Listín Diario 23-01-2023
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SANTO DOMINGO, RD. LUNES, <strong>23</strong> DE ENERO DE 20<strong>23</strong><br />
15<br />
La República<br />
Enfoque<br />
RAFAEL G. GUZMÁN FERMÍN<br />
Santo Domingo, RD.<br />
En nuestro artículo<br />
publicado<br />
el pas<br />
a d o 6 d e<br />
enero, titulado<br />
“Estrategias para la<br />
seguridad ciudadana”,<br />
propuse una serie de análisis<br />
sobre este tema como<br />
aporte académico y de experiencia<br />
a los tomadores<br />
de decisiones del Estado,<br />
sirviendo a la vez para despertar<br />
el interés constructivo<br />
de la sociedad, a fines<br />
de inducir la necesaria corresponsabilidad<br />
ciudadana,<br />
en razón de que la<br />
seguridad pública es compromiso<br />
de todos.<br />
En tal sentido, y para<br />
mejor comprensión de<br />
este ecosistema de seguridad,<br />
describiré brevemente<br />
la evolución del<br />
concepto Seguridad Ciudadana<br />
dentro del marco<br />
de la “convivencia”, que<br />
es uno de los elementos<br />
constitutivos de las necesidades<br />
humanas de seguridad<br />
ciudadana, tal como<br />
lo define el Programa<br />
de Naciones Unidas para el<br />
Desarrollo (PNUD) 1990:<br />
“La condición para que las<br />
personas puedan ejercer<br />
sus opciones de forma libre<br />
y segura, con una relativa<br />
confianza en que las oportunidades<br />
de hoy no desaparezcan<br />
mañana”.<br />
No obstante, lo descrito<br />
anteriormente no es suficiente<br />
para asegurar la consolidación<br />
de esta “convivencia”, ya<br />
que está vinculada a la satisfacción<br />
de las necesidades de<br />
la población según los generadores<br />
de violencia descritos<br />
por el sociólogo noruego<br />
Johan Galtung, en razón a<br />
que este estudio se centra en<br />
la denominada “convivencia<br />
ciudadana”, la cual está<br />
más vinculada con la prevención<br />
del delito y aquellos<br />
programas cuyas acciones<br />
van dirigidas a mejorar la comunicación<br />
para la efectiva<br />
resolución de conflictos, con<br />
la finalidad de que no se llegue<br />
al uso indebido de la violencia<br />
entre las personas.<br />
En efecto, el PNUD<br />
(2<strong>01</strong>4) define la seguridad<br />
ciudadana como “el proceso<br />
de establecer, forta-<br />
Evolución de<br />
la seguridad<br />
ciudadana<br />
lecer y proteger el orden civil<br />
democrático, eliminando<br />
las amenazas de violencia<br />
en la población y permitiendo<br />
una coexistencia segura y<br />
“DOTAR LA POLICÍA<br />
NACIONAL DE LAS<br />
CAPACIDADES<br />
ACADÉMICAS,<br />
OPERACIONALES Y<br />
HERRAMIENTAS PARA<br />
EJERCER UN SERVICIO<br />
MULTIVALENTE”.<br />
pacífica. Se le considera un<br />
bien público e implica la salvaguarda<br />
eficaz de los derechos<br />
humanos inherentes a<br />
la persona, especialmente el<br />
derecho a la vida, la integridad<br />
personal, la inviolabilidad<br />
del domicilio y la libertad<br />
de movimiento”. De esta<br />
protección ciudadana se desprenden<br />
cuatro aspectos fundamentales:<br />
en primer lugar,<br />
esta tutela ciudadana debe<br />
realizarse dentro del ámbito<br />
del respeto a la Constitución<br />
y las leyes; segundo, no<br />
debe de limitarse solamente<br />
al combate contra la delincuencia,<br />
sino también a la<br />
creación de un clima adecuado<br />
para la convivencia pacífica<br />
de las personas; tercero,<br />
que estas acciones tienen que<br />
ir más allá de las acciones policiales,<br />
involucrando de manera<br />
conjunta y coordinada<br />
las instituciones del Estado,<br />
junto a la sociedad civil; y por<br />
último, la seguridad ciudadana<br />
enmarca a la policía como<br />
un servicio orientado a la comunidad,<br />
antes que ser un<br />
cuerpo represor del Estado.<br />
De manera que el Estado,<br />
desde el Ministerio de Interior<br />
y Policía, está compelido<br />
irreversiblemente a dotar a la<br />
Policía Nacional de las capacidades<br />
académicas, operacionales<br />
y herramientas institucionales<br />
para ejercer un<br />
servicio multivalente, versátil<br />
y adaptable con vocación<br />
eminentemente preventiva,<br />
