revista nº 86 - ADEMP

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cen, sin responder a las fuerzas del
mercado que pretendan torcer este
principio.
En tal sentido la conducta del médico
se pone a prueba frente a las campañas
promocionales dirigidas a
orientar la prescripción de fármacos
hacia productos más novedosos y de
mayor costo, aunque su eficacia sea
similar o ligeramente superior a los
tradicionales. Estas campañas se valen
de distintas estrategias: reparto de
muestras gratis, entrega de cupones
para un segundo envase sin costo,
conferencias en desayunos o almuerzos
por parte de profesionales contratados
por las empresas, regalos por un
volumen alto de prescripciones, viajes
a jornadas o congresos en el país o en
el exterior, programas de educación
médica continua, subsidios para investigación,
consultorías, etc.
La influencia o sesgo en la prescrip-
ción médica, acompañada habitualmente
de un policonsumo de medicamentos,
puede resultar perjudicial
para el paciente, dado que todo medicamento
nuevo está naturalmente
asociado a una menor experiencia de
uso, además de resultar onerosa para
los sistemas de salud que deben
afrontar un aumento de sus costos.
Considero que las entidades profesionales
médicas en acuerdo con las
autoridades sanitarias deben instrumentar
medidas para limitar o suprimir
las circunstancias que generen
conflictos de intereses y comprometan
la ética y el prestigio profesional de los
médicos.
Otro aspecto a considerar es el consumismo
de métodos de diagnóstico,
tanto de laboratorio como de imágenes.
Al respecto se ha comprobado
que más del 80% de los análisis de
sangre presentan resultados normales,
lo que pone en duda en buena parte
de ellos la necesidad de su realización.
En el caso de las imágenes, a la inutilidad
en muchos casos de sus resultados,
se agrega el peligro de ser sometido
a dosis riesgosas de radiación.
El consumismo diagnóstico tiene
otro aspecto cuestionable, en el caso
de los profesionales que generan su
propia demanda de estudios complementarios.
Es de esperar que la reflexión de
estos comentarios ayude a preservar
la salud de la población y la imagen
de los médicos.
ADEMP | Marzo 2009 | 19