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Separata Vuela libre FINAL 24SEP

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GANADORES DEL CONCURSO PARA

PERIODISTAS Y OTRAS CARRERAS

"REFLEXIONANDO SOBRE

LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL"

Más de 150 profesionales y estudiantes de toda Bolivia

participaron del concurso Vuela Libre escribiendo relatos,

crónicas, artículos, reportajes y textos que denuncian y

reflexionan sobre la violencia a niños, niñas y adolescentes.

Compartimos 8 de los 12 trabajos ganadores,

correspondientes al primer y segundo lugar de las

diferentes categorías.


PRESENTACIÓN

Desde ICCO Cooperación impulsamos programas que junto

a nuestros socios nos permiten generar acciones apoyando

a grupos vulnerables, como mujeres, jóvenes, campesinos y

niños, niñas y adolescentes.

América Latina se caracteriza por la creciente desigualdad

económica, social y por altos niveles de violencia y exclusión. El

10% de la población más rica en nuestra región concentra el

71% de la riqueza. Las brechas económicas generan impactos

negativos sobre las poblaciones más vulnerables y propician, a

su vez, dinámicas culturales y económicas que afectan, como

siempre, a los más desprotegidos.

El Movimiento Vuela Libre nace en 2012 como una respuesta

a uno de los mayores problemas resultantes del contexto

anteriormente descrito: la explotación sexual comercial

de niños, niñas y adolescentes, que nos exige un compromiso

multi actor y regional

Vuela Libre propone erradicar las prácticas de explotación

sexual comercial, al mismo tiempo busca generar una respuesta

en situaciones de migración forzada que incluya apoyo terapéutico

y un incremento de las oportunidades de empleabilidad

de las niñas, niños y adolescentes víctimas de este delito.

Iniciativas como el Concurso Vuela Libre son un importante

impulso más desde ICCO, que pretenden visibilizar la complejidad

de la explotación sexual comercial. Buscamos colocar

en la agenda nacional la problemática y queremos incidir

en generar nuevos compromisos de diferentes actores para

erradicar la explotación sexual comercial.

CONNY TOORNSTRA

Directora Regional – ICCO Cooperación América Latina

Domingo 27 de septiembre del 2020

MOVIMIENTO

VUELA LIBRE

El Movimiento Vuela Libre Regional por una niñez y

adolescencia libre de explotación sexual comercial es una

iniciativa que nació en 2013 en Bolivia gracias al apoyo de

ICCO Cooperación Sudamérica. Actualmente tiene presencia

en Perú, Colombia, Nicaragua, Paraguay y Bolivia.

Vuela Libre contribuye a la construcción de movimientos

locales que articulan conocimientos y acciones entre organizaciones

del estado, sociedad civil y sector privado. Busca informar,

incidir, prevenir y atender la problemática de la violencia

sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.

En cada país, el Movimiento Vuela Libre está impulsado

por un socio principal: Fundación Renacer en Colombia, CHS

– Alternativo en Perú, Tesis en Nicaragua, Grupo Luna Nueva

en Paraguay y Fundación Munasim Kullakita en Bolivia.

Sus objetivos son:

Empoderar a niños, niñas y adolescentes víctimas o en

riesgo de Violencia Sexual Comercial en sus derechos

para que actúen como agentes de cambio dentro de

sus contextos.

Lograr que gobiernos a nivel nacional, subnacional,

municipal y locales aseguren sistemas de protección

contra la Violencia Sexual Comercial.

Generar corresponsabilidad por parte del sector privado,

particularmente relacionado al turismo, hotelería, transporte

y sectores extractivistas de recursos naturales para

contribuir a enfrentar la violencia sexual comercial.

2


CONCURSO

VUELA LIBRE

“HABLEMOS DE

VIOLENCIA SEXUAL

COMERCIAL”

Desde 2013, junto a Eco Jóvenes, el Movimiento Vuela Libre

(MVL) lleva a cabo capacitaciones dirigidas a periodistas para el

uso correcto del lenguaje en la comunicación y el periodismo

en la presentación de información o noticias sobre la explotación

sexual comercial y otras violencias hacia la niñez y la mujer.

Para tal objetivo se desarrollaron herramientas como el Manual

de Tratamiento Periodístico de la Violencia Sexual Comercial

contra Niños, Niñas y Adolescentes y la Guía el Enfoque de Derechos

de las Niñas, Niños y Adolescentes, que pueden ser descargados

de la página web del MVL en la sección Biblioteca.

En la culminación de este proceso se convocó al Concurso

Vuela Libre a los profesionales y estudiantes de Bolivia interesados

en escribir sobre temáticas relacionadas a la violencia

contra niños, niñas y adolescentes.

Mostraron su compromiso con esta iniciativa el Concejo Municipal

de la Alcaldía de La Paz, Fundación para el Periodismo,

Observatorio La Paz Cómo Vamos, Fundación Munasim Kullakita,

la Universidad Católica Boliviana y Eco Jóvenes Bolivia.

A la convocatoria respondieron alrededor de 150 personas

de toda Bolivia, entre profesionales y estudiantes de periodismo

y de diversas carreras, quienes, a través de historias de

vida, crónicas, testimonios, análisis y otros formatos, contaron

incluso sus experiencias personales con el objetivo de contribuir

a la concientización de las violencias de género y hacia

los y las niñas y adolescentes en nuestra sociedad.

Los jurados estuvieron conformados por un representante

de cada institución socia y bajo una metodología objetiva diseñada

por Eco Jóvenes Bolivia , calificaron los trabajos de los

que emergieron las y los ganadores en las diferentes categorías.

Los juradores fueron: Dayana Cárdenas, representante

de la Fundación para el Periodismo; Renán Meave, representante

del Concejo Municipal de la Alcaldía de La Paz; Ricardo

Giavarini, representante de la Fundación Munasim Kullakita;

Jean Paul Guzmán, de la Universidad Católica Boliviana, y Soledad

Ardaya, de ICCO Cooperación.

Actualmente en la legislación de Bolivia se utiliza el término

Violencia Sexual Comercial en lugar de Explotación Sexual

Comercial puesto que dicho concepto ha venido cambiando

durante los últimos años para enfatizar en su aspecto delictivo.

En adelante se utilizan ambos términos indistintamente.

Nuestro amigo Carlos Mamani fue el director ejecutivo

de Eco Jóvenes, institución encargada de elaborar la

metodología de calificación de los trabajos concursantes,

capacitar a periodistas y estudiantes, tanto durante el concurso

como a lo largo de estos años, sobre el correcto uso

del lenguaje periodístico para la adecuada información sobre

violaciones a los derechos de la niñez y adolescencia.

CARLOS MAMANI

DIRECTOR EJECUTIVO

DE ECO JÓVENES

Fue uno de los pioneros en conformar el Movimiento

Vuela Libre, destacándose por su arduo y responsable

trabajo en acciones contra la violencia sexual comercial

de niños, niñas y adolescentes y por su compromiso en

el ámbito del periodismo y los derechos humanos.

Carlos fue un pilar participando activamente en la elaboración

del concurso, sin él la convocatoria no hubiera llegado

a tantas personas.

Dedicamos esta publicación a nuestro gran amigo y colega

y le agradecemos por el entusiasmo y el trabajo dedicado

para que este concurso sea una realidad.

Carlos partió a la eternidad el 29 de julio de 2020.

VUELA ALTO QUERIDO AMIGO.

Domingo 27 de septiembre del 2020

3


er

1

CATEGORÍA

PERIODISTAS

PROFESIONALES

LUGAR

LESLIE PAREDES

COMUNICADORA SOCIAL

COCHABAMBA

VIOLENCIA SEXUAL COMERCIAL:

EL MONSTRUO INVISIBLE QUE DEVORA

NIÑOS/AS Y ADOLESCENTES

Domingo 27 de septiembre del 2020

Tenía las uñas y labios pintados de rojo, uno de sus colores

favoritos pero que ya no le gustaba tanto, iba de la mano con

el sujeto que le había jurado protegerla con su vida. Caminaba

cansada, tenía sueño, sólo pensaba en que la noche se acabe y

ver el sol salir por la ventana rota y sucia de su habitación.

Tocaron una puerta, ¡Servicio a la habitación!, dijo con voz

burlona Fito (nombre ficticio), quien la llevó a aquel lugar. Camila

(nombre ficticio), con sólo 12 años ya sabía muy bien lo

que esas palabras significaban.

La recibió un hombre grande y robusto, ella lo veía enorme.

Se despidió de Fito con una leve sonrisa. Aquel hombre la

tomó de la muñeca y la introdujo a la habitación, ahí le dio

diferentes bebidas alcohólicas y le dijo que se veía muy “sexi”;

ella le sonrió, tal como le habían enseñado, pero en su mirada

sólo había miedo y tristeza.

Se recostó en la cama y cerró los ojos, imaginando el amanecer

que le gustaba tanto.

Camila es una de los millones de niñas que viven esta escena

en todo el mundo todos los días: abuso sexual, violación,

violencia sexual comercial.

La problemática crece porque existen “violentadores sexuales”

que buscan cualquier tipo de actividad sexual con

menores de edad, y funciona como si se tratara de la ley de

oferta y demanda, básica de la economía del mercado.

Se tiene a un “cliente” (violentador sexual) que al buscar el

contacto con los niños o niñas y adolescentes genera una

“demanda” (requerimiento de un producto). Alguien, (proxenetas,

tratantes, traficantes) le ofrece un “producto” (niñas,

niños y adolescentes víctimas de violencia sexual comercial).

Y esta dinámica se va repitiendo constantemente, expandiendo

el alcance de víctimas.

Sin embargo, las estadísticas no reflejan la gravedad y realidad

de esta situación debido a que en Bolivia existe una mala

tipificación sobre este delito y muchas veces es tratado como

un caso más de abuso sexual o trata y tráfico de personas.

Actualmente existen instituciones y fundaciones que mediante

proyectos y programas intentan luchar contra la violencia

sexual comercial, que parece no tener fin. Pero ¿cuál es la situación

real de la violencia sexual comercial en nuestro contexto?

¿Qué leyes y normas protegen y sancionan a los involucrados?

Violencia sexual comercial

¿Qué es?

La violencia sexual comercial es un delito conexo a la

trata y tráfico de personas, que es cometido cuando una

persona paga en dinero, especie o favores a un menor de

edad o a una tercera persona para “incurrir en un acto sexual

(uso de órganos sexuales), erótico (uso de los otros

sentidos para una satisfacción sexual o pornográfico (grabación

o perpetuación de una imagen sexual) con un menor

de edad”, explica María Cadima, abogada de la Defensoría

de la Niñez y Adolescencia de Cochabamba.

Se trata de violencia sexual comercial cuando las víctimas

son específicamente niños, niñas y adolescentes.

“La diferencia radica en que el delito de violencia sexual

comercial sanciona a quien ‘paga’ por cualquier actividad sexual.

Sanciona el delito de pagar”, explica Ariel Ramírez,

miembro de la fundación Munasim Kullakita.

Sin embargo, pese a ser un delito que castiga a uno de los

principales personajes que promueven la violencia sexual comercial

(violentador sexual), muchas veces es tipificado simplemente

como intento de violación, violación o trata y tráfico

lo que dificulta tener estadísticas reales o proceder

judicialmente contra los verdaderos autores del delito.

“Es el delito más invisibilizado porque muchas autoridades

desconocen la existencia del delito y desconocen que está dentro

el código penal y eso se lleva a que confundan el delito con

violación, tentativa de violación, corrupción de menores y estupro”,

expresa Cadima.

El 2018 la Organización Internacional del Trabajo, mediante

un informe, reveló que 6.3 millones de niños son víctimas

de trata y tráfico en todo el mundo.

Según un informe realizado por el gobierno de EEUU, el

2019, en Bolivia se registraron casi 400 casos de trata y tráfico

de personas.

La Unicef señala que la mayoría de las víctimas son objeto

de trata con fines de explotación sexual.

¿Cómo funciona la violencia sexual comercial?

La violencia sexual, más allá del violentador sexual tiene a

otros personajes clave:

Formas de captación

Las redes sociales son uno de los canales principales para

captar nuevas víctimas de la violencia sexual comercial, según

coincidieron los expertos consultados.

“Las redes sociales juegan un papel importante para captar

personas mediante ofertas y relaciones que se pueden

generar dentro la red social. Esto puede ocurrir mayormente

en entornos donde el círculo de prevención familiar está ausente,

no existe comunicación con los papás”, señala Cadima.

Otras formas de captación comunes son las ofertas de trabajo,

agencias de turismo, modelaje y empleos. También

existe la forma de captación por enamoramiento, cuando un

sujeto se gana el cariño y confianza de la víctima para chantajearla

y obligarla a realizar acciones que la lleven a una violencia

sexual comercial.

Ramírez explica que también existe la forma de captación

de víctimas de par a par. “Para quienes están en la dinámica

de la violencia sexual comercial, identifican a otros adolescentes

en colegios, discos y con contacto personal les convencen

que entren en la misma dinámica”.

4


Situaciones de vulnerabilidad

Para que se genere violencia sexual comercial, los tratantes,

proxenetas y sobre todo los violentadores sexuales buscan

a menores de edad que se encuentren en situaciones de

vulnerabilidad para lograr su cometido.

Recursos dentro la dinámica

Expertos consultados, indican que luego de captar a una

víctima existen varios recursos para mantenerlas en la dinámica

de la violencia sexual comercial.

Cadima explica que el más común es la manipulación sicológica

y emocional, que se intensifica cuando la víctima es

trasladada fuera de su círculo de confianza, donde no puede

contactarse con personas que la guíen o ayuden.

En muchas ocasiones, las víctimas son inducidas por sus

mismos pares o proxenetas para tener actividades sexuales

con los violentadores sexuales. En otros casos les hacen consumir

alcohol u otro tipo de sustancias para que no puedan

oponerse a los actos que les obligan a realizar.

