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Centurion Mexico Spring 2024

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60 contribuido a que muchos viajeros internacionales elijan otros destinos de la costa este de África como Zanzíbar o Mauricio. Ahora que ya no se exige la visa y se han implementado nuevas rutas aéreas, el panorama está empezando a cambiar. Enclavado entre una laguna y el océano, en una larga y estrecha península con forma de dedo de bruja, la mejor opción para llegar a Sussurro (aparte del helicóptero) es en auto, recorriendo una amplia playa de arena rodeada de imponentes acantilados cuando la marea está baja. Acceder a los sitios a través de la playa no resulta infrecuente en un país donde la mayoría de las carreteras están sin pavimentar y, las que sí lo están, tienen baches tan grandes que podrían tragarse un auto pequeño. Pero Sussurro debe su magia precisamente a su remota ubicación, así como al novedoso enfoque de sus dueños, que han apostado por una estética 100 % africana que realza la artesanía de una manera sin precedentes. Para crear esta obra maestra de la contención, Birkett ha aportado su experiencia en el mundo del diseño y sus estudios sobre la identidad material de África por medio de la artesanía local. Los seis búngalos de paja independientes, construidos por albañiles y artesanos de la zona, disponen de paredes de cemento arenoso, sencillas contraventanas de listones de madera que protegen del sol abrasador y camas extragrandes con colchas tejidas por la empresa African Jacquard de Ciudad del Cabo. En el patio exterior hay tinas de piedra (algunas con vistas a la laguna) y dos discretas sillas de caña de Malawi, perfectas para tomarse el café de la mañana. Birkett adquirió lo que necesitaba en el continente, sobre todo en países vecinos como su Zimbabue natal, donde pasó tiempo con pequeñas comunidades de artesanos y tejedores hace más de una década. «Cuando nos trasladamos a la costa —recuerda la diseñadora—, pude aprovechar estos inestimables recursos y contactos para seguir creando productos con grupos de maestros artesanos». En ocasiones el hotel puede llegar a confundirse con una galería de objetos cotidianos con aspecto de obras de arte. Los lavabos, que parecen esculturas, son cuencos de piedra únicos cincelados a mano por Maxwell Sande, un shona de tercera generación, mientras que las mesas auxiliares etíopes, realizadas a mano a partir de un único tronco de madera, se adquirieron al difunto Bakary Silliah (que colaboraba con Africa Nova, empresa dedicada a la venta de objetos africanos desde 1995). «Nuestro principio básico en este proyecto era el abastecimiento a nivel hiperlocal —apunta Birkett—. Resulta más lento y con frecuencia menos económico, pero es el hilo conductor de Sussurro». Cerca de la entrada hay una selección de macetas, sillas talladas a mano y cestas de pesca mozambiqueñas. Incluso la luz serpentea por la pared de piedra como si de una instalación artística se tratara. El comedor principal al aire libre está resguardado por un impresionante techo de paja y cuenta con una cocina abierta, mesas y sillas de madera, así como una zona de bar, situada en un nivel inferior, con bancos tejidos. Birkett señala que, en cierto modo, esta forma de funcionar «puede parecer poco intuitiva», ya que, en lugar de optar por los resistentes materiales sintéticos que se emplean en la mayoría de los hoteles, acá todo es de origen natural y, por tanto, susceptible al desgaste. El mantenimiento es constante y los artesanos deben reparar con frecuencia los techos y el mobiliario. Por muy ineficiente que pueda parecer, es algo totalmente deliberado, ya que «sustenta nuestro vínculo con la tierra y la comunidad, y refuerza nuestro sentido de pertenencia». Las tumbonas de palma ilala se confeccionaron utilizando materiales naturales, mientras que los techos de paja se construyeron con hojas de palma y jekka (una hierba larga), que se recolectan y secan y a continuación se tejen. «Los búngalos y los muebles de exterior tienen vida propia», destaca. CENTURION-MAGAZINE.COM

61 Los cocos crecen libremente en los terrenos de Sussurro; izquierda: interior de la biblioteca repleta de artesanía de la propiedad; abajo: la playa azotada por el viento del resort, que rodea una inmensa laguna de agua salada; página opuesta: un dhow tradicional. acercándose al comedor con techo de paja de Sussurro

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