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Un personaje de mi barrio

Colección de crónicas del Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de México. María Elena Solórzano Carbajal (Compiladora), Jaime A. Valverde Arciniega (Presidente), José A. Carbajal Cortés, Hugo Arturo Cardoso Vargas, Ana María Castro Velasco, Héctor Castañón Basaldúa, Manuel Garcés Jiménez, Verónica Müller, Jaime Orozco Barbosa, Marisol Reséndiz Pizarro, Miguel Ángel Salgado Meyer, Antonio Sevilla Tapia, Arturo Villanueva Bazán, Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón. México, 2019.

Colección de crónicas del Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de México. María Elena Solórzano Carbajal (Compiladora), Jaime A. Valverde Arciniega (Presidente), José A. Carbajal Cortés, Hugo Arturo Cardoso Vargas, Ana María Castro Velasco, Héctor Castañón Basaldúa, Manuel Garcés Jiménez, Verónica Müller, Jaime Orozco Barbosa, Marisol Reséndiz Pizarro, Miguel Ángel Salgado Meyer, Antonio Sevilla Tapia, Arturo Villanueva Bazán, Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón. México, 2019.

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UN PERSONAJE DE MI BARRIO

MARÍA ELENA SOLÓRZANO CARBAJAL

Compiladora

JAIME A. VALVERDE ARCINIEGA

Presidente del Cabildo Nacional de la Crónica de la CDMX

José A. Carbajal Cortés / Hugo Arturo Cardoso Vargas

Ana María Castro Velasco / Héctor Castañón Basaldúa

Manuel Garcés Jiménez / Verónica Müller / Jaime Orozco Barbosa

Marisol Reséndiz Pizarro / Miguel Ángel Salgado Meyer /

Antonio Sevilla Tapia / María Elena Solórzano Carbajal

Jaime A. Valverde Arciniega / Arturo Villanueva Bazán

Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón





UN PERSONAJE DE MI BARRIO



UN PERSONAJE DE MI BARRIO

María Elena Solórzano Carbajal

Compiladora

Jaime A. Valverde Arciniega

Presidente del Cabildo Nacional de la Crónica

de la Ciudad de México

José A. Carbajal Cortés

Hugo Arturo Cardoso Vargas

Ana María Castro Velasco

Héctor Castañón Basaldúa

Manuel Garcés Jiménez

Verónica Müller, la Dama Museos

Jaime Orozco Barbosa

Marisol Reséndiz Pizarro

Miguel Ángel Salgado Meyer

Antonio Sevilla Tapia

María Elena Solórzano Carbajal

Jaime A. Valverde Arciniega

Arturo Villanueva Bazán

Juan Rafael Zimbrón Romero

Edith Padilla Zimbrón


Primera edición:

Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de México, 2019

María Elena Solórzano Carbajal

Compiladora

Antonio Sevilla Tapia

Diseño editorial y fotografía de portada: Fachada poniente de la

Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

2019, Ciudad de México


ÍNDICE

Prólogo

JAIME A. VALVERDE ARCINIEGA 9

Semblanza del médico Nicolás Cedillo

JOSÉ A. CARBAJAL CORTÉS 13

La persona que más admiro

HUGO ARTURO CARDOSO VARGAS 19

Don Alejandro Galindo.

Cronista cinematográfico de la vida cotidiana

ANA MARÍA CASTRO VELASCO 29

Héroe del rescatismo

HÉCTOR CASTAÑÓN BASALDÚA 41

Los Pinos, residencia oficial de la ignominia

MANUEL GARCÉS JIMÉNEZ 55

Personajes de mi barrio

VERÓNICA MÜLLER, LA DAMA MUSEOS 77

Los zapatistas del sur.

La estatua de Emiliano Zapata en Huipulco

JAIME OROZCO BARBOSA 91

Santa Apolonia Tezcolco, la voz de sus recuerdos

MARISOL RESÉNDIZ PIZARRO 99

Un cráter de la luna lleva el apellido Erro

MIGUEL ÁNGEL SALGADO MEYER 111


Nezahualcóyotl en Chapultepec

ANTONIO SEVILLA TAPIA 121

Santos Cajeme

MARÍA ELENA SOLÓRZANO CARBAJAL 133

La huachicrónica

JAIME A. VALVERDE ARCINIAGA 141

El arco de Coapa

ARTURO VILLANUEVA BAZÁN 153

La antigua librería Navarro

JUAN RAFAEL ZIMBRÓN ROMERO y

EDITH PADILLA ZIMBRÓN 167


PRÓLOGO

ERUDICIÓN, BUEN GUSTO Y

PLANTEAMIENTO ESTÉTICO

La crónica prehispánica no sucumbió ante la conquista española,

encontró la manera de llegar hasta nuestros días en la forma de

relatos, mitos, poesía, cuentos y mil historias orales que nos

permiten conocer cómo eran nuestros abuelos ancestrales, sus

costumbres y formas de vida. Durante el Virreinato nace el período

de la “crónica de dios”, que adquirirá la forma de evangelización

para exorcizar a los indígenas y expulsar de sus cuerpos y mentes

al demonio, a Huitzilopochtli, a Tláloc, a Quetzalcóatl, a todos los

antiguos dioses mexicas; serán 300 años de la crónica como un

instrumento del proselitismo religioso de los castellanos contra la

barbarie. Todo nace de dios y culmina con dios.

A partir de 1821, con la consumación de la Independencia

se abrirá paso la “crónica de la nación”. Empezando por el cuadro

de costumbres, según Carlos Monsiváis, poco a poco la crónica se

convierte en herramienta clave para construir la nación, concepto

hasta entonces prácticamente inexistente; mientras tanto, la crónica

evolucionará a ser la “crónica mexicana” y “patriótica”. México

existe por fin. En una época en que aparece lo “nacional” en todos

los ámbitos de nuestro territorio ya mutilado por el imperio

norteamericano, la política, la pintura, la música, la literatura, la

gastronomía serán “nacionales”; hay pulquerías que llevarán por

9


nombre “La Nacional”, lo mismo que “cajones de ropa” y tiendas

de abarrotes.

Durante el período de la Reforma y hasta finales del siglo

XIX, los temas más socorridos de la crónica están emparentados

con las libertades y el distanciamiento entre el Estado y el clero,

aparecen nuevos derechos, el ciudadano para nacer, contraer

matrimonio o morir ya no necesita de la iglesia, sino del Registro

Civil, lo que se traduce en un giro muy importante en la vida

“nacional”, en las costumbres, en la educación y en el habla

popular. Abiertamente aparecen –por ejemplo- chistes y bromas en

que el diablo vence a la corte celestial, provocando la hilaridad del

pueblo, lo que en el período de la “crónica de dios” era

impensable, asuntos que la crónica y la literatura irán permeando

muy lentamente sobre una masa popular que es analfabeta, ya que

la lectura y la escritura son privilegio de unos pocos.

En el siglo XX evidentemente la crónica se solazará con la

Revolución mexicana y se fusionará plenamente con la literatura;

erudición, buen gusto y planteamiento estético hacen desaparecer

las barreras que antiguamente las separaban. Al llegar a 1968, la

crónica refuerza sus atributos y demuestra que está del lado de los

que menos tienen y de los que han sido víctimas y marginados por

el poder político, particularmente los jóvenes. En el terremoto de

1985, la crónica saca de los escombros las voces que no escucha el

régimen, e igual que en 1968, es un instrumento de denuncia, de

crítica y lucha al servicio de los más afectados y de la verdad, lo

que la evidencia como una herramienta de cambio, que ya no está

dispuesta a refugiarse en aquello de que “todo tiempo pasado fue

mejor”.

En épocas más recientes, con gran valentía, la crónica ha

sabido enfrentar uno de los períodos más violentos de los últimos

30 años en nuestro país al dar cuenta de hechos vergonzosos

protagonizados por el crimen organizado, ya sea a través de libros,

de la prensa escrita y de las redes sociales, lo que a algunos

colegas, sobre todo de los medios escritos, les ocasionó la muerte.

Por vocación el cronista es un amante de la verdad, es

respetuoso de los hechos, no inventa nada, para interpretar la

10


realidad no sólo se obliga a estar bien informado, sino a

documentarse, después de ello a confrontar su información no con

una fuente, sino con todas las fuentes posibles, luego de lo cual

hace sus propias investigaciones; es decir, procede con una

metodología académica y con la metodología de la experiencia que

le ha dado la vida, así realiza la investigación de campo.

El cronista observa, compila, registra, coteja con la realidad

su información, interpreta y no levanta hipótesis que no tengan un

sustento verdadero, demostrable; esta es una característica del

cronista, trabajar con los hechos, por lo que no publica

informaciones falsas y cuando se equivoca en alguna parte de su

trabajo, se obliga a enmendar públicamente su dislate.

La crónica, independientemente del tema en cuestión,

además de ser sencilla y de expresarse con claridad en cuanto a su

forma, busca educar, entretener, ilustrar, y documentar a sus

interlocutores, ayudarles a reflexionar sin imponer su punto de

vista.

En esta obra que el lector tiene en sus manos se muestra un

abanico bondadoso de temas sugerentes, por medio de los cuales

miembros del Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de

México buscan establecer un diálogo con el lector acerca de una

variedad de temas de interés general.

Desde Juan Francisco Sahagún de Arévalo si tomamos

como referencia al primer cronista de la Nueva España, una

pléyade de cronistas han documentado nuestra existencia, pasando

por Bernardino de Sahagún y Hernando Alvarado Tezozomoc

entre otros de los más remotos. Mucho más recientes, los más

conocidos son Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio Manuel

Altamirano, Micrós y el Zarco. Ya en el siglo XX Artemio de

Valle Arizpe, Luis González Obregón, Salvador Novo, Guillermo

Tovar y de Teresa, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska,

Fernando Benítez, José Emilio Pacheco, Vicente Leñero y muchos

más.

En este contexto es imposible omitir que por fortuna existen

cientos de cronistas en todo el país –como los que hoy suscriben

este libro- que diariamente, pie a tierra, están registrando y

11


certificando sus comunidades, sus fiestas patronales, sus héroes

anónimos, sus tragedias y festividades, en una palabra, toda la

vida, para que lo trascendente y aún lo efímero perdure y pase a

formar parte de la historia y la memoria colectiva de nuestro

pueblo.

Jaime A. Valverde Arciniega

Presidente del Cabildo Nacional de la Crónica

de la Ciudad de México

12


SEMBLANZA DEL MÉDICO

NICOLÁS CEDILLO

José A. Carbajal Cortés


José A. Carbajal Cortés

Egresado de la ENBA. Profesional Asociado de la Información en

Biblioteconomía. Archivista. Cronista. Investigador del patrimonio

documental y cultural de Azcapotzalco. Colaborador del Consejo

de Cronistas de Azcapotzalco y a partir de 2018 integrante del

Consejo de la Crónica de Azcapotzalco. Exmiembro de la

Sociedad de la Academia Mexicana de la Historia. Miembro actual

del Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de México.

Difusor cultural de Azcapotzalco en bibliotecas, autoridades y

grupos culturales. Cronista del barrio de Nextengo y de la alcaldía

de Azcapotzalco, asimismo estudioso de temas relacionados con

Azcapotzalco y de la sociología de la Ciudad de México.


Semblanza del médico Nicolás Cedillo

Los temas y los personajes no se agotan en el ir y venir en nuestra

ciudad, tal es el caso de una hombre ejemplar: el Dr. Nicolás

Cedillo, esperando rememorar un personaje de nuestro

Azcapotzalco, cuya vida transcurrió en su gran parte en el barrio

de Nextengo y San Lucas, que, en su pasos como activa hormiga

vale decir, le llevaron por los diversos lugares de todo el territorio

del hormiguero y, aún, en ese andar incansable, en muchos

espacios de la ciudad antes de la llegada del asfalto que cubriera el

verde diáfano de lo fue en otro tiempo esta ciudad, siendo de las

historias que pertenecen al colectivo testimonial, que se

comparten, se unifican y se atesoran. Los recuerdos, se dice,

siguen vivos en las remembranzas, en el escrito de un libro, en una

plática, de un conocido a otro, de colega a colega, de vecino a

vecino, así es como nos llega esta ejemplar historia.

El doctor Nicolás Manuel Cedillo Soriano nació en un mes

de diciembre de 1899 o de 1900 según versiones de vecinos y

conocidos, en los albores del naciente siglo XX, en la calle del

Antiguo camino de Nextenco, actual Nextengo en la municipalidad

de Azcapotzalco, que después se convirtió en delegación y ahora

en alcaldía. Vivió su niñez, su juventud, su vida adulta, casi por

completo en este lugar. Observó los caminos y cambios de aquel

Azcapotzalco: de campos llenos de alfalfares, establos, terrenos

donde se sembraba maíz y alfalfa, árboles de pinos, de olivos,

caminos de terracería, conviviendo con las familias que se

saludaban día a día con aquellas costumbres de antaño. Conoció y

seguramente abordó aquellos tranvías -desde los de mulitas hasta

el de energía eléctrica, donde la ilusión viajaba en tranvía- que

circulaban, tanto de pasajeros como de remolque, por la avenida

Azcapotzalco y por todos los alrededores de entonces.

Su inquietud en el deporte del béisbol empezó en un mayo

de 1911 con la compañía de su amigo Artemio Rivera, iniciando la

carrera de pelotero en el béisbol de aficionados. Fundó junto con

Vicente Postigo, Felipe Ramírez, Javier Escalona y otros, la Liga

Centenario, con la posición de short stop; para 1915 siguió

peloteando con el equipo Medicina y ya en el año de 1919 este

club alcanza cierta fama en el juego del diamante. En la década de

15


José A. Carbajal Cortés

los veintes realiza sus estudios de medicina en el Estado de

Coahuila, graduándose de médico-cirujano para después retornar a

su lugar de origen, a la tierra de las hormigas, Azcapotzalco. Para

el año de 1925 vuelve al béisbol y alinea con aquel legendario

equipo de los Corsarios del que también fue de los fundadores,

actuando más tarde en el bat con el Ocotlán y con el Eureka. El

Dr. Cedillo seguía cosechando glorias al bateo, ya que con el

Eureka vencen al campeón de entonces, el Comintra, por score 15-

14, sobresaliendo el Dr. Cedillo a la batea de 5-5, en el Campo de

la Naranja (atrás de lo que era la Refinería 18 de marzo, actual

Parque Bicentenario). En el Parque de la Rosita en Azcapotzalco

siguió cosechando éxitos hasta 1942 con los Chintololos de

Azcapotzalco, en la Liga Metropolitana. También anotó en el

famoso Parque Delta (hoy desaparecido) y otros diversos espacios

hasta el año de 1965, unido a los diamantes en constante acción

(Tlacuilo. Boletín de la Coordinación de Bibliotecas, 2004). Así, a

la par del espíritu de servicio médico, también tenía ese otro

espíritu: el deportivo, ya que era un consumado beisbolista

aficionado, apasionado del juego de pelota, cercano al diamante, a

la afición, por espacio de aproximadamente 55 años, más de medio

siglo recorriendo y jugando en diversas campos de beisbol a lo

largo y ancho de Azcapotzalco y del Distrito Federal, con su

todavía región más transparente, más azul diamantino, más verde

lozano, sin la contaminación y pérdida de capa de ozono de hoy

día…

Los grandes amores del Dr. Cedillo en la vida eran, por

tanto: el béisbol, la medicina y su familia que el cielo le había

otorgado al lado de su esposa María Elena Bernarda Cisneros de

Cedillo con sus seis hijos, transcurriendo en Azcapotzalco una

vida llena de anécdotas, sinsabores, satisfacciones y glorias.

La doctora Yolanda Pareyón Moreno, colega de profesión y

cronista, dedicó su pluma a un escrito de aquel Azcapotzalco: Por

donde pasaron las hormigas, que rememora varios testimonios de

esta tierra y nos escribe sobre el Dr. Cedillo:

Sobre la avenida Azcapotzalco esquina con la [calle] de la

Rosa, estaba el consultorio del Dr. Cedillo. Desde muy temprano,

16


Semblanza del médico Nicolás Cedillo

sentados en las escaleras, estaba la gente esperándolo. Ayudaba a

los pobres del rumbo y de otros lados. No explotó a sus pacientes

y logró un mejor local trasladándose cerca de la delegación, a un

edificio tipo morisco. Todos lo recordamos con cariño y respeto

(Pareyón, 1990).

Se le conocía al Dr. Nicolás Cedillo, como “El médico de

los pobres”, nos dicen las consejas -comenta la cronista y poeta

Mtra. María Elena Solórzano Carbajal en Junto al agua: San

Lucas Atenco -, altruista y de gran valor, seguramente ejercido

desde aquel juramento del Galeno Hipócrates que hiciera, y que lo

llevaría por siempre con el espíritu de servicio y vocación,

juramento dicho y hecho en lo más hondo de las fibras de su ser,

ya que no se negaba a ver a los enfermos en la noche o madrugada

en visitas domiciliarias; se dice que no cobraba consulta a los

pobres del rumbo y en ocasiones les regalaba la medicina. Laboró

asimismo en el Hospital General del D. F., siendo adjunto del Dr.

E. Azcárate y del Dr. Castillo.

En un 14 de diciembre de 1966, este incansable médico y

beisbolista de gran mérito deportivo en el beisbol de aficionados,

con la inconmensurable y gran marca de 55 años en los diamantes,

es llamado al campo del azul cielo diamantino, a la sala blanca,

después de una gran labor…

El 21 de mayo de 1967, un conjunto de aficionados

chintololos y petroleros se reunirían en el Parque Ing. Salvador

Benavides en la colonia Petrolera, conocido como el Parque de la

Petrolera, para rendirle homenaje al beisbolista, amigo y doctor,

develando una placa en su honor y ofreciendo ese día un juego

entre los equipos de los Chintololos de Azcapotzalco y los

Petroleros, dedicado al hombre, al amigo al que admiraron y

estimaron.

De forma breve, al hablar de doctores también recordar a un

médico y además escritor, literato y cronista: el Dr. José A. de

Labra, michoacano que tenía su consultorio en la Av. Camarones,

en el barrio de Sta. María Malinalco, cercano al barrio de San

Lucas y de Nextengo, quien perteneció a la Sociedad Médica de

Azcapotzalco, presidente e integrante del Grupo Cultural

17


José A. Carbajal Cortés

Tepanecah, así como de diversos organismos e instituciones y

quien publicó escritos sobre temas de medicina, novela y crónica;

también fue promotor de la cultura en Azcapotzalco.

Las letras, la crónica, la medicina y el deporte de

aficionados se honran con los nombres de estos médicos.

Seguramente en nuestro Azcapotzalco hay más galenos que, sin

fronteras de su profesión, están dedicados a su labor altruista

médica y a otras actividades loables en sus vidas particulares,

además de su dedicada profesión.

Sea este un breve pero gran homenaje a la labor médica y

deportiva del Dr. Nicolás Cedillo Soriano. Su legado, su nombre

continua en el camino de las hormigas ya que, conocido

originalmente como el Hospital Regional del Rosario, a partir de

1971 esta institución médica se renombró orgullosamente Hospital

Regional del Departamento del Distrito Federal Dr. Nicolás M.

Cedillo y actualmente ostenta el nombre de Hospital Materno

Infantil Dr. Nicolás M. Cedillo Soriano en honor merecido al Dr.

Nicolás Cedillo que entregara su vocación y servicio a la

población de Azcapotzalco.

Fuentes

Coordinación de Bibliotecas Públicas de la Delegación

Azcapotzalco. (2004). “El Dr. Nicolás Cedillo”. Tlacuilo.

Boletín de la Coordinación de Bibliotecas Públicas de la

Delegación Azcapotzalco, (6-7), 15-17.

Pareyón Moreno, Yolanda. (1990). Por donde pasaron las

hormigas. México: Edición del autor.

Solórzano Carbajal, María Eelena. (2018). Junto al agua: San

Lucas Atenco. México: Delegación Azcapotzalco.

18


LA PERSONA QUE MÁS ADMIRO

Hugo Arturo Cardoso Vargas


Hugo Arturo Cardoso Vargas

Licenciado en Sociología y maestro en Ciencias de la Educación.

Integrante de los seminarios: Arquitectura y vida cotidiana en la

CDMX y Medición del significado a través del análisis de

contenido. Coordinador del Seminario Permanente de Estudios de

la Fiesta en México. Coordinador de los libros: El legado de los

clásicos: naturaleza, objeto y método de la Sociología (2006). La

Fiesta en México, una mirada interdisciplinaria (2011). El

análisis de contenido técnico y desarrollo metodológico (2010).

Las aplicaciones multidisciplinarias del análisis de contenido

(2012). En coautoría con Francisco Morales Silva, Las categorías

del análisis sociológico I (2009) y II (2011). Dos textos sobre la

historieta publicados por la FES Acatlán. Colaborador en varios

libros colectivos y revistas impresas y electrónicas en diversas

líneas de investigación.


La persona que más admiro

La persona que describo aquí no es el personaje del barrio; porque

no nació ni creció en ningún barrio. No es el personaje de la

colonia, aunque vivió algún tiempo en la tristemente célebre

colonia Pantitlán. Tampoco es el personaje del pueblo porque,

aunque nació en un pueblo no pertenece a la actual Ciudad de

México. Menos aún el personaje de la unidad habitacional en

donde yo vivo desde hace más de 15 años. Pero es una persona

que, poco a poco, a través de los años cada vez más admiré,

respeté y me sigue llenando de orgullo.

La historia de su vida empieza en un pueblo perdido en las

estibaciones del llamado Nevado de Toluca; apenas lejano 30

kilómetros de sus raíces familiares. Un pueblo pequeño y aunque

tuvo su importancia en otro tiempo hoy enfrenta problemas que ni

siquiera figuraban en el peor escenario imaginado por sus

habitantes. Nació en el mismo hogar que dos de sus hermanos;

pero como murió su madre cuando llegaba a los tres años regresó a

donde sus raíces lo llamaban. Por cierto, en ese pueblo todos sus

habitantes originarios eran de piel blanca, con ojos claros (azules o

verdes) y un atributo muy poco cercano al español tradicional. Así,

era una población que contrastaba demasiado con los habitantes de

los pueblos cercanos donde aunque existan algunos grupos de

gentes blancas, no predominan.

Según sus propias palabras, desde muy pequeño fue tan

travieso que su padre angustiado y, tal vez, con gran dolor en su

corazón lo envío a la casa de otro matrimonio con la intención de

que se corrigiera.

Así, su infancia fuera del hogar paterno no fue como la de

cualquier niño que se cría en el campo y que disfruta de correr por

la tierra húmeda -en tiempo de lluvia- o terregosa -cuando era el

tiempo seco. Tampoco se conformaba con cazar aves pequeñas,

aunque sin llegar a comerlas previa cocción; no se escapaban de

bromas y travesuras sus amiguitos -porque a pesar de todo tenía

algunos amiguitos. Hasta en su propio cuerpo quedaron marcas de

esas travesuras como la lesión en su pie izquierdo que se provocó

al manejar mal (no lo cuenta así) su improvisado arco y flecha con

que cazaba.

21


Hugo Arturo Cardoso Vargas

Con la madre ya muerta y padre fallecido al poco tiempo,

los hermanos se enfrenaron a un futuro incierto y para no extender

el drama debo decir que la hermana menor se fue a vivir con una

familia en un pueblo vecino, otro hermano menor se quedó

“adoptado” por una de sus tías, otra hermana mayor regresó a una

ranchería cercana a dónde había nacido nuestro personaje. Los

demás como ya eran un poco más grandes de edad se colocaron en

otros lugares como aprendices o trabajadores.

Ante este escenario de diáspora familiar nuestro personaje

abandonó el hogar de los padres sustitutos; por desgracia siempre

se arrepintió de esta decisión que afectó toda su vida futura.

También fue invitado a abandonar la escuela primaria, después de

haber cursado ¡seis meses! Sólo seis meses de educación formal

recibió (esto entre comillas) nuestro personaje. La razón fue obvia:

la maestra no soportó sus travesuras; aunque eran de un niño, no

dejaban de generar violencia y hasta rechazo hacia nuestro

personaje, así que la docente no tuvo más opción, por la presión

que ejercieron los otros padres de familia, de expulsar a un

pequeño de seis años, huérfano de madre y padre, sin más familia

que lo aceptara en su seno. Así empezó una carrera de tiempo

completo en ir y venir de un lugar a otro, de un hogar a otro,

siempre invitado a abandonarlo cuando se desataba la euforia de

travesuras sobre los integrantes de la familia o sus vecinos. En

algunos de esos lugares ingresaba como trabajador -siempre fue

muy trabajador y productivo, debo confesarlo.

En uno de sus tantos “hogares” llegó a la casa de quien

llamara “el patrón”; nunca mencionó su nombre, pero no importa

en esta crónica. Ahí vivió una de las experiencias más fuertes y

estremecedoras a las que se puede enfrentar un adolescente: el

patrón pidió a los trabajadores que se quedaran a cuidar la cosecha

que no pudo llevarse a la troje porque el vehículo estaba

descompuesto y era necesario evitar el robo (porque ya existía el

robo en despoblado).

Ninguno de los trabajadores más grandes quisieron

quedarse alegando que debían estar en el hogar con sus hijos o

cónyuges y se fueron eliminando poco a poco todos los

22


La persona que más admiro

trabajadores y como sólo quedó nuestro personaje, el patrón no

tuvo más remedio que asignarle esta labor y le proporcionó su

“rancho” para paliar el hambre y una vieja carabina para combatir

o alejar a los amigos del maíz ajeno. Nuestro pequeño héroe se

encaramó encima de las mazorcas y con sus manos hizo un espacio

para colocarse a vigilar y, al mismo tiempo, no ser visto por los

merodeadores.

Por la presión, el susto o hasta el gusto se olvidó de llevarse

el rancho y el arma a ese sitio. Con la noche le llegó el sueño que

interrumpió un largo rugido porque un enorme tigre se acercó al

lugar donde estaba; el pequeño despertó y el miedo debió ser

tremendo al imaginarse devorado por esa fiera. El fin de este

capítulo de la historia fue que al tigre le atacó un alacrán que lo

mató y al amanecer los trabajadores y el patrón no dieron crédito a

sus ojos: creían que el menor había matado a la bestia. Esto elevó

la autoestima de nuestro personaje y la envidia entre los

trabajadores porque el patrón empezó a darle un trato preferencial

entre sus compañeros y ahí empezó otra historia que no fue tan

afortunada ni memorable para nuestro personaje. Muchos años

después gracias a su “sólida formación académica” ganó un

concurso convocado por el periódico El Universal, un cuento corto

titulado “El león(sic), el alacrán y yo” donde recuperaba esa

experiencia.

La vida de nuestro personaje siguió en medio de

deserciones familiares, ir de trabajo en trabajo, sin olvidar su tono

travieso y bromista que -seguro- eran de un tono más fuerte,

incluso agresivo para sus víctimas o compañeros de aventuras

como prefería llamarlos. Pero sus ojos -que de un tono azul

dominante de repente se transformaban en un verde relajantequerían

ver el mundo y así decidió abandonar el pueblo.

Recuerda que en un camión de redilas, de los que traían

mercancía a la Merced o al Mercado de Jamaica, después de cargar

los productos, que no recuerda si eran maíz o algún otro, llegó a la

Ciudad de México, después de cumplir su adiestramiento militar

con motivo de la Segunda Guerra Mundial entre sus coterráneos.

23


Hugo Arturo Cardoso Vargas

Sin duda el frío debió ser tremendo, insoportable al cruzar

Toluca, que apenas merecía el nombre de villa, con sus bajas, muy

bajas temperaturas, especialmente si se está acostumbrado al clima

de 1500 metros menos de altitud. Pero ni el frío ni los peligros de

una carretera, digo, de un camino de terracería expuesta a ser

testigo mudo de los atracos a camiones y demás medios de

transporte doblegaron su decisión. El chofer ni se acordaba de su

carga humana y manejaba como debe de manejarse en un camino

lleno de hoyos, zanjas, oquedades y demás accidentes geológicos

inevitables.

Casi muerto de frío, cansado, con hambre, aporreado por el

viaje y además magullado entre la mercancía que transportaba la

unidad que lo trajo desde su lugar de origen -a sólo 100 kilómetros

de la Ciudad de México- llegó nuestro personaje sin saber a dónde

llegar; con quién acercarse; a quién recurrir para satisfacer sus

necesidades más urgentes. Porque si vivían familiares y vecinos

era seguro que no le abrirían las puertas de su hogar, por muy

modesto que fuera: su fama de tremendo bromista le precedía.

Así que solo, sin amigos, sin parientes, sin dinero, sin lugar

donde llegar empezó a caminar desde el Mercado de Jamaica,

como a las tres de la mañana -el reloj de pulsera o tipo

ferrocarrilero era un verdadero lujo para él- hacia el centro de la

ciudad: el viejo centro de la Ciudad de México.

Su primer ingreso se debió al trabajo en un puesto de jugos

que se encontraba (hasta hace muy poco) en la esquina de Luis

Moya y Arcos de Belém. Una vez colocado en una habitación

ubicada en la Calle de Luis Moya logró ingresar a una tintorería de

la misma calle y por el destino, el plan divino o a un complot del

Cosmos en ese lugar conoció a otra persona que no puedo dejar de

admirar y que fue, por algún tiempo, importante en su vida.

Con esa dama de piel más bien obscura que su padre

presumía como “mi Luz negra” se ligó sentimentalmente y ya

como matrimonio se trasladaron a la colonia La Joya, por allá muy

cerca de la siempre famosa Bondojito. Pero no duraron mucho

tiempo en ese lugar porque nuestro personaje consiguió un trabajo

como conserje en un edificio de la Calle Palma y ahí se trasladó la

24


La persona que más admiro

pareja con sus dos hijos (una niña y un niño recién nacido; la

primera hija desafortunadamente falleció muy pequeña).

Fue tal su fortuna que en menos de seis meses consiguió

otro trabajo, ahora en una empresa financiera -que ocupaba los dos

primeros pisos y el sótano de un edificio inconfundible por su

fachada- ubicada a menos de dos calles de Palma sobre la bella

avenida Madero; muchos años después cambió de sede y sólo

cruzó la calle porque estaba enfrente y junto al Templo de la

Profesa (en realidad el Oratorio de San Felipe Neri).

En Palma su trabajo consistía en abrir el edificio a las 8:00

y a las 8:30 empezar a dar el servicio de elevador hasta las 14:30

horas, y en la financiera su horario era -no recuerdo bien- pero

entraba a las 16:00 y salía a las 0:00 horas unos días y otros

entraba a las 12:00 y salía a las 8:00 horas. Esto hacía muy

compatible sus dos actividades; porque su pareja le ayudaba -como

casi siempre sucede- en algunas actividades propias del conserje.

Durante la jornada, que interrumpía para almorzar o hacer

alguna otra actividad que se requería para el mantenimiento del

edificio, generalmente uno de sus hijos le sustituía en el control de

subir y bajar pasajeros, casi siempre elegantes abogados muy

propios; en otros, clientes de esos despachos legales más bien

angustiados o acelerados; también se colaban al elevador clientes

de un par de talleres de piezas dentales. Toda esta caravana era, de

repente, interrumpida por algún mensajero que con bultos

voluminosos o pequeños preguntaba por tal o cual persona o la

ubicación de su despacho (a pesar de un enorme directorio que

cubría la superficie de la pared izquierda del acceso al edificio).

A los que frecuentemente usaban el elevador, poseedores de

los despachos, secretarias, empleados de distintas categorías,

nuestro personaje les conocía, a fuerza de verlos diariamente no

uno ni dos sino varias veces al día. Algunos jóvenes jugaban a

subir por el elevador y bajar por las escaleras y hacerlo como

deporte (mejor era subir las escaleras y bajar por el elevador).

El Edificio Mon (casi se me escapa el nombre) tiene dos

etapas históricas. La primera cuando era único dueño un español y

la administradora era una señora fuerte, enérgica y hasta autoritaria

25


Hugo Arturo Cardoso Vargas

y que mantuvo el control, limpieza y buena imagen del edificio;

pero como el español lo vendió y pasó al régimen de condominio

se fue al traste todo, porque todos se creían dueños y en realidad lo

eran, pero sólo de una parte del edificio: sus despachos y nada de

las áreas comunes. Pero como había mucho abogado ya se

imaginarán el lío constante hasta que los abogados fueron

desplazados por joyeros (que hacen, labran o tallan joyas y no

“joyos”).

Así que a nadie de los usuarios (debería decir pasajeros) del

elevador le extrañaban ver a don “Eze” con su libro leyendo y al

siguiente viaje verlo escribir en una posición bastante incomoda e

incorrecta (que le provocó muchos años después un problema

muscular de cierta importancia), porque ya fuera sentado sobre un

banco metálico o de pie sostenía el libro en su mano derecha y con

la izquierda controlaba los distintos botones para mover el gran

“bote”. Claro, cuando escribía -porque escribía, vaya que si

escribía- la mano izquierda sostenía su libreta -invariablemente- de

forma francesa y con la derecha escribía. Debo recordar que su

paso por la escuela duró muy poco tiempo: ¡seis meses!

Cuándo, por qué, por quién, con quién aprendió a leer y

escribir no lo sé y nunca me había hecho esas preguntas y obvio no

podría responderlas yo. Así, sin ningún esfuerzo puedo cerrar mis

ojos y verlo en ese viejo elevador, según la historia no escrita del

edificio destinado, inicialmente, para hotel -hasta tinas de baño

tenía- ese elevador fue de los cinco primeros que se instalaron en

la Ciudad de México. Siempre leyendo o escribiendo; escribiendo

o leyendo. Pero esta rutina de leer y escribir no terminaba en el

elevador del edificio, porque después de concluir su labor de

limpieza de las oficinas de la financiera, ¡ya se imaginan!, volvía a

la lectura y a la escritura. Incluso recuerdo que elaboró un dibujo

de un personaje muy conocido en esa época a base de

mecanografiarlo y el tamaño no era carta u oficio; era medio

pliego de cartulina y todo en los distintos tonos que correspondían

al negro de la cinta y, claro, la máquina era de carro muy grande.

Muchas fueron las experiencias; desazones y tristezas de

nuestro personaje en ese edificio; edificio que conocía desde el

26


La persona que más admiro

sistema de drenaje, en medio de las aguas cenagosas del ex lago de

Texcoco que siguen ahí hasta la tapa de los tinacos colocados en la

azotea; sin olvidar el cubo del elevador y el cuarto de máquinas.

Las dos que más recordaba fueron el sismo del 19 de septiembre

de 1985 y la muerte de su pareja sentimental y perdón, pero era

una señora fea en lo físico y en lo espiritual que alejó a sus hijos y

en general, a toda la familia.

Por qué admiro a este personaje; esa es una buena pregunta

y para responder necesitaría mucho espacio para detallar las

razones. Recuerdo sus dos viajes a Estados Unidos; no muy lejos,

a Corpus Christi y Houston; su apasionada afición a los deportes,

en especial a la natación, pues cruzaba medio Distrito Federal para

ir al Elba y otros balnearios en el oriente de la ciudad.

Pero ¡Cómo no admirar a un hombre que aprendió a leer y

escribir sin haber asistido a la escuela! ¡Cómo no hacerlo si tomó

cursos de capacitación tanto en una célebre empresa

norteamericana hasta en una “escuela” de Argentina en varios

temas como Administración y Periodismo! ¡Cómo olvidar que

logró imprimir un libro de cuentos: Campés, incluido el cuento

con que ganó el concurso de la empresa periodística! ¡Cómo no

admirar a quien sin formación escolar lo mismo escribió guiones

cinematográficos, poesía, cuentos y varias novelas ¡Por qué no

admirar su entereza cuando empezó a practicar la arquería y llegó

a construir con sus propias manos no sólo los contrapesos sino

hasta las cuerdas que empleaba en su arco! ¡Cómo olvidar que

logró diseñar sus trajes de charro, con todo y sombrero, con

botonaduras y todo engalanado! ¡Cómo olvidar que sin haber

tomado cursos de canto; no solo cantó, sino que fue director de un

grupo coral formado por personas de la tercera edad y que se

reunían bajo los viejos ahuehuetes de Chapultepec! ¡Cómo no

admirar y nunca olvidar a una persona así!

¡Porque… ese personaje era mi padre: Ezequiel Cardoso

López!

27


Hugo Arturo Cardoso Vargas

El Maestro Hugo Arturo Chávez y su padre, don Ezequiel Cardoso López

Vargas.

(Acervo fotográfico del autor)

28


DON ALEJANDRO GALINDO

CRONISTA CINEMATOGRÁFICO DE

LA VIDA COTIDIANA

Ana María Castro Velasco


Ana María Castro Velasco

Egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación., con

diplomados en Historia Colonial y en Preservación Patrimonial.

