revista nº 86 - ADEMP
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ademp<strong>86</strong>.qxd 23/04/2009 12:20 p.m. PÆgina 32<br />
TIEMPO LIBRE<br />
■ Por FEDERICO CHAPLIN<br />
Departamento de Turismo / Carlson WagonLite Travel<br />
Grecia<br />
continente e islas<br />
Mi amor por Grecia comenzó con mis primeras lecturas,<br />
con un pequeño libro de tapas duras de un mitólogo<br />
llamado Bullfinch que me abrió los ojos a una parte de<br />
la cultura de esta civilización que marcó para siempre<br />
mi manera de ver el mundo. Desde entonces soñé con recorrer<br />
el Egeo, por la mismas aguas que confundieron a Ulises.<br />
Cuando pude realizar mi primer viaje en busca de esas tierras y<br />
ese mar que manifiestan miles de años de historia y leyendas,<br />
quería simplemente encontrarme con algunos de los íconos<br />
que poblaban mi imaginación: el Partenón en la Acrópolis de<br />
Atenas, el anfiteatro de Epidauro, las ruinas de Argos y<br />
Micenas, con los fantasmas de Agamenón y su drama familiar.<br />
En ese viaje además conocí alguna de las islas Cíclades, el<br />
archipiélago que se extiende hacia el sureste del Peloponeso. La<br />
primera fue Paros, que hoy día está de moda entre los veraneantes<br />
europeos por su intensa vida nocturna, la variedad de<br />
excelentes playas como Crisi Akti ("la playa de oro"), o el valle<br />
de las mariposas que son innumerables en el verano y cuyos<br />
colores amarillo y azul pueden hacer la alegría de una gran<br />
parte de mis compatriotas (legión a la que no pertenezco...)<br />
Una referencia deportiva hace inevitable recordar la veneración<br />
de los antiguos griegos por el atletismo. En cuanto a ese<br />
tema, siempre me fascinó la atmosfera que rodeaban los<br />
Juegos que se celebraban en Delfos. A unos 80 km de Atenas,<br />
Delfos está situada sobre las laderas del monte Parnaso, lugar<br />
consagrado a las Musas y al dios Apolo. Mucha gente se ha<br />
referido con mejores palabras sobre la belleza de la vista desde<br />
el Estadio, situado en la parte más alta del santuario. Al fondo<br />
se aprecian el golfo de Corinto y los campos de olivos. Podría<br />
ser una postal del siglo V a.C, una época en que esta raza<br />
maravillosa le enseñó al mundo, entre otras cosas, como se<br />
podía pensar, construir, legislar.<br />
32 | <strong>ADEMP</strong> | Marzo 2009<br />
Delfos fue para el mundo helénico lo que el Vaticano representa<br />
para la Cristiandad.<br />
Pero volvamos a las islas. Después de mi estadía en Paros y<br />
un breve cruce en trasbordador para conocer las playas de la<br />
pequeña Antiparos, que en algún momento estuvo unida a la<br />
isla grande. Seguí hacia Ios, supuesta cuna de Homero, el<br />
poeta ciego que inmortalizó la historia de amor más complicada,<br />
con un final terrible para los pobres troyanos, todo en<br />
nombre de la belleza, Ah!, aquí tenemos otra clave par entender<br />
el espíritu de Grecia.<br />
Ios era una fiesta. En mi primer desayuno en la isla, un hombre<br />
con bigotazos y una gran sonrisa me saludó desde la terraza<br />
vecina. Me convidó un vaso de vino y trató sin éxito de<br />
comunicarse conmigo. Otra clave para descifrar éste pueblo,<br />
su hospitalidad y alegría espontánea y contagiosa.<br />
Otro ferry, otro viaje colorido con los personajes que se trasladan<br />
en este medio, que en muchos casos es el único posible<br />
para acceder a alguna de las islas del Egeo. La siguiente etapa<br />
fue Creta, una de las islas más interesantes por la cantidad de<br />
programas que ofrece (en otra oportunidad pasé todas mis<br />
vacaciones en un hotel de Heraclion). Recomiendo una forma<br />
excelente de visitarla que ya ha sido descubierta por muchos<br />
jóvenes (y otros no tanto): las pequeñas motos sin cambios que<br />
no tienen mucha polenta, pero que permiten trasladarse en un<br />
lugar donde se puede apreciar el olor de la salvia y el orégano;<br />
trepar hasta el Monte Ida; acercarse a las ruinas de Knossos, el<br />
mítico laberinto de donde escaparon los creadores de los bisabuelos<br />
de los modernos aladelta, conducidos uno por Dédalo<br />
y otro por su hijo Icaro, primera víctima de este deporte.<br />
Completé una noche de veraneo naif internándome en uno de<br />
los cines al aire libre que hay en los barrios de la capital.<br />
Pareció como si me hubiesen invitado a una reunión en un