, no<br />
de la movilización de los militares<br />
a las fronteras.<br />
I nve r s i ó n<br />
E d i to r : Cándido Tancara Castillo<br />
Re d a c to r : Luis Escóbar Villasol<br />
Fotografía: Víctor Gutiérrez.<br />
Director gráfico: Edmundo A. Morales Cueto<br />
D i a gra m a c i ó n : Ernesto Perez Coronel<br />
Gerente Comercial: Nadia Diab Linale (591) 2-<br />
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Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada<br />
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