“En un inicio tienen un rechazo a la figura masculina para

tener actividad sexual, son inducidas por sus mismos pares o

proxenetas. Para que no sientan asco de estar con un adulto.

les obligan a consumir bebidas alcohólicas o sustancias sicoactivas

y en este caso les hacen consumir inhalantes o marihuana”,

cuenta Ramírez.

Una cicatriz que duele

Gabriela Arraya, psicóloga de la Defensoría de la NNA detalla

que las víctimas de abuso o violación sexual sufren de

efectos negativos que pueden arrastrar por años. Sin embargo,

quienes han sufrido violencia sexual comercial pueden

tener consecuencias aún peores.

Un informe de Unicef sobre “Abusos sexuales y embarazo

forzado en la niñez y adolescencia” (2018) indica que los efectos

de los abusos sexuales dependen de los distintos contextos

en los que se producen, como la edad de la víctima, el tipo

de vínculo con su agresor y las relaciones con su entorno.

Unicef explica que los abusos pueden dar lugar a vivencias

traumáticas de carácter crónico con consecuencias inmediatas

o de largo plazo. Sin embargo, los NNA que son o fueron

víctimas de violencia sexual comercial, tienen efectos similares,

pero con agravantes “ya que se trata de abusos reiterados,

en contextos de presiones y violencias que generan procesos

de modificación física y psíquica”.

Por lo que es muy diferente atender y reintegrar a víctimas

de violencia sexual y violencia sexual comercial, ya que en

esta última existen factores que dificultan una rehabilitación,

como la dependencia a sus agresores.

Según Cadima, en muchas ocasiones, la víctima se considera

criminal o al ser rescatada asegura que la están separando

de quienes la “protegían, daban trabajo o alimento”

por el fuerte lazo que se puede generar por la manipulación

de sus tratantes hacia las víctimas.

“Es muy distinto atender a una víctima de trata que a una

víctima de violencia sexual comercial. La victima de trata tiene

secuelas síquicas muy marcadas y profundas, pero tiene el

apoyo de la familia porque la estaban buscando. La mayoría de

las víctimas de violencia sexual comercial han roto vínculos

con su familia, por diversas situaciones han salido de ese contexto

y han perdido el apoyo de sus familias”, explica Ramírez.

Arraya explica que las consecuencias son extremadamente

dañinas y en muchos casos irreparables.

“Cuando llegan a la adolescencia hay intento de suicidio, bulimia,

anorexia, hipersexualización infantil, adolescentes que tienen

vida sexual activa antes de tiempo, embarazo adolescente,

no cuidan su cuerpo, no hay una consciencia real”, asegura.

Cadima, Ramírez y Nicolas Keven Giry, coordinador de Cochabamba

del programa Protejeres, coinciden que una de las consecuencias

más graves es que las victimas naturalizan la explotación

sexual de su cuerpo, generando otras consecuencias.

“Han naturalizado la explotación de su cuerpo, piensan que

es una forma de conseguir dinero, van construyendo hábitos y

conductas relacionadas a eso”, explica Ramírez.

Keven asegura que esto afecta de gran manera a la autoestima

y autoapreciación de las victimas pues se llegan a considerar

como objetos.

“Se afecta de gran manera la autoestima. Ellos (víctimas) piensan:

‘No valgo más que eso’, ‘no merezco más’, ‘es mi culpa’”, relata.

Estas son algunas consecuencias:

Reintegración, fundaciones y proyectos

Actualmente, existen diferentes fundaciones y proyectos que

trabajan en investigación de la violencia sexual comercial y en la

reintegración de las víctimas.

Entre ellos se encuentran:

Sayari Warmi: Es una organización en Cochabamba que

realiza procesos terapéuticos de mínimo tres meses y

máximo seis.

Fundación Munasim Kullakita: Es una organización no gubernamental

y sin fines de lucro, presente en Bolivia desde el

año 2008. Se enfocan en guiar, acoger y acompañar el desarrollo

de un proyecto de vida de las niñas y adolescentes víctimas

de violencia sexual comercial.

Vuela libre: Es un movimiento conformado por organizaciones

de la sociedad civil, organizaciones de activistas, voluntarias/os,

organizaciones de base, colectivos y personas

comprometidas con el tema. Busca que las niñas, niños y

adolescentes ejerzan su derecho a vivir libres de violencia

sexual comercial.

Protejeres: El Programa Tejiendo Redes Seguras contribuye

a la lucha contra la trata de personas y la violencia sexual

comercial. Es un programa implementado por cuatro

organizaciones: Fundación Educación y Cooperación

(Educo), Fundación Munasim Kullakita, Centro de Estudios

y Apoyo al Desarrollo Local y la Fundación Estrellas en

la Calle, con el financiamiento de la Cooperación Española.

Instituciones gubernamentales y municipales: Las defensorías

de la niñez y adolescencia de cada municipio y la

División de Trata y Tráfico de la Fuerza Especial de Lucha

Contra el Crimen.

Lucha contra la violencia sexual comercial = David contra Goliat

Pese a la existencia de leyes que sancionan este delito, fundaciones,

organizaciones y proyectos que luchan contra la violencia

sexual comercial, hay muchas falencias que impiden una lucha

frontal contra este delito que crece exponencialmente.

La falta de compromiso de las autoridades, falta de presupuesto,

escasez de instituciones y organizaciones especializadas

y la actitud de la sociedad, son algunos de los factores que

ahondan esta problemática.

En el aspecto social, Cadima explica que es netamente responsabilidad

de la sociedad que no se considere el delito de violación sexual

comercial como una situación de gravedad. A su vez, asegura

que el machismo y la desinformación también son las principales

falencias para hacerle frente a este delito.

“El machismo es elemental, el que la mujer sea vista como un

objeto, que el servicio sexual sea común. Normalizar que el símbolo

de belleza sexual se considere el símbolo a un joven”, expresa.

En este sentido, se puede evidenciar que, en los anuncios de

servicios sexuales, resaltan mucho las palabras “joven”, “iniciante”,

“señorita”, entre otros, haciendo referencia a la edad y “pureza”.

Domingo 27 de septiembre del 2020

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Presupuesto

Ramírez apunta como principal falencia, la falta de presupuesto

destinado a cumplir las leyes, trabajar en capacitaciones

y rehabilitar a las víctimas.

“Las instituciones que trabajan en el tema se cuelgan

del presupuesto de la Ley Nº 348: Integral para garantizar a

las mujeres una vida libre de violencia. Que es la única que

tiene recursos”.

Mala tipificación

La falta de capacitación en autoridades o funcionarios provoca

que el delito se tipifique como cualquier otro, dejando

“libres” a los principales agresores para que la situación continúe

en ascenso.

“Es el delito más invisibilizado porque muchas autoridades

desconocen la existencia del delito y desconocen que

está dentro el código penal y eso se lleva a que confundan

el delito con violación, tentativa de violación, corrupción de

menores, y estupro”, detalla Cadima.

El miembro de Protejeres explica que la mala tipificación

llega también a jueces que determinan y realizan

una reintegración que no es compatible con lo que la

víctima sufrió realmente.

“Los mismo jueces y autoridades policiales caen en eso

(mala tipificación del delito). Cuando lo tipifican solo como

abuso sexual la víctima es apoyada de otra manera y cuando

no se realiza la reintegración adecuada lo más probable

es que recaiga en la misma dinámica”, indica.

Falta de mecanismos de acompañamiento y seguimiento

Keven Giry indica que la falta de un sistema eficiente para

la atención de las víctimas y sus procesos provoca que éstas

peregrinen demasiado tiempo buscando justicia al punto de

cansarse y abandonar el caso. Esto da hincapié a que los autores

del delito sigan operando y captando a nuevas víctimas.

“Una vez que se agarran casos, no existe una ruta crítica

para manejar a las víctimas. Ejemplo: yo agarro el caso, conozco

lo que la pasó a la víctima, hago el informe para la Defensoría

de la niñez y adolescencia ahí vuelven a hacerle pruebas y

entrevistas. Se realiza la denuncia, y la victima tiene que volver

a contar todo lo que ha vivido lo que provoca que viva una y

otra vez el trauma y se genere revictimización”, explica.

Sigue: “La victima se cansa y ya no quiere seguir y

abandona el caso. Ahí se pierden estadísticas, datos y

perdemos personas”.

Niños varones a la deriva

Los niños varones que son víctimas de violencia sexual comercial

tienen el panorama más complicado ya que no existe

ningún centro especializado en ellos y muchas veces son

quienes niegan realizar una denuncia por miedo a ser estigmatizados

como homosexuales, según informa Ramírez.

“Se antepone la ideología de homosexualidad que perjudica

la atención y no quieren denunciar estas agresiones

porque tienen que miedo de ser estigmatizados. Bajo este

parámetro estamos en una situación muy crítica”.

Hipersexualización de niños, la mecha que enciende

la pólvora

Las niñas son la población a la que con mayor frecuencia

se les maquilla, viste e incluso hace bailar ritmos con letras

de alto contenido sexual. En películas, redes sociales, productos

publicitarios, es muy común ver a menores que parecen

mujeres adultas.

Expertos señalan que la hipersexualización provoca que los NNA

sean vistos como objetos de deseo sexual. Además, aseguran que

esto tiene efectos negativos en los menores que van “saltando” etapas

que permiten su correcto desarrollo.

“La hipersexualización pone como un objeto de deseo a lo

puro, a lo pequeño, a lo que no tiene experiencia y facilita a la

sociedad a reconocer como normal que una niña baile reguetón,

que sea reina de belleza porque se la está asociando con un

objeto de deseo general, que es una mujer”, comenta Cadima.

Desde la sicología, Arraya explica que un NNA necesita desarrollarse

en su tiempo.

“La integridad sexual de los niños debe ser un tema de conciencia

en los padres. Muchas veces son ellos los primeros en

exponer de esa manera sus hijos. Los NNA no necesitan participar

en concursos de belleza o subirse a pasarelas. El niño necesita

desarrollarse a su tiempo”.

Por su parte, Ramírez explica que la hipersexualización es la

que genera que exista una “demanda” de violentadores sexuales

que buscan tener contacto sexual con los menores.

“Niñas reinas de belleza, disfrazadas como adultas, con trajes

de baño genera morbo en los adultos que se traduce en consumo,

generando la demanda”.

Pese a este panorama, existen avances ya sea desde la conciencia

de los padres de familia, hasta el accionar de las autoridades.

En La Paz, se promulgó la Ley Municipal de Prevención y Protección

de la Integridad Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes

que prohíbe los concursos de belleza para niños, niñas y adolescentes;

la realización de desfiles de moda en la que participen

menores de edad; la publicidad que utilice la imagen de niños,

niñas y adolescentes con mensajes sexuales o eróticos; de igual

forma quedarán fuera de las fiestas de cumpleaños las canciones

de regaetón con contenidos adultos.

Sin embargo, esto no se repite en todas las regiones del país.

Una sociedad que suma

Tras estos datos que parecen ser solo la punta de un iceberg,

¿Qué se puede hacer como sociedad para enfrentar este delito

y proteger a los NNA?

Estos son algunos consejos de los expertos:

¡Cuídate y denuncia!

La violencia sexual comercial no tiene espacios definidos ni discrimina

color, religión o creencias. Depende de cada individuo

cuidarse y cuidar a los demás para no ser víctima de este delito.

El movimiento Vuela Libre realizó en 2017 una guía para prevenir

ser víctima de violencia sexual comercial.

La psicóloga de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia

asegura que la denuncia es un acto de amor que ayuda a

prevenir más víctimas.

“Lo más importante es hacer una denuncia, poner en conocimiento

a las autoridades, no solo para ayudar a la víctima

si no a las posibles víctimas. Denunciar es romper la

cadena de abuso”, asegura.

Si eres o conoces a alguna víctima de trata y tráfico de personas.

¡Denuncia! No estás solo/a. Llama al: 80014026 -

800140206

Los efectos que la violencia sexual comercial tiene en las víctimas

van más allá de lo que uno puede imaginar. La desinformación,

la mala tipificación del delito evita que sólo se vea la

punta de un iceberg que parece no tener fin.

Dejar de cosificar a las personas, creer que todo tiene un precio

de venta o compra, crear un mundo más horizontal y constructivo

puede ser un pequeño paso para avanzar en esta lucha

que cada día se asemeja más a un gigante monstruo invisible

que nadie ve o nadie quiere ver.

Domingo 27 de septiembre del 2020

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2

CATEGORÍA

do

PERIODISTAS

PROFESIONALES

LUGAR

LIDIA CAMPOS

COMUNICADORA SOCIAL

TARIJA

“LA MATERNIDAD TEMPRANA,

UNA DIMENSIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

DE LA VIOLENCIA SEXUAL COMERCIAL”

Aunque no parezca, esta problemática social existe en Tarija

y se han identificado víctimas. Muchas de ellas pasaron

por un gabinete psicológico que permitió determinar la situación

de las mismas. Según el psicólogo Eddy Arce Birbueth,

una de las consecuencias es la maternidad temprana en

niñas y adolescentes, hecho que es una dimensión de la problemática

de la violencia sexual comercial. “Eso no se dice,

pero es muy real en la práctica”, afirma.

Si bien se cuenta con la normativa legal para la protección

integral de los niños, niñas y adolescentes, la violencia sexual

comercial actualmente se encuentra invisibilizada, al tratarse

de una realidad que en muchos casos avergüenza a la familia

de la víctima, ahondándose más las consecuencias sobre ella.

Consecuencias del delito

Las víctimas de violencia sexual comercial pueden llegar a

sufrir, en lo posterior, violencia intrafamiliar, exclusión social,

la expulsión o autoexpulsión escolar, porque la familia siente

vergüenza, situación que se agrava si existe un embarazo.

Eddy Arce, reconocido psicólogo, señala que las víctimas experimentan

una desprotección generalizada, que se extiende a los

bebés que nacen fruto del abuso y que en algunos casos llegan a

ser rechazados. Así -añade- se genera pobreza debido al alejamiento

social, desintegración familiar, alcoholismo, abandono y

víctimas que viven en la calle frecuentando sitios para adultos.