Integrante del Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de

México como cronista del patrimonio histórico coyoacanense.

Vocal de la Asociación de Amigos Protectores del Panteón Civil

Dolores. Coautora de la monografía Coyoacán Tradicional y

Cosmopolita. (2000, 2019). Autora de Espiral de lo imaginario

(crónicas de Semana Santa y Día de la Candelaria en Coyoacán).

Autora de reportajes, artículos y ensayos publicados en revistas y

en libros de crónica, editados por la Asociación de Cronistas del

Distrito Federal. Ponente en diversos coloquios y congresos de

crónica. Actualmente Coordinadora del Centro de Investigación y

Documentación Histórica de Coyoacán, de donde es cofundadora.


Don Alejandro Galindo. Cronista cinematográfico de la vida cotidiana

De momento no logramos identificar al personaje que nos

preguntó, jovial y decidido, si podía sentarse con nosotras a la

mesa del atiborrado café de la librería “El Parnaso” en donde,

perdidas entre una gran multitud, aguardábamos -por lo menos

desde tres horas antes de que iniciara el evento- a que Mario

Benedetti llegara a platicarnos sobre su Primavera con una

esquina rota. Por supuesto que aceptamos compartir con él nuestro

privilegiado espacio.

De repente, en el fragor de la espera todo se transformó

aquella soleada tarde coyoacanense de hace más de tres décadas en

que la mesa que compartía con Elvira, una de mis más entrañables

amigas universitarias, se volvió fortuitamente el centro de

atracción: jóvenes que nerviosos algo le inquirían a nuestro

protagonista, personas con aire intelectual que afectuosas

palmeaban su espalda, opiniones, sugerencias, carcajadas que

revoloteaban entre las mesas ante nuestros sorprendidos ojos.

Aquella vorágine terminó cuando se anunció la llegada del

escritor uruguayo y nuestro huésped temporal, un hombre de edad

avanzada, vestido con un saco y una boina café a cuadros guardó

de inmediato respetuoso silencio, como recordándonos que aquella

tarde era el escritor sudamericano el personaje a admirar, no él.

Más tarde nos enteramos: el afable y sencillo hombre que se

había sentado junto a nosotras -obligado por la falta de lugares

disponibles- era ni más ni menos que el único cineasta mexicano a

quien –de acuerdo a la opinión del especialista en el tema, Jorge

Ayala Blanco- podría considerarse como “neorrealista”: Alejandro

Galindo.

El evento se desarrolló en medio de pinceladas jocosas,

literarias, políticas y, sobre todo, de extrema afabilidad, en la que

ninguno de los integrantes de la pléyade del mundo intelectual y,

principalmente, de los amezclillados estudiantes, que ese día y en

ese momento ahí nos reunimos, no queríamos que llegase a su fin.

Era una tarde de ensueño. Ambos personajes en la cumbre de su

oficio y mi amiga y yo, idealistas, esperanzadas, agradecidas.

Espectadoras de un mágico momento.

31


Ana María Castro Velasco

Don Alejandro Galindo, con su inseparable boina y su eterno

cigarrillo. (Acervo fotográfico de la autora)

Transcurrió un tiempo relativamente largo desde aquella

ocasión en que mi amiga y yo fuimos testigos del encuentro de

dos espíritus afines, en el que Benedetti habría de estrechar con

gran calidez y deferencia, la mano de quien se definiría como uno

de sus más profundos admiradores: don Alex, cronista

cinematográfico del ámbito urbano de nuestro país e iniciador de

una nueva era del séptimo arte, cuando éste -nuestro cine- inició su

éxodo en los años cincuenta de los bucólicos paisajes campiranos

y vernáculos, hacia los convulsos días y noches del desasosiego

bajo social o clasemediero capitalino, en una especie de exilio auto

infligido

Algunos años después, lo fortuito del destino encaminó

nuevamente mis pasos a Coyoacán en busca de trabajo para

costear mis estudios; un golpe de buena suerte me ayudó a ingresar

al área cultural de la demarcación.

En ese tiempo tuve la oportunidad de volverme a acercar al

cineasta, ya de edad avanzada, como su alumna al inscribirme en

el taller de apreciación cinematográfica que impartía en la casa de

cultura Jesús Reyes Heroles, en el añoso barrio de Santa Catarina.

En cada ocasión, no dejaba de maravillarme su don de

gente, su picardía, su bondad, el pródigo afecto con el que

32


Don Alejandro Galindo. Cronista cinematográfico de la vida cotidiana

compartía sus conocimientos cinematográficos y la experiencia

que adquirió a lo largo de su fructífera vida pero me asombraba,

también, la energía con que nos llamaba la atención o la

mordacidad con que criticaba a algunos personajes de su ámbito

profesional. Ese crisol fue el abrevadero en el que saciamos

nosotros, sus discípulos, nuestra sed de cinéfilos en ciernes.

La vida pronto me envolvió en nuevos intereses y

obligaciones y dejé de asistir a su taller; al poco tiempo el maestro,

ya quebrantado por los años y por una insuficiencia respiratoriopulmonar

crónica dejó de dar clases.

Los estudios universitarios habían quedado atrás, mis

ímpetus “revolucionarios”, también, lo que aún permanecía en mí

era el acendrado gusto por las bohemias intelectuales (tan típicas a

esa edad y en esos tiempos) y una mañana, madre ya de mi único

hijo, volví a entrecruzar mis pasos con don Alejandro: el “impacto

fue demoledor”, como le diría el canta autor argentino Alberto

Cortés (el amigo que acaba de partir) a su entrañable Mariana:

apenas pude reconocer en aquel mínimo viejecito, postrado en silla

de ruedas y acompañado por su eterna enfermera y su cálida

esposa, la actriz y maestra de teatro Mariella Flores, al

emblemático cineasta nacional.

Aquel 11 de febrero de 1997 las autoridades delegacionales

rendían homenaje en vida al director fílmico, inaugurando en el

mismo centro cultural en donde prodigó a caudales sus

conocimientos, una biblioteca con su nombre. don Alex acusaba ya

una marcada sordera y sus manos, manchadas por el tiempo

implacable, no dejaban de temblar, sin embargo en sus ojos

brillaba esa luz especial que le acompañaría hasta el último de sus

días, y en su boca reinaba la sonrisa -entre pícara y mordaz- que

solía confundir a su interlocutor, al tiempo que pedía a las

edecanes delegacionales y a cuanta mujer se le acercaba a

saludarlo que besaran su mejilla… ¡genio y figura!

33


Ana María Castro Velasco

Don Alex, entrañable vecino coyoacanense. (imagen utilizada para la

invitación al homenaje que le rindió Coyoacán en 1997.

(Acervo fotográfico de la autora)

Las salutaciones, las oratorias gubernamentales, los

testimonios apologéticos de las personas que lo conocían de

tiempo atrás, las remembranzas, en fin, hacía mucho tiempo que

habían dejado de sorprenderlo… en ese momento era un anciano

de 91 años de edad al que la vida le había pasado factura.

Tal vez ni siquiera supiera qué estaba haciendo ahí, ni por

qué ni para qué, ni sospecharía que la biblioteca con la que en ese

día se honraba a su trayectoria y a su persona, tendría una muy

corta vida en ese barrio de casonas históricas y preclaras en donde

abundaban atiborrados acervos bibliográficos personales, por lo

que hubo que reubicarla a otra colonia con menos pretensiones

sociales: el pedregal de Santa Úrsula, en la zona de los pedregales

“pobres”… el otro Coyoacán.

Tan disminuido lo re encontré que supuse que aquel día en

su memoria apenas se perfilarían con dificultad algunos de los

momentos cumbres de su producción cinematográfica; las actrices

y actores que se volvieron como parte de su familia -verbigracia:

David Silva, protagonista insustituible en gran parte de su

filmografía.

34


Don Alejandro Galindo. Cronista cinematográfico de la vida cotidiana

De igual manera, los títulos de sus libros como: Carta

abierta de un director de cine al futuro presidente de México; Una

radiografía histórica del Cine mexicano; El cine, genocidio

espiritual; Qué es el cine; Verdad y mentira del Cine mexicano y

El Cine mexicano, un personal punto de vista, probablemente poco

le remitieran a aquellos días, noches y amaneceres en que su

pluma se deslizaba veloz sobre el papel en un inconmensurable

afán por transmitir sus puntos de vista y sus experiencias acerca

del séptimo arte.

El maestro Galindo recibiendo el Ariel de oro, por su invaluable aportación

al cine nacional.

(Acervo hemerográfico del Centro de Investigación y Documentación

Histórica y Cultural de Coyoacan)

35


Ana María Castro Velasco

Perfeccionista como era,

realizando modificaciones al

libreto de la cinta en turno.

(Acervo hemerográfico del

Centro de Investigación y

Documentación Histórica y

Cultural de Coyoacan).

Y qué decir de los galardones y distinciones que recibió a lo

largo de su existencia como el nombramiento, en 1992, de la sala

cinco de la Cineteca Nacional; el Ariel de Oro, de la Academia

Nacional de Ciencias y Artes Cinematográficas, por su labor en

pro de la cinematografía nacional y la medalla Salvador Toscano

al Mérito Cinematográfico en 1997. Por cierto en aquella ocasión,

con los últimos arrestos que le quedaban gritó al mundo del

celuloide: “¡Quiero volver a filmar”! aún a sabiendas de que el

“¡Nunca más!” que solía graznar El Cuervo, de Edgar Allan Poe,

por fin lo había alcanzado.

En fin, todos sabemos: don Alejandro fue el gran cronista

de la vida cotidiana de la segunda mitad del siglo XX; aquélla que

se desarrolló en las antaño señoriales casonas de la aristocracia del

porfiriato, convertidas para entonces en vecindades o en humildes

casas de una naciente clase media cuyo reinado terminó con la

llegada del neoliberalismo y su ímpetu globalizador.

Don Alex, asegura el columnista Ricardo Pacheco, “retrató

al mexicano que se echaba el trompo en la San Rafael, Santa María

la Rivera a la menor provocación o sin ella, y que luego pasaba a

36


Don Alejandro Galindo. Cronista cinematográfico de la vida cotidiana

la Coliseo a ver una buena función de box o que después de ir al

Follies refinaba en Los Caldos de Indianilla” 1 . Pocos días después

de ese sencillo pero emotivo homenaje, algún diario capitalino

publicó la noticia de que don Alejandro se encontraba no sólo en

una precaria condición de salud sino económica incluso; ahora era

su pasión por el mundo del celuloide la que le cobraba factura a él,

el gran director, guionista y activista de nuestro cine que

comprometió su propia estabilidad profesional, económica y

familiar, al aportar de su bolsillo el dinero que hacía falta para

concluir la filmación de alguna película, debido a que las

productoras desde siempre suelen trabajar con números rojos.

Ahí estaba, tendido en el lecho de una larga enfermedad que

había mermado los pocos recursos que le quedaban a la familia

Galindo, la cual convocó en 1999 a la exhibición de una de sus

películas cumbres: Una familia de tantas, para recaudar fondos

que ayudaran a paliar los sinsabores que enfrentaban…

La respuesta no fue la que se esperaba, ni se alcanzaron a

recaudar los dineros que se requerían. Esa suele ser una ley de la

vida: ayer, oropel y certidumbre: mañana, ausencias, nostalgias y

olvidos… ¡Si algún día te alabé y me dije tu amigo del alma, ni me

acuerdo!

Dos o tres días después, la noticia no por esperada, menos

temida y desgarradora, se dispersó vorazmente: Héctor Alejandro

Galindo Amezcua falleció el 1 de febrero de 1999, a la edad de 93

años, dejando tras de sí una larga estela de 84 películas filmadas, 6

obras de teatro e igual número de libros, bagaje todo, al que –como

solía decir- le entregó el corazón.

Los recuerdos me hicieron volver a aquella memorable

tarde coyoacanense en que los que estuvimos presentes en aquella

librería y nos sentimos tocados por un hado maravilloso; aquella

ocasión cuando el destino me permitió no solo enterarme por qué a

la primavera benedittiana se le había roto una esquina, sino por

qué don Alejandro era no solo el vecino más abrigado por el afecto

1 Pacheco Colín, Ricardo. (2016, 14 enero). La Crónica, sección

Culturas

37


Ana María Castro Velasco

de los coyoacanenses, sino el cineasta que se asemejó –en palabras

del crítico de cine Jorge Ayala Blanco- “al Vitorio de Sica: vivaz,

tierno, grave, bonachón y sentimental pequeño burgués”.

Sin duda, el maestro fue al cine lo que Salvador “Chava”

Flores, a la picaresca música de la capital posrevolucionaria; el

hombre que transformó al cine de nuestro país, otorgándole un

carácter social y rompiendo con prototipos y convencionalismos

como el de la necesaria pobreza económica en calidad de

instrumento purificador del espíritu o su parangón: la riqueza

como sinónimo inequívoco de la maldad por natura y por

convicción.

El cineasta avecindado durante muchos años en la Colonia

del Carmen, Coyoacán, nos entregó toda una gama de denuncias

sociales, corruptelas y manifestaciones de desintegración social de

la época que le tocó vivir, ya en plena madurez personal y ascenso

profesional.

Nos mostró la sórdida vida que tiene lugar Mientras México

duerme y dibujó un Campeón sin corona como preludio de lo que

hasta el día de hoy sigue siendo una triste y, parece ser,

insuperable certeza: el mexicano y su eterno temor al triunfo;

reflejó las penas, glorias y el rompimiento de los viejos esquemas

sociales de Una familia de tantas; realizó el perfil psicológico de

los Rebeldes sin causa y en Los Fernández de Peralvillo, Galindo

polarizó la franca “gandallez” del arribista social con el intelecto

populachero del “teporocho” del barrio.

Anticipándose a su tiempo, el cineasta regiomontano puso

el dedo en la llaga de una problemática que parece no tener fin

sino recrudecerse ahora con Donald Trump y la cantaleta de su

muro fronterizo e “insalvable”: la de los Espaldas mojadas y la

vida de humillaciones, torturas y abusos que sufren al otro lado del

ensangrentado Río Bravo, por sólo citar algunos ejemplos.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? ¡No lo sé! lo que sí es

para mí una certeza es el hecho de que sentarse a ver cualquier

película de Galindo es sinónimo para la gente mayor, de un

recorrido por las calles y sitios icónicos de la ciudad de México

que se les fue; aquélla de la que solo perviven tristes jirones en su

38


Don Alejandro Galindo. Cronista cinematográfico de la vida cotidiana

memoria y también es una hermosa crónica para los jóvenes, que

gustan de abrevar en su histórico pasado.

Para las nuevas generaciones, cada cinta cinematográfica es

noticia de lugares emblemáticos que no alcanzaron a conocer; de

modas y costumbres que nunca se imaginaron que alguna vez

existieron; de fotogramas en blanco y negro que retrataban

personajes sui generis, plenos de picardía, de dolor, de

desencuentros: de trágicos destinos pero también de luchas y

afanes para no ser absorbidos por el bajo mundo o por un sino

torcido que no tiene por qué ser -obligadamente- cuna y mortaja.

Después de todo, “solo a través de algunas películas

mexicanas, con un poco más impacto emocional que la fotografía,

podemos ver y recordar lugares que se han ido, calles y avenidas

que se han transformado; colonias y barrios que se negaron a

morir, y que fueron captados como eran, en las muchas y variadas

historias de nuestro cine, antes de desaparecer o cambiar”, nos dice

el articulista José Xavier Návar.

En este año de 2019, a dos décadas de la ausencia física del

admirado Alejandro Galindo, es triste comprobar que la gente

muere realmente cuando se le olvida, y el pasado primero de

febrero, no supe de algún acto conmemorativo que honrara su

recuerdo. Acaso no me enteré, pero si lo hubo, mucha difusión no

se le hizo. Sirva este pequeño escrito para rendir homenaje a don

Alex quien con sus cintas inmortalizó al México y, en especial a la

ciudad capital de mediados del siglo xx, empeñando en ello salud

y solvencia económica pero también, invirtiendo experiencia

profesional, denuncias sociales, pinceladas citadinas y un

inconmensurable amor por su país.

Alejandro Galindo, no has muerto, el olvido no te ha

vencido: pervives en tu vasta, profunda y emotiva crónica

cinematográfica.

39


Ana María Castro Velasco

Fuentes

Pacheco Colín, Ricardo. (2016, 14 enero). La Crónica, sección

Culturas.

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HÉROE DEL RESCATISMO

Héctor Castañón Basaldúa


Héctor Castañón Basaldúa

Médico Veterinario Zootecnista, especialista en Educación de

Adultos y Maestro en Desarrollo Rural. Académico en

CONALEP, UPN Hidalgo, UAGro. MVZ, CECyT 15 DAE IPN.

Ha trabajado con grupos indígenas de Chihuahua, Estado de

México, Chiapas, Zacatecas, Guerrero, Oaxaca; recorrido

territorios y comunidades con el fin de conocer las historias y

tradiciones que las personas guardan y transmiten por la forma

prehispánica, la tradición oral. Autor de crónicas e investigaciones

sobre estas tradiciones, educación, experiencias de desarrollo

comunitario, leyendas y cultura.


Héroe del rescatismo

Nace en la ciudad de México un 28 de diciembre de 1934,

familiarmente se celebraba el 28 de noviembre, decía que se

habían equivocado en el Registro Civil, es hijo de Felipe Castañón

Romero y de Elvira González Arellano, él de Oaxaca, Cuicatlán y

ella de Zacatecas. Le pusieron por nombre Felipe Castañón y

González.

Vivió en el Centro Histórico, en las calles de Ecuador y

Allende, sus lugares de primeros juegos y sueños, después su papá

compró un terreno en la Segunda Cerrada de Jaime Nunó, en el

número 7 y 9, registrada familiarmente como el “siete”, allí vivían

dos familias, una Adelina Gasca y la otra de un licenciado, que

tenía un hijo de nombre Federico y una hermana con la que su

mamá convivía mucho. Su papá compró allí un terreno donde se

construye la casa donde vivirían, esta era grande con tres

recámaras, sala, comedor, cocina, recibidor en la entrada y baño,

que aún existen, después su papá construyó siete departamentos,

uno para cada hijo: Altagracia, Guadalupe, Gloria, Eugenia y

Felipe construyeron departamentos bien hechos, le ayudó su

hermano, que era masón. Ese edificio ha resistido varios

temblores.

Felipe contaba que cuando era niño había inundaciones, y

con otros amigos, entre ellos Agustín ayudaban a pasar a la gente

cargándolas en su espalda hasta las calles que estuvieran secas, por

supuesto que les pagaban una propina por hacerlo, cerca de la calle

de Reforma.

También tenía su palomilla (amigos) con los que se reunían

a jugar y echar relajo. De adolescentes buscaban tener novias y el

asunto era que los invitaran a ser chambelanes de las quinceañeras

o a las fiestas, ya de perdida -en ese tiempo era un gusto para los

jóvenes participar como chambelanes de las chicas del barrio, pues

les compraban zapatos, traje, corbata, camisa y los ensayos que

incluían ver a las chicas, bailar con ellas y disfrutar mucho esos

momentos, previos a la misa y fiesta de quinceañera.

Cuando tenían alguna dificultad con otro galán de otras

calles o colonias “brincaban”, es decir salían a defender la calle o a

la novia o chica que alguno pretendía, y se armaban los pleitos, a

43


Héctor Castañón Basaldúa

veces varios muchachos o dos de ellos, de la pelea limpia salía un

vencedor y se terminaba el pleito.

Algunos de sus vecinos eran personajes importantes, había

un general de apellido Castañón, en un edificio enfrente los

integrantes de: Los Panchitos, después llamados Los Castro y

multitudes de personas que hacían oficios y beneficios, porteros,

boxeadores, empleados, comerciantes.

A esta actividad se dedicaba el abuelo, es decir su papá don

Felipe, quien vendía ropa en lo que antes era el mercado original

de La Lagunilla. Tuvo dos locales donde vendía ropa: camisas de

vestir, corbatas, vestidos para niña, por cierto muy bonitos, sus

nietas los vistieron y los tenían muy bien cuidados. Su hijo Felipe

Jr. se dedicó a eso, no le gustó la escuela. Dice que en una ocasión

se fue de su casa y anduvo vagando y trabajando y al darse cuenta

de que no era tan fácil, regresó, nunca nos dijo cuanto tiempo

estuvo ausente, el abuelo, o sea su padre habló con él a instancias

de su mamá y le dijo: “¿Qué quieres ser en la vida?”: “Yo quiero

ser como usted, papá”, es conocido que Felipe, su hijo, lo veía

contar dinero diario y decía: “Mi papá tiene mucho dinero, quiero

ser como él”.

Felipe era un amante del baile, bailaba muy bien el Mambo,

la Rumba, el Cha Cha Cha, el Swin, Rock and Roll, todos los

bailes de la época, durante la década de los 50´s, asistía a los

bailes, entre ellos a los del salón Los Ángeles, en la colonia

Guerrero, decía que allí había conocido a varios artistas, como

Resortes, David Silva, entre otros famosos del cine.

Se casa con Blanca Luz Basaldúa y Soto, en una iglesia que

se encuentra por el Monumento a la Madre, a ella la entrega su tío

Celso Soto Coronel, ya que no tenía mucho contacto con su padre

el coronel de caballería Juan Albino Basaldúa, su mamá se llamaba

Concepción, fallece poco después de su nacimiento.

Decía Felipe que cuando fueron a decirle a su ya suegro

Juan Albino, que ya estaban casados entró con mucho miedo

porque el suegro era grande, grueso y con voz grave, al saludarlo

lo abrazó y le dijo: “Muy bien muchachito, muy bien”. Y respiró

tranquilo. Pensaba que algo le habría de hacer.

44


Héroe del rescatismo

Tienen dos hijos, Blanca Alejandra (Paty) y Juan, quien

fallece al año de nacido por deshidratación y ella por una

enfermedad complicada: hemiplejia. Juan dice que no tenían

dinero, en ese tiempo se va a vender ropa a los municipios,

mercados y tiendas provincianas, dice que cuando fallece su hija

traía dinero, que no le sirvió para ayudarla (teniendo dudas sobre si

ir a vender, con su hija enferma, le pregunta al doctor si podía salir

a los pueblos, le dice que sí y se va de ventas).

Él abre una fábrica de ropa con nombre comercial

“Castañón y Drake”, elaboran camisas, vestidos, camisetas, entre

otras, y se iba a vender a los pueblos. Sin embargo llega de la

venta y encuentra a su hija fallecida, entre la muerte de Juan y la

de Alejandra nace Héctor, el tercero de sus hijos, en 1959, esta

situación que viven le baja a ambos esposos la moral y se quedan

con Héctor, muy tristes.

Felipe buscaba algo que le ayudara a salir de esa

pesadumbre cuando al pasar por el edificio de la Cruz Roja, en las

calles de Durango y Monterrey, se quedó viendo hacia dentro,

siguió caminando y se le acercó un socorrista de la Cruz Roja y

miembro de los hombres rana de nombre Rodolfo Rubén García

Campos y le preguntó: ¿Qué desea? Felipe le responde que se ve

interesante eso y le dice: vente; en eso suena la chicharra para ir a

un servicio de emergencia, Rodolfo le pone el brazal (un distintivo

que se utilizaba para saber que alguien era miembro de la

institución, de color blanco y con la cruz roja, que se usaba con y

sin uniforme), se van al servicio y regresa emocionado; luego se

van cenar y regresa a tomar los cursos de primeros auxilios y

entrenamiento militar.

Se involucra de manera sorprendente, tomando cursos y se

introduce a la sección de Alta Montaña Rescate, donde realiza una

labor enorme organizando confederaciones y eventos en el Volcán

Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

Realizan simulacros, caminatas, entrenamientos,

convivencias y rescates, en el Cerro de la Estrella, el Ajusco,

llegando al Pico del Águila, el Citlaltépetl (Palabra en Nahuatl que

significa “Cerro de la Estrella”) o Pico de Orizaba, la Malinche, el

45


Héctor Castañón Basaldúa

Nevado de Toluca. Los años sesenta fueron de muchas actividades

como voluntario: participa en accidentes, rescates,

conmemoraciones, entrenamientos, logrando muchas cosas dentro

de esa noble institución. Se dedica al cierre de su fábrica, a la

venta de uniformes y ropa para niña, posteriormente vende autos,

de estas actividades obtiene dinero necesario para la manutención

de su familia integrada por Blanca Luz, Leticia, Luis y Héctor.

Como familia iban seguido al panteón a ver a sus difuntos.

La familia se reunía el uno y dos de noviembre, en 1966 muere su

mamá y quedan sus hermanas y él al pendiente de su papá.

Cada vez que había un rescate, fuera la hora que fuera, le

llamaban de la Cruz Roja. ¡Oye Felipe, hay esto! (ya sea un

accidente, extraviado, caído, muertos o avionazo como le

llamaban), ¡Vamos por ti! La ambulancia pasaba a la casa y nada

más le daba chance de vestirse, uniformarse, preparaba su mochila

y se lo llevaban, en la cerrada era para los vecinos interesante y

molesto ver la torreta roja de la ambulancia y escuchar el sonido

de la sirena, los vecinos se asomaban para ver qué pasaba. Él,

según el tipo de servicio, regresaba después de tres o cuatro días y

comentaba con su familia las cosas que había vivido.

En Abril de 1968 nace su último hijo, Ricardo Felipe, único

con su nombre ya que no quería repetir el nombre de él y su padre

a sus hijos, sin embargo su esposa Blanca al registrarlo le pone en

el acta el nombre de su papá, ya estaba su junior.

Cercano a la fecha que nace su hijo Ricardo, uno o dos días

después, llegando a su casa con el mayor de sus hijos de nombre

Héctor, por ese rumbo se veía una estela de humo, y observa que

se estaba quemando el cine “Máximo”, sito en la calle de Santa

María la Redonda, hoy Eje Central Lázaro Cárdenas, cerca de la

calle de Mosqueta y Reforma, deja a su hijo en su casa y se va a

hacer las labores de rescate y apoyo a los bomberos, decía que en

esa ocasión, sale entonces con un compañero corriendo con unos

tanques de gas y contaba que los que estaban cerca de la entrada

del cine se asustaron, por miedo a que estos llegaran a explotar,

cabe mencionar que previamente los habían cerrado.

46


Héroe del rescatismo

En las fechas de junio de 1968 se empieza a gestar el

movimiento estudiantil que tan grandes transformaciones tuvo para

nuestra vida actual. Él encontraba por las calles del centro

histórico a los jovencitos de secundaria, prepa y vocacional,

quemando autobuses, enfrentando al ejército y a los granaderos,

comenta que hablaba con ellos para impedir más daños, recogió

heridos, muertos, el sale en una revista denominada por ese

entonces ¿Por Qué? Él aparece en una foto cargando a un

muchacho tratando de llevarlo a una ambulancia, en la foto se ve

que habla con los granaderos, solo tenía su brazal y nada más, se

identifica y lo dejan pasar pero el chico estudiante ya estaba

muerto, lo recogió vivo.

Logra observar el problema de Tlatelolco, narraba que una

de sus primas que vivía en la parte de atrás del edificio Chihuahua,

en otro edificio de nombre Durango, ella y su esposo habían

refugiado a varios estudiantes en su casa y los militares y las

guardias blancas empezaban a entrar a los hogares, le dice su

prima; “Qué hago prima” y empiezan a hablar y en clave se

entienden, va a ver qué pude hacer y con apoyo de amigos

periodistas y de miembros de la Cruz Roja los logra sacar del

edificio y poner a salvo, decía que el rostro de los hombres y

mujeres estudiantes era de mucho miedo. Saca a los últimos y al

regresar para ver a su familiar, decía Felipe: ¿Cómo pudo pasar

por los retenes militares y entrar a la casa de nuevo?

Pasa ese momento histórico cuando llegan las Olimpíadas y

los silencios de los estudiantes; termina el año y se sigue

dedicando a la montaña y rescates. Recuerdo cuando se estrella un

avión particular con los Trouyet 1 a bordo y participa en el rescate

de los cuerpos, así muchas de esas acciones de búsqueda y

salvamento de personas accidentadas y extraviadas, como

1 Familia de recursos económicos altos. Algunos de sus miembros

viajaban en una avioneta de su propiedad y se estrellan, la Dirección

de Aviación le solicita a los Rescatistas de Alta Montaña que

encontraran el avión y pudieran llevarle a la familia los restos de los

accidentados.

47


Héctor Castañón Basaldúa

agradecimiento a él y a su equipo de rescate les regalan un reloj

Rolex, el cual rechaza, pero recibe órdenes de aceptarlo para él y

sus compañeros del rescate.

En el año de 1970 hace una expedición al Cañón del

Sumidero, en el estado de Chiapas, la idea de ellos era atravesarlo

antes de que se construyera la presa, y así lo hicieron, un equipo de

miembros de la Cruz Roja, con sus recursos, conquistaron esa

travesía.

En 1971, se le ocurre conquistar el río subterráneo, llamado

“el Escopetazo” localizado en el estado de Chiapas y van sobre la

caída del río y lo siguen de lleno, ya no tenían equipo para llegar a

la parte considerada final – ese río nadie lo conocía por dentro- y

uno de los integrantes, Gabriel, que estaba esperándolos al no

verlos salir se introduce por la salida del río y al poco tiempo los

encuentra, cabe mencionar que uno de los integrantes de la

expedición era un joven muy fuerte de nombre Mc Gregor, quien

le decía por su experiencia “padre”. Salen del río de noche, en eso

Mc Gregor, dice: “Padre estoy viendo las estrellas, es hermoso”, él

le había dicho días antes que su máximo deseo en ese momento,

dentro del río, y estar tantos días encerrados, era ver las estrellas.

Esta expedición la hizo después con los integrantes del

cuerpo de montaña de la Cruz Roja de Naucalpan, en donde era

instructor. Aquí duró muchos años, haciendo lo que le gustaba,

disfrutar la vida y enseñar, creó varios grupos de montaña en el

país y sus amigos trabajaban en ERUM, en el Estado de México

un grupo denominado SUEM (Servicios de Urgencias del Estado

de México), donde se convierte en instructor de Rescate de varias

generaciones y les enseña como solo él lo sabía hacer, es su primer

trabajo en este asunto del voluntariado, del que obtiene sueldo y se

lleva a varios de sus amigos a trabajar. Entre ellos al Zorro Bruno

Palomino, muy bueno para maniobrar en rocas, a quien conocía

del Socorro Alpino y fueron buenos amigos,

Ese mismo año estaba como Presidente de la República el

Lic. Luis Echeverría A. Cuando sucede el “Jueves de Corpus”, un

grupo de estudiantes de la Normal, UNAM, IPN, entre otras se

reúnen en San Cosme para realizar una marcha con el fin de

48


Héroe del rescatismo

apoyar a la Universidad Autónoma de Nuevo León y pedir el

respeto a su autonomía, son agredidos al salir rumbo a la Rivera de

San Cosme, dando continuidad a la México Tacuba, ahí, él como

siempre cercano a los acontecimientos, se encontraba en la zona y

le llama a la Cruz Roja para que llegaran refuerzos ya que había

varios heridos de bala y golpeados, en ese momento marcando el

teléfono un individuo con un rifle se posiciona en el lugar donde él

estaba y empieza a disparar, dice que termina de hacer la llamada y

se retira por temor de que hubiera respuesta al fuego. Al ver la

película Roma, recordé esos acontecimientos, como en la película

Rojo Amanecer, donde sale en una foto expuesta en la revista ¿Por

qué?

Él trabaja en un negocio de venta de autos con uno de sus

cuñados, el Capitán de Altura León Oloarte Espinoza, ahí el

venden autos usados.

Tiene un local sobre avenida Santa María la Redonda, hoy

Eje Central, convirtieron las oficinas en espacios donde llegaban

los miembros de la Cruz Roja a platicar de sus cosas, de sus

anécdotas y sus planes.

Posteriormente alquila muy cerca un local en la calle de

Luna Núm. 35 A, en la popular y difícil colonia Guerrero, por su

trabajo de apoyo a los heridos y necesitados logró ser respetado su

negocio y su persona.

Es ahí, en el taller, donde pone un pulido de parabrisas y

después de muchos ejercicios de experimentación crea una tinta

para polarizar vidrios de auto y vivienda, en esto le va bien, trabaja

con sus hijos y tiene un buen de trabajo, llegaban las ambulancias

de la Cruz Roja a pulir los parabrisas tanto del área central como

de la Delegación Naucalpan. Ayuda a los vecinos de la calle de

Luna a resolver conflictos por su labor altruista y hasta hoy existe

el local, afectado por los sismos de 1985, pues la estructura del

edificio original resultó dañada.

En los sismos de 2018, septiembre del día 19, lo involucran

creando grupos de rescate en casos de desastres, siendo el creador

de la primer Escuela de Desastres de la Cruz Roja a nivel nacional

en la Ciudad de México, Naucalpan, Toluca y en donde más

49


Héctor Castañón Basaldúa

tiempo le dedica es el Estado de Guerrero, inicialmente en

Petatlán, municipio de la Costa Grande que resultó dañado con los

sismos.

Toma cursos, seminarios, talleres para enseñar a los

socorristas y después forma técnicos en Urgencias Médicas, así

como cuestiones de organización, asesoría, atención de enfermos,

heridos y labores de rescate y reconstrucción.

Por su labor altruista tiene entonces ya muchos hijos

adoptados: Jaime, Paco, José Luis, Mercado, Juanita, entre muchos

otros.

Uno de ellos José Luis Villegas López le dice: Don Felipe

Castañón González (QEPD). “Un ser humano extraordinario,

sencillo y noble de corazón, con mucha pasión y entrega al

servicio voluntario, siempre en beneficio de los desamparados,

pero ¿Quién era Felipe Castañón sin su traje de superhéroe? Bueno

le llamamos también uniforme. Él era un buen padre, esposo, hijo,

hermano y amigo, alegre bohemio, de buen humor, muy receptivo,

capaz de dar todo sin esperar nada a cambio. Siempre dispuesto y

abierto a escuchar, a brindar todo su esfuerzo a las personas que lo

requirieran, es muy difícil tratar de escribir de él, sin tomar en

cuenta su labor altruista, cualquier recuerdo está vinculado a su

trayectoria como socorrista, lo mismo en la montaña, que en una

zona de desastre. Bastaba platicar con él para motivarse a hacer

algo, inquieto, incansable, siempre propositivo y defendiendo su

camiseta, en cualquier escenario de Desastres Naturales.

Creo que mi primer recuerdo se remonta a la sección de

Alta Montaña de la Cruz Roja, cuando por ser menor de edad, me

rechazaron dejando abierta la posibilidad de realizar algunas

prácticas y encuentros de socorristas, lo cual permitió tener un

acercamiento a esta actividad. Años después de participar en

muchos servicios de rescate logramos tener comunicación con él,

nuestros círculos de amigos y actividad en la institución nos

entrelazaron, las veredas nos llevaban a encontrarnos. El tiempo y

la afinidad de ideas nos hicieron mantener una estrecha amistad

que trascendiera al Servicio de Urgencias o Desastres, para

compartir en la escena familiar, a compartir todo.

50


Héroe del rescatismo

Así, al tratar de describir como era Felipe es difícil de

rehacer toda una vida en salvar vidas, pues los sentimientos y

recuerdos siempre me llevan a los momentos que compartimos y

en lugar de escribir unas cuantas líneas sería algo así como una

enciclopedia. Para nosotros es difícil asistir a reuniones de

veteranos de la Cruz Roja y no tener recuerdos de esas

convivencias. Recuerdos que nos vinculan y que aún me llenan de

emoción.”

Termina diciendo: “Hermanos: Héctor, Lety, Luis y

Ricardo, sobre todo a Blanquita, siempre agradecido para con

ustedes por permitirme haber compartido el cariño, como de un

hijo a un padre para con él”.

En 1979, el país de Nicaragua padece un sismo que arrasa

con la cuidad capital de Managua y otras ciudades cercanas y es

designado para asistir por los responsables de la Cruz Roja y con

el apoyo del Comandante Cojuc de origen Francés, se alistan para

ir a colaborar con los damnificados de este fenómeno y desastre

natural, permanece otorgando alimentación y realizando albergues

para que tuvieran un espacio donde guarecerse, apoyo de atención

médica, asiste como jefe de la brigada, y le da las instrucciones el

presidente Luis Echeverría Álvarez, de quien meses después

solicita el autógrafo de una foto que de casualidad un vecino de la

Lagunilla le proporciona.

