Lugares 26 Escapada gourmand Un pequeño deleite celestial José Avillez, uno de los chefs más aclamados de Portugal, ha volcado su amor por la recóndita región del Alentejo en la finca privada de Casa Nossa, situada junto a las resplandecientes aguas del Alqueva, el lago artificial más grande de Europa. Por Debbie Pappyn CENTURION-MAGAZINE.COM
27 A tan solo dos horas en auto desde Lisboa, el Alentejo es una inmensa zona de pastos que ofrece un cambio de paisaje radical. Las colinas ondulantes cubiertas de alcornoques y robles dan paso a encantadores pueblos blancos, muchos de ellos con castillos históricos que evocan las leyendas de un rico pasado. Las tradiciones culturales y rurales del Alentejo se mantienen muy vivas y brindan a los visitantes una visión genuina de la auténtica vida portuguesa. Los amantes de esta región hablan incluso de olvidarse de la Toscana, pues el Alentejo bien podría convertirse en el próximo santuario secreto de Europa, aunque con un exquisito elemento rural. Al frente de un imperio culinario con restaurantes como el Belcanto de Lisboa con dos estrellas Michelin (y el número 25 del mundo según la lista 50 Best), el vegetariano Encanto galardonado con una estrella, así como el nuevo Tasca de Dubái, al que también se le ha concedido una estrella Michelin, José Avillez rara vez encuentra momentos para descansar de verdad en el exigente mundo de la alta cocina. «Cuando necesitaba escaparme en mi día libre, mi esposa Sofia y yo solíamos montarnos en el auto e ir al Alentejo a recuperar la energía y evadirnos… hasta que, en 2018, empezamos a pensar en comprar una casa familiar por acá», comenta Avillez sentado en el cómodo salón de Casa Nossa con el fuego crepitando de fondo. Sin embargo, en 2023, el refugio personal de Avillez se convirtió en una experiencia compartida. Pese a que en un principio lo concibieron como un retiro familiar, su excelente ubicación —encaramado en lo alto de una colina, cerca del cautivador pueblo de Monsaraz, y rodeado de un deslumbrante paisaje— impulsó a esta pareja a abrir las puertas de la casa a otros invitados, aunque eso implicara superar el presupuesto inicial. Casa Nossa es una escapada de lujo, así como un testimonio del poder transformador de la naturaleza salvaje del Alentejo y del deseo de desconectar y recobrar las fuerzas en un entorno muy remoto, por no hablar de que encarna otro de los sueños del chef. «Aquí, mi equipo puede atender a los huéspedes de verdad y ofrecerles una experiencia inmersiva de 24 horas que va mucho más allá de las dos o tres horas que dura una comida en un restaurante —explica Avillez—. Llevamos el concepto de ”hospitalidad” y “atención” al máximo nivel». Al llegar a Casa Nossa, muchos huéspedes todavía no se han despojado del estrés de la ciudad y de la vida FOTOGRAFÍAS BRUNO CALADO Desde la izquierda: el barco de la finca amarrado en su muelle privado; la terraza panorámica de una de las diez suites de Casa Nossa; página opuesta: huéspedes deleitándose con las especialidades culinarias en el comedor principal de la propiedad
