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Branding, Diseño Gráfico y Editorial
Marketing Online y Social Media
Gestión de Medios de Comunicación
Desarrollo Web
Producción Audiovisual y Fotografía
Consultoría
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3
siroco mAGAZINE
es un proyecto original de
EDITOR
Curro Espinar
REDACCIÓN
Yolanda Olivares
Francis Mena
Sandra Domínguez
DISEÑO Y MAQUETACIÓN
David Palacios
6.
EDITORIAL
8.
BREXIT
La vida que la Verja
no detiene
STAFF
FOTOGRAFÍA
Cuco de Frutos - Foto Portada
Manolo González
Juan Manuel Galindo
Francis Mena
Turismo Jimena de la Frontera
Agencia Aleteia
Javier Elorriaga
David Barros
Sophie Triay
RFEBM / J.L. Recio
IMPRESIÓN
P&R Grafis
www.siroco.8directo.com
www.8directo.com
Marketing: comercial@8directo.com
Redacción: redaccion@8directo.com
(+34) 956 771 218
Siroco Magazine publicada por
EDITORES HUPA S.L. CIF: B-72299357
Depósito Legal: CA 414-2020
C/Cabotaje, 16 · Oficina 202, 2ª Planta
Parque Empresarial Las Marismas ·
11379 · Los Barrios (Cádiz)
22.
VÍCTOR CLAVIJO
“Se ha demostrado que sin
la cultura es aún más difícil
sobrevivir”
16.
CAMINANTE,
si hay camino
Costa de la Colada
La Calzada Dehesa Boyal
Río Hozgarganta
Valdeinfierno
Río de la Miel-Garganta del Capitán
28.
Tatoo
EL ARTE VIVO DEL SIGLO XXI
Luis Mendoza
Lola Alto
38.
AGUACATES
El boom verde
72.
LA LABOR
DE ARCGISA
74.
LA MIGRACIÓN ,de Aves
EN EL ESTRECHO,
un viaje hacia la vida
50.
Detrás de la Historia
84.
JENNIFER GUTIÉRREZ
“Nunca hubiese llegado tan lejos si mi
ciudad no hubiese respirado balonmano”
60.
CONSUELO TRUJILLO
“La primera vez que recité a Lorca sentí
una llama que no se ha apagado”
68.
UCI COVID
La última puerta a la esperanza
90.
Vidas singulares
Superviviente en Cucarrete
Un cabrero en la ciudad
104.
EL VALOR DEL producto
Atún rojo con manteca colorá y queso payoyo
Revuelto de setas con huevo de oca
Rabo de toro
Editorial
Ampliar la mirada. Estas tres palabras, escritas en el editorial del primer número de nuestro magazine
Siroco, continuaban resonando en nuestros oídos cuando decidimos, en el año más complicado de
nuestras vidas, lanzar el segundo, éste que tienes ahora entre tus manos. La decisión no fue fácil.
Optamos por ser valientes y seguir haciendo historia con una revista que nos ha dado muchas alegrías, y
que ha colocado a 8Directo en el sitio que, por trabajo y vocación periodística, merece.
Si en el primer número, aquel con el que nos presentamos hace ahora un año, quisimos alzar la voz
para poner el foco sobre el Campo de Gibraltar, en este hemos tomado más conciencia de nuestras
posibilidades, del lugar privilegiado en el que convivimos casi 300.000 personas; de nuestro legado
cultural y nuestro potencial socioeconómico. Es hora de avanzar sin complejos, de mirarnos y empezar
a creer en todas las cosas que, con nuestras manos, con nuestro talento, fabricamos cada día con
resultados que traspasan nuestras fronteras.
Como en nuestro primer número, Siroco Magazine quiere ser el reflejo de grandes logros, esos que se
consiguen con actos pequeños, en nuestra vida cotidiana, pero que generan una montaña de futuro a la
que queremos seguir agarrados.
En el año más difícil para todos, medios de comunicación incluidos, no hemos querido faltar a esta cita
con nuestros lectores, con quienes nos leen gracias a nuestros nueve diarios y nos acompañan en una
plataforma digital en la que se dan cita más de 180.000 seguidores. Hemos realizado un esfuerzo humano
y técnico que solo se justifica en el objetivo de querer seguir siendo un grupo de comunicación
por y para el Campo de Gibraltar.
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Es también nuestra obligación y responsabilidad, y así la sentimos, defender todo aquello que nos hace
mejores, levantar la mano para advertir que existe un lugar que necesita ser escuchado, como cuando se
oye a quien tiene algo muy importante que decir. En 8Directo tenemos mucho que decir de ésta, nuestra
tierra, y una vez más, lo hemos demostrado con este nuevo Siroco, una jovencísima publicación que se
consolida como el único producto impreso en el que se habla del Campo de Gibraltar, de sus aristas, de
sus cualidades, y de todo aquello que lo convierte en un lugar que, sin duda,
seguirá dando mucho que hablar.
Cerramos este segundo número tras una ingente y bonita labor realizada por las personas que conforman
8Directo, Singulare e Infinite Audiovisual, las tres empresas que dan forma a Singulare Corp.
Tras varias semanas de trabajo hemos demostrado, una vez más,
que lo verdaderamente importantes es querer seguir siendo
protagonistas de nuestro presente,
de nuestro futuro .
Brexit
La vida que la Verja no detiene
Más allá de las históricas disputas políticas, de desencuentros en los despachos y
sillones, de banderas y titulares, son muchas las familias, parejas, amigos, estudiantes
y miles de trabajadores los que labran cada día su futuro personal y laboral en esta
tierra fronteriza con Gibraltar.
La tantas veces defendida singularidad del Campo de Gibraltar no sólo tiene reflejo
en su estratégica situación geográfica, al sur del sur, con sus particulares rincones y
riquezas, sus propias y características circunstancias socio-económicas, su industria y
turismo, su gente, sus posibilidades y tantas potencialidades, sino que la idiosincrasia
de este lugar también deja huella en las relaciones personales que a diario superan
cualquier tipo de barrera mental y física en este paso fronterizo entre Gibraltar y la
comarca. Una zona que hoy afronta nuevos desafíos como el incierto Brexit. Una
amenaza más entre países que entre personas. Un reto más político que personal, en
esta Verja en la que la vida no se detiene.
“Queremos mantener nuestras raíces, nuestra
propia cultura, pero también aprender de la del
otro, sin dejar de sentirnos de un lado u otro de
la frontera”
SANDRA DOMÍNGUEZ
FOTOGRAFÍAS: MANOLO GONZÁLEZ Y JUAN MANUEL GALINDO
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José Antonio Ruiz López (La Línea, 21 años) y Karina
Tewkesbury (Gibraltar, 28 años) son una de las muchas
parejas, de españoles y gibraltareños, que prueban
los estrechos lazos que siempre han existido en esta
singular comarca fronteriza. Se conocieron participando
en la comunidad de la iglesia evangélica Esperanza de
Vida, en La Línea, y desde hace dos años salen juntos. El
próximo 2021 contraerán matrimonio.
Diferencias culturales y barreras físicas, como la
propia Verja, no han impedido que estos dos jóvenes
se preocupen y centren en lo importante: conocerse y
quererse cada día un poco más. “En general, a pesar de
las pequeñas diferencias, las relaciones entre españoles
y gibraltareños son buenas, tan normales. Es un trato de
tú a tú, ya sea un noviazgo, una amistad, un compromiso
laboral, lo que sea”, comenta Karina Tewkesbury, que
describe su relación con la naturalidad con la que lo
haría un algecireño y una barreña, un sanroqueño y una
linense. Los padres de Karina también son una pareja
transfronteriza. “Mi padre es de Gibraltar y mi madre es
española. Se conocieron justo después de la apertura de
la frontera”. Por lo que esta joven gibraltareña no oculta
su apego también al otro lado. “Al fin y al cabo, el 50%
de mi ADN es español”, añade.
Para José Antonio, Karina ha sido su primer contacto
estrecho con Gibraltar, aunque reconoce que, como
muchos otros campogibraltareños, de una forma u
otra, el Peñón siempre acaba apareciendo en alguna
parte de los relatos familiares. “Mi bisabuelo se refugió
en Gibraltar durante la Guerra Civil y también estuvo
trabajando allí. Al final todos tenemos, o hemos tenido
en algún momento, familiares y amigos trabajando al
otro lado. Yo hasta ahora sólo conocía Gibraltar como
lo conocemos todos, de pasada. Hasta que empecé a
salir con Karina no había tenido un trato más directo y
cercano con su gente, y me encanta”, señala.
Familiares y amigos de los dos jóvenes reaccionaron a
su relación con la naturalidad que merece. “Nuestras
familias están muy contentas. Si nosotros estamos bien,
ellos también. Sin ningún tipo de problema”, destaca la
pareja, que asegura que las riñas políticas quedan muy
lejos de las relaciones personales a pie de calle.
Tan cerca y a la vez tan lejos. La pandemia de Covid-19 no
sólo ha interrumpido muchos de sus planes diarios, sino
que ha vuelto a poner de manifiesto las particularidades
de este tipo de relaciones transfronterizas. “Cuando el
estado de alarma pasamos de vernos todos los días,
o casi todos, a estar sin vernos durante tres meses.
Manteníamos una relación a distancia, a pesar de vivir
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“En general, a pesar
de las pequeñas
diferencias, las
relaciones entre
españoles y
gibraltareños son
buenas, tan normales.
Es un trato de tú a tú”
a 20 minutos andando el uno del otro. Bromeábamos
incluso con ponernos cada uno en una punta y otra de
la frontera con unos prismáticos para poder vernos”.
Los dos tienen claro que su incipiente futuro, su
familia, lo quieren construir en Gibraltar. De hecho,
la joven pareja tiene previsto acceder a una vivienda
propia, facilitada por el Gobierno del Peñón, que estará
lista en 2023. “En Gibraltar, si eres de aquí, te apuntas
a una lista para optar a una casa y ya te van llamando
según la posición en la que estés. Mientras nos llaman
para 2023 pensamos alquilar algo por aquí cerca, en
La Línea por ejemplo”, explica Karina.
Este tipo de facilidades de las que disfrutan los
gibraltareños es algo que llamó mucho la atención
de José Antonio. “Me asombró no sólo el tema de
la vivienda, sino también el sistema educativo. Allí
en Gibraltar todos disfrutan de becas de estudio y
además hay muchas opciones de formación y ayudas
para que el alumno se desarrolle no sólo delante de los
libros, sino en el arte dramático, la literatura, la música
y el baile, por ejemplo. Me encantaría vivir allí y que
nuestros futuros hijos puedan disfrutar de todo esto”.
Ambos quieren exprimir las oportunidades que se les
asoman a un lado y otro de la Verja. Por ejemplo, en
cuanto a la conveniencia de que sus futuros hijos sean
bilingües. Una particularidad que se está perdiendo.
Así lo asegura Karina, que estudia magisterio en la
especialidad de música por la Universidad de Gibraltar,
y durante sus prácticas ha comprobado que cada vez
son más los menores gibraltareños que hablan poco
español, a pesar de la cercanía con este país. “Esto
es una pena, la verdad. Los niños de aquí cada vez
hablan menos español. Nosotros tenemos claro que
queremos mantener nuestras raíces, nuestra propia
cultura, pero también aprender de la del otro, sin dejar
de sentirnos de un lado u otro de la frontera”, apunta.
Este enriquecimiento cultural es algo que los dos
han sabido aprovechar desde un primer momento,
compartiendo vida social a un lado y otro. “Yo tengo
la suerte de tener buenos amigos aquí en Gibraltar y
muchos otros en España. La mayor parte del tiempo lo
pasamos allí en La Línea. Hay muchos gibraltareños
que, con normalidad, disfrutan su tiempo libre en
España”, subrayan.
A pesar de esta naturalidad, reconocen que también
se han encontrado con alguna que otra diferencia
cultural que, lejos de ser un problema, ante todo les
ha divertido. Por ejemplo, para Karina, la dificultad de
entender el humor andaluz. “Me sorprendo mucho con
algunas frases y expresiones que oigo en España. El
humor andaluz es muy difícil de pillar. Es muy directo
y el inglés tira más de la ironía. A veces he llegado
incluso a ofenderme un poco, pero porque no entiendo
la broma o emplean una palabra que a lo mejor a
mí me parece muy fuerte. Enseguida me explican y
ya lo pillo”. En las discusiones, como cualquier otra
pareja, también es complicado el entendimiento. “Ella
se pone a hablar en inglés y me deja fuera de juego”,
comenta José Antonio. Ambos bromean además con
los nombres y apellidos de sus futuros hijos. “Él es
muy tradicional para estas cosas. A José Antonio le
gustaría llamar a alguno de nuestros hijos igual que él.
A mí eso no me convence. Además, aquí lo típico es
usar un apellido solo”.
El próximo verano, en agosto de 2021, contraerán
matrimonio. Un evento que esperan con ilusión y
que celebrarán junto a toda la familia, la de un lado
y otro de esta frontera. “Ya tenemos el lugar de la
celebración, en Campamento. Hemos buscado un sitio
lo más intermedio posible”, señalan. Los preparativos
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de la boda, precisamente, han sacado a flote otras diferencias. “Una boda española es muy
diferente a una británica, que tira de muchos discursos y tiene otro protocolo, pero al final nos
adaptamos y estamos buscando algo que nos guste a los dos”.
Y es que, justamente, de esto se trata, de aprender a convivir con las diferencias y construir en
lo que une que siempre es más que lo que separa. Al fin y al cabo, como cualquier otra pareja,
independientemente de su nacionalidad, solo son dos personas que se quieren, que no es poco.
“Somos emigrantes, aunque con la
suerte de dormir cada noche en casa”
En esta simbiosis entre Gibraltar y la comarca existe
otro tipo de relación que no debe pasar desapercibida:
la laboral, de la que participan más de 10.000
trabajadores transfronterizos. Una cifra tras la que
hay miles de nombres y apellidos, miles de rostros
e historias. Como la de Inmaculada Díaz Almán (La
Línea, 52 años) y José Luis Mesa Ruiz (La Línea, 53
años), un matrimonio español que desde hace 27 años
cruza diariamente la Verja con Gibraltar para acudir
a su puesto de trabajo. Hoy cuentan con su propio
negocio en el Peñón.
De familia comerciante, dedicada al negocio de la
alimentación, Pepe Mesa comenzó a trabajar en el
mercado de abastos de Gibraltar en 1994, haciéndose
cargo de una pequeña carnicería que gestionaba junto
a su padre. Inma regentaba entonces su propio puesto
de aceitunas y frutos secos. Ambos han trabajado en
distintas compañías afincadas en el Peñón y vinculadas
con el sector de la alimentación, como Fruit House,
Almacenes Carson y Checkout Gibraltar.
En 2005 decidieron emprender su propio camino
y adquirieron un supermercado, Glacis Store, que
desde el año 50 abastece a una populosa barriada
de Gibraltar, Los Glacis. Allí, todos los días, levantan
la persiana incansablemente, de lunes a sábado,
mañana, tardes y muchas noches. Para sacar adelante
su negocio cuentan además con un empleado español
que lleva con ellos 10 años. En otros momentos más
boyantes llegaron a contar con hasta siete empleados.
Ahora mismo, aseguran, atraviesan unas
circunstancias inciertas y delicadas, tanto económica
como socialmente. En el plano económico, la feroz
competencia de grandes supermercados y superficies
se lo pone cada día más difícil. Algo en lo que la
pandemia de coronavirus tampoco ayuda y, muy al
contrario, hace mella en sus cuentas, como en la de
tantísimos autónomos. “La actividad económica se ha
parado. No hay turismo ninguno. No entra gente de
fuera. Los bares y restaurantes no trabajan al cien por
cien”, explica Pepe Mesa.
Socialmente, cómo no, el Brexit lleva cuatro años
amenazando con romper el status quo de esta zona.
“No sabemos cómo va a salir todo esto. Si al final
hay por ejemplo una subida de impuestos sobre
las mercancías que pasen por la frontera, nos va
a perjudicar a todos, a residentes y trabajadores.
Los aranceles suben los precios para todos”. Lo
cierto es que la incertidumbre que rodea a la salida
del Reino Unido, y por tanto Gibraltar, de la Unión
Europea ya ha afectado a estos miles de trabajadores
transfronterizos, que desde 2016 han visto mermado
su poder adquisitivo tras la caída paulatina del cambio
de la libra. A pesar de los repetidos compromisos de
los distintos Gobiernos por blindar los derechos de los
ciudadanos a un lado y otro de la Verja, todavía “hay
mucho pesimismo sobre lo que va a pasar a partir de
enero. El paso fluido por la frontera, los derechos de
tantos trabajadores, los permisos de conducción, los
médicos. Estamos todos expectantes”, añade Inma.
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“Si algunos de los que están en Madrid y Londres
hubiesen nacido en esta comarca, los problemas
de aquí se resolverían de otra manera. Los que
deciden no conocen la idiosincrasia de esta zona,
esta particular y singular relación entre estas dos
poblaciones. Incluso uno que reside en Algeciras, San
Roque y Los Barrios lo vive de manera distinta. Aquí
en La Línea es que nacemos con ello. Yo por ejemplo
tardo desde el centro de la ciudad el mismo tiempo
en llegar a mi negocio en Gibraltar que a mi casa
en La Línea”, comenta Pepe y recuerda otros tensos
momentos como las colas de vehículos de hasta seis
horas en los años 90 para entrar y salir de Gibraltar.