En el mejor de los casos, cuando la víctima trata de salir adelante

y se pone a trabajar, se presentan dificultades económicas,

el riesgo de un nuevo embarazo, incertidumbre respecto al futuro,

problemas en la definición de su identidad, abandono del

grupo familiar y de la sociedad. “Mientras no existan nuevas leyes

que frenen esta situación es terrible”, asegura el psicólogo.

Perfil psicológico del violentador sexual

Según Arce, un violentador sexual va más allá de ser un

transgresor de la ley, normalmente es una persona con un perfil

psicológico que se va configurando desde su infancia y no es

fácil de reconocer por sus potenciales víctimas. Son personas

que aparentemente no muestran una señal externa que permita

que pudiéramos darnos cuenta que es un criminal; se trata

de personas que disimulan y encubren muy bien las emociones

que aparecen en su mente. Por lo general, son personas que

vivieron situaciones de abandono, conflicto familiar e incluso

pudieron haber sido violentados sexualmente a corta edad.

El violentador sexual, según explica el psicólogo Arce, tiene

más que ver con el poder, pues sus víctimas tienden a ser personas

las que considera más débiles. “Es importante comprender

que no se trata de una discapacidad mental; en su mayoría

son imputables, es decir, tienen más de 16 años, aunque por lo

general culpan a la víctima”, sostiene el especialista.

No se tiene sentencias

Hasta la fecha no existe ninguna sentencia contra este delito.

La fiscal del departamento de Tarija, Carla Patricia Oller

Molina, señala que estos casos se tendrían que llevar adelante

como procesos por violación a niño, niña y adolescente, lo

cual tiene una sanción muy alta, y en el caso de que hubiera

una denuncia se busca una sanción ejemplificadora.

Afirma que sí se tiene delitos de violencia sexual, entre

ellos varios casos de violaciones, abusos sexuales, los cuales

muchos se presentan en la ciudad y otros en provincias.

Consultada sobre el tema, la responsable de la Defensoría

del Niño, Niña y Adolescente del Gobierno Municipal de Tarija,

Carolina Ortiz Ramallo, indica que en la jurisdicción de Cercado

no se tiene una sentencia respecto al delito de violencia

sexual comercial. Precisa que los casos de los que se tuvo conocimiento

fueron catalogados como proxenetismo. Indica

que en 2016 se cerró un caso que se presentó en 2012, con

sentencias contra tres personas que indujeron a una adolescente

a trabajar en un lenocinio. Los tres acusados se sometieron

a procedimiento abreviado por proxenetismo, que

contempla una pena de cinco años.

Al tratarse de un delito que está ligado a la trata y tráfico

de personas, la responsable de la Defensoría del Niño, Niña y

Adolescente del municipio de Tarija manifestó que siempre

se está alerta, coordinando con la Unidad de Trata de Personas

de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (Felcc).

Pero hasta la fecha no se presentó ninguna denuncia sobre

ese delito y no se recibió ninguna notificación del Ministerio

Público para atender algún caso de esta tipología.

Realizada la misma consulta a la responsable de la Defensoría

del Pueblo de Tarija, Carola Romero, confirmó que hasta

la fecha de la realización de esta entrevista no se tenía una sentencia

ejecutoriada sobre violencia sexual comercial. “Sí se tiene

una sobre la trata y tráfico de personas que se consolidó, sin

embargo, se encuentra en etapa de apelación”, explica.

Ley Municipal 203, un avance

Con el objetivo de prevenir delitos relacionados con la violencia

sexual, se tiene actualmente en vigencia la Ley Municipal 203,

según la responsable de la Defensoría del Niño, Niña y Adolescente

del Gobierno Municipal de Tarija, Carolina Ortiz, se trata de

una ley integral de protección de la integridad sexual de niños,

niñas y adolescentes. Esta es una medida muy estricta que se

asumió y es parte de las políticas institucionales, asegura.

Ortíz indica que la ley tiene la finalidad de restringir ciertos

actos, que en muchas ocasiones benefician a la captación de

niños, niñas y adolescentes a los que se hipersexualiza en público

a través del manejo de su imagen. Asegura que la Ley

548 establece la protección ante la sexualización precoz, que

se evidencia cuando se obliga al niño, niña y adolescente a

Domingo 27 de septiembre del 2020

7


Domingo 27 de septiembre del 2020

adoptar conductas que no son propias de su edad y no corresponden

a la etapa de su desarrollo.

La autoridad señala que se tiene que tomar en cuenta que

no es sólo el manejo de la imagen del niña, niña o adolescente,

sino también el manejo de la imagen auditiva, a través de

la música que se usa cuando se los expone. Ante esta modificación

del Código del Niño, Niña y Adolescente se ha promovido

esta ley municipal para garantizar esta protección.

En tal sentido, se establecieron prohibiciones como los desfiles

de moda de niños, niñas y adolescentes en eventos públicos.

La autoridad señaló que se pudo evidenciar que muchos

niños que son incluido en desfiles de moda no saben lo que

están haciendo y que son obligados a hacerlo. También están

prohibidos las elecciones de “mis chiquititas” y cualquier actividad

de modelaje y desfile en concursos de belleza.

Al referirse a las fiestas del Carnaval, en las que se incluye

algunas actividades municipales para niños, niños, niñas y

adolescentes, explica que en los programas para esa celebración

el municipio especificó la responsabilidad que tienen los

padres en la participación de sus hijos en las actividades.

La Ley 203 se socializa en las escuelas de danzas para que

se puedan implementar medidas de protección, como el uso

del maquillaje, e incluso la música, que puede exponer a los

niños, niñas y adolescentes a lo que a nivel internacional se

conoce como pornografía auditiva.

Ortiz añade que muchas madres exageran en el maquillaje y

la vestimenta para sus hijos, sin considerar que la etapa de la

niñez y adolescencia son únicas y definen la personalidad de un

adulto. Alerta que los progenitores no toman en cuenta que

este tipo de actividades pueden ser oportunidad para ofertas

laborales inexistentes, lo que empuja a situaciones de riesgo.

Respecto a los procedimientos que se siguen en hechos de

violencia, informa que la Defensoría de la Niñez, cuando tiene

conocimiento de un delito, sigue el protocolo de atención

aprobado por el Ministerio de Justicia como ente rector, reduciendo

a una mínima intervención con la víctima. Explica que

se cuenta con la cámara Gesell para que la víctima pueda brindar

su entrevista bajo un medio seguro, sólo con la intervención

de una psicóloga. Esto con la finalidad de evitar la revictimización

y, al mismo tiempo, obtener la mayor información

posible a través de un registro audiovisual, que también se

pasa por escrito al Ministerio Público. Remarca que la protección

a la víctima está también contemplada en la Ley 2033.

Redadas en locales nocturnos

En todos los recorridos realizados no se encontró a niñas,

niños y adolescentes como víctimas de trata y tráfico, declara

Lía Gálvez, encargada de la parte médica en el programa VIH

del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Tarija.

Indica que instituciones en consenso, entre ellas Fiscalía, Migración,

Defensoría de la Niñez, Defensoría del Pueblo y el Sedes,

realizan control en los locales nocturnos mediante un trabajo

multidisciplinario, en el que se verifican varios aspectos.

Respecto a estas inspecciones, la fiscal de Tarija señala

que se realiza el acompañamiento con los fiscales de turno y

en caso de encontrar menores de edad en locales nocturnos

consumiendo bebidas alcohólicas o siendo explotados sexualmente,

se abre una investigación penal.

Redes sociales, un peligro constante

Investigaciones de la Fuerza Especial de Lucha contra el

Crimen (Felcc) en las redes sociales, hasta el momento no

dieron con un caso en Tarija en el que se pueda evidenciar

este tipo de casos. Según informó el sargento primero Alfredo

Reynoso, encargado de sistemas de la entidad. Reynoso,

indicó que la Felcc se encuentra presente en todas las redes

sociales. Añade que mediante la página de Facebook se recibe

denuncias, una vez recibidas, las mismas pasan a la dirección

correspondiente para su investigación.

“Nosotros hemos recibido varias denuncias de propuestas

que se hacen en las redes sociales y eso se pasa a la división

que corresponde, pero muchas veces queda en nada porque

ese tipo de publicaciones que se hacen, hemos podido verificar,

son para estafar gente; ofrecen servicios y una vez que la

gente contacta, le piden un depósito, no se hace la transacción

de manera directa; son más casos de estafa que se dan y

casos de trata”, dice el efectivo policial.

La autoridad añade que lo que más se ve en el patrullaje cibernético

son delitos comunes, referido a estafas y engaños. Indica,

a su vez, que un perfil falso se puede crear desde un celular

y que las redes no tienen cómo verificar si los datos son fehacientes.

“Nosotros también verificamos muchas denuncias que

recibimos de perfiles falsos, si bien tomamos la denuncia, no

podemos formalizarla con un perfil falso, entonces les pedimos

a las personas que se hagan presentes en la Felcc”, explica.

Reynoso recomienda a los padres controlar el uso del celular

de sus hijos; verificar los usuarios y no aceptar invitaciones

de cualquier perfil, ni creer todo lo que está en las redes, puesto

que los perfiles falsos se ocupan de engañar a la gente.

Consultada sobre este tema, la responsable de la Defensoría

del Niño, Niña y Adolescente del Gobierno Municipal de Tarija,

Carolina Ortiz, considera que las redes sociales son un mundo

amplio que se apertura a la imagen de un niño. Se tuvo casos en

Santa Cruz y La Paz, en los que las imágenes que subieron los

padres fueron utilizadas por organizaciones criminales en páginas

de pornografía infantil y de ofertas para los pedófilos. “Esto

expone situaciones de riesgo, por ello se incide en las unidades

educativas, tomando en cuenta que los niños menores de 16

años no pueden tener acceso libre a las redes sociales”, declara.

Recalca que el artículo 41 de la Ley 548 establece cuáles

son los derechos y deberes de los padres de familia, lo que

tiene un alcance al tutor o tutora, y una de las medidas que

establece es la protección, que tiene que nacer en primera

instancia del padre y de la madre. En los celulares se puede

descargar la aplicación de protección parental.

18 casos el 2019

El coronel Armando Asturizaga, director de la Fuerza Especial

de Lucha contra el Crimen (Felcc), informó que en el primer

trimestre 2020 se tuvo casos de extravíos de menores, de

los cuales una fue encontrada en Villamontes.

En la gestión 2019 se tuvo 18 casos de trata y tráfico, entre los

cuales se incluye a una persona desaparecida. De esos 18 casos,

tres eran menores de edad y el resto mayores. También se tuvo

un caso de pornografía, que se encuentra en investigación.

Asturizaga señaló que, a su vez, la División de Trata y Tráfico

realiza un trabajo en coordinación con la Defensoría, en

8


el que participa la Policía y también la Intendencia. Si se encuentra

menores de edad en los operativos, pasa a tuición de

la División de Menores y se hace la clausura de local. Una vez

que se tiene la denuncia, el asignado al caso realiza su informe

y lo hace conocer al fiscal correspondiente.

Recalcó la importancia en sentido de que los padres de

familia tengan un control pleno de sus hijos: “Saber dónde

están, qué amigos tienen. La falta de este control hace que

los niños sean presa fácil”, sostuvo.

El efectivo policial añadió que la existencia de la violencia

sexual comercial contra niños, niñas y adolescentes está en

etapa de investigación y que no se podría afirmar o negar su

existencia. “No se tiene una denuncia específica, pero se podría

dar, pero si no tenemos una denuncia específica, no tenemos

el conocimiento cabal de esa información”, señaló.

Como reintegrar a una víctima

La explotación sexual comercial es una violación a la integridad

y a los derechos humanos de la persona. Con esas palabras,

el psicólogo Eddy Arce define la importancia de comprender

esta problemática, a fin de propiciar la ayuda

necesaria para la víctima. Consultado sobre cómo se puede

reintegrar la misma a la sociedad, señaló que para alcanzar

este objetivo el profesional en psicología debe estar muy preparado

para llegar a conocer el aspecto psicosocial de la víctima

e identificar sus necesidades psicosociales y redes de

apoyo. Indicó que eso implica, en lo posible, acudir a “informantes

clave, mediante el desarrollo de entrevistas, a una tía,

abuela, vecina, madre u otro familiar”.

“Este primer contacto es vital y fundamental, ya que nos

permitirá detectar en el niño, niña o adolescente si cuenta

con algún tipo de apoyo. Además de brindarnos un panorama

sobre la situación familiar en la que vive la víctima”, esta

información permitirá tener un plan de aplicación.

Se debe también realizar una entrevista a la víctima de violencia

sexual comercial, esta entrevista debe evitar la revictimización,

por eso actualmente se emplea la Cámara Gesell, con

base en ejes temáticos que puedan profundizar la historia que

rodea la situación, no en hechos, sino en la situación.

Señaló que por lo general es muy posible que la víctima

llegue a quedar embarazada o que por años pueda encontrarse

en condición de violencia. Arce resaltó la importancia

de prestar atención a las necesidades básicas de la víctima.

Con estos datos el psicólogo experimentado recién podrá

elaborar un programa individualizado para poder apoyar a la

víctima, para que nuevamente pueda vivir en sociedad de

manera íntegra, dijo Arce.

Comprometer a los medios

El presidente de la Cámara de Medios de Tarija, Edgar

Cortez, informó que toda la normativa legal vigente en torno

a la participación, apoyo y difusión de campañas contra

la trata y tráfico de personas es de conocimiento de los

medios de comunicación. Aclaró que no se realizó ninguna

reunión específica sobre el tema, a fin de comprometer

más a las empresas de medios; sin embargo, indicó que

por iniciativa propia cada medio cumple con ese compromiso

de acuerdo a lo que ve conveniente.

Manifestó que sería importante concertar el tema y comprometer

de manera más directa a los medios. Cada medio

ejerce la norma de acuerdo a sus políticas; sin embargo, algunos

renuentes a cumplir, mientras otros lo hacen de manera

espontánea y voluntaria.

La violencia sexual contra los niños, niñas y adolescentes en

cualquiera de sus formas es hoy un problema social que tiene

consecuencias muy serias en la vida de la víctima y su entorno.

