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ES
2 016
Bien, ya puedo salir a fuera a tomar el sol. ¿Qué te pasa, no quieres
que me vaya? Bueno, no hay nada interesante por aquí, salvo esa caja en
la que me he caído antes. Sí, esa en la que estás poniendo una ampolla.
¿Ahora sí que quieres que me ponga dentro? Vale, pero no la cierres.
¿Me oyes?
Schrödinger, esto no me hace ninguna gracia…
Yo no creía en el Satori
Luis Neira Tovar
ganador de la categoría Adulto
ES
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Todo empezó cuando el yogui llegó al campus. No podía dejar de
hacerse notar, sin duda con la intención de buscar prosélitos, con su aire
de santón, sus túnicas chillonas y su barba patriarcal. Comenzó a pegar
carteles anunciando un curso de meditación y ciencia. No podíamos
consentirlo. ¿Qué podía decir aquel mamarracho sobre ciencia? ¡Bastante
teníamos con un máster en Reiki en la Universidad! Así que fuimos a
reventarle la sesión inaugural.
Me decepcionó comprobar que entre los asistentes se encontraba el
rector y varios catedráticos, todos con su chándal y su esterilla. Se
produjo un silencio respetuoso y el yogui comenzó ufanándose de haber
desarrollado una serie de técnicas que permitían llegar a un control
absoluto de la mente sobre la materia. Me chirrió tanto su palabrería que
en seguida le interrumpí diciéndole que con la respiración no se podía
cambiar la trayectoria de un planeta. El yogui no se alteró.
—No hay nada que no se pueda conseguir con un correcto estado mental.
—¡Qué locura!
—No es locura, sino ciencia. La meditación induce estados en los que
se pueden generar ondas de diversa naturaleza. Se emplean las bases
de la mecánica cuántica a partir de la hipótesis de De Broglie.
¿Qué estaba farfullando aquel loco? ¿Qué sabía él de mecánica
cuántica? Era el típico vendedor de crecepelos que no sabe una palabra
de lo que dice pero emplea vagamente conceptos científicos para
justificar cualquier disparate.
—¿Pero qué sabes de De Broglie?
—¿Conoce usted la hipótesis de De Broglie?
—Por supuesto. –No era así, pero no me achanté. Sabía que estaba
ahí, después de Plank y antes de Schrödinger, en los libros de química.
Pero estaba seguro de saber más que él.
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