Boletín Coop Febrero 23

Plata y desconocido de muchos. Durante los primeros diez años la provincia alquiló el
inmueble. Y un día, por una presentación del profesor Néstor Pérez, le pudimos demostrar a
las autoridades de la provincia, que si se compraba la propiedad, con el dinero equivalente
del alquiler, en tan solo cinco años se recuperaba la inversión.
Al profesor Cislaghi le vienen a la memoria una gran cantidad de personas que le
permitieron funcionar, con ese espíritu colaborativo que suele caracterizar a la gente de
campo. Recuerda por ejemplo el caso de Inés de Bengolea, de Coco Benítez (que hizo él
solo un aula completa), a Jorge González, a Perla Rodrigo, a Ana Soutar y a Carlos Letche,
que fueron fundamentales.
También recuerda el apoyo recibido de integrantes de otras instituciones, como es el caso
de Luis Burelli, María Rosa Todisco y Marita Aguirrebengoa, de la Sociedad de Fomento.
Tiene
también muy presente a Maximino Suarez y Omar Moreno de la Cooperativa de
Electricidad, al ingeniero Hugo Franco, por entonces Delegado Municipal, lo mismo que a
Norberto Valiente, del Instituto Belgraniano.
Imposible no recordar a los profesores de aquel período fundacional. En este sentido,
menciona a Néstor Perez y a Silvia Lafaye, quienes además de ser profesores, ocuparon el
cargo de secretarios. También estuvieron María Inés Martin, Liliana Godoy, Raúl Pibetta,
Karina Vitali, Patricia Valencia, Susana Bonilla, Elisa Lozano, Rosana Azmat, entre otros
muchos.
Como no podía ser de otra manera, los alumnos dejaron su impronta. Fueron ellos los que
en una votación que se organizó eligieron el nombre de Salvador Mazza para la escuela, es
decir el nombre de aquel célebre médico argentino que investigó en el norte del país el
mal de Chagas.
A la Escuela Media 20 –vuelve a intervenir Hugo Cislaghi- se le debe también el cambio de
recorrido del colectivo. Es que antes dejaba a los alumnos en la garita de la entrada y una
gestión nuestra hizo que comenzara a cruzar las vías del ferrocarril, ingresando al pueblo.
Celebrábamos y conmemorábamos todas las fechas patrias. Y los actos de fin de curso, a los
que invitábamos a diversos miembros de la comunidad, como se lo hace hoy. Entonces
vivíamos una jornada llena de emoción, con los discursos de despedida y los cambios de
abanderados. Permanecí más de veinte años en el cargo de director.
En realidad la escuela llenó una carencia de la población. ¿Qué hubiera sido sin ella? La
escuela le trajo vida y dinamismo a Estación Camet y su presencia generó otros
emprendimientos como fue el secundario para adultos, a cargo del profesor Daniel Wilant y
la creación de la biblioteca Juan Carlos Castagnino, con asiento en la Sociedad de Fomento.
Asimismo hizo que nos visitaran personalidades de la política, de la educación, de la cultura
y del arte.
“Todo tiene su tiempo” y el de los fundadores pasó. Hoy, mirados a través de los años
aquellos esfuerzos con conciencia de lo pasado, nos hacen sentir placer y afecto. Luego de
los primeros 16 alumnos, la Escuela Media 20 Salvador Mazza produjo 27 promociones mas
de egresados, lo que equivale a decir que aquel humilde inicio se consolidó hasta ser la
institución sólida de hoy. Y eso nos hace pensar el futuro con confianza.