Tratar esta problemática requiere del accionar de múltiples

actores de la sociedad, empezando por el entorno

familiar, núcleo donde se enseña los valores, principios de

vida, y que se asumen medidas de protección en cumplimiento

de las normativas vigentes, como el Código del

Niño, Niña y Adolescente.

La protección de los niños, niñas y adolescentes frente a todas

las formas de violencia es un derecho consagrado, no sólo

en las leyes departamentales y nacionales, sino a nivel internacional,

mediante la Convención sobre los Derechos del Niño y,

por tanto, deben extremarse los esfuerzos para cumplirla.

1 er

CATEGORÍA

PROFESIONALES

DE OTRAS CARRERAS

LUGAR

EDUARDO HUALLPARA

OFICIAL DE POLICÍA

LA PAZ

“CÓDIGO POSTAL”, ACERCÁNDONOS

A UNA REALIDAD INQUIETANTE

Recientes investigaciones de organizaciones nacionales e

internacionales que trabajan en la defensa y promoción de

los derechos de niñas, niños y adolescentes, posicionan a Bolivia

como un país donde la trata de personas y principalmente

la violencia sexual comercial comenzó a expandirse por

diferentes causas que a continuación exploraremos con la

intención de apuntalar soluciones.

La problemática a nivel mundial comprende diferentes aspectos,

como la utilización de niños y adolescentes en actividades

del comercio sexual remuneradas en efectivo o en especie;

la trata de niños y adolescentes con fines de explotación sexual

comercial; el turismo sexual infantil y étnico; la producción y distribución

de pornografía que involucra a niñas, niños y adolescentes,

su empleo en espectáculos sexuales (públicos o privados),

así como nuevas figuras que surgieron con la evolución

propia del delito que debe ser abordado de forma integral, holística

y no simplemente subsumiendo nuestro accionar a normas

jurídicas punitivas escritas en la ley.

Domingo 27 de septiembre del 2020

9


No hay causa que merezca más alta prioridad

que la protección y el desarrollo del niño,

de quien dependen la supervivencia, la

estabilidad y el progreso de todas las naciones

y, de hecho, de la civilización humana”.

Unicef

Domingo 27 de septiembre del 2020

EVOLUCIÓN DEL CRIMEN ORGANIZADO

COMO FACTOR ETIOLÓGICO

Así como las organizaciones policiales alrededor del mundo

se potencian, también lo hace el crimen organizado (proyectado

como la delincuencia del siglo XXI), principalmente para

vulnerar los controles y permitir que su actuar sea impune,

siendo algunas de sus principales características:

Delincuencia de muy bajo perfil

Manejo y estructura gerencial.

Amplia utilización de Tecnologías de Información y Comunicación

(TICs).

Creación de alianzas delictivas estratégicas multinacionales.

Implementación de modalidades de evasión de los

controles sobre lavado de activos (legitimación de ganancias

ilícitas en nuestro país).

Innovación altamente técnica de los métodos de comisión

delictiva.

El Código Penal boliviano tipifica en su Art.132 Bis, la denominada

“organización criminal” como aquella asociación de tres o

más personas organizada de manera permanente, bajo reglas

de disciplina o control, destinada a cometer diferentes delitos,

entre los que se encuentra la trata de seres humanos.

En esta dinámica surge el concepto de “organización criminal

inteligente”, caracterizada por utilizar técnicas de manejo

administrativo similares a las del mundo empresarial legal, con

recursos humanos, financieros, logísticos, poder e influencia

para impedir que su estructura y jerarquía se persiga, se ponga

al descubierto y se sancione, dado que el fin último del crimen

es el rédito económico, que debe ser protegido a toda costa.

Por lo tanto, el delito de trata de personas, el de la violencia

sexual comercial, propiamente, y la pornografía infantil son

atribuibles a la participación de estructuras criminales cimentadas,

que no están exentas del enfoque antes descrito.

Su carácter transnacional y transfronterizo hace de este

tipo de delito de muy difícil abordaje, siendo, sin embargo, un

verdadero reto investigativo que requiere de una especialización,

lo cual, en la actualidad, es una fortaleza innovadora en

nuestra fuerza policial.

¿CUÁL ES LA RESPUESTA DE LAS FUER-

ZAS POLICIALES A ESTE FENÓMENO?

Surge entonces la pregunta, ¿cómo luchar contra este tipo

de criminalidad avanzada y fortalecida? La Ley 263 Integral Contra

la Trata y Tráfico de Personas le ha dado a la fuerza policial

diferentes herramientas, como el empleo de técnicas investigativas

no convencionales, es decir, el “agente encubierto” (incorporado

en el Art. 282 del Código de Procedimiento Penal), la “interceptación

de comunicaciones delictivas” (Art. 41) y otros

propios de la labor preventiva policial (contenidos en el Art. 36 de

la misma norma), como el patrullaje cibernético, controles en sitios

de hospedaje, lugares donde se ofrecen servicios sexuales y

otros. Sin embargo, estos recursos, en muchos casos, pueden resultar

insuficientes o aún inaplicables, siendo necesaria una permanente

actualización de conocimientos técnico-especializados,

que muchas veces provienen de fuerzas policiales del

exterior con un importante adelanto en el área.

La experiencia policial nos muestra que la criminalidad

detrás de estos peculiares delitos presentan varios actores,

desde aquellos que se encargan de captar a las víctimas, trasladarlas,

acogerlas, explotarlas, coaccionarlas (tratantes);

aquellos que se encargan de captar clientes (proxenetas, comercializadores

de material pornográfico, como ejemplo),

quienes manejan la economía ilícita, y aquellos que le dan

seguridad armada (guardaespaldas y sicarios) y legal (abogados

o consorcios específicos) a la organización delictiva.

Esta cadena de hechos puede ser intervenida en cualquiera

de sus eslabones, siendo una de las tareas más importantes

en la investigación criminal el detallar cada una de las actividades

y sus partícipes, para después desentramar el

funcionamiento de toda la organización del crimen. Muchos

operativos exitosos se han basado en el tratamiento inicial y

adecuado de un solo indicio (lo que se conoce como la “punta

del ovillo”), que por más simple que parezca puede conducirnos

a develar todo el hecho delictivo.

Estas capacidades nos han permitido establecer ciertos

patrones utilizados por la delincuencia, por ejemplo, en la

“pornografía infantil”. El consumo de material pedófilo puede

realizarse mediante los ya tradicionales sistemas de intercambio

de archivos, como Kazaa o Ares, en la Deep Web (ya

mencionada), en foros privados de acceso restringido, en sistemas

de almacenamiento compartido en la nube o, más recientemente,

aplicaciones como WhatsApp, Skype, Facebook,

donde se crean grupos privados en los que sus

miembros van subiendo, intercambiando y comercializando,

en muchos casos, contenido pornográfico ilegal.

Al constituirse en delitos transnacionales, diversas entidades

del orden internacionales, como la Policía Internacional

(Interpol), de la cual Bolivia es parte, han implementado diferentes

recursos para la investigación de estos hechos, como la

denominada “Base de datos internacional sobre explotación

sexual de menores”. Este material informático ayuda a los investigadores

en la identificación de víctimas de todo el mundo

a analizar y comparar imágenes de abuso sexual de menores.

Así mismo, se han mejorado los protocolos de investigación,

plasmados en manuales de procedimientos y actuaciones que

nos permitan fortalecer nuestra tarea y afianzar el tratamiento

de los pocos indicios que generalmente se presentan en este

tipo de delitos de contenido digital. En el caso de la pornografía

infantil, por ejemplo, la actividad de aquellos que producen contenidos,

intermediarios, difusores o distribuidores y, finalmente,

los consumidores del producto final deja indicios (digitales y en

una minoría físicos), que es importante tratarlos con técnicas y

procedimientos adecuados, siendo esta tarea el punto de inicio

para ingresar al submundo criminal.

Ésta y otras tareas nos han permitido también identificar

la comercialización de pornografía infantil (no local) en espacios

como la Deep o Dark Web (internet obscura o profunda),

sitios poco explorados por su alta complejidad, que permite a

las organizaciones delictivas innovar día a día sus modalidades,

buscando la “anonimización” con técnicas de enmascaramiento

“proxy” o utilizando software de código abierto,

como el Tor Network, Free Net o L2P2; o la utilización de “criptomonedas”

para el pago, evitando el rastreo que se puede

hacer al dinero común, y otras acciones que los hacen, según

ellos técnicamente invulnerables, como la multi-identidad

digital (ser lo que quieras ser y cuantas veces quieras).

Un ejemplo de ello lo develó una investigación de la Policía

Federal del Brasil que identificó en la Deep Web un extenso

y aterrador documento con más de 170 páginas en inglés,

10


donde un médico detalla cómo acercarse a un menor de

edad para seducirlo poco a poco; al documento accedieron

miles de personas alrededor del mundo.

Uno de los principios del actual abordaje investigativo de

nuestra Policía, que surge de experiencias aleccionadoras, es

el principio de que “nada es inescrutable”, lo que nos permite

aplicar diferentes métodos para acercarnos lo más posible a

los partícipes que tratan de enmascarar su actividad criminal.

Entre estos métodos está el análisis de contenido digital, audiovisual,

la perfilación para identificar potenciales víctimas, el

análisis comparativo de casos, entre otros, conociendo, por

ejemplo, el léxico que utilizan para referirse a la pornografía

infantil o en idioma inglés child pornography, con la sigla “CP”;

palabras utilizadas en el título de este trabajo académico y que

son adecuadas como una especie de claves por los delincuentes,

como “club pengin”, “caldo de pollo” o “código postal”, muchos

de ellos inclusive visibles en la web superficial con buscadores

comunes, como Google, o utilizados en diferentes

plataformas de redes sociales, siendo un medio fácil y visible

de atraer a los mal llamados “clientes” o “consumidores”, que

en la realidad son los violentadores o perpetradores sexuales,

producto casi siempre de una transacción comercial.

Como mención necesaria, en diciembre de 2019, la Policía

Boliviana intervino en una operación multinacional, junto a

24 países, desmantelando grupos delictivos con sede en México

que utilizaban foros que crearon en WhatsApp, por medio

del cual compartían contenido pornográfico infantil a nivel

internacional. Con base en lo anterior, se logró determinar

la identidad de cada uno de los administradores de los foros

investigados, coordinando acciones con las policías de países

como Italia, Portugal, Chile, Costa Rica y Bolivia. Se logró importantes

aprehensiones, desestructurando verdaderas redes

criminales. A este esfuerzo se sumaron también la oficina

Europea de Policía (Europol) y la Interpol.

Sin embargo, esta tarea y otras, que proyecta la entidad del

orden mediante sus organismos especializados, como la Felcc o

la Interpol, no podrán realizarse si no actuamos preventivamente,

aspecto en el cual nuestra población es el actor más importante,

ya que debe conocer los riesgos a los cuales se expone con

el uso descontrolado del internet y de las “redes sociales”.

EL INTERNET Y LAS REDES SOCIALES,

¿CUÁL SU PAPEL?

Es importante recordar que la evolución del delito a la par

de la modernización global nos muestra nuevas modalidades

vinculadas a la irrupción de las tecnologías, que posicionan

en un tipo de comunicación bidireccional a delincuentes

y víctimas, tipologías que quizás titulándolas se hacen

más visibles, como el sexting, porno-venganza, grooming,

phishing, pharming, spoofing, stalking, el cyberbulling y

otras modalidades no insertas en nuestra legislación penal,

pero que, sin embargo, son adecuadas a delitos existentes

para su inmediata atención, obligando a la fuerza policial

boliviana a actualizarse para estar a la par y, con esfuerzo, un

paso adelante del delito.

Se había dicho también que las “redes sociales” se constituyen

en formas de contacto instantáneo, sin jerarquías o límites

físicos entre individuos desde cualquier parte del mundo,

uno de los máximos referentes del proceso de globalización

mundial en comunicación. Este hecho no sólo ha originado el

progreso de este ámbito, sino también la aparición de nuevas

tipologías delictivas, mencionadas en el título anterior, o la

modernización de las ya existentes, relacionadas con el tema

objeto de estudio.

En esta parte es importante mencionar cuál es la realidad

actual del uso del internet en nuestro país. Recordemos que

la Autoridad de Telecomunicaciones y Transportes reportó

que hasta marzo de 2019 se tenía 9.596.575 conexiones a internet,

siendo un 94.27% conexiones mediante redes móviles

(terminales 2.5-4G, modem USB 2.5-4G y GPRS/EDGE), mostrando

una previsible evolución tecnológica que estamos seguros

continuará incrementándose.

Así también, estudios realizados por la Agencia de Gobierno

Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación

establecieron que las tres actividades que se realizan con mayor

frecuencia al conectarse a internet son:

Contactarse con amigos y familiares (73%).

Utilizar redes sociales (62%).

Buscar información (35%).

En ese 62% de usuarios (último dato cuantificable, que

con probabilidad incremento hasta en un 80%, según proyecciones)

que utilizan las redes sociales, el mayor porcentaje

(94%) utiliza Facebook, un 91% WhatsApp, 40% Youtube, 17%

Twitter, 15% Instagram y otras de menor frecuencia.

Este panorama es difícil, ya que cada vez son más los niños,

niñas y adolescentes que, muchas veces motivados por su propio

entorno familiar, de amistad y en un permanente conflicto de

desobediencia, característica de su edad, acceden a las redes sociales,

siendo uno de los factores principales para que a posterior

se pueda desencadenar un delito vinculado o conexo a la trata.

Recientes investigaciones de países de la región establecieron,

por ejemplo, que el TikTok, que es una aplicación para

crear y compartir videos cortos, que en los últimos meses ha

crecido mucho por un tipo de moda y el ocio que genera el

periodo de cuarentena, que rige en muchos países por la

pandemia del Covid-19, estaría siendo utilizada por acosadores

y pedófilos para captar y acosar a niñas y adolescentes

que suben su material de forma inocente.