“Eso es inhumano”.
“Yo tardo desde el
centro de la ciudad
el mismo tiempo en
llegar a mi negocio en
Gibraltar que a mi casa
en La Línea”
Veintisiete años cruzando cada día una frontera y una pista de aeropuerto dan para mucho, para todo lo bueno
y lo malo de esta particular situación. “Nosotros somos emigrantes, aunque con la suerte de dormir cada noche
en casa. La pena es que no hemos podido trabajar en nuestro pueblo. Trabajando aquí en La Línea también nos
levantaríamos un poco más tarde, la verdad”, bromea Pepe Mesa. Y es que el despertador de los transfronterizos
suena muy temprano. “Aunque el verdadero problema de trabajar aquí en España es dónde, aquí dónde trabajamos”,
claman con resignación.
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En cuanto al futuro, Inma y Pepe esperan jubilarse en
su tienda de Los Glacis y procurar en los próximos
años algún tipo de plan de pensiones, aunque
aseguran que ahora mismo las circunstancias
económicas no son las mejoras para afrontar un
gasto extra. La jubilación, precisamente, es un asunto
que, como muchos transfronterizos, desconocen y
les preocupa. “Nuestra jubilación se queda como la
de un trabajador gibraltareño más. La diferencia es
que ellos tienen además de esa paga muchas más
ayudas para pagar las facturas, el community care,
entre otras. La jubilación es baja pero los gastos de
ellos son menos”, explica Pepe, que considera que las
administraciones competentes deberían impulsar un
fondo con las contribuciones de todos los trabajadores
transfronterizos y que repercutiera luego a la hora de
sus jubilaciones.
La seguridad social es otro asunto en el que los
transfronterizos se declaran en desventaja. “Nosotros
aportamos al desarrollo de la economía local de
Gibraltar, al bienestar que esto supone para la
población del Peñón y los que trabajamos allí, pero
realmente no lo disfrutamos”. Luego hacen vida en
España, en esta comarca, y se encuentran con trabas
burocráticas como las necesarias para acudir al
médico, teniendo que renovar anualmente una serie
de documentos (el S1) para poder ser atendido, por
ejemplo, en Urgencias.
la tienda y ahora son ellos ya adultos los que vienen
con sus hijos. Llega la campaña de Navidad, que para
nosotros es muy dura, y nos ofrecen sus casas para
descansar y dormir y hasta te bajan una tartera con
comida. Los gibraltareños son muy solidarios”, destaca
este matrimonio español en Gibraltar.
Recientemente se conmemoraron 50 años del cierre
de la frontera con Gibraltar en 1969. Un hecho que
marcó para siempre la historia de esta tierra singular
y que ahora encara nuevos retos con una Verja en la
que, ante todo, persisten las relaciones personales.
“Esto conlleva un jaleo de papeles y pérdida de
tiempo. Es más fácil que alguien de fuera disfrute de
la seguridad social antes que nosotros, que somos de
aquí de La Línea”.
Sin embargo, a pesar y por encima de todas estas
particularidades, y todavía algunas diferencias como
las salariales, tal y como denuncian, una vez más
prevalece el trato personal y cercano entre dos
poblaciones vecinas. “Después de todos estos años,
tenemos allí muy buenos amigos y con nuestros
clientes hemos formado una gran familia. Ya hemos
ido a más entierros en Gibraltar que aquí en La Línea.
Hemos tenido niños que han venido con sus padres a
“Después de todos estos años,
tenemos muy buenos amigos en
Gibraltar, y con nuestros clientes
hemos formado una gran familia”
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CAMINANTE,
si hay camino
El Campo de Gibraltar guarda en los límites de sus ocho municipios todo un parque de
atracciones para el senderista, un paraíso para el amante de la naturaleza.
La provincia de Cádiz cuenta con 300 senderos inventariados y transitables, de
los cuales más de 70 discurren por nuestra comarca, con unos 500 kilómetros de
caminos con diferentes atractivos y dificultades que permiten disfrutar de dos grandes
espacios protegidos: el Parque Natural de Los Alcornocales y el Parque Natural del
Estrecho. Una veintena de estos recorridos se encuentran, además, señalizados por la
Junta de Andalucía con información detallada.
El senderismo está en auge en los últimos años, una actividad cargada de beneficios
para el cuerpo y la mente, una forma de escapar de las cuatro paredes de la rutina a
solo un paso de casa. En SIROCO os proponemos algunos recorridos representativos
(pero hay más) por el tesoro natural y patrimonial de nuestra tierra.
FRANCIS MENA
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Costa de la Colada
Un paseo frente a África
El sendero Colada de la Costa-Huerta Grande aprovecha
una vía pecuaria para recorrer la costa que une Algeciras
y Tarifa. El recorrido permite disfrutar, desde el mismo
balcón sur de Europa, de las privilegiadas vistas del
Estrecho de Gibraltar con África enfrente y donde se
cruzan Atlántico y Mediterráneo.
La señalización oficial inicia la ruta a la salida de Tarifa,
aunque también puede hacerse en sentido inverso,
desde Huerta Grande, en Pelayo, donde encontramos
un complejo de información ecoturística. Un buen lugar
para empezar o terminar. En cualquier caso, durante
los doce kilómetros de paseo costero, el caminante
puede admirar los acantilados y otras huellas del
viento y las mareas de alto valor ambiental, así como la
TARIFA
desembocadura del río Guadalmesí. En Punta de Oliveros
nos encontraremos a poco más de 14 kilómetros del
continente africano. También restos de la acción del
hombre como búnkeres y otras construcciones militares
y de vigilancia de un lugar estratégico, como el todavía
en funcionamiento centro de Salvamento Tarifa Tráfico,
o la vieja torre vigía del Guadalmesí -arroyo de mujeresdel
siglo XVI, que servía para abastecer a los barcos de
agua dulce, y que actualmente es un buen punto para
observar aves migratorias.
Si hay ganas de más, este sendero conecta con otros
de interés como el del Cerro del Tambor, el de las calas
de Algeciras, Camino de Calafate, el Bosque de la
Niebla, entre otros.
FOTOGRAFÍAS FRANCIS MENA
16,1 km
5 horas
DIFICULTAD MEDIA
ALGECIRAS
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La Calzada Dehesa Boyal
Andar por los siglos
La Calzada Dehesa Boyal es una ruta que discurre por la
historia. Comienza en la venta Jarandilla, en la CA-920.
Durante unos dos kilómetros podemos caminar por una
antigua calzada romana que nos lleva hasta el castillo
del siglo XIII, una de las joyas de nuestra comarca
situada en Castellar de la Frontera, considerado uno
de los pueblos más bonitos de España. En su interior,
esta construcción medieval resguarda el encanto de la
antigua villa y, desde sus miranetes, unas privilegiadas
vistas del latifundio de La Almoraima y la Bahía de
Algeciras.
Dirección al norte por el camino marcado, encontramos
la Fuente Vieja, vinculada la construcción de la fortaleza
nazarí y que da acceso a un manantial. Pero el viaje
atrás en el tiempo continúa y pasado el castillo se
encuentran tumbas antropomorfas excavadas en la
roca y de época prerromana y habituales en el Parque
Natural de Los Alcornocales.
Castellar y sus alcornocales son dignos de pasear.
Dentro de los límites de este municipio encontramos
otros caminos como La Almoraima, el Sendero de la
Mariposa Monarca y El Lagar. Como otros senderos
de la zona, la Calzada Dehesa Boyal se integra en el
Gran Recorrido GR-7, que desde Tarifa cruza toda la
Península Ibérica hasta Andorra.
2 horas
DIFICULTAD baja
6 km
CASTELLAR DE LA FRONTERA
FOTOGRAFÍAS FRANCIS MENA
18
FOTOGRAFÍAS TURISMO JIMENA DE LA FRONTERA
Rio Hozgarganta
Armado de encantos
Breve pero intenso, el sendero del río Hozgarganta baja
cargado de atractivos naturales y patrimoniales. Una
Cruz Blanca marca el inicio del camino, que discurre
por el lecho del último río virgen de Andalucía.
A través de caminos empedrados y labrados en roca, y
acompañados por el frescor del agua que nace en La
Sauceda y la vegetación, se puede encontrar los restos
de la Real Fábrica de Artillería de Carlos III, donde durante
el siglo XVIII se fabricaron bombas que defendieron las
colonias españolas de ultramar o sirvieron de munición
para el Gran Asedio de Gibraltar (1779-1783).
Posteriormente, esta misma infraestructura sirvió para
el molino harinero de Rodete, cuyos restos también se
encuentran salpicados por la ribera del Hozgarganta. La
flora y la fauna también es variada y rica. Las nutrias y
las aves rapaces son algunos de los habitantes de la
zona de acebuches, alcornoques, quejigos, eucaliptos,
adelas y fresnos.
El Ayuntamiento de Jimena de la Frontera se encarga
de realizar rutas guiadas tanto al sendero del Río
Hozgarganta como al Castillo-Fortaleza, otra de las
joyas del municipio, un sitio ideal para poner fin a la
ruta.
jimena DE LA FRONTERA
1:30 horas
DIFICULTAD baja
3,5 km
19
Naturaleza para todos
Los Barrios, en pleno Parque Natural de Los
Alcornocales, cuenta en su término municipal con
numerosos senderos. Uno de ellos es Valdeinfierno,
una ruta señalizada, frondosa, fresca, accesible y, muy
destacable, con un tramo de 650 metros adaptado a
personas discapacitadas.
El arroyo de Valdeinfierno, con agua todo el año, es
protagonista de esta ruta señalizada que se adentra
en los reconocibles canutos del parque, con su
característica vegetación formada por quejigos, alisos,
musgos y helechos, entre otras especies. Esta es
también una ruta micológica, donde en época otoñal,
pero también en invierno y primavera, se pueden
apreciar diferentes especies de hongos y setas.
Valdeinfierno es solo una muestra de lo que ofrece
Los Barrios en cuanto a naturaleza y rutas senderistas.
El Monte de la Torre, que comparte con Algeciras; el
Tramo IV Corredor Verde Dos Bahías, con sus más
de 16 kilómetros entre la Montera del Torero y las
Marismas de Palmones; Canuto de Risco Blanco,
Bacinete, Montecoche, La Teja o el Palancar son otras
de las propuestas de esta singular zona.
1:30 horas
3,5 km
DIFICULTAD baja
LOS BARRIOS
FOTOGRAFÍAS FRANCIS MENA
20
Garganta del Capitán
Río de la Miel
Arte y leyendas
Algeciras · Longitud: 3,1 y 2,4 kilómetros · Tiempo estimado: 2 y 1 horas · Dificultad media
El agua es protagonista de dos de los senderos más
conocidos de Algeciras: la Garganta del Capitán y el Río
de la Miel, ambos situados en las profundidades del
Parque Natural de Los Alcornocales. A pesar de ser de
los más transitados, mantienen su encanto y su halo
de leyenda.
La Garganta del Capitán es un sendero que comienza
en la barriada de El Cobre y por el que el visitante
puede adentrarse a uno de los famosos canutos, con
vegetación de la Era Terciaria. El arroyo da frescor y
la frondosidad sombra hasta alcanzar la fotogénica
cascada. Pero en este recorrido también se encuentran
los molinos de las Cuevas y el de San José. También
se encuentra el conocido como llano de las tumbas, de
la Edad del Bronce talladas en la roca de arenisca; y la
lápida del Capitán, que las antiguas leyendas señalaban
que pertenecía a un bandolero real de la zona y que este
escondió un tesoro en la zona, aunque la lápida reza
que los restos pertenecen a Gabriel Moreno, arrendador
de uno de los molinos en el siglo XIX.
En un bosque de millones de años se encuentra el
Sendero del Río de la Miel. Tras un molino hidráulico aún
en funcionamiento y al atravesar su estrecho puente
medieval, el visitante accede a un lugar de densa
vegetación, de historia y leyendas. El camino, de piedra
y tierra, discurre junto al río, inspiración para poetas de
la Algeciras musulmana y para Paco de Lucía, que le
dedicó una bulería. En el recorrido también se aprecian
las ruinas de antiguos molinos harineros. El recorrido,
entre la característica vegetación del Parque Natural de
Los Alcornocales, acaba en una serie de refrescantes
cascadas.
FOTOGRAFÍAS JUAN MANUEL GALINDO
21
“Hemos visto que sin cultura es aún más
difícil sobrevivir”
Victor Clavijo
Actor reconocido, hiperactivo cultural, Lope de Vega en movimiento para la televisión,
vozarrón con personalidad, y el recitador más famoso y versátil de las redes sociales.
Hablamos con el algecireño Víctor Clavijo Cobos.
FRANCIS MENA
Actor de cine y teatro, doblador, fotógrafo, toca
el piano, es fenómeno viral en redes sociales…
¿Podría decirse que es un hombre del Renacimiento
del siglo XXI?
No. Muchísimas gracias por el halago, pero disto
mucho de ser un hombre del Renacimiento. Supongo
que lo que soy es alguien inquieto que cultiva varias
disciplinas. Pero ya se sabe, quien mucho abarca poco
aprieta. Lo que pasa es que no puedo evitar tener
muchas aficiones artísticas. Todas suman para mi oficio
de actor, al fin y al cabo, y todas se nutren al mismo
tiempo. Actúan como vasos comunicantes.
La fotografía me apasiona, pero disto mucho de ser un
gran fotógrafo, ya me gustaría; sin embargo, la fotografía
me aporta un estado de presencia que trato de aplicar
luego a la actuación, y la interpretación me da al mismo
tiempo una mirada más cinematográfica y tal vez
humanista de la vida que queda reflejada inconsciente
e involuntariamente en mis fotos. En cuanto a la música
me ocurre igual: disto mucho de ser un buen pianista,
pero fue lo primero que estudié y me puedo pasar horas
al piano. Eso sí, soy bastante indisciplinado y me da por
tocarlo por rachas. El piano me da el mismo estado de
presencia y concentración que la fotografía, que trato
de aplicar a la actuación, y supongo que he adquirido
un sentido melódico y rítmico, musical, en definitiva,
que se traduce en mi forma de hablar cuando actúo.
Me dice el gran Juan Echanove que las personas que
hablan bien tienen un sentido musical, y creo que es
cierto.
Cuando salió de su ciudad de origen para estudiar,
primero en Granada y luego arte dramático en
Madrid, no era nada de eso… ¿Qué le queda del
chico de Algeciras?
Supongo que quedan algunas cosas: cierta inseguridad
e incertidumbre, la pasión por mi oficio y una sensación
de incredulidad que me asalta cuando trabajo al lado
de personas que admiraba antes de dedicarme a esto,
aunque procuro que no se note.
Está usted en una lista de algecireños que
actualmente se dedican al cine o la actuación:
Álvaro Morte, José María Galeano, Diego Arjona,
Manolo Solo, Ángel Gómez, Alexis Morante. Curioso,
cuando menos.
Es cierto. Me enorgullece ver que esa lista es cada
vez más grande, además. Todos ellos son algecireños
muy talentosos que me hacen sentir un cierto orgullo
de la tierra cuando les veo trabajar. Algunos han roto
fronteras con sus trabajos. Algeciras tiene mucho arte
para dar y todos estos nombres son un espejo y una
inspiración para los algecireños que tengan inquietudes
artísticas.
¿Teatro o cine/televisión?¿Qué prefiere?
Buenas historias y buenos personajes, con una buena
dirección y un buen equipo: eso es lo que me motiva. El
medio es solo eso, un medio de comunicación de una
historia. No sublimo ninguno de los tres medios.
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“Algeciras tiene
mucho arte
para dar y todos
esos actores y
directores son una
inspiración para
los algecireños
que tengan
inquietudes
artísticas”
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“Recitar reguetón ha sido
una manera de evidenciar
la pobreza lírica de esas
canciones”
Puedes hacer una obra de teatro que sea un suplicio
para uno y en la que no creas, y una película o serie de
televisión a la que le pase lo mismo. Lo que persigo es
estar orgulloso del trabajo que hago.
Aunque lleva años en la actuación, mucha gente le
ha conocido a raíz de su aplaudida interpretación
de Lope de Vega en ‘El ministerio del Tiempo’. ¿Qué
le ha dado ese personaje?
Me ha dado muchísimo más de lo que esperaba.
Para empezar, ha borrado del imaginario colectivo al
personaje que interpreté en ‘Al Salir de Clase’, y cuya
sombra me persiguió muchos años. Que el gran público
te identifique con un gran personaje de nuestra Historia
y nuestra literatura como Lope de Vega, es un regalo.
Por otra parte, me parece un personaje muy gozoso
de interpretar: aúna comedia y literatura, y esa fórmula
ha sido milagrosa para acercarlo al público, bajarlo a
tierra, y para despertar además un interés por su vida
y su obra. Todo lo que he recibido por parte de los
espectadores con este trabajo ha sido maravilloso.
¿Qué cree que pensaría Lope de Vega si viajara a
este presente que nos ha tocado vivir con todo lo
que está pasando?
