Chagas - libdoc.who.int - World Health Organization
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<strong>Chagas</strong><br />
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Para cuantificar el riesgo de la transmisión natural en el ambiente domiciliario, es<br />
indispensable conocer la distribución de las diferentes especies de vectores y sus atributos<br />
(adaptación al domicilio, antropofilia, susceptibilidad a la infección y capacidad de<br />
transmitir Trypanosoma cruzi). Para que se pueda establecer el nivel de control adecuado,<br />
es imprescindible conocer si las especies involucradas en la transmisión en el área objeto<br />
de <strong>int</strong>erés, son <strong>int</strong>roducidas y estrictamente domiciliarias o autóctonas. Eso determina las<br />
expectativas que se pueden tener en términos del nivel de control posible: <strong>int</strong>errupción de<br />
la transmisión de forma, más o menos, definitiva o mantenimiento de las viviendas libres<br />
de colonias (especies nativas).<br />
El conocimiento de la seroprevalencia de la infección es muy importante para que se<br />
puedan establecer la dimensión de las fuentes de infección representadas por la población<br />
humana y para que se determine la <strong>int</strong>ensidad en que ocurre la transmisión.<br />
En otros casos –no para la determinación del riesgo – los estudios transversales de<br />
seroprevalencia en la población general sirven para que se conozca la magnitud de la<br />
infección y el grado de endemia existente. En grupos específicos de población y en grupos<br />
de corta edad, la seroprevalencia es muy útil para medir el impacto del control o para<br />
comprobar la <strong>int</strong>errupción de la transmisión.<br />
La historia natural de la enfermedad de <strong>Chagas</strong>, que se caracteriza por la poca visibilidad<br />
de la infección aguda, por un largo curso y por una pequeña proporción de casos que<br />
progresan a formas crónicas clínicamente manifiestas, determina que la cuantificación<br />
de la enfermedad clínica sea difícil. A pesar de eso, es necesaria para: i) conocer la<br />
patogenicidad de la infección y sus variaciones regionales, ii) conocer la prevalencia de las<br />
diferentes formas clínicas, y iii) estructurar la oferta de servicios y ordenar la demanda<br />
de casos para seguimiento. Asimismo, vale observar que, una vez considerados los niveles<br />
secundario y terciario de transmisión (diagnóstico y tratamiento y limitación del daño), la<br />
detección de casos objeto de tratamiento y seguimiento exige el desarrollo de mecanismos<br />
o métodos aún no sistematizados. Una situación particular es la detección de casos<br />
congénitos a partir de la serología en embarazadas, algunas veces ya instituida como<br />
rutina en algunas pocas áreas endémicas.<br />
En relación con la sangre infectada, asumiendo que aquí se está considerando la<br />
seroprevalencia entre donantes de sangre, se advierte que, tratándose de población adulta<br />
seleccionada y que progresivamente cada vez es más seleccionada, se presta apenas para<br />
Reporte del grupo de trabajo científico sobre la enfermedad de <strong>Chagas</strong>, 2005 • TDR/GTC/06