También está el Snapchat, una de las redes sociales de

mayor auge en nuestro país entre los adolescentes por la posibilidad

que da de subir publicaciones que desaparecen en

24 horas, aspecto que llama mucho la atención del público,

ya que suponen que, al desaparecer, las publicaciones no

tendrán repercusión o quedarán en el anonimato; sin embargo,

es esta peculiaridad la que aumenta el riesgo, pues debido

a su inmediatez y caducidad, la aplicación suele prestarse

con facilidad para practicar el sexting.

Está siempre vigente la utilización del Facebook, principal red

social para captar víctimas de trata, tomando en cuenta algunas

variables, como la edad, condición social, emocional y familiar,

nivel de sociabilidad y aislamiento, y la poca cultura digital, que se

puede identificar delictivamente por el tipo de contenido que se

sube el usuario sin ningún tipo de control de padres o familiares.

En este contexto, ha surgido un nuevo escenario en la protección

de la vida privada y, en particular la intimidad de niños,

niñas y adolescentes, poco explorado en nuestro medio,

con un abordaje legal y técnico que, sin embargo, se caracteriza

por la actuación y la identidad on line (en línea) en la interacción

en diferentes plataformas de redes sociales, foros,

algunas aplicaciones, juegos en línea que, reiteramos, por el

efecto de la pandemia provocada por el Covid-19 se convierten

en una distracción actual en muchos hogares.

Muchos de estos juegos como Minecraft, Freefire o Fortnite

te contactan con personas de otros países que se identifican

con una “identidad gamer”, que los hace casi incognitos,

pudiendo presentarse en este entorno y de forma silenciosa

varias variables delictivas, como el ciber-acoso, problemas de

privacidad (información personal que se deja en consolas y

computadoras de escritorio) uso de webcams, depredadores

online, cargos ocultos, malware y otros.

Domingo 27 de septiembre del 2020

11


Otro factor de alto riesgo es el aumento en el uso y los riesgos de las videoconferencias

o videos en streaming, donde el acceso al consumo de video en directo

es cada vez más fácil y habitual. Existen organizaciones que, de forma oculta, ofrecen

este tipo de servicios por webcam con menores. El principal problema es que

dejan un rastro casi nulo; salvo que el pedófilo los grabe, no se almacenan, no se

pueden rastrear, son comunicaciones caracterizadas por ser fugaces.

Estos escenarios han generado una lógica imposibilidad de controlar todo el

flujo de la red de internet que se vincula a nuestro país, surgiendo entonces como

herramienta de lucha principal la prevención, la conscientización y sensibilización

de todos los actores y especialmente de la población vulnerable, siendo el objetivo

de este trabajo llegar a ellos.

En conclusión, la Policía Boliviana, consciente de su rol, ha fortalecido la lucha

contra la trata de personas y delitos conexos mediante la utilización de herramientas

investigativas modernas y de abordaje oportuno del delito, tomando en

cuenta su complejidad, conexitud e integralidad.

Por supuesto, ante esta abrumadora complejidad es necesario llegar a la población

vulnerable (niños, niñas y adolescentes) con información veraz sobre el

riesgo que corren al utilizar la internet sin criterios de control en la accesibilidad

de contenidos, preservación de su identidad e interacción en las redes sociales.

2

do

CATEGORÍA

PROFESIONALES

DE OTRAS CARRERAS

LUGAR

ZULMA QUISPE

TRABAJADORA SOCIAL Y

EDUCADORA PARVULARIA

LA PAZ

CERCANDO A LOS CASI FANTASMAS:

EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

Y SUS ESTIGMAS

Domingo 27 de septiembre del 2020

Entre 2012-2013, Bolivia ocupaba el segundo lugar en violencia

sexual en Latinoamérica, según información de las Naciones

Unidas. De acuerdo a la Defensoría del Pueblo, en ese

mismo periodo de tiempo, siete de cada 10 mujeres habían

sufrido abuso sexual alguna vez en su vida. Se registraron alrededor

de 14.000 denuncias de violencia sexual contra mujeres,

niñas y adolescentes, el 60% de estas agresiones fueron

en los hogares de las víctimas. De ese total de denuncias,

sólo el 0,04% concluyó con una sentencia, porque del 100% de

los casos, el 71,2% fue rechazado por los fiscales debido a la

falta de pruebas; el 41% correspondía a delitos sexuales. Según

datos del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana,

los casos de agresión sexual a menores denunciados entre

2012 y 2013 se ha incrementado de 1.076 a 3.602; es decir,

en un 235%. Si añadimos a estos casos los no denunciados y

los que se quedaban en proceso, las cifras son aún mayores.

Para 2017, el abuso sexual infantil en Bolivia creció en un 28%,

reportándose 304 casos de agresiones; para 2018 éstos subieron

a 435, la mayoría registrados en La Paz y Cochabamba. El abuso

sexual afectó a niños, niñas y adolescentes con discapacidad, según

información de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia

(Felcv). En la mayoría de los casos, los agresores pertenecían

al círculo familiar y los menores desistieron de continuar con el

proceso, por ello sólo se emitieron 11 sentencias condenatorias;

mientras que 31 procesos fueron suspendidos por falta de pruebas

y una decena de los agresores sexuales se beneficiaron con

medidas sustitutivas a la privación de libertad.

Motivos por los cuales se desiste de la denuncia de estos casos:

El agresor(a) es un familiar o conocido.

Desconocimiento de los procesos judiciales.

Duración del proceso muy largo.

Cambios de investigadores y fiscales.

Testimonios repetitivos y traumatizantes ante las instancias

correspondientes.

Menores de edad agresores beneficiados con medidas

sustitutivas.

Cuando la violación, abuso sexual o abuso deshonesto es

consumado no existen castigos ejemplificadores que corten

de raíz el crecimiento de las cifras de este delito año tras año,

los esfuerzos de las diferentes instancias no sirven de mucho

y las leyes no son aplicadas, así lo considera Alicia. (Aquí poner

en alerta al lector que el relato será crudo Ejem: Este es su

testimonio que debido al objetivo de este trabajo mantenemos

tal como lo relató Alicia)

“A mis cinco años mi madre viajó, dejándome con mi hermano

y mi padre. Yo quería dormir con mi padre, y mientras

dormíamos, sentí su mano sobre mi parte intima. Sentí desesperación,

miedo y llore; él despertó sorprendido, no entendía

lo que pasaba; él jamás me tocó, siempre fue muy correcto,

pero no me explico lo que sucedió esa vez.

A mis seis años estaba con mi hermana y su novio; un poco

alejada, jugando con las flores, me dieron ganas de ir a orinar

y me acerqué a un arbusto; ahí apareció un vecino, me habló

y trató de meter su mano debajo de mi falda, mientras hacía

mis necesidades. Miré desesperada hacía donde estaba mi

hermana, pero no pude gritar, ni moverme; sólo sentí miedo

y no quería que ese hombre me tocara. De pronto mi hermana

se acercó y él se fue. No supe qué pasó ni cómo decirlo.

12


A mis siete u ocho años, con mi mamá fuimos a buscar a mi

hermano a una fiesta; ella me dejó en el patio y apareció el novio

de mi hermana y me llevo al baño; comenzó a besarme y decirme

que me quería mucho, metiendo su mano debajo de mi

ropa interior. Comencé a llorar y sentí nuevamente desesperación,

no pude gritar. Mi madre apareció buscándome y él me

soltó. Le dije a mi hermana, llorando, que yo no quería quitarle a

su novio; ella se rió y no me escuchó, le debió parecer algo tonto,

pero fue mi manera de decirle que algo estaba pasando.

A mis 12 años me quede sola en casa y vino el novio de mi

hermana ebrio. Yo le abrí la puerta y me dijo: ‘Juguemos’. Se me

vino encima y empezó a tocarme; llorando sólo rogué a Dios que

me librara de eso, cuando se le cayó el librero de arriba de la

cama encima. Yo corrí llorando hasta donde estaba la señora de

la tienda, pero pude decir qué pasó, sólo esperamos a mi mamá.

No recuerdo bien lo que dije, sólo temblaba y lloraba. Tampoco

conté los eventos anteriores porque no lograba entender ni asociar

la sucesión de los hechos. Mi madre fue a hablar con sus

padres y hermanas (del novio de la hermana) y le respondieron

que si quería podía denunciarlo nomás, pero sus hermanas lo

defendieron y con la no existencia de pruebas, sin conocimiento

de las leyes, ni recursos, todo quedó ahí.

Cuando llegué a la adolescencia, mi comportamiento no

era normal. Mis padres nunca me hablaron de sexualidad, no

sabía ni lo que era la menstruación. En esa etapa ya tenía un

impulso por tocar a otros niños y que me toquen. Yo también

hubiera podido ser una agresora sexual, nunca fui a un psicólogo;

empecé a engordar, quería verme horrible y evitar las

miradas de los hombres, sentía que yo provocaba que intenten

tocarme. Comencé a fajarme los senos, usar ropa de varón,

a ser mal hablada y pelear con los varones de mi edad

para sentir que esta vez podría defenderme.

Había sufrido abuso sexual en varias oportunidades. Tengo

traumas inconscientes que cargaré hasta el día de mi

muerte. Aún veo al vecino que intentó tocarme aquella vez,

quisiera golpearlo, lo odio. En el caso del novio de mi hermana,

recientemente supe que violó a su sobrina de seis años y

me sentí culpable, pienso en esa niña que pude salvar si yo lo

hubiera denunciado a mis 12 años”.

La normativa

Las leyes son claras y pilares fundamentales para las instituciones

e instancias direccionadas a velar por el desarrollo integral

del niño, niña y adolescente y la defensa de sus derechos. Entre

ellas tenemos la Constitución Política del Estado, El Código Niño,

Niña, Adolescente (CNNA Ley 548), la Ley Integral para garantizar

a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) y el Código Penal,

donde se afirma que es deber del Estado, la familia y sociedad

garantizar de manera prioritaria el interés superior del niño,

niña y adolescente basado en sus derechos y la protección.

Todo niño, niña y adolescente tiene derecho a la integridad

física, psicológica y sexual, siendo protegido de la explotación,

maltrato, abuso o negligencia; constituyéndose como violencia

a la acción u omisión que ocasione lesiones, sufrimiento o

perjuicio en la salud física, mental, afectiva y sexual del mismo.

El abuso sexual establece una pena privativa de libertad

de 10 a 15 años en caso de menores, lo cual se replica en el

Código Penal indicando que este delito será sancionado con

privación de libertad de 15 a 20 años. El abuso deshonesto,

que implica actos libidinosos no constitutivos de acceso carnal,

también tiene una sanción de privación de libertad en

caso de menores de 10 a 15 años.

¿Cuántas personas, amigos, conocidos, familiares, habrán

sufrido alguna vez violación, abuso sexual o abuso deshonesto?

¿Cuántas veces? Con agresores libres, arruinando vidas

inocentes, vivimos en una sociedad en la que es muy complejo

entender el comportamiento y las actitudes del otro,

pero es un hecho que los traumas de esta índole nos dejan

afectados de por vida y, muchas veces, provocando una transformación

de víctimas a agresores.

Por qué esperar que un niño, niña o adolescente sufra violación

o abuso sexual para tener las pruebas suficientes para detener

a su agresor y aun así éste continúe libre. En el Art. 149 de

El Código Niño, Niña, Adolescente se habla de control y seguimiento

a las personas con sentencia condenatoria ejecutoriada

por delitos contra la libertad sexual cometidos contra niños, niñas

y adolescentes. ¿Por qué no se hace este control en cuanto

el niño, niña o adolescente da indicios de sufrir acoso sexual o

abuso deshonesto, en nombre de la prevención?, ¿por qué esperar

a que ocurra la violación y mellar la inocencia de éstos?

Es necesario seguir de oficio todas las denuncias de abuso

sexual, violación o abuso deshonesto, aunque se desista del mismo

para prevenir la captación de las siguientes víctimas; además

de proceder a la prohibición de que estas personas tengan

o no cumplida la sanción penal, vivan, trabajen o mantengan

contacto con niños, niñas y adolescentes en cualquier ambiente.

En las instituciones públicas y privadas donde se trabaja

con niños, niñas y adolescentes se debería efectuar un test

psicológico a los trabajadores, formalidad que se da en muy

pocos o casos o en ninguno y es por ello que las agresiones

sexuales, toques impúdicos o acoso sexual tienen mayor incidencia

en los ámbitos educativos.

Las juezas y jueces tienen la obligación de priorizar y agilizar

las investigaciones conforme a ley, donde los testimonios de las

víctimas deberían tomarse máximo dos veces para hallar contradicciones,

ante uno o dos representantes del ente rector. En

los casos de agresores adolescentes no se debería excluir hacerles

un seguimiento psicológico para prevenir la reincidencia.

Es tiempo de combinar la prevención y protección trabajando

con la población que es el centro de nuestro interés; es

decir, socializar desde el nivel inicial y primario estos temas,

desde su capacidad de percepción, usando como ámbito estratégico

a las instituciones educativas, con el objetivo de que

los niños, niñas y adolescentes cuenten con información sobre

sexualidad, prevención de formas de abuso, sobre sus derechos

y sobre las instancias a las que pueden acudir para

hacer su denuncia, brindándoles un ambiente de confianza

donde se sientan protegidos.

Quizás, si entramos en nuestro inconsciente, recordaremos

haber sufrido algún abuso de esta índole, y también nos

volveremos a sentir vulnerables e indefensos. Piense cómo

hubiera sido la vida si alguien le hubiese evitado cargar ese

fantasma que aún está ahí. No es necesario decirlo, pero es

obligatorio actuar. Hay que ir cercando los casi fantasmas

para que vayan desapareciendo; los niños, niñas y adolescentes

merecen una vida feliz, plena y para eso es necesario sanar

a la sociedad, sanar uno mismo. Se vale ser casi feliz, lo

que no se vale es perder las ganas de hacer algo para acabar

con este monstruo del abuso sexual infantil.

Quizás, si entramos en

nuestro inconsciente,

recordaremos haber sufrido

algún abuso de esta índole,

y también nos volveremos

a sentir vulnerables e

indefensos”.

