Psiconeuroinmunologia - Herrera (libro)
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Relación médico-paciente
lo que percibió y luego realizó en imágenes se le hace malo o lo persigue
si se le hace bueno. El alma, dice Aristóteles, jamás piensa sin el concurso
de una imagen. El alma calcula y delibera, compara el futuro con el presente,
como si estuviera viéndolo presencialmente, con la ayuda de los
conceptos formados en imágenes que se hallan en el alma. Si el resultado
de su cálculo comparativo le hace opinar que eso es placentero, lo busca,
si es doloroso huye.
Como es claro, Aristóteles nos está hablando del mecanismo de respuesta
de huir o no, que más de veinticinco siglos después se describió como la
reacción al estrés. Sin las presiones de la Inquisición hablaba libremente
de Alma. No como Descartes y sus seguidores mecanicistas, que la redujeron
solo a mente. Desapareció, entre los reduccionistas mecanicistas,
la relación sabiamente descrita por Aristóteles de Alma-Cuerpo (y demás
griegos), para reducirla a la relación mente-cuerpo.
La imaginación en los griegos era conocida como “phantasia”, palabra
que deriva de “phaos” que significa luz. No es posible ver sin luz. La
imaginación o “phantasia” son las imágenes que el alma realiza al usar
prudencia, sabiduría (ciencia) al ver la realidad que se le muestra. No es
pues la acepción del vulgo, de imaginación sin piso real, sino totalmente
lo contrario, una imaginación o “phantasia” con piso en la realidad cernida
pensada con prudencia y sabiduría.
Manifiesta Aristóteles que las imágenes perduran y son semejantes a las
sensaciones. Los animales realizan conductas dirigidos por esas imágenes 9
y sin contar con prudencia ni sabiduría, por ejemplo las bestias, confunden
imágenes del presente con imágenes del pasado que se hallan en su alma.
Al no contar con inteligibilidad, dada por la prudencia y la sabiduría, sus
conductas no son pensadas, solo realizan la acción de huir o buscar sin
pensar, el resultado sin duda es error. De igual manera se comportan los
hombres que teniendo intelecto se les nubla, dice Aristóteles, por enfermedad
o sueño. Aquí el sueño debe entenderse como el hombre que actúa
sin prudencia y sin sabiduría, confunde las imágenes del pasado con las
del presente –sueña–, lo que da como consecuencia conductas erradas e
injustas con la realidad que vive en el presente. Si inteligimos, si pensamos
esta interpretación del pensamiento aristoteliano, podríamos afirmar que
el ser humano estresado, actuaría sin pensar –como las bestias, o como
los hombres con enfermedad o sueño– ocasionando conductas erradas y
por lo tanto dolorosas que aumentarían su estrés. El mismo estrés no les
187