centrada en la protección del<br />
ciudadano y con la capacidad<br />
de dar respuesta rápida<br />
y efectiva como un elemento<br />
propulsor de la coexistencia<br />
y seguridad de la población,<br />
que genere un clima propicio<br />
para el desarrollo social.<br />
Evolución de la Policía sobre<br />
seguridad ciudadana<br />
Tras el fin la era de la “guerra<br />
fría”, las democracias latinoamericanas<br />
heredaron<br />
instituciones policiales cuyos<br />
mandos provenían de los<br />
cuerpos militares, por lo que<br />
le estamparon un sello de carácter<br />
militarizado, que a su<br />
vez constituyó la principal<br />
represión en contra del “comunismo<br />
disociador”. Por lo<br />
tanto, la principal tarea de los<br />
gobiernos democráticos debió<br />
ser la “desmilitarización”<br />
progresiva del cuerpo del orden<br />
y la subordinación del<br />
mando policial a las autorizades<br />
civiles legalmente elegidas<br />
en los procesos democráticos.<br />
En este contexto, las emergentes<br />
democracias se desarrollaron<br />
con la creencia de<br />
que el estamento militar no<br />
“LOS POLÍTICOS<br />
DEBEN DARLE<br />
CONTINUIDAD<br />
DE ESTADO A<br />
LOS ESQUEMAS<br />
MODERNOS DE<br />
DESARROLLO<br />
INSTITUCIONALES”.<br />
solo era capaz de proteger la<br />
soberanía, sino también de<br />
mantener la estabilidad ante<br />
las luchas sociales internas,<br />
por lo que tradicionalmente<br />
destinaron mayores presupuestos<br />
a los cuerpos castrenses,<br />
en vez de invertirlo para<br />
desarrollar las capacidades<br />
de los organismos policiales,<br />
lo que ha contribuido a su ineficiencia<br />
y, por consiguiente,<br />
a su mala imagen institucional.<br />
No obstante, las democracias<br />
latinoamericanas han<br />
hecho el esfuerzo de impulsar<br />
un Estado social y democrático<br />
de derecho que garantice<br />
la satisfacción de las<br />
libertades y necesidades básicas<br />
de los ciudadanos. Sin<br />
embargo, en el camino, los<br />
gobiernos se han “tropezado”<br />
con dos grandes retos:<br />
desarrollar una Policía Nacional<br />
sólida que sea capaz<br />
de alcanzar un eficiente<br />
control social y un mecanismo<br />
eficaz y coordinado para<br />
la protección y convivencia<br />
pacífica.<br />
Bajo este complejo escenario<br />
es que se han desarrollado<br />
las reformas policiales y que,<br />
ante la falta de continuidad de<br />
Estado del poder político que<br />
transcurre de un gobierno a<br />
otro, la han hecho fracasar en<br />
el intento.<br />
Esta falta de continuidad<br />
de Estado y la recurrente idea<br />
errónea de nombrar militares<br />
en las actividades policiales<br />
solo han servido para<br />
debilitar las potencialidades<br />
de cualquier gestión policial,<br />
debido a que su doctrina, rol<br />
misional y constitucional no<br />
están preparados, y peor sería<br />
la descabellada idea de<br />
militarizar la Policía Nacional,<br />
pues resultaría otra decisión<br />
equivocada.<br />
En conclusión, nuestros políticos<br />
deben de entender que<br />
deben darle continuidad de Estado<br />
a los esquemas modernos<br />
de desarrollo institucionales, a<br />
fin de lograr la consolidación<br />
del crecimiento del talento humano<br />
profesional, dignificar la<br />
carrera policial en términos de<br />
salarios, seguros de vida y de<br />
salud, planes de viviendas que<br />
mejoren su calidad de vida, logrando<br />
una sinergia e identificación<br />
institucional entre los<br />
miembros policiales, que sientan<br />
que son tomados en cuenta<br />
y son justipreciados por la<br />
sociedad a la cual le sirven, que<br />
a su vez, estimulará a cientos<br />
de jóvenes a elegir la carrera<br />
policial como una profesión de<br />
futuro y oportunidades para su<br />
desarrollo profesional, por lo<br />
que tendremos cada vez mejores<br />
agentes policiales, servicios<br />
más eficientes y apegados<br />
a los derechos fundamentales,<br />
lo que se traducirá en una mejor<br />
sociedad y fortalecimiento<br />
del ejercicio democrático de la<br />
nación.<br />
El autor es miembro<br />
del Círculo Delta.<br />
fuerzadelta3@gmail.com