Lamentablemente tienen que salir de Nicaragua porque la

presión que ejercía el presidente Anastasio Somoza hacia las sedes

internacionales de la Cruz Roja presentes, particularmente la de

México, esta institución otorgaba despensas, ropa, cobijas a los

damnificados y al parecer esto no le agradaba al nicaragüense,

años después es derrocado por los sandinistas.

Recibió muchos reconocimientos de Nicaragua, Estados

Unidos, Panamá, Colombia, muchos de la Cruz Roja por sus

diversos actos en campañas de alta montaña y rescates, uno de la

Cruz Roja de Alemania, un diploma muy querido cuando la Cruz

Roja lo nombra Socorrista del año en Ciudad Juárez, Chihuahua,

otorgándole la medalla José Barroso Gochi. El gobernador del

estado de México Enrique Peña Nieto le entrega una moneda y un

51


Héctor Castañón Basaldúa

diploma por su participación en los Servicios de Urgencia del

Estado de México.

Sus amigos, alumnos y compañeros de la Delegación

Naucalpan le entregan un diploma y moneda conmemorativa, junto

a Lorenzo García Gallardo, uno de sus compañeros y que hizo

muchas conquistas de sótanos como el de “las Golondrinas” en

San Luis Potosí.

Durante los sismos de 2017, no lo dejan ya intervenir, se

siente desplazado de sus gustos y necesidades de ayuda

humanitaria y enseñar a los de Protección Civil, Cruz Roja y

demás rescatistas siendo esto un golpe certero en su ánimo y

esperanza de seguir haciendo.

Por su experiencia le solicitan un curso de “Protección

Civil” en el estado de Guerrero, con uno de sus discípulos, uno de

ellos el Dr. Francisco Lira, a quien le dice: “Esta es la última vez

que nos vemos” ¡No! responde Francisco, Felipe aún hay mucho

que hacer, de echo antes de estar enfermo, se comunican y le da

muchas recomendaciones al respecto y le escribe: “Hay que

empezar de nuevo a enseñar a la gente de Protección Civil y a los

grupos sobre la responsabilidad que se tiene, con el tiempo la

gente ya no está y se le olvida a los nuevos, hay que enseñarles”.

Tiempo después enferma de los riñones (decían que esto ya

era crónico) estando solo en Toluca en su casa, sus hijos y nieta

van por él y lo llevan a casa de uno de sus hijos para atenderlo,

hacen lo posible para que se atienda y en el ISSSTE lo reciben y

después lo dan de alta y señalan que tiene los riñones muy dañados

y uno de ellos no funciona, el otro funciona a la mitad de su

capacidad, sin informar bien lo que procedía lo envían a consulta

externa de urinario, desplazan las citas al tiempo y por uno de sus

hijos lo dan de alta en el IMSS en Tlalnepantla, donde de manera

curiosa no lo atienden. “Como era posible que no tuvieran respeto

por el dolor de la gente”, decía: “Yo rompía candados, cadenas,

puertas para que las personas damnificadas fueran atendidas, viví

en carne propia la amargura de la gente que no era atendida como

se debía”. La vida fue ingrata, no lo atendieron, dejaron que su mal

avanzara ya que aun habiendo una orden médica le perdieron su

52


Héroe del rescatismo

pase a Geriatría. Cuando lo suben al servicio solo estuvo unos

días, ya que su enfermedad estaba muy avanzada, tenía infección

renal, esta se disemina y fallece el 22 del mes de enero de 2018,

estando con él su hijo Luis Andrés, su familia, su esposa e hijos,

dos más Javier y Sergio.

Al fallecer fueron por sus recuerdos a su casa, fotografías,

diplomas, escudos, uniforme y los colocan en la agencia. Uno de

sus hijos le lleva su uniforme y se lo pone, el uniforme que por

tantos años había llevado.

Lo llevan a la Agencia Funeraria García, allí lo recibe la

familia y la noticia cunde como abejas en el panal, sus amigos,

familiares y compañeros de cordada, como se le conoce al equipo

de trabajo en Alta Montaña, lo acompañaron; ese día en la noche le

hacen un homenaje en el Comité Central de la Cruz Roja, en

Polanco, lo lleva una ambulancia destinada para tal efecto, de los

Servicios de Urgencias del Estado de México (SUEM), lo

acompañan sus nietos, hijos, hermanas Gloria y Eugenia, primas

Luz y Chela, sobrinos, y sus compañeros de mil andanzas, repiten

su nombre tres veces y todos responden ¡Presente Comandante!.

La ambulancia da tres vueltas a la manzana en el entorno

del Hospital Central de la Cruz Roja en Ejército Nacional y lo

colocan en lo que antes era el puesto de mando donde se reciben

las llamadas telefónicas y se da la orden de que una ambulancia

salga al servicio. En ese lugar pasó mucho tiempo, muchas horas:

saliendo, llegando, reportando, conviviendo, charlando, de allí

salió en auxilio de Nicaragua, a sus expediciones a Chiapas,

Guerrero, al rescate de los cuerpos y personas que sufrieron algún

percance, allí estuvo su oficina como jefe operativo en Desastres

de la Cruz Roja.

En su última morada esta con sus hijos Paty (Blanca

Alejandra), Juan y con su suegro Juan Albino, fue acompañado por

parte de los diversos grupos conocidos de la Cruz Roja,

Socorrismo, Desastres, Veteranos, Alta Montaña y Rescate

Acuático.

Durante la noche después de que los amigos, alumnos,

familiares, se retiran a descansar, se quedan dos de sus alumnos y

53


Héctor Castañón Basaldúa

dos de sus hijos, se le puso música de tangos, baladas, “Cuando un

amigo se va” de Alberto Cortes, recientemente fallecido, las

cantamos para él, disfrutamos esa noche como otras tantas,

cantándole: “Cuando yo quería ser grande”, Tangos: “Uno”, “La

Cumparsita”, “Corrientes 348” “Por una cabeza”, y otros muchos

que el cantaba y enseñaba.

Meses después otro grupo de alumnos y amigos de la Cruz

roja de la sección de Alta Montaña le hicieron un merecido

homenaje en el monumento de la Cruz Roja en la Colonia del

Valle, a su esposa le entregaron un diploma, reconocimiento y se

tomaron una foto entre ellos, asistieron su hermana Gloria, su

sobrina Mónica, sus hijos Héctor, Lety, Luis, Ricardo, sus nietos y

muchos amigos, compañeros, socorristas, voluntarios, un evento

muy emotivo.

Su legado queda en los anales de instituciones de socorro,

urgencias, desastres y hoy Protección Civil, escribió: “No se

olviden de los niños y los ancianos”, señalaba en su Manual de

Desastres, que hizo con un compañero.

Esta crónica pretende rendirle un homenaje póstumo a

Felipe Castañón y González, por su legado y a quienes formó en

atención a los desastres. Decía: “lo único que me falta es ir a una

guerra”.

54


LOS PINOS, RESIDENCIA OFICIAL

DE LA IGNOMINIA

Manuel Garcés Jiménez


Manuel Garcés Jiménez

Nativo de Tecómitl, alcaldía de Milpa Alta. Profesor en el

C.E.C.yT. 15 del IPN, Presidente del Consejo de la Crónica de

Milpa Alta, integrante de la Asociación de Cronistas Cabildos de

la Ciudad de México, autor de los libros: Conoce la Historia de

México, Editorial Éxodo, (2010), El Zapatismo en Milpa Alta,

Edit. Quinto Sol (2014), Historia de la Secundaria diurna N° 9, 80

años de labor educativa (2017), Plan de Iguala, Cuna de la

Consumación de la Independencia (2016).

Colaboró en el suplemento Metrópoli del periódico El Sol

de México y en las revistas Nosotros y Crisol Mágico.

En 1992 obtuvo el 1° lugar en el concurso “Historias de mi

Pueblo” organizado por el Centro de Estudios del Agrarismo en

México (CEHAM) y gobierno del DF.

Colaborador en los libros: Ciudad de México, Crónica de

sus delegaciones (2007). Memoria del foro: Avances Tecnológicos

en nopal verdura (2009), Antología 6ª Reunión Nacional (2010),

Memoria de los Encuentros de Cronistas en Culhuacán (2012), Lo

que en el corazón está, en la boca sale… (2012), 690 años de la

Ciudad, Memoria del 1er Congreso de Crónica. Tlacuilos (2015),

X Encuentro de la Asociación de Cronistas del D.F. y Zonas

Conurbadas (2014), y Crónicas de la ciudad (2011), (Primer

concurso de crónica de la CDMX, organizado por el la LXI

Legislatura de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la

Unión). Es Secretario del Cabildo Nacional de la Crónica de la

Ciudad de México. Participó en el programa del Canal 11

“Crónicas y Relatos de México” sobre la alcaldía de Milpa Alta

conducido por la cronista del Centro Histórico, Ángeles González

Gamio.


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

El presente nos habla del pasado y nos enseña a no caer en errores

en detrimento de la extrema pobreza en que viven millones de

mexicanos como fue el caso del inmueble presidencial conocido

como Los Pinos que bajo el cobijo de la ignominia de los

presidentes anteriores lo disfrutaron por 84 años. Ahora bien,

forjemos el futuro con base en nuestros valores que estamos

viviendo en este nuevo régimen a quiénes nos espera un futuro

mejor para los próximos años.

El Castillo de Chapultepec

El Castillo de Chapultepec 1 es y ha sido el sitio ideal y singular

desde tiempos inmemoriales, es el testigo mudo de varios

episodios de nuestra historia hasta de ataques por la artillería y

despiadado bombardeo norteamericana en 1847. Es el sitio

excelente y natural donde se admira la belleza de nuestra

metrópoli, desde el surgimiento de la gran Tenochtitlan, así como

el crecimiento y desarrollo de la colonia de la Nueva España, a la

actual y majestuosa Ciudad de México (CDMX).

Cabe hacer notar que a la llegada del segundo emperador a

nuestro país, don Maximiliano de Habsburgo la amuebló y lo

decoró con pinturas de las cuales aún son admiradas, mientras que

el jardín fue realizado al gusto de la emperatriz Carlota.

Del Castillo al Zócalo

El faustuoso inmueble ha sido el centro de innumerables hechos

históricos que han quedado en la memoria de todos los mexicanos.

De residencia del Emperador Maximiliano, a recinto presidencial y

Colegio Militar instalado en 1842 y en 1847 donde se libró la

defensa del colegio del ejército norteamericano el 13 de

septiembre de 1847 de donde surge el episodio cuando uno de los

cadetes al verse acosado por el ejército Norteamericano se lanza al

vacío envuelto en el lábaro patrio.

1 Chapultepec, del náhuatl; “Cerro del Chapulín”. 1 José Xavier

Návar, el Universal, México, Enero 1º de 2010.

57


Manuel Garcés Jiménez

“El 8 de septiembre después de 16 días de armisticio, los

norteamericanos emprendieron el ataque al Molino del Rey

(antiguo molino de trigo que operaba como fábrica de cañones), y

a la Casa Mata (depósito de pólvora), logrando apoderarse de

estos objetivos militares

Tras su victoria en Molino del Rey, Scott emprendió el

ataque sobre el Castillo de Chapultepec. Las fortificaciones para

defender este punto nunca se concluyeron, a pesar de que se

trabajó arduamente durante el armisticio

El Castillo de Chapultepec que albergaba en ese entonces

al colegio Militar contaba con una modesta fuerza de 832

soldados distribuidos en el cerro y en el edificio. Allí se

encontraba un grupo de cadetes del mencionado colegio, que se

había negado a abandonar el inmueble a pesar de la orden del

director de la escuela

Al amanecer del 12 de septiembre, la artillería

norteamericana abrió fuego en contra del Castillo. Informado del

ataque, el general Antonio López de Santa Anna envió, casi al

final del 13 de septiembre, tan solo a un batallón, el San Blas, al

mando del coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, quién murió al pie

del cerro de Chapultepec sin poder llegar a auxiliar a los

combatientes del Castillo” 2

A la llegada de don Benito Juárez a la presidencia de la

República éste se negó rotundamente a vivir en el Castillo,

optando por trasladarse a Palacio Nacional hasta su muerte.

El Observatorio Astronómico Nacional (OAN)

Un hecho notable del Castillo fue la ciencia de la Astronomía,

considerada una de las primeras ciencias que el intelecto humano

desarrolla con la fundación del Observatorio Astronómico

Nacional (OAN) el 5 de mayo de 1878 3 fecha de cuando se

2 Las intervenciones extranjeras en México, 1825 – 1916. Pág. 25.

3 El antecedente del OAN fue en Palacio Nacional cuando en 1867 se

instaló un pequeño observatorio en la azotea. Este observatorio

contaba con diversos instrumentos básicos, como un círculo

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Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

iniciaron formalmente sus labores. Se distingue la cúpula del

Observatorio y permanece aún el torreón que la sostenía, conocido

como Torreón de “El Caballero”, construido para cubrir el pilar

de 15 metros de alto que soportaba el telescopio, Relojes y

mobiliario en una de la oficina de trabajo. Se localizaba Anteojo

de pasos “Ertel”, con objetivo de 15 cm de diámetro y distancia

focal de 2.2 m, instalado en el Castillo a principios de 1863 4 .

El hecho de gran envergadura para nuestra historia fue a la

llegada del presidente Lázaro Cárdenas del Río (1934–1940) y

quién debería de posesionarse del Castillo de Chapultepec como el

recinto oficial presidencial, pero da la orden de abrir las puertas

del inmueble para todos los mexicanos y convertirlo en Museo

donde los mexicanos, sin distinción alguna puedan entrar y

recorrer su interior, salas, recámaras, pasillos, corredores y

jardines.

Nuevamente como lo sucedido con el “Tata” Cárdenas en

1934, ahora al inicio del actual sexenio con el presidente Lic.

Andrés Manuel López Obrador (2019-2024) se repite el hecho de

enorme significado para el pueblo de México en no habitar los

Pinos y en abrir de par en par las puertas de los Pinos para todos

los mexicanos y convertirlo en “El Museo del Poder”.

Desfilan los presidenciables

En el cuatrienio presidencial (1872- 1876) de Sebastián Lerdo de

Tejada remozó el paseo del Imperio de Maximiliano de Habsburgo

(10/V1864 a 15/V/1867), volviéndose como ahora se le conoce El

Paseo de la Reforma (las respectivas leyes se hicieron

constitucionales el 15 de septiembre de 1873). Durante un tiempo

efímero fue ocupado por María Iglesias (1876-1877).

meridiano, un anteojo de pasos y relojes de péndulo, sirvieron para

medir la hora, la posición de las estrellas y para el trazado de mapas

geográficos de la República Mexicana.

4 Datos obtenidos del Instituto de Astronomía – UNAM. Calendario

2019.

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Manuel Garcés Jiménez

A la llegada de Porfirio Díaz es quién lo disfruta en todo su

esplendor y nuevamente es embellecido por más de treinta años,

hasta el estallamiento de la revolución en el año de 1910 con don

Francisco Madero I. Madero con su Plan de San Luis.

Recordemos: “En la historia de México, pocos personajes

han sido tan polémicos y controvertidos como Porfirio Díaz,

también, han experimentado en vida su transformación de héroes

nacionales, aclamados hasta el límite, en villanos repudiados por

muchos de quienes antes los exaltaba 5 ”.

Ante el estallamiento de la Revolución Díaz emprende la

graciosa huida a Francia tomando el poder don Francisco I.

Madero, a pocos meses un infausto suceso en la mañana del 9 de

febrero de 1913 6 con el levantamiento armado de Victoriano

Huerta contra Francisco I. Madero, hecho conocido como la

Decena Trágica, siendo el Castillo de Chapultepec el lugar donde

los cadetes escoltaron al presidente Madero a Palacio Nacional que

estaba bajo acecho de los insurrectos, demostrando con ello su

lealtad patriótica.

“En Chapultepec, el señor Madero, ya a caballo, y poco

antes de la hora en que aparecería frente a Palacio el general

Gregorio Ruiz, había arengado a los alumnos del Colegio Militar,

que lo oyeron armados y municionados para servirle de escolta

hasta la ciudad de México 7 ”

“El director del colegio contestó con palabras de encomio

para el colegio, cuya sola fama lo definía, y de agradecimiento

para el jefe del Estado, que, comprendiéndolo así, no dudaba de

que los cadetes lo escudaran con su lealtad. En seguida,

dirigiéndose a éstos, y alzando más la voz, resumió en un vítor lo

5 Retomado del Estudio introductorio, Porfirio Díaz y el porfiriato en

el Centenario de la Revolución del libro James Creelman “Díaz

jerarca de México”

6 El primer año de gobierno (2019), el Lic. Andrés Manuel López

Obrador encabezó el 106 aniversario de la Marcha de la Lealtad.

7 “Madero y Pino Suárez” En el cincuentenario de su sacrificio 1913

– 1963, Pag. 160.

60


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

expresado por el señor Madero y lo que él acababa de

contestar 8 ”: “¡Viva el Presidente de la República”

Lacónicos y solemnes, como con una sola voz, los alumnos

respondieron: “¡Viva!”

E inmediatamente se ordenó la marcha 9 .

Años después de su asesinato se le conoció a don Francisco

I. Madero como el Apóstol de la Democracia.

Venustiano Carranza,

26/III/1913 – 30/IV/1917 / 1°/V/1917 – 21/V/1920)

Fue presidente provisional y después el primer Presidente

Constitucional de México luego de la promulgación de la

Constitución de 1917 en la Ciudad de Querétaro. Quién

actualmente sigue vigente.

Se comenta que al triunfo de la Revolución maderista don

Venustiano Carranza tuvo una relación tirante y compleja con

Madero, sin embargo, compartió con él los ideales anti

reeleccionistas. Después de la Decena Trágica, en la que perdió la

vida el presidente Madero, proclamó el Plan de Guadalupe el 26 de

marzo de 1913, desconociendo al gobierno usurpador de Victoriano

Huerta formando un gobierno provisional. A la derrota del Ejército

Federal, Victoriano Huerta huye del país, por lo que Carranza pudo

entrar triunfante a la Ciudad de México el 20 de agosto de 1914.

En ese mismo año, Carranza aceptó convocar a una

Convención Revolucionaria en esta Ciudad de México para

organizar el nuevo régimen, pero rompió relaciones con la División

del Norte de Pancho Villa, y con el Ejército Libertador del Sur de

Emiliano Zapata, lo que obligó a la Convención a trasladarse a la

Ciudad de Aguascalientes situación que fracasa con resentimientos

contra el Gral. Emiliano Zapata a quién manda a matar.

8 Idem.

9 Los autores del libro: “Madero y Pino Suárez” retoman a su vez

respecto de la Marcha de la Lealtad la cita: “De febrero de 1913, libro

inédito de Martín Luis Guzmán, para exponer

61


Manuel Garcés Jiménez

La estancia de Carranza como Presidente en esta Ciudad de

México fue efímera por lo que no se tiene conocimiento de haber

ocupado el Castillo, además, manda a construir su residencia

porfiriana de estilo francés en 1908 por el ingeniero civil Manuel

Stampa donde hoy alberga “El Museo Casa de Carranza” que se

localiza en Río Lerma N° 35 Colonia Cuauhtémoc inaugurada

oficialmente por Adolfo López Mateos como Museo de Carranza

en 1961.

Álvaro Obregón, 1°/XII/1920 - 30/XI/1924

Se ha polemizado el periodo de este gobernante por

firmarse los convenios, acuerdos, pactos o tratados de Bucareli 10

donde los norteamericanos imponen sus condiciones a México,

“Es una serie de concesiones, prerrogativas, privilegios,

facilidades para los ciudadanos norteamericanos, postergando los

derechos de los mexicanos 11 ”

Desfilan los Presidentes de la República, de Sebastián Lerdo

de Tejada a Plutarco Elías Calles.

Sebastián Lerdo de Tejada, 19/VII/1872 – 20/XI/1876

José María Iglesias, 28/X1976 – 1877.

Porfirio Díaz Mori, 23/XI/1876 – 25/V1911

Juan Nepomuceno Méndez, 6/XII1876 – 15/II/1877

Manuel González, 1°/XII/1880 – 30/XI/1884

Francisco León de la Barra, 25/V/1911 – 6/XI/1911

Francisco I. Madero, 6/XI/1911 - 6/II/1913

10 Bucareli viene del italiano, buco es agujero; bucarello: agujerito,

por lo tanto bucarelli es agujeritos. El nombre de este paseo fue hecho

durante el gobierno del virrey D. Antonio María de Bucareli y Ursúa y

se estrenó el día 8 de diciembre de 1775. Por cierto por ahí se hallaba

la cárcel de la Acordada, tribunal especial contra ladrones fundado en

1722.

11 Raúl Prieto Ríodelaloza. Álvaro Obregón resucita de los Tratado de

Libre Comercio. Pág. 155.

62


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

Pedro Lascuráin Paredes 12 , 19/II/1913.

Victoriano Huerta, 19/II/1913 – 15/VII/1914

Venustiano Carranza, 26/III/1913 - 21//V/1920

Francisco Carbajal, 15/VII1914 – 15/VIII/1914

Eulalio Gutiérrez, 3/XI/1914 – 16/I/1915

Roque González Garza, 16/I1915 – 10/VI/1915

Francisco Lagos Cházaro, 10/VI/1915 – 14/X/1915

Adolfo de la Huerta, 1°/VI/1920 – 30/XI/1920

Álvaro Obregón, 1°/XII/1920 - 30/XI/1924

Plutarco Elías Calles, 1°/XII/1924 – 30/XI/1928 15

Don Plutarco Elías Calles es el personaje que ha dejado

enorme huella perene de su actividad política durante la etapa

posrevolucionaria, fundador del Partido Nacional Revolucionario

(PNR). De profesor, político a general, hasta llegar a la presidencia

de la República durante el periodo de 1924 a 1928 quién gozó de

tanto poder que aún después de su mandato es conocido como El

Jefe Máximo.

Fue en su estado natal de Sonora donde inicia su carrera

política iniciando de lleno en el: “…mes de marzo de 1914 el

general Álvaro Obregón con la anuencia del jefe del Ejército

Constitucionalista, don Venustiano Carranza lo nombró

comandante militar de la plaza de Hermosillo y jefe de las fuerzas

fijas del estado de Sonora 13 ” Su ascenso se debió a su persistencia

y participación en la vida del México posrevolucionario lo cual se

encontraba cada vez en la cúspide al involucrarse“ …en las luchas

a favor de don Venustiano Carranza, dirigiendo batallas como las

de Fronteras, Moctezuma, Gallardo, Anivácahi y Paredes, que se

llevaron a cabo durante 1915 14 ”

“Al calor de la guerra, las relaciones entre Carranza y

Plutarco Elías Calles se habían estrechado, gracias a lo cual éste

12 Presidente que ha ocupado la presidencia por espacio de 45

minutos: de las 22:30 a las 23:15 horas

13 En la pobreza y en la riqueza. Beatriz Ramírez González. Pág. 45.

14 Idem

63


Manuel Garcés Jiménez

fue nombrado gobernador interino y comandante general del

estado de Sonora, cargo que asumió el 4 de agosto de 1915” 15

Dos años después don Venustiano Carranza asume a la presidencia

de la República, Álvaro Obregón es nombrado secretario de

Guerra y Marina y Plutarco Elías Calles tomo posesión el 25 de

junio de 1917 como gobernador constitucional de su estado natal

de Sonora.

Años más tarde al asumir a la Presidencia de la República

en 1924 don Plutarco Elías Calles y su esposa Natalia Chacón

Amarillas 16 , (“se le consideraba como una mujer tímida y muy

reservada”) e hijos quienes habitaron el histórico y bello Castillo

de Chapultepec, así mismo su hija Hortensia y su esposo Fernando

quienes se mudaran al Castillo en apoyo a la esposa del presidente

en la organización doméstica así como en algunas funciones

sociales y diplomáticas.

Establecido don Plutarco Elías Calles en el Castillo con la

familia, la historiadora Beatriz Ramírez González, realizó

importante investigación de la familia se hace las siguientes

preguntas: “Qué sentiría la señora Natalia Chacón al vivir en un

castillo? ¿Estaría consciente de que desde sus ventanas podía ver

el mismo panorama que se reflejaba en los ojos de la emperatriz

Carlota? ¿Se sentiría reconfortada al contemplar al contemplar el

vasto verdor del bosque de Chapultepec?

Comenta la autora del citado libro que “Sobemos con

certeza, y gracias a una anécdota familiar que conocía muy bien

la historia de los Niños Héroes, ya que el castillo era el escenario

perfecto para que sus pequeños hijos quisieran reproducir en sus

juegos algunos pasajes de la historia de México, no sin darle a su

madre algunos dolores de cabeza” 17

15 Idem

16 Se le atribuye a la esposa de Calles haber sentado las bases para lo

que muchos años después sería el Sistema Nacional para el Desarrollo

Integral de la Familia, mejor conocido como DIF. Pág. 24.

17 Idem, Pág 101.

64


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

Al respecto nos señala la autora que en la vida familiar se

comenta que cuando Artemisa y Alfredo, dos de los traviesos

niños Calles pegaron tremendo susto a la familia cuando en cierta

ocasión se colgaron del barandal del histórico inmueble

amenazando a la familia Calles con hacer lo mismo que los “Niños

Héroes” de Chapultepec. ¡Imagínese!, así fueron las travesuras de

los hijos pequeños del don Plutarco Elías Calles.

Emilio Portes Gil, 1°/XII/1928 – 5/II/1930

Algunos presidentes el disfrute en el Castillo fue efímero

como lo sucedido a don Emilio Portes Gil quien estuvo un año y

dos meses en el Castillo.

Pascual Ortiz Rubio, 5/II/1930 – 2/IX/1932

Así pasaron otros personajes como don Pascual Ortiz Rubio

a quien se le conoce en la política de aquellos años como “el

nopalito” por sus ocurrencias. Verbigracia: “Aquí vive el

presidente; y el que gobierna, está allí enfrente”, refiriéndose a

don Plutarco Elías Calles a quien se le consideraba el “Jefe máximo

de la Revolución” (el Maximato).

Abelardo L. Rodríguez, 3/II/1930 – 2/IX/1932

Crónica de una apertura anunciada. “Me canso, ganso”

Eran las 9:07 horas del sábado 1° de diciembre de 2018 cuando se

decretó el fin de una época. El enorme portón de hierro forjado que

pertrechaba la sede presidencial se abría para dar acceso público

irrestricto a la residencia oficial de Los Pinos para mostrar la

intimidad del poder con su opulencia, sus lujos y sus

despropósitos. El primer día de diciembre fue la fecha histórica

para reconvertida por el nuevo gobierno en sala de exposición: El

museo del poder.

Vedado por más de ocho décadas, su condición cambió

radicalmente. Muy temprano esperaba sólo un puñado de

ciudadanos que en poco tiempo se transformó en casi un torrente

65


Manuel Garcés Jiménez

de gente intrigada por conocer los entretelones palaciegos de Los

Pinos. Según los reportes ingresaron 20 mil, de acuerdo con el

primer reporte oficial.

Se adentraron por los caminos que cruzaban los hasta ahora

solitarios y enormes jardines a disposición del mandatario en turno

destinados a su exclusivo uso y disfrute, a la reflexión de las más

elucubradas decisiones o el sosiego de las tensiones provocadas

por el ejercicio de gobierno. Adentrarse en lo que era el epicentro

del poder, meta constitucional (dirían los clásicos para definir a los

omnipotentes presidentes del PRIAN) es entrar en largos espacios

de jardines, residencias y estatuas que ocupan 14 veces el espacio

de la Casa Blanca de los Estados Unidos de Norteamérica.

Lázaro Cárdenas del Río, 1°/XII1934 – 30/XII/1940

Es construido “Los Pinos” por órdenes el general Lázaro

Cárdenas del Río 18 y fundador del Partido de la Revolución

Mexicana (PRM). Su levantamiento fue sinónimo de austeridad

frente al despropósito republicano de no vivir en el Castillo de

Chapultepec (en la nueva época posrevolucionaria) con esto, Los

Pinos concluye su historia oficial con ese carácter de residencia,

como expresión de la parafernalia gubernamental destinándose el

Alcázar en Museo Nacional de Historia, e inaugurado en el año de

1944 por don Manuel Ávila Camacho.

Manuel Ávila Camacho, 1°/XII/1940 – 30/XI/1946. 19

Camino a la Casa Miguel Alemán él paseante pasa entre la

arboleda pulcramente cuidada por el extinto Estado Mayor

Presidencial y por la denominada Calzada de los Presidentes se

18 El primero de diciembre de 1934 asume la Presidencia de la

República Lázaro Cárdenas del Río, surgido de la mejor tradición

reformista del constituyente de 1917, quien estaba claramente

convencido de poder transformar las relaciones de producción, sin

cambiar la estructura capitalista de la sociedad.

19 Fundador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y quién

modifica el Artículo 3 constitucional que tenía un carácter de

socialista.

66


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

encuentran las versiones en bronce de quienes han sido sus

residentes: Lázaro Cárdenas del Río con sombrero en mano;

Gustavo Díaz Ordaz, quién optó por una inimaginable pose con la

mano tendida; Carlos Salinas de Gortari, cuya efigie esculpida

porta un legajo de hojas con el título TLC-Solidaridad, o la

desparpajada imagen de Vicente Fox Quezada con su inseparable

V de la victoria.

Los secretos

Al ingresar al inmueble algunos visitantes comentan: “Quiero

conocer los secretos que alberga este sitio”. Fue un hecho: la

apertura develó la exuberancia en la que vivían los presidentes en

su turno presidencial.

Miguel Alemán Valdés, 1°/XII/1946 – 30/XI/1952

Tras un largo andar se llega hasta la Casa Miguel Alemán,

una mansión concebida con estilo francés, de casi 6 mil metros

cuadrados. Es la más grande, ostentosa, opulenta y algo más: es la

que apenas desocupó Enrique Peña Nieto.

Hay días en que la historia transcurre a ritmo de vértigo: el

reciento ha pasado de albergar la cotidianidad en el ejercicio de

gobierno a convertirse en histórico sitio que expresa la suntuosidad

del poder.

Azorados, los visitantes no dan crédito: “¡Cuánto lujo!”,

lanza una septuagenaria mujer a las puertas de la casa. “Y con

nuestro dinero”, (exclama).

Un gigantesco candil dispuesto para iluminar el acceso por

donde solo ingresaban invitados distinguidos es el primer

encuentro de los visitantes con la residencia. “Como si fuese el

pianista del Titanic”, describía con sorna otro visitante, un músico

es encargado de recargar de nostalgia: Adiós a los Pinos.

Es el primer choque que admira el ciudadano al encuentro

con lo que era el centro del poder. En sucesión le seguirá, siempre

con impecable piso de mármol: la ostentosa biblioteca del

controvertido José Vasconcelos; la oficina presidencial, de la que

se llevaron casi todo, con excepción del escritorio y la bandera; la

67


Manuel Garcés Jiménez

oficina de la ayudantía, y si se tiene suerte, encontrará abierta la

puerta (de entre las docenas que aún están clausuradas) que

conduce a la alberca techada.

Hay arrobo, indignación y hasta la satisfacción del final de

una época. Conforme se adentran los visitantes en la Casa Miguel

Alemán Valdez, se torna en un caótico ir y venir de la gente. La

improvisada apertura implica conservar decenas de puertas

cerradas (de finísima madera) que conducen un laberíntico

conglomerado de salones y cuartos. Sólo la certeza de que no hay

espacio en Los Pinos abandonado por la suntuosidad adecuada al

estilo personal de gobernar.

Subiendo las escaleras de mármol se llega a espacios de

mayor privacidad: la recámara presidencial, cuyas ventanas dan a

la Rotonda de la Reforma, un extenso jardín con las efigies de

Benito Juárez y los protagonistas de aquella gesta. Un lujoso

comedor para 28 personas, una de cuyas puertas conduce a una

pretenciosa cocina de donde surgían las creaciones gastronómicas

para satisfacer el paladar presidencial.

La visita resulta toda una experiencia que permite imaginar

la práctica del poder. Los caminos conducen a las otras

residencias, entre ellas la de Lázaro Cárdenas que dista mucho de

la jactancia Casa Miguel Alemán Valdés.

Los jardines están convertidos casi en una romería. Nadie

imaginaría que conformaban una de las zonas de seguridad

nacional más celosamente resguardadas. La Secretaría de Cultura

programó decenas de grupos musicales regionales y clásicos para

celebrar la llegada de la Cuarta Transformación en el corazón

mismo del extinto régimen priísta.

En la famosa hondonada, enclavada entre los jardines, se

colocó una pantalla gigante, ante la cual se congregó una multitud

de simpatizantes de Movimiento de Regeneración Nacional

(Morena) que observaron la ceremonia de traslado del Poder

Ejecutivo y Lanzaron su irreverente grito cuando el mandatario

saliente se despejaba de la banda presidencial: “¡Fuera Peña!”,

lamentaron cuando se ratificó el perdón y vitorearon cuando el

nuevo presidente confirmó que no vivirá en Los Pinos.

68


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

Aun bajo resguardo castrense, las maneras de la Policía

Militar distan mucho de la despótica disciplina del Estado Mayor

Presidencial, que en su extinción aún dejó su lema en las paredes a

manera de epitafio: “Al Presidente nadie lo toca…”

De rancho la Hormiga a la residencia Los Pinos 20 .

Elegida como casa presidencial hace más de ocho décadas por una

convicción de austeridad, la misma razón con el actual sexenio

podrá ser visitada por los mexicanos enclavados en el bosque de

Chapultepec, con dirección oficial en la calzada Molino del Rey.

Se trata quizá de la única ostentosa casa en la Ciudad de

México que puede darse el lujo de no tener un número exterior,

porque todo mundo la identifica desde hace 84 años como el lugar

donde vivía el presidente.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no es el

primero que renuncie a la casa presidencial, desde que en 1934 fue

el general Lázaro Cárdenas del Río, a punto de convertirse en Jefe

del Poder Ejecutivo se negó a ocupar el Castillo de Chapultepec

(hasta entonces morada oficial de los presidentes) por considerarlo

un lugar ostentoso.

Con 39 años cuando fue electo presidente, eligió vivir en el

rancho La Hormiga (ubicada también en el bosque de

Chapultepec) y por evocaciones románticas lo rebautizó como los

Pinos: así se llamaba la hacienda donde conoció a su esposa

Amalia Solórzano, en Tacámbaro, en el Estado de Michoacán.

Presidentes de Adolfo López Mateos a Andrés Manuel

López Obrador:

Adolfo López Mateos, 1°/XII/1958 – 30/XI/1964

Gustavo Díaz Ordaz, 1°/XII/1964 – 30/XI/1970

Luis Echevarría Álvarez, 1°/XII/1970 – 30/XI/1976

José López Portillo, 1°/XII/1976 – 30/XI/1982

Miguel de la Madrid Hurtado, 1°/XII/1982 – 30/XI/1988

20 Se comenta que el nombre de la hormiga se debe al dueño que era

terrateniente tenía este rancho como el más pequeño a las demás

propiedades. De ahí su nombre de hormiga.

69


Manuel Garcés Jiménez

Carlos Salinas de Gortari, 1°/XII/1988 – 30/XI/1994

Ernesto Zedillo Ponce de León, 1°/XII/1994 – 30/XI/2000

Vicente Fox Quezada, 1°/XII/2000 – 30/XI/2006

Felipe Calderón Hinojoza, 1°/XII/2006 – 30/XI/2012

Enrique Peña Nieto, 1°/XII/2012 – 30/XI/2018

Andrés Manuel López Obrador, 1°/XII/2018 –

30/XI/2024.

Más tarde, Adolfo López Mateos (1958-1964) quien no dejó

su casa en la avenida San Jerónimo, si bien nunca (que se sepa)

tuvo la intención de darle otro uso a la residencia.

Hoy, la que ha sido vivienda de 13 presidentes (con

excepción de López Mateos) será convertido en un espacio cultural

para todos los mexicanos de todas las clases sociales.

Hasta finales del siglo pasado Los Pinos era un espacio

relativamente abierto que acabo cuando Ernesto Zedillo instaló la

gran reja verde de hierro fundido sobre el acceso de la avenida

Parque Lira. Esto sólo se abría para darle paso al convoy

presidencial.

El cerco de protección cada vez más cerrado en torno al Jefe

del Ejecutivo por parte del Estado Mayor Presidencial (EMP), ha

sido en paralelo con las crecientes medidas de seguridad y

vigilancia en Los Pinos.

La creciente y sofisticada tecnología de resguardo y

vigilancia, así como los militares destinados por el EMP con

Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, han hecho de la residencia

un sitio impenetrable al cual solo se podía acceder si previamente

era invitado, si algún servicio era requerido o si se laboraba ahí.

