Listín Diario 12-01-2022
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22 SANTO DOMINGO, RD. MIÉRCOLES <strong>12</strong> DE ENERO DE <strong>2022</strong><br />
FÁBULAS EN ALTA VOZ<br />
Publica todos los miércoles<br />
MARTA<br />
QUÉLIZ<br />
El Covid aún intimida<br />
Ella está encerrada en un cuarto<br />
que comparte con otra persona<br />
también infectada con el virus<br />
del Covid. De por sí, es una mujer<br />
reservada, pero nunca pensé que<br />
formar parte de los miles de dominicanos tocados<br />
por el odiado coronavirus la pondrían<br />
en una posición que ni en los grupos escribe.<br />
¿Será que cree que esto se pega virtualmente?<br />
No me sorprendería si así fuera porque<br />
en cualquiera de sus variantes esta enfermedad<br />
“guarda un secreto” en lo que tiene que<br />
ver con su transmisión y, desde mi punto de<br />
vista, aún intimida.<br />
¿El virus también enmudece?<br />
No se sabe, pero a juzgar por este caso en particular,<br />
parece que sí. Les cuento que sabiendo<br />
yo que está en un cuarto cerrada, aislada, en<br />
cuarentena, guardando el debido reposo, siendo<br />
responsable..., siento que se comporta como<br />
si anduviera haciendo sus tantas diligencias, de<br />
esas que por su forma discreta de ser a veces no<br />
sabemos de qué se tratan. Sé que algunos dirán:<br />
pero ¿y por qué este tema viene a cuento?<br />
Sencilla la respuesta. Lo escogí porque tengo<br />
tantas incógnitas en mi cabeza respecto a este<br />
virus que sigue intimidando a muchos. Y quiero<br />
saber si es que refuerza nuestra forma de ser.<br />
Si es que ahora, esa persona callada, reservada…<br />
el Covid le ha maniatado la lengua para<br />
hablar y los dedos para escribir. Señores, esto<br />
es serio, tanto que decidí visitar una ciudad fabulosa<br />
a ver si encuentro a alguien que me dé<br />
luz sobre el comportamiento de Altagracia.<br />
Con prueba en manos<br />
Llegué al lugar, y en efecto, me enteré de que<br />
en todas partes el Covid es igual. Hay quienes<br />
son un tanto odiosos y redoblan su odiosidad;<br />
quienes tienden a ser callados y una vez afectados<br />
no hay quién le saque una palabra; quienes<br />
son divertidos y se lo toman a chercha; a<br />
quienes todo les molesta y el virus los pone más<br />
rebeldes. En buen dominicano, “no caben con<br />
nadie”. Es algo raro, muy extraño, que hasta<br />
en la ciudad fabulosa está causando estragos.<br />
Altagracia es una víctima de esto, no importa<br />
cuán profundo sea su silencio, ella deja<br />
saber que el Covid la ha intimidado más de la<br />
cuenta. Aunque está acompañada con esa persona,<br />
que no es distinta a ella, esas cuatro paredes<br />
con las que protegen a su familia de la<br />
infección, sé que guardan muchas lágrimas, el<br />
sudor intenso de las fiebres que provoca el coronavirus<br />
y más que todo, la impotencia de no<br />
poder salir a cocinar las grandes cantidades de<br />
alimentos que prepara para todo el que la visite,<br />
como ella dice (una ‘jartación’). Espero que<br />
una vez salga el Covid de su cuerpo, no se lleve<br />
consigo el “chin” de soltura que ha conseguido<br />
con los años, porque a decir verdad, esto la ha<br />
intimidado.<br />
:<br />
En la web<br />
martha.queliz@listindiario.com<br />
listindiario.com<br />
Desde lo alto de El Conde puede verse el río Ozama. En El Conde con Las Damas estacionan los<br />
cochecitos eléctricos. Fotos Carmenchu Brusíloff<br />
A pie por El Conde<br />
La calle mira<br />
hacia el Ozama<br />
