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Sacramentario Completo Rito Siro-Ortodoxo Occidental_unlocked-28-41 (1)

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ñor y que quedó removida en el momento de la resurrección. Enseña que los divinos

misterios no son comprensibles al entendimiento humano pero que en ellos se manifiesta

la gloria divina y se transmite la vida nueva, a través del Espíritu Santo.

Al descubrir las especies, se agita el velo sobre las especies, para implorar la efusión

del Espíritu.

i. Las Cabalanas (palias)

Se trata de dos paliab de 8 pulgadas de lado, cada una, que se utilizan para cubrir el

cáliz y la patena. La que cubre el cáliz, tiene decoraciones referentes a la vid y la de la

patena, espigas. Estas pueden ser rojas o del mismo color que el faino.

Se las relaciona con las vendas que cubrieron el cuerpo del Señor y el manto que cubrió

su cabeza.

7.1 INTRODUCCIÓN

7. EL AÑO LITÚRGICO

Se llama año litúrgico al itinerario que rememora anualmente la historia de la salvación.

Éste se desarr011a en torno al misterio de la encarnación, muerte y resurrección de

Jesucristo y al misterio de su permanencia en la historia, a través de su iglesia, por la

acción del Espíritu Santo.

7.2. LOS TIEMPOS LITÚRGICOS

Su Santidad el Patriarca ha dado la bendición para que el RITO SIRO-ORTODOXO

PARA LOS FIELES DE OCCIDENTE, conserve la estructuración del año litúrgico propia

del rito latino, que, con pequeñas variantes, coincide, con la estructura de la Santa

Iglesia en Oriente.

7.2.1 El Calendario Litúrgico

Para las celebraciones, también se ha dado la bendición para que el año litúrgico se

estructure en base al Calendario Gregoriano y no al Calendario Juliano que, en el

Oriente, sirve para determinar, al menos, la fecha de la Pascua.

Es importante saber a qué se debe que se celebre la misma Liturgia en fechas diferent

e s , d e p e n d i e n d o d e l o s d i f e r e n t e s C a l e n d a r i o s . -

La Pascua judía se celebraba el día de la primera luna llena, después del equinoccio

de primavera y por ello era una festividad móvil. Se considera, que el equinoccio de

primavera sucede el 21 de marzo. Ello tuvo como consecuencia que, desde los primeros

tiempos, los cristianos de diferentes regiones, celebraban la Pascua en fechas diferentes.

Ya a finales del siglo II, algunas iglesias celebraban la Pascua cristiana el mismo

día de la Pascua judía, independientemente de si era domingo o no, mientras que

otras, la celebraban el domingo siguiente. El Concilio de Nicea estableció, en el año

325, la regla según la cual la Pascua se celebraría el primer domingo tras la luna llena

que sigue al equinoccio de primavera (vernal) en el hemisferio Norte. El Concilio no dijo

nada sobre el rnétodó o calendario que debería utilizarse para calcular el equinoccio de

primavera y la siguiehte la luna llena. En el Imperio Romano, el Calendario que regía

era el establecido por Julio César en el año 46 A.C.

En el Renacimiento, con el avance en Europa del estudio de la Astronomía, se notó

que en el Calendario Juliano había una imprecisión: éste consideraba que el tiempo en

el que la tierra daba vuelta en torno al sol era de 365 días y.6 horas, por lo que cada

cuatro años se tenía que tener un año bisiesto, para compensar esa diferencia. Los

SACRAMENTARLO SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL 27


estudiosos de la época lograron determinar que, en realidad, el tiempo que la tierra

tarda en dar la vuelta alrededor del sol es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos,

por lo que, cada 128 años, era necesario que se saltara un año en el que correspondiera

año bisiesto, para ajustar el tiempo. Para compensar este problema, se

introdujo una regla complementaria -apartándose de la regla del bisiesto del Calendario