Controles vehiculares con plumas y dispositivos

automáticos para reventar neumáticos, cámaras de video

vigilancia, arcos detectores para metales, escáner de rayos X,

puertas de acceso controlado a oficinas, revisión de gafetes e

identificaciones representan apenas algunas medidas con

tecnología de punta que fueron utilizadas para la seguridad en esta

residencia.

70


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

Mucho más estrictos fueron las medidas para cuando se

anunciaba alguna marcha de protesta con intenciones de llegar a

Los Pinos. En esos casos se desplegaban policías capitalinos,

granadero y guardias presidenciales; además se instalaban vallas

metálicas en la avenida Chivatito, a la altura de la estación del

Metro Auditorio.

Dentro de sus muros, está residencia ha vivido toda suerte

de ampliaciones, nuevas construcciones, adecuaciones

remodelaciones y la decoración ha variado según el gusto y

necesidades planteadas por sus habitantes.

Mientras con Lázaro Cárdenas apenas se hicieron algunas

reformas a la casa ya existente en 1935, Manuel Ávila Camacho

adecuó un chalet tipo inglés, hoy llamado residencia Lázaro

Cárdenas. En la casa dispuesta por Adolfo Ruíz Cortines (hoy

lleva su nombre) se encuentran los salones Los Presidentes y

Venustiano Carranza.

Miguel Alemán (1946-1952) mandó a construir otra casa de

mayores dimensiones y ha sido usada de forma alterna como

vivienda y también oficinas.

En los gobiernos de Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz

Ordaz (1964-1970) y Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) se

hicieron sólo remodelaciones. José López Portillo (1976-1982)

ordenó construir la calzada de los Presidentes, una enorme

biblioteca (la cual desmontó al finalizar su sexenio para llevarse a

su residencia particular) y las cabañas a las cuales (previa costosa

remodelación) llegó a vivir años después Vicente Fox Quesada.

Miguel de la Madrid (1982-1988) cambió la distribución y

uso de los espacios, separó el área de trabajo de la festinada para

residencia familiar e instaló su despacho en la casa Lázaro

Cárdenas y es el artífice de la fachada blanca que hasta la fecha

distingue a la mansión.

Para su sucesor, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), la

prioridad fue encabezar en la propia residencia sus actos públicos

oficiales. Por eso ordenó la construcción de los salones Adolfo

López Mateos y Miguel Ávila Camacho.

71


Manuel Garcés Jiménez

El presidente Ernesto Cedillo prácticamente no realizó

modificaciones, pero si ordenó construir un área de juegos para sus

hijos en el sótano de la casa Alemán.

En 2007, el presidente Felipe Calderón Hinojosa ordenó

remodelar esa área, pero se desconocen sus características y

contenido porque bajo reserva de ley los planos de la obra se

mantuvieron en secreto. Todo apunta, sin embargo, a que se trata

de una suerte de búnker con instrumentos de inteligencia, pues así

lo sugirió el ex mandatario en una entrevista concedida a la

televisión estadounidense en 2010.

En el sexenio pasado con Enrique Peña Nieto, por 78

millones de pesos ingenieros militares construyeron un edifico de

5 mil 310 metros cuadrados para las oficinas del jefe de la Oficina

de la Presidencia y de Comunicación Social.

Fiestas y derroche en la residencia de Los Pinos

Los caprichos del poder presidencial en México tienen sus

mayores expresiones, no pocas veces, en Los Pinos. Sus

protagonistas desmesuras y extravagancia se han hecho públicos a

partir de indiscreciones o infidencias, incluso meses o años

después de ocurridos.

Después de su primer habitante, el general Lázaro Cárdenas

del Río, sus sucesores, el anecdotario ha dado para el registro de

una serenata que llevó Irma Serrano La tigresa a Gustavo Díaz

Ordaz, pero también la fiesta que organizó ahí mismo ese

presidente para conmemorar sus 30 años de matrimonio y donde

Armando Manzanero estrenó la canción Parece que fue ayer.

El apego de la familia Echeverría Álvarez al folklor y las

costumbres mexicanas se extendió en Los Pinos más allá de servir

horchata y agua de Jamaica en las reuniones de gabinete. Doña

María Esther Zuno Arce instaló en el sótano de la residencia

Miguel Alemán un museo de trajes regionales.

José López Portillo llevó a vivir ahí a su madre, doña

Refugio Pacheco, quién fue una de las principales promotoras de la

primera visita del Papa Juan Pablo II a México y a quién se

abrieron las puertas de los Pinos.

72


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

Además, ahí se casó el 21 de octubre de 1979 Carmen

López Portillo y Romano con Rafael Tovar y de Teresa, fallecido

en el 2017 y quién fuera el primer Secretario de Cultura durante el

régimen de Enrique Peña Nieto.

Los festines en la residencia oficial, por el motivo que

fuese, junto con sus exclusivos invitados, se han vuelto famosas y

han dado mucho de qué hablar.

Carlos Salinas de Gortari celebró en el salón Adolfo López

Mateos la fiesta de 15 años de su hija Cecilia, con la actuación

especial del cantante Luis Miguel.

Luego, el 2 de julio de 2001 y justo un año después de

haber ganado las elecciones que lo convirtieron en el primer

presidente de oposición en México Vicente Fox Quezada se casó

ahí con su hasta entonces vocera Martha Sahagún.

La pareja acondicionó entonces como vivienda las cabañas

construidas años atrás. Y pese al discurso propagado, pronto se

revelaría que aquello fue un acto de dispendio, pues entre los

trabajos de remodelación y avituallamiento se gastaron del erario

público 40 millones de pesos de aquellos años.

Y aunque como presidente Vicente Fox promovió las visitas

guiadas a Los Pinos y hasta patrocinó una de las obras más

completas escritas sobre la casa presidencial, también es cierto que

al concluir su mandato hizo instalar en su rancho de San Cristóbal,

Guanajuato, una réplica de la sala de juntas y ha pugnado para que

lo llamen “presidente” como se estila en Estados Unidos.

Recordemos, que el único mandatario que la historia lo

recuerda como presidente, es al prócer del Instituto Politécnico

Nacional, “El Presidente Lázaro Cárdenas del Río”.

También los hijos de Ernesto Zedillo Ponce de León

organizaron algunos festejos en los salones de la residencia

presidencial. Años más tarde, mucho se habló de las veladas

bohemias organizadas por el presidente Felipe Calderón Hinojoza.

Durante el actual sexenio, los hijos del presidente Enrique

Peña Nieto y de su esposa Angélica Rivera organizaron ahí

algunos festejos. El propio mandatario ha celebrado en compañía

de familiares y amigos algunos de sus cumpleaños. Sin embargo,

73


Manuel Garcés Jiménez

oficialmente la Presidencia siempre ha declarado estas fiestas

inexistentes.

Las pinturas localizadas en una bodega

Lo que se conoce como la Colección de pintura de la residencia

oficial de Los Pinos, consistente en 33 obras pictóricas, de igual

número de artistas comisionados en 1933 por el entonces

presidente Carlos Salinas de Gortari ha sido encontrada en una

bodega dependiente de Presidencia de la República, ubicada en la

avenida Constituyentes, por parte de su Dirección General de

Bienes Materiales.

Al parecer se trata de una bodega de grandes dimensiones

en lo se resguardan miles de objetos de todo tipo, desde muebles y

accesorios, incluso regalos recibidos de anteriores gestiones

presidenciales, aunque tiene un área reservada para obra de arte.

Fue allí donde se encontraron obras de arte de la colección

embaladas e identificadas. Falta saber si la bodega cuenta con las

condiciones necesarias para albergar piezas de arte.

¿Qué pasará con estas obras de los pintores: Rafael

Cauduro, Beatriz Ezban, Luis Nishizawa y Luis Urbán?, ¿Dónde

finalmente serán expuestas al público?, hasta el momento nadie

sabe. Y como decía mi tía Petronila: “Solo Dios sabe”.

El palacete de Huixquilucan

Dispuesto a cerrar la presente crónica hojeo el periódico la Jornada

del lunes y martes del 25 y 26 de febrero del año en curso donde

me encuentro con un tema interesante que se relaciona con Los

Pinos, es otra casa presidencial conocida como: El palacete de

Huixquilucan o de la Herradura, o Los Pinitos o también, Los

Pinos de Huixquilucan. Es la Residencia Soledad Orozco, ubicada

en La Herradura, Huixquilucan, estado de México, donde se

resguardan obras de arte y objetos suntuosos como es un óleo

titulado “Vendimia de flores” (1949) atribuido al maestro Diego

Rivera, el cual, de acuerdo con expertos podría ser falso.

“La obra que mide 1.49 por 1.79 metros, con marco dorado

de hoja, esta valuada por la oficina de la Presidencia de la

74


Los Pinos, Residencia oficial de la ignominia

República en 31 millones 551 mil 200 dólares. Se trata de un

precio absurdo, no puede valer eso, simplemente porque no es un

Rivera”

Ahora resulta que la lujosa Residencia Soledad Orozco que

mantiene la Presidencia de la República se encuentra en un litigio

promovido por los herederos del ex presidente Manuel Ávila

Camacho y su esposa, quienes a como dé lugar pretenden

recuperarla debido a que anteriores gobernantes incumplieron el

acuerdo de donación dispusieron que la mansión debería servir

exclusivamente para hospedar a mandatarios extranjeros en visita

oficial a nuestro país; así como para funciones propias de la

Presidencia de la República.

Fue en el año de 1997 cuando el gobierno federal la recibió,

pero resulta que fue mal utilizada por las administraciones pasadas

del PRI del PAN, pues fue el lugar de desmanes, pachangas y

fiestas suntuosas de los hijos de los mandatarios donde se erogaron

millones de pesos en su mantenimiento en general. Veamos estos

datos que nos proporciona la Jornada. “Los gastos en servicios de

luz son otra constancia de que no se trata de una mansión

pequeña y abandonada: el gobierno federal, a través de su partida

presupuestaria 31101, pagó el sexenio pasado por energía

eléctrica 20 millones 753 mil 425.72 de pesos” entre otros gastos.

Pues es así como se cuecen las habas en los gobiernos anteriores

donde prevaleció: el desmán, el derroche, el despilfarro, la

ignominia, mientras millones de familias mexicanas no tienen un

bocado al día, y de todos los días del año para comer.

Fuentes

Arnáiz y Freg, Arturo. (1963). Madero y Pino Suárez En el

cincuentenario de su sacrificio 1913 – 1963,Testimonio

históricos seleccionados por Arturo Arnáiz y Freg.

México: Secretaría de Educación Pública.

Creelman, James. (2003). Díaz, Jerarca de México. México:

UNAM

75


Manuel Garcés Jiménez

Macías, Carlos (Prólogo, selección y notas). (1992). Plutarco Elías

Calles. Pensamiento político y social. Antología (1913-

1936). México: SEP/ FCE.

Museo Nacional de las Intervenciones (Ex Convento de

Churubusco). (2007). Las Intervenciones de México, 1825

– 1916. México.

Novo, Salvador, (1980). Los paseos de la Ciudad de México.

México: FCE.

Observatorio Astronómico Nacional (OAN), Calendario 2019.

Prieto, Riodelaloza, Raúl. (1993). Álvaro Obregón resucita: de los

Tratados de Libre Comercio. México: Edit. Dalmon.

Ramírez González, Beatriz (2008). En la pobreza y en la riqueza.

Biografía de doña Natalia Chacón de Elías Calles

(primera dama de 1924 a 1927. México: Documentación

y Estudios de Mujeres.

LVI Legislatura, Cámara de Diputados (1997). Los gobernantes

de México, Documentos para la historia. México.

La Jornada. Domingo 2 de diciembre de 2018.

La Jornada. Martes 17 de julio de 2018.

La Jornada. Martes 15 de enero de 2019.

La Jornada. Lunes 25 de febrero de 2019.

La Jornada. Martes 26 de febrero de 2019.

76


PERSONAJES DE MI BARRIO

Verónica Müller

La Dama Museos


Verónica Müller

Dirige el proyecto Museando Ando cuya misión es enlazar museos

con personas, sirviendo a México en el terreno de la educación

mediante su cultura. Esta misión surgió hace 35 años al conocer el

Museo Nacional de las Culturas del Mundo. Tesis de Maestría

“Reorganización administrativa y propuesta de la documentación

completa del registro ordenado, actualizado y re-editable de los

museos de las 16 delegaciones del Distrito Federal en el 2008”.

Estudios de guía de turista (ENAH). Locutora (ANLM).

Promotora de encuentros de museos comunitarios. Autora del

libro-revista Museando por las Rutas Patrimoniales y Museos

Comunitarios. Conductora del programa en Radio Fórmula

Museando Ando - 104.1 fm y 1500 am.

www.radioformula.com.mx (sábados de 20 a 21 hrs), con dos años

en esta emisora y cinco años trasmitiendo por internet.


Personajes de mi barrio

Sirvan estas líneas a manera de presentación ~ Soy Verónica

Müller ~ la Dama Museos con un proyecto de vida poco común,

crear una fórmula para motivar a las personas para que visiten

museos. El proyecto se llama MUSEANDO ANDO, el cual ha

consistido en acercarme a las personas, frente a frente y

trasmitirles -- en intento contagiarles -- la gran alegría que siento al

descubrir y todo lo que he aprendido visitando MUSEOS.

La génesis.-Todo comenzó como un pasatiempo y poco a

poco sin darme cuenta me convertí en la promotora voluntaria,

independiente y con mis propios recursos de los museos de la

Ciudad de México, como un eslabón más de la importante cadena

informativa cultural con que cuenta México. Quería visitarlos

todos y como la niña que colecciona muñecos de peluche, yo

comencé a coleccionar museos y he logrado coleccionar alrededor

de 700 durante 35 años aproximadamente. Eso ha redundado en

un compromiso de buscar diversas maneras para difundirlos. Al

descubrir la carencia de información sobre la ubicación de los

museos, en mi tesis de maestría expongo la mencionada dificultad

de encontrarlos. Abundando en la fórmula arriba citada, he

incursionado en la realización de recorridos, cuentos, títeres, librorevista,

encuentros de museos comunitarios y programas de radio

por internet y por FM y AM. en Grupo Fórmula. Mi misión es

enlazar personas con museos y hacer sinergias con el mundo

cultural. Tengo en mente otro tanto de ideas para que sigan

brindando un servicio a la sociedad que en su momento saldrán a

la luz.

Ahora bien después de esta breve semblanza, les comparto

la crónica sobre una entrevista realizada a una persona que vivió

en mi barrio y nos lleva de la mano para saber los aconteceres de

un grupo de ciudadanos mexicanos que decidieron su vida en base

a sus circunstancias o que la vida la decidió por ellos. Inventé los

nombres por respeto a la identidad de los protagonistas,

comenzamos.

En mi investigación contacto a Polo mi fuente informativa,

quien de alguna manera y aunque sea a distancia conoció, a los

personajes de mi barrio, siendo el mismo todo un personaje.

79


Verónica Müller, la Dama Museos

Entrevistadora ~ ¿cómo fueron los tiempos de hace décadas

por este rumbo?

Entrevistado ~ el relato que describiré comenzó hace

cuarenta años me refiero a un grupo de personajes de la calle en un

lugar conocido como El Molinito en Naucalpan de Juárez, Estado

de México delimitando con el Distrito Federal. El Molinito tiene

una colonia que se le conoce como Guardias, la ubicación es la

siguiente: guardias estaba en el interior del Campo Militar, donde

vivían militares de guardias presidenciales, fuera del campo militar

vivían revueltos civiles y militares, aún existe la barda de piedra

que divide dicho predio. Aquí han vivido muchos personajes del

barrio como el Ratón quien sigue vivo, este mexicano quien aún

en el 2019 deambula por las calles de este barrio, su oficio era ser

ladrón, las nuevas generaciones desconocen su historia porque

ahora solo es un vagabundo indigente, que vive de comer basura,

jala una cobija más que mugrosa, sucio, maloliente, camina

arrastrando los pies, en pocas palabras una piltrafa de ser humano,

perdió un ojo y hoy es un bulto decorativo en esta jungla humana

y dicho sea de paso como tantos personajes que la sociedad ni los

ve ni los oye. Además del Ratón hay otros personajes, entre la

flota de muchachos que en aquel entonces se reunían hace cuarenta

o cuarenta y cinco años. Me refiero al Rocas, otro personaje con

una historia difícil, él no es ladrón, no es narco menudista como

los que había ahí. El Rocas es un personaje con mala suerte, por

un lado o con buena suerte por el otro, con el defecto de ser muy

holgazán, su nombre es Mario quien tuvo la desgracia de perder a

su madre a los catorce años. La señora tenía una cantina de esas

de barrio, en donde se vendía cerveza, algo de alcohol y todo lo

que se sirve en una cantina. Su padre la mató y lo metieron al

bote. Usted lector imagínese que pudo haber sucedido para que se

desencadenara esta tragedia, tantee la desgracia de este relato. El

Rocas quedó huérfano y prácticamente de dueño de una vecindad,

maltrecha, donde se reunían muchos, muchos vagos ahí con él,

donde daban chance de dormir en su cuarto, aparte de que él

rentaba el resto de la vecindad. El Rocas era muy bueno para el

futbol, o al menos eso decían ellos, la banda. Su equipo que lo

80


Personajes de mi barrio

hizo ahí mismo, chamacos de entre catorce a dieciséis años. Yo

les llevaba a todos ellos más de diez años de edad. El equipo de

futbol se llamaba el Rayito porque cuando quisieron ponerle su

nombre a su equipo se acordaron que todas las vecinas, las

chamacas le llamaban el Rayito del Sol. La colonia se llama

Guardias porque ahí estaba una sección destinada a familiares de

soldados de guardias presidenciales, gente de tropa. La gente de

tropa es de subteniente, de sargento primero para abajo o sea;

soldado raso, cabo, sargento segundo y sargento primero, o sea

pura tropa. Los del Rayo tuvieron después no sé si por fortuna o

por desgracia que pertenecer, la mayor parte de ellos, al famoso

grupo de los Halcones, que ahora dan cuenta de ellos en la

premiada película “ROMA” de Alfonso Cuarón la cual ganó tres

Oscares en Hollywood en febrero de 2019. Continuando con la

crónica, todos pasábamos por una especie de tamiz, que cuando

llegábamos a cierta edad nos enrolábamos en el ejército, la mayor

parte de ellos habían sido soldados, para luego salirse y ser parte

de los Halcones porque ganaban más. Mario sobresalió porque

aparte de ser Halcón después de que se acabó ese grupo, se enroló

en el ejército con cierto grado y muy buen tratamiento por ser

futbolista porque decían que jugaba muy bien futbol. Aparte de

que le decían el Rocas por tacaño como una roca y estaba bien

porque tenía que mantener a tres hermanos menores que él, uno de

ellos el Sonny, porque era muy bueno para golpear, era gordito y

hablaba como Chabelo. Al Sonny lo mataron porque era ladrón,

habrá muerto por 1972, era un adolescente, era entrón porque en

un momento me defendió de unos soldados borrachos y yo estaba

más borracho que ellos y no podía defenderme, así que el Sonny

siendo un niño les dio una golpiza a estos soldados borrachos, casi

casi los noqueó, sus amigos del Sonny eran de la edad de él. Le

pusieron este apodo en homenaje a Sonny Liston.

El Rocas hizo sus veinte años en el ejército, le dieron algún

dinero y reformó la vecindad que era un cuchitril, la hizo una

vecindad bastante rentable y sigue viviendo en el área. Nuestro

personaje luce como un personaje bíblico por la luenga barba que

porta y parece limosnero y a veces pirata y fan del futbol. Es muy

81


Verónica Müller, la Dama Museos

bueno para no hacer nada, o sea que vive de sus rentas y el

mencionado lugar como comenté está casi casi pegado al Distrito

Federal y allí fue la génesis, donde salió la idea de hacer.

-¿Sabes quién o quienes educaron a nuestros personajes? es

importante saberlo dado que es en la educación dónde nos

forjamos los seres humanos.

Entrevistado.- El Rocas no terminó la secundaria y se hizo

cargo de sus hermanos, el Diablo, el más chico el Daniel, quien se

dedicó a dibujar porque me veía que yo dibujaba y él quería

imitarme. Era un niño como de siete u ocho años y actualmente

tiene un taller de rótulos en el área. Hay otro hermano, el que le

apodaban el Negro y se fue a Estados Unidos y allá vive. El

mayor que ellos, le decían el Reservas, él tendría unos dieciocho

años cuando mataron a su mamá, le pusieron el Reservas porque

un día llegó de chismoso y dijo que lo habían recibido en las

reservas del Atlante, entonces de burla le pusieron el Reservas por

eso se ganó ese apodo.

Entrevistadora.- Por favor explícanos quienes son Los

Halcones.

Entrevistado.- Era un grupo formado por debajo del agua, o

por debajo de la mesa, por el gobierno del Distrito Federal, era un

montón de chamacos golpeadores que no usaban uniforme, que les

pagaba el gobierno diariamente y les enseñaron karate, kendo y un

mundo de cosas de artes marciales. Por ahí hay un libro famoso

que se llama Jueves de Corpus el cual toca este tema, su autor

Antonio Solís Mimendi narra: El kendo es una vara de bambú de

metro y veinte centímetros o más grande, las traían en las dos

manos y se usaban para golpear y defenderse del potencial

enemigo. En la estación del metro Normal hay fotos del grupo de

los halcones, en plena acción. Ahí sucedieron muchas cosas y ellos

trabajaban para el Distrito Federal como ya lo mencioné y en esa

época la mayoría de los muchachillos entre diecisiete y veintidós

años eran Halcones y había varios turnos al servicio. Después del

jueves de Corpus les dieron 5,000 pesos y les dijeron adiós y que

se fueran para sus casas.

82


Personajes de mi barrio

Muchos de ellos tuvieron cabida en la policía uniformada y

la policía de tránsito del Distrito Federal, la mayoría se dedicaron a

vaguear y lo de siempre entre drogadicción, entre peleas entre

ellos, entre vagancia, entre robos, así vivían la vida. Todavía hace

diez años, fui a tocar rock&roll a las fiestas de ahí, fiesta para los

veteranos y todavía no han perdido la tradición y para demostrarlo

se golpean en la calle, viejos de sesenta años.

Entrevistadora.-¿Ese trato era por rencor?

Entrevistado.-Te contesto con un no, era una especie de

deporte que desde chamacos lo hacían tomando cerveza. Yo no

tomaba con ellos porque yo era más grande que ellos, ellos eran

futbolistas, yo no. Entre ellos los domingos en las tardes se

peleaban con los soldados que pasaban por ahí, con quien fuera se

peleaban y se peleaban en serio y al otro día estaban como si nada,

seguían siendo cuates y todavía eso sucedía cuando ya tenían

cincuenta años, casi sesenta años. Todo eso hacía el grupo, en el

lugar ese que se llama Guardias. Es especial con respecto a su

ubicación pues para entrar allí en vehículo solo había una entrada

que servía también como salida y dos calles que aún existen por la

escalera. El área comprende cinco manzanas, por lo estrecho nos

conocíamos y nos tolerábamos todos, era como una enorme

vecindad.

Ahí también había dos calles con escaleras para entrar y

salir aparte de la única entrada y salida de vehículos. Sin exagerar

todos nos sabíamos, lo bueno, lo malo, lo regular, dicho de otro

modo se sacaban los trapitos al sol, era como una vecindad enorme

esas cuatro manzanas y había de todo, como lo mencioné antes

sobre el personaje del Ratón, que era un raterazo y fue entrevistado

por Jacobo Zabludovsky por ratero. Hay algunos otros, como el

Cuco, el Cirilo y sus ayudantes, eran la plaga del lugar.

Afortunadamente para mí y para mis hijos yo salí de ahí en

el año en que tomó posesión el presidente José López Portillo en

1976 y desde entonces vivo por el rumbo de Satélite.

Entrevistadora.- ¿Había alguna escuela por el rumbo?

Entrevistado.- La escuela en donde la mayor parte asistió se

llamaba Eva Sámano de López Mateos, estaba el grupo de futbol

83


Verónica Müller, la Dama Museos

El Rayito, el Turín, había otro que no era de los soldados sino de la

parte civil Palmeiras, eran tres equipos de futbol, la particularidad

era que todos se conocían y me reconocían. Insisto todos sabían la

vida de los demás, todos se toleraban, convivían prácticamente

todos los rateros, y eran cuates. El que si era mi cuate era el Cirilo.

Otra cosa, por las noches salía en una caminata para verlos y me

daban tristeza los teporochos. Yo en ese momento no tomaba y les

llevaba unas hojas con alcohol metidas en una olla, o en los botes

de leche vacíos bien lavados, les ponía hojas de té, azúcar y

alcohol y se los llevaba a los teporochos que dormían en los

puestos vacíos del mercado. En dichos puestos se escuchaba voces

de entre los puestos y yo les decía quiúbole, que andas haciendo

ahí pinche Cuco y Cuco con su voz aguardentosa me contestaba

¿Cómo me conociste? Yo le respondí…por los zapatos cafés guey,

yo la verdad no veía a nadie yo solo oía su voz. Entonces los

rateros estaban esperando a sus clientes, como ellos les decían,

justo ahí entre los puestos del mercado. A ellos también les daba

una ración de hojas casi hirviendo y aparte les llevaba a mis otros

cuates teporochos hojas con alcohol. Toda esa calle la recorría a

las tres de la mañana, o tres y media.

Entrevistadora.- ¿Porque se les pone apodo a las personas?

Entrevistado.- Por facilidad, para llamarlos con

desenvoltura, en Estados Unidos hay un nombre que se le dice

Jetro y su apode es el Jet, otro que se llama William y le dicen

Wili y así por el estilo. Se les pone por burla, por facilidad o por

rebote. En el batallón de zapadores había un chaparrillo que le

decían el Piteco del segundo batallón de ingenieros de combate,

antes designados como zapadores, el Piteco era chaparrito, alegre y

deportista y tenía a su esposa y ¿Cómo crees que le decían? Obvio,

la Piteca y así es como surgen los apodos. En algunas familias

tienen la costumbre de poner apodos por las causas que sean y así

crecen y luego no son reconocidos por su nombre sino por el

apodo.

Entrevistadora.- ¿Se podría pensar que solo a las personas

que están en la cárcel o maleantes tienen mote?

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Personajes de mi barrio

Entrevistado.- Desde luego que no, algunas familias se

ponen apodos entre sí, algunos son ofensivos, otros por llevar la

contra como al alto le dicen el chaparro y es solo por molestar o

por diversión.

A los maleantes les ponen el apodo totalmente al revés, por

ejemplo si un cuate es muy rezador, va a todos los velorios y hace

sus rosarios y le gusta la onda religiosa pues le ponen el diablo, en

las cárceles son alrevesados, pues lo mismo que afuera ¿no crees?.

Si un cuate es locutor y parlanchin, le ponen el mudo.

Entrevistadora.- ¿Te pusieron algún apodo a ti?

Entrevistado.- A mí me pusieron el Elvis por burla, porque

yo iba con los López Polo. Los López Polo eran un trío de

zapadores soldados que tenían un trío e iban a cantar mañanitas en

fiestas y amenizaban borracheras, el Teniente López Polo, el cabo

López Polo y el otro era el soldado López Polo, yo me les pegaba

y les tomaba la guitarra prestada era principiante y solo me sabía

dos que tres canciones entre ellas las que tocaba Ricky Nelson,

Cindy, Restless Kid, Hello Mary-Lou porque era mucho muy fácil

cantar sus canciones, entonces un día que le llevamos mañanitas a

la novia de un tal Andrés, que era sargento segundo de guardias

presidenciales, cuando era el momento de descanso, agarré yo la

guitarra y me eché dos que tres canciones que me sabía en inglés,

era country y las chamacas se alocaron y Andrés de pura burla me

empezó a decir Elvis, ándale, cántate otra Elvis, entonces me di

cuenta que sí podía cantar canciones como el Elvis y la primera

que me aprendí fue It‟s now or never.

Entrevistadora.- Una de las virtudes que encuentro en ti es

que sin saber inglés te ibas a ver las películas donde cantaban estas

canciones, muchas pero muchas veces y anotabas las letras y luego

te las aprendiste.

Entrevistado.- La primera que vi fue la de Ricky Nelson ~

Río Bravo la vi como unas seis u ocho veces con John Wayne y

Dean Martin y era de vaqueros, trataba de un preso en una cárcel,

con el Sherif y sus ayudantes. En una escena Ricky Nelson agarró

la guitarra y canta sin más ni más y esa fue la que me aprendí y fue

Cindy y de ahí pal real.

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Verónica Müller, la Dama Museos

Yo me hice mi conjunto, no junte amigos que quisieran

tocar sino agarré un conjunto ya hecho José, Jorge y Alberto, José

tocaba el requinto, Jorge tocaba el bajo y ojalá y viva, Alberto que

aun toca la batería con los hermanos Carreón y vive muy cerca de

los Remedios. Los fui a ver tocar porque yo me llevaba bien con

ellos, luego fuimos a tocar a San Mateo y debuté a la hora de la

hora, era 1964. Recuerdo que la gente quería oír una canción de

los Beatles y estos mis cuates no se sabían ni una y claro que

querían oír algo de ellos pues eran la novedad. Me di cuenta que

algunos no los habían escuchado y yo solo me sabía el ~ Do you

want to know a Secret y me sabía I saw her standing there,

también les dije como se acompañaba y más o menos nos salió a

pesar de que ellos no se la sabían pues el único que sí se la sabía,

era yo. Finalmente le echaron ganotas y salimos airosamente.

De ahí pal real, se vinieron conmigo los tres y nos acoplamos en el

acompañamiento, el cantante se llamaba Rodrigo y ahorita vive en

Cancún, Rodrigo era vecino de la Brigitte, ahí también cerca del

Molinito, se vinieron conmigo yo tenía como siempre un poco de

dinero guardado y seguí avanzando en este proyecto y con mis

ahorros compré un amplificador para el bajo, ya para ese entonces

yo tenía mi guitarra eléctrica, un amplificador para mi guitarra y

conseguíamos el equipo que nos faltaba y comenzamos a ensayar.

Luego luego, el día que me eché el palomazo con ellos en San

Mateo fue un sábado y el martes siguiente pa pronto ensayamos,

ya tenía yo el conjunto, bajo requinto y batería y todos

semiprofesionales.

Entrevistadora.-¿Porque no te quedaste enganchado con tus

conocidos los malvivientes?

Entrevistado.- Yo no me quedé enganchado gracias a mi

Papá, mi papá tenía muchos libros, libros que recortaba del

periódico y los empastaba, en los periódicos publicaban 36 páginas

de libro de equis autor todos los domingos y los juntaba y luego

los armaba como un libro y entonces ya era un libro en efecto.

Bueno pues yo empecé a leer desde los nueve años entonces yo

sabía que la solución mía no era meterme a la policía o quedarme

en el ejército, o meterme de comerciante como otros que estaban

86


Personajes de mi barrio

más cerca de mí, o sea, yo tenía algo que hacer y los libros me

habían dado la clave para empezar a saber cómo se lograba ser lo

que yo quería ser, en este caso soy dibujante. También me dieron

la clave de que en los libros también podía hablar inglés y en las

películas podía practicarlo de oído o sea me dieron la clave y la

clave vino de los libros, me dieron muchas ideas que hasta la fecha

tengo un argumento en donde los Beatles de hace 50 años vienen a

América, Paul MacCartney es sobrino de Elvis Presley lo van a

visitar a Arizona y ahí los Beatles cantan sus canciones y se hace

una pachanga, los cuatro Beatles vaciladores y Elvis ya maduro

pero sigue siendo Elvis o sea que aún tengo la idea y ojalá la lleve

a cabo de hacer una película animada en donde suceda eso.

Ahora te respondo del porque no me quedé enganchado, es

porque sabía que yo podía hacer cosas tal cual lo dicen los libros.

Otra fue que mis padrinos, el papá de Virginia, esposo de

Ernestina, mi padrino como que me daban cuerda de decirme que

yo era una persona que valía, me acuerdo de una vez en

Cuernavaca Morelos tenía once años y mi padrino lo mandaron de

partida a Iguala y yo me quedé de apoderado de él, yo cobraba sus

quincenas y se las llevaba a Ernestina, a mis once años me creían

responsable de hacer eso y lo hacía. Con el alcoholismo que dicho

sea de paso, ni me gustaba el trago, pero lo hice por imitación, los

libros me dieron agarraderas para poder salir del alcoholismo y

actualmente esa conducta aprendida me da agarraderas para poder

hacer un argumento sobre Villa y sobre Zapata que estoy haciendo

ahorita y presentarlo y hacer un cartón, el día de la presentación de

la revista, a la vista de todos, como show, que me tarde dos horas

y media, tal vez tres y presentar mi trabajo tal como lo hago con

lápiz grueso, con plumones y en una hoja de ilustración

grandotota. Los libros son la clave, un escalón con libros para irme

agarrando y lo bueno y lo malo es que todavía no llego arriba y no

me interesa mucho llegar arriba, lo importante es que estoy

escalando, ojalá te sirva lo que te digo.

Entrevistadora.- ¿Los otros cuates si se contaminaron?

Entrevistador.- El tema es agarrarse de los libros, es un

regalazo que nos podemos dar, los libros nos dan ideas que

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Verónica Müller, la Dama Museos

germinan en nosotros, están ahí a la mano, son para que los tengas

y digas: Yo ya me leí, como por ejemplo, El vendedor más grande

del mundo y ya voy a vender lotes en la luna o sea para quien

tenga ese tipo de ideas. Me preguntaron en una ocasión qué cuánto

tiempo debe uno practicar para hacer historietas. Cuando pude

hacer la primera historieta me daba gusto verla impresa, no

contaba cuánto iba yo a ganar, entonces yo no tenía las ganas de

ganar sino de hacer. ¡Uy Polo, aquí has de haber ganado la pura

feria! Y yo le contesté, no importaba lo que había ganado sino que

lo había hecho y que puedo seguir haciéndolo.

No sé si eso tenga mucho que ver, mientras él veía primero

la lana, yo primero veía la parte anímica, la visual. Él en su mundo

desea mejorar cuantitativamente y es válido, más yo sin

menospreciar el dinero primero me importa mejorar mi obra pues

así en adelante puedo vender mejor mi obra.

Mi pensamiento con respecto a la compra de un coche no

me importa la marca si es Ford o Rolls-Royce, a mí lo que me

importa es que sea rojo y me traslade a mi destino, la editorial

donde tenía que dejar mi trabajo para que entonces me pagaran. A

mis cuates sí que les importa la marca para presumir.

En lo referente a la comida, mira me importa poco si como

un plato de frijoles en el suelo o en un restaurante, lo más

importante para mí es tener hambre.

Con respecto a mi obra, me es importante haber aprendido a

ha grabados en piel pues tiene un grado de dificultad diferente a la

del papel, la madera, el bastidor o cualquier otro material, pues

estos se trabajan a la superficie con diferentes accesorios, no solo

pinceles y también aprendí últimamente a hacer películas en

dibujos animados y esa manera de pensar a entrarle a estos retos,

fue gracias a los libros que leí desde los nueve años.

Reconozco que me contaminé con esas influencias de mis

“cuates” del Molinito pero los libros me marcaron para usar mi

cabeza pensante, los libros no dan soluciones como tal a los

problemas que vayamos teniendo, te van a dar panoramas para

buscar soluciones, activar las dudas que se van teniendo en el

caminar de nuestras vidas. Las dudas futuras las enfrentaré con

88


Personajes de mi barrio

gusto. Cito otro ejemplo que se me quedó grabado en mi mente, el

dato de Brasil que no tuvo guerra de independencia, nada más fue

un cuate de Brasil y dijo saben que ya no queremos pertenecer a

Portugal y le respondieron, bueno sale, fírmale ahí y listo, eso paso

en el 1850 y este conocimiento lo adquirí gracias a un libro y

tantos, detalles que para el común denominador no tendría

importancia pero para mí sí y aprendí que todos los países de

América tuvieron guerra de independencia menos Brasil y Canadá

y me quedo muy contento por saberlo.

Ojala sirva de algo todo lo que acabo de decir.

Me despido de Polo pidiéndole por favor la oportunidad de

seguir conociendo la historia de mi barrio con sus personajes y que

gracias a él hoy se más de mi barrio.

