Edicion 20200205

18 /M i é rc o l e s 5 de febrero de 2020
Gente y lugares
ge n te @ p a g i n a s i e te . b o
Betzabé Gutiérrez y Saraí
Pillco /El Alto
Zdenscka Bacarreza Pinilla
es paceña de nacimiento,
apasionada futbolista y
periodista deportiva, asistente
técnico de la Selección Boliviana
de Fútbol Femenino, empresaria
y entrenadora, pero, ante
todo, una mujer súper poderosa,
cuya inspiración alcanza a
quienes valoramos su empeño
para hacer de cada dificultad un
desafío y de cada tropiezo o logro
un gran aprendizaje que merece
ser compartido.
Somos Betzabé Gutiérrez y Saraí
Pillco, estudiantes de tercero
de secundaria de la unidad educativa
Simón Bolívar B del Distrito
8 de la ciudad de El Alto y quisimos
conocerla. Zdenscka nos
recibió con gratitud, confianza y
sobre todo con humildad, característica
que ella afirma nunca se
debe perder. Esta es la conversación
con ella:
¿Cómo fue la vida de Zdenscka
Bacarreza durante el colegio?
Era una chica muy divertida,
siempre he sido “el alma de la
fiesta”en el colegio; muy traviesa,
por cierto. Casi siempre,
cuando la profesora o el profesor
de Educación Física me veían jugar
fútbol me castigaban y todo el
recreo me las pasaba con las
manos arriba, en una esquina.
Me decían que
el fútbol era para
hombres y que las
chicas no lo jugaban.
Zdensc
los
l E N T R E V I STA Fue n
varón para jugar. Hoy e
¿Cómo nació su pasión por el
fútbol en la vida y qué repercusiones
ha tenido en su familia?
Me gustaba el balón desde que
empecé a caminar. Mi abuelo era
deportista, jugaba pelota vasca,
pero sufrió un accidente por el
que no pudo caminar durante
muchísimos años. Era él quien
me llevaba al estadio en aquella
época increíble del Tigre y del Bolívar,
con jugadores como C hichi
Romero, Francisco Taqueo, Luis
Galarza, Salinas, Carlos Borja.
Me apasionaba ir todos los domingos
con mi abuelo a hacer barra
al Bolívar, aunque yo soy
s t ro n g u i s t a .
Esa época no se jugaba fútbol en
las canchas, ni en el colegio; se jugaba
en la calle. Entonces vivía en
Obrajes, en la avenida Mecapaca,
y me ponía a jugar con los chicos.
Ellos no sabían que era mujer porque
yo tenía el cabello corto y les
decía: Soy Marco Antonio.
Después me trasladé a San Pedro
y en la cancha Juvenca, para
que me permitieran jugar, me
presentaba como Pedro, hasta
que mi abuela me pescó. Pero seguía
jugando en el barrio. Ahí
aprendí y me apasioné por el fút-