Juliano- según la cual los años múltiplos de 100, pero que no son múltiplos de 400, no

serían bisiestos. Con esta reducción de los arios bisiestos, el Calendario Gregoriano se

acerca más a la realidad astronómica que el Juliano, aunque aún no es "exacto": la

diferencia entre la realidad astronómica y la fecha del calendario es, con el nuevo

cálculo, de sólo 26 segundos anuales y de un día cada 3600 años..De esa manera, los

años 1700, 1800 y 1900 no fueron bisiestos y lo mismo sucederá en el 2100. Para

compensar los 10 días que el calendario Juliano se había adelantado a lo que era la

posición del sol, el Papa de Roma Gregorio XVI, a quien en ese tiempo era al único al

que en Europa se le reconocía la jurisdicción sobre asuntos mundiales, el 24 de febrero

de 1582, determinó que, dado que el Calendario Juliano se había adelantado esos días

respecto -a la posición de la tierra con el sol, ese año de 1582, al 4 de octubre seguiría

el 15 de octubre, de manera que se nivelara el Calendario con la posición del sol. Al

Calendario se le llamó Gregoriano, en honor a quien lo había establecido. Actualmente

la diferencia se ha incrementado a 13 días y a partir del 2100 a 14.

Si se tiene en cuenta que la determinación de Nicea no fue en base a un Calendario

sino a la posición del sol, hay que reconocer que el Calendario Gregoriano es el que

refleja los criterios y el espíritu de Nicea. Sin embargo, los cristianos de oriente, más

apegados a la praxis tradicional que al análisis de los datos, se han resistido al cambio.

Otra de las razones de oposición de los Orientales es que consideran que la fecha

establecida por el Calendario Juliano es aprobada por el mismo Señor, pues afirman

que, en el Santo Sepulcro de Jerusalén, la noche del sábado santo al domingo de resurrección,

celebrada de acuerdo al calendario Juliano, se dan fenómenos inexplicables

de iluminaciones grandiosas en el santo sepulcro, para indicar que es el momento de la

resurrección del Señor.

La Iglesia Siro-ortodoxa es la más abierta a aceptar el cambio en este sentido: Tanto la

Arquidiócesis de Centro América como la Iglesia Malankara, celebramos todo el año

litúrgico teniendo corno referencia el Calendario Gregoriano, lo que quiere decir que

más del 80% de la Iglesia lo celebra así. Sin embargo, algunas Iglesias Bizantina_s se

oponen a cualquier cambio. Por ejemplo, la Iglesia Rusa celebríA la Navidad el 7 de

enero (que, para ellos corresponde con el 25 de diciembre).

Tanto las Iglesias Ortodoxas Orientales como la de Roma han propuesto fijar una fecha

común para la celebración de la Pascua. Sería entre la segunda y tercera semana de

abril, de acuerdo a los criterios establecidos por Nicea. Sin embargo, hasta el momento,

no se trata más que de diálogos y se tiene la oposición de la mayoría de la Ortodoxia

Bizantina.

7.2.3. Los tiempos del Año Litúrgico

En la Arquidiócesis de Centro América, siguiendo el modelo de occidente, el año litúrgico

se organiza en cinco etapas, a las que litúrgicamente se les con oce como tiempos".

Estos son:

- Tiempo de Adviento.

Tiernpo de Navidad y Epifanía.

Tiempo de Cuaresma.

.28 SACRAMENTARLO-SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL


- Tiempo de Pascua.

- Tiempo Ordinario.

A los cuatro primeros tiempos se les denomina litúrgicamente como "Tiempos fuertes",

porque su celebración tiene precedencia sobre las otras celebraciones, con raras excepciones.

A diferencia del Oriente, en donde hay más libertad de utilizar cualquier color litúrgico,

con pocas excepciones, para ciertas fiestas especialmente solemnes, en el occidente

se considera que a los diferentes tiempos corresponden colores litúrgicos específicos.

En el Rito Siro-ortodoxo Occidental, existe la más amplia libertad en cuanto a los colores

que se utilizan en la Liturgia. Si por razones pastorales se considera oportuno ceñirse

a los colores litúrgicos occidentales, con tal que se utilicen íntegramente los ornamentos

litúrgicos propios de la Iglesia Siro-ortodoxa, se pueden utilizar los colores

litúrgicos occidentales. En donde se considere que tal costumbre no es necesario aplicarla,

se pueden variar los colores utilizados en la Liturgia, con tal que no se altere el

estilo fundamental de los ornamentos.

a. El Tiempo de Adviento

Es el que transcurre antes de la celebración de Navidad.

Consta aproximadamente de cuatro semanas.

