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BlackBook Buenas

BlackBook Buenas vibraciones El White Elephant está lleno de obras de arte contemporáneo y cuenta con un comedor exterior junto a la alberca En el sentido de las manecillas del reloj desde arriba a la izquierda: el comedor al aire libre del LoLa 41; la alberca del White Elephant; el lobby del White Elephant Y su caluroso refugio en este lugar no fue la única novedad bajo el sol. Ocurrió algo inesperado: con la maldita pandemia, Palm Beach empezó a transformarse. A las filas de jubilados ricos se unieron más y más residentes animados por la flexibilidad del teletrabajo y huyendo del virus (y de los impuestos). A partir de ese momento, este antiguo destino vacacional comenzó a florecer con nuevos restaurantes, hoteles, tiendas y galerías, y con ellos, llegaron los jóvenes y las familias. En realidad, los cambios habían empezado antes de la pandemia, así que la expectación ya iba en aumento cuando cené el invierno pasado en el LoLa 41, el primero de una serie de establecimientos recién inaugurados. Esta filial del restaurante de Nantucket especializado en sushi y mariscos, con un ecléctico menú inspirado en la gastronomía de los países situados en el paralelo 41 norte, estaba tan abarrotada que tuvimos que sentarnos en una mesa alta del bar para degustar el pulpo a las brasas al estilo portugués y el rangoon de cangrejo. El LoLa 41 se encuentra dentro del nuevo hotel White Elephant, también llegado desde Nantucket. Ubicado en el antiguo Bradley Park Hotel, un auténtico icono de la arquitectura neomediterránea de 1924, el White Elephant se ha reinventado por completo conservando únicamente su exterior. Luminoso y lleno de obras de arte contemporáneo recién adquiridas, es una sofisticada apuesta para el paisaje de Palm Beach, con su comedor exterior junto a la alberca, abierto durante todo el día, y una flota de BMW que los huéspedes pueden utilizar sin costo alguno. Aunque el retraso de su apertura fue inevitable, el director general Bernhard Duerrmeier lo considera una bendición: «Tuvimos suerte de poder poner en marcha las medidas de seguridad a tiempo», afirma. No muy lejos, la principal estrella hotelera de Palm Beach, el Colony, acaba de someterse a una impresionante renovación. Kemble Interiors y la dueña del establecimiento, Sarah Wetenhall, colaboraron en el diseño del lobby, recién bautizado como Living Room, que incluye una pagoda de 4.5 metros de altura sobre una enorme chimenea y papel tapiz con motivos florales y animales de la firma De 22 CENTURION-MAGAZINE.COM

Gournay. «Ha ido surgiendo una Palm Beach en paralelo —afirma Wetenhall—, que ha logrado que ser un habitante de Palm Beach ya no se vea como un intercambio, sino como un valor añadido». Los recién llegados (muchos de ellos neoyorquinos que se establecen en Palm Beach) se sentirán como en casa en cualquiera de los tres restaurantes importados desde Manhattan. La temporada pasada, el Swifty’s, el local preferido de la sociedad neoyorquina hasta que cerró en 2016, renació en forma de bar pop-up en el lobby del Colony; ahora ya tiene una ubicación permanente, al igual que su segundo local junto a la alberca del hotel. La Goulue y Le Bilboquet, dos clásicos del Upper East Side de Manhattan, han seguido a sus incondicionales hacia el sur. El primero, abierto en octubre en «la mejor esquina» de Palm Beach, entre Royal Palm y South County, «es como La Goulue y tiene el sabor de La Goulue», admite su dueño Jean Denoyer. Le Bilboquet, la filial del restaurante de Philippe Delgrange, apuesta por el art déco de estilo tropical y por platillos de autor, como el pollo cajún y el tartar de atún. «Llevaba tiempo pensando en Palm Beach —confiesa Delgrange—. Si los neoyorquinos van allí, yo los sigo». Royal Poinciana Plaza, la elegante meca para las compras al aire libre, sigue como nueva. Ahora se han incorporado las distinguidas galerías de arte Pace, Gavlak y Acquavella, así como Sotheby’s y las tiendas de Asprey London y Badgley Mischka. «Las mujeres de Palm Beach aman la moda», asegura Beth Buccini, cuya boutique Kirna Zabête desembarcó en 2017 en la «Royal», tal y como los locales llaman a este lugar. Ahora le ha tocado el turno a Lingua Franca y LoveShackFancy. «Puedes subirte a un avión y en tres horas estar allí. En estos momentos la gente con niños no quiere salir del país. Es la solución perfecta. Además, yo odio el invierno», sostiene Rachel Hruska MacPherson, de Lingua Franca. Mientras ella persigue el sol, el mundo del arte persigue el dinero. Además de los grandes nombres establecidos en la Royal, muchos otros se han instalado en Palm Beach, entre ellos, Cavalier Galleries, situado a escasos metros del restaurante Ta-boo; la galería de fotografía Coe & Co, de Nantucket, a punto de arrancar su segunda temporada en Palm Beach; o la galería Paula Cooper de Nueva York, cuya exposición itinerante en Worth Avenue permanecerá abierta hasta mediados de mayo. Para Beth Rudin DeWoody, la visionaria experta en arte que en 2017 abrió The Bunker en West Palm Beach —una «bodega digna de ver» y donde albergar su creciente colección—, los recién llegados confirman lo que ella ya sabía: «Las galerías presencian mucha riqueza y mucho interés en el arte. Van allí donde esté la acción».• Imprescindibles en Palm Beach DÓNDE ALOJARSE Las joyas de la corona de Palm Beach son The Breakers ( the​breakers.com) y el íntimo Colony (thecolonypalmbeach. com). El Eau Palm Beach Resort & Spa (eaupalmbeach. com) frente al mar es más nuevo pero igual de elegante. El último en aterrizar ha sido el White Elephant Palm Beach (whiteelephantpalmbeach. com), de 32 habitaciones, en una icónica ubicación en Sunset Avenue. DÓNDE COMER Los restauranteros de Manhattan han convertido La Goulue Palm Beach (lagouluepb.com) y Le Bilboquet (hellobilbo.com) en los lugares más de moda de la temporada. El Swifty’s, también llegado de Nueva York, sirve mariscos frescos y cocteles de autor en el Colony. En el hotel The Breakers ha abierto sus puertas el Henry’s Palm Beach, un bistró de estilo New American con un menú nostálgico de comida casera, y en el White Elephant el LoLa 41 es ideal para degustar sushi y poke. DÓNDE COMPRAR Entre los imprescindibles en la Royal Poinciana Plaza están Kirna Zabête (kirnazabete.com), Lingua Franca (linguafranca. nyc) y LoveShackFancy (loveshackfancy.com), y entre los recién llegados a Worth Avenue se encuentran Alvin Valley (alvinvalley.com) —el diseñador conocido como el «rey de los pantalones» de mujer— o Marina St. Barth, la filial del establecimiento original de San Bartolomé (marina-stbarth.com). FOTOGRAFÍAS CLAUDIA URIBE El bistró francés La Goulue, uno de los restaurantes de Manhattan que ha abierto una filial en Palm Beach ANTES DE RESERVAR Y REALIZAR CUALQUIER VIAJE, COMPRUEBE LAS ÚLTIMAS RECOMENDACIONES DEL GOBIERNO CENTURION-MAGAZINE.COM 23

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