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ART & DESIGN PROYECTO

ART & DESIGN PROYECTO CON PASIÓN Desde la izquierda: el nuevo edificio de Labiomista diseñado por Mario Botta; Koen Vanmechelen delante de un pollo Mechelse Redcap en 2009 Diálogos de diversidad El último proyecto titánico del artista belga se enfrenta a los pros y los contras del cosmopolitismo con una perspectiva refrescantemente científica. BRIAN NOONE reporta Koen Vanmechelen es un artista único. Un hombre de mediana edad, cabello cano y carácter afable. Su trabajo es profundamente conceptual y al mismo tiempo extremadamente práctico; una combinación que destaca como un pollo cacareando en un mundo artístico plagado de presumidos pavos reales. La profusa lista de fundaciones y proyectos llevados a cabo por este artista belga durante las últimas dos décadas –entre otros, el desarrollo de una instalación avícola en Etiopía o el inminente campus-estudio de 24 hectáreas en una ciudad posindustrial de Flandes– deja claro que Vanmechelen existe más allá de los provocadores y los creadores del arte por el arte que dominan la actual escena artística. De hecho, la mejor forma de entenderlo es con uno de los epigramas de Karl Marx ligeramente retocado: «Hasta ahora los artistas no han hecho otra cosa que interpretar el mundo de varias maneras, pero de lo que se trata es de modificarlo». Precisamente con un pollo modificado comenzó en 1999 la carrera artística internacional de Vanmechelen. El proyecto “Pollo cosmopolita” pretendía criar el pollo con mayor diversidad genética del mundo. Se dio cuenta de que la domesticación de las aves había llegado a niveles extraordinarios –y, a menudo, por cuestiones de simbolismo, como el poulet de Bresse, el preferido de los gourmands, que imita la bandera tricolor francesa con su cresta roja, sus plumas blancas y sus patas azules–, por lo que su intención era mezclar las distintas aves nacionales como una forma de explicar que «el cruce de especies elimina fronteras». Resultó que las aves obtenidas eran metafóricamente ricas: la creciente especialización de los genes de las distintas especies provocó que los pollos domesticados fueran cada vez mejores para satisfacer los requisitos específicos de las granjas, aunque más débiles fuera de ellas. Pero, además, sus nuevas aves eran «más resistentes, vivían más tiempo y eran menos agresivas», lo que para Vanmechelen supuso una pequeña victoria del cosmopolitismo. FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE KOEN VANMECHELEN, YORICK JANSENS (RETRATO) 70 CENTURION-MAGAZINE.COM

Desde la izquierda: Modified Spaces, una instalación en Labiomista; el interior del nuevo recinto En los últimos años ha empezado a utilizar las nuevas aves modificadas genéticamente, cruzándolas con especies locales de Uganda. En abril empezó a producir pollos en Etiopía que prometen ser más rentables para los granjeros. Y esto no es un optimismo vano: Dominic Wright, profesor adjunto en la Universidad sueca de Linköping, es uno de los muchos investigadores que emplea estos pollos para sus investigaciones académicas a fin de «entender los genes que se esconden detrás de ciertos rasgos concretos». A este respecto, Vanmechelen añade que «ha creado una población de recursos realmente interesante desde la perspectiva científica». Este otoño, Wright recibió un cargamento con huevos de estas aves para su investigación en el laboratorio. Los pollos son solo uno de los muchos intereses de Vanmechelen. Ahora mismo, su principal objetivo es Labiomista, la recuperación radical de 24 hectáreas de terreno en la ciudad belga de Genk. El espacio, que tiene previsto abrir sus puertas en mayo de 2019, es una mezcla de estudio, galería de arte, campus de investigación y zoo. «Las minas hicieron de Genk una ciudad cosmopolita –afirma Vanmechelen sobre el auge de esta urbe a principios del siglo xx–. Cuando cerraron, la ciudad se convirtió en un lugar herido. Por eso quiero transformar estos terrenos y dotarlos de una nueva energía creativa». Conoció al arquitecto suizo Mario Botta en 2013 y pronto les unió una buena amistad. Ha colaborado con él en la construcción, entre otras, de una nueva estructura en concreto, ladrillo y cristal de 5,000 m 2 que se unirá a la casa del antiguo director de la mina. Es un «lugar mágico», destaca. Estas tierras serán algún día el hogar de más de 150 animales, incluyendo águilas, variedades de pollos, tucanes, dromedarios y el gallo bankiva (el ancestro del gallo, originario de las estribaciones del Himalaya). «He llegado a ver la dualidad de la diversidad –explica sobre Labiomista–. Considero esto como una universidad abierta a la diversidad, que se fija en lo positivo y en lo negativo». «El mayor problema de nuestros tiempos no es la necesidad de cosmopolitismo, sino la reacción ante el mismo; la venganza de lo local –sostiene–. Necesitamos comprender que lo local y lo global pueden convivir». Los proyectos filosóficos y prácticos de Vanmechelen no son los únicos medios que utiliza para mostrar su arte. A menudo exhibe obras en exposiciones y ferias de arte, como la Bienal de Venecia o la muestra colectiva (con artistas como Ai Weiwei, Anish Kapoor y Julian Opie) organizada por la galería Lisson en 2014. Pero esta forma de pensamiento –del tipo que no solo interpreta el mundo sino que lo cambia– sitúa a Labiomista radicalmente fuera de las corrientes artísticas dominantes. Representa un modo esperanzador y constructivo de ese vanguardismo que ha estado ausente por mucho tiempo en el arte contemporáneo y probablemente sea un precursor de su futuro. koenvanmechelen.be

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