COOLTURA REVISTA INFANTIL: Primera edición

Al entrar a clases el pupitre de Mariana estaba vacío, cuando llamaron
lista no la nombraron, y en el descanso tampoco había llegado. Mis amigos
aprovecharon el recreo para jugar fútbol, y a la hora del almuerzo siguieron
con su partido. Yo que no entendía que había pasado, le pregunté a la
profesora dónde estaba Mariana. En ese momento el día no estaba lindo,
quizás él ya lo sabía.
Hoy recuerdo con nostalgia estas líneas de Jairo Aníbal Niño:
El día es lindo
El día es lindo
y desde que amaneció
no ha hecho más que crecer
como si fuera un árbol,
y tiene a esta hora
una rama que canta en forma de pájaro
y una fruta que vuela en forma de avión
y un perfume que trepa en forma de sol.
El día es lindo
porque todavía no sabe
que a ti te cambiaron de colegio.
Me desperté con emoción, pero el diente seguía en su lugar, y había
también una nota: Mateo, me han dicho que te has portado muy
bien, te felicito por tu diente, pero esta noche cuando traía el dinero,
dejé mi bolsa…
Yo no seguí leyendo, quise llorar, pero no quería que Mariana me
viera con los ojos hinchados el día de su cumpleaños. Me alisté
para ir al colegio y envolví el diente. Antes de salir de casa tomé un
papel y un lápiz y le escribí una carta a Mariana explicándole lo que
había sucedido. Mi letra era muy fea, pero hice el intento. Luego mi
mamá me dejó en el colegio. El día estaba gris, era un martes muy
raro. Cuando crucé la puerta todos mis amigos estaban hablando.
Aún escribo cosas que llevo en el bolsillo, por si algún día nos cruzamos
(algún día lindo) para decirle que se me terminaron de caer los dientes de
leche y yo nunca pude entregarle el collar.
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