Es una época cuya característica es el reavivamiento de la esperanza de que el Hijo de

Dios, que se encarnó en el tiempo, sigue viniendo, por la acción del Espíritu, y, a través

del ministerio , de la Iglesia, especialmente de la vida litúrgica y sacramental, sigue naciendo

en el corazón de los fieles y de la comunidad creyente, para guiar la vida de su

pueblo. Como época de preparación y de redescubrimiento de la presencia viva de

Cristo, el color distintivo de este tiempo es el "morado".

b. El Tiempo de Navidad y de Epifanía

E! tiempo de navidad comienza el 24 de diciembre, con la víspera de la Navidad y termina

con la víspera de la Epifanía. El tiempo de epifanía comienza con la víspera de la

Epifanía y termina cón la fiesta del Bautismo del Señor, la cual se celebra entre el "9 - y

el 13 de enero, dependiendo de la fecha en que se celebra la Epifanía.

Es tiempo de gozo en que, recordando el nacimiento del Hijo de Dios en la historia, se

celebra su constante e ininterrumpido nacimiento en la vida de la Iglesia y de los fieles,

por la acción del Espíritu Santo.

El color propio de este tiempo es el "blanco", como símbolo de gozo, de pureza y de la

vida nueva que trae Cristo.

e. El Tiempo de Cuaresma

Comienza el miércdles de Ceniza y termina con la celebración del Triduo Pascual.

Recuerda el éxodo de Israel a través del desierto y, sobre todo, los cuarenta días que

Jesús transcurrió en el desierto, antes de iniciar públicamente la proclamación del

Evangelio. Es tiempo de conversión, es decir, de transforrn'ación de la manera de pensar

y de las actitudes fundamentales, para que, identificándose plenamente con Jesús

en el pensar y en el sentir, la fuerza y la vida nueva de la resurrección pueda ser operante

y manifestarse en la vida de cada creyente, por la acción del Espíritu Santo.

Como tiempo de conversión, hay tres elementos que lo caracterizan: la oración, el

ayuno y la limosna.

- La oración, ;9s decir, el encuentro y diálogo con el Señor y la meditación de la

Palabra, tratando de profundizar en el mensaje de la Sagrada Escritura.

SACRAMENTARIO SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL 29


El ayuno, es decir, la renuncia a cualquier tipo de deseo, actitud o acción que

nos aparte de la entrega total a Dios, para lo cual, tambiég ayuda el abstenerse

de ciertos alimentos, especialmente de productos animales.

La limosna: El proceso de conversión debe irse manifestando en actitudes

concretas de generosidad, de solidaridad hacia los demás, especialmente hacia

los más pobres.

Las formas de expresión de piedad popular tienen valor espiritual solamente en la medida

en la que sean manifestación ❑ medio que estimule la auténtica conversión. De lo

contrario, no son más que expresiones culturales, sin carácter propiamente espiritual.

El color distintivo es el "morado", por tratarse de tiempo de penitencia, aunque el Domingo

de Ramos se emplea el "rojo" como signo de la realeza de Cristo y el Viernes

Santo, como signo de su Pasión y de la sangre que derramó.

d. El Tiempo de Pascua

Comienza con la vigilia pascual y se prolonga durante cincuentl días, hasta concluir

con la celebración de Pentecostés.

Es tiempo de profunda alegría, en el cual la liturgia debe ayudar p que, cada fiel y toda

la comunidad, tomen conciencia de que la resurrección de Cristo no es un mero recuerdo

del pasado sino, por la vida sacramental y la presencia 01 Espíritu Santo, es

una realidad operante en el presente. Como consecuencia, las maravillas que se realizaron

en la iglesia primitiva no pueden ser comprendidas como mero relato sino como

el testimonio de lo que el Señor sigue realizando actualmente en su Iglesia.

Con esta certeza, la liturgia debe estimular a que la comunidad deje que se manifieste

la presencia del _Señor resucitado y a que, en la vida personal y eclesial, se asuman las

actitudes y los compromisos apostólicos que se asumieron en la Iglesia Apostólica.

Su color distintivo es el "blanco", aunque termina con el "rojo" que indica el fuego abrasador

del Espíritu Santo que desciende y permanece sobre la Iglesia. •

e. El 'Tiempo Ordinario

Comprende las semanas que transcurren entre el final del tiempo de Epifanía y el inicio

de la Cuaresma y, luego, las que transcurren entre el día de Pentecostés y el inicio del

Adviento.