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LOS ZAPATISTAS DEL SUR

LA ESTATUA DE EMILIANO

ZAPATA EN HUIPULCO

Jaime Orozco Barbosa


Jaime Orozco Barbosa

Nacido en la Ciudad de México. Estudió Administración de

Empresas en la UNAM. Realizó la maestría en administración

pública en París, Francia. Intervino para establecer el Museo de

Historia de Tlalpan, y la nueva Biblioteca Central Delegacional en

Tlalpan en 2006. Fue 9 años presidente de la Asociación de

Cronistas del D. F., cronista emérito y oficial de la Delegación hoy

Alcaldía de Tlalpan desde 1997. Integrante del Cabildo Nacional

de la Crónica de la Ciudad de México. Miembro honorario de las

Asociaciones de los Estados de México, Sonora, Morelos e

integrante de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades

Mexicanas. Ha impartido 150 conferencias y participado en

programas de radio y televisión, desde hace más de veinte años.

Publicaciones: Casas Antiguas y Monumentos de Tlalpan;

Bosquejo histórico de la colonia Toriello Guerra; Minimonografía

de Tlalpan; La ciudad de México, crónica de sus Delegaciones; El

Municipio Mexicano. Tres trabajos publicados en Arquitectura

Parlamentaria en México, de 2010.


Los zapatistas del sur. Les estatua de Emiliano Zapata en Huipulco

El signo de la historia de Tlalpan ha sido en todas sus épocas la

lucha por la Tierra y la lucha por el agua.

De esta manera, en el siglo XX la caída de la Dictadura de

Porfirio Díaz se significó por el surgimiento en el Sur del

movimiento por la devolución de la tierra que les habían quitado

los hacendados, lo que motivó a Emiliano Zapata a su lema de

batalla “Tierra y Libertad” y al concluir la presidencia porfirista y

ser electo Francisco Ignacio Madero, la negativa a deponer las

armas sin que la lucha agraria tuviera un resultado tangible para el

campesinado que él representaba.

En la entrevista con Madero, que le pedía licenciar al

ejército Zapata no sólo se negó, sino que con la ayuda del Profr.

Otilio Montaño expidió el Plan de Ayala, titulado así por la

población de Villa de Ayala pero en realidad elaborado en

Ayoxuxtla, Pue.

El movimiento zapatista así se extendió por el sur, por lo

que su lugarteniente Genovevo de la O. prosiguió los combates

contra los carrancistas comandados entre otros por Pablo

González. Intervinieron decididamente ahí los hermanos Reyes

Nava, nativos de Ajusco y combatieron entre los años 1916 y

1919, por diversas poblaciones pertenecientes al Estado de

México, Morelos, Hidalgo, Puebla y el Distrito Federal, en las

actuales Delegaciones de la Magdalena Contreras, Cuajimalpa,

Tlalpan, Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta.

El General Valentín Reyes Nava, lugarteniente de

Genovevo de la O fue el más destacado, secundado por Manuel y

Gabino. Valentín fue posteriormente presidente municipal de

Tlalpan, por lo que existe una placa en la Secundaria 29, donde

quien escribe estas líneas realizó esos estudios, y en el salón de

música dice textualmente Valentín Reyes Nava, presidente

municipal de Tlalpan. El edificio que fue Casa de Moneda cuando

los poderes del Estado de México estuvieron en San Agustín de las

Cuevas, fue cuartel zapatista en la época de la Revolución. La

parte antigua sigue en pie y la escuela fue construida en los sesenta

por la filantropía del impresor español Santiago Galas Arce.

93


Jaime Orozco Barbosa

Valentín Reyes Nava, aún presidente municipal, fue

apresado el 21 de diciembre de 1923 y trasladado a Toluca. Por

órdenes de Alvaro Obregón fue juzgado y sentenciado a muerte y

se cuenta que en la víspera de su ejecución, se sentó encima del

ataúd que le tenían destinado. Fue fusilado el 27 de diciembre en

Toluca.

Manuel no logró que le perdonaran la vida a su hermano y

en 1927 fue invitado a participar en la Guerra Cristera, ya que

estos hermanos eran aún populares en Ajusco; así, al grito de

Viva Cristo Rey, Manuel secundó este movimiento, apoyado

también por su hermano Gabino, que ascendió al grado de coronel.

Después de haber emboscado a tropas federales y como

ellos conocían el prestigio de los hermanos Reyes Nava, lo

buscaron e hicieron prisionero. Relata un testigo presencial que se

lo platicó al Profr. Jesús Camacho Camacho, biógrafo de los

generales y Cronista del Ajusco, que Manuel le dijo al general que

lo capturó: “Vaya, general tal por cual, hasta que le veo la cara,

porque durante los combates sólo le veía el trasero”. Manuel Reyes

Nava fue fusilado el 21 de agosto de 1927, también en Toluca. El

coronel Gabino Reyes Nava murió hasta 1988 y es el único de los

tres que está enterrado en el panteón 20 de noviembre de Tlalpan.

Manuel fue depositado en San Nicolás Tetelco, Álvaro Obregón,

cerca de su madre y Valentín en el Panteón Jardín, al lado de su

esposa. Valentín recibió en homenaje su nombre a una calle

principal, en el pueblo de Santo Tomás Ajusco.

El Profr. Camacho, a quien conocí en las pláticas que

dábamos en la Casa Chata, en los años noventa, fue maestro,

director e inspector de escuelas en Ajusco y Tlalpan. Recibió un

homenaje en vida por su labor docente en julio de 1994, y falleció

de cáncer el 24 de septiembre del mismo año.

Hemos llegado en este año de 2019, a la conmemoración, el

10 de abril, del centenario de la muerte del Caudillo del Sur, el

general Emiliano Zapata Salazar, asesinado por las huestes de

Guajardo, quien lo convocó a Chinameca, so pretexto de ratificarle

su lealtad en ese sitio, y donde la guardia que lo recibía, lo

acribilló con múltiples disparos.

94


Los zapatistas del sur. Les estatua de Emiliano Zapata en Huipulco

A fines de los años cuarenta había aún numerosos sobrevivientes

de los zapatistas en el sur de la ciudad y en el Estado de Morelos.

Se organizaron e hicieron una colecta pública para rendir

homenaje con una estatua al general Emiliano Zapata. Eligieron

para colocarla la entonces Glorieta de Huipulco, lugar de entrada

al sur y encomendaron el bronce ecuestre al escultor duranguense

José Ignacio Asúnsolo. La colecta de los zapatistas fue tanto en

dinero como en especie, para contribuir con el bronce a la

fundición de la estatua. Se inauguró en 1952.

En 1985, al transformarse la glorieta para el tránsito de las

dos rutas del Tren Ligero, una que aún subsiste hacia Xochimilco

y otra a Tlalpan, ya suspendida definitivamente, se retiró la estatua

y con una decisión no consultada con la población, el Delegado de

Coyoacán la destinó, con un pedestal o zócalo, a menor altura, en

la llamada Alameda del Sur, parque inventado entre la Calz. Canal

de Miramontes y la Calzada de las Bombas, en la misma

Delegación de Coyoacán.

Huipulco es uno de los once pueblos de Tlalpan, y funge

como colindancia entre las Delegaciones de Tlalpan y Coyoacán.

San Lorenzo Huipulco, el pueblo más al norte de Tlalpan, es uno

de los tres a los que las autoridades delegacionales no le dan la

calidad de pueblo, sino que junto con Chimalcoyoc y Santa Ursula

Xitla, los mencionan como colonias. Sin embargo, estos tres

pueblos, ya absorbidos por la zona urbana son antiguos, con

iglesias del siglo XVII o XVIII y en Xitla (así llamada por estar en

las faldas del volcán Xitle, cuya erupción formó los pedregales),

aún subsiste el panteón antiguo.

La calidad de pueblo, cuyo glifo ha investigado el cronista

Cuauhtémoc Sánchez Salas, no tiene por qué perderla Huipulco y

también se tuvo una larga lucha para que se quitara un adefesio

tipo aula con techo de láminas, que ocultaba a la vista la iglesia

antigua, ya que las autoridades eclesiásticas construyeron un

templo moderno al lado, que se financió con la construcción de

nichos para cenizas humanas en el interior.

Desde hace más de veinte años, he visto presentar oficios de

los zapatistas sobrevivientes de Ajusco y los habitantes de

95


Jaime Orozco Barbosa

Huipulco, para que se regrese la estatua, con el argumento muy

válido que no fue una obra de gobierno, sino lograda por los

zapatistas, no únicamente de Tlalpan sino de las otras delegaciones

y del Estado de Morelos, que habían seleccionado ese sitio con

confluencia de caminos, para facilitar los homenajes al

revolucionario. En este largo trayecto, la mayoría de los viejos

zapatistas falleció, sin haber logrado de ninguna manera conseguir

su objetivo, la recuperación de la estatua a Huipulco.

Hace algunos años comenté este tema al Arq. Jorge

Legorreta, (1948-2012) que lo publicó en el suplemento La

Jornada Semanal en 2004, para hacer llegar esta voz a las

autoridades.

El libro San Lorenzo Huipulco, entrada a los pueblos del

sur, Recuperación de la identidad y la historia de un antiguo

pueblo de Tlalpan, publicado en 2007, es de la autoría de Gerardo

Mora Jiménez y Esther Gallardo González y es el primer intento

por plantear esta problemática de la estatua, en un libro procedente

de una investigación seria y responsable.

Un tiempo después, en 2013, mis compañeros cronistas,

Gerardo Mora Jiménez y Esther Gallardo, presentaron al concurso

de PACMYC, Programa de apoyo a las culturas municipales y

comunitarias, el proyecto relativo a la recuperación para Huipulco

de la estatua de Zapata, y publicaron el volumen “Emiliano

Zapata, apóstol de la revolución agraria, 1879-1919, con un largo

subtítulo: la glorieta de Huipulco y el monumento del general

Emiliano Zapata, representación histórica, simbólica e identitaria

de Tlalpan y los pueblos agrarios”.

En él se da cuenta de los esfuerzos llevados a cabo por

habitantes, descendientes de zapatistas y cronistas interesados, en

la recuperación de la estatua.

Por otra parte, durante los años 2010 y 2011, se reunió, bajo

la tutela conjunta de las Delegaciones de Coyoacán y Tlalpan, El

comité técnico para la investigación histórica y evaluación sobre

la restitución a su lugar de origen, de la estatua ecuestre del

General Emiliano Zapata Salazar, cuyos resultados fueron

plasmados en un disco compacto, apoyado con fotografías, y en

96


Los zapatistas del sur. Les estatua de Emiliano Zapata en Huipulco

los que participaron entre otros el cronista de Huipulco,

Cuauhtémoc Sánchez Salas, la cronista de los pueblos originarios

de Coyoacán, Ana María Castro y la cronista del barrio del

Calvario en Tlalpan, la Lic. Sara Espíritu Reyes. Colaboraba con

mucho entusiasmo también el doctor Félix Bañuelos, del consejo

de fomento cultural de Tlalpan, desafortunadamente ya fallecido.

Los esfuerzos de tanta gente no han tenido el fruto esperado

aún, por la burocracia y la apatía de quienes deberían hacer caso a

la opinión pública.

Como resultado de todos estos múltiples intentos

infructuosos de rescatar y devolver a su lugar original la estatua de

Zapata, obra de Ignacio Asúnsolo -1952-, la autoridad

delegacional, Maricela Contreras, electa para el periodo 2013-

2015, y sintiéndose incapaz de exigir a su colega de Coyoacan o a

las autoridades centrales, la devolución solicitada por la

ciudadanía, decidió ordenar la elaboración de una nueva estatua

ecuestre, que fue inaugurada y develada el 10 de abril de 2014,

cercana a la antigua glorieta de Huipulco, con lo que se desplazó

un monumento que contenía el glifo representativo de Tlalpan.

Estoy seguro que los grupos de trabajo que se habían dedicado a

argumentar la devolución de la estatua original no deben haber

quedado muy satisfechos con este acto de poner otra estatua, sin

consultarlos ni buscar su aprobación, en lo que se aprecia el poco

interés de las autoridades de responder a las legítimas demandas

ciudadanas, sin importar la coloración política de los funcionarios

delegacionales.

Podría pensarse de una manera optimista, que los nuevos

gobiernos, federal y de la Ciudad de México, tomaran en cuenta

esta añeja solicitud, para que en el marco de la conmemoración del

Centenario de la muerte del Gral. Emiliano Zapata Salazar, se

adicionara esta restitución, porque en las noticias de este día, 10 de

abril de 2019, se explicó que entre los actos conmemorativos

estaba la expedición de un boleto del metro conmemorativo de la

fecha; la cancelación de un timbre postal para los mismos efectos;

la expedición de dos billetes de lotería también conmemorativos y

la designación oficial del 2019 como el Año de Zapata.

97


Jaime Orozco Barbosa

Imagino que la obra material de regresar la estatua al lugar

que fue propuesto y decidido por los zapatistas de Xochimilco,

Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, la Magdalena Contreras y del Estado

de Morelos, la ex glorieta de Huipulco, no representaría un costo

elevado y sí mostraría que se toma en cuenta a los zapatistas que

en 1952 contribuyeron para la fundición del monumento al prócer

agrario, desaparecido hace justamente un siglo. El pueblo lo

agradecería.

98


SANTA A POLONIA TEZCOLCO,

LA VOZ DE SUS RECUERDOS

Ana Marisol Reséndiz Pizarro


Ana Marisol Reséndiz Pizarro

Nació el 2 de septiembre de 1983 en la CDMX. Reside en

Azcapotzalco, CDMX. Licenciada en Filosofía de la FES Acatlán

UNAM, con preespecialidad en Filosofía de la Cultura. Diplomado

Dimensiones de una Práctica Docente Innovadora. Poeta, Cronista

de la CDMX del Cabildo de la Crónica de la CDMX y del Consejo

de la Crónica de Azcapotzalco, Cronista de Santa Apolonia

Tezcolco. Ensayista, traductora a la lengua náhuatl. Especialista en

Literatura Mexicana Siglo XX, UAM Azcapotzalco. Obtuvo el

Premio Nacional de Ensayo Nezahualcóyotl 2017 por Revolución

y Ateismo en la obra de Juan Rulfo en Tintanueva Ediciones.

Autora del libro Cactus de Cristal.Poemario (2015, Editorial

Eterno Femenino). Participación en la traducción a la lengua

náhuatl del libro Ecos ancestrales, entre otras publicaciones y

participaciones en Eterno Femenino Ediciones.


Santa Apolonia Texcolco, la voz de sus recuerdos

Entrevista a María Micaela Pizarro Gómez.

Me llamo María Micaela Pizarro Gómez y soy oriunda de este

barrio; originalmente aquí era una hacienda llamada Santa

Apolonia, dicho ranchito se ubicaba entre Ferrocarriles Nacionales

y Camino a Santa Cruz Acayucan lo que es la prolongación de la

calle Tochtli. Nos contaba mi mamá Leonor Gómez Elizalde que

en los tiempos de siembra o cosecha se hacía una gran festividad

con un sentido de celebración similar a los que las veintenas eran

para los tepanecas que eran las fiestas agrícolas que celebraban los

antiguos mexicanos. Mi abuelo el Doctor Sabás Gómez Picasso

era el caporal de dicha hacienda y también el encargado de

organizar dichas festividades; él siempre nos contaba una triste

anécdota donde se ejemplificaba la pobreza de la época ya que

muchos de los habitantes originarios que asistían a dicha

celebración utilizaban ropa de manta sin adornos y un de la misma

tela donde guardaban tacos y tortillas para poder alimentar a su

familia, no usaban zapatos, solo unos huaraches. Mi abuelo

encontró algunas necesidades en la región motivo por el cual

ejerció con mucho gusto su profesión de médico homeópata

atendiendo a la gente del barrio, además también era el encargado

de salud de los animales del rancho, curaranba a las vacas de

empacho cuando habían comido zacate caliente. En la granja de

Santa Apolonia teníamos distintos animales como: vacas, caballos,

gallinas, guajolotes, gansos, patos, palomas, cerdos y hasta un toro

que se llamaba Samuel.

Contaba mi mamá que tenían una cerda tan enorme que al

caminar serpenteaba en el patio. Nuestro patio tenía una parte de

techo de vigas a lo que se llamaba techo estilo catalán donde

hacían nido las palomas.

Este barrio es muy húmedo pues aquí era un lago lo que

provocaba que las casas se llenaran de unos insectos llamados

palomillas. Al recordar cómo era mi casa siento mucha nostalgia al

recordar que mi abuelita tenía en el corredor tablones llenos de

hermosas macetas que adornaban con pedazos de platos rotos y

espejos, así se usaba en esa época, a mi abuela le encantaba tener

101


Ana Marisol Reséndiz Pizarro

la casa llena de plantas pues eso propiciaba la llegada de las

golondrinas y otras aves.

Me acuerdo de una prima de mi abuelo, que era una anciana

cuando yo era niña, a la que le decían Dorita y nos contaba: En el

arroyo que pasaba por lo que ahora es el Eje Tres, había carpas y

muchos acociles que fue lo que le dio el nombre de Camarones a

esa estación del metro; fue un lugar que participó activamente en

la revolución, algunos vecinos del barrio platican de los tesoros

enterrados por este lugar, pero también Dorita contaba que los

rebeldes ahí escondieron las armas cuando venían huyendo del

ejército realista, armas que junto con tesoros y uniformes realistas

fueron encontrados en el cauce del arroyo y en los alrededores, ya

que Azcapotzalco participó en la última batalla de la

Independencia. Cabe señalar que Pancho Villa vino a juntar gente

para la bola, algunos de los Gómez y los Romero se fueron con

Pancho Villa.

Este lugar era un paraíso maravilloso con chinampas y

milpas, en ese tiempo no se sentía tan duramente el hambre, pues

había muchas plantas comestibles principalmente la milpa. Pero

todo ha cambiado transformándose y reflejándose en cada una de

las calles de ciudad de México. Por ejemplo en este barrio había

solo pequeñas callecitas que se inundaban una vez al año, el

drenaje era pésimo y por todos lados había mucha basura, nuestro

entorno se volvió tristemente folclórico ya que en el porfiriato

llegaron las pulquerías, las cantinas y con ellos llegaron los

borrachitos y los jóvenes se la pasaban de vagos jugando cascaritas

de fútbol, pero no de un modo inocente sino todo a través de las

apuestas callejeras, que a veces eran por unos cuantos pesos o por

unos chescos (refrescos), después de que nuestro barrio había sido

un vergel se convirtió en una romería que completaba la

experiencia barrial con hambrientos perros callejeros en cada

esquina, y uno que otro peladillo gritando groserías. Se perdieron

las buenas costumbres que tenía la gente que vivió en las

rancherías.

Pero vayamos a otro asunto importante que es la fiesta de

Santa Apolonia que se celebra cada 9 de febrero al inicio de dicha

102


Santa Apolonia Texcolco, la voz de sus recuerdos

celebración que antes duraba alrededor de ocho días; la fiesta

comenzaba cuando el mayordomo se encargaba de recoger en

efectivo donaciones de los fieles para realizar dicha fiesta, que se

engalanaba con la quema de juegos pirotécnicos, alegres bailables,

palo ensebado que en la parte de arriba tenía cinco morrales que

contenían despensas que el ganador se las podía llevar a su casa;

organizaban peleas de box, carreras en bicicleta (que se adornaban

con papel china de distintos colores), también íbamos a ofrecer

flores a la virgen, había muchos fieles ya que desde las 10 de la

mañana había misas para todos los dentistas porque Santa

Apolonia es su patrona. Recuerdo con alegría como desde

temprano lanzaban cohetes, le tocaban las mañanitas a la Santa

patrona, había música de banda y en medio de la algarabía de la

gente sacaban a peregrinar por todo el barrio a la imagen,

acompañada de los fieles y de las mojigangas que son muñecos

hechos de alambre y tela manipulados por una persona que se mete

en ellos, había dos muñecas, un muñeco, dos tortugas y un diablo

o al menos eso parecía. Por último, recuerdo a mi tío abuelo

Miguel Gómez Elizalde que nació el 14 de abril de 1931 y fue

hermano de mi madre Leonor Gómez Elizalde, en el año de 1947

estudio en la secundaria nocturna y después fue profesor y director

de secundaria. Entre las múltiples otras cosas que realizó, sembró

200 árboles en este barrio y se dedicó a cuidarlos en cuerpo y alma

después de los estragos de la deforestación que nos trajo la

modernidad, la construcción del ferrocarril y finalmente la del eje

vial. Mi tío abueloculminó sus estudios de derecho en la UNAM.

103


Ana Marisol Reséndiz Pizarro

Leonor Gómez Elizalde

Miguel Gómez Elizalde.

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Santa Apolonia Texcolco, la voz de sus recuerdos

Luisa Elizalde (Dibujo al carboncillo) y Miguel Gómez Elizalde.

Entrevista Argelia Malagón Muñoz

Me llamo Argelia Malagón Muñoz, mi padre fue Félix Malagón

Guzmán y mi madre fue Josefina Muñoz Hernández. Se casaron el

4 de julio de 1937. Cuando yo era pequeña en donde comenzó a

pasar el ferrocarril hacía viajes a Cuernavaca. Había un hermoso

riachuelo y lo demás estaba lleno de milpas, el campo del barrio

era hermoso, pues había muchísimas flores rojas que eran

amapolas, en ese predio correspondiente a la calle de ferrocarriles

había varias viviendas y toda esa calle en el camino que va al

metro Refinería estaba llena de platanales. Recordando los

antiguos oficios. Pasaba un señor gritando ¡Chichiuilotes! Que

eran unos pajaritos que se comían y eran muy sabrosos,

desafortunadamente al construir las vías a todas las familias que

vivían ahí, les fue expropiado el terreno, algunos de los vecinos

murieron de tristeza pues no les alcanzó con el pago simbólico

para comprar otra casa y murieron de nostalgia, pues no conocían

otro hogar. En este barrio había leche pues había dos establos, de

los sembradíos más destacados teníamos chile, milpa, cañaverales,

las calles eran muy angostas donde solo pasaban carretas, todavía

105


Ana Marisol Reséndiz Pizarro

me tocó ver ranchitos, y donde ahora es el eje vial a mitad había un

hermoso ahuehuete, en esta casa, que se encuentra en frente de la

Iglesia de Santa Apolonia Tezcolco, vivió mi padre que se llamó

Félix Malagón que tenía como oficio el de ser el molinero de este

barrio, el molino estaba en la calle de Ferrocarriles Nacionales. Por

último, me gustaría contar una anécdota mi hija se llama Izel

Guadalupe, pero originalmente yo había decidido ponerle Itzel

Cuatlayopeo, pensando que Cuatlayopeo era un sinónimo de la

virgen de Guadalupe pero su padre al ir a registrarla se equivocó y

por eso ahora se llama Izel Guadalupe.

Felix Malagón Guzman y Josefina Muñoz Hernandez. Boda

4/7/1937

106


Santa Apolonia Texcolco, la voz de sus recuerdos

Daniel Gómez Elizalde.

Yo me llamo Daniel Gómez Elizalde, tengo 94 años mi abuelo fue

Sabas Gómez Picasso, mi abuela Micaela Elizalde Jiménez, yo me

críe en este barrio de Santa Apolonia Tezcolco lo recuerdo lleno de

zanjas de agua cristalina, eran llanos grandes terrenos enmarcados

por agua y zanjas de agua trasparente toda esa agua provenía del

rio de los Remedios.

Cuando llegamos a Santa Apolonia Tezcolco apenas había

pocas casitas y unas cuantas familias que eran: los Gómez, los

Malagón, los Sánchez, los Romero, los Cruz. Recuerdo a

Francisco Romero y a Pablo Romero, así como al Sr. Malagón que

tenía molinos de maíz para hacer tortillas.

Mi abuelo era Sabas Gómez Picasso venia del pueblo de

San Mateo hacia el norte en el estado de México en este barrio su

domicilio se encontraba en lo que era una pequeña calle en lo que

hoy es el Eje 3 era una casa de adobe,l sus muros eran de 60

centímetro de ancho, dicha casa fue protagonista de una de tantas

leyendas del oro en Santa Apolonia Tezcolco. Se cuenta que la

casa tuvo que ser demolida para la construcción del eje vial lo que

puso de manifiesto que en eso muros funcionaban como cofre del

tesoro, donde había dos ollas de metal donde se ocultaban

monedas de oro, los primeros albañiles que tenían asignada esa

tarea ya nunca volvieron porque hallaron dicho tesoro, solo se

encontraron dos ollas de cobre solitarias.

Otra anécdota memorable que recuerdo fielmente de mi

infancia es que algunos amigos y yo acudíamos a jugar todos los

días a un montículo de una tierra suavecita y arenosa que se

encontraba en la calle de Querétaro y al deslizarnos en juegos

infantiles siempre encontramos pequeñas piezas arqueológicas, las

cuales utilizábamos como idolillos para jugar deslizándonos por

ese montículo de modo cotidiano hasta que el montículo

desapareció y solo nos quedó el recuerdo.

Mis hermanos eran: Miguel Gómez Elizalde profesor de

primaria, Leonor Gómez Elizalde que se dedicaba a la costura y al

hogar, se quedó muy joven viuda con cuatro hijos: José Salvador

107


Ana Marisol Reséndiz Pizarro

Pizarro Gómez, María Enriqueta Pizarro Gómez, María Micaela

Pizarro Gómez y José Luis Pizarro Gómez.

Mi madre cocinaba deliciosos guisos típicos, el más rico era

un pollo en jitomate o pollo a la cacerola el cual lo disfrutábamos

cada quince días también comíamos mucho pescado; hay otro

guiso delicioso que recuerdo que eran los nopalitos navegantes o

huevos ahogados y que consiste en huevos cocinados con nopales

y jitomate en un rico caldo. Otro detalle que se ha perdido es que

comíamos el arroz y el caldo con ricas y frescas palomas

costumbre que se ha perdido en nuestros días. En mi casa

criábamos pichones y cuando eran demasiados los íbamos a vender

en 6 seis pesos cuando ya tenían 4 o 5 meses de edad, otro

recuerdo hermoso de mi infancia es que mi abuelo sembraba en la

tierra y en las chinampas que había en este barrio.

Mi abuelo era medico homeópata practico se inició en la

medicina pues era muy amigo de Francisco I Madero debido a que

en el periodo revolucionario Madero recibía unos libros de

medicina muy especializados de España, dichos libros solo eran

entregados a los más cercanos amigos de Madero yo recuerdo que

mi abuelo tenía unos frasquitos de madera y los llenaba con

glóbulos. Mi abuelo durante su vida cuido y atendió a mucha gente

incluso había ocasiones en que no les cobraba; inauguró en nuestra

familia una tradición por la cual muchos nos hicimos médicos, de

generación en generación, donde nos hemos dedicado a ejercer

está noble profesión.

Angustias Mendoza Eznaderra fue mi esposa nació en la

calle Cinco de febrero sus abuelos eran españoles y tenían una

tienda en Sn. Sebastián ellos venían de Morelos y siempre estaban

hablando mal de Zapata decían que era un rufián que les había

quitados sus tierras; los que los había hecho venir a menos por lo

cual llegaron a vivir a la Colonia el Recreo. Mi suegra siempre

estaba hablando mal de Zapata, decía que era un ladrón que se

apodero de todo el estado de Morelos. Terrenos que

probablemente fueron repartidos de manera justa entre los pobres

de Morelos.

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Santa Apolonia Texcolco, la voz de sus recuerdos

Mi hermano Ismael de 89 años se casó de joven, pero no

pudo estudiar medicina porque tenía epilepsia, incluso un día

fuimos a cortar caña y casi se lleva la mano por causa de su

enfermedad.

El Piojo era una vecindad en donde estaba a las espaldas de

la Iglesia de Santa Apolonia, junto a ella había un aserradero que

funcionó hasta 1960.

Manuel Gómez Elizalde mi hermano era mecánico práctico

continuando con dicha tradición en la familia.

Aquí en Santa Apolonia tenemos una gran tradición

deportiva, la liga de Azcapotzalco de football soccer acudía a la

jugar a Naucalpan, pero lo que más me gusto fue el beisbol donde

gané varios partidos de los cuales aún conservo con orgullo pues

siempre me gustó combinar la medicina con el beisbol, e ir a

entrenar en las mañanas para atender a mis pacientes.

Otra de las anécdotas memorable es la siguiente: En el

barrio vino un día un español a pedirnos que le pegáramos a un

originario por haberlo insultado y al enterarse que era del barrio de

Tlilhuaca los vecinos de Santa Apolonia Tezcolco entonces le

dijeron al español no vamos pues de Tlilhuaca son los brujos y no

nos vamos a arriesgar a caer en su embrujo y al español no le

quedó otra que quedarse con las ganas de la venganza.

Volviendo al tema de la medicina ejercí gustosamente mi

profesión de médico al igual que mi padre Sabas Gómez Picasso

que les cobraba a sus pacientes solo 30 centavos con todo y el

medicamento; me inicié en esta profesión la que convive con mi

afición al beisbol cuando mi padre no estaba yo atendía a los

pacientes pero yo les cobraba un peso y les daba un frasco de

vidrio más moderno y medicamentos homeopáticos de distintas

potencias, desafortunadamente ya no ejerzo la profesión, porque

todo por servir se acaba, aunque algunas veces que vienen mis

antiguos pacientes, mi hija Angustias les prepara los medicamentes

siguiendo mis indicaciones, cabe señalar que me titulé de medico

homeópata en el año 56.

En mi consultorio nacieron muchísimos niños ya que antes

las parteras que atendían los partos que se les complicaban,

109


Ana Marisol Reséndiz Pizarro

acudían a este consultorio ubicado en la calle de Tochtli, y en esta

silla de fácil expulsión nacían los bebés sin problemas, en la parte

del fondo esta una habitación donde las mujeres que daban a luz

descansaban con su propio baño y todas las comodidades.

Mi hermano Rufino ejerció la medicina en está mismo

barrio, la homeopatía es una grandiosa medicina, de las hermosas

anécdotas que recuerdo que logré curar a un niño que sufría

ataques epilépticos y su familia en agradecimiento me obsequio un

hermoso cuadro, que coloqué en mi sala de espera que por años

estuvo llena y la gente se formaba en la calle por horas para ser

atendida.

110


UN CRÁTER DE LA LUNA LLEVA EL

APELLIDO ERRO

Miguel Ángel Salgado Meyer


Miguel Ángel Salgado Meyer

La misma curiosidad de la gente, periodistas, locutores de radio y

televisión ante los fenómenos naturales como eclipses, lluvias de

estrellas, sismos, y fenómenos astronómicos me ha empujado a

escribir en forma clara y concisa acerca de todo ello en

innumerables revistas especializadas, periódicos, y otros medios

incluso publicitarios. Es por ello que en mi carácter de divulgador

de las ciencias exactas investigo y reuno información pertinente e

interesante detallando aspectos desconocidos para mucha gente.

Este medio, el libro de cronistas, es uno de las mejores formas para

llevar esta información a mucha gente, cosa que me place

apasionadamente.


Un cráter de la Luna lleva el apellido Erro

Se cuentan muchas anécdotas de don Luis Enrique Erro. Lo cierto

es que su apellido se encuentra en la Luna debido a la gran

trayectoria que logró en vida, entre otras cosas fue Presidente del

Congreso de la Unión y eso lo llevó por diferentes y ejemplares

caminos. Otro de ellos fue sin duda el de la Astronomía y en mi

calidad de empleado durante treinta años del célebre Planetario

que lleva su nombre y al estar temporalmente encargado de la

pequeña biblioteca que existía fui encontrando diversas fuentes

donde hablaban del ilustre hombre, del astrónomo y de su versátil

obra.

Erro se compró un telescopio el cual existe en perfecto

estado hasta el día de hoy. Al público que visitaba el planetario se

le explicaba quién y porqué su nombre estaba en la Luna, después

de varios aniversarios luctuosos, el 18 de enero de cada año, fui

conociendo a varios personajes ilustre quien daban cuenta de su

interés por la astronomía, sobre todo al tener una vista tan aguda

que sólo una persona con esa capacidad visual puede al telescopio

observar el brillo diferente de cierto tipo de estrellas. Pues

entonces, don Luis descubrió 20 estrella variables reportándolas al

organismo internacional pertinente. Científicamente abrió las

puertas de la astrofísica a nuestro país creando y dotando de

soberbio instrumental al Observatorio Astrofísico Nacional, en

Puebla, con la Cámara Schmidt de un metro de diámetro la cual

hasta la fecha sigue electrónica y digitalmente funcionando

adaptada por mexicanos además de otros excelentes instrumentos

dando certeza de la calidad y preparación de los científicos

nacionales. Es amplio el tema, pero me referiré en estas líneas al

proceso internacional que valoró la obra de este gran educador,

pues fue también ideólogo de una de las instituciones de gran

prestigio que es el Instituto Politécnico Nacional.

Breves consideraciones

La Unión Astronómica Internacional tuvo uno de sus mejores

momentos en la década de los años treinta del siglo XX. Fue en

este

113


Miguel Ángel Salgado Meyer

lapso en que se dividió la bóveda celeste en 88 partes a las que

llamamos constelaciones, con linderos bien definidos,

reconociendo también sus nombres provenientes de la mitología

griega, aceptando oficialmente que las estrellas continúen con sus

nombres árabes y a las de menor brillo sus respectivos números en

cada región del cielo.

Los distintos comités en que se divide la UAI, se reúnen en

diversas partes del mundo, cada una con distinta periodicidad

según los descubrimientos, avances teóricos y tecnológicos como

en este caso el Comité de Nomenclatura Lunar, reunido por las

fotografías obtenidas de la cara oculta de la Luna por las

incipientes naves espaciales de los EUA. y de la URSS de aquellos

años.

La traducción a veces no puede ser totalmente literal, pero

en escancia se tradujo de tal forma que españoliza el texto sin

omisión de ninguna índole.

Por tratarse de Luis Enrique Erro, mexicano ilustre, sólo

trataremos lo relacionado al proceso que la UAI llevó a cabo

tomando en cuenta a los astrónomos que participaron, a los

diversos expertos y a las vicisitudes que enfrentaron los personajes

involucrados.

Al final, en un ADENDUM, hago una lista de otros

mexicanos importantes en nuestra historia cuyos nombres se han

dado a ciertos cuerpos celestes.

Nombres en el lado oculto de la luna

Un poco más de 500 cráteres lunares, que se encuentran en el lado

oculto de la Luna, tuvieron nombre propio y oficial gracias a los

trabajos del Comité de Nomenclatura Lunar de la Unión

Astronómica Internacional (UAI), en Agosto de 1970 reunidos en

Brighton, E.U.A.

En un ambiente novedoso, los nuevos nombres de

accidentes topográficos lunares nunca antes vistos y agregando

detalles de opiniones de muchos expertos los cráteres descubiertos

ahora estarían colocados en nuevos mapas. Todo ello gracias al

114


Un cráter de la Luna lleva el apellido Erro

grupo de científicos de este Comité encabezado por el astrónomo

Donald Menzel, experto en geología lunar y planetaria, de los

Estados Unidos conjuntamente con M. Minnaert de Holanda, B.

Levin de la URSS y A. Dollfus de Francia, cuyo proceso en total

duró casi diez años.

Este Comité consideró que hasta 1932 la nomenclatura

lunar no había llevado un orden científico para el lado visible de la

Luna, en las reuniones en Cambridge, Massasuchets. Los nuevos

descubrimientos mostraron la necesidad de usar un sistema de

nomenclatura más moderno, accesible y de carácter internacional,

sobre todo por el hecho de nombrar cráteres y otros accidentes

lunares que no se habían visto jamás.

Debido a esto, en el año de 1961, en Berkley, California, la

UAI aprobó 18 asignaciones de nombres para el lado oculto lunar

propuesto por astrónomos soviéticos que trabajaron en el proyecto

de la nave Lunik 3 con sus inéditas fotografías.

Esto incluyó a cráteres bien conocidos como Tsiolkovsky y

Giordano Bruno. Para el año de 1964, en la reunión general en

Hamburgo, donde se aceptaron unos cuantos nombres que fueron

elegidos para las regiones aún visibles del limbo lunar en su

máxima libración y que desde la Tierra se habían fotografiado en

forma imperfecta.

Ya por el año de 1967, el conjunto de fotografías de las

Zondas rusas y los Orbitadores americanos habían mejorado con

sus detalles el relieve oculto de la Luna. Esto permitiría pronto la

elaboración de un nuevo mapa, inédito hasta entonces, con un

carácter internacional utilizando, en principio una nomenclatura

básica adicionando conceptos de gramática para facilitar su

consulta por los diferentes usuarios en sus respectivos idiomas.

Esta necesidad llevó a Menzel y su grupo a reunirse en Praga ese

mismo año, estudiando varias opciones de trabajo y de

investigación de nuevos apellidos de diversos candidatos.

