o camiño de santiago - Pasada das Cabras

Seimeira de Vilagocende
E l pasado 13 de Diciembre fue la fecha
elegida para realizar la ya tradicional
ru-ta por los alrededores de “A Fonsagrada”,
con la posterior celebración de la comida en
un restaurante de dicha localidad, a base de
pulpo y el típico cocido de la zona, tan apreciados
ambos por los asistentes a la ruta, y
que en esta ocasión fueron degustados en la
pulpería “O Candal”.
En esta ocasión, la marcha inicialmente prevista
era la denominada “Seimeira de Vilagocende”,
catalogada de baja difi cultad y
con un recorrido aproximado de 6 km.
En la práctica, el recorrido fue sensiblemente
menor (2,5 km), ya que el autocar trasladó a
los asistentes a unos 4 km. De Fonsagrada,
hasta el lugar de inicio del camino que da
nombre a la ruta. Este camino conduce, después
de algo más de un kilómetro, siempre
en un ligero descenso, y alfombrado por las
hayas caídas de los árboles que lo bordean,
hasta una preciosa cascada, de caída casi
vertical y próxima a los 70 m. de desnivel,
en la que acaba y que es el gran atractivo de
esta ruta.
Desde las cercanías de la misma, así como
desde un puente de madera que cruza el río
a pocos metros de la cascada, los caminantes
pudieron fotografi arla desde todos los
ángulos sin prisa, ya que el día despejado
del que disfrutamos durante todo el recorrido,
implicaba a hacerlo. Como la ruta para
ir a comer (apenas eran las doce) e, incluso
para ir de vinos, todos fuimos trasladados en
el autocar a unos pocos kilómetros, en otra
dirección para recorrer aproximadamente
otros cuatro kilómetros en dos tramos, con
parada entre ambos, para tomar un pequeño
tentempié en un mesón de la zona (Catro
Ventos). De vuelta a Fonsagrada, siendo ya
cerca de las catorce horas, se efectuó el día
tradicional recorrido por varios “establecimientos”
de la localidad, antes de acceder al
ya citado “O Candal” donde se procedió a dar
buena cuenta de las viandas anteriormente
mencionadas y que tan generosamente nos
fueron ofrecidas.
A eso de las 18 h., se inició el viaje de regreso,
al tiempo que empezaba a caer una fi nísima
nieve. Tras una parada de 40 minutos
en Meira, para tomar un refrigerio, se llegó a
Burela a las ocho y media de la tarde.
Iván García Pérez
DECEMBRO 2009