Su color distintivo es el "verde", como signo de la esperanza en la que vive el cristiano.

Este tiempo es particularmente apropiado para ir profundizando en lo que requiere la

vida cristiana y en sus implicaciones concretas en la sociedad y en el mundo, como

resultado de que ya ha iniciado la nueva creación y de que el Reino de Dios ha llegado

hasta nosotros y está operante en la historia.

7.3. CRISTOCENTRISIVIO DEL AÑO LITÚRGICO Y EL LUGAR QUE OCUPAN

OTRAS CELEBRACIONES

7.3.1. Las celebraciones de Santa María y de los otros santos

El calendario litúrgico gira esencialmente en torno al misterio salvífico de Jesucristo.

Sin embargo, dentro de él ocupan un lugar de relevancia otras celebraciones como:

- Las celebraciones de la Virgen María, la Madre de Dios (yoldat Aloho), a quien

se le reconoce, especialmente, como el modelo perfecto de las actitudes que

se deben asumir, para que la salvación de Jesucristo cobre pleno efecto en el

creyente, en la Iglesia y en el mundo.

También están las celebraciones que conmemoran a los lantos, las cuales tienen

sentido porque éstos hacen parte del Cuerpo de Cripto, que es la Iglesia.

-30 ,SAC RA MEN TARI O SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL


Es importante recordar que, según la tradición apostólica, el culto a los santos

se justifica, porque estos son parte del Cuerpo de Cristo. Por eso, nunca se

debe rendir emite culto como una veneración a los individuos particulares.

Debido a que el Año Litúrgico es cristocéntrico, la conmemoración de los santos debe

limitarse a los apóstoles, a otras figuras ligadas a la Iglesia primitiva, a algunos santos

padres, a algunos santos especialmente relevantes para la Santa Iglesia Siro-ortodoxa

y a algunos otros que son relevantes en las comunidades, parroquias o regiones.

Por razones pastorales, en ciertos lugares, se puede conmemorar a santos que no se

celebran a nivel de la Iglesia Universal. En tales casos, para la celebración, se pueden

emplear los formularios comunes que se encuentran en el sacramentario.

7.3.2. Celebraciones durante los domingos y otros tiempos litúrgicos fuertes

Durante los domingos de Adviento, así como durante los domingos y días entre semana

de Navidad, Epifanía, Cuaresma y Pascua, se debe evitar la conmemoración de

santos que no sean de especial relevancia. Igualmente deben evitarse celebrar liturgias

por necesidades particulares, salvo en caso de necesidad extrema, como sería la celebración

de exequias y, aún en este caso, es fuertemente recomendable que se utilicen

las lecturas y los formularios del propio del día.

Si la conmemoración de santos incluidos en el martirologio cae durante la semana santa

o en la primera semana de Pascua, la celebración, se pospone hasta el lunes después

del segundo domingo de Pascua o, se omite, pero nunca se celebra en esos días.

Si las celebraciones caen en día domingo del tiempo ordinario se omitirán, salvo que

se trate de una solemnidad del Señor, de la Virgen María, o de un apóstol o patrono

especialmente venerado en un lugar determinado.

Durante los domingos del tiempo ordinario, por razones pastorales de peso, se pueden

sustituir tanto las oraciones como las lecturas dominicales, por otros más_adecuados a .

la ocasión.

7.3.3. Celebraciones entre semana durante el tiempo ordinario

Durante los días entre semana del tiempo ordinario, si no se conmemora a un santo

incluido dentro del calendario litúrgico, se puede emplear cualquiera de los formularios

para las misas dominicales del tiempo ordinario o se pueden utilizar los formularios de

celebración por las diversas necesidades, especialmente por aquellas que se refieren a

la Iglesia y al cumplimiento de la misión que Cristo le ha confiado. En estos días también

se pueden utilizal los formularios propios de las "Misas Votivas".

7.4. EL LECCIONARIO

Para la selección de lecturas, por razones pastorales, en la mayoría de los casos, se

utiliza el mismo leccionario que está vigente en el rito latino.

