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22/ Domingo 9 de febrero de 2020<br />
Gente y lugares<br />
ge n te @ p a g i n a s i e te . b o<br />
Días de angustia<br />
l ENTREVISTA El miedo a morir o tener que<br />
claban con su decisión de demostrar el fraude<br />
Ivone Juárez / La Paz<br />
“<br />
Estábamos en media entrevista,<br />
cuando recién me di<br />
cuenta de la gravedad de<br />
mis declaraciones y que tal vez<br />
no despertaría al día siguiente.<br />
Por eso decidí continuar con el<br />
resto de la entrevista y contar<br />
con la máxima contundencia lo<br />
que habíamos descubiert<br />
o”, recuerda<br />
Édgar Villegas,<br />
el ingeniero<br />
de sistemas<br />
que<br />
descubrió los<br />
indicios del<br />
fraude electoral<br />
en las elecciones<br />
del 20 de octubre<br />
de 2019.<br />
Era la noche del<br />
24 de octubre. Se<br />
encontraba en el set<br />
del programa Ja q u e<br />
M a t e, de Ximena Galarza,<br />
en el canal universitario, mostrando<br />
las irregularidades que<br />
junto a tres de sus compañeros de<br />
trabajo había descubierto en las<br />
actas electorales. Sin ponerse de<br />
acuerdo, cada uno de sus colegas<br />
había realizado esa tarea por simple<br />
curiosidad. Pero a Édgar lo<br />
movió otra razón más.<br />
“Vi en mi recinto electoral cómo<br />
una señora se llevaba las actas<br />
electorales debajo el brazo, la filmé<br />
y la denuncié en el colegio y en<br />
las redes sociales, y cuando pararon<br />
el TREP (sistema de conteo<br />
rápido de votos) la noche de la<br />
elección fue demasiado. Por eso<br />
comencé a indagar”, cuenta.<br />
Cuando terminó la entrevista<br />
con Ximena Galarza, ésta lo abrazó<br />
y salió desconsolada por las amenazas<br />
que había recibido durante<br />
el programa. Édgar encendió su teléfono<br />
y comenzaron a llegar los<br />
mensajes con amenazas contra él.<br />
En medio tenía un mensaje de unos<br />
amigos de colegio, a los que no veía<br />
hace muchos años. Habían visto el<br />
programa y estaban en la puerta<br />
del canal, esperándolo en un vehículo<br />
para ayudarlo y llevarlo a donde<br />
les pidiera.<br />
Villegas había llegado a la televisora<br />
con su primo, en el auto de<br />
éste. A esas alturas de la noche ya<br />
se sentía en medio de una gran<br />
confusión, temiendo lo peor en<br />
su contra él y su familia.<br />
Salió del canal dejando su teléfono<br />
celular ahí para que no pudieran<br />
dar con su ubicación. Tomó<br />
el vehículo de su primo y sus<br />
compañeros de colegio los escoltaron.<br />
“Un auto nos comenzó a<br />
seguir y cuando decidimos tomar<br />
rutas diferentes, ese vehículo siguió<br />
a mis amigos”, cuenta.<br />
En medio del camino hacia ningún<br />
lado, su hermana comenzó a<br />
recibir mensajes de solidaridad,<br />
incluso del embajador del Reino<br />
Unido, Jeff Glekin, quien también<br />
había visto la entrevista y<br />
deseaba conversar con él.<br />
Esa noche Édgar se refugió en la<br />
casa de un conocido, donde tuvo<br />
acceso a sus redes sociales que estaban<br />
inundadas de todo tipo de<br />
amenazas, incluso de muerte.<br />
“Pensaba en qué debía hacer y lo<br />
primero que se me vino a la mente<br />
fue salir del país. Pensaba dónde y<br />
me asaltaban algunas alternativas,<br />
como la de amigos de otros<br />
países que conocí haciendo algunos<br />
trabajos. Tal vez alguno podría<br />
ayudarme. Y pensaba en mis<br />
papás, si los volvería a ver, ellos<br />
están ya mayores; también pensaba<br />
en mi hija, si la vería ver crecer”,<br />
rememora en la sala de la casa de<br />
su padres, a donde regresó después<br />
de todo lo que vivió en octubre<br />
y noviembre del año pasado.<br />
“Es bueno regresar a la casa de<br />
la familia, me siento bien”, dice y<br />
esboza esa sonrisa que transmite<br />
su sencillez y cordialidad.<br />
Villegas se había independizado<br />
y vivía en su departamento<br />
que compró en Chasquipampa.<br />
Tenía una “vida normal”-dice- ,<br />
abocado a su trabajo y a un proyecto<br />
para encontrar con un dron<br />
a mascotas perdidas. Es un amante<br />
de los animales. También seguía<br />
una beca que logró por Facebook,<br />
que tuvo que abandonar.<br />
“Pasaba tiempo jugando S t a rc ra f t ,<br />
yendo a bolichear de vez en cuando<br />
y tomarme unos tragos”,<br />
cuenta el joven de 35 años.<br />
Eso fue hasta la entrevista en la<br />
que contó las irregularidades que<br />
encontró con sus colegas en las actas<br />
electorales. Al día siguiente,<br />
después de su primera noche en la<br />
clandestinidad, un coche diplomático<br />
lo recogió y lo llevó rumbo<br />
a la residencia británica, pasando<br />
los bloqueos ciudadanos, que cedían<br />
paso al vehículo cuando sabían<br />
que dentro estaba Villegas.<br />
Se mantuvo sólo unas horas en la<br />
residencia, mientras la otra gente<br />
que acudió a ayudarle comenzó a<br />
buscarle un refugio.<br />
Entre esas personas estaba<br />
Waldo Albarracín, que entonces<br />
era rector de la Universidad Mayor<br />
de San Andrés. “Don Waldo<br />
se portó estupendo conmigo, es