Así como en el lado visible los cráteres habían sido

bautizados con nombres de científicos famosos se sumaría ahora a

personas con injerencia en la Astronáutica y de vuelos espaciales.

115


Miguel Ángel Salgado Meyer

La lista era ya internacional y tenía que incluir en lo posible a 150

nombres propuestos por Yu N. Lipsky de Moscú en 1967.

Para evitar confusiones de nombres ya existentes se optó

por omitir a nombres muy parecidos, por ello, lamentablemente, se

omitió a Rutherford (creador de cierto modelo de átomo), por ya

existir el nombre de Rutherfurd en la Luna. A la vez se consideró

el arreglo de los apellidos en orden alfabético, desde la A

empezando en el Polo Norte Lunar y terminando con la Z en el

Polo Sur.

Esa idea se aceptó después de la sugerencia de cartógrafos

profesionales señalando y evitando confusiones para los nuevos

mapas del lado oculto, ya que los nombres podrían tener cierto

parecido y así facilitar la identificación usando el orden alfabético

en secuencia.

Con esto al ser presentado este trabajo a la UAI se hicieron

otras correcciones sugeridas por otro grupo de expertos en

nomenclatura lunar. La publicación oficial de esta nueva

nomenclatura fue hecha por la revista Space Science Reviews en

1970, cuya editorial es D. Reidel Publishing Co. de Dordrecht,

Holanda. Además la Oficina de Prensa Gubernamental a través de

la NASA, publicó los nuevos mapas actualizados y con los nuevos

nombres. Ampliando la colaboración de difusión la revista Sky

and Telescope dio a conocer los nuevos mapas actualizados, con

los nuevos nombres en noviembre de 1970.

Mientras tanto los mapas aquí mostrados con las nuevas

correcciones fueron hechos por el Centro Cartográfico de St. Louis

Missouri. Al reverso del mapa se imprimió un índice alfabético de

los nombres de los cráteres del lado oculto introducidos y

aceptados en Brighton en 1970.

El deletreo adoptado de los nombres no siempre es familiar

para la gente de habla inglesa ya que la lista algunos nombres se

acentúan con gramática eslava para dar conformidad internacional,

tanto en escritura como en fonética de acuerdo a los distintos

idiomas.

116


Un cráter de la Luna lleva el apellido Erro

Algunos nombres interesantes

Los hombres que han sido colocados en el lado oculto fueron de

actividades -muy variadas. Aparte de las figuras míticas como

Dédalus e Ícarus, o desde la época del siglo IV A.C. como el

nombre del astrónomo de Babilonia Kidinnu, hasta científicos que

murieron en 1970 como Elvey Sydney Chapman y como países

representados por primera vez que son: Australia (Pawsey),

Canadá (Petrie), Finlandia (Sundman), México (Erro), India

(Saha), Japón (Hirayama) y Rumania (Spiro Haret).

Encontramos también a distinguidos astrónomos como son:

Belopolsky, Danjon, Hertzprung junto con grandes matemáticos

como Hilbert y Galois y muchos físicos, químicos y biólogos. Los

poetas Chaucer, Dante y Omar Khayyan están ahora en nuestro

satélite. Los grandes fabricantes de telescopios están representados

por Cassegrain, Clark, Gregory e Ingalls, en compañía de

astrónomos aficionados como Denning, Espin, Kearons, Lacchini

y Olcott.

La importante innovación es la adición de varios nombres

relacionados con la investigación astronáutica y sobre todo con

viajeros espaciales. Así que encontramos a los tres primeros

astronautas que circunvolaron la Luna: Anders, Borman y Lovell,

a ellos les corresponden cráteres cercanos al gran cráter Apolo el

cual conmemora el gran proyecto conocido por todos. Para

celebrar la llegada del hombre a nuestro satélite tres pequeños

cráteres cercanos a la Base de la Tranquilidad –Sabine B, E, y D-

fueron renombrados con Aldrin, Armstrong y Collins, ninguno de

estos está en estos mapas por estar en el lado visible. Para

equilibrar estos seis nombres americanos fueron escogidos seis

nombres de cosmonautas soviéticos muy honorables en las

cercanías del mar Moscoviense y que son: K.P. Feoktistov,

científico a bordo del Vostok 1 en 1964; A.A. Leonov, el primer

hombre en caminar en el espacio, en Marzo en 1965; N.G.

Nikolaev, comandante de la nave Soyuz 9 en Junio de 1970; V.A.

Shatalov, quien dirigió al grupo de vuelos de tres naves Soyuz en

Octubre de 1969; Valentina Tereshkova, primera mujer en volar

117


Miguel Ángel Salgado Meyer

una nave espacial en 1963 y G.S. Titov, piloto del Vostok 2 en

1961.

También se encuentran hombres clave en los programas

espaciales de E.U.A. y Rusia, como el cráter que lleva el nombre

de Hugh Dryden, jefe de la NASA y otro para Leonid

Vokresensky, el científico soviético quien supervisó al tempranero

Sputnik, el Lunik y el lanzamiento del Vostok.

Obviamente también están los nombres de famosos

escritores de la astronáutica como Willy Ley quien junto a

H.G.Wells tienen sus propios cráteres respectivamente. También

están William Congreve, Max Valier, Walter Hohman y Robert

Esnault Peltiere.

No podría faltar el legendario Wan-Ho, quien en 1500

supuestamente le puso a una silla 47 grandes cohetes para llegar al

cielo. La nueva nomenclatura incluye a Nikolaev Kibal-chich

(1853-1881), considerado un científico de la astronáutica rusa,

pero los historiadores lo consideran mejor como un creador de

bombas quien murió en el asesinato del Zar Alejandro II, junto a él

en otro cráter Alfred Nobel creador de la dinamita.

Cambios en la nomenclatura existente

Hubo algunos cambios en las designaciones de los cráteres del

lado oculto quefueron adoptados por la UAI por las fotografías del

Lunik 3 en 1961 y que fueron renovadas en 1970.

Un ejemplo fue el de la familia Curie ya que en 1961 se

designaron con el nombre de Sklodovska Curie y a otro cráter con

el nombre de Joliot Curie. En 1970 se decidió que los tres

familiares dedicados al trabajo y descubrimiento del Radio –

elemento radioactivo- y su hijo, físico nuclear, F. Joliot Curie. Para

no duplicar nombres a cierto relieve se le nombró al padre con el

nombre de Curie, a Marie solo se le dejó Sklodovska, mientras que

a otro cráter se le honra con el nombre del hijo como Joliot.

El nuevo mapa contiene importantes cambios diferenciando

zonas marginales entre el lado visible y el lado oculto. Como

ejemplo la Cordillera y las Rook Montains, en el limbo oeste lunar

marcadas ya en mapas del siglo XIX. En 1964 la UAI latinizó

118


Un cráter de la Luna lleva el apellido Erro

estos nombres cambiándolos a Montes Cordillera y Montes Rook.

Ahora, y desde 1970, esas designaciones se redefinieron. Los

Montes son ahora la parte externa y los Montes Rook la parte

interna del gran accidente lunar llamado Mare Orientale. La razón,

desde luego, es que esta parte de la Luna no podría haber sido

estudiada sin ayuda de las naves espaciales.

De la misma manera el enorme cráter Pingré muy cerca del

limbo Suroeste ha sido definido como una formación de aspecto

único, así que este nombre fue transferido a un cráter bien definido

de 85 km de diámetro conocido antes como Pingré A. Esta

decisión fue sugerida por D.W.G. Arthur, autoridad en cartografía

lunar del U.S. Geological Survey en el Centro de Astrogeología de

Flagstaff, Arizona,

Además, Mr. Arthur, criticó muy seriamente el trabajo del

grupo de nomenclatura por algunos cambios hechos en el limbo

lunar, como ejemplos fueron el cráter Banachiewicz, cuyas

coordenadas en latitud 5º 5„ N, longitud 80º 5„ E, fueron movidas a

51º N, 135º W y el accidente topográfico de nombre Hedin

cambiado de coordenadas 3º,0 N y 76º5„`W a 62ºN 136ºE,

argumentando Arthur en Brighton en 1970, que habían dejado

estos accidentes lunares en el anonimato siendo formaciones muy

importantes.

Algunos problemas de nomenclatura

En los momentos finales de los trabajos el grupo de astrónomos

encontró dos asuntos contradictorios. La selección de las nuevas

asignaciones habían sido totalmente internacionales, aún siendo

fácilmente pronunciables y deletreadas para los usuarios de varios

idiomas. La primera estaba resuelta pero no la segunda. Algunos

cráteres habían sido bautizados con nombres poco conocidos y

difíciles de recordar, otros con una gramática muy cuestionable.

Algunas veces la traducción de nombres rusos provocaba

confusión al ser pronunciados como el nombre de Fridman,

Gansky, y otro Litke que pueden ser confundidos con Friedman

119


Miguel Ángel Salgado Meyer

(relatividad general), Hansky (físico solar), y el geógrafo Lütke

que son ampliamente conocidos.

Mayor discusión provocó nombrar los cráteres más

pequeños. La solución más simple fue la de agregar letras, como

ya se había hecho antes en el lado visible, de esta manera Dante B

sería un cráter menor en las cercanías de Dante, y Dante BC sería

aún más pequeño que Dante B.

Los selenógrafos soviéticos A.A. Gurshtein y K.B.

Shingareva objetaron que tales asignaciones contenían muy poca

información posicional. Ellos sugirieron sufijos numéricos para

cráteres que indicarían tamaño y localización para los cráteres

pequeños.

De todas maneras los mapas no llegan a tener tanta

definición ni detalles para exigir demasiada precisión en un

hemisferio que finalmente no se ve.

Fuentes

Space, Science Reviews (1970). Discusiones. D. Reidel Publishing

Co. de Dordrecht, Holanda.

Sky And Telescope. Nov. 1970.

Centro Cartográfico de St. Louis Missouri.

Oficina de Prensa Gubernamental. NASA. E.U.A.

Conferencias de la Dra. Paris Pishmish (finada), Decana del

Instituto de Astronomía. UNAM.

Palabras y conversaciones personales con la Sra. Margarita Salazar

Vda. de Erro, en 1983.

120


NEZAHUALCÓYOTL EN

CHAPULTEPEC

Antonio Sevilla Tapia


Antonio Sevilla Tapia

Pedagogo por la Universidad Pedagógica Nacional. Consultor

educativo, cronista y fotógrafo. Especialista en historia del arte y

la literatura mexicanos. Ponente en numerosos congresos

universitarios. Participa regularmente con crónicas para el

semanario El Emisor y fotografías para la revista Km Cero Centro

Histórico.

Fb/In: Antonio Sevilla


Nezahualcóyotl en Chapultepec

Seguramente algo que tenemos en común la gran mayoría de los

habitantes de la Ciudad de México con relación al bosque de

Chapultepec es que nos evoca gratos recuerdos de la infancia. En

mi caso son muchos, relacionados con paseos familiares o

escolares, pero el más significativo es, sin lugar a dudas, una

ocasión en que visité con mi padre un muro que me pareció

enorme, cubierto de rocas redondas, imágenes en bloques de

piedra y un sin número de caídas de agua, al inicio del cual había

además una escultura altísima de un hombre de gran dignidad. Ese

día mi padre me dijo que ese personaje esculpido en piedra era el

rey Nezahualcóyotl y me contó su historia, grabada en las

imágenes del enorme muro que no era otro sino la fuente

monumental dedicada al rey poeta. Sé que ese día no comprendí

todo lo que trató de explicarme mi padre, pero guardo con gran

cariño la memoria de esa historia y hoy le dedico esta de mi parte

sobre esa maravillosa fuente y aquel gran monarca.

En la vida del rey Acolmiztli Nezahualcóyotl, cuyos

nombres significan brazo o fuerza de león y coyote hambriento o

ayunado, hay episodios tanto legendarios como históricos que lo

vinculan significativamente a Chapultepec y, por extensión, a la

Ciudad de México: convertir el cerro de Chapultepec en un bosque

donde él mismo sembró los ahuehuetes que perviven hasta

nuestros días, la edificación de un palacio al pie en este sitio y,

sobre todo, la construcción de un acueducto que fuera

trascendental para el desarrollo de México-Tenochtitlan y,

posteriormente, de la capital novohispana.

En 1956, al cuarto año de la larga estadía de Ernesto P.

Uruchurtu como regente del Departamento del Distrito Federal, se

proyectó la construcción de una fuente monumental en el bosque

de Chapultepec que integrara, como parte de su estructura, un

muro perteneciente a los restos del antiguo acueducto colonial que

había conducido a México las aguas de los manantiales del bosque

y debajo del cual, se conjeturó, debían de estar los restos del

acueducto prehispánico construido por Nezahualcóyotl. 1 Se puso

1 Ortiz M., La fuente monumental, p. 9

123


Antonio Sevilla Tapia

manos a la obra y con gran acierto se decidió que este magno

proyecto escultórico estuviera dedicado a la memoria del artífice

del acueducto antiguo y mentor del boque de Chapultepec.

La fuente monumental de Nezahualcóyotl estuvo a cargo

del escultor Luis Ortiz Monasterio y se inauguró el 15 de

septiembre de 1956, en el entonces llamado Jardín Nezahualcóyotl

que se encuentra en la actual primera sección del bosque de

Chapultepec.

La sola presencia de esta monumental fuente basta para

fascinar a quien la contempla. Su sólida estructura de estética

tolteca-azteca, la armonía entre la roca perdurable y el agua en

perpetuo movimiento que invita a transportarnos a un mundo hace

más de 500 años del que nos sentirnos orgullosos.

Pero si además nos adentramos en el simbolismo que

permea al conjunto escultórico - arquitectónico y escudriñamos en

la historia que nos narra (historia que aquel día me contó mi

padre), en la cual además hay interesantes pasajes de la estancia de

Nezahualcóyotl en el bosque de Chapultepec, la experiencia es

aún mayor.

El monumento

Como lo describe Luis Ortiz Monasterio, se compone de un muro

en talud, una plataforma que emerge de su parte inferior, una

pirámide truncada al lado norte de la plataforma y una estatua de

Nezahualcóyotl al lado sur de la misma.

La estatua de Nezahualcóyotl se asienta sobre un pedestal

en forma de altar nahoa, El estilo de la pieza es sólido, sobrio y

sereno. El rey poeta se presenta con atributos de guerrero

civilizador: la mano del brazo derecho, extendido verticalmente,

sostiene un escudo adornado con arte plumario; la mano izquierda

sostiene contra el pecho una tablilla con un colibrí; al lado

izquierdo del monarca, un carcaj.

La pirámide truncada sirve de basamento a un sahumerio

votivo en forma de bracero prehispánico dedicado a

Nezahualcóyotl. Sobre su superficie lateral están esculpidos alto

124


Nezahualcóyotl en Chapultepec

relieves alusivos a las ciencias y a las artes, además de la cabeza

de un coyote que emerge de la parte frontal. En la parte superior

hay dos hileras de esferas que suman cuarenta y dos en total: el

número de años que gobernó el rey.

Sobre el muro en talud, al lado izquierdo, hay una lápida

con una narración sobre el carácter y empresas de Nezahualcóyotl

que hoy en día, lamentablemente, no puede leerse del todo a causa

del deterioro de los años.

En este mismo muro, en la parte central, se aprecian los

glifos de los reinos de la Triple Alianza: Tezcoco, Tenochtitlan y

Tlacopan los cuales encabezados por Nezahualcóyotl, Itzcóatl y

Cuauhtlatoa, respectivamente, tras la llamada Guerra Tepaneca

instauraron el imperio mexica, el más grande de Mesoamérica que

perdudaría por un siglo, de 1428 hasta 1521. Este trascendental

capítulo de la historia prehispánica forma parte de bella narración

pictórica de la fuente.

La fuente

Construida sobre el muro que fuera parte del antiguo acueducto

colonial, corre de poniente a oriente; es decir, a partir del

monumento hasta un cubo de remate del que emerge un arbotante

en forma de cabeza de coyote con las fauces abiertas, adornada

con una gola de tres listones: el coyote hambriento o ayunado.

A lo largo del muro de la fuente hay ocho contrafuertes. En

la parte superior de cada uno hay un tablero que enmarca un bajo

relieve con un episodio crucial de la vida de Nezahualcóyotl y,

extensivamente, de la historia de la conformación del imperio

mexica. Para la representación de estos episodios, Luis Ortiz

Monasterio utilizó con gran conocimiento histórico y maestría

artística, dibujos semejantes a los ideogramas mexicas. Para

mayor claridad didáctica, debajo de cada episodio están inscritos

sus títulos; además, las fechas en que acontecieron los hechos se

encuentran grabadas en números romanos en pequeños relieves

cuadrangulares que funcionan como vertederos (y que por lo

125


Antonio Sevilla Tapia

mismo rara vez pueden leerse claramente; en realidad, apenas se

distinguen).

Si bien la estatua de Nezahualcóyotl es imponente, lo que

más recuerdo del día que conocí el conjunto escultórico dedicado

al rey de Tezcoco y huésped distinguido del bosque de

Chapultepec son los relieves de la fuente, la épica vida que narran.

Por supuesto, no recuerdo las palabras exactas de mi padre cuando

me contó esta historia, pero años después, al leer a los cronistas

del siglo XVI, mi memoria quiso escuchar ecos de aquellas

palabras en estas crónicas, las mismas a las que recurro para

reconstruir los ocho episodios esculpidos en la fuente de

Nezahualcóyotl.

Nacimiento de Nezahualcóyotl

El 28 de abril de 1402, Ce mázatl o 1 Venado, del año Ce tochtli o

1 Conejo, nació en Tezcoco, capital del señorío de Acolhuacan, el

príncipe Acolmiztli Nezahualcóyotl, nombres que significan brazo

o fuerza de león y coyote hambriento o ayunado, respectivamente.

Hijo de Ixtlilxóchitl Orne Tochtli o Ixtlilxóchitl el Viejo, quien a

su vez era hijo de Techotlala, ambos señores sucesivos de

Tezcoco; y de Matlalcihuatzin, quien a su vez era hija de

Huitzilíhuitl y hermana de Chimalpopoca, también señores

sucesivos de México-Tenochtitlan. 2

Muerte de Ixtilxóchitl

Por el tiempo en que nace Nezahualcóyotl, el entonces imperio

hegemónico tepaneca de Azcapotzalco, regido por Tezozomoc, se

muestra cada vez más decidido a someter al señorío de Tezcoco.

De tal forma, el 24 de septiembre de 1418 un soldado avisa al rey

Ixtlilxóchitl que los tepanecas estan a las puertas de la ciudad. El

monarca, sabiendo que la muerte le alcanzaría ese mismo día, se

despidie con emotivas palabras de su hijo y le ordena que se

esconda en una arboleda. Nezahualcóyotl obedece y desde la copa

de un árbol presencia el último combate y la muerte de su padre.

2 Martínez, Nezahualcóyotl, p. 11.

126


Nezahualcóyotl en Chapultepec

Cuando los tepanecas se retiran y el cuerpo de Ixtlilxóchitl es

rescatado por sus hombres, Totocahuacan, uno de sus capitanes,

declara tristemente:

“Oh, Ome Tochtli Ixtlilxochitl, ya llegó el fin de tus

desdichas, y principio de tu descanso; empiece ya el llanto de todo

tu imperio, y goce de su orfandad… pues hoy le falta su luz y su

padre: sólo me pesa en dónde irá a parar el niño Acolmiztli

Nezahualcóyotl, mi príncipe y señor, y con él sus leales y

desdichados vasallos”. 3

Comienza entonces el exilio de Nezahualcóyotl para salvar

su vida. Primero es socorrido por los señores de Tlaxcala, luego

puede establecerse en México-Tenochtitlan, no sin ser

permanentemente vigilado por Tezozomoc.

Sueño de Tezozomoc

Cerca del final de sus días, Tezozomoc tiene un sueño que reaviva

su odio y temor hacia Nezahualcóyotl, el cual le comparte a

Coyohua, un servidor de éste con la finalidad de que lo traicione,

prometiéndole futuros favores:

“He aquí para qué te he mandado llamar:

¿Quién hay que sea el único verdadero? Una mala cosa

soñé:

sobre mí estaba parada un águila,

sobre mí estaba parado un tigre,

sobre mí estaba parado un oso,

sobre mí estaba tendido el rey de las serpientes.

Muy azorado me dejó todo esto que soñé.

Ahora bien, digo yo, Coyohua: no vaya a ser mi ruina

Nezahualcóyotl. No requiera venganza de su padre y de su tío

Cihuacuenotzin… ¡No vaya a cobrar en mis hijos, los reyes y los

príncipes, la sangre ardiente!…” 4

3 Anales de Cuauhtitlán, Cf. Martínez, Nezahualcóyotl, p. 14.

4 Garibay, Historia de la literatura náhuatl, t. I, p. 253.

127


Antonio Sevilla Tapia

Toma de Azcapotzalco

A la muerte de Tezozomoc uno de sus hijos, Maztla, desata una

cruenta lucha intestina en la casa real tepaneca para hacerse del

poder del reino de Azcapotzalco, lo cual es aprovechado por los

pueblos que le eran tributarios para revelarse. Este episodio es

conocido como la Guerra Tepaneca, cuyo desenlace narra de esta

dramática forma Alva Ixlilxochitl:

“Rompieron y desbaraton el ejército de Maztla, haciendo

huir sus gentes, y en el alcance quedaron muchos de ellos, y

entrando por la ciudad [de Azcapotzalco], la destruyeron y

asolaron… Maztla, que se había escondido en un baño de sus

jardines, fue sacado con gran vituperio, y Nezahualcóyotlzin lo

llevó a la plaza principal de la ciudad y allí le sacó el corazón

como una víctima y sacrificio a sus dioses, diciendo lo hacía en

recompensa de la muerte de su padre el emperador Ixtlilxóchitl, y

que aquella ciudad por ignominia fuese desde aquel tiempo un

lugar donde se hiciese feria de esclavos. Este fin tuvo aquella

ciudad insigne, que fue una de las mayores que hubo en la Nueva

España, y que por su grandeza se le puso el nombre que tiene de

Azcapotzalcoi, que quiere decir hormigueros…” 5

Constitución de la Triple Alianza

Después de sometido el reino de Azcapotzalco, los mexicanos y

tezcocanos decidieron formalizar el pacto militar y político que

asegurara su hegemonía y atrajeron, además, al pueblo tepaneca

de Tlacopan, conformándose así la Triple Alianza.

En sus Memoriales, Motolinía refiere sesenta y ocho

pueblos tributarios de la Tripla Alianza. 6 A lo largo de la parte alta

del muro de la fuente de Nezahualcóyotl del bosque de

Chapultepec están esculpidos en discos de recinto que funcionan

como vertederos superiores, los glifos y nombres de los reinos y

señoríos que fueron tributarios de la Triple Alianza.

5 Alva I, Obras históricas, t. II, p. 82.

6 Motolinía, Memoriales, pp. 394-396.

128


Nezahualcóyotl en Chapultepec

Introducción del agua de Chaputepec a Tenochtitlan

Las campañas militares para la consolidación de la Triple Alianza

se prolongan hasta 1430, año en que Nezahualcóyotl, quien radica

todavía en México-Tenochtitlan, realiza obras en Chapultepec de

onda trascendencia para la ciudad. Alva Ixtlilxóchitl refiere que

además de unos palacios que construyó para su propia habitación,

“hizo el bosque de Chapultepec y metió el agua en la ciudad por

tarjea, que hasta entonces iba por una zanja” 7 . José Luis Martínez

agrega: “la leyenda lo hace constructor de un palacio al pie del

cerro, de los manantiales y el acueducto, y aun agrega que él

sembró los ahuehuetes del bosque”. 8

El acueducto de Chapultepec fue la obra civilizadora que

coronó los servicios de Nezahualcóyotl a México-Tenochtitlan.

Dos crónicas del siglo XVI lo documentan. En las Relaciones de

Chalco-Amaquemecan, de Chimalpahin, se dice que en el año

1454 o 1 Conejo:

“Se dio comienzo al canal para el agua que los tetzcucas

construirían trayéndola desde Chapoltépec. Quien propuso que

fuera construido fue el Nezahualcoyotzin, jefe de Acolhuacan,

buscando que México-Tenuchtitlan tuviese una fuente de agua

para mayor comodidad de su tío, el señor Huehue Motecuhzoma

Ilhuicaminatzin” 9

Más adelante asienta:

“Año 13 Conejo, 1466. Entonces fue que llegó el agua a la

ciudad de México, traída de Chapoltépec, obra de la cual los

tetzcucas habían sido los contratistas bajo la orden de

Nezahualcoyotzin. Los trabajos duraron 13 años antes de ser

terminados” 10

Por otra parte, los Anales de Cuauhtitlan también hablan

del acueducto de Chapultepec. El inicio de la obra lo establecen

7 Alva I, Obras históricas t. I, p. 317.

8 Martínez, Nezahualcóyotl, p. 24.

9 Chimalpain, Relaciones, p. 201.

10 Chimalpain, Relaciones, p. 206.

129


Antonio Sevilla Tapia

mucho después, en 1463, 12 Calli, pero coinciden en el año de

conclusión, 1466:

“13 Tochtli. En este año fue Nezahualcoyotzin a dirigir el

agua que por primera vez entró en Tenochtitlan. Desde su

nacimiento la vinieron acelerando los tepeyacahuacas y sacándose

sangre en sacrificio delante del agua. Por este tiempo únicamente

desde Chapoltépec se sacaba agua”. 11

Fue tal la fama del acueducto construido por

Nezahualcóyotl que a mediados del siglo XVIII Clavijero da

noticia del mismo con estas palabras:

“Hacían los mexicanos, para comodidad de las poblaciones,

muy buenos acueductos. Los de México para conducir el agua de

Chapultépec, distante como dos millas de la ciudad, eran dos

canales paralelas de piedra y argamasa, altas casi dos varas y

anchas dos pasos, que corrían por una calzada formada sobre el

lago y llegaban hasta la entrada de la ciudad, desde donde se

repartía el agua a diversas fuentes, especialmente a las de los

reales palacios. Aunque eran dos los acueductos no corría el agua

sino por uno, y entretanto limpiaban el otro para que siempre fuese

el agua limpia”. 12 Coronación de Nezahualpilli

Sintiendo su muerte cercana, Nezahualcóyotl nombró como

sucesor a Nezahualpilli, de tan solo siete años de edad, en una

solemne ceremonia en la que estuvieron presentes el resto de sus

hijos, a quienes dirigió estas palabras:

“Veis aquí a vuestro príncipe señor natural, aunque niño,

sabio y prudente, el cual os mantendrá en paz y justicia,

conservándoos en vuestras dignidades y señoríos, a quien

obedeceréis como leales vasallos, sin exceder un punto de sus

mandatos y de su voluntad; yo me hallo muy cercano a la muerte,

y fallecido que sea, en lugar de tristes lamentaciones cantaréis

alegres cantos, mostrando en vuestros ánimos valor y esfuerzo,

11 Anales de Cuauhtitlan, Cf. Martínez, Nezahualcóyotl, p. 68.

12 Clavijero, Historia antigua de México, t. II, pp. 307-308.

130


Nezahualcóyotl en Chapultepec

para que las naciones que hemos sujetado y puesto debajo de

nuestro imperio, por mi muerte no hallen flaqueza de ánimo en

vuestras personas, sino que entiendan que cualquiera de vosotros

es solo bastante para tenerlos sujeto…” 13

Muerte de Nezahualcóyotl

Poco tiempo después, en el año 1472, Chicuace técpatl o 6

Pedernal, muere Nezahualcóyotl a los setenta y un años de edad y

cuarenta y dos como señor de Tezcoco, poniendo fin a la era

gloriosa de la Triple Alianza, tal como lo expresa Axayáctl,

entonces señor de México-Tenochtitlan, en estos versos:

¿Acaso alguno viene del lugar del Sortilegio?

¿Acaso es sitio allí de donde ha de regresar?

¿Dónde está el lugar de los ya Descarnados?

¿Vendrán a darnos noticias Motecuzoma, Nezahualcóyotl,

Totoquihuatzin?

¡Ellos nos dejaron huérfanos!

Entristeceos, oh príncipes.

¿Dónde vagaba mi corazón?

Yo, Axayácatl, los busco…” 14

Esta es, en fin, la historia que narra el espacio, la roca, el

agua, el arte, el espíritu de la fuente monumental que se levanta

sobre los cimientos de una de las obras que le dieron fama y gloria

tanto al bosque de Chapultepec como al mismo a quien la fuente

rinde tributo: Nezahualcóyotl. Un círculo que se cierra. De igual

forma, con esta narración quisiera cerrar el círculo de aquella otra

que me obsequiara mi padre en un día lejano y querido.

13 Alva I, Obras históricas, t. I, p. 242.

14 Garibay, Poesía náhuatl, t. III, p. 16.

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Antonio Sevilla Tapia

Fuentes

Alva Ixtlilxóchitl, Fernando de, 1952, Obras históricas, 2 tomos,

México, Editora Nacional.

Clavijero, Francisco Javier, 1950, Historia antigua de México, 4

tomos, México, Editorial Porrúa.

Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, Don Francisco de San Antón

Muñón, 1965, Relaciones originales de Chalco

Amaquemecan, México, Fondo de Cultura Económica.

Garibay K., Ángel María, 1953-1954, Historia de la literatura

nahuatl, 2 tomos, México: Editorial Porrúa.

León-Portilla, 2015, Quince poetas del mundo nahuatl, México,

Editorial Diana.

Martínez, José Luis, 1984, Nezahualcóyotl, México, Fondo de

Cultura Económica.

Motolinía, Fray Toribio de Benavente, 1971, Memoriales o Libro

de las cosas de la Nueva España y de los naturales de

ella, México, Universidad Nacional Autónoma de

México, Instituto de Investigaciones Históricas.

Ortiz Monasterio, Luis; González, Jesús, 1957, La fuente

monumental de Nezahualcóyotl, México, Departamento

del Distrito Federal.

Torquemada, Fray Juan de, 1969, Los 21 libros rituales y

Monarquía indiana, México: Editorial Porrúa.

132


SANTOS CAJEME

María Elena Solórzano Carbajal


María Elena Solórzano Carbajal

María Elena Solórzano Carbajal

Fue miembro de la Asociación de Cronistas del D.F. y Z.C.,

Presidenta honoraria del Consejo de la Crónica de Azcapotzalco.

Pertenece al Cabildo Nacional de la Crónica de la Ciudad de

México. Autora de: San Lucas Atenco, México 1991 Cuéntame tu

milagro, Bienal Guadalupana, México 1997. Los oficios de los

abuelos, FES Zaragoza, México 2010. Clavería Centenaria, Info

Editores, México 2011. Tiempo de higos, San Lucas Atenco,

Nextengo, San Marcos Ixquitlan publicados por la Alcaldía de

Azcapotzalco en 2017 y 2018. Más de 50 publicaciones colectivas

Titular del programa de conferencias “Crónicas con Aroma Café”

en Casa de Cultura Azcapotzalco. Ha participado en varios

programas de televisión sore temas de Azcapotzalco.


Santos Cajeme

Es una tarde lluviosa, el barrio de San Lucas Atenco huele a tierra

mojada, todos los nietos están alrededor de la mesa de la cocina

saboreando una rica taza de chocolate con bolillos crujientes. El

abuelo es maestro jubilado, le gusta mucho la Historia de México

y ese mismo gusto tiene Emiliano su nieto, muy serio y estudioso

para su edad.

-¿Tata, qué nos vas a contar ahora?- pregunta uno de los

niños.

-La historia de un pueblo indio-contesta papá grande…

“La República de los Yaquis se encontraba en un valle

regado desde tiempos inmemoriales por un río, llamado también

Yaqui y, quienes se asentaron ahí por primera vez, se convirtieron

en los dueños de esas tierras que hoy se ubican en el estado de

Sonora.

Eran considerados como buenos trabajadores. Esta etnia

está constituida por individuos muy altos y fuertes, pues en la

antigüedad su tipo de alimentación y sus actividades físicas daban

por resultado unos cuerpos musculosos sin una gota de grasa.

Cuando los españoles llegan a quererlos sojuzgar se

encuentran con un yaqui de piel acanelada, altivo, que, tomando

un puño de tierra en actitud retadora se adelanta con arco y flecha,

traza una línea en el suelo al mismo tiempo que dice: si pasan de

esta raya los mataremos.

Los yaquis nunca se sometieron a las leyes dictadas por la

Corona de la Nueva España, jamás pudieron anular su

autodeterminación a pesar de las políticas y las guerras para

exterminarlos. Los ibéricos son derrotados constantemente. Ania

Baá Lu Utek y seis mujeres negociaron la paz con los españoles

que fueron sometidos. Hubo una tregua y vivieron en paz durante

algún tiempo.

La conquista de estos grupos no se realizó con las armas

sino que fue religiosa y económica. En el siglo XVII los jesuitas

lograron por medio de sus misiones ganarse la voluntad de los

yaquis, todo parecía ir por buen camino, pero los abusos de los

españoles volvieron y lo echaron todo a perder.

135


María Elena Solórzano Carbajal

Hay periodos de paz muy relativa. Juan Bantea proclama la

INDEPENDENCIA DE LOS PUEBLOS INDIOS y forma una

especie de confederación.

Las agresiones por parte de los extranjeros son cada vez

más violentas. Los yaquis se defienden de quienes les arrebatan

sus tierras y se inicia una lucha sin cuartel. Surge un nuevo

caudillo, Cajeme, que muere combatiendo con fiereza. Otro líder,

Tetabiate, continúa la lucha para que sus tierras no les sean

robadas, por fin firman la paz en la estación de Ortiz. No obstante,

las cosas siguen igual o peor y se desata la sangrienta batalla de

Masacaba, y al poco tiempo se inicia la deportación de los yaquis,

tildados como bárbaros y rebeldes

La Independencia de México se consuma el 27 de

septiembre de 1821 y se declara abolida la esclavitud.

Los yaquis fueron los primeros que intentaron

independizarse de la Nueva España, hecho poco conocido. Sé de

esa historia y les diré. La esclavitud se abolió pero sólo en el

papel, siguió existiendo por mucho tiempo la venta de hombres,

mujeres y niños. Mi abuelo Felipe me contaba lo que a su vez le

había contado su abuela María Lirio, la que fue mujer de Santos

Cajeme en la finca henequenera allá por Yucatán.

Cuando empezó la deportación de los indios, cientos de

ellos eran embarcados a sangre y fuego, el barco regresaba por

otro cargamento porque los hombres yaquis, en un acto de valentía

y dignidad, arrojaban a sus niños al mar y enseguida se aventaban

las mujeres y los hombres, pues preferían morir a ser reducidos a

esclavos.

Cuentan también que los lazaban como animales y después

los colgaban; eran tantos los ahorcados que se les acababan las

cuerdas y ya después de media hora, todavía calientitos los

cuerpos, los descolgaban para seguir ahorcando más gente:

hombres, mujeres y niños.

Los yaquis no eran salvajes, al contrario tenían escuelas

para el pueblo, eran buenos agricultores, inventaron y

construyeron sistemas de riego muy avanzados, vivían en ciudades

construidas con bloques de adobe, explotaban las minas de la

136


Santos Cajeme

región, tenían un gobierno muy bien organizado, normas bien

establecidas para una convivencia donde había justicia, inclusive

acuñaban un tipo de moneda para realizar su intercambio

comercial”.

Papá grande descansó un momento. Con cierta

preocupación recordó que los niños le habían pedido un cuento y

el sentía como que estaba impartiéndoles una clase. Comprobó

como sus nietos lo escuchaban con atención y esperaban

expectantes la continuación del relato, y con calma continuó…

“El siguiente relato ha pasado de generación en generación,

desde que María Lirio lo contó por primera vez.

Santos Cajeme se llamaba -le pusieron ese nombre en

recuerdo del caudillo Cajeme que murió por defender a su pueblo-

, llegó a la finca henequenera con otro compañero.

María Lirio decía: yo viví en el infierno, no podía llamarse

de otro modo, trabajábamos de sol a sol, dormíamos en un jacalón

largo, largo, nos echábamos como perros en unos petates rotos y

mugrientos, sin nada más. Hombres y mujeres revueltos, las

pobres viejas no sabían ni quién era el tata de su criatura. Al

chamaco lo parían a campo abierto, las otras mujeres ayudaban a

que naciera el niño y…luego, luego a trabajar otra vez, nomás

cargaban al chilpayate en el rebozo y a seguir la faena, muchas se

desangraban en medio del campo.

Si alguien moría no gastaban en cajas o petates, ni siquiera

dejaban que sus compañeros de infortunio les dieran cristiana

sepultura, a todos los aventaban a los caimanes, esa era su comida,

pues a diario había agonizantes y muertos.