Un hombre que había vivido tanto como él en una
época de penurias y enfermedades, no creo que se
asustara por lo que está pasando. En todos los sentidos
estamos mucho mejor que en los siglos XVI y XVII. Se
adaptaría sin problema a las circunstancias. Imagino
que escribiría una comedia de enredos en la que los
nuevos embozados serían personajes con mascarillas
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(enmascarados) que generan confusión y situaciones
cómicas. Algún enmascarillado seduciría a una joven
haciéndole creer que es su esposo (ausente en una
convención médica o en un congreso farmacéutico)
que está de regreso. Lope se centraría es los aspectos
divertidos y amorosos que pudieran generar esta época.
El sentido trágico de lo que estamos viviendo quizá lo
trataría otro autor.
¿Y Víctor Clavijo a cuándo escaparía?
Me encantaría viajar a los años 30, antes de que se
desvaneciese el sueño con la llegada de las grandes
guerras, la Civil y la Segunda Guerra Mundial, y conocer a
los grandes artistas de la época. Los años 50 americanos
también tienen para mí un gran atractivo en cuanto a la
interpretación, la literatura, la fotografía y la música.
Otro gran éxito, este seguramente más inesperado,
ha sido sus recitales poéticos de casi cualquier
cosa en Twitter: desde la lista de reyes godos a los
éxitos reguetoneros. ¿Cómo se gestó ese pelotazo
en pleno confinamiento?
Fue de un modo casual. Llevaba unas semanas
compartiendo recitados de grandes poetas de nuestra
literatura, como un ejercicio actoral que me mantenía
entrenado y con la vocación de aportar algo de cultura
y paz a aquellos momentos de angustia que estábamos
viviendo. Mi interés era sumar, aportar algo, desde mi
oficio, contrarrestar el ambiente de miedo y crispación
que se respiraba en las redes sociales. La poesía, la
cultura en general, tiene el poder de la transversalidad y
es incontestable. Nadie puede enmendar la plana a
Lorca, Machado, Hernández, Lope, León Felipe…y sin
embargo esos autores no solo nos hablan de emociones
universales, sino de nuestra misma sociedad, que tan
poco ha cambiado en muchas cosas. Entonces, un
amigo me planteó el reto de recitar un reguetón y probé
con ‘La Gasolina’. Para mí era una manera de evidenciar
la pobreza lírica de esas canciones al darle una forma de
recitado, pero jamás sospeché que se convertiría en un
fenómeno viral.
A partir de ahí empecé a alternar los recitados serios, con
los recitados absurdos. El que se acercaba a mis redes
movido por los recitados de canciones, tarde o temprano
se topaba con un poema de Machado, Hernández,
Quevedo, Lorca, y viceversa. Aquello se convirtió en un
ejercicio actoral en el que me planteaba nuevos retos
cada vez y sentía al mismo tiempo la utilidad social
de mi oficio: a muchas personas les alegraba el día, o
les reconfortaba emocionalmente. Y eso es de lo más
marcado
por
Amadeus
Víctor Clavijo (Algeciras, septiembre
de 1973) estudió en el colegio Puerta
del Mar y, más tarde, en el vecino
instituto Isla Verde. Apenas con diez
años decidió que quería ser músico
tras ver la película ‘Amadeus’ de
Milos Forman, pero acabó siendo
actor. En 1997 se graduó en la Real
Escuela Superior de Arte Dramático de
Madrid. Su estreno cinematográfico
fue en un corto en el que compartió
protagonismo con Eduardo Noriega
y que tenía Alejandro Amenábar a
cargo del sonido. Desde entonces ha
participado en una veintena de obras
de teatro, más de treinta cortos, otros
tantos largometrajes y se ha dejado ver
en casi cuarenta series.
En 2004 obtuvo una nominación al
Goya por su actuación en ‘El regalo
de Silvia’ y cuenta con cinco premios
de la Unión de Actores, y otras cinco
nominaciones. Actualmente, entre
otros muchos proyectos, tiene entre
manos uno de proyección internacional
junto a su hermano Carlos Clavijo,
escritor y productor algecireño.
gratificante que me ha dado mi profesión en toda
mi carrera: sentir que sumaba algo positivo a unos
momentos terribles y angustiosos.
¿Qué es lo más extraño que le han pedido?
He tenido muchísimas peticiones: desde poesía
convencional a atreverme a recitar el BOE, una fórmula
química, etcétera. Casi todas he tratado de cumplirlas,
pero hay que saber medir también. No quiero repetirme
ni aburrir, y solo recito algo cuando me nace hacerlo o
cuando siento que es el momento porque el mensaje del
poema tiene un valor especial en ese momento.
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Hablando de momentos, este no es buen momento
para casi nada, tampoco para el cine y el teatro.
¿Cómo ve el ámbito cultural desde su posición?
Esta crisis ha afectado a muchísimas industrias de
nuestro país, y la cultura ha sido una de las principales.
Nuestro sector acumula habitualmente un 93%
de desempleo. El parón de la primavera arruinó a
muchísimas compañías de teatro y llevó a una situación
desesperada a muchos compañeros que viven de
las funciones de teatro de fines de semana, de las
actuaciones esporádicas en series de televisión o cine.
El regreso a la ‘nueva normalidad’, con las normativas
de aforos limitados, hacían inviables muchísimos
proyectos. A pesar de eso, la cultura ha estado sumando
en todo momento y ha salvado a muchísimas personas
de la angustia durante el confinamiento. Nos ha
enseñado que sin cultura es aún más difícil sobrevivir.
Sin embargo, a la cultura nunca se le ha dado el lugar
que merece en este país. Ni a nivel institucional o
legislativo, ni a nivel social. El alimento del alma nunca
ha sido una prioridad en España.
¿La cultura nos puede salvar?
La cultura nos salva de la angustia, del miedo y todas sus
manifestaciones: odio, embrutecimiento, destrucción.
La cultura es sanadora. ¿Acaso no sana una canción,
un poema, una pintura, una película? Nos permite
soñar, evadirnos, reconocer la belleza en nosotros y
en los demás, nos permite fomentar un espíritu crítico,
tan necesario para una sociedad que no quiera ser
manipulada con facilidad; nos enseña a empatizar , nos
reconcilia con los aspectos bellos o trágicos de la vida,
nos enseña a entendernos y a entender al prójimo, nos
aporta distancia en los momentos de incertidumbre
vital y construye identidad social.
La suya es una trayectoria amplia y variada, pero a
la que le falta…
Estoy actualmente embarcado en el desarrollo de una
serie de televisión para el mercado internacional con
mi hermano Carlos Clavijo, escritor y productor, del que
no puedo dar muchos datos por el momento. También
me encantaría exponer mi trabajo fotográfico en Madrid
algún día y quizá, hacer un fotolibro. Como actor, estoy
en el rodaje de una miniserie de televisión para Movistar
y haciendo bastantes audio-libros.
Como amante de la fotografía. ¿Qué foto le gusta
tomar de nuestro Campo de Gibraltar?
Me interesan los paisajes humanos más que los de la
naturaleza. Me encantaría captar la esencia del modo
de ser de la gente de mi tierra.
“Me encantaría captar la
esencia del modo de ser de
la gente de mi tierra”
FOTOGRAFÍA VICTOR CLAVIJO
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El Tatuaje
el arte más vivo
del siglo XXI
SANDRA DOMÍNGUEZ
FOTOGRAFÍAS: MANOLO GONZÁLEZ
Son muchas las culturas que, en distintos periodos
históricos y por diferentes razones, han adoptado el tatuaje
como una seña más de su identidad cultural. A veces por
motivos religiosos, bélicos, estéticos o incluso medicinales,
el tatuaje ha llegado hasta estos días como una práctica
milenaria que se ha instalado en la sociedad actual como
una forma de expresión artística más. Un arte complejo,
exclusivo y, sobre todo, muy vivo.
Si Miguel Ángel esculpió la belleza y perfección del David
sobre un enorme mármol blanco, Da Vinci retrató a la
misteriosa Gioconda y Van Gogh expresó su estado de
ánimo a través de Los Girasoles, hoy los tatuadores, estos
artistas del siglo XXI, esculpen sobre la piel y encuentran en
una espalda, un brazo o una pierna el mejor lienzo en blanco
para inventar y crear. Lejos de exponer estáticos proyectos
en museos y galerías de arte, ellos muestran su manejo con
la aguja y la tinta en las calles, en cada una de sus obras
vivas y andantes.
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“En muchos trabajos
todavía exigen que te
cubras los tatuajes.
Seguimos socialmente
excluidos”
Tan compleja como singular, la técnica del tatuaje goza
estos días de gran popularidad. Una buena publicidad
a la que han contribuido la televisión, famosos
deportistas y la actual moda urbana. “Hubo una época
en la que todo esto se veía mal. Pero ahora está más
aceptado y te puedes encontrar a un director de banco
que, cuando va a la playa y se quita la ropa, está lleno
de tatuajes”, destaca Luis Mendoza, propietario del
estudio Black Dragon Tatoo, en La Línea, y uno de
los tatuadores con mayor trayectoria en el Campo de
Gibraltar. Recibe clientes de toda Andalucía, España y
otros países europeos.
Sin embargo, a pesar de lo mucho que ha ayudado la
televisión y la publicidad en la aceptación del tatuaje
como una forma más de expresión, todavía existe
cierto clasismo y desprecio a ello. “En muchos trabajos
todavía exigen que te cubras los tatuajes y no lo
entiendo, la verdad. Es sorprendente que todavía pase
esto. Seguimos socialmente excluidos”, señala Lola
Alto de Lola Tatoo Estudio, en San Roque, y una de las
primeras mujeres tatuadoras en esta comarca.
Más allá de lo estético, el tatuaje es además una
técnica que se acerca mucho a la salud mental, al
bienestar emocional de los tatuados. “Mucha de la
gente que viene al estudio necesita más un psicólogo
que un tatuador”, comenta Luis Mendoza. Son muchas
las horas que se pasan conversando y conociendo al
cliente, un lienzo en blanco. “Trato de entenderles, de
saber qué es lo que quieren, de aconsejarles. A veces
hasta les quito las ganas de tatuarse, sobre todo a los
más jóvenes. Como cuando me viene un niño de 14
años que se quiere tatuar el brazo entero. Le digo:
‘Mira, es que tú no eres Sergio Ramos’. O como cuando
se tatúan el nombre del novio o la novia. Llevo años
tapando esos tatuajes”, añade.
Algo en lo que coincide Lola Alto, en este componente
terapéutico del tatuaje y a lo que sus amigas le llaman
‘psicotatoo’. “En este trabajo tienes que saber escuchar.
Aquí pasamos muchas horas. El cliente te habla, te
cuenta por qué se quiere hacer ese tatuaje. A veces no
sabe cómo expresarlo y nosotros tenemos que hacer de
su canal de expresión. Las personas lo utilizan un poco
como terapia”, subraya Lola.
Y es que el tatuaje no sólo sirve de catarsis emocional,
como recuerdo de un momento o sentimiento concreto,
o simplemente como un motivo estético, sino que
también se utiliza con un objetivo terapéutico. “El
tatuaje ayuda a muchas personas a subir su autoestima.
Trabajamos mucho tapando cicatrices y estrías, por
ejemplo”. Así como la reconstrucción de aureolas por
micropigmentación en pacientes con cáncer de mama.
También existen los llamados “tatuajes que salvan
vidas”, con los que los alérgicos, diabéticos y otros
enfermos crónicos se tatúan su condición a tener en
cuenta en caso de emergencia.
Una profesión, entre lo estético y lo sanitario, en la
que cada día hay más intrusismo. Según denuncian,
sólo en el Campo de Gibraltar hay unos 80 tatuadores
ejerciendo sin las autorizaciones y licencias requeridas.
Para Lola Alto existen además muchos vacíos legales
entorno a esta profesión. “No estamos reconocidos
como deberíamos. Ahora mismo estamos regulados por
la estética pero no somos estéticos. Nosotros tenemos
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más que ver con la dermatología artística, con la rama
de la enfermería. Manejamos muchos temas sanitarios.
Tenemos que trabajar a unos niveles casi de hospital,
pero además trabajamos el arte cien por cien. Tendría
que haber algo que uniera las dos fórmulas. Y esto
debería empezar con una formación reglada. Ni siquiera
hay una formación como la de peluquero o estético.
Necesitas dos años para aprender a cortar el pelo pero
no para trabajar en esto, que es algo además sanitario”.
Luis y Lola, que llevan más de 25 y 13 años tatuando,
explican que aprendieron este oficio despacito y con
buena letra, siempre bajo la supervisión de alguien
más experimentado. “Yo al principio ni cobraba, hacía
tatuajes muy pequeños y siempre bajo la tutela de
alguien que sabía más que yo”, apunta Luis Mendoza.
“Lo que no veo normal es que porque no tengas otra cosa
que hacer y pienses que los tatuadores nos hacemos
ricos; que no los somos para nada, sino que curramos
mucho, los materiales homologados cuestan una pasta
y el tatuaje es caro porque te estamos haciendo algo
exclusivo en tu cuerpo, pues que no paro de ver fotos
en Instagram de gente tatuando en sus casas y otros
que presumen de “mi primer tatuaje” y lo que le acaban
de hacer es joderle la vida a esa persona. Ahora que
el tatuaje está de moda todo el mundo quiere sacar
cacho. Las academias sacan cursos de cuatro días para
aprender a tatuar, mientras que yo estuve cinco años en
Bellas Artes y luego no paré de hacer cursos y estudiar.
Llevo toda mi vida formándome, tengo más títulos que
la Duquesa de Alba”, añade Lola Alto.
¿El secreto para ser un buen tatuador? Luis lo tiene
claro: tener empatía. “Para tatuar no sólo tienes que
saber dibujar, sino dar consejos a la gente. Hacer
tatuajes no significa ser un buen tatuador”. El dominio
del dibujo es otro aspecto fundamental. “Es muy
importante controlar el dibujo. Si dominas el dibujo lo
que estás cambiando en realidad es la técnica. Si ya
tienes una base y estás seguro de tu forma de dibujar,
luego todo es más fácil”, subraya Lola.
Con empatía, técnica y honestidad, estos dos tatuadores
profesionales aconsejan a todo aquel que esté pensando
en tatuarse que “no lo haga por moda, porque lo lleve
un famoso, un futbolista, una cantante o una actriz.
El tatuaje es algo personal que habla de ti”, destaca
Luis. Algo que Lola Alto completa con la importancia
de dejar aconsejarse. “A mí me dicen mucho: “Siempre
terminamos haciendo lo que tú quieres”, pero es que
realmente se hace lo que se tiene que hacer. Si te
quieres hacer un tatuaje en un determinado sitio a lo
mejor no es la zona adecuada, tienes que mirar un
poco la fisionomía de tu cuerpo. El cuerpo tiene ya una
forma, una dirección, y yo lo que hago es componer un
cuadro en tu cuerpo. Si contratas a un arquitecto para
una obra, él te va a decir donde poner las vigas y yo te
voy a decir donde poner el tatuaje”.
El tatuaje como forma de expresión y de arte es la
práctica artística más compleja, en la que se trabaja
sobre un formato vivo, cada uno con un tipo de piel
concreta. “Es una profesión muy bonita y deberían
tenernos en cuenta ya de otra forma porque no somos
marroneros, somos artistas que trabajamos el arte en la
piel”. El arte más vivo del siglo XXI.
“El tatuaje es algo
personal que habla
de ti”
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“Hacer tatuajes no significa
ser un buen tatuador”
Luis Mendoza
Luis Alexander Mendoza es uno de los tatuadores con mayor trayectoria y experiencia
en el Campo de Gibraltar, donde desde hace más de 25 años tatúa los cuerpos de
clientes que le llegan no sólo de esta comarca y la provincia, sino de otros puntos
de Andalucía y España, incluso del extranjero. Su agenda de citas está ahora mismo
cerrada para los próximos siete meses.
Nació en Portugal, lo que justifica el apodo por el que
le conocen algunos, ‘Luis, el portugués’. Con un año y
medio se trasladó con su familia a Gibraltar y desde los
8 años vive en La Línea. Aprendió el oficio de la mano
de un experimentado tatuador del Peñón, con quien
durante más de cuatro años aprendió todo lo que se
debía y no debía hacer en esta profesión. Más tarde
montó su propio estudio en La Línea: Black Dragon
Tatoo.
Conoció este mundo tras una mala experiencia. “Estuve
trabajando siete años para una empresa, para una
tienda de vaqueros muy conocida que se fue a la
quiebra y me quedé con una mano delante y otra detrás.
Siempre había tenido en mente hacer algo diferente y
ser autónomo y ahí fue donde entendí que tenía que
empezar a trabajar para mí. Un cliente ya me había
ofrecido que si alguna vez quería aprender a tatuar él
me enseñaba y así empecé. Era algo que siempre me
había gustado, que me llamaba la atención. Al principio
estuve trabajando sin cobrar y aprendiendo al mismo
tiempo”.
Hoy, especializado en el realismo, los retratos, lo
artístico y “los arreglos”, como él lo llama, es uno de
los tatuadores más consagrados de la zona y recibe
clientes no sólo del Campo de Gibraltar, Gibraltar y la
Costa del Sol, sino de Reino Unido, Francia y Alemania.