Las lecturas dominicales se estructuran en tres ciclos, denominados "A", "B" y "C", caracterizándose

fundamentalmente por girar en torno a la lectura de los Evangelios de

Mateo, Marcos y Lucas, respectivamente.

Para las lecturas entre semana, durante el tiempo ordinario, las primeras lecturas y

salmos se organizan en "años impares" y "años pares", mientras la lectura del Evangelio

es la misma para ambos años.

Las lecturas entre semana de los otros tiempos, se estructuran en un solo ciclo, que se

repite anualmente.

Para la conmemoración de los santos incluidos dentro del martirologio, según las circunstancias,

se hacen lecturas propias o se utilizan las lecturas del ordinario.

SACRAMENTARIO SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL 31


8. EL ORDINARIO DE LA MISA

La celebración de la Eucaristía se articula en torno a dos grandes partes: En la primera,

se trata de recordar, por las lecturas y, de actualizar, por la predicación, los hechos

de la historia de la salvación. A esta parte se le puede llamar de la Palabra Profética,

aunque ordinariamente se le conoce como Liturgia de la Palabra. En la segunda, el

misterio de la-Palabra Encarnada se actualiza, haciéndose sacramento. A esta parte se

le puede llamar de la Palabra Encarnada, aunque generalmente se le conoce como

Liturgia Eucarística. La primera es antecedida por una introducción conocida como

"Ritos iniciales" y la segunda es seguida por los "Ritos conclusivos".

Cuando sea necesario, la liturgia de la Palabra es precedida por la administración del

Sacramento de la Reconciliación. Éste sustituye al rito penitencial.

Es importante que se tome conciencia del significado y relevancia de cada una de las

partes que componen, tanto la administración del Sacramento de la Reconciliación

como la celebración de la Eucaristía.

Normalmente, en la tradición litúrgica siro-ortodoxa, la parte de la liturgia en que se

pide perdón, se hace delante y no detrás del altar y, de ser posible, colocándose en un

nivel más bajo que éste, pues constituye la preparación para subir al altar del Señor.

Es importante hacer notar que existe una serie de oraciones que el celebrante hace en

secreto y éstas no deben omitirse, por ejemplo: al revestirse con los ornamentos litúrgicos,

antes y durante las diferentes incensaciones, en el lavatorio, etc.

La celebración de los sacramentos y, particularmente del Santo Qurbono, es una celebración

de todo el Cuerpo de Cristo, es decir la Iglesia y, el celebrante, es el signo visible

de la presencia y comunión con todo ese Cuerpo. Por lo mismo, no debe darse

lugar a las ocurrencias ni a los inventos. Se debe tratar de que el pueblo comprenda y

participe activamente en la celebración, explicando el significado die los diferentes ritos,

pero debe evitarse que se hagan adaptaciones ajenas a la liturgia, con la intención de

hacerla más significativa. La creatividad se puede utilizar cuando se trata de celebraciones

devocionales privadas o locales, pero no en la celebración de los sacramentos.

8.1. LA ADMINISTRACIÓN DEL. SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN

8.1.1. Importancia y fundamento

Si no hay otra forma accesible y adecuada de garantizar que todo el pueblo de Dios

pueda reconciliarse sacramentalmente antes de la celebración Eucarística, no se debería

omitir la administración del Sacramento de la Reconciliación antes de iniciar propiamente

la celebración de la Divina Liturgia.

Es muy importante que cada uno de los miembros de la Asamblea Litúrgica, convocada

como pueblo sacerdotal y siendo protagonista primordial dentro de la celebración,

esté debidamente dispuesto y reconciliado, para que su participación sea activa y eficaz.

El Sacramento de la Reconciliación se administra después de terminar la procesión de

entrada —si la hay—, la veneración e incensación del altar y el saludo inicial de la celebración

Eucarística y sustituye al rito penitencial.

8.1.2. La "Epíclesis" en de la administración del sacramento de la Reconciliación

Antes de dar la absolución es fundamental que el celebrante torne conciencia de que

hay una "epíclesis" en la que se invoca la efusión del Espíritu, para el perdón de los

pecados. Ésta se administra en forma comunitaria y debe ser suficientemente subrayada

y reconocida, por la relevancia que tiene, al constituir la base sacramental de la absolución

que, ya sea, en forma individual o general, se dará inmediatamente después.