Domingo 27 de septiembre del 2020

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CATEGORÍA

ESTUDIANTES

DE COMUNICACIÓN

LUGAR

CLAUDIA CAMPUZANO

ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN

COCHABAMBA

QUEREMOS

SENTIRNOS LIBRES

Si una persona desconocida te hace comentarios sexuales, invade tu espacio

personal con toques o roces, te toma fotos sin tu consentimiento, o te obliga a

mirar cosas que no quieres ver (bragueta). Eso es ACOSO SEXUAL, y es VIOLEN-

CIA, NADA lo justifica , nunca es tu culpa, es culpa de quien agrede. ¿Qué debes

hacer si esto te pasa? Busca apoyo, enfréntalo, denuncialo a la Policía, pero sobre

todo, NO te quedes callada. Es importante que todos y todas nos unamos

para combatir el acoso sexual y compartamos los espacios públicos sin violencia.

Si tienes un testimonio, cuéntanos librefem@gmail.com

“CÓMO UNA COSA TAN PEQUEÑA

PUEDE SER TAN HUMILLANTE”

“SENTÍ NÁUSEAS, ME ENOJÉ

Y DESPUÉS LO DEJE PASAR”

Domingo 27 de septiembre del 2020

Una de las primeras veces que un tipo me acosó, fue cuando

tenía 13 años. Estaba en el cole y ese día nos tocaba educación

física, así que todas íbamos con short. Los chicos de mi curso ya

pensaban en sexo pero las chicas aún no nos dábamos cuenta

de eso. Yo estaba exponiendo después de educación física y los

chicos usaron el celular de una de las chicas para sacarle foto a

mi trasero. Se empezaron a pasar la foto entre ellos y la dueña

del celular, en lugar de defenderme empezó a difundir la foto.

Todos empezaron a hablar mal de mi como si hubiera querido

que me tomen esa foto. Fue bastante feo la verdad, como una

cosa tan pequeña puede ser tan humillante.

“SIGUE SIENDO ACOSO

AL FIN Y AL CABO”

Anonima, tenía 13 años

Cuando estaba en el preuniversitario, había un chango que se

volvió mi cuate. Nos encontramos en una fiesta, la Madness. Había

tanto borracho que se ofreció a acompañarme a tomar un

taxi. Llegamos a la puerta y me dijo que le debía un beso, yo estaba

confundida y él me dijo en un tono amenazante: “Te acompañé

hasta aquí, me hiciste perder mi tiempo, así que mínimo me

debes un beso”. Yo me fui enojada y nunca más le volví a hablar.

Sufrimos este tipo de cosas casi a diario, a veces parecen cosas

chiquitas, pero sigue siendo acoso, al fin y al cabo.

“ME CULPARON A MI

Y NO A ÉL”

Anonima, tenía 19 años

Estaba en el colegio y estábamos haciendo fila para entregar

una tarea. Uno de los chicos me metió mano en plena

fila y enfrente de los demás del curso, que se empezaron

a reírse de mí. Fue humillante, sentí mucha invasión a

mi privacidad. Me di la vuelta y le di un puñete en su nariz,

el chico comenzó a sangrar y nos llevaron a dirección, pero

me culparon a mí y no a él; y a mí me dio mucha vergüenza

decir lo que había pasado.

Anónima, tenía 14 años

Cuando estaba en la universidad, un tipo que estaba en

la misma carrera que yo, pero un año arriba, tenía una fijación

conmigo. Me enteré que publicaba estatus en su Facebook

sobre mí (yo apenas sabía su nombre, no nos saludabamos,

no éramos amigos, ni siquiera en Facebook). Leí

algunos de sus posts y me pareció muy molestoso e invasivo

porque se notaba que estaba todo el tiempo siguiendo

mis movimientos. Escribía sobre cómo me veía cierto día

sentada en la fuente comiéndome una pera y ese tipo de

detalles perturbadores. Luego consiguió mi correo electrónico

y me envió una carta pretendidamente poética y ridícula,

que era parte confesión de amor, despedida y amenaza.

En ella detallaba mis coqueteos -los cuales supongo

que se imaginó-y observaciones sobre mi cuerpo:

“Te digo la verdad, pero miento, porque sé perfectamente

a qué distancia de tu clavícula izquierda hay un pequeño

lunar que combina con tu cabellera. Miento porque

sí he pensado lo frágil y débil que eres en comparación

conmigo; lo fácil que sería forzarte; lo mucho que me gustaría

escuchar los gritos de mi testosterona, y arrancarte la

ropa, tirar de tu melena y probar los labios de Dánae, tus

labios, hasta sangrarlos”.

Cuando leí su “carta de desamor” sentí náuseas, me enojé

y después lo dejé pasar. Debí haberlo reportado a la autoridades

de la universidad.

“SOLO TUVE QUE

AGUANTARME”

Anónima, tenía 18 años

Hace poco quería subir al trufi y estaba super lleno. Intenté

subir sin hacer caer mi laptop y no me di cuenta que

habían unos chicos que estaban alrededor, sentí que uno

me toco, me enoje y lo empuje para que me diera un espacio.

Se rieron, se acercaron más a mi y empezaron a verme.

No sabía si querían acosarme para robarme la laptop. Me

sentí muy incómoda, nadie en el trufi hizo nada y yo solo

tuve que aguantarme.

Anonima, tenía 18 años

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“CASI LLORO DEL ASCO,

QUERÍA VOMITAR Y ME FUI CORRIENDO”

Una experiencia asquerosa fue cuando a la edad de 16

años, fuimos a la piscina con toda mi familia y yo me metí al

sauna con mi mamá. Ella salió para traernos toallas porque

ya nos íbamos a ir, entonces me quedé sola un rato. En el

sauna había un señor y una señora, después de unos minutos

la señora también salió y se quedó el señor, que tenía

unos 50 años. Yo estaba ahí pensando en otras cosas, pero

en uno de esos ratos escuché un sonido raro, como de un

golpe, me di la vuelta y el tipo sacó su pene, estaba masturbándose

mientras me veía. Casi lloro del asco, quería vomitar

y me fui corriendo. Les conté a mis padres y cuando mi

papá fue a buscarlo, el tipo ya no estaba, así que creyeron

que yo me lo había inventado.

“ESAS COSAS TE ROMPEN

DESDE ADENTRO”

Anónima, tenía 16 años

Cuando tenía 12 años estaba caminando hacia mis clases

del CBA, eran más o menos las dos de la tarde y estaba en

una calle concurrida y céntrica. Vi que desde la misma acera

estaba viniendo del otro lado un hombre de unos treinta

años, aproximadamente, bien vestido, parecía tranquilo. A

medida que me acercaba, me di cuenta que estaba mirando

hacia mi dirección. No le di importancia, pensé que sólo era

mi impresión. Entonces seguí caminando y cuando ya estábamos

cerca nos cruzamos. Él me miró, me agarró las partes

íntimas con fuerza y empezó a hacer sonidos con su boca. Me

quedé pasmada, no supe qué hacer por unos segundos, hasta

que le di un golpe en la mano y salí corriendo. Realmente

no procesaba lo que acababa de pasar.

Llegué al CBA y les conté a mis amigos pero pensaron que era

imposible que me pasara eso y nadie me creyó. No podía describir

al hombre, se me olvidaron sus facciones por el susto, sólo me

acuerdo que era alto, de tez clara, joven y no parecía amenazante,

hasta que hizo eso y su mirada se llenó de odio. Realmente desearía

que ninguna mujer tenga que pasar por cosas similares,

menos cuando eres pequeña e inocente. Esas cosas te rompen

desde adentro y te das cuenta cuando eres mayor.

“ME INCOMODÓ AL PUNTO

DE QUERER HUIR DE AHÍ”

Anónima, tenía 12 años

Cuando iba a el colegio y pasaba por un pésimo momento

emocional, familiar y escolar, mis amigos acudieron al psicólogo

del colegio (hombre de 30 y tantos) para que me ayudara.

Recuerdo que asistí después de clases. Entré a su oficina,

con sillas y mesas para pre-escolares, y me hizo comenzar a

hablar del tema. Estaba todo bien, hasta que me puse a llorar

por la presión que sentía emocionalmente hablando, y fue

ahí cuando ocurrió algo que aún siento que no estuvo bien.

Era la primera vez en su consulta. Este hombre se acercó a mí

y me abrazó fuertemente, me apretó contra su cuerpo y me

acarició lentamente con sus dedos toda la espalda. Algo me

dijo -algo que ya no recuerdo-, pero después de eso nunca

más fui al psicólogo del colegio. Tengo aún esa sensación de

sentir que soy cuática, que quizás sólo me abrazó para reconfortarme,

pero yo no lo pedí, tenía sólo 14 años, y me incomodó

al punto de querer huir de ahí y temer por mi seguridad,

mi cuerpo y mi persona.

“YO ERA TAN PEQUEÑA

Y ME QUEDÉ EN SHOCK”

Anónima, tenía 14 años.

Cuando tenía cerca de 12 años, mis papás me insistían que

pidiera radiotaxi para cualquier lugar al fuera, por seguridad.

Ese día yo tenía una audición para el ballet, se me hizo tarde y

no me importó tomar un taxi de la calle. Cuando me subí note

que había un olor extraño, como de caucho quemado, pero

ahora que lo pienso era marihuana. En ese momento no me

pareció muy importante. Le dije la dirección, el taxista se dio

vuelta y parecía un poco distraído, con los ojos rojos; yo no lo

juzgue y le repetí la dirección. Minutos después vi que se estaba

desviando del camino, yo lo enfrente y le dije que no era por esa

dirección, pero no me respondió. El auto se quedó en el semáforo

en rojo, y como el taxista no se movía me incorporé hacia

delante, entonces me miró como retandome y vi que tenía su

pene afuera. Yo era tan pequeña y me quedé en shock.

“ME SENTÍ SUCIA,

VIOLENTADA”

Anónima, tenía 12 años.

El primer acoso fuerte que tuve fue a mis 16 años. Estaba de

viaje. Me acuerdo que estábamos yendo a cenar a un lugar y al

volver me quedé esperando con mis amigos, en la puerta del

hotel, que quedaba cerca de boliches. De pronto sentí dos manos

agarrando mi trasero. Yo me quedé paralizada y comencé a

llorar, cuando vi quién era, resultó un borracho de unos 40 años.

Me quedé llorando. Mis amigos le gritaron cosas pero el borracho

sólo siguió mi camino. Me sentí sucia, violentada.

“POR CULPA DE ESTE TIPO

NO FUI MÁS AL TALLER”

Anónima, tenía 16 años

Me inscribí en un taller de danza cuando tenía 16 años. El

profesor era un hombre de unos 34 años y nos recibió a todos

amablemente, pero a mí me trató, desde el primer momento,

como si fuéramos amigos o nos conociéramos. Al principio

no me pareció mal, lo encontré amable, pero a las dos clases

que fui no dejaba de mirar mis senos cuando saltaba la cuerda

o para “ayudarme” a elongar en posiciones súper incómodas.

Además, me ocupaba como “modelo” de todos sus ejercicios

y aprovechaba de tocarme la cintura o las piernas.

Pasaron dos días y me lo encontré en el patio. Me miró de pies

a cabeza y me dijo: “¡Woow, qué guapa!” y se sentó en mi mesa

sin pedir permiso. Me invitó a andar en bicicleta, le dije que no,

pero como me negué me ofreció ir a cenar. Nuevamente le dije

que no. Me preguntó: “¿Entonces vamos por un sándwich?”, respondí

que no, gracias. “¿Entonces vemos películas en mi casa?”.

Fue tan insistente que se me salió un “ya no seas cargoso”. Ahí

me miró con muy mala cara y me dijo: “Mejor, porque las mujeres

comen y toman mucho”. Por culpa de este tipo ya no fui más al

taller, porque no quiero ver su cara y aguantar sus miradas.

Anónima, tenía 16 años

Domingo 27 de septiembre del 2020

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CATEGORÍA

ESTUDIANTES

DE COMUNICACIÓN

LUGAR

MILTON CONDORI APAZA

ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN

LA PAZ

MERCEDES MORENO,

UN RECUERDO CON

FORMA DE VIOLENCIA

Domingo 27 de septiembre del 2020

Ella tenía el pelo algo rubio y estaba suelto; los ojos negros

como tajos, los labios algo resecos, los cachetes rojos, como si

le faltara aire para respirar. A veces, uno o dos recuerdos pueden

cambiarlo todo: quizá por eso los recuerdos son siempre

negros. Ella hablaba desde el banco, al lado mío; estábamos a

medio metro, pero teníamos que hablarnos como desconocidos.

Ella me decía que ya no podía recordar más, que ya llevaba

muchos años recordando.

-Mi padre siempre fue violento con nosotros.

-¿Con quiénes más era violento tu papá?

-Con todos: con mi mamá, con mis hermanos, conmigo,

con todos.

-¿Y por qué era violento?

-No lo sé, pero era violento con nosotros.

Me miraba con los labios apretados, con su mezcla de miedo

y desafío. Me miraba como quien subraya esos recuerdos

malos con lápiz rojo. Claro que sé, Milton, ¿crees qué se puede

vivir sin recordar? ¿Crees que es fácil no recordar? Ella me

miraba como quien mira con la mirada insospechada, llena

de dudas. A ver si tú eres capaz de escuchar todos mis recuerdos.

Yo me quedé callado, y ella habló:

-Es pues difícil recordar lo que uno pasa. Es difícil recordar

al hombre que me golpeaba. Es difícil recordar a mi padre.

-¿Y cómo son tus recuerdos?

-Cómo van a ser pues: dolorosos, obvio. Ningún recuerdo

mío es bello. Mi padre era un borracho. Siempre que ganaba

algo en su trabajo de albañil se lo gastaba en sus cervezas, y

cuando no tenía, pues se desquitaba con nosotros.

Mercedes Moreno lleva siempre una chamarra, aunque llueva

o haga calor, siempre lleva puesta una chamarra. Lleva una

mochila de color negro, de un solo agarrador, un paraguas, un

cuaderno y alguno que otro libro. Yo pregunto y ella responde:

-¿Por qué se decidieron venirse hasta La Paz?

