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La Ilusión del Ateísmo

¿Tenemos que elegir entre la fe en un dios o la fe en la ciencia? ¿Quién de nosotros nunca ha escuchado estas famosas y falsas declaraciones: «la evolución afirma que el hombre desciende del mono», «la existencia del universo y de la vida depende sólo del azar»... etc.? ¡Estas son sólo imágenes de una sola observación propagada por muchos de los que representan religiones, que sostienen que estas teorías científicas son falsas. Otros han optado por decir: «Las teorías científicas son verdaderas y la religión es verdadera». Pero... ¡¿Cómo?! Las teorías científicas teorizadas por los ateos representan una tesis completa y complementaria que pinta otro cuadro de la apariencia del universo, la vida, la cultura y la religión, que contradice la concepción presentada por los hombres de religión. ¡Una persona razonable no puede aceptar estas dos visiones hasta que haya resuelto sus puntos de contradicción! Las teorías científicas teorizadas por los ateos representan una tesis completa y complementaria que pinta otro cuadro de la apariencia del universo, la vida, la cultura y la religión, que contradice la concepción presentada por los hombres de religión. ¡Una persona razonable no puede aceptar estas dos visiones hasta que haya resuelto sus puntos de contradicción! «La ilusión del ateísmo» resuelve las contradicciones, pone cada pieza en su lugar, de modo que finalmente es posible ver el «todo», ¡en un fresco integral y armonioso! Este libro de Ahmed Alhasan lo transporta con un estilo claro y sublime en un viaje de exploración de seis capítulos, que captará su atención desde la primera hasta la última página. Ahmed Alhasan demuestra a lo largo de este viaje que la ciencia apenas va en contra de la existencia de Dios. Hermosos debates escritos con Dawkins, Hawking y otros partidarios del ateísmo. Respuestas sin precedentes a las preguntas más grandes e importantes. ¿Es la ilusión de Dios, o la ilusión del ateísmo?

¿Tenemos que elegir entre la fe en un dios o la fe en la ciencia?
¿Quién de nosotros nunca ha escuchado estas famosas y falsas declaraciones: «la evolución afirma que el hombre desciende del mono», «la existencia del universo y de la vida depende sólo del azar»... etc.? ¡Estas son sólo imágenes de una sola observación propagada por muchos de los que representan religiones, que sostienen que estas teorías científicas son falsas. Otros han optado por decir: «Las teorías científicas son verdaderas y la religión es verdadera».
Pero... ¡¿Cómo?!
Las teorías científicas teorizadas por los ateos representan una tesis completa y complementaria que pinta otro cuadro de la apariencia del universo, la vida, la cultura y la religión, que contradice la concepción presentada por los hombres de religión. ¡Una persona razonable no puede aceptar estas dos visiones hasta que haya resuelto sus puntos de contradicción!
Las teorías científicas teorizadas por los ateos representan una tesis completa y complementaria que pinta otro cuadro de la apariencia del universo, la vida, la cultura y la religión, que contradice la concepción presentada por los hombres de religión. ¡Una persona razonable no puede aceptar estas dos visiones hasta que haya resuelto sus puntos de contradicción!
«La ilusión del ateísmo» resuelve las contradicciones, pone cada pieza en su lugar, de modo que finalmente es posible ver el «todo», ¡en un fresco integral y armonioso!
Este libro de Ahmed Alhasan lo transporta con un estilo claro y sublime en un viaje de exploración de seis capítulos, que captará su atención desde la primera hasta la última página. Ahmed Alhasan demuestra a lo largo de este viaje que la ciencia apenas va en contra de la existencia de Dios.
Hermosos debates escritos con Dawkins, Hawking y otros partidarios del ateísmo. Respuestas sin precedentes a las preguntas más grandes e importantes.
¿Es la ilusión de Dios, o la ilusión del ateísmo?

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entre ellos el nuestro, lo siguen en su oscilación. Por eso encontramos que es

muy posible, sino natural, que aparezcan y desaparezcan energías a nivel

subatómico en un ballet parecido a la oscilación descripta por el Imam As-Sadiq

(con él sea la paz) como un velo que oscila, o como una cortina ubicada frente

a una puerta que el viento hace ondular.

Así pues, Abu Basir preguntó al Imam As-Sadiq (con él sea la paz),

diciendo: [sea yo tu rescate, ¿cuántos ascensos hizo el Mensajero de Dios

(bendígale Dios a él y a su familia)? Dijo (con él sea la paz): dos veces. Gabriel

lo hizo detenerse en una posición y le dijo: éste es tu lugar, Muhammad. Te has

parado en una posición en la que ningún ángel ni profeta nunca se había parado.

Tu Señor está rezando. Entonces dijo: oh Gabriel, ¿y cómo reza? Dijo: diciendo:

digno de loores, santísimo soy, Señor de los ángeles y el espíritu, mi

misericordia precede a mi ira. Entonces dijo: Oh Dios, imploro tu perdón,

imploro tu perdón. Dijo: y fue como dijo Dios, a una distancia de dos arcos o

más cerca. Entonces Abu Basir le dijo: sea yo tu rescate, ¿qué es la distancia

de dos arcos o más cerca? Dijo: lo que hay entre su mango y su muñeca superior.

Y dijo: entre ambos hay un velo que brilla oscilando. Y creo que dijo: peridoto,

y miró en algo parecido al ojo de una aguja, la luz de grandeza que Dios quiso.

Y Dios bendito y altísimo dijo: oh Muhammad. Dijo: heme aquí, mi Señor. Dijo:

¿quién te sucederá como jefe de tu nación? Dijo: Dios es el que más sabe. Dijo:

Alí Bin Abi Taleb, el Comandante de los Creyentes, Sayed de los musulmanes

y Líder de los nobles y eminentes. Dijo: luego Abu Abdulá dijo a Abu Basir: oh

padre de Muhammad, por Dios, que el valiato de Alí (con él sea la paz) no ha

llegado de la Tierra, sino que ha llegado del cielo oralmente]. 1

Nota: el espacio no es solamente una zona libre de materia entre los

planetas, las estrellas y las galaxias. La misma materia en su gran mayoría es un

espacio lleno de fluctuaciones cuánticas. Esto significa que la mayor parte de

cada átomo es espacio, es decir, que el cuerpo del ser humano, por ejemplo,

consiste en un espacio lleno de fluctuaciones cuánticas o partículas que aparecen

y desaparecen.

Nota: cuando decimos que Dios es el creador de la nada no nos referimos

a que haya creado la nada absoluta; porque la nada absoluta no tiene una

existencia en sí misma como para que Dios la haya creado, sino que nos

referimos a que Él, Glorificado sea, ha creado una nada junto con la existencia

1

Fuente: Al-Kulayni, Al-Kafi, vol. 1, pág. 442.

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