“Muchos aprovechan sus vacaciones para pasar unos
días aquí en la zona mientras les tatúo”.
Los primeros tatuajes de Luis fueron el símbolo Om y un
pequeño trival. Hoy es capaz de tatuar piernas, brazos
y espaldas enteras. En su estudio cuenta además con
una compañera que se encarga de los piercings, otra
que tatúa a mano (hand poke tatoo), un profesional que
elimina tatuajes por láser y una secretaria.
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Lola Alto
“No somos marroneros, somos artistas que
trabajamos el arte en la pieL”
Lola Alto Enríquez, que acabó descubriendo el mundo del tatuaje casi de casualidad,
es una de las primeras mujeres tatuadoras del Campo de Gibraltar. Especializada en
la rama artística y el realismo, aunque asegura que ante todo le divierte ser versátil,
cuenta con más de 13 años de experiencia en su estudio Lola Tatoo Estudio, en San
Roque. También es evaluadora de acreditaciones para ejercer como tatuador. Ha dado
clases de dibujo y pintura en la Universidad Popular de San Roque.
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Estudió Bellas Artes y proyectó su carrera hacia la
Educación. Tras concluir su formación universitaria y sin
ninguna pretensión por dedicarse al tatuaje, realizó el
máster de profesorado y se dedicó a enseñar arte a los
más jóvenes. “Me acuerdo que los alumnos me decían:
“Maestra pues con lo bien que dibujas tienes que tatuar
muy bien”. Y la verdad es que me gustaban los tatuajes,
pero nunca se me había pasado por la cabeza”.
La mente inquieta de Lola le llevó a interesarse y acabar
descubriendo, por qué no, una rama artística que
desconocía por completo. “Me despertó la curiosidad.
Igual que había hecho otro tipo de formaciones, hice
un par de cursos en Madrid de tatuajes, de higiénico
sanitario y demás y así empecé”.
Comenzó tatuando en el centro estético al que
acudía asiduamente. Allí fue probando, aprendiendo,
estudiando y descubriendo poco a poco una profesión
que no se le daba tan mal. “La gente me fue llamando
cada vez más y más y, sin pretensión ninguna, sin
que esto en principio fuese mi sueño ni nada, me vi
empujada a montar mi propio estudio”.
Y ahí sigue, después de 13 años. “Es un trabajo muy
bonito, si no, no llevaría tantos años. Los mismos
clientes, por su fidelidad, también me hacen continuar.
A muchos de ellos les he tatuado enteros y son algo
así como mis hijos. Les digo: “Tienes ya más tinta que
ADN. Ya eres casi más mío que de tu madre. Este es
un trabajo muy duro, muy tenso, que exige mucha
concentración, pones mucho de ti y cuando terminas
acabas extasiado, pero luego ves esa felicidad en el
cliente que te atrapa. Los trabajos en los que pones
mucho corazón te acaban enganchando”.
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Aguacate
El boom verde
San Martín del Tesorillo, tras su independencia en 2018, eligió para
el municipio un escudo con un naranjo como protagonista. Aunque
siga siendo una seña de identidad, actualmente, se calcula que casi
el 70% de los cultivos del municipio ha cambiado ya la naranja por
el aguacate, un producto con mayor demanda, menos competencia y
más rentable en el mercado.
Cooperativa, empresas y pequeños y medianos agricultores se siguen
sumando a esta transformación del cítrico al tropical que ya da
resultados, con exportaciones a numerosos países de Europa,
y que es el nuevo tesoro agrícola de la zona.
TEXTOS Y FOTOGRAFÍAS: FRANCIS MENA
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Un nuevo Tesorillo
La recta de entrada a San Martín del Tesorillo está
flanqueada por campos de naranjos con carteles en
los que se leen: Se vende. El aguacate gana terreno,
el cambio ya es evidente. La naranja lleva diez años de
capa caída, intentando sobrevivir entre precios bajos y
mucha competencia, y algunos agricultores se han dado
por vencidos, muchos ya han dado el paso al aguacate.
Hace veinte una familia vio el potencial del producto,
comenzó a cultivarlos y a venderlos y, en palabras del
alcalde, Jesús Fernández, “aquello fue un boom”.
Un kilo de naranjas en el árbol, antes de pasar por
cualquier intermediario que encarezca el producto,
difícilmente llega a los 30 céntimos -durante la
pandemia alguna variedad ha llegado al 0,50-, mientras
que la misma cantidad de aguacate tiene un valor que se
puede aproximar a los tres euros. La demanda de este
fruto tropical, exótico hace unos años y actualmente
uno más en nuestra dieta, se ha disparado, y en Europa
no hay muchos lugares con climas propicios para su
cultivo. El Campo de Gibraltar es uno de ellos.
Empresas y agricultores de Tesorillo y el Valle de
Guadiaro han apostado por esta reconversión, que tiene
sus riesgos. Un árbol de aguacate, también conocido
como palta, puede costar entre diez y veinte euros,
y puede tardar hasta tres años en dar sus primeros
frutos. Además, necesita un sistema de riego especial
que proteja este producto tropical de las temperaturas
extremas.
La Cooperativa San Martín del Tesorillo (Tesoricoop),
constituida en 2002, cuenta con unos 70 socios.
En su nave de producción, situada cerca de la Casa
Consistorial, las cajas apiladas permiten ver como en
una gráfica de barra que la producción de diferentes
variedades de naranjas son mayoría frente al aguacate.
Actualmente, la cooperativa gestiona al año unos
400.000 kilos al año de este tropical frente a los ocho
millones de las naranjas. Sin embargo, Antonio Carrera
Quesada, presidente, advierte de que son muchos los
socios agricultores que han arrancado los cítricos y
que “casi todo el mundo se está pasando al aguacate
porque venimos de años muy malos para las naranjas”.
“Aquí ha habido años que me ha dado vergüenza
sentarme delante de los agricultores porque
liquidábamos naranjas a cuatro o cinco céntimos.
Muchos han dicho que para eso no hacen nada. El
cítrico está abandonado por la administración, no hay
controles, no te ayudan, y cuando vendemos a Europa
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“El aguacate puede dar 20.000 euros más que
la naranja por hectárea”.
El 70% del aguacate que cultiva Pérez Zara es
exportado a Europa,
unos dos millones de kilos al año.
Países: Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda,
Suiza, Lituania, Letonia, Polonia, República
Checa…
“Tesorillo será todo de aguacate, el
agricultor tiene que cultivar lo que da
dinero”, asegura el presidente de Tesoricoop.
“Tenemos que cuidar el producto, no podemos
matar a la gallina de los huevos de oro”, dice
el gerente de Pérez Zara Agrícola.
“El aguacate en el árbol deja mucho más
dinero, aunque nos duela, la naranja
vale muy poco”, comenta Paula Sánchez,
agricultora y economista.
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estamos en desigualdad con Marruecos, ellos van con
cañones y nosotros con tirachinas porque no tienen
las mismas exigencias fitosanitarias que nosotros, el
mismo gasto de personal…”, comenta Antonio Carrera.
Frente a esto, el traspaso al aguacate está siendo
importante, aunque Tesoricoop va “poco a poco”.
¿Corre peligro la naranja? “Sí, Tesorillo va a terminar
siendo de aguacate; el agricultor tiene que sembrar
lo que le da dinero y, por hectárea, el aguacate puede
dar unos 20.000 euros más que la naranja. Cítricos
por aquí hay un puñado, pero tiras para arriba y está
todo sembrado de aguacates, en Jimena, Castellar, San
Roque…”, calcula.
Mientras, Tesoricoop exporta un 80% de su producción
de cítricos a países como Holanda, Bélgica, Francia,
Inglaterra, entre otros europeos, y también ha llevado
este producto de la zona a Brasil, Canadá y Emiratos
Árabes.
Hace cinco años la empresa Pérez Zara Agrícola decidió
comenzar a plantar aguacates en la costa de Málaga
y en el Campo de Gibraltar; hoy exporta a Europa. “El
campo es algo que cambia y se está produciendo una
renovación, hay un cambio de ciclo y nos tenemos que
adaptar a la demanda”, asegura Juan de Dios Pérez,
su gerente.
Pérez Zara tiene unas 80 hectáreas de naranjos por
unas 20 de aguacates. Asegura que mantiene esta
cantidad de cítricos por un “compromiso casi moral”
con una empresa filial mayorista de la provincia, Fruta
Ildefonso, a la que tiene que abastecer. El 90% de
la naranja que cultiva es para el mercado nacional e
incluso comarcal. Mientras, el 70% del aguacate que
cultiva en San Martín del Tesorillo, Almuñécar (Granada)
y Málaga es exportado a Europa, unos dos millones
de kilos al año. Lleva este tesoro verde a países como
como Dinamarca, Alemania, Suecia, Holanda, Suiza,
Lituania, Letonia, Polonia, República Checa… Este año
tiene previsto aumentar la exprotación en otros 3.000
kilos. “Nosotros tenemos cajas con el San Martín del
Tesorillo paseando por toda Europa y funciona bien,
como una fruta de calidad”, asegura.
Juan de Dios Pérez, a la hora de hablar de esta
transformación de la naranja al aguacate, prefiere no
hacer referencia a la rentabilidad, “que depende de
que el agricultor sea capaz de sacar más o menos”,
y opta por referirse a la demanda, que actualmente la
del aguacate es importante hasta el punto de calificarlo
como de una “burbuja especulativa”.
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Paula Sánchez Lianko es agricultora y economista,
propietaria de terrenos heredados de su padre situados
en la carretera Tesorillo-Jimena. Sus ganancias llegan
de la venta directa, “del campo a la casa”, y a la venta
de comercios de barrio. Actualmente, se prepara para
plantar en abril árboles del aguacate en una de sus dos
fincas. “Esto conlleva una inversión grandísima para una
familia agricultora pequeña, supone un esfuerzo bestial.
Tenemos que meter un sistema de goteo para que esos
árboles se mantengan”, explica. “El aguacate en el
árbol deja mucho más dinero que la naranja; aunque
nos duela, la naranja vale muy poco y nunca va a dejar
los márgenes de beneficios que deja el aguacate,
que tiene una demanda alta; además no solo es para
consumo de alimento, también se utiliza en productos
de cosmética”, comenta Paula Sánchez, que se declara
“defensora de la naranja”. “Dices naranja de Tesorillo y
ya lleva la marca, entonces desligarte de eso… yo no
quitaré toda mi huerta de naranja para poner aguacate,
me parecería terrible”, expresa la agricultora con un
punto de romanticismo.
El reto del agua
Si vemos un campo de aguacateros en la
zona apreciaremos que los árboles están
acompañados por una vara metálica que la
supera en altura: son aspersores antiestrés
que impiden que el producto se dañe por
las temperaturas extremas. El aguacate
es un fruto subtropical que no soporta
temperaturas altas -por encima de los
36 grados- ni inferiores al 0 grado. Este
sistema antihelada rocía el árbol de agua
cuando la temperatura ambiente desciende
bajo 0, creando lo que se denomina un
efecto iglú que impide que la temperatura
extrema llegue al interior del fruto. En
verano, consigue el efecto contrario de
suavizar el calor. Sin este sistema no sería
viable la producción de la zona.
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Con todo esto, el mayor reto que tiene el cultivo del
aguacate en el Campo de Gibraltar es el agua. Hay cierta
discrepancia a la hora de hablar de las cantidades: hay
quienes afirman que precisa cuatro veces más que un
naranjo -árbol más adaptado a la zona-, unos mil litros
cada kilo; mientras que, por ejemplo, en Pérez Zara
apuntan que “bien gestionada” no necesita más agua
“que otros cultivos y veinte veces menos que el melón o
la sandía”. En lo que todos están de acuerdo es en pedir
infraestructuras para almacenar el líquido elemento y
una mejor gestión del mismo.
Juan de Dios Pérez es claro: “Reclamamos a la
administración inversiones para la agricultura, igual
que se hacen para otros sectores como el turístico,
que permita crear herramientas para un sector que es
fundamental en la economía española; en España hay
aeropuertos en los que pasan uno o dos aviones al día
y cuestan diez veces más que un pantano”. Además,
considera conveniente crear herramientas jurídicas y un
proyecto para controlar el reparto y el aprovechamiento
del agua. Sobre esto, la agricultora Paula Sánchez
insta, además, a realizar estudios sobre el cambio en el
consumo que supone el paso de la naranja al aguacate,
y que facilite la gestión del agua.
Antonio Carrera, de Tesoricoop, también reconoce
que el agua es el “gran problema”, y va más allá: “Si
se guardara el agua que tira el Guadiaro todo el año
esto sería un vergel y todo este cerro se podría llenar
de tropicales como el mango, entre otros, y sobre
todo el aguacate. De guardar el agua que tiramos y
de administrarla en condiciones, la inversión de un
pantano se amortizaría con impuestos en doce años”.
“La reconversión al aguacate puede traer cosas buenas
pero también problemas añadidos como el tema del
agua”, agrega el alcalde tesorillero, Jesús Fernández,
que habla de la presa de Guadalmedina, situada en
el río Guadiaro, como una de las posibles soluciones.
La Junta de Andalucía sacó a licitación la redacción
del proyecto en septiembre de 2019, pero todavía le
queda recorrido. “Todavía quedarán ocho o diez años,
será muy productivo, mientras esperemos que las
lluvias nos acompañen”, comenta. También espera que
pronto esté la depuradora, con el estudio ya hecho, que
permita aprovecharse para el riego.
46
47
pensar
en el futuro
Hace solo unos años el aguacate era un producto difícil
de encontrar en nuestra dieta y en nuestras neveras,
hoy está muy presente. Además, tiene aplicaciones
médicas y cosméticas que lo hacen un fruto que es
más que un alimento. Juan de Dios Pérez, gerente de la
empresa Pérez Zara Agrícola, advierte de que se puede
estar ante una “burbuja especulativa similar a la de la
construcción” e insta a estar preparados. “Hay una gran
demanda pero eso siempre tiende a estabilizarse, las
épocas doradas nunca son para siempre, y hay que
asegurar la vida después de esta”, advierte.
Lo que este joven empresario propone es que los
agricultores se aglutinen, se asocien y cooperen para
cuidar al máximo al producto, crear una marca del
aguacate de España para que Europa vea que se está
creando una agricultura y un producto de calidad, que
sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
“No voy a decir lo que tiene que hacer cada uno pero
sí digo que hay que defender el origen y la marca de
nuestro aguacate para que sea reconocida y evitar
prácticas como cortar antes de tiempo para evitar vivir
del pelotazo sino que sea sostenible en el tiempo. No
podemos matar a la gallina de los huevos de oro”,
expresa.
48
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DETRáS DE
la historia
SANDRA DOMÍNGUEZ, FRANCIS MENA Y YOLANDA OLIVARES
Nuestras calles y plazas aguardan testimonios históricos
poco conocidos por el ciudadano de a pie. Los grandes
acontecimientos, contados en letra mayúscula, apenas dejan ver
otros relatos, de menor importancia, pero que aguardan ahí, a la
espera de ser descubiertos por las mentes más curiosas. Estas
son algunas de las historias que hay detrás de la Historia.
50
Un recuerdo de la riada de 1970
entre los muros de
San Mateo
La iglesia de San Mateo es uno de los edificios
históricos más reconocidos en la ciudad de Tarifa. El
templo, de estilo barroco, se levanta en pleno casco
urbano guardando en su interior piezas y elementos
arquitectónicos de un alto valor patrimonial. Las
imágenes y tallas que se veneran en cada una de
sus capillas, acogiendo por unos meses también a la
patrona de la ciudad, la Virgen de la Luz, son de sobra
conocidas entre tarifeños y vecinos de esta comarca.
Sin embargo, entre los muros y columnas de San Mateo
hay un trozo de la historia de Tarifa que muchos ignoran:
una placa que recuerda la altura a la que llegaron las
aguas en la inundación que desoló el centro de Tarifa
en 1970, provocando graves daños materiales, pero sin
lamentar pérdidas humanas.
51
de los cronistas oficiales de Tarifa, Cristian Triviño, los
ciudadanos paseaban por las aceras laterales a este
arroyo, a las que se conocía como calzadas y hacia las
que se cruzaba, de un lado a otro, por varios puentes al
uso. En 1889 este río fue canalizado y desviado por un
túnel excavado hasta la playa de La Caleta.
“Hasta aquí llegaron las aguas en la inundación que
sufrió esta cuidad en la noche del 13 enero de 1970.
En recuerdo y agradecido a la intersección de Nuestra
Señora de la Luz. Por no haber sucedido desgracias
personales. Siempre tus devotos”. Así reza la inscripción
sobre la piedra, a más de metro y medio de altura, junto
a la capilla lateral de la Virgen de la Luz. Este 2020 se
han cumplido 50 años de aquel suceso que muchos
vecinos todavía recuerdan.
Y es que la calle Sancho IV el Bravo, conocida
popularmente como La Calzada, la calle más céntrica
y populosa de Tarifa, precisamente donde se erige la
parroquia de San Mateo, fue el antiguo cauce de un
río que atravesó la ciudad hasta el siglo XIX, hasta
que el desarrollo y la expansión de la población fue
limitando el espacio de su caudal. Según explica uno
Con una historia a la ribera de este río, fueron muchas
las crecidas y riadas que sufrió la población tarifeña.