32 SACRAMENTARIOSIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUiA - RITO OCCIDENTAL


8.1.3. Vigilancia pastoral

Se debe tener cuidado, de que la administración de la reconciliación sea hecha con

seriedad: que el pueblo identifique que se trata de la verdadera administración de un

sacramento; que ayude a experimentar el perdón de Dios y estimule la conversión.

Para ello, cada vez que se administra, es indispensable que se tome conciencia de su

profundidad y significado, a través de una adecuada catequesis y de la cuidadosa preparación

de la celebración.

8.2. RITOS INICIALES

8.2.1. La procesión de entrada, la veneración e incensación del altar y del pueblo

y el saludo inicial

La procesión de entrada no constituye un elemento necesario para iniciar la Misa, la

cual, puede iniciar con el ingreso directo al área del presbiterio. Sin embargo, si se

hace, normalMente se inicia desde el fondo dei templo y se organiza de la siguiente

manera:

Precede la cruz procesional y al lado van los ciriales.

Sigue el turiferario, que también lleva la naveta.

Luego el diácono lleva alzado el Evangeliario. Si no hay diácono, el libro lo

puede llevar uno de los lectores. Y si no hay Evangeliario se puede llevar el

leccionario o la Sagrada Escritura. Al llegar al altar, e! libro de los Evangelios

se coloca en el atril especifico para éste y, luego, durante el tiempo de la aclamación,

es llevado en procesión hacia el ambón.

Después van los otros servidores y ministros del altar.

Si los hay, siguen los concelebrantes.

- Finalmente va el celebrante principal.

Al llegar delante del altar, en forma conveniente y ordenada, de dos en dos, o todos

simultáneamente, hacen una reverenda profunda y van a ocupar el lugar asignado.

El celebrante —y si los hubiere también los concelebrantes— veneran el altar. Normalmente

el celebrante de rodillas, besa el altar tres veces, primero al centro, luego a la

izquierda y después a la derecha.

Si se usa el incienso, el celebrante principal inciensa el altar y el Evangeliario y luego,

en forma adecuada, inciensa a los demás ministros y al pueblo (no se inciensa a ningún

objetos o símbolo religioso como cruces, estatuas o iconos).

Terminado el canto de entrada, se hace el saludo inicial.

Terminado el saludo, si se administra el sacramento de la Reconciliación, se sigue con

ese rito. De lo contrario, se pasa al rito penitencial.

8.2.1. El rito penitencial

Cuando se adrninistrá el sacramento de la reconciliación, éste sustituye al rito penitencial.

Durante el tiempo de Pascua es especialmente relevante recurrir al rito de la aspersión

del agua. La aspersión del agua se puede llevar a cabo mientras se canta el "Gloria"

8.2.2. El "Gloria"

En los tiempos en que se incluye el "Gloria" dentro de la celebración litúrgica, es muy

importante tener en cuenta los siguientes criterios:

- Ante todo, mantener en sus rasgos fundamentales, el texto del cántico original.

Su antigüedad y el hecho de fundarse en textos de la Escritura, son la razón

por la que éáte ha sido conservado dentro de la liturgia, a pesar de las refor-

SACRAMENTARIO SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA; RITO OCCIDENTAL 33


mas que se han hecho. Por lo mismo, sustituirlo por otro pántico de alabanza

no tiene sentido y, en tal caso, sería mejor omitirlo.

Además, por tratarse fundamentalmente de un "canto de alabanza", éste debe

siempre cantarse y no solamente ser recitado.

8.2.3. La Oración inicial

Expresa las intenciones específicas por las que se va a orar en la Eucaristía.

Entre el "Oremos", invitando a la oración y el inicio de la súplica, se puede hacer un

momento de silencio.

Después del "Oremos" y antes de la oración, es el momento oportuno para indicar cuáles

son las intenciones especiales que se presentarán en la celebración eucarística.

8.3. LA LITURGIA DE LA PALABRA

8.3.1. Las lecturas

Los días domingos y las solemnidades se proclaman tres lecturas, y se canta un salmo

responsorial y una aclamación entre la segunda lectura y la lectura del Evangelio. De

ordinario la primera lectura está tomada del Antiguo Testamento, de los Hechos de los

Apóstoles o del. Apocalipsis; el salmo responsorial está tomado del libro de los salmos

o de algún cántico de cualquiera de los otros libros de la Escritura; la segunda lectura,

de una de las Cartas del Nuevo Testamento y, el Evangelio, de uno de los cuatro

Evangelios canónidos.

