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Comenzó la limpieza, barrio, corrió el lavarropas y fregó la costra negra debajo que
ya tenia vida propia, limpio la cocina, lavo los platos, limpio los vidrios. Mientras el
hacia todo esto me fui a limpiar el baño tratando de que deje a mi baño en paz. No
fue posible, después de terminar con la cocina y la habitación pude verlo allí
largamente arrodillado fregándolo todo. Luego limpio los pisos y hecho el liquido
de lavanda, repasando una y otra vez donde había caca de paloma. Finalmente
cambio la manguerita que perdía y el sifón del inodoro que estaba roto. Todo quedo
pipi cucu.
Yo a estas alturas había desistido detener tanto ímpetu servicial, me puso massive
attack en los parlantes y me dedique a tirarme en la cama y observar el inusual
espectáculo de un hombre en mi casa arrodillado esponja en mano.
Los siguientes días mantuvo la caca de paloma a raya con servilletas de papel y
limpiapizos de lavanda. Y limpio también mi taza llena de cigarrillos mojados.
Al día siguiente se ofreció a posar desnudo para una sesión de dibujo y se sometió a
ser pintado de rojo de la cintura para abajo. Poso largamente sobre una gran caja de
madera mientras yo le dibujaba detalladamente el ano.
Por ultimo se ofreció a preparar un desayuno para mi y mis amigas y servírnoslo
desnudo pero con un delantal de cocina. Preparo café con leche, frutas, facturas y un
delantalcito blanco con pequeñas flores amarillas.
Sin embargo lo más notable de todo es que satisfizo dos deseos mios que nunca
exprese, una tarta de verdura y pizza. Me pregunte si realmente a fuerza de
desarrollar el instinto servicial, habría desarrollado una especie de telepatía,
anticipándose a mis deseos. También me pregunte si yo era su patrona o su victima.
Me quedo en claro que estaba realmente dispuesto a realizar cualquier cosa que le
pidiera, en su papel de mucamita. Me sentí honestamente falta de imaginación.
No sé que hacer con un esclavo. Recomiendo enfáticamente contratar sus servicios,
el abanico polirubro de Juan es realmente extenso, y escucha con interés toda clase
de propuestas estrafalarias e indecentes. Si estas no aparecen, por lo menos dejara
tu casa como si hubiera pasado Mr Musculo y te servirá el desayuno con un delantalcito
floreado.