Ritmo Social Septiembre portada Patricia Phelps

Varios estudios plantean que, debido
a varios elementos de la construcción
de las referidas torres, su caída tras
los ataques era inevitable. De ahí que,
durante las últimas dos décadas, los ingenieros
han desarrollado algunas formas
de crear estructuras diseñadas contra
el colapso progresivo, que fue lo que
sucedió en el World Trade Center luego
de los impactos.
El recurso que estos profesionales han
utilizado es la “redundancia incorporada”,
la cual evita fallas estructurales,
ya que los elementos dañados transfieren
su carga a otra parte. Asimismo,
en los últimos 20 años, la gran mayoría
de los materiales que se utilizan para la
construcción de rascacielos también han
sido reconsiderados. De modo que los
núcleos de construcción que contienen
estas rutas de salida, actualmente, se
hacen con hormigón ignífugo de alta resistencia
y, habitualmente, se incorporan
grandes cantidades de barras de refuerzo
con la intención de protegerlos.
Así que se podría decir que, en su “arte
arquitectónico”, la ciudad de Nueva
York y, colateralmente, otras del mundo
han manejado sus construcciones con
enfoque resiliente. En el caso de La Gran
Manzana, no solo se han construido
varias estructuras de gran altura, sino
que, además, han mejorado su calidad,
evitando así, en alguna medida, que
su vulnerabilidad penda de la misma
fuente.