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Francisco Miranda Rubio
I. Consideraciones previas
Antes de trazar la semblanza de Martín Javier Mina Larrea y describir sus proyectos
mexicanos, parece oportuno comentar cómo era la sociedad, la economía y
las nuevas ideas durante la época que le tocó vivir. Tengamos presente que nació
en 1789, año en el que comenzó la Revolución Francesa. En ese año se desarrollan
acontecimientos importantes: se formó en Versalles una Asamblea Nacional
Constituyente donde los diputados del tercer estado asumen la representación de
Francia y juran no disolverse hasta dar al país una Constitución que ponga límites
al poder del Rey y suprima los privilegios que tenían la nobleza y el clero. Otro
hecho singular ocurrido este año fue el asalto a la Bastilla, el 14 de julio, acontecimiento
que se convertirá en el icono de la Revolución. Decisivo será el verano
de 1789, cuando la revolución se extienda por Francia, un verdadero estallido de
violencia que se materializa en la quema de castillos y palacios tanto en las zonas
rurales como en las urbanas, se conocerá como «le grand Peur».
La Revolución Francesa tendrá una gran transcendencia en el mundo Occidental,
sin embargo, no fue la única revolución que se dio en Europa y en América
en aquel tiempo. Aunque sí fue la mejor estudiada y documentada. A ambos
lados del Atlántico se desarrolló una cadena de revoluciones que la historiografía
francesa ha llamado las «Revoluciones Atlánticas». Surgieron como fruto de las
nuevas ideas de la Ilustración, cuyos principios ideológicos eran incompatibles
con el Antiguo Régimen. Defienden una constitución, con la separación de los
poderes ejecutivo, legislativo y judicial; acabar con el absolutismo monárquico;
los privilegios de determinados grupos sociales y obtener mayor libertad individual
y económica. Todas estas ideas las difundió Napoleón en Europa frente a los
estados absolutistas: Austria, Prusia, Rusia y España.
España sufrió una crisis sociopolítica motivada por la llegada de las nuevas
ideas ilustradas que se materializaron en la Constitución de 1812. Los pensadores
ilustrados españoles estaban convencidos de la incompetencia e inutilidad de la
nobleza. Precisamente constituía la elite social y económica de España, ocupaba
los altos cargos institucionales y era dueña de grandes latifundios. La mayor parte
de la nobleza y del clero no aceptaba los nuevos conceptos, cuya difusión fue
favorecida por los franceses. El enfrentamiento entre absolutistas y liberales tendrá
lugar durante la ocupación de las tropas de Napoleón. Los franceses entran
en España mediante el tratado de Fontenebleau, octubre de 1807, con el fin de
bloquear el comercio entre Gran Bretaña y Portugal. Acabaron apoderándose del
puerto de Lisboa a través de su paso por España.
Al finalizar el setecientos y a comienzos del ochocientos, la mayor fuente de
riqueza era la tierra. La nobleza favorecía su concentración mediante la formación
28 Huarte de San Juan. Geografía e Historia, 25 / 2018