El otro yaqui llamado Annia Baá trató de escapar, fue

capturado y sometido a una serie de azotes con varilla, el

muchacho de apenas dieciocho años se desmayó, cuando volvió en

sí escupía sangre y parte del pulmón, no volvió a ser bueno.

Apenas se podía sostener, y como no tenía fuerzas para trabajar lo

volvían a golpear con una cuerda mojada. Al poco tiempo se

agusanó, con fiebre permanente y sin poder moverse…todavía

estaba vivo cuando lo aventaron a los cocodrilos, sus gritos

desgarradores se escucharon por toda la plantación.

137


María Elena Solórzano Carbajal

Como ven, mis hijos, los horarios de trabajo eran

inhumanos, desde que despuntaba el sol hasta que desaparecía en

el horizonte. Además el capataz azotaba con el látigo a los que se

detenían un momento para tomar un respiro.

Sus vidas transcurrían en condiciones infrahumanas,

vestían harapos y su alimentación no saciaba su hambre. El

desayuno y la cena consistían en un jarro de atole de masa de

maíz, un plato de frijoles acedos y tortillas duras. Ese mísero

alimento era insuficiente para sobrevivir, así que muy pronto

enfermaban y cuando ya no servían para nada eran arrojados a los

animales de la ciénaga.

El mismo día llegaron: Cajeme, su amigo y María Lirio,

una indita muy agraciada, menudita, de grandes ojos negros y

hermosas trenzas, sus pechos apenas despuntaban, tendría a lo

mucho dieciséis años, Santos Cajeme procuró estar cerca de ella,

tanto que en la noche la amarraba a su muñeca con uno de los

cordones de su pelo para no perderla en aquel hacinamiento, se

enamoraron, en su amor encontraron un paliativo a sus penas. Ella

tuvo un hijo y resignada lo cargaba a sus espaldas para seguir

trabajando sin descanso.

Un día la mandaron a servir a la cocina, el ama se encariñó

con ella y la pidió como criada de compañía. Estuvo mejor en la

casa de la hacienda, donde gran parte del tiempo debía pasarlo en

la cocina ayudando a preparar los guisos de la familia. Hasta que

terminaban de comer los amos, les permitían disponer de las

sobras que quedaban en los platos.

Lo único que sentía era que ya no podría ver ni hablar con

Santos Cajeme, muy pocas veces pudo entregarle algunos

alimentos. Solamente de lejos, tenía oportunidad, a veces, de

hacerle una seña con la mano a modo de saludo.

Un día de repente, el ama le dijo que se iba con ella para la

capital pues iba a consultar a los doctores sobre una dolencia que

no cedía. Sé que esa noche lloró mucho, pues el alejarse de allí

significaba no volver a ver a su amado. Llegaron a México, su

patrona fue recibida por unos parientes que eran dueños del

Rancho de la Puerta Azul cerca del barrio de San Lucas Atenco.

138


Santos Cajeme

Jamás volvió a saber de Santos Cajeme, ella lo lloraba,

presentía que ya había muerto, como todos por falta de comida y

por agotamiento, y que había sido devorado por los hambrientos,

sin derecho a descansar en el seno de la madre tierra.

Su ama Rosalinda murió y María Lirio siguió en ese rancho

como sirvienta. En la capilla de San Salvador Nextenco bautizó a

su hijo con el nombre de Santos, ahí creció y ya joven pasó a

formar parte de los peones de la finca. Era buen muchacho y muy

trabajador, alto y fuerte como su padre. María Lirio lo

contemplaba y veía en él la figura querida de Santos Cajeme.

En ese rancho de la Puerta Azul vivían miserablemente,

pero sin ser azotados, tenían una humilde choza y sus alimentos

eran mejores: un jarro de atole de masa de maíz con piloncillo,

tortillas recién hechas que su anciana madre preparaba, salsa

martajada, una rodajita de queso y frijoles de la olla cocidos con

epazote; en la comida nopalitos o quelites (que abundaban en los

llanos).

Santos se casó con la Rosita y nacieron varios hijos, se

lograron: Marica, Felipe, Tiburcio y Cleofás que crecían felices al

gozar del campo corriendo por doquier y recolectando renacuajos

en tiempo de lluvias.

Su hijo Felipe siguió trabajando en el Rancho Puerta Azul,

era el encargado del establo y de distribuir la ordeña por varios

lugares, para lo cual montaba en un caballo con los botes

amarados a los lados del animal. Al casarse tuvo varios hijos y

casi todos murieron al extenderse una epidemia de cólera. Se

salvaron tres: Jacinto, Valeriano y Lorenzo.

Cuando estalla la Revolución, los nietos de Santos Cajeme

deciden enrolarse en sus filas y se van hacia el norte para luchar

por un México mejor, donde el pueblo tenga derecho a la

educación y a una existencia más digna.

La vida dio un giro de ciento ochenta grados. Se acabaron

las haciendas. Pasaron muchos años y nadie supo de esos

muchachos. Sólo Valeriano regresó, ya cuarentón, con un tasajo

en una mejilla y una pierna agujerada de bala.

139


María Elena Solórzano Carbajal

Traía unas monedas de oro, no eran muchas, pero le

alcanzó para comprar un terrenito allá por San Martín

Xochináhuac, sembró una hortaliza. Era buena tierra y se daban

unas verduras de encanto. Sus productos los iba a vender al

mercado, los cargaba en una pequeña carreta que el mismo

construyó arrastrada por un burro. Así sacaba para ir viviendo. Se

casó ya grande con Amapola de la Luz y tuvo un hijo. Después

consiguió un puesto en el mercado donde vendía flores y verduras.

A su hijo le puso Emiliano pues admiraba mucho al general

Emiliano Zapata. Su chilpayate le salió muy inteligente y lo

mandó a estudiar para maestro.

-Abuelo, ¿por qué sabes toda la historia de Santos Cajeme?

-Porque yo soy el hijo de Valeriano y mis tatarabuelos

fueron yaquis, nosotros somos descendientes de Santos Cajeme y

María Lirio, la indita de los grandes ojos negros.

140


LA HUACHICRÓNICA

Jaime A. Valverde Arciniega


Jaime A. Valverde Arciniega

Tula, Hidalgo. Cronista urbano y presidente del Cabildo Nacional de la

Crónica de la Ciudad de México. Economista por el IPN. Maestría en

Humanidades por la Universidad Anáhuac. Diplomado en Historia por el

Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Doctor Honoris

Causa por el Claustro Doctoral Iberoamericano. Conductor de programa

en Radio Educación, Canal 11, Radio IPN, SerMedia.mx, colaborador de

Capital 21 TV. Autor y coautor de varios libros. Profesor-investigador de

tiempo completo en el IPN


La huachicrónica

Vayamos a la raíz, ir al origen, es lo mejor para entender casi

cualquier cosa o fenómeno; si se descubre de dónde proviene este,

damos por hecho que estamos en condiciones de entenderlo,

enfrentarlo, paliarlo, controlarlo, erradicarlo o para lo que sea,

hasta para adorarlo

Este México nuestro, acaba de enrumbarse no se sabe bien

a dónde, pero el caso es que hay un nuevo gobierno que apenas

lleva unos días en el poder, el Presidente que lo encabeza goza

como pocos de sus antecesores, de un gran apoyo popular y arriba

a la silla presidencial cargando un cúmulo de esperanzas; los

escépticos (que no son pocos), en respeto a la decisión

inmensamente mayoritaria de los electores, están obligados a

concederle al menos el beneficio de la duda (tema que aún está

por verse), lo que pasa es que lo está en juego es mucho dinero,

son muchos los intereses creados, nacionales y extranjeros y estos

generalmente no están dispuestos a quedarse quietos si les ha

quitado poder. Bueno, pero eso aunque en el fondo tenga que ver

con esta crónica es otra cosa y no quisiera incursionar en ello, al

menos por ahora.

Esta crónica está en búsqueda de un personaje, así que

continuemos, pero antes de ello demos un breve y necesario

rodeo, acerca de algunas consideraciones alrededor de la tarea del

cronista, mismas que podrían verse involucradas en la relatoría de

acontecimientos que irán sucediéndose.

El cronista es poco dado, como coloquialmente se dice, a

hacer política, le gusta ir más al fondo de todo lo que ve, lee y

escucha, quizá para algunos carece de visión y piense que su

imaginación, como apuntaba Carlos Monsiváis que a su vez

evocaba a Ignacio Manuel Altamirano, no es la del águila y

apenas es una golondrina que roza con sus alas el suelo y no

consigue apartarse del techo; el cronista ha sido atrapado por la

realidad, necesita no solo datos sino hechos para adentrarse en

ellos; no importa que en ocasiones nimios, intrascendentes, por lo

que puede ser que se le tilde de superficial, pero no, yo diría que

tal vez el cronista tenga, incluso hasta por manía, el

convencimiento de que las cosas no son exactamente igual a lo

143


Jaime A. Valverde Arciniega

que ven sus ojos, por experiencia el cronista sabe que esos hechos

en los que hurga no son lo que aparentan, el alma, lo invisible de

las cosas como de las personas, no está en la superficie y

descubrir ese tipo de entuertos le lleva la vida. No es fácil. Hay

poetas que sostienen que el alma esencial de los seres humanos no

está en sus ojos sino en la mirada, y el cronista tiene mucho de

poeta, no por nada la crónica está emparentada con la literatura.

Pero hagamos un alto ya que evocamos a Monsiváis, es

bueno recordar que el cronista de la colonia Portales nos alertó,

acerca de lo que se decía en muchos ámbitos culturales

mexicanos, todavía hasta1968, con relación a la crónica, ya que

había quienes consideraban a los cronistas como “…meros

endiosadores del pasado o del presente, falsos eruditos de la

trivialidad”. Los cronistas según los culturati, de acuerdo a la cita

de Monsiváis, son …los magnificadores de la minúscula

actualidad, los viudos profesionales de las tragedias, los

comprometidos en exceso, los amanuenses de las notas

frívolas…los aduladores de la vida popular a la que se aproximan

con ojos paternalistas o de adoración irrestricta”.

Era necesario el párrafo anterior, para comprender el

terreno por el que actualmente transita la crónica y darnos cuenta

que el recorrido de ésta ha sido muy complicado, y que si en la

actualidad ya no se anatematiza, se debe al trabajo de muchos

cronistas en México y en el mundo entero.

Como en esta crónica aparecerá un poco más adelante un

personaje muy singular, no me gustaría ser acusado de “erudito de

la trivialidad” (si bien me va), ni de “magnificador de la

minúscula actualidad”, ni de “endiosador del presente”.

Continuemos: El cronista en ocasiones parece un ratón de

biblioteca, investiga, se documenta, pero no se conforma con los

folios hallados a acerca de su tema de estudio, su fuerte no es

quedarse encerrado en el archivo, no se auto limita por aquella

sentencia del Padre Garibay que decía que el investigador debe

llegar hasta donde el documento se lo permita, pero no, eso

aunque el cronista lo tome en cuenta, se atreve a ir más allá del

historiador, el cronista se tira a la calle, es en realidad un fedatario

144


La huachicrónica

del haber histórico y cultural, un humanista que generalmente no

ha egresado de ninguna universidad con ese título, si acaso el

cronista poseyera un aval, ese sería el de la vida, consulta con la

gente involucrada, vive los acontecimientos, busca a los

protagonistas, los sigue, a veces hasta los asedia con tal de

conseguir tal o cual dato o atisbo de dato que lo acerque a lo que

está buscando, quema la suela de sus zapatos recorriendo las

calles y husmeando en recintos, casas y edificios; esta actitud no

es cualquier cosa ni es un capricho, forma parte de su metodología

de trabajo.

El cronista certifica hasta el vuelo de la mosca, en su

comunidad o en su barrio, nadie mejor que el cronista para dar

cuenta de lo que ahí ocurre, como de lo que ha ocurrido a lo largo

y ancho de los años; para realizar esa labor se ha ganado el cariño

y el respeto de mucha gente, es lo único, así como con la verdad,

con lo que el cronista tiene compromiso.

Sin alterar o modificar la realidad -su materia prima-, el

cronista procede con ética para enterarnos de su quehacer sin

lastimar a las comunidades que ha estudiado. Para ello no

investiga o escribe por consigna de un periódico o de alguna

autoridad, le es imprescindible ser libre en sus interpretaciones,

valoraciones y juicios; un cronista al servicio del poder, se obliga

a escribir a favor del poder o de lo que no vulnere al poder. Sin

embargo ser auténticamente un cronista, requiere además de

vastos conocimientos, de libertad absoluta de conciencia y de un

acendrado sistema de valores.

Si la materia prima del cronista son los hechos, la

“mezquina” realidad, vayamos a su encuentro.

Mucho antes de que apareciera entre la población mexicana

el personaje en cuestión, la música fue la primera en darnos

noticias de Él, aproximadamente dos años antes o un poco más,

dieron razón de ello las redes sociales y plataformas como

YouTube y Spotyfy, a este respecto, no existe documentación o

relato alguno que pueda darnos fidedignamente razón de que

nuestros ancestros, Huitzilopochtli o Tláloc, Coatlicue o

Tezcatlipoca, hubiesen empezado a existir primeramente en la

145


Jaime A. Valverde Arciniega

música, antes de aparecerse en la vida y la devoción mexica,

como sí lo hizo a principios del mes de febrero de 2019 el dios

Huachicóyotl.

Un tema muy popular en las redes sociales lanzada en

YouTube en enero de 2017, con decenas de miles de fervientes

seguidores, fue la “Cumbia del huachicol” acompañada con

mariachi e interpretada por Kary Siza y los Chikos Kumbia: “El

tema del momento es el huachicol, “…bailemos con sabor este

cumbión…” reza su huachicumbia mientras ilustra señalando por

sus nombres las localidades que integran el “Triángulo Rojo del

Huachicol” en Puebla, a saber: Huixcolotla, Palmar del Bravo y

Acatzingo. Para otros intérpretes el disputado “Triángulo” es

Tepeaca, Palmarito y Amozoc: “Olvida ya las penas y a bailar al

ritmo de la Cumbia del huachicol”. El dios Huachicóyotl se

anunciaba en las redes sociales con decenas de miles de fieles

devotos y aparentemente nadie se percataba de ello, mucho menos

las autoridades. ”Yo uso huachicol, huachicol…” entona la

vocalista.

“El Wachicolero” de Tamara Alcántara, es una pieza

norteña que ensalza el robo de combustible, ahí se canta que los

poblanos metamorfosearon su identidad, que de ser “camoteros”

pasaron a ser “huachicoleros…”. Todo el mundo, bebe, baila y ríe,

los parroquianos festejan el robo y la puntada del cambio de

identidad.

Los Chicos Kumbia y Tamara Alcántara, juntan dinero,

cantándole al robo de gasolina en las fiestas privadas de los

municipios que viven de la venta y compra del combustible mal

habido, hacen bromas y chistes con el descubrimiento que hizo la

Policía Federal de una toma clandestina ubicada debajo de un altar

a la Virgen de Guadalupe, en un domicilio de San Martín

Texmelucan. Más tarde en otros estados de la república vendrán

otros descubrimientos del dios Huachicóyotl, en un cementerio, en

un mercado, donde sea.

Ni qué decir que también hay corridos, verdaderas crónicas

musicales que dan santo y seña de mil historias, uno de ellos, es el

corrido “Los huachicoleros”, en la plataforma de Spotyfy

146


La huachicrónica

interpretado por la “Banda Renovación”, de Culiacán Sinaloa:

“Ya le cantamos a narcos, ya le cantamos al jefe y ahora vengo a

cantarle a todita esta gente, que se la rifa bonito, chingando a

Pemex, pariente…lo dijo mi general allá por el 38, Pemex es de

los mexicanos, entonces es de nosotros, de que se lo chinguen los

gringos, mejor chingamos nosotros…”, canta en el clímax de su

interpretación. Y por si no hubiera quedado claro sostiene a favor

del robo a la nación: “Buen negocio el que agarraron, si en el

peligro les gusta andar, haciendo hoyos como los topos, bajo los

ranchos y la ciudad, huachicoleros, así les llaman a donde van”.

Los vídeos no se quedan atrás, como el que produjeron en

Tehuacán, Puebla los Reyes Klan, también con decenas de miles

de reproducciones: Un hombre baja de su camioneta con varios

bidones y coloca un letrero: “Se vende huachicol frío o crudo”,

mientras se aprecian largas filas de presuntos compradores.

Ya anunciada desde 2017 la venida del dios Huachicóyotl,

como siguiendo un guión, viene la tragedia, el terror en

Tlahuelilpan, Hidalgo, el 18 de enero estallan ductos de Pemex

que eran ordeñados por los huachicoleros, causando la muerte de

al menos 135 personas, lo que deja en la orfandad a cerca de 200

niños que perdieron a sus padres que acudieron por combustible

robado; pero nadie entiende, ocho días después ahí cerca, en

Munitépec de Madero, Hidalgo, las autoridades acudieron a

sofocar otra fuga de combustible causada por los ladrones

huachicoleros. Y ni por la tragedia se bajaron de las redes sociales

las cumbias, los corridos o los videos que reverencian a los

seguidores de Huachicóyotl. La muerte en México, tan bien puede

significar el máximo momento de la fama de los que se pasan de

vivos. Si a unos les toca sufrir, a otros les toca reír, reza la

sabiduría popular.

Fue antes del terror de Tlahuelilpan, Hidalgo, que

arqueólogos urbanos mexicanos descubrieron los restos del dios

Huachicóyotl, el dios de la gasolina en horas de la tarde del día 8

de enero de 2019. Según dijeron, existen diferencias sustantivas

con relación al descubrimiento de esta deidad, respecto al de otras

deidades o personajes relevantísimos, como con la “Adornada de

147


Jaime A. Valverde Arciniega

Cascabeles” la Coyolxauhqui, con Tláloc, Pakal, Coatlicue o con

cualquier otra representación en piedra del México antiguo, ya

que Huachicóyotl, en contraposición de todos sus ancestros,

apareció bajo el don de la ubicuidad dejándose ver

simultáneamente en la Ciudad de México, en Querétaro, en

Guanajuato, en el Estado de México, Hidalgo y en Jalisco, aunque

hay testimonios de que también se le vio indistintamente y poco a

poco en Puebla y Michoacán y después de estos estados

prácticamente se le avistó en todo el territorio nacional, por lo

demás, de lo que no hay duda según los expertos, es que además

de su aparición sincrónica, se trata claramente de una deidad

mesoamericana, es decir geográficamente del centro del país hacia

el sur.

El cuerpo de Huachicóyotl ha sido definido por los

especialistas como volátil e inflamable, su rostro es grave y su

mirada profunda, como si avistara al mundo desde hondos

socavones o túneles, en todo caso su mirada es oscura,

desconfiada y amenazante, su prominente nariz devela duro,

irritable y solemne el conjunto de su rostro, su bocaza es redonda

y hedionda, algún día quizá pronuncie palabras terribles cargadas

de reproches e injurias que nos hagan temblar, que nos digan que

Él está aquí porque nuestros odios y toda la violencia que hemos

desatado lo levantaron de su sueño eterno para venir a destruirnos;

que nos diga en una palabra, que Él es nuestra creación.

A diferencia de sus antepasados, Huachicóyotl el protector

de los huachicoleros es de plástico, lo que lo hace ser considerado

una deidad posmoderna que no desaparecerá sino hasta dentro de

quinientos, mil o más años si se le entierra, ya que parece estar

hecho de tereftalato de polietileno, entre otros componentes que

los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.

México está huachicolado, ¿quién lo deshuachicolizará? El

deshuachicolizador que lo deshuachicolice, un buen

deshuachicolizado será, la devoción de la gente tan tradicional,

del México tradicional, ya hizo trabalenguas de Huachicóyotl, es

decir ya lo hizo suyo. “Me canso ganso”, incluso al volátil e

inflamable cuerpo de la nueva deidad, para emparentarlo con una

148


La huachicrónica

expresión del actual Presidente de la República, ya se le dice

popularmente “gansolina” y se le presume como el nuevo

combustible posterior a la aparición de “Huachicóyotl”: la

“gansolina”. ¡Sí, esto es México!

En medio del desconcierto, hay quienes al dios

Huachicóyotl, tal vez para sentirse más próximos a Él,

solemnemente le llaman “Huachi”. Y ya metidos en la

controversia ante la repentina aparición del personaje, hay quienes

señalan que la principal misión del dios es garantizar el abasto de

gasolina, sin embargo, otros opinan que no, que su principal

misión es controlar y encarecer el precio del combustible, lo que

apuntaría a la casi desaparición de la clase media mexicana, así

como a la devaluación del peso y al descontrol y elevación de la

inflación, reduciéndose drásticamente las tasas de crecimiento

económico, donde “Huachi” vendría siendo algo así como un

abortivo, para el proyecto económico del anti neoliberal nuevo

gobierno.

No se sabe aún si la furia de esta deidad pueda ser tan letal,

que arruine los planes del recién ungido presidente de la

república, pero lo cierto es que alguien soltó y alborotó al dios

Huachicóyotl, claro, ya se entiende que fueron sus adoradores

llamados huachicoleros, pero lo interesante para la mayoría de la

población sería saber quién está detrás de estos adoradores

agitando el incensario, atizando el copal, tiznando al dios.

En las largas filas para ver y llevar a casa algo del

venerable cuerpo de Huachicóyotl, que haga que la economía, los

vehículos y la familia se activen, desde el día ocho de enero hay

personas que van a dormir a las afueras de los templos erigidos en

su honor: las gasolineras, escuchando ya un medio centenar de

melodías que vienen muy a cuento y que rápidamente fueron

incorporadas al culto del sagrado personaje, para hacer menos

sufrida en medio del frío que vive la Ciudad de México, la espera

en pipas del dios de la gasolina. La gente reza a las afueras de

estos santuarios porque el dios se aparezca.

Para colmo, el Popocatépetl tuvo la ocurrencia de hacerse

sentir con bocanadas de humo y ceniza, en respuesta un “meme”:

149


Jaime A. Valverde Arciniega

“Hay que decirle a esa bola de ignorantes huachicoleros, que lo

que arrojó el volcán fue „magma‟, no gasolina Magna, no vaya a

ser que se les ocurra escalarlo con todo y cubetas”. Y viene la

aportación cultural indignada: “Pinches huachicoleros, tan

protegidos se sienten que ya hasta picaron al Popo”.

La presencia del dios del combustible, ha servido como

pretexto para darle aliento al uso de las nuevas tecnologías,

incluso en estos días sin gasolina creció la venta de celulares, ahí

están toda clase de cuentos, chistes y burlas: “Se piensa casar, no

sea anticuado, estos tiempos no son de anillo de compromiso,

obséquiele a su novia un bidón de gasolina”. “Deslumbre a su

novia, si ella le pide ir a un lugar caro, llévela a una gasolinera”.

Y la lisonja callejera reclama su espacio: “Te lleno el tanque

mamacita…”, donde la vulgaridad cede su lugar a la demostración

de poder económico. Y otra vez la risa: “Busco novia

huachicolera para relación sincera”. En medio del azoro popular,

un consejo vengativo: “Si tu novio trabaja en Pemex y te cortó,

marca el 066, diles que quieres denunciar a un huachicolero”.

Aparecen también los juguetes huachicoleros, solo por

internet y desde luego, como un juego más, el ingenio de la crisis

hace poner a la venta el huachicol a través de las redes sociales, a

mitad del precio oficial y además entregado a domicilio.

Una panadería del barrio de la Gustavo A. Madero, para

ponerse a tono puso a la venta las huachiconchas, conchas de

vainilla y chocolate debidamente chamuscadas, pero no tuvo

mercado.

Entre la ira, la confusión y la burla, el mexicano habilita la

risa como remedio a sus males, en las largas filas de las

gasolineras no hay pleitos ni discusiones, la gente apoya lo que el

gobierno haga contra los ladrones de combustible, hacen bromas y

se pasan información: “En la gasolinera de Insurgentes y Nuevo

León, van a vender unos taquitos de canasta, que están de lujo”. Y

los vendedores en bicicleta hacen su “agosto” en las heladas

madrugadas, vendiendo a los seguidores del dios de la gasolina

aparentemente fuera de todo pecado, café, atole, pan de dulce y

150


La huachicrónica

tamales; le piden, le ruegan a Huachicol que se aparezca. “Una

pipa por lo menos”.

El resentimiento en los “memes” y la misoginia tiene

cabida: “Tú me ignoras y la despachadora de la gasolinera me

echa de menos”. Y otro, el visionario: “A veces quisiera irme muy

lejos, luego recuerdo que no hay gasolina y se me pasa”.

Si en la apariencia de los acontecimientos es mucho lo que

está cambiando, aún es temprano para descubrir lo que en realidad

está ocurriendo en el mundo profundísimo de la esencia de las

cosas, las llamadas “relaciones humanas” ya no son las mismas

desde los inicios del presente siglo gracias a las nuevas

tecnologías de la información, el teléfono celular es vital, casi

ninguno se atreve a salir de su casa sin su aparato, a través de él

cada persona está comunicada con quien quiera y literalmente con

todo el mundo, es más normal, sostienen algunos teóricos

sociales, mirar una pantalla luminosa que mirar a los ojos de una

persona; por los párrafos anteriores nos damos cuenta que las

nuevas tecnologías se han entrometido hasta la médula en la

intimidad de las personas, donde ni siquiera la muerte –y menos

en México-, significa un límite.

Todavía cuando la tragedia de San Juan Ixhuatepec en

1984, conocida como “El infierno de la tierra”, los chistes y las

burlas (muy mexicanos) ante la muerte, corrieron por la radio y

los periódicos a la velocidad de una tortuga, en comparación con

lo que en la actualidad tarda el dedo índice en dar un clic para

enviar una información a todo el mundo, lo que además incluye

foto y video. En 1985 luego de los terremotos de aquel año, los

periódicos publicaron chistes como que “Las mujeres de Polanco

estaban enojadas, porque las de Tlatelolco no las invitaron a la

movida”, o bien, dieron cuenta de los juegos de los niños en la

calle, en que jugaban a ser edificios y en caer desplomados; todo

ello ahora ya forma parte de una historia muy lejana. La radio es

veloz, la televisión, en 1985 el periodista Jacobo Zabludovsky

causó un altísimo impacto al “radiar” los estragos del terremoto,

eso también es historia, ahora cada persona (sin ser periodista y

mucho menos cronista), que tenga un celular puede registrar y

151


Jaime A. Valverde Arciniega

describir al instante cualquier cosa, lo que sin duda ayudó a la

pronta aparición del dios del combustible, Huachicóyotl, mismo

que debido a los intereses creados entre los grupos de poder

político en México, no había sido tomado en cuanta desde que

apareció invencible e impune en las redes sociales y en las

plataformas digitales, Facebook, Twitter, Spotyfy, etcétera.

El cronista y con él la crónica, ni es un “magnificador de la

minúscula realidad”, ni es “viudo profesional de la tragedia”, ni es

un “adulador de la vida popular”. El cronista compila

información, la registra, la investiga, la crítica hasta encontrar la

bisagra, lo que articula el cambio de lo que era y que ya pasó a ser

otra cosa, por ello es un fedatario.

Con la aparición de Huachicóyotl, los huachicoleros y los

seguidores de estos, no conformes con tener la protección de este

dios, metamorfosearon no sólo aquella expresión acerca de la

pérdida de identidad de los poblanos, que de “camoteros” pasaron

a ser “huachicoleros”, sino que yendo más allá, transformaron la

advocación católica del Niño Jesús representada por el Santo Niño

de Atocha, tradición de la Nueva España, a la del “Santo Niño

Huachicolero”, donde al de Atocha le quitan de una mano su

canasta y de la otra su espiga de trigo y su garrafita de agua, para

cambiarle estos símbolos, por una garrafa de gasolina en una

mano y una manguera en la otra.

Esta es la “mezquina” realidad, con datos para la historia,

durante los primeros días de gobierno del presidente Andrés

Manuel López Obrador: Huachicóyotl llegó y los mexicanos nos

revelamos ante Él.

Al concluir esta crónica, los mexicanos aún estamos lejos

de saber el origen del dios del combustible, como para elevarlo a

divinidad o abrogarlo; antes habrá que resolver el enigma:

¿AMLO es Huachicóyotl o Huachicóyotl es el fantasma del PRI?

152


EL ARCO DE COAPA

Arturo Villanueva Bazán


Arturo Villanueva Bazán

Nació en la Ciudad de México, D, F. el año de 1950. Estudió en la

Facultad de Ingeniería de la UNAM. Profesor de Matemáticas por

la ENSM. Bibliófilo, lector asiduo de los autores clásicos de la

literatura universal. Autor de el libro Memorias, Experiencias y

Opiniones de un Chivo Expiatorio, sin editar aún, en el que expone

sus vivencias de 32 años de profesor ante grupo, y hace un análisis

crítico del sistema de educación media. Ingresó al Cabildo

Nacional de la Crónica de la Ciudad de México en el año de 2017

en donde ha participado con varias crónicas.


El arco de Coapa

Fue el día 2 de Febrero de 1967. Un desmemoriado como yo,

recuerda el día y casi la hora en que en compañía de mi padre el

Profesor D. Agustín Villanueva Y; llegamos a la esquina de

Calzada de Tlalpan y Calzada del Hueso. En esa esquina, estaba un

anuncio de parte de la UNAM, en el que avisaba que la

Preparatoria No. 5 “José Vasconcelos” se encontraba a una

distancia de 800 mts.

En ese entonces se respiraba en toda esa zona un agradable

ambiente a provincia, al campo, a tierra alejada del centro. Y en

efecto, aquella era zona de campo, de cultivo, de alfalfa, de vacas

(y ya ni completo la porra de la prepa 5 por respeto al lector), con

sus consabidos canales de riego.

Un grupo de unos 10 escandalosos estudiantes, esperaba el

camión para ahorrarse la distancia de los 800 mts. y abreviar el

tiempo para llegar a la “prepa”, la prepa 5, la que habría de ser mi

Alma Mater.

Era repito, el año de 1967, en aquel entonces, hacía ya

varios años que los Beatles se habían enseñoreado del Hit Parade

no solo de los EU, sino del mundo entero, aunque todavía faltaba

un año para que apareciera lo mejor de lo mejor de ellos, la obra

maestra de Los Genios de Liverpool: el disco parteaguas de la

música del siglo XX: Stg. Peppers Lonely Earts Club Band, es

decir “El Club de la Banda de los Corazones Solitarios del

Sargento Pimienta” o sea “el SargentoPimienta”. Para muchos,

entre los que desde luego me cuento, el álbum de rock más grande

de todos los tiempos. El Pájaro Madrugador (Early Bird) levantaba

su vuelo el 25 de Junio de aquel año 1967 y nos dejaba ver a

Picasso, el nacimiento oportuno de un bebé (¿dónde andará ese

personaje?) y lo que la gran mayoría de jóvenes esperábamos: a

The Beatles! Fue impactante verlos (es inevitable que sobresalga

en mi memoria la figura de John Lennon con sus grandes y

redondas gafas, y el también inolvidable Mike Jaeger sentado a un

lado a sus pies) con vestiduras “estrafalarias” (muy propias de las

bandas hippies), abriendo con las primeras notas de La Marsellesa,

la impactante All You Need is Love. Estábamos a dos años de que

el hombre se dejara ver en la luna (16 de Julio de 1969) con

155


Arturo Villanueva Bazán

aquella frase pobre (el suceso merecía algo más filosófico, más

profundo, más poético) pero emblemática: “un pequeño paso para

el hombre pero un gran paso para la humanidad”. Había un “algo”

que presagiaba a los grandes amigos, y sobre todo a los grandes

amores. Nada presagiaba para el año siguiente, la bota de la bestia

en Tlatelolco aquél terrífico 2 de octubre. Eran tiempos alegres y

tiempos de revoluciones sociales. Daniel Cohn –Bendit “EL Rojo”

y el olvidado mártir Alexander Dubcek, el primero haciendo

temblar los cimientos de la sociedad francesa en aquel memorable

Mayo de 1968 y el segundo en Checoeslovaquia, que creyó que el

socialismo soviético podía adquirir un rostro humano, con aquella

Primavera de Praga también en 1968, y que terminó de

convencernos a miles de aspirantes a socialistas de que la

dictadura del proletariado no era más que una infame quimera, y el

gobierno soviético una pandilla de canallas más. Nuestra alma en

contradicción sana, por un lado, sufría por Vietnam ansiando la

derrota de los comunistas, y por el otro la desaparición de los

militares carniceros que asolaban los países de América Latina, el

repudio en México contra el cáncer social materializado por el

PRI, era mínimo, el PAN y el PCM eran la única oposición

decente. El PARM y sobre todo el PPS eran las alcahuetas del PRI

para aparentar la democracia que varias décadas después, Vargas

Llosa definiría genialmente como la “dictablanda”. El “pan o

palo” y el “mátalos en caliente” de Porfirio Díaz había sido

diabólicamente refinado por una casta infame que se hacía llamar

“revolucionaria”.

La oposición era víctima de la Policía Secreta o del silencio

cómplice de la radio y la Televisión (¿alguien puede no recordar el

noticiero “24 Horas”?) únicos medios de “información”.

Solamente en los medios escritos -los diarios-, se encontraba uno

que otro periodista, o editorialista honesto que desafiando a la

dictablanda se atrevía a publicar alguna crítica, que a veces era

demasiado tímida.

Era 1967, un año después del asesinato masivo de la

familia Jaramillo en el estado de Morelos, y se empezaba a dibujar

en el horizonte la figura de Lucio Cabañas Barrientos y de Genaro

156


El arco de Coapa

Vázquez Rojas al frente de la guerrilla que pretendía cimbrar las

bases de un gobierno soterradamente injusto y violento. Por lo

demás, todo era calma. Nada fuera de lo común sucedía en

México. Perdón, se me pasaba: empezaba a tomar forma la idea de

construir en ésta capital el metro (según recuerdo).

Habíamos llegado mi padre y yo en aquel legendario

tranvía, que conectaba gran parte del norte con el sur de la capital,

es decir, la Villa de Guadalupe con Xochimilco, y que hacía una

parte de su recorrido partiendo a todo lo largo, en dosel camino

que fue construido en el año de 1427 por los Xochimilcas como

imposición de guerra del altanero Izcóatl y que hoy se conoce

como la Calzada de Tlalpan, en un recorrido de 14 kilómetros, de

la calle de Lucas Alamán hasta la Glorieta de Huipulco. De ahí,

torciendo un poco la dirección a la izquierda, enfilaba rumbo a

Xochimilco ( a ese tramo, se le daba el nombre de: “camino de

México- Xochimilco”) pasando por el pueblo de Tepépan de

donde eran mi buen amigo José Luis Becerril y mi querida

compañera Alma Rosa García O, ambos de mi amadísima

Secundaria 13, y que hacían a diario ese recorrido de ida y vuelta.

El tramo de la villa a Xochimilco es de 32 kms.

Verdaderamente era un recorrido fascinante, sobre todo,

pasando la estación que estaba a la altura de Taxqueña. A partir de

ésta, se empezaba a respirar el aire de “provincia”.

No recuerdo el nombre de la estación en la que nos

bajamos, pero correspondía a la esquina de Calzada del Hueso y

Tlalpan. Para llegar a la Prepa, decidimos hacer el recorrido a pie,

siguiendo la calzada del Hueso. La entrada hasta el arco, como se

le puede admirar actualmente, no ha variado casi nada en su

aspecto, era, y sigue siendo, una calle amplísima de unos 400

metros de profundidad y de cerca de 25 mts. de ancho, al centro y

a lo largo de éste tramo, se extendía el mismo hermoso camellón

que se puede admirar actualmente poblado profusamente de

añosos árboles, sin duda testigos de muchos de los hechos que aquí

pretendo reseñar, árboles añosos, que conviven actualmente con

otros de reciente aparición. Del lado izquierdo, había algunas

construcciones que correspondían a fábricas, del lado derecho,

157


Arturo Villanueva Bazán

había algunos terrenos baldíos cercados por alambres de púas.

Habíamos recorrido unos 300 metros, cuando de pronto llamó mi

atención un gran arco que se veía al final de un breve callejón por

el cuál era obligatorio pasar si se quería seguir adelante. Conforme

nos íbamos acercando, más llamaba mi atención, y aunque soy

malísimo para eso del cálculo de distancias, me atrevo a “echarle”

unos diez metros de altura. Si no mal recuerdo a unos 20 metros

antes de llegar al arco (viniendo de la calzada de Tlalpan), había

del lado derecho, a ras de piso y a la entrada de un gran portón,

una plataforma de madera, móvil, por la que se podía caminar sin

el menor problema, era una báscula para varias toneladas, que en

ese momento creí ya en desuso, pero que pronto por mi diario

transitar por ese lugar, me habría de desengañar.

