Listín Diario 23-01-2023
https://listindiario.com/
https://listindiario.com/
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
SANTO DOMINGO, RD. LUNES <strong>23</strong> DE ENERO DE 20<strong>23</strong><br />
21<br />
HISTORIAS DE LA VIDA. Vive en el desamparo<br />
“No tengo dinero para ir a la<br />
universidad ni para darle a mi papá”<br />
Carencias. Ir donde Dominga y su abuela doña Brígida, ciertamente<br />
confirmó que, aunque tengan intenciones de cuidar de don Juan, no tienen<br />
las condiciones para hacerse cargo de él. Ambas se mantienen con una<br />
tarjeta de las del Gobierno y vendiendo botellas.<br />
Dominga quiere ser enfermera, pero no cuenta con recursos para estudiar la carrera. RAÚL ASENCIO/LISTÍN DAIRIO<br />
RELATO<br />
MARTA QUÉLIZ<br />
Santo Domingo<br />
Dejado atrás el<br />
triste panorama<br />
en el que<br />
“vive” Juan<br />
Suárez, de ca-<br />
si 75 años, la ruta del equipo de<br />
LISTÍN DIARIO continúa hacia<br />
una comunidad cercana a<br />
la que él reside. Solo se tenía el<br />
dato de que a su hija Dominga<br />
se le podía encontrar en la casa<br />
de su abuela Brígida. Kuqui tenía<br />
noción de dónde podía ser<br />
y, en efecto, acertó.<br />
“Ella es Brígida, la abuela<br />
de la hija de Juan”. Se acercó<br />
a decir Kuqui acompañado<br />
de la señora que, con su<br />
tubi y tratando de hablar “fino”,<br />
estaba dispuesta a poner<br />
a sonar “la otra campana”.<br />
“Yo quiero traerlo para acá,<br />
ya le tengo su cama y su abanico,<br />
solo espero una silla de<br />
ruedas para poderlo traer. Un<br />
político me dijo que me la facilitará<br />
y la estoy esperando”.<br />
Su determinación hizo pensar<br />
que ya la situación estaba<br />
resuelta.<br />
¡Vaya sorpresa! Al caminar<br />
unos cuantos pasos estaba<br />
la casa de doña Brígida y<br />
en ella, la joven de <strong>23</strong> años,<br />
la única hija que tuvo don<br />
Juan y, al parecer, ya cuando<br />
tenía avanzada edad. Al<br />
ver la vivienda que, aunque<br />
de block y todo, estaba repleta<br />
de ‘tereques’, de criaderos<br />
de mosquitos y de todo lo<br />
que pueda atentar contra la<br />
salud, no de un anciano, sino<br />
de cualquier ser vivo, quedó<br />
sobreentendido que ahí no<br />
hay lugar para este hombre<br />
que cada día está peor.<br />
“Ella es la hija de él”. Así<br />
se apresuró a decir la abuela<br />
cuando la muchacha salió a<br />
ver quiénes estaban ahí. Distraída,<br />
pero sonriente se acerca<br />
ante la petición de que se<br />
dejara ver. No hay duda de<br />
que no cuenta con los recursos<br />
físicos ni económicos para<br />
cuidar de su padre. “Usted<br />
ve, es para ayudarla a ella que<br />
me lo quiero traer. Ese hombre<br />
solo la tiene a ella, así que,<br />
si encontramos un plátano,<br />
de eso comeremos los tres”.<br />
La señora cree que lo de él<br />
solo es comida, y ese no es el<br />
problema. En donde vive, la<br />
gente se la da. Lo que necesita<br />
es cuidado médico, higiene<br />
y un ambiente adecuado para<br />
poder tener una vida digna<br />
como lo piden sus vecinos.<br />
No trabajan, pero<br />
Dominga quiere estudiar<br />
Ni la abuela ni la hija tienen ingresos<br />
fijos. “Tengo una tarjetica<br />
del Gobierno y vendo botellas”.<br />
Al tiempo de decir esto se<br />
acerca a la pila de “mercancía”<br />
que tiene en la parte frontal de<br />
su casa y muestra cómo ella y<br />
su nieta la preparan en un huacal<br />
para vendérsela a un familiar<br />
por unos “pesitos”. Así se<br />
mantienen las dos y no les alcanza,<br />
imagínese teniendo en<br />
su casa a una persona como<br />
don Juan, que necesita de todo<br />
lo que ellas no pueden dar.<br />
La única vez que se le vio<br />
entusiasmada a Dominga fue<br />
cuando habló de sus estudios.<br />
“Quiero entrar a la universidad<br />
para estudiar enfermería, pero<br />
no tenemos dinero”. Su abuela<br />
respaldó lo que dijo, y añadió:<br />
“Ella terminó el bachillerato y<br />
quiere ir a la universidad, pero<br />
dígame usted ¿con qué?”. Se lamenta<br />
Brígida, quien como un<br />
chiste dice que esa “niña” vive<br />
con ella desde que nació.<br />
“Ese fue un acuerdo que hicimos<br />
mi hija y yo, que me daría<br />
su primera hija, y así fue. De<br />
la Maternidad me la traje para<br />
acá y a los 20 años fue que un<br />
‘tiguere’ me la sacó de aquí, pero<br />
ya está de nuevo conmigo”.<br />
Fue desagradable escuchar la<br />
parte del “convenio” y se le hizo<br />
saber. Ella insistía en que<br />
eso fue lo mejor, y que por eso<br />
los padres de Dominga no se<br />
opusieron. Hoy comenta que<br />
don Juan no fue tan buen padre,<br />
pero dejó entre líneas que<br />
su hija sí, pues cumplió con lo<br />
acordado: darle a su bebé recién<br />
nacida.<br />
¿Verdad o mentira?<br />
Aunque se escucharon las<br />
dos campanas, no se supo<br />
quién miente. Los vecinos<br />
dicen que está abandonado,<br />
y la hija y su abuela aseguran<br />
que todos los días cruzan<br />
la Autopista Duarte para<br />
llevarle comida a don Juan.<br />
Lo cierto es que, no importa<br />
quién tenga la razón, este<br />
señor necesita que las autoridades<br />
vayan en su auxilio<br />
con carácter de urgencia. Si<br />
no lo mata su pierna hinchada,<br />
lo llevarán a la tumba el<br />
mal olor y el deterioro de la<br />
casucha en que vive.