La última, esta que se recuerda en San Mateo. La
noche del 13 de enero de 1970, tras varios días de
intensas precipitaciones, algunas torrenciales, y que
comenzaron el 28 de diciembre del año anterior, el
cauce del arroyó colapsó, dada la gran cantidad de
agua y restos de árboles y vegetación arrastrados.
El río buscó entonces su salida natural, inundando la
parte baja de la población y provocando destrozos en
viviendas y todo tipo de comercios. El archivo parroquial
todavía guarda las partidas de bautismo y matrimonio
con restos de barro de aquel suceso.
“El arroyo se desbordó, lo que no hubiera sido tan
peligroso. Pero un muro de la cercana guardería infantil
actuó como presa y el agua se fue acumulando hasta
que finalmente el muró cedió, dando libertad al agua
que de forma abrupta llegó a su antiguo cauce de
La Calzada”, señala el historiador Wenceslao Segura
González , que recoge que el fatídico día 13 de enero de
1970 se registraron 139 litros por metro cuadrado, la
máxima precipitación diaria en Tarifa desde 1920, que
es la fecha más antigua de la que se tienen mediciones.
52
53
Los ángeles desaparecidos de
Cruz Herrera
La obra de Cruz Herrera es uno de los mayores
legados artísticos de los que presume la ciudad de La
Línea. El museo que lleva su nombre, ubicado en los
Jardines Saccone, guarda un centenar de trabajos de
la colección pictórica de este pintor que principalmente
versó su obra sobre retratos y paisajismos. Sin embargo,
Cruz Herrera pintó muchos otros motivos que salpican
distintos rincones de esta ciudad, como la iglesia de La
Inmaculada, que cuenta con un Cristo Crucificado que
tras su lienzo esconde una historia muy particular.
Se trata de una réplica exacta del famoso Cristo
Crucificado de Velázquez que se encuentra en uno de
los laterales de este santuario. Cuando Cruz Herrera
pintó esta copia, le añadió dos ángeles desnudos
en divina adoración que rodeaban al Cristo pero
que al párroco de aquel momento no convencieron,
mandándolos a borrar. Se desconoce cuál fue el motivo,
si el desnudo de los mismos o por fidelidad al cuadro
original, lo cierto es que desató la furia de Cruz Herrera
como queda demostrado en una carta que el propio
pintor envió al sacerdote y al Obispado, en la que acusa
al párroco de “raspar” los ángeles con sus “pezuñas”.
No se conserva fotografía del cuadro original.
54
Comienza así: “El vandálico acto de raspar con sus
pezuñas aquellos dos ángeles que rodeaban en mística
adoración al Santísimo Cristo; es el acto más adecuado
para deshonrar con su miserable maldad al Santo
hábito que por equivocación usted lleva puesto”.
José Herreilla Cruz Herrera (La Línea de la Concepción,
1890-Casablanca, 1972) y su obra recorrieron el
mundo. El artista linense trabajó en distintos puntos de
España, Uruguay, Argentina, Francia y especialmente
Marruecos; sin olvidarse nunca de su tierra, de sus
raíces. A su madre le hizo dos promesas en vida: que
siempre la recordaría, por eso firma como Cruz Herrera,
y que cuando se convirtiera en un artista de renombre
pintaría el Cristo de Velázquez.
Así lo destaca la directora del Museo Cruz Herrera,
Mercedes Corbacho, que restauró esta copia en 2008
y pudo comprobar entonces algunos restos de aquella
particular trifulca entre el pintor linense y el sacerdote.
“En el 2008 pude limpiar el cuadro y confirmar
mediante escáner que existían unas marcas que
probaban este daño que sufrió la pintura, ese raspado,
como dice Cruz Herrera en su carta. Parece ser que los
ángeles estaban en la parte baja del cuadro, adorando
al Cristo”. Corbacho espera volver a tratar esta obra
próximamente, ya que, debido a la humedad del templo,
necesita que el lienzo vuelve a tensarse.
Según explica la directora del museo, hacer
desaparecer una pintura, sobre todo cuando todavía
está fresca, es relativamente fácil. “Lo peor es que,
según se aprecia en las radiografías, parece que estos
ángeles se rasparon, y esto es mucho peor que pintar
encima, claro”. Ajeno a la disputa de entonces, el Cristo
Crucificado de Velázquez pintado por Cruz Herrera
permanece, solemne y majestuoso, en la parroquia de
La Inmaculada.
55
56
La calle Reina
Los Barrios conserva el testimonio de la
primera ‘carnicería’ barreña,
levantada en 1780
Muy cerquita de la Plaza de la Iglesia de Los Barrios, donde se encuentra el templo dedicado a San Isidro Labrador, se
halla una de las más curiosas imágenes que protagonizan la historia de Los Barrios.
Puede que para el vecino -o el visitante que recorre el casco histórico barreño- pase desapercibida una pequeña piedra
enmarcada, muy similar a una lápida, que resiste desde hace siglos en la fachada del edificio que ahora sirve de sede
para las oficinas de empleo de la administración estatal y autonómica.
Estamos en la calle Reina, justo detrás del edificio
que alberga el consistorio barreño, y es ahí donde el
caminante encontrará esta piedra, que da cuenta de
la primera carnicería (año 1780), en el concepto más
moderno y actual, que se abrió en Los Barrios.
Estas nuevas instalaciones llegaron de la mano de
Carlos III, considerado el gran modernizador de España,
monarca que invirtió de forma decidida en el pueblo
y en la comarca en general como consecuencia de la
campaña de asedios a Gibraltar.
La historia de esta particular piedra nos la cuenta José
Manuel Algarbani, profesor de Historia del instituto
Carlos Cano de Los Barrios y Cronista Oficial de la
Villa, quien nos recuerda que de esta misma época son
también el edificio conocido como El Pósito (1779), el
antiguo Hospital de la Caridad ( hoy centro de día de los
mayores) o la Torre de la Iglesia de San Isidro (1773-
1769). “Este inmueble construido en la calle Reina fue
considerado como la primera sede de la administración
sanitaria, la que se encargaba de velar por el buen
estado de la carne. Esta era una competencia municipal
y de ahí que estuviera junto al Ayuntamiento”, añade el
historiador.
El edificio, que disfruta de un techo abovedado que
también resulta de interés para el visitante, se levantó
con unos grandes y fuertes muros de piedra, que es el
color que aún mantiene este trozo que da testimonio
de la historia de la primera “carnicería” de Los Barrios.
57
Un pariente
de la Plaza de España
de Sevilla en Algeciras
Conforme se sube Duque de Almodóvar nos
encontramos con un edificio singular que parte el
camino en dos calles: Huerta Ángel y Monet. Conocida
como Casa del Estanco, ya que en su planta baja acogió
durante un tiempo este negocio, su torreón de ladrillos,
azulejos y forja ornamental lo convierten en un tesoro
arquitectónico de la zona baja del centro de Algeciras
y que, según la tradición oral que recoge la Asociación
de Emprendedores del Patrimonio Algecireño (AEPA),
pudo ser obra del sevillano Aníbal González, arquitecto
director de la Plaza de España de Sevilla.
La casa de la calle Monet, número 2, se construyó en
1878, sin embargo, su característico pabellón cilíndrico
fue añadido en una obra posterior, alrededor de 1929,
que le dota de una estética que reúne los estilos
neomudéjar, modernista y regionalista.
El catálogo de Edificios Notables de Interés
Arquitectónico y/o histórico en el Plan General Municipal
de Ordenación, donde cuenta con una protección de
grado 2, recoge que “resulta sorprendente su posible
condición antecesora del estilo sevillano de la Exposición
Iberoamericana de 1929”. El libro ‘Historia Urbana de
Algeciras’, de María Arando Bernal y Fernando Quiles
Gorda, también lo incluye dentro del estilo desarrollado
por Aníbal González en multitud de edificios.
El edificio, de propiedad particular, también es bello
en su interior, donde destaca, como se recoge en el
catálogo municipa, “una escalera que conduce a la
planta alta de escalones exentos de piedra natural” y
que “posee una interesante decoración con solerías
decoradas, zócalos de azulejos, barandilla de hierro
fundido y pinturas al fresco en paredes y techo”.
Aníbal González Álvarez-Ossorio, arquitecto nacido
en Sevilla, es considerado padre de la arquitectura
regionalista sevillana. Fue el arquitecto director de la
Exposición Iberoamericana desarrollada desde el 9 de
mayo de 1929 hasta el 21 de junio de 1930 y el autor
de la icónica Plaza de España, enclavada en el Parque
María Luisa de la capital andaluza. A los trabajos
conocidos que se reparten por muchos puntos de
Andalucía, hay que añadir otros que este autor tiene sin
catalogar por muchos rincones, entre ellos, AEPA cree
que está este edificio algecireño que, sin duda, tiene
una clara influencia de su estilo.
El pabellón cilíndrico con el que se remata el inmueble
triangular y que asoma a la calle Duque de Almodóvar
cuenta con un bonito cierre y ventanales de madera que
fue obra del carpintero y ebanista algecireño Manuel
Gil Díaz, autor de otros trabajos artísticos realizados en
algunos edificios emblemáticos de Algeciras, muchos
lamentablemente desaparecidos. Arriba, se remata con
cornisas de tejas y su llamativa cúpula.
58
Oba
la moneda
que nos habla
de los libio-fenicios
Nuestra pequeña protagonista apareció en el entorno
del Castillo de Jimena, declarado Monumento Nacional
en el año 1931. Allí encontró la familia de José María
Vega, un jimenato aficionado a la numismática, la
moneda que se acuñó en la ceca -fábrica de monedade
Jimena en el siglo II antes de Cristo. De dicho
hallazgo hace ya 30 años.
Se la conoce como Oba, y ha sido identificada con la
antigua ciudad de fundación fenicia, conocida por sus
acuñaciones de moneda en alfabeto libio-fenicio. Este
es el nombre que recibían algunos pueblos del Norte de
África, asentados en las tierras del Imperio Cartaginés.
Entre los siglos VI y V antes de Cristo se expandieron por
la zona oeste del Mediterráneo; y esas mismas colonias
se trasladaron a territorios fuera de África, como el sur
de la Península Ibérica. Esta política de expansión se
hizo efectiva mediante el desplazamiento de numerosos
campesinos y personas pobres que fueron llamadas, de
una forma ambigua, libio-fenicios.
Las monedas halladas junto al castillo han dejado
testimonio del paso de estos pueblos. Las que se
encontraron están fabricadas con bronce. “En su
anverso vemos a Tanik, la diosa más importante de
la mitología cartaginesa -considerada la diosa de la
luna, el amor y de la guerra- y una palma, símbolo de
Cartago”, explica José María Vega.
En su reverso, la moneda de Oba muestra un caballo al
galope y, en algunas de ellas el sentido de la marcha
del caballo está hacia la izquierda y en otras hacia la
derecha. Y sobre el animal, la palabra “Oba”, lo que
permite aseverar que hubo una ciudad libio-fenicia en
Jimena.
“Era la moneda usada para comercializar con las
ciudades de alrededor como Carteya, donde también ha
aparecido este tipo de monedas; o Lacipo, situada en lo
que hoy se conoce como Casares”, cuenta el aficionado
a la numismática.
Hemos curioseado por la red y los portales dedicados
a la venta de monedas fijan un precio de 90 euros por
cada una de ellas, aunque, de momento, aparecen con
la leyenda de “agotado”.
59
“La primera vez que recité a Lorca sentí una llama
que se encendió dentro de mí y que ya nunca se pudo
apagar”
Consuelo Trujillo
Creadora, actriz y directora de teatro. Maestra de actores e investigadora de los procesos artísticos.
Consuelo Trujillo es una reconocida actriz linense que ha logrado ganarse un hueco en el complicado
mundo de la interpretación a base de estudio, trabajo y una tarea constante de autodescubrimiento.
Se topó con su vocación recitando a Lorca en el colegio y acabó cambiando el improvisado escenario
de su azotea por las tablas, los platós de cine y la televisión, sin olvidar nunca su dedicación
educativa y humanitaria. Firme convencida del poder transformador del teatro y el compromiso social
con el cambio, en 2005 pasó por una dura enfermedad que, lejos de achicarla, le hizo volver a la
dramaturgia con más fuerza y lograr distintos premios y reconocimientos a su carrera.
SANDRA DOMÍNGUEZ
FOTOGRAFÍAS: AGENCIA ALETEIA
Actriz, directora, maestra de actores. El teatro ha
marcado buena parte de su trayectoria, aunque
también ha hecho cine y televisión. ¿En qué perfil se
siente más cómoda?
He hecho muchas cosas dentro el mundo de la
interpretación, y las sigo haciendo. Creo que este carácter
mío de querer acapararlo todo, en parte por ambiciosa, en
parte por inquieta, en parte por buscadora, marca lo que
soy como artista. Tengo un don para enseñar y lo he hecho
desde que terminé mi primera formación en arte dramático,
y durante 14 años fui parte del equipo pedagógico del
Estudio Corazza. Esto también me ha marcado como actriz;
yo enseño muy bien lo que necesito aprender, y a base de
enseñarlo también lo voy aprendiendo. Por otra parte, desde
pequeña, he sentido también la necesidad de ayudar a los
demás. Esto me hizo implicarme en proyectos de desarrollo
humano. Me he formado como terapeuta gestalt y en terapias
humanistas en el Programa SAT con Claudio Naranjo, quien
me dio la oportunidad de ayudar a la gente a través del
teatro. Así acabó una linense, la niña que nació y creció en el
Estrecho, enseñando teatro a los rusos, italianos, alemanes,
brasileños, argentinos, mexicanos y a los mayas en Chiapas.
Esto ha marcado mi vida y ha hecho que mi compromiso
con el mundo de la interpretación sea un compromiso en el
que se une el desarrollo artístico y humano, el compromiso
social y la búsqueda espiritual. Querer cambiar el mundo,
contribuir a mejorarlo, a través del teatro.
60
61
¿Qué recuerdos guarda de su infancia y
adolescencia en La Línea?
Mis recuerdos en mi pueblo están hechos de luz y de
mar… y el viento, ese que me levantaba las faldas y
me hacía correr por el huerto de Pedro Vejer cuando
caminaba hacia mi cole, el colegio de San Pedro, o por
la avenida de la Banqueta cuando iba hacia el instituto
Menéndez Tolosa. Los veranos eran larguísimos.
Intentábamos darnos el primer baño el Día del Padre,
el 19 de marzo. Mi padre me enseñó a amar el mar.
Recuerdo cuando él me hacía subir en sus hombros,
me cogía por los tobillos y me lanzaba al agua. Ahora
ese recuerdo tiene un especial significado para mí;
siento como era su manera de lanzarme a la vida.
También recuerdo la visión de esa roca enorme que
es Gibraltar, presente en mi vida desde mi nacimiento.
Era un misterio y a la vez un lugar conflictivo
emocionalmente. Cuando yo tenía dos años, mi
padre se fue a trabajar allí y en aquella época por los
acuerdos políticos, más bien desacuerdos, no podía
volver a dormir. Recuerdo la pena de mi madre y su
ausencia por largos periodos. Teníamos mucha familia
en Gibraltar y no podíamos verlos. Los domingos,
durante mucho tiempo, acudía con mis padres y mis
hermanos después de la misa en los Salesianos a la
Verja, a ver a mi abuela en la distancia, a dar voces,
a tirarle besos. Esto era lo normal. Tuve que alejarme
para comprender que no era normal, que eso ha sido
una gran injusticia y un desprecio de un gobierno por
un pueblo y por su gente. El cierre de la frontera de
Gibraltar por parte de Franco es un atentado contra
los derechos humanos y nosotros como pueblo todavía
tenemos un largo recorrido para restablecer esta
memoria histórica.
¿Cómo se da cuenta esa niña que jugaba con el
mar que quería ser actriz?
Edipo, nos cuenta Sófocles, tuvo que dejar la casa de
su padre, alejarse para iniciar el viaje interior. Yo he
tenido que viajar mucho para conocerme y también
para desarrollar esos yoes que había dentro de mí y
que buscaban referencias fuera para emerger. Tengo
recuerdos vivísimos de experiencias que me ayudaron
a iniciarme en mi vocación. En el colegio, las teresianas
me impulsaron a querer saber. Gracias a ellas hice mis
primeros viajes fuera de La Línea y se despertó en
mí una curiosidad por la lectura, por el conocimiento.
Allí hice mis primeras obras de teatro en la función de
Navidad y gracias a mi profesora Inmaculada Araujo,
“Mi implicación
en el mundo de la
interpretación es un
valor en el que se unen
el desarrollo artístico y
humano, el compromiso
social y la búsqueda
espiritual”
62
63
que me descubrió a Lorca, y me dio la oportunidad de
recitar sus poemas en una fiesta final de curso. Aquello
fue una experiencia vital, porque sentí como brotaba
dentro de mí la vocación, que yo en ese momento no
sabía qué era, pero fue como una llama que se encendió
y que ya nunca se pudo apagar.
Entonces hacía teatro en la azotea. En aquella época
vivíamos en los pisos D’Amato, casualmente justo frente
al Teatro de La Velada. Yo escribía las obras, ponía a mis
hermanos a actuar y yo también actuaba. Siempre me
vestía con el traje de novia de mi madre, reutilizado de
muchas maneras, y el público era mi madre, mi abuela
y las vecinas.