En los demás días, se lee una lectura tomada de alguno de los libros de la Sagrada

Escritura, exceptuados los Evangelios y los salmos; se canta un salmo , responsorial,

tomado del libro de los salmos o de algún cántico de cualquiera de los otros libros de la

Escritura y se proclama un párrafo de alguno de los cuatro Evangelios canónicos.

Es importante tener en cuenta algunos criterios de preparación para las lecturas:

Es fundamental que los lectores estén debidamente preparados y que hagan

las lecturas en forma clara y comprensible para el pueblo.

Cuando la Asamblea no comprende castellano, es recomendable que la lectura

sea hecha en el idioma que comprende el Pueblo de Dios.

Incluso en el caso de la proclamación del Evangelio que, de suyo, compete a

quien preside la celebración, si éste no puede leer en el idioma que la Asamblea

comprende, previa bendición de parte de quien preside la Eucaristía, un

miembro del pueblo de Dios, de preferencia varón, puede hacer la proclamación.

Cuando las circunstancias pastorales lo aconsejen, las lecturas podrán ser he-

chas en castellano y en el idioma propio del lugar.

El salmo responsorial, por su naturaleza, debe ser cantaJo. Si no se puede

cantar todo el salmo, por lo menos debería cantarse el responsorio. Al cantarlo

es importante que se tenga cuidado de que la melodía, especialmente la del

responsorio, pueda ser cantada fácilmente por el pueblo y que refleje armonía

_ y belleza.

Para la lectura del Evangelio en las celebraciones solemnes:

Si se utiliza el incienso, durante el canto de la aclamación, después de la segunda

lectura o después del salmo responsorial, según sea el caso, se organiza

la procesión formada por los ciriales, el turiferario y quien leerá el Evangelio. Se

va hacia la sede en donde se encuentra el celebrante, el cual echa incienso en

el incensario.

34 SACRAMENTARIO SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL


La procesión se dirige hacia donde está el Evangeliario, el cual es tomado, se

bendice con él a la Asamblea y se prosigue hacia el ambón.

Si el Evangelio es proclamado por alguien diferente al presidente, quien ha

proclamado el Evangelio, terminada su tarea, lleva el Evangeliario en procesión

al celebrante para que lo venere y pronuncie la bendición "Por las palabras

del Santo Evangelio, sean perdonados nuestros pecados. Amén."

8.3.2. La homilía

La homilía debe tenerse en todas las celebraciones, inmediatamente después de la

proclamación del Evngelio.

Los domingos la homilía debe ser más elaborada y extensa (aunque, normalmente, no

de más de diez minutos). Entre semana puede ser más breve (normalmente entre cinco

y siete minutos).

Para la homilía es indispensable tener los siguientes criterios:

- Se trata de 9xplicar, comentar y actualizar el mensaje de las lecturas bíblicas

que han sidó proclamadas. Por lo mismo es conveniente que ésta sea preparada

cuidadosamente.

De ordinario la homilía corresponde a quien preside la Eucaristía. Por razones

pastorales se puede delegar a que la misma sea hecha por otro ministro ordenado

idóneo.

Es fundamental que se la homilía explique y actualice las lecturas de la Escritura

que la preceden y que, luego, se concluya explicando que lo proclamad_o se

cumplirá y se hará presente sacramentalmente en la Liturgia Eucarística.

Para la preparación de la homilía es importante que se tenga en cuenta que,

en la elaboración del leccionario, se han seguido ciertos criterios:

o Cuando se trata de las lecturas dominicales o festivas, normalmente la

primera lectura y el salmo indican un anuncio profético que, en el

Evangelio se cumple y, en la segunda lectura, encuentra una forma de

aplicación concreta a la vida de la comunidad.

o Las lecturas entre semana para los tiempos litúrgicos fuertes, generalmente

tienen entre sí una conexión temática que, con estudio, rae'

o

xión y oración es fácilmente reconocible.

Las lecturas entre semana del tiempo ordinario, siguen más bien el criterio

de lectura continuada, por lo que no existe una vinculación entre

la temática de la primera lectura y el Evangelio, aunque tampoco es difícil

encontrar su vinculación como profecía — cumplimiento, cuando se

penetra dentro del sentido profundo de la Escritura.