-Porque queríamos huir de mi papá.

-¿Era porque su papá era violento?

-Sí, por eso nos vinimos a La Paz.

¿Hace cuánto tiempo ya viven en La Paz?

-Desde que mi papá casi me rompe mi rodilla derecha.

En agosto de 2001, una noche que debe ser olvidada, el padre

de Mercedes, Víctor Moreno, llegó totalmente ebrio a su casa. Vio

que todo estaba tranquilo y quiso empezar un jolgorio dentro de

su vivienda. Mercedes que tenía, en ese entonces, cinco años,

estaba en la sala, junto a sus hermanos y a su madre. Todo estaba

tranquilo, hasta que llegó su padre a darles una tunda. La

golpiza seguía, los hermanos corrían, la madre sólo lloraba. La

peor parte se la llevó Mercedes: la tomó del brazo, la tiró al piso, la

golpeó hasta casi quebrarle la rodilla derecha. Todos temían la

irá de Víctor. Tres años después, la familia de Mercedes, encabezada

por su madre, se trasladó hacia La Paz.

Ahora, sentada en una banca, en el edificio que alberga a

la carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de

San Andrés (UMSA), me habla esbozando una sonrisa, no sé si

sea falsa, pero está en sus labios:

-Esa noche fue extraña para mí, mis hermanos pensábamos

en que nos iba a pegar y eso pasó. Decíamos que debimos

irnos al cuarto donde todos dormíamos, pero no quisimos.

Parecía que estábamos acostumbrados a esos golpes.

-¿Qué pasó después?

-Llegamos a la terminal. Nos quedamos en la casa de uno

de mis familiares, más bien la familia de mi mamá nos alojó

en su casita. Todos entramos sin quejarnos.

-¿Y tu papá?

-Él llegó dos semanas después. Llegó molesto con ganas

de querer pegarnos, pero mi tío lo frenó y lo amenazó con la

cárcel. Ahí recién tuvimos algo de calma.

Mercedes Moreno nació en Beni, Bolivia, el 24 de septiembre

de 1995, en un hogar de clase media sin holguras. La familia

tenía chacos que su padre de vez en cuando trabajaba. La

soledad del campo lleno de vegetación siempre acompañaba

a la familia Moreno.

Mercedes trabajó desde pequeña. Su madre y su padrastro

pagaron en La Paz la cirugía para ponerle los dos tornillos

de plástico que tiene a la altura de su rótula derecha. Trabajó

de cocinera, oficio que le encanta, sobre todo cuando prepara

platos tradicionales con condimentos que te dejan probar

la imaginación para reinventar el arte culinario.

Cuando cumplió 19 años ya había decidido estudiar Comunicación

Social en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

Desde chica quería dos cosas: escribir sobre comida y hacer periodismo.

Cuando comprendió que no podía contar con la ayuda

de su madre, ni de su padrastro, decidió hacerlo por sus propios

medios. Su padre, que casi le quebró la pierna derecha y los había

dejado, ahora vive con ellos, aunque su madre se casó de

nuevo, pero aun así no encontró el apoyo que necesita; entonces

tuvo que cocinar para ganarse la vida y poder estudiar.

-No, la vida me golpeó, tuve que levantarme aún con mi

rodilla mala. Trabajé casi de todo: en mi chaco, ayudando en

la cocina, ahí me di cuenta de los olores distintos, en sí, cosas

que cautiven el olfato.

-¿Y nunca pensaste quedarte en Beni?

-No, era difícil. Mi rodilla estaba peor y no había sitios donde

poder operarme. Además de eso, no teníamos dinero y

éramos muchos hermanos.

-¿Y cómo estás ahora?

-Pues bien. Todo bien. Vivo, irónicamente, con mi padre

biológico, mi padrastro y mi madre. Cosa rara. Apreció más a

mi padrastro que a mi padre biológico.

Mercedes es cálida. Pese a que sufre transmite optimismo

con su sonrisa y su entereza de que se puede cambiar.

-¿Y qué buscabas en tu vida?

-Vivir, eso buscaba.

En 2013, Evo Morales promulgó la Ley 348 Integral para Garantizar

a las mujeres una vida libre de violencia, que establece

medidas integrales de prevención y protección para ellas.

Esa promulgación fue impulsada por un hecho: el asesinato

o, más propiamente, el feminicidio de la periodista Hanalí

16


Me miraba con los labios apretados,

con su mezcla de miedo y desafío.

Me miraba como quien subraya esos

recuerdos malos con lápiz rojo”.

Huaycho, perpetrado por su esposo, el teniente de policía Jorge

Clavijo, el 11 de febrero de 2013.

Si bien este crimen, que repercutió en toda Bolivia, impulsó

la promulgación de la Ley 348, ésta aún necesita de la sociedad

para ser implementada integralmente, una muestra de esta necesidad

son los reportes de los medios de comunicación que

muestran el incremento permanente de los casos de feminicidios.

Hasta julio de este año, en plena pandemia del coronavirus,

de acuerdo al periódico Página Siete se registraron al menos

65 feminicidios, que, como efecto colateral, dejaron a 59

niños en la orfandad. Bajo ese panorama, se puede afirmar que

la Ley 348 nunca frenó la violencia contra las mujeres.

Mercedes, víctima de esa violencia desde niña, en manos

de su propio padre, me mira y recuerda el dolor de los golpes

que le propinaba su progenitor. Sus ojos grandes sólo se quedan

mirándome.

En su obra Pelando una cebolla, Günter Grass decía que el

recuerdo es semejante a una cebolla. Porque cada vez que se

recuerda, se pela una cebolla y cada capa de ella arrebata una

lágrima al hombre que la pela. Grass añade que el recuerdo

es el peor dolor que el hombre ha inventado.

Los recuerdos de Mercedes no le traen más que dolor. Me

dice algo que creo puede ser cierto: Sabes, Milton, el hombre ha

inventado excusas para justificar la violencia. No importa lo que

usen para justificarla, la religión, la filosofía, los recursos, la tierra,

la venganza, el amor, incluso el placer; no importa cuán triviales

sean los motivos, todas son causas válidas para la violencia.

Pienso que siempre habrá violencia, las razones se pueden ver

después, el problema es la condición humana misma.

Mercedes tiene algo claro: la violencia puede darse por todos

los motivos que ella ha mencionado. Incluso, el mismo

hecho de recordar lo que vivió es violencia. No sabe por qué,

pero me dice que la violencia siempre estará con el hombre,

que nada puede detenerla y que la paz no llega aunque hagamos

cosas buenas.

El filósofo Immanuel Kant señalaba que la paz “perpetua”

es un pleonasmo y afirmaba que es la más difícil de conseguir,

que por más buenas que sean las pueda alcanzar. Kant

indicaba que la violencia es inmanente de cualquier hombre,

de cualquier nación. Que la violencia, a diferencia de la paz, se

la puede conseguir en cualquier momento, en cualquier lugar

y por cualquier medio. No hay cosa más ilusoria que la

paz, según Kant, y, al parecer, tenía razón: Bolivia tiene una

ley que por motivos de quién sabe, hasta ahora no logra establecer

una sociedad libre de violencia.

Entonces, Kant tenía razón, si una nación, por algún motivo

o por cualquier medio, consiguiese la paz, en ese momento

esa nación crearía una utopía. Mercedes lo planteó de manera

distinta: el hombre siempre busca justificar la violencia.

Que, traducido, viene a ser lo que diría Thomas Hobbes: El

hombre es lobo del mismo hombre. Y Mercedes entendió

ambos conceptos por medio de la experiencia.

Mercedes tiene razón en algo, la violencia es condición idónea

del hombre, que, por más que se quiera pararla, siempre

encuentra un justificativo para ejercerla. Mercedes me mira, sigue

sentada en esa banca de la UMSA, y me dice que el justificativo

que su padre usaba para ser violento era que estaba borracho.

No comprende por qué las golpeaba si decía que las

amabas.

-Es gracioso, mi papá decía amarnos, pero nos pegaba.

Creo que era un amor duro.

Bromea, se ríe, me mira y suelta un suspiro antes de lanzar

su conclusión:

-Pero esa clase de amor a nosotros nos dolía.

er

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CATEGORÍA

ESTUDIANTES

DE OTRAS CARRERAS

LUGAR

AMEYRA URURI

ESTUDIANTE DE INGENIERÍA FINANCIERA

SANTA CRUZ

VIOLENCIA COMERCIAL

CONTRA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

La violencia sexual comercial (VSC) contra niños, niñas y

adolescente con fines de explotación sexual es la forma más

extrema en que se manifiesta esta violencia. Cualquier forma

de violencia sexual es un problema social que tiene consecuencias

en la vida, en el entorno y en todo y en cada uno de

los contextos en los que el niño o niña se desarrolla.

Decenas de miles de niños cada año están siendo privados

de su libertad y niñez por abusadores físicos, sexuales y emocionales,

o por cuidadores que los descuidan, lo que hace que

la violencia sexual comercial sea tan común como impactante.

Esto afecta a muchos niños en todo el mundo, ya sea de

forma emocional, o de abuso físico, abuso sexual, negligencia

y violencia doméstica.

Domingo 27 de septiembre del 2020

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Domingo 27 de septiembre del 2020

Es un mito que la violencia es inevitable en un conflicto.

No hay nada inevitable en ello; es un arma de guerra dirigida

a civiles, todo gira en torno al poder. Tenemos que acabar con

la impunidad y hacer que la justicia sea una norma y no la

excepción en estos crímenes, necesitamos voluntad política y

tenemos que tratar este tema como una prioridad; tenemos

que tomar las riendas e ir detrás de esos perpetradores sexuales,

proxenetas de niño, niña y adolescentes, encontrar

protección para las personas vulnerables. La cantidad de violentadores

sexuales libres causa sentimiento de vergüenza;

ellos sienten que están por encima de las leyes, porque la ley

raramente cae sobre ellos y la sociedad lo tolera.

Los niños, niñas y adolescentes (NNyA) víctimas de la violencia

sexual comercial con frecuencia callan: por miedo, culpa,

impotencia, desvalimiento, vergüenza, miedo a humillados

y estigmatizados. Este trauma psíquico se potencia con el paso

del tiempo, cuando la consciencia de lo sucedido es mayor.

Debemos enviar un mensaje alrededor del mundo de que no

hay ninguna desgracia al ser una superviviente de la violencia

sexual comercial y que la vergüenza está en el violentador sexual.

Debemos trabajar juntos atravesando barreras, religiones,

trayendo a gobiernos y a la gente, batallando con el problema

de todos los ángulos posibles y para esto debemos acabar con

la violencia sexual comercial como un arma de guerra.

Generalmente, quienes cometen estos actos pertenecen

al género masculino, aunque también existe una proporción

minoritaria de mujeres.

La violencia sexual comercial contra niños, niñas y adolescentes

se ejerce al pagar, en dinero o especie, para mantener cualquier

tipo de actividad sexual, erótica o pornográfica con un

niño, niña o adolescente. Es una forma, aunque no la única, de

maltrato infantil. El abuso sexual y la violencia sexual comercial

son un crimen y una violación severa de los derechos de la niñez.

Es conocida también como explotación sexual infantil o

explotación sexual comercial infantil y se diferencia de la violencia

sexual por existir ese pago o transacción económica. El

término violencia sexual comercial ha sido acuñado en Bolivia

con el objetivo de dar énfasis a la violencia que representa

y no a la transacción comercial explotadora.

Quienes cometen este delito muchas veces se justifican

argumentando que están “pagando por un servicio” o que

“es un trabajo”; sin embargo, esta situación no es verdad,

quien paga por tener algún tipo de actividad sexual con una

niña, niño o adolescente está cometiendo un delito.

La violencia sexual comercial no es una “forma de trabajo”,

no es correcto pensar en “niñas/adolescentes siendo víctimas

de violencia sexual comercial”.

¿Quiénes cometen estos delitos?

El violentador, mal llamado “cliente”, es quien paga en

dinero, directamente o a tercera persona, para mantener

cualquier tipo de actividad sexual, erótica o pornográfica

con un niño, niña y adolescente.

El o la proxeneta que facilita, contribuye o controla la

actividad sexual y se beneficia de la misma.

La violencia sexual comercial (VSC) se presenta también

vinculada a situaciones de trata, es decir, situaciones en las

que una niña, niño o adolescente es reclutado/a o captado/a,

trasladado/a y acogido/a en un lugar diferente al de su origen,

para luego explotarlos/as mediante la violencia sexual comercial

a través de la figura del proxeneta, en estos casos se habla

de trata con fines de violencia sexual comercial (Ley No 263).

Existen muchos factores que llevan a una niña, niño o adolescente

a vivir situaciones de violencia sexual comercial. Por

un lado, puede vincularse a necesidades económicas en el

hogar, violencia y huida de casa y la búsqueda del autosustento,

así como la dependencia a alguna sustancia o la explotación

por parte de un proxeneta.

Existen poblaciones altamente vulnerables a este delito,

como por ejemplo las niñas, niños y adolescentes en

situación de calle, quienes han encontrado en esta forma

de violencia un medio de subsistencia, sin comprender

que ellos y ellas son víctimas de adultos que aprovechan

su situación para explotarlos y violentarlos.

Sin importar su origen, quienes viven situación de violencia

sexual comercial sufren graves trastornos emocionales,

psicológicos y físicos. La violencia física implícita y explícita es

una constante en sus vidas.

Son frecuentes los cuadros de depresión que pueden llevar

incluso al suicidio. Se presentan trastornos severos de

conducta; abuso de sustancias (drogadicción y/o alcoholismo),

inseguridad, desconfianza, agresividad, vergüenza, miedo,

culpa y baja autoestima.

Por otra parte, son estigmatizados por sus comunidades y

condenados a la exclusión y el aislamiento. Su desarrollo se ve

comprometido de manera integral haciendo más difícil mantenerse

y vivir como adultos independientes.