¿Cómo cambia finalmente la azotea de casa por las
tablas de un teatro? ¿Cómo fueron aquellos inicios?
Con 18 años me fui a Sevilla a estudiar Filosofía y Ciencias
de la Educación y desde que llegué a la Universidad
empecé a hacer teatro en grupos universitarios. Me
estrené en las tablas con otro linense, mi amigo José
Luis Villar, con el que he compartido tantas cosas.
José Luis es un humanista, y en mi juventud me sentí
muy unida a él, en el amor a la cultura, a la poesía,
al teatro y también en el compromiso político. La vida
me fue empujando hacia mi camino y yo fui siguiendo
esa llamada de muchas maneras. Con 21 años estaba
terminando el tercer año de carrera y me inscribí para
hacer las pruebas de selección en el Instituto de Teatro,
una escuela nueva creada en Sevilla por la Diputación
que seguía los pasos de escuelas europeas en las que
se buscaba una formación integral. Yo formé parte de la
primera promoción del Instituto del Teatro y esa fue mi
primera formación.
De allí crucé el Atlántico para seguir mis estudios en
Buenos Aires con Carlos Gandolfo. Mi experiencia en
Argentina me marcó la vida tanto a nivel personal como
artístico. Estaba buscando qué actriz quería ser. Sentía
mis carencias y buscaba herramientas que me ayudaran
a realizarme como artista, pero también buscaba
alejarme para conocerme. Allí se inicia lo que ha sido una
característica de mi camino como actriz y como persona:
unir mi camino en la vida con mi camino en el arte, unir
mi desarrollo personal con mi desarrollo artístico. La
búsqueda como sentido de mi existencia.
Cuenta con varios premios y reconocimientos a su
carrera. Si tuviese que elegir un momento concreto,
¿con cuál se quedaría?
Estos últimos 12 años han sido muy intensos. Me he
sentido bendecida por tantas oportunidades. Como actriz
creo mucho en los procesos, en realidad es lo que más
me gusta, sumergirme en los procesos de ensayo, de
creación de personajes, de dar a luz a la obra juntos
y aquí no puedo dejar de nombrar: Bodas de Sangre,
Proyecto Laramie, Cuando deje de llover, Medea, La
Geometría del Trigo, Divinas palabras, Lettre d’amour. Y
proyectos en los que he estado también como creadora,
directora e intérprete: Criatura, El cuerpo se hace nombre
y Pasión por Lorca.
Los premios que han venido los he recibido como
impulsos para seguir; y recibir el reconocimiento de tus
compañeros y compañeras en los premios de la Unión
de Actores es muy especial, es como recibir el abrazo de
los tuyos, de los que saben cuánto cuesta mantenerse
en esta profesión cada día. En el cine tuve la oportunidad
de trabajar con Paula Ortiz en La Novia. Una experiencia
que nunca olvidaré. Adoro su manera de trabajar con los
actores y su visión estética de las películas.
Son muchas las artistas que no se cansan de
denunciar el todavía papel secundario de la mujer
en puestos de responsabilidad en el mundo de la
interpretación. ¿En qué punto se encuentra ahora
mismo la lucha por los derechos de la mujer en este
sector y qué queda por hacer?
Todavía hay mucho predominio de la visión masculina en
el arte. Estamos en un mundo patriarcal y necesitamos
que las mujeres cuenten más su visión, sus historias, sus
personajes. Las actrices de más de 50 años tenemos una
piedra de Damocles sobre nosotras. Esa visión machista
de que la mujer deja de ser atractiva, sexy, deseable.
Entonces todos los personajes que nos ofrecen tienen
que ver con la madre, la abuela del protagonista, sin
historia propia. Hay muchos más personajes interesantes
para hombres de más de 50 que para mujeres. ¿Por
qué? Porque el mundo, la literatura, la historia, el cine,
la televisión, el teatro lo cuentan los hombres. Estamos
progresando en ello, pero nos queda por delante mucho
trabajo, por ello es tan importante dar visibilidad y apoyo
a las mujeres creadoras, que nos cuenten ellas el mundo
y den voz a sus personajes femeninos.
Entre proyecto y proyecto ¿se echa de menos La
Línea? ¿Cómo se ve este rinconcito del sur desde
fuera?
Me siento muy vinculada en este momento al proyecto
cultural que está poniendo en marcha el Ayuntamiento
de La Línea, esperamos que muy pronto se reinaugure el
Teatro de la Velada. Quiero apoyar personalmente
64
“Creo que es importante
salir, conocer el mundo y
luego poder volver si esa
es la elección, pero hay
que salir, hay que
abrirse al mundo”
65
¿Qui é n es
CONSUELO TRUJILLO?
Además del teatro, ha participado como actriz
en números proyectos de cine y televisión,
destacando recientemente su trabajo en Adiós,
dirigida por Paco Cabezas, Verónica, dirigida por
Paco Plaza, La Novia, de Paula Ortiz y Accidente,
serie producida por Globomedia.
Ha producido numerosos proyectos escénicos
como Criatura, Premio Godoff 2016 a la mejor
pieza de danza/performance y Premio Unión
2016 a la mejor actriz protagonista de teatro.
Presentó en la Noche de los Teatros 2019
Pasión por Lorca y en el Pavón Kamikaze la
pieza-performance Y el cuerpo se hace nombre.
En su aspiración de compaginar la creación,
la interpretación, la dirección y la enseñanza,
creó en 2009, junto con Roberto Trujillo y Susi
Sánchez, Criatura del arte, que se centra en
proyectos de creación e investigación de un
lenguaje artístico propio y donde dirige un
laboratorio para actores.
Premio Unión de Actores 2019. Mejor actriz de
reparto de teatro por La Geometría del Trigo.
Premio Unión de Actores 2016. Mejor actriz
protagonista de teatro por Criatura.
Premio Godoff Lemón Press 2016. Mejor pieza
danza/performance por Criatura.
Nominación Unión de Actores. Mejor actriz
secundaria de teatro por Medea.
Premis José Estruch 2016. Mejor interpretación
secundaria por Medea.
Premio Ercilla de Teatro 2015. Mejor intérprete
de reparto por Medea.
Premio Unión de Actores 2014. Mejor actriz
secundaria de teatro por Cuando deje de llover.
Nominación Unión de Actores 2010. Mejor actriz
protagonista de teatro por Bodas de Sangre.
Nominación Premios de la critica de habla
hispana de New York 2001 por Al sur de
Granada.
este proyecto y venir con todos los espectáculos en los
que esté participando. Ya estamos en contacto para que
esto sea posible. Esto es una ilusión muy grande, pues
desde 1994 no he vuelto a actuar en La Línea, mi pueblo.
Parece que muy pronto se cumplirá. Crucemos los dedos.
¿Qué mensaje le trasladaría a los jóvenes de esta
comarca, al futuro de esta tierra?
La gente joven es la que más me preocupa y me ocupa.
Tengo una sobrina con 18 años que vive en La Línea
y me siento muy sensibilizada con el problema de la
juventud. Creo que hemos abandonado a los jóvenes, no
nos hemos comprometido como sociedad con ellos, no
les hemos escuchado y tampoco les estamos ofreciendo
espacios, oportunidades para que puedan desarrollarse
y encontrar su camino. Y esto es lo que creo que hay
que hacer: ofrecer oportunidades, espacios de desarrollo,
referencias, posibilidades de viajar. Creo que es
importante salir, conocer el mundo y luego poder volver si
esa es la elección, pero hay que salir, hay que abrirse al
mundo. Para mí fue importante esto, abrirme a algo más
grande, y llevo a La Línea dentro, el lugar en el que nací,
me crié, comencé a construirme como ser humano, pero
luego vinieron más lugares, personas, experiencias que
me han construido. Y siempre vuelvo, siempre necesito
volver y reencontrarme con mis raíces, con mi gente,
con esa música, con el viento, el mar, mi madre, mis
hermanos, mis amigos. Por eso será tan importante para
mí cuando pueda actuar en un escenario de La Línea y
ofrecer lo que yo soy ahora a la tierra donde nací y a mi
gente. Lo vivo como una ofrenda. ¡Soñemos y hagamos
por cumplir los sueños!
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Siente Alcaidesa
PASIÓN POR EL GOLF
GOLF · RESTAURANTE · EVENTOS
UCI Covid
LA ÚLTIMA PUERTA A
LA ESPERANZA
YOLANDA OLIVARES
Encontrarnos con Ana Cabrera Calandria, responsable
de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de
La Línea, no ha sido fácil. Los sanitarios, sometidos
ahora a una crisis sanitaria que pone en riesgo su
propia supervivencia, están viviendo, con la llegada del
COVID-19, una prueba de resistencia profesional, pero
también emocional.
Quedamos en una cafetería con esta sanroqueña de
40 años, especialista en Medicina Intensiva tras una
noche de guardia en la UCI, la unidad a la que, en el
argot sanitario, se conoce como la última puerta a la
esperanza, el lugar en el que se realizan los últimos
intentos por salvar una vida.
Más de 15 profesionales (el doble desde que llegó la
pandemia) trabajan cada día en equipos compuestos por
médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y personal de
limpieza que, guardia tras guardia, dejan atrás el miedo
a enfermar y a contagiar a su familia para centrarse
únicamente en el paciente. “El miedo que vivimos en
los meses de abril y mayo es un sentimiento humano.
No solo somos sanitarios, somos personas con familias;
no sabíamos a qué nos estábamos enfrentando y esa
sensación de no controlar la situación era muy dura
para nosotros. Pese a todo eso, siempre tuvimos claro
que había que hacerlo, y creo que lo conseguimos
gracias al amor que le tenemos a nuestra profesión”,
nos cuenta Ana.
El trabajo en una unidad de cuidados intensivos
requiere de un grupo compacto, unido, en el que
los profesionales afrontan su cometido desde la
responsabilidad profesional. Cada mañana, el equipo
sanitario evalúa la situación y el estado de los pacientes,
y establece las diferentes líneas a seguir en esa pelea
por salvar sus vidas. “La llegada del COVID-19 nos
ha hecho más fuertes. Hasta ese momento cada uno
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teníamos nuestro cometido y estaba muy definido lo
que nos tocaba hacer. Ahora, esa frontera es mucho
más difusa y a veces toca hacer la tarea del auxiliar o
del celador porque, lo verdaderamente importante, es
que ninguna pieza falle”, explica la responsable de la
UCI del hospital linense.
Una fortaleza que les ha servido para soportar las duras
pruebas a las que esta terrible pandemia ha puesto
al personal sanitario desde sus inicios. “Los primeros
meses nos íbamos formando con las publicaciones
que sacaban los comités científicos. Atendíamos y
aprendíamos. Todo el que pudo aportar algo para que
el hospital de al lado lo tuviese en cuenta, lo hizo y lo
hizo en su tiempo libre”, señala la responsable de la
unidad.
La atención a los pacientes COVID-19 requiere una
exigencia muy alta. El personal médico trabaja sobre la
evidencia científica y, con el coronavirus, la evidencia
es aún escasa. “En ciencia, lo que está demostrado
es mucho más fácil de asumir. Lo tienes estructurado,
sabes qué hacer y cómo; pero cuando de repente
la ecuación no funciona y el comportamiento de los
pacientes no es el mismo, lo tienes más complicado.
Esto nos ha obligado a individualizar los tratamientos
para obtener mejores resultados. Es cierto que hay
perfiles descritos, pero el día a día nos demuestra
que hay mucha gente que no responde a ninguno de
ellos, y esa es la situación que más nos preocupa,
cuando entra alguien joven, sin patologías previas…
un enfermo sano”, explica la doctora.
Pero este no es el único desafío que ha presentado el
virus. La complejidad de la enfermedad ha provocado
una afección personal en los sanitarios, convertidos
ahora en la familia de los pacientes COVID. “Somos
las únicas manos que tocan, los únicos ojos que
ven, los intermediarios entre la familia y el paciente;
y este nuevo escenario arrastra una carga emocional
que nunca habíamos vivido. Hace poco ingresé a un
hombre de 50 años que me dijo: ’Ana, haz lo que sea
para sacarme de aquí’. Y esto es así porque somos la
única vía de escape del enfermo que está en la cama.
Escucharlos, más de lo que hacíamos habitualmente,
es fundamental”, añade la especialista.
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Pero si duros son los turnos, difícil la implicación
emocional, más terrible es la muerte provocada por el
COVID-19. Un duelo al que sus familiares se enfrentan
desde una conversación telefónica con el médico, sin
contacto alguno con su ser querido. Los médicos y
las familias han estrechado sus lazos de una forma
nunca imaginada. Conocen sus preocupaciones,
sus temores… y hasta el nombre de sus hijos. “Las
demostraciones de cariño y de apoyo son mucho más
vivas. La gente te agradece esos minutos al teléfono,
aunque estés sin comer. Necesitan saber, necesitan
ser escuchados”, aclara Ana Cabrera.
La doctora siente que desde el comienzo de la crisis
el reconocimiento que la sociedad hace de su trabajo
es más visible, pero también que pueden pasar de
héroes a villanos “en un rato”. “Yo no quería que me
aplaudieran, yo quería que se quedaran en casa, que
nos cuidaran a todos, que fuesen responsables. No vi
mal que hicieran eso cada día, y creo que era una vía
de escape que la gente necesitaba, pero lo que nos
sirve de verdad es que la gente haga lo que tiene que
hacer pensando en todos”, explica la intensivista.
Cuando le preguntamos a Ana Cabrera por esa
corriente negacionista, que niega la existencia del
virus, su respuesta es muy clara: “Los traería a la UCI
unos minutos, los metería ahí dentro, en la cristalera,
solo un ratito… Me parece estupendo que haya gente
que quiera contagiarse o no le importe contagiarse,
pero su derecho a la libertad termina donde empieza el
derecho del resto a vivir; y ahora hay mucha gente que
se ha muerto a la que no le tocaba morirse”.
La responsable de la Unidad de Cuidados Intensivos
del hospital linense espera que la vacuna llegue, y que
sea efectiva, pero no cree que esté tan pronto como se
prevé. “Y confiar tenemos que confiar, como hacemos
con la gestión de las donaciones, porque es un sistema
seguro el que garantiza su eficacia”, concluye.
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La labor de
Arcgisa
FRANCIS MENA
Agua y residuos del Campo de Gibraltar, SA (ARCGISA) está
presente en los ocho municipios de la comarca. Vemos su
nombre en contenedores, camiones, carteles y alcantarillados,
¿pero sabemos qué hace esta empresa pública en la comarca?
Gestión del ciclo integral
del agua en baja
Tratamiento y distribución
de agua en alta
¿Qué?
Arcgisa trata el agua suministrada por la
Agencia Andaluza del Agua desde los embalses
de Guadarranque y Charco Redondo para
convertirla en agua potable. En la comarca
dispone de tres plantas de tratamiento de agua
potable, con las que cubre las necesidades de
abastecimiento de todo el Campo de Gibraltar.
¿Dónde?
En todos los municipios de la comarca, excepto
en Tarifa.
¿Qué?
Una vez transportadas las aguas por las
conducciones en alta, estas llegan a los
depósitos de regulación desde donde son
conducidas a los núcleos urbanos para su
distribución domiciliaria. Después, tras su uso
en domicilios (abastecimiento), las aguas sucias
son evacuadas, recogidas y transportadas
(saneamiento) hasta las estaciones de
tratamiento de aguas residuales, donde son
tratadas hasta ser devueltas para que no
supongan un daño para el medio ambiente
(depuración) para que cumplan la normativa
vigente y no supongan un daño al medio
ambiente.
¿Dónde?
Abastecimiento y saneamiento en todos los
municipios excepto en Tarifa y Algeciras.
Depuración, en toda la comarca, excepto en
Tarifa.
¿Cuánto?
Volumen de agua abastecida a domicilio:
10.338.609 metros cúbicos.
¿Cuánto?
Volumen de agua producida: 36.749.803 metros
cúbicos puestos en red.
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Recogida de residuos
La empresa Arcgisa presta servicios de recogida
y transporte de la fracción orgánica y mezcla
(contenedor gris) y de los muebles y enseres.
¿Dónde?
En todos los municipios de la comarca,
excepto en Algeciras.
¿Cuánto?
1.330.000 contenedores/año (fracción gris).
3.644 contenedores/día (fracción gris).
Recogida selectiva de
residuos urbanos
Arcgisa presta un servicio gratuito de recogida
diferenciada de siete tipos diferentes de residuos
domésticos: envases ligeros; papel y cartón;
vidrio, pilas alcalinas, salinas y de botón; y
residuos eléctricos y electrónicos, material textil
utilizado y acéites vegetales usados.
Tratamiento , valorización
y eliminación de residuos
sólidos urbanos
El tratamiento, valorización y eliminación de
residuos sólidos urbanos se realizan en el
complejo medio ambiental Sur de Europa, que
consta de líneas de clasificación de embases
para recuperar los residuos del contenedor
amarillo y líneas de recuperación y compostaje
para tratar los residuos del contenedor gris
(recuperamos el 40% de los materiales y
orgánica).
¿Dónde?
En todos los municipios de la comarca, Gibraltar
y Ceuta.
¿Cuánto?
