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EL ESTADO PROFUNDO/ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ
INTRODUCCIÓN
El reconocimiento de la heterodoxia, como una categoría del
pensamiento ontocreador –además de transformador- nos sirve en la búsqueda
de lo original, lo propio, lo que realmente es nuestro, lo contrario a lo impuesto
por el pensamiento único, colonizador y alienante truncando y mutilando la
posibilidad de abrirle un camino a la pluralidad del pensamiento y a la necesaria
discusión de la diversidad de las ideas, y más cuando América Latina y
concretamente Venezuela, padece de gravísimos problemas donde incluso, la
vida se encuentra en graves peligros, las enfermedades y la hambruna se
encuentran presentes.
Pero cuando uno está consciente, como periodista y más cuando no se ha
perdido la independencia y cultiva al escribir la razón crítica, significa revivir,
desarrollarse, filtrar, amar, trascender el encarcelamiento del ego aislado, estar
activamente interesado en no caer en el entrampamiento del pensamiento único.
Ese pensamiento único, trata de eliminar cualquier salida que proponga o
presente un proyecto de país distinto a los modelos económicos-sociales que el
capitalismo y el socialismo han impuesto desde el llamado Acuerdo de Yalta, a
partir de 1945 cuando Estados Unidos, la llamada para ese entonces Unión
Soviética e Inglaterra se repartieron el mundo.
Desde ese entonces, hablar de una nueva civilización distinta a las que
conocemos, pareciera una utopía y si alguien en nuestra historia soñó y milito
en la utopía, fue nuestro Libertador, todo su esfuerzo libertario se orientó en
gran parte, bajo el corpus doctrinario de nuestro Simón Rodríguez, advirtiendo
en muchas oportunidades la necesidad de crear nuestro propio modelo
civilizatorio, para evitar después de la guerra de independencia que nuestras
naciones continuaran con su bandera secuestrada.
Para el Libertador, la emancipación de nuestra América, constituyo el
gran compromiso, batallo hasta el cansancio buscando se cumpliera su
aspiración, la de unir el continente, en su mirada y prospección de estadista
observaba: “Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la
América de miserias en nombre de la libertad”, para ese entonces, quién se iba
a imaginar que tal afirmación en el futuro se convertiría en una verdadera
pesadilla para nuestros pueblos latinoamericanos, en medio de un nuevo
paradigma llamado globalización, globalización impulsada por unos cuantos
capitales privados del mundo provenientes de Estados Unidos, China, Rusia,
Inglaterra –entre otros- quienes se han propuesto gobernar el Mundo a través
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