8.3.3. El rito de la paz

Es fundamental subrayar que la paz que se comparte en ,la Divina Liturgia, no es un

saludo ordinario. Se trata de que, desde el altar, el celebrante comparte la "paz de Cristo",

que no es "como el mundo la da" (Cf. Jn 1427)

La paz se da antes de la profesión de fe, que es una, y requiere que el fiel tenga la

actitud de unidad y comunión. Hay que instruir sobre el sentido del este saludo y buscar

formas que respeten este sentido, para que no se dé como un mero saludo social.

8.3.4. El Credo

La forma ordinaria del Credo es la formulación ortodoxa del mismo, es decir, la establecida

en el siglo IV, y que se conoce como Credo Niceno-Constanttnopolitano, sin

SACRAMENTARIO SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA - RITO OCCIDENTAL 35


ninguna alteración. Por razones pastorales, manteniendo intacto el contenido, la profesión

puede hacerse dialogada, entre el que preside y el pueblo que responde "Creo".

Ésta debe ser hecha no por pura cuestión formal o doctrinal, sino con la conciencia de

que es una "revelación del Padre que está el cielo" (Cf Mat 16:17). La profesión de fe,

es lo que prepara directamente a la Liturgia Eucarística.

8.3.5. La Oración de los fieles y oración sobre las ofrendas

La oración de los fieles en este momento es opcional.

Durante la oración de los fieles normalmente se pide por la Iglesia Universal, por nuestra

Iglesia local, por las comunidades, por las necesidades civiles y por las intenciones

y necesidades particulares.

La forma concreta de realizar esta oración, dependerá de la costumbre del lugar.

En donde se tiene la costumbre de orar sobre las ofrendas, la oración se hace en este

momento. Ésta se une a la oración de los fieles o la sustituye.

Es importante que se busquen maneras de expresión que aseguren la participación

activa de toda la Asamblea.

8.4. LA LITURGIA EUCARÍSTICA

8.4.1. Las ofrendas

Las ofrendas tienen que ser preparadas sobre el altar, antes del inicio de la Divina Liturgia,

diciendo en secreto las oraciones previstas en el Sacrameptario. Las ofrendas

son cubiertas con las cabalanas después de las oraciones. Está prohibido dejar la preparación

de las ofrendas sobre el altar hasta después de la recitación del Credo.

8.4.2. El ofertorio

Después del Credo (o de la oración de los fieles o sobre las ofrendas), el que preside

toma con la mano derecha la patena y con la izquierda el cáliz, cruza los brazos y en

alto dice la oración prevista para el ofertorio. Luego, haciendo los movimientos de brazos

previstos, coloca el cáliz y la patena sobre el altar y los cubre con el Shushefo.

Si se considera oportuno, antes del ofertorio se puede hacer una procesión de ofrendas.

Ésta puede incluir el aporte económico de la comunidad, provisiones para ayudar

al mantenimiento de la Iglesia y para socorrer a los pobres e incluso pan eucarístico y

vino, pero nunca el que será utilizado en la celebración que se está realizando. Se

debe evitar traer en procesión símbolos que no constituyen una ofrenda real, pues no

tiene sentido.

Terminada la presentación de las ofrendas, si se está utilizando incienso, el celebrante,

después de echar incienso en el incensario, diciendo en secreto las oraciones previstas,

hace la incensación de las ofrendas y el altar, según las rúbricas establecidas.

Concluida ésta, el diácono o el turiferario hacen la incensación del celebrante y del

pueblo.

Seguidamente se tiene que hacer el lavatorio de las manos del celebrante y, si hay

otros ministros ordenados, que tendrán acceso con sus manos a las divinas especies,

también se deben lavar.

El ofertorio concluye con la invitación a la oración y con la oración sobre las ofrendas.

8.4.3. La Anáfora

Comienza con el canto del Prefacio, sigue con el canto del "Santo" y continúa con el

memorial, la epiclesis, los cánones (dípticos o peticiones universales) y termina con la

doxología final.

36 SACRAMENTA= SIRO-ORTODOXO PATRIARCADO DE ANTIOQUÍA , - RITO OCCIDENTAL

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