Recuperamos para su reciclado el 90% de los
materiales del contenedor amarillo y el 40% de
los materiales y orgánica del contenedor gris.
¿Dónde?
En los ocho municipios.
¿Cuánto?
Envases ligeros (contenedor amarillo)
2.709.210 kilos.
Papel y cartón (azul) 3.250.030 kilos.
Vidrio (verde) 2.425.580 kilos.
Pilas usadas 4.710 kilos.
Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos:
458.080 kilos.
Acéite vegetales usados 87.260.000 kilos.
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La migración de aves
en el Estrecho,
un viaje hacia la vida
Millones de aves utilizan el Estrecho de Gibraltar para trasladarse al continente africano en busca
de alimento y buenas temperaturas. Es en Tarifa donde acarician la meta, a apenas unos kilómetros
sobre el mar, antes de aterrizar en tierras cálidas donde pasar el frío invierno europeo.
YOLANDA OLIVARES
Más de 40 millones de aves cruzan cada año el Estrecho de Gibraltar en un viaje vital en busca de luz, comida y
abrigo. La llegada del frío al viejo continente y, sobre todo, la escasez de alimento que provocan las bajas temperaturas,
empujan a estas aves a iniciar una aventura de supervivencia que se inicia en julio y concluye en octubre. Estamos
hablando de la conocida migración postnupcial, la que se da después de la cría, y que lleva a las aves a trasladarse al
continente africano en busca de alimento que les asegure otro ciclo biológico.
Apenas unos meses más tarde, cuando febrero empieza a asomar la cabeza, las valientes aves viajeras regresan desde
África para volver, reproducirse -migración prenupcial-, criar a sus polluelos y garantizar su descendencia. Esta, la
migración de aves, no es más que la forma natural en que las aves sobreviven cada año.
Planeadoras y otras aves más pequeñas recurren al Estrecho para alcanzar su destino de una forma fácil y segura. Es
apenas un viaje de 14 kilómetros, los que separan un continente de otro, con el que evitan grandes distancias sobre
el mar, ahorrando también valiosas energías. Llegar a Tarifa es acariciar la meta con las manos, y solo resta un último
esfuerzo para sobrevolar tierras africanas.
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FOTOGRAFÍA: JAVIER ELORRIAGA 75
FOTOGRAFÍA: DAVID BARROS
Este éxodo natural recoge unas cifras abrumadoras
cada año. Por el Estrecho de Gibraltar pasan más de
450.000 aves planeadoras de 33 especies diferentes;
más de 330.000 rapaces; 150.000 Milanos negros;
125.000 Cigüeñas blancas; casi 95.000 Abejeros
europeos; 40.000 Águilas calzadas; 30.000 Culebreras
europeas; casi 5.000 Cigüeñas negras, 4.500
alimoches, 19.000 Abejarucos, y más de 100.000
de otras aves menores como Vencejos, Golondrinas y
Fringílidos. Además, los avistamientos dejan huella de
hasta un total de 37 especies distintas de aves marinas,
entre las que destaca la pardela cenicienta, con unos
450.000 individuos por año.
“Por su situación geográfica entre dos grandes masas
de agua, el Estrecho es un lugar privilegiado para
observar los desplazamientos de aves marinas entre
el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico y viceversa.
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Tampoco debemos olvidar el perfecto escenario
del Parque Natural de Los Alcornocales y el Parque
Natural del Estrecho, que hacen de este lugar uno de
los mejores de toda Europa occidental para observar
aves planeadores”, explica Diego Herrera, técnico de
Turismo en el Observatorio de Cazalla, gestionado por el
Ayuntamiento de Tarifa.
La migración de aves en Tarifa y el Estrecho de Gibraltar
es un fenómeno conocido mundialmente por los
aficionados y se ha convertido, en pocos años, en un
atractivo turístico para los observadores experimentados.
“Es un tipo de turista que disfruta de una alta formación
académica y por lo general se comporta de manera
muy educada con el entorno. Se levanta temprano para
observar las primeras aves por la mañana y regresa
pronto a la cama para tomar fuerzas para la siguiente
jornada. Les gusta disfrutar de la gastronomía de la zona,
conocer las costumbres del lugar y su nivel adquisitivo es
medio alto”, añade el técnico del Observatorio de Cazalla.
Los beneficios que genera esta nueva oferta no solo se
limitan a la época de migraciones, sino que se extienden
a lo largo de todo el año. “La invernada es impresionante
con aves del Norte de Europa y el paso de marinas
es espectacular. También hay un fenómeno bastante
desconocido de dispersión juvenil del Buitre leonado
gracias al cual se pueden ver miles de ellos pasando a
África, y esto ocurre en los meses de octubre y noviembre,
fuera de temporada turística”, explica Diego Herrera.
Se presenta, por tanto, como un recurso de gran
potencial para desestacionalizar el turismo y disfrutar de
los beneficios de tener visitantes en la zona durante todo
el año. “Solo tenemos que invertir en infraestructuras,
hacer un mantenimiento de los observatorios que
ya existen, señalizarlos correctamente para hacerlos
accesibles y trabajar en acciones de promoción. Los
recursos principales -las aves y los espacios naturalesya
los tenemos, solo hay que cuidarlos y conservarlos”,
apostilla Herrera, partidario de que la educación ambiental
sea también un valor entre la población local.
FOTOGRAFÍA: DAVID BARROS
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80 FOTOGRAFÍA: DAVID BARROS
Un selfie en un lugar único
en el mundo
El Observatorio de Cazalla (km. 87 de la N-340),
gestionado por el Ayuntamiento de Tarifa, es uno de los
puntos más importantes del mundo para contemplar la
migración de las aves. Su ubicación en alto, sobre el
cerro del mismo nombre, permite observar los bandos
de aves que se canalizan a través de los valles y las
sierras cercanas antes de iniciar el cruce a la otra
orilla. Disfruta de aparcamientos y un fácil acceso al
observatorio, que sirve además de punto de información
a los aficionados al turismo ornitológico y, por tanto, un
lugar de obligada visita para todos los observadores de
aves.
En el año 2019 un total de 11.782 personas visitaron
el observatorio de Cazalla. De estos, 2.737 fueron
observadores de aves procedentes de todos los puntos
de la geografía española y mundial como Reino Unido
o Países Bajos, pero también India o Japón. Muchos
de estos turistas (9.045 en 2019) hicieron parada en
Cazalla para observar los espectaculares paisajes del
Norte de África y el entorno de Tarifa, y hacerse un
selfie para inmortalizar el lugar y el momento. Muchos
de ellos se sorprenden y desconocen la migración y es
en esa visita, destinada inicialmente a disfrutar de las
vistas, cuando muestran interés por el fenómeno.
El observatorio trabaja de manera muy activa en la
promoción de este encuentro con las aves, convertida
en fuente de riqueza turística, y organiza citas ya
consolidadas como los Migbird en primavera y otoño,
coincidiendo con las migraciones; o actividades diversas
para dar a conocer la ornitología a la población local.
FOTOGRAFÍA: SOPHIE TRIAY 81
El cambio climatico
está propiciando la entrada
de especies africanas
Diego Herrera, técnico de Turismo en el Observatorio de
Cazalla, en Tarifa, nos advierte que se están detectando
cambios en las rutas que emplean las aves en sus
migraciones como consecuencia del cambio climático.
“Un ejemplo claro es el comportamiento del Águila
calzada (Aquila pennata) que antes migraba para pasar
el invierno en África, pero que ahora es cada vez más
habitual ver en nuestro entorno durante la invernada. Y
otro fenómeno que está ocurriendo es el avistamiento
de “rarezas”, especies típicamente africanas como
el Buitre moteado (Gyps rueppelli), el Elanio común
(Elanus caeruleus), que lo tenemos en la Janda, o el
Bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus) que incluso
llegó a criar en Tarifa”, detalla Herrera.
Esto indica, en su opinión, que las aves están
encontrando “ambientes africanos” en España. Esto
puede desembocar en que un ave como el Escribano
sahariano (Emberiza sahari) se haya ido expandiendo
hacia el Norte de África y pueda ser la próxima en
colonizar la Península. “El cambio en las fechas
migratorias, con el adelanto de las primaveras, está
demostrando que las aves son unos bioindicadores
excelentes para medir el cambio climático que se está
produciendo en nuestro planeta”, explica.
ILUSTRACIÓN: RAMÓN BROCETA
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“Nunca hubiese llegado tan lejos si mi ciudad y
mi club no hubiesen respirado balonmano”
Jennifer Gutierrez Bermejo
JUGADORA DE BALONMANO
FRANCIS MENA
FOTOGRAFÍAS: RFEBM / J. L. RECIO
Jennifer Gutiérrez Bermejo (20 de febrero de 1995) nació en Horgen, Suiza, pero cuando tenía seis
años sus padres volvieron a su ciudad de origen: Algeciras. Cuando estudiaba en el colegio Los Pinos
se apuntaba a todas las actividades extraescolares pero fue el balonmano, de la mano del Ciudad de
Algeciras, lo que le cambió la vida. Convertida ya en profesional, es internacional con la selección
española y con las Guerreras alcanzó la final del pasado Mundial de Balonmano de Japón. Tras
recibir la pasada temporada el galardón de mejor jugadora de la máxima competición española, la
extremo izquierda vive esta campaña una aventura en Alemania, donde juega en uno de los mejores
equipos del continente: el Borussia de Dortmund. En el horizonte, el sueño de los Juegos Olímpicos.
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emigraron y allí nací y viví hasta los seis años, cuando
empecé el cole volvieron a España. Mi madre se empeñó
en hablarme en alemán, y al final me ha servido.
¿Por qué decidiste irte a la Bundesliga?
Hace un par de años que tenía muchas ganas de probar
la experiencia en el extranjero, siempre he sido curiosa
y he querido dar el salto. Después del Mundial de Japón
mi representante en el extranjero me planteó algunas
opciones y al final decidí irme a Dortmund, a un equipo
que jugaba Champions, que era un plus porque es la
mejor competición de clubes del mundo.
¿Es muy diferente aquel balonmano femenino al de
España?
“Ganar el MPV la pasada
temporada fue el broche de
oro a mi última temporada
en España”
¿Qué tal lleva la experiencia en Alemania?
Está siendo muy positiva; al principio, algo complicado
por las costumbres, los horarios y también es diferente la
forma de entrenar y de ver el balonmano, pero he tenido
mucha suerte porque todas mis compañeras son de su
misma edad, chispa arriba, chispa abajo, son las jóvenes
de sus selecciones, y todas tenemos los mismos planes,
las mismas ilusiones, y está bastante guay.
Fuera del balonmano la verdad es que los entrenamientos
no dejan para hacer mucho, entrenamos mañana y tarde,
todos los días menos los días que jugamos y si tenemos
partido en el extranjero estamos viajando. El poco tiempo
libre lo aprovecho para recibir clases de alemán, ir al
fisioterapeuta, descansar algo y hacer la compra.
¿Ya te has habituado al idioma?
Sí, es que yo sabía un poco de suizo-alemán y a la
hora de entenderlo es parecido, en dos semanas lo
entendía todo, solo que como soy más vergonzosa me
cuesta pronunciarlo y ahora hablo mucho el inglés con
las compañeras. Yo nací en Suiza porque mis padres
Es una liga más dura físicamente, es otro tipo de
balonmano, con más lanzamiento exterior, gente más
fuerte, más alta, pero al final no deja de ser balonmano.
La filosofía aquí es que cuanto más entrenas, mejor; un
poco a lo antaño, mucha carrera, mucho físico... al final
se te adapta el cuerpo.
Si hablamos de competición, al final la liga española es
una liga joven, económicamente no hay muchos recursos
y tampoco muchas ayudas ni patrocinadores, ahora
está Iberdrola. Las jugadoras de balonmano tenemos
que salir fuera a buscar esa profesionalidad que en tu
país no puedes conseguir; aquí tienes que compaginar
el balonmano con otro trabajo, o trabajos, o estudios.
La mayoría de jugadoras de la selección juegan fuera
y todas las extranjeras les gustaría venir a España si
la competición fuese más profesional porque saben
que aquí se vive bien. También hay diferencia con el
balonmano masculino, en femenino no existe un club
como el FC Barcelona, estamos a muchos peldaños de
la competición de hombres. Ojalá algún día se pudiera
igualar.
¿Desde la élite, cómo recuerdas ahora tus inicios en
este deporte?
Bueno, yo era un culo inquieto, me apuntaba a todos los
deportes y actividades extraescolares: atletismo, fútbol,
hípica, natación, baile... ¡he estado en todo! Mi ultimo
año en Primero de ESO estaba en baloncesto, pero el
equipo se disolvió y, en mi cole de Los Pinos se ha vivido
mucho el Balonmano Ciudad de Algeciras. En Asobal,
la ciudad respiraba balonmano y algunos profesores
estaban vinculados al club y me animaron a probar el
equipo femenino, fui y me encontré un grupo de niñas
de mi edad, todas igual que yo, que tenía mis gustos.
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Siempre lo digo, yo no estaría aquí si mi ciudad y mi club, toda la gente que lo forman y
que lo vive tan intensamente, no me hubiesen transmitido esas ganas y el amor por este
deporte. Ahora con el coronavirus no sé cómo estará pero puedes ir allí y ver que hay
equipos de todas las categorías, masculina y femenina, y están los equipos A, B, C y, a
veces, hasta D. Hace un gran trabajo de cantera.
“El Mundial de Japón no
quiero que se me olvide en
la vida”
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¿Qué supuso recibir la pasada temporada el premio a mejor jugadora de la Liga
Guerreras Iberdrola, la máxima competición nacional?
Fue una alegría, es un orgullo, me hubiese gustado la temporada con el Elche porque
íbamos en una muy buena situación, estábamos jugando muy bien y no teníamos freno
en la pelea por el título de Liga. El premio de MVP en mi última temporada en España y
en la liga española fue como un broche de oro.
Deportivamente, 2020 no ha sido un mal año para usted, también vivió una final
del Mundial, algo histórico para el balonmano femenino español.
El Mundial de Japón... no quiero que se me olvide en la vida, cada vez que me acuerdo
no me sale una sonrisa. Fuimos como una selección humilde, tras años muy duros,
resultados no muy buenos en campeonatos anteriores y nuestro objetivo era quedar entre
las ocho primeras para el preolímpico. Entonces empiezas, vas entrenando, entrenas
muy duro, con una preparación larga, un viaje a Japón muy duro, pero van pasando
los partidos y vas ganando y cuanto más ganas, más alegría y más ganas de trabajar y
cada partido, recuerdo, era una final, cuando no era para estar entre ocho mejores, nos
encontrábamos que podíamos estar entre los cuatro primeros, vas a muerte, otra final, y
nos metemos en semifinales, luego la final. No lo esperábamos para nada. Fue increíble.
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¿Y cómo recuerdas esa jugada final que os arrebató
el oro frente a Países Bajos?
En ese momento te quedas embajoná, diciendo: no me
puedo creer que se vaya así la final, en un penalti a
tiempo parado. Fue muy feo, nos quedamos con mala
sensación, destrozada pero luego lo vas analizando
fríamente, conforme pasa los días la medalla supo mejor,
y pones a ver la imagen, y entiendes que fue un error,
que la árbitra, dentro de que se la jugaron y que era muy
difícil, acierta.
¿Esas ganas de más, esa revancha será en Tokio
2021?
Antes tenemos que clasificarnos matemáticamente.
La fase de grupo comienza en marzo -del 20 al 22 de
marzo- y se clasifican las dos primeras del grupo de
Argentina, Senegal, Suecia y nosotros. Todo esto del
coronavirus afecta negativamente, llevas un ritmo de
competición y al final tienes que pararlo todo, hay gente
que puede competir, gente que no, pero al final esto no
le viene bien a nadie.
¿Crees que acertaron?
La decisión creo que fue correcta, hay una línea del
brazo de mis compañeras dentro del área antes de que
el balón salga de fuera, pero en directo es cuestión de
una milésima, se la jugó pero pudo perfectamente no
pitar nada y jugárnosla en la prórroga. Pero bueno, al
final te quedas con lo bueno, con todo el campeonato,
que es mucho más que los momentos de partido y fue
una experiencia inolvidable y para repetir. Nos quedamos
con ganas de más.
“Las jugadoras de
balonmano tenemos que
salir al extranjero a buscar
esa profesionalidad que en
nuestro país no podemos
conseguir”
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Vidas Singulares
Tomamos ahora un camino diferente, nos apartamos del bullicio de las ciudades para
conocer a dos campogibraltareños singulares dentro de una comarca singular. Juan
y Juan. Uno es el único habitante de la aldea Cucarrete; el otro, el último cabrero de
La Línea. Dos formas de vivir más propias de otro tiempo, dos maneras de ver la vida,
otro prisma que tal vez nos dice algo.
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Juan Tocon
superviviente EN Cucarrete
YOLANDA OLIVARES
FOTOGRAFÍA: JUAN MANUEL GALINDO
Nos acercamos a Cucarrete en un vehículo conducido
por Eduardo Briones, la persona que me ha facilitado
llegar a un encuentro complicado de gestionar y del
que todavía no tengo certeza que vaya a ocurrir.
Mientras recorremos los montes municipales de Los
Barrios, mecidos por el traqueteo del 4x4, espero
como la que espera a la suerte.