Animación. El tramo junto al Parque<br />
Colón es el más concurrido de esta calle.<br />
VIAJE<br />
CARMENCHU BRUSÍLOFF<br />
Santo Domingo<br />
Quien camina por<br />
El Conde pocas<br />
veces se percata<br />
de que el inicio<br />
de esta calle<br />
mira hacia el río Ozama. Es que<br />
el desnivel del terreno solo permite<br />
ver el río desde el extremo<br />
oriental de esta calle, que empieza<br />
en la escalinata de piedra<br />
que desciende hasta la Avenida<br />
Pte. Caamaño.<br />
Desde lo alto, mientras una<br />
joven sube y baja los peldaños<br />
ejercitándose. miro el fluir del<br />
Ozama que separa el Distrito<br />
Nacional de Santo Domingo<br />
Este. Me encuentro al lado<br />
(noreste) del edificio que alojó<br />
el periódico El Caribe. Hoy, en<br />
la esquina con Las Damas funciona<br />
un restaurante: el 1502,<br />
del Hotel Nicolás de Ovando.<br />
Echo un vistazo en derredor:<br />
en la esquina noroeste se levanta<br />
la casa donde según la<br />
tradición Hernán Cortés organizó<br />
la expedición de la conquista<br />
de México. Ahora acoge<br />
una extensión del Centro León<br />
de Santiago. En su cercanía,<br />
dos cochecitos eléctricos esperan<br />
clientes.<br />
En dirección oeste, camino<br />
por El Conde desde la calle Las<br />
Damas bajo frondosos árboles,<br />
mientras pasan junto a mí<br />
pequeños grupos de turistas<br />
que hablan distintos idiomas.<br />
Al aire libre hay unos cuantos<br />
SEPA MÁS<br />
Casas de los 1900<br />
Entro al Centro Comercial<br />
Colón. Un cartel señala Fábrica<br />
de Tabacos Caoba, en<br />
segundo piso. En el primero,<br />
un laboratorio anuncia pruebas<br />
Covid-19. La siguiente<br />
casa, construida en 1970, fue<br />
sede del Bank of America.<br />
Una placa identifica sus arquitectos:<br />
William Reid Cabral<br />
y Guillermo González. A<br />
su lado, levantada en 1920<br />
está la casa 107. En la década<br />
de los 50 alojó la Farmacia<br />
Central, propiedad de la<br />
familia Marrero.<br />
Paseo<br />
En los años 50 El Conde, sin<br />
ser peatonal, era el paseo de<br />
la juventud capitaleña. Al presente<br />
es peatonal e intenta<br />
atraer tanto a paseantes como<br />
a compradores, tanto a jóvenes<br />
como a adultos y ancianos,<br />
tanto a nativos como a<br />
extranjeros.<br />
clientes a las mesas de restaurantes.<br />
De repente, unos adoquines<br />
hundidos me provocan<br />
un traspiés.<br />
Con el remozamiento de la<br />
Ciudad Colonial, anunciado por<br />
el Ministerio de Turismo, espero<br />
que el problema de los adoquines<br />
y el del mal olor que a ratos<br />
esparce la brisa por la zona quedarán<br />
resueltos.<br />
Al cruzar la Isabel la Católica,<br />
por la esquina donde estaciona<br />
el trencito turístico, una voz clama:<br />
‘¡Cristo viene!’.<br />
En los bancos del Parque Colón<br />
la presencia variopinta de<br />
ciudadanos es mayormente<br />
masculina. Por el aire y en el<br />
suelo revolotean las palomas.<br />
Me desagradan por sus desperdicios:<br />
perjudican monumentos<br />
y transmiten enfermedades. Este<br />
tramo hasta la calle Arzobispo<br />
Meriño es el más concurrido<br />
de El Conde. Las mesas exteriores<br />
de los restaurantes llenan la<br />
calzada. Están casi todas ocupadas<br />
a las 10:30 de un martes laborable.<br />
Un guitarrista camina<br />
entre ellas cantando con suave<br />
voz. De repente, la tambora de<br />
un conjunto típico interrumpe<br />
el momento de romanticismo<br />
musical. Me pregunto cuál música<br />
preferirán los turistas.