Acerca del arco.

Del arco, la marquesa Calderón de la Barca nos dice en su

famosa crónica titulada “La Vida en México” cuando visita la

Hacienda de San Antonio (Coapa) el 15 de Junio de 1840 que :

“La hacienda es una hermosa y sólida masa de edificios, y

conforme se penetra en ella y para llegar al patio, se pasa por

debajo de un PROFUNDO ARCO (las negritas son mías para

resaltar la mención), se advierten las dependencias exteriores, los

establos, y especialmente el granero, que parecen restos del

feudalismo por lo grande y lo magnífico”. (Marquesa Calderón de

la Barca: La Vida en México T.1 p. 317 carta XXI, Libro Mex

editores. Méx. D.F. 1958).

Pero 6 años antes, Charles Joseph Latrobe, viajero inglés9,

quien a decir de D. Manuel Romero de Terreros fue el verdadero

autor de aquella frase que describe a la Capital como “la Ciudad de

los Palacios” atribuida injustamente según Romero de Terreros, a

Humboldt (Antiguas Haciendas de México), Manuel Romero de

Terreros, p. 165. Ed. Patria, S.A. México MCMLVI Agosto de

1956), también menciona a dicho arco. Tras una rápida descripción

de la Hacienda Charles Joseph lo describe como: “Un ancho arco a

158


El arco de Coapa

la izquierda de la calzada da acceso al interior de la hacienda”.

Esto, a principios del año de 1834.

Ese arco del que hablan y por el cual tuvieron que pasar, la

Marquesa y Latrobe (ingleses ambos), es el mismo bajo el que

hemos transitado miles y tal vez millones de personas, es el mismo

que nos vio pasar, tristes, alegres, jubilosos, llenos de esperanzas,

desilusionados, agotados, animosos, enamorados, derrotados,

victoriosos, a miles o para ser más exactos a todos los que, fuimos

cobijados por nuestra entrañable Preparatoria No. 5 de la UNAM,

escuela que lleva por nombre a una de las mentes más preclaras,

más incisivas, más visionarias del siglo XX mexicano: don José

Vasconcelos Calderón, cuyo busto se encuentra en medio del patio

de la entrada, justo frente al auditorio Gabino Barreda, acaso

ambos (Vasconcelos y Barreda), contrarios ideológicos.

La historia de Coapa se remonta a la época precolombina,

aparece –nos dice en un magnífico libro titulado: “Coapa La

Ciénaga de la Culebra y las Aguas Dulces (1500-1968)”-, en

códices, libros y documentos antiguos con el nombre de: “Coapa,

Coapan, Coaapan, Coahapan, Quapa, Quapâ, Coahuapan y

Cohuapan” sin afectar lo que finalmente quiere decir: río o agua de

las culebras.

Por culpa del Xitle, el valle de México, se convirtió en un

inmenso charco de aguas, dulces en unas zonas y saladas en otras

(con algunos islotes con extensiones apenas suficientes para dar

cobijo a algunos asentamientos humanos) y que poco a poco y

como efecto del paso del tiempo fueron transformándose en

pantanos y ciénegas, aptas para la vida silvestre, entre las que

abundaban el pescadito plateado o charal llamado iztacmichin, las

ranas, los patos, las pequeñas gaviotas de agua dulce o apaipixcas,

los ya legendarios chichicuilotes, aquellos que todavía a mitad del

siglo pasado en parvadas pequeñas o grandes eran literalmente

arreadas con un palo y una cuerda atada a la punta por indígenas

ofreciéndolas en venta al grito de “mercaraaaaaan su

chichicuiiiiilotitooooo”, garcitas que hasta hace algunos años no

era raro ver al pie de la enorme mole que representa la cabeza de

Benito Juárez y que está, casi, sobre la avenida Zaragoza a más o

159


Arturo Villanueva Bazán

menos un kilómetro del cerro del Peñón, tecolotes, halcones y

lechuzas, conejos y todo tipo de roedores, que sin duda, eran el

alimento preferido de serpientes venenosas -conocidas como

coralillos, y cascabeles, también inofensivas culebras como el

cincuate, en tal cantidad, aunque nada deseable proliferación de

estos reptiles.

Coapa está ubicada en el sureste inmediato al centro de lo

que hoy se denomina Ciudad de México y que pertenece a la ahora

Alcaldía de Tlalpan. Desde tiempos de la colonia es una región

que a pesar de sus características topográficas está llena de

historia, en la que se pueden narrar un sinnúmero de litigios por

posesión, por demarcación, o por acciones indebidas para

beneficio particular, como el desvío de corrientes acuíferas que

ocasionaban la inundación dañina a tierras de haciendas aledañas.

Era sitio de tres haciendas entre las que destaca para fines del

presente trabajo, la de San Antonio.

La hacienda de San Antonio Coapa, la describe D. Manuel

Romero de Terreros (en el libro Antiguas Haciendas de México,

pp. 165-168), descibeuna capilla ubicada “…no lejos de Huipulco,

sobre la Calzada de Tlalpan”. “Era una hermosa casa de dos

pisos”, aún está funcionando aquella Capilla que a decir del mismo

historiador: “…parecía parroquia”. Presumía de floridos jardines y

naturalmente, las consabidas trojes, caballerizas y demás

dependencias de una finca agrícola, y aunque en efecto para la

fecha de ésta narración, todo había desaparecido y no quedaba más

que su recuerdo; todavía hasta 1971, se podía respirar algo de lo

que fue la provincia del Distrito Federal. Preciso el año de 1971,

porque fue el año en que se empezaron a construir las primeras

casas habitación sobre el lado sur de la Calzada del Hueso sobre el

tramo que va del Arco a la Preparatoria. Campo abierto, extensos

sembradíos, canales de riego, vacas, peones en labores

evidentemente agrícolas, y el inevitable e incontenible, pero

totalmente, característico olor a estiércol.

Y cita Romero de Terreros a un ya conocido nuestro

(porque ya lo citamos antes): Charles Latrobe, quien ubica la

hacienda a sólo “…8 millas de la ciudad, en medio de una comarca

160


El arco de Coapa

muy fértil que se extiende en ancho trecho desde el camino hacia

el este y al sur.” y, “exactamente en frente, una pequeña y

pintoresca iglesia rodeada de árboles”, ésta iglesia, que aún existe,

nos marca el límite, según Latrobe, “…de un vasto páramo de lava

negra, que asola los aledaños de San Agustín y la falda de la

montaña del Ajusco”, o sea, El Pedregal, de donde nacía el arroyo

que corría frente a la hacienda.

La hacienda era un conjunto de edificios que imponía

“…por su tamaño y sólida construcción. Además de la habitación

de los propietarios, con corredores y patio central, como en los

palacios de la ciudad, hay una iglesia, casa para los dependientes,

caballerizas y otras oficinas en gran escala, y una troje que, por sus

dimensiones y su maciza construcción, podría servir de “prisión de

estado”. Para admirar este conjunto, se podía pasar por “Un ancho

arco, a la izquierda de la calzada”.

La Marquesa Calderón de la Barca, en el libro que también

ya citamos, describe la hacienda como “…hermosa y sólida masa

de edificios, y conforme se penetra en ella y para llegar al patio, se

pasa por debajo de un profundo arco, se advierten las dependencias

exteriores, los establos, y especialmente el granero, que parecen

restos del feudalismo por lo grande y lo magnífico. Es una

propiedad inmensa y valiosa que produce tanto maíz como

maguey…Almorzamos espléndidamente, en una hermosa y

antigua sala y nos quedamos un corto tiempo visitando los jardines

y la capilla…”. Hace reconocimiento de la hospitalidad y grandeza

de su, en aquella época, propietaria: la Marquesa viuda de

Vivanco.

Uno de los hechos históricos más sobresalientes que se

vivieron en esa hacienda se registra en la época de la invasión de

México por los E.U. Resulta que tras el desembarco del ejército

estadounidense en Veracruz el 11 de Marzo de 1847 -y que por

cierto, Gómez Farías saludó alborozado-, Winfield Scott, inició un

avance incontenible con el objetivo de tomar la ciudad capital. Era

el enfrentamiento de un pueblo orgulloso pero inepto que poco o

nada pudo hacer, contra un ejército debidamente pertrechado y

mejor dirigido y entrenado. La corrupción dentro del “ejército”

161


Arturo Villanueva Bazán

mexicano había tomado dimensiones terribles al grado que se

afirmaba no sin razón, que era un ejército en el que había más

oficiales que soldados rasos. La defensa, se concentró en dos

puntos principales; ambos, entradas naturales a la ciudad de

México: la primera (la que sería el frente oriental) y más directa

era la hoy conocida Calzada de Ignacio Zaragoza, con su puerta

natural que es el Cerro del Peñón, y la segunda (el frente

meridional), una línea dramáticamente extensa que involucraba a

Chalco y Xochimilco con sus más o menos extensos lagos, y el

hoy conocido Churubusco, que implicaba una zona tan extensa que

abarcaba toda la zona coapense, con sus prósperas haciendas. El

Cerro del Peñón, estaba armado hasta los dientes y su toma se veía

por demás complicada. Informado eficientemente por sus

exploradores, Winfield Scott no tardó en sopesar la situación, y

dejando al Ejército de Oriente con un palmo de narices, torció todo

su poderío hacia la zona de Churubusco. La Hacienda de Coapa

que había sido pensada, fortificada y armada ineficientemente

como un baluarte inexpugnable, fue tomada con relativa facilidad

por el ejército del general norteamericano Worth, y fue

precisamente en Coapa en donde éste, plantó su cuartel. Así,

dolorosamente, la historia se escribió de una manera

completamente diferente a como se quería, y desde Coapa,

fortalecido y debidamente pertrechado, el invasor precipitó el

desastre de los defensores (más civiles que militares) nacionales y

algunos generosos extranjeros voluntarios.

Nunca se nos mencionó a los estudiantes coapenses este

hecho, por profesores tan eruditos y capaces como aquel casi

legendario Eduardo Blanquel, de Historia de México -¡cuídense

muchachos, ¡la vida no retoña!- nos aconsejaba cuando el

movimiento de 1968 dejaba sentir sus primeros pasos. Y ya que en

eso de recordar nombres de profesores memorables estoy, no

puedo omitir el nombre de otros legendarios de la prepa 5:

Mayoral, de Geometría Análitica y Martha Mejía con quien tuve el

orgullo de aprobar siendo ella de las más “duras”, dos de las más

difíciles materias: Temas selectos de Algebra y Cálculo

Diferencial e Integral. Otro profesor de quien a pesar de las

162


El arco de Coapa

circunstancias conservo buena memoria es Gregorio de la Luna

Esparza, el más fanático de los ateos y que constantemente ponía

en entredicho nuestro credo religioso. Puedo afirmar que él fue el

que despertó en mí, el afán por la apologética. Aún recuerdo el

breve debate que sostuve con él ante un cuestionamiento acerca

del poder omnipotente de Dios. Con él, como parte de nuestro

ciclo, elaboramos una “Microtesis de la Filosofía y de la Cultura”,

que se imprimió y que desde luego aún conservo. Tampoco

sabíamos que, oriundo de Coapa fue también Luis G. Inclán

(1816-1875, Hermanos de la Hoja), o de que Coapa, fue camino y

muchas veces, zona de refugio de las huestes zapatistas, y que bajo

su arco, muy posiblemente, pasó Don Emiliano para su entrevista

famosa con Francisco Villa. Otro gran personaje al que vio pasar

en innumerables ocasiones el Arco de Coapa, fue (y así nos lo

hacen saber mediante un hermoso mosaico que conmemora el

hecho), la Familia Medina González, Monseñor Rafael Guízar y

Valencia hombre sobresaliente por su vida entregada a su fe

religiosa, al grado de alcanzar la Santidad, misma, que le fue

otorgada (según reza el mosaico) el 15 de octubre de 2006, según

la fecha por S.S. el Papa Benedicto XVI.

En un espléndido libro ya citado antes, titulado Coapa, la

autora nos informa que ahí, en la Hacienda de Coapa, e intentando

refugiarse de la Política de atosigamiento de Plutarco E. Calles (el

carnicero le llamaba José Vasconcelos), Monseñor, estableció el

Seminario Menor, Y el Seminario Mayor con medio centenar de

seminaristas llegados de Veracruz, Zamora, Cuernavaca y San

Luis Potosí (pag. 306 del libro citado) el éxito fue tal que 3 años

después la población había aumentado a 200 alumnos. Un penoso

incidente causó revuelo y temiendo ser descubiertos, y con ello

causar daño a la hacienda como el nada remoto de ser confiscada,

Monseñor decidió levantar el seminario y trasladarlo conforme sus

posibilidades a otros distintos estados de la república. Como antes

lo señalé, la Familia Medina González a la entrada de su casa,

recuerda con orgullo la presencia de San Rafaél Guízar y Valencia

con un hermoso mosaico conmemorativo.

163


Arturo Villanueva Bazán

Finalmente, la Hacienda de Coapa, donde fueron sus

terrenos, aproximadamente a 400 metros del casco, alberga

oficialmente desde el 19 de Abril de 1955, a la Escuela Nacional

Preparatoria No. 5 José Vasconcelos (datos tomados del libro ya

mencionado: Coapa. La Ciénaga de la Culebra y las Aguas

Dulces). Es un espléndido conjunto de edificios que albergan

además de los salones de clases ubicados en la parte que da al

oriente, una alberca de dimensiones olímpicas, un estadio de fútbol

con su cancha reglamentaria, con sus gradas de concreto, un

gimnasio sumamente completo, laboratorios, sala de tareas, una

inmensa biblioteca, estacionamientos, espaciosos campos de

atletismo, canchas de basquetbol y de volibol y un espléndido y

espacioso auditorio con todas las características de un auditorio

completo y moderno, incluyendo un foro giratorio y que en el año

de 1971, se engalanara con la actividad del grupo femenil Max

Aub de la Asociación Femenina de Coapa. Integrado por algunas

de las más hermosas chicas de esa generación (Carolina, Beatriz,

Laura etc.). En un breve tiempo fueron capaces de presentar obras

de teatro en una Semana de la Juventud del 26 al 30 de abril

algunas obras de teatro como “Paren el Mundo quiero bajarme”,

“No somos islas”, “Los olvidados” y “Esa cara no la conozco”,

cerrando con broche de oro con un círculo de debate adelantando a

su tiempo; “¿Debemos legalizar las drogas?” ¡En el año de 1971!

Solamente una plaga apestaba el ambiente de la prepa 5: la caterva

de rufianes que formaban la porra.

Finalizo la presente crónica con un párrafo tomado del libro

–repito- excelente, de la Doctora en Letras por la Facultad de

Filosofía y Letras de la UNAM Delfina E. López Sarrelangue para

formalizar por éste medio, la exigencia al INBA y a las

autoridades implicadas en la conservación de nuestros

monumentos y lugares históricos, para que dispongan lo necesario

para que:

“Por ningún motivo se permita la destrucción del arco que

es históricamente la entrada formal a un mundo que se nos va

escapando; el mundo de las tierras, pantanos, ciénegas, aguas

164


El arco de Coapa

dulces y culebras, de Coapa, Coapan, Coaapan, Coahapan,

Cuapan, Cuapa, Quapà, Coahuapan y Cohuapan (*)”

“…entre las páginas más remotas de la historia de Coapa, la

huida de Topilzin-Quetzalcóatl, revistió un singular significado. El

fugitivo se detuvo ante la fuente de Coaapan y en ella ocultó sus

riquezas más preciadas, no solo las que fortalecen al cuerpo, sino

también los que iluminan el alma. Y, aquella fuente mágica los

custodió celosamente y los hizo fructificar. Así, joyas de saber y

de las artes en Coapa lanzaron dos rayos de luz, uno que albergó al

seminario de Xalapa y se extinguió en breve, y otro que siguió

brillando con una promesa de longevidad: la Escuela Nacional

Preparatoria Núm. 5 en la región de las aguas dulces”.

(*) Coapa. La Ciénega de la Culebra y las Aguas Dulces. pp. 31 y

308 respectivamente.

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LA ANTIGUA LIBRERÍA NAVARRO

Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón


Juan Rafael Zimbrón Romero

Estudio la licenciatura de Diseño de los Asentamientos

Humanos en la Universidad Autónoma Metropolitana

Xochimilco, hizo una especialidad en Planeación Regional y

Urbana en el Politécnico en Polonia, tiene una Maestría en

Historia- Etnohistoria en la Escuela de Antropología e historia

y un Doctorado en estudios Arqueológicos en esa misma

institución. Publico su tesis de maestría bajo el título “Paisajes

Tallados en Piedra en Xochimilco y Milpa Alta, una guía

arqueológica del sitio de Cuailama en Xochimilco” y varios

artículos en revistas y libros científicos y comerciales sobre

temas arqueastronómicos al sur del Valle de México. Es

miembro de la Sociedad Interamericana de Astronomía Cultural

(SIAC) y recientemente ingreso al Consejo de la Nacional de la

Crónica CDMX , con interés en el estudio de la región sur de la

ciudad de México, Portales, Ermita, Iztapalapa, Tlalpan,

Tláhuac.

Edith Padilla Zimbrón

Profesora de Educación Primaria, licenciada en Letras

Hispánicas por la UAM-I; maestra en Letras mexicanas por la

FFyL de la UNAM. Cuenta con el Máster en Literatura en la

Era Digital, otorgado por la Universidad de Barcelona. Es

Profesora de Tiempo Completo Titular “C” en el CCH-Oriente,

UNAM. Ha sido ponente en eventos académicos organizados

por diversas instituciones educativas mexicanas y extranjeras.

Ha publicado en revistas como Didáctica XXI, Máscaras,

Poiética, entre otras.


La antigua librería Navarro

La librería Navarro fue fundada por los hermanos Daniel y

Enrique Navarro Orejel quienes eran oriundos de Ocotlán,

Jalisco. Enrique celebró nupcias con doña Manuela Zimbrón,

originaria de Singuilucan, Hidalgo. El acervo inicial de la

librería se formó con la adquisición de dos bibliotecas, por lo

que se puede decir que el negocio inició con la compra-venta de

libros usados, allá en la lejana segunda década del siglo veinte.

Su ubicación era el extinto mercado de “El Volador”, predio

que hoy ocupa la Suprema Corte de Justicia. Luego, en la

siguiente década, se trasladaría a la calle de Seminario número

12.

Manuela tuvo dos hermanos, Juan y Petra. Mi padre, de

nombre Rafael, convivió mucho con el tío Juan, tanto, que yo

llevo el nombre de mi padre y del tío.

Juan Zimbrón estuvo casado con Inés García. Su hogar lo

formaron cinco hijos. Su casa se localiza en la colonia Vallejo.

Ahí precisamente se encontraba una bodega donde se

guardaban linotipos y papel, que luego se llevarían a la

imprenta para armar los libros de la editorial Navarro y Fuente

Cultural.

Otra bodega se encontraba en la colonia Álamos. Ambos

locales albergaban textos comunistas y de historia que no

agradaban al gobierno de la época post revolucionaria. El

recinto céntrico sirvió en algún momento de guarida de algún

líder político que sufriera el acoso del gobierno y como centro

de reunión entre el dueño de la empresa y líderes comunistas

tanto nacionales como de América Latina. Había un

intercambio muy estrecho entre soviéticos y líderes mexicanos

quienes de cierta manera financiaban la publicación de

volúmenes que luego se venderían entre los círculos

intelectuales y obreros del país y más adelante en el extranjero.

Estas acciones furtivas se diluían con la producción de

volúmenes, sobre todo de historia, que servían como textos

escolares universitarios.

169


Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón

Recordemos que después del movimiento armado de la

Revolución, el gobierno mexicano requería de estabilidad

económica y social. Los cambios no fueron pocos en esa época.

Por ejemplo, algunos de los hombres que habían luchado con

los líderes revolucionarios se vieron beneficiados y obtuvieron

tierras y prosperidad económica y social.

Baste mencionar, como un mínimo ejemplo, a don

Lucino Eslava Reza, quien se dice combatió “codo a codo” con

Emiliano Zapata y luego, al término de la etapa violenta del

movimiento, fue un terrateniente del pueblo de Parres, Estado

de México, muy querido por la comunidad porque, se dice,

intercedía ante el gobierno para destrabar asuntos de tenencia

de la tierra que llegaban a tener los pobladores del lugar.

También sembraba verduras, tenía una tienda y proporcionaba

leña en rajas a la fábrica de papel “Peña Pobre” 1

Es interesante conocer la trayectoria de vida de algunos

personaje como don Lucino, porque ellos son un claro ejemplo

de cómo el sistema capitalista mermó la ideología inicial por la

que lucharon aquellos hombres y cómo el recién nacido partido

político hegemónico PNR y luego PRI, abanderado de la

llamada revolución social, cooptó a este tipo de hombres para

que fungieran como intermediarios en los problemas

comunitarios.

Es en esa época cuando la agricultura cede terreno a las

industrias que toman un rol preponderante en el engranaje

social y político del país. La movilidad del campo a la ciudad se

hace patente con el crecimiento paulatino de la incipiente clase

media. Y ni qué decir de la preocupación del gobierno del

presidente Lázaro Cárdenas por lograr una educación

masificada, factor clave en esos años de postrevolución en

México.

1 Datos proporcionados por el arqueólogo Elías Vázquez Rodríguez.

170


La antigua librería Navarro

Esa coyuntura permitió que la industria editorial tuviera

un auge en esas décadas, tanto que Riviera Mier le ha llamado

“La edad de oro del libro en México” 2 .

En la tercera década del siglo XX, se abre en la calle de

Seminario la Librería Navarro, y no por casualidad en ese

perímetro del Centro Histórico, pues hay que recordar que no

solo ahí se concentraba el poder político de la Ciudad, sino

también, en esa época, se localizaban escuelas superiores de la

Universidad y la Escuela Nacional Preparatoria, sin mencionar

a la Secretaría de Educación Pública y otras dependencias

gubernamentales.

La ubicación estratégica de la librería Navarro permitió,

además de un comercio abundante de textos antiguos de la

historia de México, ser testigo y partícipe directo en hechos

históricos trascendentales que han dado rumbo a nuestra nación,

como “La masacre estudiantil del 68” en la prepa vecina al

local.

El negocio era atendido por gran parte de la familia

Navarro, incluidos los propietarios y algunos empleados, entre

los que se destacó Luis Rosas, oriundo del Estado de Guerrero,

quien, al igual que don Enrique Navarro, fue autodidacta y

erudito en cualquier tema de conversación que se tocara. 3

Cuando los hijos mayores de don Enrique ingresaron a

niveles superiores de estudio, tuvieron que echar mano de

algunos sobrinos para no desatender el negocio. Guillermina y

Juan Carlos, hijos del ya citado tío Juan Zimbrón, pasaron

2 Sebastián Rivera Mier. “El expendio de libros de viejo en la ciudad

de México (1886-1930). En busca de un lugar entre pájaros, fierros y

armas”, en Información, cultura y sociedad,36 junio de 2017, p. 60.

3 Como dato curioso menciono que don Luis Rosas, a pesar de que

padecía de sus facultades mentales, era políglota y un amante del

conocimiento. Pasaba horas ensimismado “platicando” con un amigo

imaginario sobre cultura e historia universal.

171


Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón

muchas tardes en la librería conviviendo y colaborando en lo

que se requería en ella.

La tía Guille contaba que llegaba a la librería gente

importante, periodistas como Jacobo Zabludosky al que se le

prestaban libros durante sus estudios universitarios y que el

negó por ser anticomunista cuando un día le preguntaron si

tenía alguna relación con nosotros; también llegaron

académicos, políticos y personas de diversos sectores a

intercambiar pláticas con don Enrique o don Luis y por

supuesto a comprar las últimas novedades marxistas impresas

por la casa editorial, muchas veces, de manera clandestina.

Esa época fue de esplendor para la familia Navarro, pues

en la tercer década del siglo XX, se convirtió, “…en uno de los

editores más importantes de su época, solo equiparable con

otras casas editoriales como Botas y Porrúa Hermanos”. 4

La actividad editorial de la época comprendió la

publicación de obras fundamentales para el estudio de la

ciencias sociales como los volúmenes El Manifiesto Comunista

y El Capital de Carlos Marx; El origen de la familia, de

Federico Engels; obras diversas de Lenin y otros autores

pioneros del socialismo y el comunismo.

Con la muerte de don Daniel Navarro en 1939, comenzó

la expansión de la casa editorial, pues muchas obras de cultura

general se distribuyeron en América Latina y otras más fueron

libros de texto en algunas universidades del país. Al mismo

tiempo, la librería Navarro se convirtió en uno de los pocos

distribuidores en México de libros hechos en Chile, Venezuela,

Colombia, Perú y Argentina, este último país, en ese tiempo,

uno de los principales editores de libros de América.

4 Juan Rafael Zimbrón. Paisajes tallados en piedra en Xochimilco y

Milpa Alta, México, Fuente Cultural, 2010, 420 pp. Solapa trasera. En

adelante, retomo la información de este libro la cual he parafraseado

en algunos momentos.

172


La antigua librería Navarro

Pero la librería Navarro se expandió también en América

del Norte y logró tener relaciones comerciales y culturales con

las principales bibliotecas norteamericanas a quienes vendió

obras sobre la intervención Norteamericana en México; la

guerra de Texas; la anexión de nuestro territorio a los Estados

Unidos y otros temas relacionados con la historia de ambos

países. Es importante mencionar que durante la primera época

del auge librero salieron del país verdaderas joyas literarias

rumbo a galerías y bibliotecas de Europa y Estados Unidos.

En las siguientes tres décadas, hasta la muerte de don

Enrique Navarro ocurrida en 1975, la editorial se caracteriza

por publicar obras fundamentales que versan sobre el

conocimiento de la Historia de México y obras “clásicas y

fundamentales para la investigación de nuestro pasado”. Por

ejemplo, el Diccionario de Aztequismos y el Diccionario de

Mitología Náhuatl, ambos de Cecilio Robelo y la Biblioteca

Hispano Americana Septentrional del R.P. José Mariano

Beristáin y Souza, ésta fue merecedora de un homenaje especial

en el Palacio de las Bellas Artes, presidido por el Ingeniero

Vito Alessio Robles. Y otras más, no menos importantes, como

la Historia de la Santa Inquisición de Toribio Medina, El

carácter de la conquista de México de Genaro García, la

Historia Antigua de México de Manuel Orozco y Berra, Los

procesos del Padre Hidalgo y Rebeliones Indígenas de

González Obregón, […]” 5

Pues bien, con el lamentable deceso de don señor

Enrique, la librería pasó a poder de mi abuela doña Manuela

Zimbrón y de sus 7 hijos, y por acuerdo familiar la

administración se delegó a mi padre Rafael Zimbrón que a su

vez la transmitió a mi tío el doctor Mario Navarro Zimbrón

quien terminó sus funciones en el mes de octubre de 2005,

momento en que los miembros restantes de la familia

5 Ibid.

173


Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón

decidieron vender el inmueble y nombrarme a mí como dueño

único de todos los libros que hasta la fecha subsisten.

No cabe duda que el legado de la editorial ha sido muy

importante, tanto que aún se pueden consultar dichos textos en

cualquier biblioteca de renombre como la Biblioteca Nacional,

el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Central de la

UNAM, la Biblioteca del INAH, etc, sin dejar de mencionar

que siguen circulando en menor proporción entre los libreros,

materiales que son muy cotizados por su antigüedad, calidad e

importancia; más aún, a la Hemeroteca Nacional en el 2005 se

le donaron cerca de 100 000 revistas de diversos temas, pero la

que era la jefa en ese momento se negó a darnos una lista del

material donado.

Y es que el interés por difundir el conocimiento no cesa

por parte de la familia, pues no he abandonado del todo el

negocio que dio vida y sustento a mis abuelos.

El negocio de los libros trae consigo muchas

experiencias, pues el trato directo con personas interesadas en

diversos temas enriquece la vida de cualquier ser humano.

Todo comenzó en el metro Hidalgo de la Ciudad de

México en la última década del siglo pasado. Nuestros papás se

acercaron y se estrecharon la mano como haciendo un pacto de

honor. Nosotros estábamos en la etapa de la vida en que la

juventud es impetuosa; donde todo se hacía fácil y el mundo era

pequeño, una mujer y un hombre solteros y estudiantes

recientes de la vida. No fue necesario que los viejos comentaran

que respetaríamos las normas establecidas por la sociedad y

que, los primos en segundo grado, viajaríamos con el único

afán de asistir al Festival Internacional Cervantino en

Guanajuato para concurrir a algunos eventos y, sobre todo, para

participar en la vendimia de libros que se llevaría a cabo en la

Plaza de San Fernando.

Aún no podemos encontrar una explicación de cómo nos

dejaron entrar al metro porque llevábamos en un “diablito” unas

174


La antigua librería Navarro

ocho cajas de libros. Además del peso, nuestro cargamento

ocupaba mucho espacio en el andén.

Las cajas albergaban una gran colección de libros,

muchos de ellos impresos durante la primera mitad del siglo

XX, los cuales formaban parte de la herencia del abuelo

Enrique Navarro Orejel, originario de Ocotlán Jalisco y

fundador de la Librería Navarro, casado con doña Manuela

Zimbrón, cuya familia procedía de Singuilucan, Hidalgo.

El sobrepeso de los libros y las mochilas personales

impidieron que cargáramos con la casa de campaña donde

dormiríamos durante los próximos días, así que lo único que

teníamos eran nuestras bolsas de dormir, una cobija y una gran

salud que nos permitiría subsistir al frío otoñal.

Abordamos el último Estrella Blanca de ese día, el cual

salía a las 11:59 de la noche. Antes del amanecer, llegamos a

nuestro destino. La estación de camiones se ubicaba en alguna

calle empedrada del centro de Guanajuato. No sabemos las

circunstancias, pero cuando nos asomamos por la ventana y

vimos que las cajas estaban en medio de la calle, bajamos

rápidamente del transporte para rescatarlas. Luego, las

transportamos hasta una pequeña “librería de usado” que había

en el centro, cercana a la Plaza de San Fernando y que

pertenecía a un ex miembro del extinguido PSUM (Partido

Socialista Unificado de México).

Los recuerdos se borran y no queda claro si se tenía ya el

contacto desde México o ahí se hizo la relación con aquella

persona. Lo que sí está a flor de piel es que el dueño del sitio,

después de ver nuestro material, le entraron unos grandes celos

profesionales que se tradujeron en algunas fricciones

ideológicas y existenciales, sin que llegara el agua al río. A

pesar de ello, siempre estaremos agradecidos de que nos

permitiera guardar nuestras cajas de libros mientras se

desarrollaba el Festival.

175


Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón

El estar todo el día en la Plaza de San Fernando, que,

como ya se dijo, era en donde se encontraba una pequeña feria

del libro montada ex profeso para dar vida al Festival

Internacional Cervantino en su edición décima octava, nos

agotaba demasiado, pero también nos permitía entablar

relaciones con los transeúntes que compraban o por lo menos

preguntaban el precio de los ejemplares que llevábamos, entre

los cuales se encontraban Diálogo de la lengua de Juan de

Valdés, La historia del tribunal del Santo Oficio de la

Inquisición en México de José Toribio Medina; Historia

antigua y de las culturas aborígenes de México de Manuel

Orozco y Berra, Carácter de la conquista española en América

y en México de Genaro García, Tratado de las supersticiones y

costumbres gentilicias que hoy viven entre los indios naturales

de esta Nueva España del autor Hernando Ruiz de Alarcón;

editados muchos de ellos por la Casa Editorial Fuente de

Cultura, perteneciente a la ya mencionada pareja Navarro

Zimbrón.

Libros con olores a biblioteca, rancios y dispuestos a

desentrañar su misterio ante algún lector curioso, lego o

erudito. Libros de: Filosofía, Antropología, Literatura y demás

artes; pero los que más abundaban eran textos donde se hablaba

de la construcción de un mundo mejor sin clases sociales, es

decir, marxistas.

Claro que las ventas no fueron fabulosas, pues a pesar

que la gente que asistía al evento internacional les gustaba el

arte y la cultura, también como a nosotros, les escaseaba el

dinero y los que tenían suficiente regateaban mucho, asistían

mecánicamente y casi como obligación a las presentaciones

más exclusivas y dormían en los hoteles más caros alejados de

la ciudad.

Una tarde-noche, después de guardar el puesto, fuimos a

tomar algunas cervezas en aquella pizzería que estaba en el ala

oriente de la plaza. Acompañamos nuestro elíxir con una

176


La antigua librería Navarro

hamburguesa que literalmente nos revivió. Luego, nos

dispusimos a caminar rumbo, supuestamente, al “Trailer Park”.

Serían las doce de la noche cuando empezamos la

travesía. Subimos por la calle Pocitos, entramos al túnel Santa

Fe y desembocamos en alguna calle subterránea que nos

conduciría a las afueras de la ciudad. El camino se hacía

llevadero entre la charla seria y las bromas que ambos

hacíamos. Cuando tomamos una curva de la carretera, nos

percatamos que ya estábamos muy alejados del centro de la

ciudad y de la ciudad misma. Las luces de las casas formaban

un cúmulo de luciérnagas, todas unidas por líneas luminosas.

En otros momentos la obscuridad nos parecía un vacío

interminable.

Grillos cantores, estrellas mirando nuestro andar y una

luna tímida asomándose entre algunas nubes eran nuestros

acompañantes. A ratos había más luminosidad, la luna descorría

las cortinas del cielo y podíamos ver, que, solo había delante de

nosotros la carretera pavimentada que conducía no sabíamos a

dónde.

Seguimos caminando, cargando solo nuestras mochilas y

nuestro sleeping bag. Vimos a lo lejos una muralla enorme e

imponente. Nos acercamos cautelosamente y el reflejo de

nuestro satélite permitió que viéramos una construcción de

piedra ceniza, con muchos contrafuertes. Después supimos que

era la Mina de Rayas, primer yacimiento guanajuatense,

descubierto por el arriero Juan Rayas en 1558, ubicado en el

cerro del Cuarzo.

Quedamos asombrados ante tal construcción.

Apresuramos el paso ante la imponente mole, se respiraba un

ambiente sobrenatural, sin embargo, ninguno de los dos tuvo

ánimo de pronunciar palabra. Sabíamos que teníamos que salir

de ahí lo más pronto posible. La luna se escondió detrás de

unas tenues nubes, lo cual agudizó más el paisaje tenebroso.

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Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón

De repente, de la nada, aparecieron ante nosotros cuatro

jinetes con apariencia antigua, de otra época, distintos a la gente

del siglo veinte, montados en enormes y briosos caballos:

moscos y alazanes. Los hombres salieron de no sé dónde,

porque nunca oímos los cascos de los animales. Todos llevaban

carrilleras, bigote y sombreros a la usanza de Emiliano Zapata.

En definitiva, su atuendo era de soldado revolucionario del Sur.

Nos saludaron.

-¡Buena noche! Dijeron y nosotros contestamos de

manera cortés y muy sorprendidos:

-¡Buenas, noches!

Ellos siguieron su camino, y, cuando volteamos, los

cuatro hombres montados en las bestias habían desaparecido de

la carretera.

No tuvimos miedo. Después de media hora más de

camino llegamos al “Trailer Park” y ahí descansamos.

Quisimos buscar una respuesta lógica a lo sucedido. Nunca la

hemos encontrado.

Ahora, en el siglo veintiuno, después de tantos años del

suceso, hemos decidido hacer nuevamente el recorrido aquel,

con la finalidad de buscar un encuentro con aquellos jinetes,

que, acaso serían guardianes eternos de la plata que

seguramente esconde aún ese misterioso lugar llamado la Mina

de Rayas.

Sucesos como estos nos permiten reflexionar sobre el

mensaje que nos trataron de transmitir esos personajes venidos

de un tiempo diferente al nuestro, en el que coincidimos en

aquel espacio semidesértico y deshabitado.

Quizás sea, el que la realidad es muy basta para acabarla

de entender en su totalidad.

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La antigua librería Navarro

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Juan Rafael Zimbrón Romero y Edith Padilla Zimbrón

Fuentes

Rivera Mir, Sebastián, “El expendio de libros de viejo en la

ciudad de México (1886-1930). En busca de un lugar

entre pájaros, fierros y armas”, en Información, cultura

y sociedad, 36, junio 2017.

Zimbrón Romero, Juan Rafael, Paisajes tallados en piedra en

Xochimilco y Milpa Alta, México, Fuente Cultural,

2010, 420 pp.

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