La fama de Juan Tocón Calvente, el último
superviviente de Cucarrete, no aporta mucho
optimismo a la ecuación. Esquivo y atento a
extraños, pese a sus más de 90 años, su actitud
es propia de la de cualquier persona que vive en
el campo, completamente solo, que se acuesta y
se levanta siguiendo la luz del día. “Si ve a alguien
que no conoce, se esconde y no sale”, me cuentan
algunas de las personas con las que he contactado
para llegar hasta Juan.
Manolo Correro, guarda forestal del Ayuntamiento
de Los Barrios que nos acompaña en el vehículo,
ha servido de intermediario a través de un familiar,
tratante de ganado, que suele ver a Juan Tocón
deambulando por los montes cercanos a su vivienda.
“Mi tío le ha dicho que vendríamos a verlo a las once
de la mañana. A ver si lo encontramos”, explica.
Después de unos minutos en el coche, por fin
contemplamos la casa donde este anciano vive
desde hace más de 50 años. Una vivienda que
sobrevive en pie en unas condiciones poco seguras
y con carencias que recuerdan a otra época, a otro
lugar. “Juan se quedó ahí, en ese mismo tiempo y
lugar”, explica el trabajador municipal.
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Al bajarnos del vehículo, Manolo Correro llama por teléfono
a su tío para comprobar que el día anterior había avisado
a Juan de que vendríamos a verlo. “¿Está en la casa? Voy
a ver”, añade a este lado del teléfono. Nos asomamos
hasta allí pero no encontramos a nadie. Enseguida el
guarda toma la iniciativa y decide ir a buscarlo. “No debe
andar muy lejos”. A los pocos minutos, mientras los
demás curioseamos por los alrededores de la vivienda, a
la que ni siquiera nos atrevemos a entrar, aparece Juan,
acompañado de cerca por Manolo.
Llega hasta nuestro encuentro apoyado en un bastón, con
sombrero, pantalón, camisa, jersey y pañuelo al cuello. Su
aspecto es de cierta dejadez, y enseguida pregunta por
otro guarda, algo confuso por nuestra presencia. “Vienen
a entrevistarte, Juan”, le dice nuestro guía, señalándonos.
“¡¡Pero tú nunca has venido por aquí!!, dice de repente,
dirigiéndose a mí y dando pie a la tan ansiada y esperada
conversación.
“Cuando vivíamos aquí, no venía nadie, porque no había
carril, solo una verea. Ahora solo veo a los conocidos, a
los que tienen algo”, en alusión a varias familias que aún
conservan en Cucarrete una vivienda. Son ellos quienes
les traen alimentos a Juan Tocón.
“Estoy jugando a las cartas con dos o tres barajas…
Estoy con Benito, con Angelita, Guillermo, todos los que
vienen por aquí”, nos cuenta. Le preguntamos si vive con
dinero o alguna pensión y nos contesta que no, pero el
guarda nos hace alguna señal para advertirnos de que
no es así.
Su vida en Cucarrete transcurre con sencillez: caminar y
ayudar en el cuidado del ganado de los vecinos. “Yo no
me he criado aquí, nací en Las Lagunillas, en la casa de
los forestales. Vine y me quedé en el campo y a eso es
a lo que estoy acostumbrado”, explica. “Él no echa de
menos nada, porque nunca ha tenido nada”, interviene
Manolo.
Le preguntamos si visita Los Barrios y nos cuenta que sí,
que baja de vez en cuando. “¿Pero qué hace uno en el
pueblo?, ná”, añade.
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Juan no lleva mascarillas, intentamos preguntarle si sabe
por qué las llevamos nosotros mientras subimos cerca
de la casa, para hacerle algunas fotos. “Yo tengo una ahí,
para cuando voy abajo. Cuando me meto en el coche, me
la pongo. Por lo visto hay algo que está corriendo…”,
explica sin más con una simpleza que asusta. “Eso es
bueno pa ti, pa mí y para todo el mundo, pero cada uno
camina de una manera… y las multas, a punta pala”,
nos dice.
Entre pregunta y pregunta, se le oye contar historias, de
su juventud, de su infancia, pero no logramos entender
qué quiere decirnos porque parece como si todos sus
pensamientos brotasen solos. Y en ese brotar de palabras
nos enteramos que en una ocasión tuvo problemas con
unas pastillas que usaba para hacer fuego. “La leña es
una trabajera muy mala. Antes sí, porque se gastaba
mucha leña pero hoy no merece la pena”, añade. El
médico le dijo entonces que las pastillas para hacer
fuego podían usarse fuera, pero no dentro de la vivienda.
“Me entró una cosa mala”, aclara Juan.
Durante toda la conversación no hemos logrado saber
la edad qué tiene, quizás entre 90 y 93 años, afirma el
guarda. “Noventa largos, por ahí van los tiros”, añade
Tocón.
Me despido de este hombre, afable y esquivo,
preguntándole si está bien, si su vida en el campo es
buena, y si se plantea volver al pueblo. Preguntas típicas
de quien infravalora la vida en el campo. “Yo vivo con esta
familia, que es muy buena gente”, añade, en referencia
a los vecinos que pasan por allí. Y eso es lo único
verdaderamente importante para él.
Como buen anfitrión, Juan Tocón me dice adiós
invitándome a que acuda a la romería de Cucarrete, esa
que celebran quienes dejaron aquí parte de su historia,
de su legado familiar.
“Vendré a verte, claro que sí”, le digo antes de volver al
vehículo.
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Los apellidos que salieron del poblado
fundado en el siglo XVIII
La aldea de Cucarrete fue fundada a principios del siglo XVIII por familias procedentes de San Roque, Gibraltar y la
serranía de Ronda. Unas cincuenta viviendas rurales conformaron el poblado, y hoy solo una de ellas
queda en pie. El resto fueron demolidas a principios de los años 70 del siglo XX.
El gentilicio era cucarreteño, y los apellidos más comunes que dieron origen a la aldea son Márquez, Correro,
Rojas, Calvente y Mariscal. Una curiosidad, su vida era tan sana que disfrutaban de un promedio
de longevidad de entre 85 y 95 años.
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Juan Manga
UN cabrero EN LA CIUDAD
SANDRA DOMÍNGUEZ
FOTOGRAFÍA: FRANCIS MENA
Si te ves perdido te echas al cabrío, y si no al río.
Este refrán popular ha marcado buena parte de la
vida de Juan Manga; un vecino de El Zabal, en La
Línea, dedicado al pastoreo y que, a sus 62 años,
es el último cabrero de la zona. Una profesión, un
pasatiempo, una forma de ser y sentir el campo que
asegura que le ha salvado la vida.
Localizar a Juan no ha sido muy complicado. Alejado
de Internet y las redes sociales, su familia ha sido la
que nos ha puesto en contacto con él, que, aunque
se describe como un hombre de campo, nos explica
que le da tiempo a todo y compatibiliza bien la
ciudad, su trabajo, su familia y amigos, y sus tan
esperados momentos de desconexión del resto del
mundo, centrándose sólo en su rebaño.
Humilde y sencillo, apoyado en el característico
bastón de pastor, nos recibe en un parcela verde y
frondosa de El Zabal, donde se encuentra con un
rebaño de cabras y ovejas. “Mi vida es esto, lo que
realmente me llena”, señala a los animales. Y es que
Juan Manga lleva toda la vida dedicada al pastoreo,
en lo que invierte todas las tardes y ratos libres de
los que dispone. Siendo tan sólo un niño, con cinco
años, le regalaron su primera cabra; hoy cuenta con
más de 300 de estos animales.
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Que cómo los controla a todos él solo, “son ellos los
que me llevan a mí, no yo”, destaca por momentos
emocionado. Rebaño arriba y abajo, unas sueltas y otras
en mallas, la labor de Juan es guiar al ganado por estas
tierras, entre El Zabal y El Higuerón, que ahora cruzan
carretas. “Hay que tener cuidado de que no se vayan a
la carretera, de ir con ellos y guiarlos un poquito. Yo los
llamo y los tengo aquí conmigo en un momento. Hasta la
oveja que se pierde sabe volver al corral sola”.
Con sus cabras y ovejas pasa entre unas ocho y nueve
horas al día andando. Un trabajo sacrificado que hace
con mucho gusto. “Me quito horas de sueño para estar
con ellas más tiempo, todas las tardes, llueva o haga frío,
haga el tiempo que haga y sea el día que sea. Esto es un
trabajo duro que te tiene que gustar. Hay que morir con
esto y yo voy a seguir hasta que pueda”, advierte seguro
de lo que dice y siente.
Estos ratos, con sus animales, con la paz y la tranquilidad
que sólo se respira en el campo, son los que le llenan de
la energía suficiente para continuar adelante y superar
cualquier bache. “A los 22 años tuve problemas con
el alcohol y esto me quitó de eso. He pasado muchas
cosas y aquí estoy. Esto me ha ayudado a salir adelante.
Aquí uno se despeja de los problemas y de todo. Cuando
llego y veo una oveja paría, parece que me ha tocado la
lotería. El campo es mi vida. Te vienes aquí por las tardes
y te tomas todas las pastillas que necesitas”. Alejado del
mundanal ruido de la ciudad, Juan es consiente de todo
lo que está pasando, en plena pandemia de Covid-19,
fuera del pequeño universo que ha construido, y ante lo
que sugiere: “Habrá que venirse más al campo”.
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Proyecto Corredor Verde
Sector Dársena El Saladillo-Puerto de Algeciras
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www.apba.es
Los vecinos de la zona, después de toda una vida
recorriendo los caminos del Zabal, le conocen y aprecian.
Muchos le acompañan en sus ratos e incluso le llevan
alguna comida. “Me piden que les avise cuando vaya a
parir alguna de las ovejas para venir a verla o les acerco
los borreguitos a los niños para que los toquen. Esto es
que vienes y te enganchas”.
No saca rentabilidad económica de estos animales,
al contrario: “Hace poco me dejé un dinero en varios
camiones de paja y pienso”, pero esto a Juan no le pesa.
Durante 30 años trabajó en el matadero municipal. Hoy
ejerce por las mañanas como carnicero en una empresa
cárnica, junto a varios compañeros de entonces.
Paradójicamente, aunque lleva media vida “trabajando la
carne”, confiesa que es incapaz de levantar un cuchillo y
hacer cualquier daño a un animal.
Y es que esa sensibilidad especial con estos animales,
sus animales, ha logrado que Juan Manga llegue a
entenderlos de alguna manera. No le gusta contarlos y
ponerle un nombre a cada una de sus cabras y ovejas
es casi imposible, pero asegura que las conoce a todas.
“Ellas tienen sus costumbres igual que las personas. Está
la que siempre va delante, las que van detrás, la que
le gusta pegar mientras está comiendo. Hay de todo y
hay un momento en el que llego a entenderlas. Esto es
para vivirlo, es precioso”. Y allí le dejamos, continuando
su paseo con las cabras y ovejas a las que acompaña o
más bien le acompañan a él.
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EL VALOR DEL
producto
Rica y diversa, la gastronomía del Campo de Gibraltar es uno de sus
mayores atractivos. El valor del producto, patrimonio inmaterial de nuestra
oferta culinaria, se une al afán constante de innovación de los hosteleros
de la zona, que aspiran a situarse en la vanguardia gastronómica y
encontrar la combinación perfecta para que, propios y extraños, conozcan
esta comarca a través de sus sabores.
Siroco se cuela entre los fogones de tres establecimientos del Campo
de Gibraltar para conocer, con tres platos distintos, las posibilidades de
productos locales como el rabo de toro, el atún o las setas.
YOLANDA OLIVARES Y SANDRA DOMÍNGUEZ
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FOTOGRAFÍA: JUAN MANUEL GALINDO
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Lomo de atun rojo
a la brasa con manteca colorá y puré de
queso payoyo
Las cocinas de Bitácora, en La Línea de la Concepción,
están capitaneadas por Eduardo González quien,
asociado junto a sus dos hermanos, hace año y medio
abrió este nuevo local que, en poco tiempo, ha hecho
méritos para situarse entre los establecimientos
gastronómicos más destacados del Campo de Gibraltar
por combinar con éxito los productos locales más
tradicionales y la nueva cocina. En 2019 Bitácora se
hizo con el primer premio profesional de la V Ruta de la
Tapa de La Línea gracias a una elaboración de tartar de
boquerón en vinagre, sorbete de rebujito y gazpacho de
albahaca y manzana verde.
“Nuestra cocina se basa en los productos de aquí,
apoyados en la cocina tradicional y acompañados
por elaboraciones más vanguardistas, con sabores
explosivos, productos y recetas de otras partes del
mundo”, destaca Eduardo González, que se dispone
a mostrar a Siroco el potencial de un producto local
como el atún rojo, un producto que enamora por sus
posibilidades infinitas.
FOTOGRAFÍA: FRANCIS MENA
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En la última temporada del atún, Eduardo trabajó en su
cocina este producto de tantas formas como fue capaz
de inventar. Durante mes y medio Bitácora ofreció
hasta 14 recetas distintas basadas en este producto,
combinado con otros como los vinos de Jerez, diversos
cócteles, el mojito de moscatel, el mango de Nerja, la
milhoja de fresas con gin tonic, pica pica de té moruno,
holandesa de manteca colorá o puré encebollado, entre
otros.
Su última elaboración, la de atún rojo a la brasa
con manteca colorá y puré de queso payoyo, juega
con productos típicos como el atún, la manteca y
la banderilla de atún con el queso gaditano. Una
combinación perfecta.
108 FOTOGRAFÍAS: FRANCIS MENA
Revuelto de setas con
huevo de oca
Alberto Taja Barragán y su mujer son los responsables del Restaurante Cepas desde hace nueve
años. Tras aterrizar desde Argentina en Algeciras, y después de pasar por diferentes establecimientos
de hostelería en Segovia, Alberto volvió a tierras algecireñas, donde trabajó en La Sal, ejerciendo de
jefe de sala y encargado. Concluida esa etapa, decidió abrir su propio establecimiento y en 2011
inauguró su restaurante. Hace cuatro años decidió seguir apostando por el sitio, ubicado en el paseo
marítimo de Getares, adquiriendo la propiedad y realizando numerosas reformas al local.
FOTOGRAFÍA: JUAN MANUEL GALINDO
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El cliente de Cepas encuentra en su carta una cocina
tradicional, de la zona, muy centrada en el producto pero
con un toque diferente. “Utilizamos el mejor producto
del mercado, y siempre que se puede, con proveedores
de la comarca o la provincia. Trabajamos el retinto, el
pescado fresco, las setas, o el atún rojo; y sin perder
la atención en todos ellos, hemos ido incorporando
algunos nuevos para atender a una clientela fiel, que
busca platos diferentes”, explica Alberto, responsable
de la cocina.
Para la visita de Siroco, el cocinero ha escogido un
revuelto de setas variadas con huevos de oca y aceite
de trufas. En su establecimiento se consumen 3.700
huevos de oca al año en los siete meses de temporada
de este producto. Este plato, que se termina en mesa,
delante del cliente, incluye un mix de seis setas
diferentes que se trinchan junto al huevo de oca. Una
explosión de sabor y colores que llegan al comensal
con el aroma que desprende el aceite de trufas. Una
experiencia hecha para el disfrute.
110 FOTOGRAFÍAS: JUAN MANUEL GALINDO
Rabo de
TORO
Dos décadas lleva Luis Miguel Laza al frente de El
Guadarnés, en la Estación de San Roque. Su carta,
que bebe de la gastronomía tradicional, destacó
durante años por especialidades como el cordero o la
carne retinta. “Hace unos años decidimos que había
que renovar nuestra oferta y salir de la etiqueta del
restaurante dedicado a la carne. Añadimos pescado y
algo de marisco, y hoy la carta está muy equilibrada”,
explica el propietario.
La carne retinta, el producto autóctono, es su buque
insignia, y goza de certificado que acredita su calidad y
garantía. “El pescado es más un producto de mercado,
y ofrecemos lo que nos va entrando. Hay básicos como
el calamar, el rape, o el gallo de San Pedro, pero a todo
ello se añaden otros que nos llegan en función de lo
que haya entrado ese día. También hemos entrado
en el atún y esta temporada hemos hecho distintas
elaboraciones”, explica Laza.
El responsable de El Guadarnés es fiel defensor del
comensal español. “Nos gusta que nuestros clientes
disfruten de la sobremesa, y desde el inicio, la noche
se presentó para nosotros como un complemento del
día. Apostamos por eso porque somos una empresa
pequeñita, aunque muchas noches no haya nada”,
añade.
El plato elegido por El Guadarnés para Siroco es el rabo
de toro, elaborado al estilo tradicional. Hasta cuatro
horas de cocinado para asegurar que la carne ofrezca a
los clientes ese aspecto gelatinoso tan característico del
producto. Abelardo Mariscal, cocinero del restaurante,
es el encargado de montar el plato, que llega a nosotros
con verduras y un buen puñadode patatas fritas.
“Cuando uno viene a comer, viene a disfrutar”, apostilla
Luis Miguel Laza. Pues eso.
112 FOTOGRAFÍAS: JUAN MANUEL GALINDO
FOTOGRAFÍA: JUAN MANUEL GALINDO
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