Antes que nada...

No podemos ser indiferentes ante una víctima de violencia

sexual comercial. Por obligación legal, por humildad, por

solidaridad y por empatía.

¿Cómo ocurre?

A pesar de ser un delito, la violencia sexual comercial no se

esconde, sucede en los espacios más comunes de una ciudad

o comunidad, desde la salida de una escuela hasta la

presencia de adolescentes en casas de cita.

Es responsabilidad de toda la comunidad prevenir y denunciar

toda forma de violencia. No naturalicemos ni cerremos

los ojos a ningún acto, práctica o comportamiento que

ponga en riesgo a nuestra niñez y adolescencia.

Ante el conocimiento de una violencia sexual comercial cometida

contra un niño es crucial adoptar una serie de medidas.

Las siguientes preguntas orientan las decisiones a tomar.

¿Cómo reaccionó el niño, niña o adolescente?

¿Qué dice? ¿Qué calla?

¿Qué dicen sus silencios?

Escucha adecuada

Es igualmente crucial realizar una escucha adecuada: permanecer

calmado, escuchar cuidadosamente y nunca culpar

ni juzgar al niño.

La información inicial revelada por la víctima ayudará a determinar

la dirección a seguir.

Se tendrán en cuenta varios aspectos.

¿Hay una urgencia médica?

¿Existe riesgo para la salud o la vida del niño, niña o

adolescente?

¿Se requiere asistencia psicológica inmediata?

¿Es necesario implementar medidas de protección?

En todos los casos se deben tomar recaudos para proteger

al niño, niña o adolescente. Esa protección implica, entre

otras medidas, procurar que reciba contención y atención inmediatas,

y dar intervención a la Justicia.

Es importante asegurarle que no es su culpa y reforzar en

él/ella la idea de que fue muy valiente al atreverse a develar lo

sucedido, ya que representa el inicio de su recuperación. Después

de agradecerle por haberlo contado, garantizarle que se

le proporcionará asistencia y protección. Inmediatamente,

buscar ayuda.

Nunca se debe obligar al niño a hablar en el ámbito familiar

frente al adulto sospechado, y mucho menos enfrentarlo con él.

Ley No 263, Ley integral contra la trata y tráfico de personas:

la trata de personas es un delito por el cual el tratante

capta a sus víctimas mediante el engaño, la amenaza

o coacción para trasladarla a otra ciudad o país, privarla

de su libertad y explotarla con los siguientes fines:

Venta de seres humanos con o sin fines de lucro

Explotación sexual comercial

Explotación laboral

Comercialización de órganos y tejidos, etcétera.

Tiene una sanción de 10 a 15 años de cárcel.

La Ley No 243 contra el acoso y violencia política hacia

las mujeres indica que el Estado previene y sanciona

cualquier forma de violencia contra la mujer. Es obligación

del Estado adoptar mecanismo para disminuir las

brechas de desigualdad entre mujeres y hombres

Ley 348, Ley integral para garantizar a las mujeres una

vida libre de violencia, tiene por objeto establecer mecanismo

medidas y políticas integrales de prevención,

atención, protección a mujeres en situación de violencia,

así como la persecución y sanción a los agresores

con el fin de garantizar a las mujeres una vida digna y el

ejercicio pleno de sus derechos de vivir bien.

Ley No 548 Código niña, niño y adolescente tiene por

objeto reconocer, desarrollar y regular el ejercicio de los

niño, niña y adolescente, implementando un sistema

18


plurinacional integral de la niña, niño y adolescente

para la garantía de sus derechos mediante la correspondencia

del Estado, la familia y la sociedad.

Medidas de prevención

Es crítico enfocarse en la detección y prevención. Para ello,

resulta fundamental favorecer la comunicación con los NNyA

desde que nacen. Hay numerosos programas diseñados para

enseñarles desde pequeñas nociones acerca de su seguridad,

los límites saludables y las diferencias entre tocamientos

buenos, confusos y malos

A continuación, se ofrecen consejos prácticos para alentar

a los niños y las niñas a ser abiertamente comunicativos acerca

de cuestiones sexuales.

Enseñe a los niños y las niñas que no deber recibir nada

ni hablar con desconocidos.

Enfatice que el violentador puede ser tanto un familiar,

como una persona conocida o desconocida.

Hágales saber que tienen el derecho de decidir acerca

de su propio cuerpo.

Bríndeles seguridad en sí mismos. Anímelos a decir ¡NO!

cuando no deseen ser tocados, aún en formas que no sean

sexuales (rehusando cortésmente abrazos, por ejemplo).

Deje en claro que desde los tres años de edad ya no

necesitan ayuda de otros, adultos o adolescentes para

ocuparse de sus partes íntimas. Promueva la autonomía

del niño para ir al baño, vestirse y bañarse.

Enseñe a los NNyA a cuidar sus propias partes íntimas

para que no tengan que depender de otros.

Enseñe la diferencia entre los buenos secretos (una fiesta

sorpresa) y los malos secretos. ¿Qué es un mal secreto?

Aquel que se supone que los niños deben guardar

por siempre y esconder acciones que no están bien.

do

2

CATEGORÍA

ESTUDIANTES

DE OTRAS CARRERAS

LUGAR

ANGELA CATACORA

ESTUDIANTE DE TRABAJO SOCIAL

LA PAZ

CON LOS OJOS ABIERTOS

Y LA MIRADA PERDIDA

Bolivia es un país plurinacional y de contradicciones donde

nos regimos por los cambios y/o avances sobre los derechos

humanos que hubo en la Constitución, normas y leyes

que reglamentan la vida de los niños, niñas y adolescentes

con la intención de mejorar su calidad de vida, los cuales presentan

grandes sesgos al momento de su aplicación, ya sea

por falta de presupuesto, de recursos humanos o falta de un

conocimiento profundo sobre la realidad que atraviesa su población.

Detrás de sus múltiples caretas bien maquilladas

con leyes, encontramos un rostro lastimado, lacerado, vendido

y apartado, en cuyos ojos se ve una inocencia perdida; este

es el rostro de las niñas, niños y adolescentes que han sido

encadenados por la bestia que negocia con sus vidas; hablamos

del comercio sexual infantil.

Según la Convención sobre los Derechos del Niño, el

tráfico de niñas, niños y adolescentes con fines sexuales se

aplica a todos los actos que impliquen el reclutamiento o

transporte de personas adentro o entre fronteras, implica

engaños, coerción o fuerza, esclavitud, por deudas o fraude,

con el propósito de colocar a las personas en situaciones

de abuso o explotación, tales como la prostitución forzada,

prácticas de tipo esclavista, golpizas o crueldad

extrema; trabajo en condiciones de explotación o de servicios

domésticos explotadores.

Domingo 27 de septiembre del 2020

19


De esta forma entendemos al comercio sexual infantil como

aquella relación donde hay un vendedor (proxeneta o tratante) y

un cliente (persona que paga por el servicio) y en el medio se encuentra

el producto a negociar (el cuerpo de los niños, niñas y

adolescentes en calidad de víctimas).

Considerando como un referente la temática, y al ser uno

de los principales focos de comercialización sexual en Bolivia,

tenemos a la ciudad de El Alto, una ciudad que ha crecido este

último tiempo, alcanzando la cifra de 922.598 habitantes para

el 2018, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta

urbe presenta una población heterogénea (al ser en su mayoría

migrante del área rural) en su cultura y su forma de vida,

creándose así una interesante fusión entre la cultura aymara

originaria y la influencia del mundo moderno y la globalización,

lo que le otorga mucho potencial a esta ciudad.

Sin embargo, esta ciudad que ha construido su identidad

propia, nos muestra una cara diferente cuando cae la noche,

pues en ella se concentra una gran actividad de comercio sexual

en la que, lastimosamente, niñas, niños y adolescentes

no están exentos de este mundo y son comercializados a diario

por proxenetas o “tías” (mujeres dedicadas al tráfico sexual

de niños, niñas y adolescentes). Hombres y mujeres que

a causa del interés y la avaricia cambian su lente y dejan de

ver a las niñas, niños y adolescentes como sujetos, sino como

una oportunidad para sacar buenos réditos.

Esta problemática no es un tema nuevo ni oculto en nuestro

medio, pues tanto las autoridades como la prensa y la población

en general tienen conocimiento al respecto. Estamos al tanto

de que hay niñas, niños y adolescentes en esta situación, pero

cuando el conocer no es suficiente y se pone en cuestión el por

qué no se hace nada al respecto, nos estrellamos con respuestas

como: “¿Qué podemos hacer? “Si así nomás es…”.

Y a pesar de saber lo malo de esta situación, saber que es

un delito atroz, de tanto escucharlo en los medios de comunicación

y en las calles, en la boca de aquella señora de la

tienda que sabe lo que sucede en la licorería de la esquina, al

parecer lo hemos naturalizado, y así la violencia naturalizada

y sistematizada - principalmente sexual, física y psicológica -

es fruto de una sociedad machista de estructura patriarcal,

como lo es la nuestra, en la que el principal blanco de sus

operaciones son las adolescentes mujeres y niñas.

Ante esta evidencia viva, es vital hablar de género cuando se

habla de comercio sexual, es así como podemos ver en la investigación

de explotación sexual y comercial de niñas, niños y adolescentes

en las ciudades de El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa

Cruz de la Sierra, realizadas por encargo de UNICEF y OIT-IPEC,

en coordinación con el Ministerio de Trabajo y la Comisión Nacional

de Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil, que: “…Perviven

ideas, concepciones y valores construidos socialmente que

tienden a la desvalorización de la identidad de la mujer como

persona. Así, se la reduce a un objeto sexual y a su papel reproductor.

En tanto que la socialización de los varones responde a

las ideas de poder, dominio, agresividad y libertad sexual”.

Y es así, como producto de este sistema, que muchos niños,

niñas y adolescentes se ven inmersos en un mundo de la

trata, comercio, violencia sexual y vulnerabilidad de derechos;

es decir, niños, niñas y adolescentes a los que por un par de

pesos se les ha robado sus sueños, se ha perpetrado en lo

más profundo su inocencia, mellando su dignidad como seres

humanos a causa un arranque primitivo carnal mal enseñado.

El deseo sexual nubla la sensibilidad y sensatez de muchos

hombres (padres de familia, seguramente), de aquellos

que acuden a los lenocinios para sucumbir en sus deseos

más bajos, sin importar cuántas vidas destruyan y es que en

la ciudad de El Alto estas vidas tienen un precio. Los sueños

tienen un precio, los cuerpos tienen un precio y así la inocencia

es puesta a la cómplices directos de este delito.

Si bien en Bolivia el trabajo infantil es legal, desde que éste

se ha autorizado con carácter excepcional y oficial, a partir de

los 10 años de edad, en el nuevo código de la infancia y la adolescencia

(Ley Nº 548, Capítulo VI), promulgado el 17 de julio de

2014, ley que al ser muy controversial ha dado de qué hablar y

sobre todo de qué preocuparse a los organismos internacionales

que velan por la niñez en el mundo; se ven muchos niños,

niñas y adolescentes, que a una edad temprana (incluso menores

de los 10 años), empujados por la necesidad de aportar a

su economía familiar se ven obligados a salir a las calles en

busca de ingresos, o que al verse en la soledad, el trabajo es

una vía de supervivencia para ellas y ellos, o, en otros casos, en

los que el trabajo se convierte en una salida a los problemas

que hay en la familia –violencia intrafamiliar principalmentefactores

que influyen y colocan a estos niños, niñas y adolescentes

en una posición vulnerable y de riesgo, ya que son más

propensos a caer en las redes del comercio sexual.

En cuanto a las condiciones de trabajo, la violencia sexual comercial

contra niñas, niños y adolescentes está considera, por la

Organización Internacional del Trabajo, entre las peores formas

de trabajo infantil, junto con los trabajos en la minas y la zafra. La

Encuesta a Niñas, Niños y Adolescentes, realizada por el INE en

2016, identificó que 154 mil niñas niños y adolescentes realizaban

trabajos o actividades laborales peligrosas en Bolivia.

Y así, de forma sistemática, se daña la integridad de

nuestros niños, niñas y adolescentes, anulando su calidad

de seres humanos que “gozan” de derechos y, sobre todo,

“gozan” de libertad. Esto sigue siendo un tema latente que

se está fracturando día a día. Peso a peso que se paga por

el servicio va dejando secuelas infaustas en las vidas de dichos

niños, niñas y adolescentes.

De esta forma, es que debemos abordar este delicado

tema, desde una mirada social. Partiendo desde un punto de

vista analítico, nos tocaría reflexionar sobre la naturalidad con

la que vemos a esta clase de delito, testigos y no testigos de

estos hechos, sin entrar en consciencia de la magnitud del

daño que implica a las vidas de estas niñas, niños y adolescentes

que, se supone, debemos proteger y garantizar su

bienestar, así como las consecuencias que tiene a nivel social,

analizar para poder reaccionar ante este tipo de problemas y

así tomar acciones que disminuyan esta clase de delito y a

futuro poder erradicarlo por completo.

Si hablamos de tomar acciones sobre el tema, podemos

partir de la realización de un diagnóstico social, ya que al no

tener cifras ni datos exactos de esta población en específico,

es necesario para los “no clientes”, el acceso a este mundo es

restringido y difícil de llegar a él.

A niveles intermedio y macro es imperativo alcanzar la incidencia

política para la construcción e implementación de

políticas sociales para este sector, dirigidas a la prevención

mediante una identificación de las principales causas, así

como la creación de más centros de acogida, orientados al

rescate y tratamiento de las secuelas en los niños, niñas y

adolescentes que han sido víctimas de estas redes.

Por otro lado, y como una forma de frenar este cruel delito,

es necesario establecer sanciones penales fuertes para los actores

que participan en este escenario, siendo los victimarios

los proxenetas, y los clientes, como cómplices directos, por lo

que el sistema de justicia debe reforzar sus mecanismos de

penalización ante estos actos, garantizando así la protección a

las niñas, niños y adolescentes involucrados en este hecho.

Domingo 27 de septiembre del 2020

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